Deprimida

No sabía donde poner este relatos, pero en base a lo que siento, creo que es una confesion. No sugiero a nadie curarse de la depreseión de esta forma

Hay veces que todo sale mal. Tal vez no es una tragedia y la vida sigue, tiene que seguir, de alguna forma esto se arreglara, solo espero que durante el proceso de "sanación" no cometa un error que no se pueda reparar. Tener una baja autoestima es malo, dejar que tu cuerpo diga que hacer para intentar levantarte, es mucho peor.

Cuando no me dieron la promocion en la oficina, me sentí terriblemente frustrada, yo sabía que era la mejor, sé que tengo más conocimientos y capacidad de decisión que el idiota que le dieron el puesto, pero él no tiene la culpa, ni siquiera lo odio. También sé que mi inmadurez tuvo mucho que ver, el ser impulsiva tal vez me ha causado más obstáculos que oportunidades, pero espero que pase pronto. Una fase mas de ser novata en el mundo empresarial.

Mi problema siempre ha sido que cuando me frustro recurro al sexo. empezó cuando era más joven, si mi amiga conseguía al chico que yo quería, siempre me daba esa sensación mezcla de excitación por saber lo que estaban haciendo, celos por que no era yo la que estaba gozando, alegría por que mi amiga estaba disfrutando y me sentía bien por ella, y frustración por no tener lo que quería. En esos momentos solía desahogarme masturbándome con mis dedos, siempre después de un orgasmo se aclaraba un poco mi mente. Hasta donde creo esto es lo más común en el ser humano. No se cuantas chicas den el siguiente paso y empiecen a experimentar con objetos, frascos delgados de shampoo, vegetales. Cuando tuve la mayoría de edad, fuí con una amiga a un sex-shop, y compre mi primer vibrador. Empecé a tener sexo con hombres, supongo que igual al promedio de mi generación, no era promiscua, ni tenía reputación de "fácil", pero tuve varias relaciones placenteras, sin embargo mi vida sexual privada con mis juguetes, superaba por mucho la que tenía con hombres, básicamente por que me ayudaba a relajarme siempre sin necesidad de depender de un hombre.

Yo estaba acostumbrada a desempeñarme bastante bien en todo lo que hacía, siempre fuí la mejor en calificaciones y en deportes, no era una genio ni un portento físico, pero siempre me fué fácil destacar, esto se fué complicando al momento de ir creciendo, la competencia aumenta conforme subes de nivel. Mi primer paso en curar mi depresión de una forma negativa fué cuando perdí una carrera deportiva al empezar el colegio. No pensé que fuera posible, pero sucedió. Todos me dijeron que hice una muy buena carrera, y a pesar de que felicité honestamente a la ganadora, esa mezcla de emociones se apoderó de mí.

Tenía que tomar el subterraneo hasta mi casa, en el camino iba totalmente absorta en mis pensamientos y el vagón iba bastante lleno. Por lo general hubiera esperado un convoy más vacío pero me urgía llegar a mi casa y usar uno de mis vibradores para quitarme ese sentimiento lo más pronto posible. Me afiancé en un tubo con mi mano ya que iba parada, me quedé viendo a la nada. Llevaba pants deportivos, me quedaban ajustados pero no como yoga pants, y pienso que no eran escandalosos. Una camiseta ajustada resaltaba mi figura, pero también pienso que era discreta debajo de mi chaqueta con el cierre abierto. Con tanta gente pensé que era normal el contacto ocasional de cuerpos, y sumida en mi propio mundo no le dí importancia a un señor de mediana edad, no muy agraciado físicamente, ya que su abdomen era abultado, su estatura apenas superior a la mía (1.68 cms) y aunque no le ví la cara directamemte, era notorio que no atraía las miradas. Con el movimiento del tren me tocaba el trasero con el dorso de su mano, como casualmente. Yo estaba pensando en como satisfacerme al llegar a casa, como me iba a desnudar y meterme a la bañera con mi juguete favorito y de pronto me di cuenta que cada que me imaginaba hacer algo con mi vibrador y sentía el roce en mis nalgas, me provocaba una sensación agradable. Al entrar mas gente al vagón, tuve que moverme un poco mas al fondo, puse mis pies lentamente hacia una esquina, viendo hacia la pared pero haciendolo lentamente, rozándome con el señor todo el tiempo, peinso que él esto como una invitación a moverse conmigo, por que siguió mis movimientos y quedamos ambos de frente a la pared, pero ahora mi trasero encajaba perfectamente en su entrepierna. Para ser honesta sentía más su pantalón que su erección, pero era agradable tener algo entre mis nalgas mientras me seguía imaginando con uno de mis juguetes. Para no ser aplastados completamente ponia una de mis manos contra la pared haciendo un poco de fuerza, y llegó el momento que para defenderse de la multitud mi compañero de viaje tuvo que hacer lo mismo, esto le permitía mover su pelvis mas libremente contra mi con cada movimiento del tren. Cuando había menos gente y no teníamos que hacer tanta fuerza, podiamos bajar las manos, y él la apoyaba en un tubo a media altura sobre un asiento. Los sentimientos encontrados llegaban a mí otra vez,; por alguna razón quería sentirme usada, me sentía deprimida y pensaba que por no haber ganado merecía set tratada como perdedora, y obviamente no merecía un chico guapo y atlético. Pensaba que si tenía que dejarme de un tipo así, tal vez la siguiente vez iba a hacer un mayor esfuerzo en ganar. Pensé que valía la pena probar mi teoría, así que me moví hacia un lado. Fingiendo tratar de acomodarme me pare en la punta de los pies y volví a bajar, pero frotándo me parte delantera contra la mano del señor con la que se sostenía. Como no ví una reacción inmediata, repetí la operación y esta vez bajo su mano para dejarla a la altura de mi entrepierna, me moví lo mas discretamente posible y ahora sí entendió, por que empezó a mover sus dedos sobre mi pantalón. La parte baja de nuestros cuerpos estaba protegida de la vista de curiosos, así que decidí dar un paso más. Lo único que yo traía aparte de mi ropa era una bolsa de tela, tipo morral, lo colgué de mi hombro y lo pasé por delante de mi cuerpo, quedando encima de la mano que jugaba conmigo. Simulando detener mi bolso tome mi pantalón de la cintura y lo baje lentamente para que no se notara el movimiento, siendo un pantalón a la cadera, no tuve que bajarlo mucho para que la mano tuviera fácil acceso a mis partes íntimas, regrese el elástico del pantalón a su lugar pero esta vez la mano quedó aprisionada dentro de él. Metió la mano lo más que pudo para introducir uno de sus dedos en mi vagina ligeramente húmeda de excitación y lo empezó a mover proporcionándome una sensación muy, muy placentera. Moviendo mi morral hacia atrás quedó encima de su pantalón, entonces moví mi mano para que quedara entre el morral y el señor, siguiendo mis intenciones se movió un poco de forma que frotaba su entrepierna en mi mano y yo empecé a mover mis dedos tratando de frotar directamente su miembro. Yo estaba un poco desorientada de lo que estaba haciendo, confusa pero muy excitada también, mis dedos encontraron el cierre de su pantalón y lo bajé lentamente, tratando de no hacer ruido. Lo bajé lo suficiente para meter mi mano y empezar a frotar ese miembro sobre la ropa interior a la vez que él seguía masturbándome con sus dedos, yo respiraba profundamente para reprimir lo que serían gemidos si estuviera a solas. El tren empezó a desacelerar para llegar a la siguiente estación, y entonces sentí como su pene se endureció más por un segundo y brincó en mi mano, inmediatamente sentí humedad en su ropa interior y comprendí que había eyaculado. Lo seguí sobando unos instantes pero él saco sus dedos de mi vagina y su mano de mi pantalón, así que yo saqué la mía también. No sé como se haya subido el cierre ni que tan obvia era su eyaculación, pero sentí cuando se separó por completo de mí y bajo en la siguiente estación. Llegando a mi casa me metí a bañar con mi vibrador, recordando lo que había hecho y relajándome completamente.

Leyendo sobre el tema entendí que cuando una chica tiene muy baja autoestima, se entrega a cualquiera tratando de sentirse apreciada, y aunque entendía que no era la forma de arreglar mi problema, era una forma fácil de olvidarlo. Durante el colegio recurrí un par de veces al sexo con desconocidos para liberarme de una depresión, siempre buscaba hombres poco agraciados, era curioso ver somo cuando estaba deprimida, el humillarme me hacia sentir mejor, tal vez me daba cuenta que lo que me pasaba no eara tan malo a final de cuentas. Lo hice con el chofer de un taxi, un señor maduro, con un joven vagabundo en un parque. Tal vez cuente estas historias después. La que quiero contar es precisamente la que me pasó después del fallido ascendo de puesto...

Asistí a la celebración para ser buena compañera de trabajo, pero por dentro estaba a reventar, sólo pensaba en salirme de ahí y hacer algo para relajarme. Después de un rato charlando y tomando unas copas decidí despedirme de todos e irme, pensé en caminar un poco para fantasear en algo y después tomar un taxi a casa. Era de noche, y aunque el rumbo por el que iba no era peligroso, se veía ocasionalmente gente caminando.

Siempre paso por un parque pequeño donde estan las canchas de baloncesto, habia un grupo de jovenes jugando, segui caminando sin darles importancia cuando la bola con la que jugaban se dirigió hacia a mí. La tome y sin pensarlo siquiera, descargué toda mi rabia contra el objeto pateándolo lo mas fuerte que pude hasta el punto de lastimarme el pie, desafortunadamente fue a caer dentro de una construcción.

¡Maldición!, "voy por él" les dije, y trate de buscar la entrada. Había un cuarto construido pero sin terminados, con piso de cemento y paredes de ladrillos con mucho mobiliario provisional, como de oficina pero descuidado. Entré por ahí y salí a un patio trasero donde encontré el balón. Al regresar al cuarto ví que los chicos me habían seguido, eran cinco, relativamente altos pero ninguno era la imagen de un deportista profesional, mas bien desaliñados. Les dije "aquí esta su balón", pero me les quede viendo mas de lo debido. Uno de ellos se empezó a reascar los genitales muy naturalmente, y yo seguí con la mirada sus movimientos, hasta que dejó de reascarse pero yo seguí observando sus shorts, y en especial el bulto que se le empezaba a formar. No estoy segura que cara ponía yo al hacer esto, no estaba concentrada en lo que estaba haciendo. Otro de ellos me preguntó "¿ya te tienes que ir?" al mismo tiempo se sobaba su miembro sobre su pantalón y yo no pude evitar mirarlo mientras lo hacía. "Sí, ya me voy" contesté, -"¿no quieres jugar un partido con nosotros?", -"no, me tengo qu ir" les decía sin dejar de ver sus bultos, pasaba mi mirada por cada uno de los cinco, y traté de salir de ahí. Uno de ellos me cerró el paso y dijo, "espera un minuto solamente, si no te gusta el juego te vas", yo no estaba asustada, sino con esa mezcla de sentimientos encontrados, vi en una mesa una correa de cuero como un cinturón pero más largo, no sé para que se usaría en ese lugar, lo tomé y les dije desafiante, "yo soy mucho para ustedes, así que déjame pasar". Lo dije en un tono altanero y ofensivo, al parecer estaba pidiendo ser castigada. Con la correa traté de golpear a uno de ellos, el resultado fué el esperado, alcanzó a detenerme del brazo y me quitó el cinturón. Lo ví fijamente a los ojos, todavía llena de rabia conmigo misma y tratando de decirle con los ojos lo que quería. No sé si entendió o simplemente él también estaba enojado, pero me gritó, "esta bien, ¿quieres jugar perrita? Me empujó y caí al suelo. Intenté levantarme pero al empezar a hacerlo me puse a gatas y me quede uno segundos así y giré mi cabeza para ver a mi atacante dándole otra vez esa mirada de odio. El sin pensarlo mucho me dió con el cinturón en las nalgas, un golpe no realmente fuerte pero certero que fué muy sonoro y más que dolor me provocó una escalofrío dificil de describir. Emití un gemido muy fuerte, pero no me salió un grito de mi boca, sin moverme de mi posición volví a mirarlo desafiante y el repitió la operación, más despacio, menos fuerte pero midiendo mi reacción. Yo lo miraba fijamente, pero mis ojos delataban algo más además de ira en cada golpe que recibía. Les dijo a sus amigos que me levantaran, dos de ellos me tomaron de los brazos y me llevaron hasta una mesa muy angosta, encontraron unas colchonetas viejas y las pusieron encima y entonces me empujaron contra ella inclinándome sobre el vientre y me sometieron con fuerza todavía sujetando mis brazos, yo forcejeaba de coraje, pero no con suficiente fuerza para liberarme. El grandote se acercó a mi y me repitió la pregunta, ¿quieres jugar maldita perra? yo le contesté "¡No tienes pantalones para pegarme maldito idiota!" Me soltó un cinturonazo que me estremeció. Yo seguía insultándolo: "¡desgraciado, deja que te ponga la mano encima"!, Esta vez tomó su tiempo, le pidió a otros dos que me sujetaran los tobillos, él se acercó y me subió la falda lentamente, tomó mis medias y mis panties y las bajo hasta los muslos y le dijo a los demás, "esta hembra está urgida de castigo, ya verán como disfruta". No sé que parte de mi comportamiento me había delatado, pero tenía razón, me urgía castigo, me urgía sentirme humillada para ver si así aprendía a ser mejor.

Descargó el primer golpe con el cinturón en mi trasero desnudo, ohh, fué una mezcla de grito y gemido lo que pude emitir, lo vi a los ojos pero no sabía lo que yo le estaban transmitiendo al verlo, odio o agradecomiento, zaz! descargo otro golpe, el sonido del cuero sobre mis carnes resonó en ese cuartucho. -"por favor..." dije muy quedamente... -"¿Por favor ya no, o por favor mas? ¡contesta! Me estaba doliendo el castigo y sin embargo estaba deseando más, -"¡contesta!" me ordenó al momento que metía sus dedo en mi vagina. "Esta perra está húmeda". Me había delatado yo sola por completo, ya no tenía caso seguir peleando ese deseo. "Suéltenla" ordenó a sus compañeros. "¡Si quieres más castigo, quítate tú sola tu ropa interior y metetéla en la boca!

Me soltaron y no me moví por un instante, la cordura en mí todavía me decía que saliera corriendo del lugar, y la voz de mi líbido me decía obedecer las órdenes, Una mezcla de adrenalina, miedo y excitación me impulsaron a mi siguiente movimiento, me bajé las medias lenta pero continuamente y después mis panties, volteé y exploté en su cara -"si crees que por mi gusto voy a dejar que me hagas lo que quieras estás equivocado animal!" lo empujé hacia atrás y le aventé mi ropa interior, que obviamente no lo iba a lastimar, el empezó a reir, y me dijo, -"esta bien, lo haremos a tu modo". Otra vez les gritó a sus amigos que me sujetaran. Me volvieron a empinar sobre la mesa tirando de mis manos sobre mi cabeza y utilizando mis medias me amarraron las muñeas firmemente y las ataron a las patas de la mesa, también ataron mis tobillos a las patas traseras de la misma, yo estaba en una posición realmente incómoda pero firmemente amarrada. Seguí gritándoles groserías y entonces el más alto dijo, "veremos que tanto puedes hablar después de 20 azotes" ¡zas!" empezó con un golpe certero, yo reprimía mis gritos y segía insultándolos, pero me gritó "ya callate" mientras hacía una bola con mis panties y me las metía en mi boca. Siguió azotándome mientras sus amigos coreaban la cuenta, "ocho, nueve,, diez". Entonces paró y dijo "quieres sentir dolor, veremos si aguantas esto, Roger, ve a buscar algún tipo de aceite, manteca o algo para esta cerda". Sabía lo que venía, no sé si lo estaba deseando o temiendo, pero mi cuerpo empezó a temblar ligeramente sin control. Sentí que me untaban algo frío en el ano, no supe que era, pero casi inmediatamente sentí una estocada que me dolió casi al punto de desmayarme, me estaban penetrando analmente con furia. Pienso que el dolor duró más de dos minutos, durante los cuales solo gemía de dolor con mis panties en la boca, tenía lagrimas en los ojos, pere mi rostro no era de desolación, más bien sentía que había llegado al punto que quería, sentirme totalmente denigrada por gente que yo consideraba con menos educación que yo. Sometida como estaba uno de ellos se acercó a mi por delante y se empezó a masturbar muy cerca de mi cara, yo lo alcancé a ver y trate de verlo a la cara, pero la posición en la que estaba no me lo permitía. Empezó a acariciar mis mejillas suavemente y después paso sus dedos por el cabello de mi nuca, No pude evitar estremecerme a pesar de mi posición, estaba vencida. El que me sodomizaba sacó su miembro de mí y dijo "faltan otros diez", zaz! once, doce, El que estaba frente a mí me preguntó, ¿ya te vas a portar bien?, yo casi sin fuerzas asentí con la cabeza. Soltaron el extremo de mis medias que ataba mis manos a la mesa, me pude incorporar un poco para relajar mi cuerpo, el chico que hizo esto me sacó mi ropa interior de la boca y la sustituyó inmediatamente por su pene. Continuaron los azotes, hasta llegar a diez, y otro chico tomo el lugar del primero en mi culo. Se deslizó sin problemas esta vez, y yo seguía teniendo ese miembro en la boca. Prácticamente me estaba follando la boca hasta la garganta, hubo un momento que se detuvo y dijo, "ahora me toca a mí".

No estaba segura a que se refería, pero el que me penetraba el culo lo saco y se fué directo a mi boca sin dejarme descansar, con ese miembro de sabor raro en mi boca sentí otro azote, y de nuevo a contar, "uno, dos, tres...." al llegar a diez, paró y sin mas ceremonia me hundió su miembro en el ano, de nuveo no podía poner resistencia alguna. Me desataron completamente las manos y los pies para moverme a su antojo con libertad, "mi turno" dijo otro. Cambiaron de posicion, nuevamente de mi culo a mi boca, y otra vez azotes con el cinturón, hasta diez y me penetraban analmente, repitieron la operación turnándose dos veces cada uno de los cinco, no sé de donde sacaron cervezas, tal vez las tenían para después de su juego y las empezaron a repartr, me hacían tomar mojando sus miembros en ella. Ya no sabía quien me sodomizaba, ni quien tenia su verga en mi boca. Uno de ellos dijo "estoy listo" yo me agarraba de su cintura para no caerme, y el empezó a eyacular en mi boca, no pude mas que tragarlo todo, Repitieron la operación, el que me penetraba analmente paso a mi boca, mientras que otro empezó nuevamente los azotes y pasó a sodomizarme sin miramientos. Empecé a recibir la segunda descarga de semen en mi boca, uno a uno terminaron dejándome totalmente exhausta.

Me quería acostar, uno de ellos tomó un plastico grande de los que usan los pintores y lo extendió en el suelo y me dijo que me acostara sobre el. Yo accedí por lo cansada que estaba y pensando que ya habían terminado, pero entonces dijo "sabes, las cervezas están haciendo su efecto y aqui no hay baños", acto seguido empezó a orinar sobre mi cuerpo, yo tenía mi falda en la cintura y mi blusa todavía puesta, era tal la cantidad de líquido que me empapó toda. Yo reaccioné por un momento gritando y tratando de apartarme pero solo logre incorporarme hincándome sobre el plastico y tratando de cubrirme con las manos. Terminó y yo no me moví de mi posición, Me sentía totalmente denigrada, humillada, pero sobretodo excitada y satisfecha mentalmente. El no moverme invitó a otro a seguir el ejemplo del primero, se acercó y empezó a orinarme por la espalda, me ordenó que volteara y yo obedecí, empezando a recibir el líquido tibio amarillo sobre mi cara. "abre la boca" gritó, y otra vez sumisamente lo hice, como no podía tragar todo lo dejaba salir de mi boca y caía sobre mis pechos. Siento que todavía para comprobar mi sumisión y participación voluntaria me dijeron, quítate el brassier y mójalo en el suelo, yo obedecí sin quitarme la blusa jalando por las mangas las tiras de mi bra, lo pasé por el plástico como tratando de secarlo, "dame el brasier, párate y empínate tu sola", otro mas se puso delante mío, yo me detuve de él y abrí la boca, Me empezaron a azotar otra vez con mi bra mojado de orina, mientras que los dos que faltaban tomaron turnos para orinarme directamente en la boca y en la cara.

Al terminar todos se estaban riendo, mientras se vestían. "Si quieres repetir esto, jugamos todos los jueves a esta hora en el parque". Tomaron su pelota de baloncesto y se fueron dejándome semidesnuda, adolorida y sucia. Sali de la construcción y estaba lloviendo, pienso que esto era bueno, ya que dejé que la lluvia me limpiara un poco. Al llegar a mi departamento los vecinos me vieron empapada, pero no dijeron nada. Al entrar sonó el teléfono, era mi amiga invitándome a ir a festejar un cumpleaños el jueves, después de la oficina. Lo pensé un segundo y le dije, "lo siento, el Jueves ya tengo una cita, tal vez la próxima, pero nos vemos mañana en la oficina". No sé por que ninguno de los chicos me penetró vaginalmente, así que me preparé un baño caliente, tomé mi vibrador favorito, y me metí con él a la tina relajándome completamente.....