Depresión Mayor - Segunda Terapia

- ven acá muñeca mía… pero antes quitate el panty para ver ese postre entre tus piernas y ver como se mueven tus tetas

Depresión Mayor – Segunda Terapia

Después de salir del cuarto de Jacinto la cabeza me daba vueltas, "¡ufff, que locura acabas de hacer!?" pensé... "pero no puedes negar que fue excitante!" y sonreí.

Llegué al puesto de enfermería dispuesta a hacer el informe. Francisca dormitaba en uno de los dos sillones. "como te fue?", "bien", "saliste cansada, me imagino lo difícil que debió ser" y siguió durmiendo.

Escribí el informe y al final di mi opinión: "paciente con muchas situaciones a resolver, 1.Apatía sexual, 2.Dificultad para sostener una erección por lo descomunal de su miembro, 3.Dificultad para alcanzar el orgasmo, 4.Dificultad para eyacular, 5.Frustración general".

En sugerencias escribí: "dejar recomendaciones para enfocar estos aspectos en las próximas Terapias". Firmé y entregué el turno. Nuevamente los comentarios sobre Jacinto y su miembro, las bromas y las risas.

Salí de la clínica y esperé a Francisca para llevarla a su casa como siempre hacía. Hicimos el recorrido hasta su casa, hablamos de cosas diferentes al trabajo hasta que al fin me dijo:

me tienes abandonada jefe

ummm, si...?

hace mas de cuatro meses que nada de nada… porque no te quedas en mi apartamento… y descansamos todo el día, ah?

ummm… me gusta esa propuesta

entonces se queda conmigo…?, volvió a insistir -- los recuerdos de la terapia con Jacinto volvieron a mi mente y me estremecí

bueno, acepto tu invitación Pacha...

Feliz me besó e introdujo su mano por entre mi falda y buscó mi entrepierna con dedos rápidos, me estremecí al contacto, encontró lo que quería y me acarició…"quieres que te coma ese delicioso postre carnudo y húmedo?" me susurró al oído, le dije que hoy sería toda suya, sacó la mano de mi entrepierna, se la miró y la olió, "ummm… estas muy mojada", nos volvimos a besar con fuerza.

Llegamos a su aparta estudio, entramos y una vez dentro nos abrazamos, pegó su cuerpo al mío. Sus manos buscaron mis pechos y los amasó con sus dos manos, intentaba endurecerme los pezones, cerré mis ojos y me deje hacer, me besó en la boca yo abrí la mía y jugamos con las lenguas un buen rato, las manos inquietas de ella se colaron otra vez bajo mi falda y buscó mi vulva carnosa y tibia, presionó el botón del clítoris por encima del panty y yo me queje suavemente.

Tengo un clítoris anormal, cuando me excito mide hasta un centímetro y medio, es como un minipene y es mi punto de máxima excitación.

Pacha lo conocía y era eso lo que buscaba, lo estimuló y lo dejó crecer. Empezó a desabotonar mi blusa, yo saboreaba su lengua tibia y húmeda, disfrutaba del contacto con sus labios carnosos, me zafó el brasier y mis tetas quedaron libres, me quitó la falda y quedé solo con mi tanga, nos separamos y me miró de arriba abajo

  • eres un espectáculo jefe, lo sabías?... mirar tu cuerpo me pone a mil… mira mis pezones – efectivamente estaban duros y se marcaban perfectamente, se empezó a desnudar… el blanco uniforme de enfermera con botones delanteros desde arriba hasta abajo contrastaba lujuriosamente con el color negro de su piel, su piel negra me generaba sensualidad y erotismo, los botones empezaron a soltarse y Pacha quedó en brasier y panty, era una mujerona, mas fornida que yo, tetas y nalgas mas grandes que las mías, se quitó el resto de la ropa y quedó desnuda.

  • ven acá muñeca mía… pero antes quitate el panty para ver ese postre entre tus piernas y ver como se mueven tus tetas… -- así lo hice y Pacha se abalanzó sobre mi sin control, me amasó las tetas y las chupó desesperadamente, me empujó a la cama y caí boca arriba, se detuvo de pies mirándome con lujuria

  • separa tus piernas por fa… -- separé mis muslos y cerré los ojos, recordé le terapia de la noche anterior y me preparé para disfrutar de lo que me iba a hacer Pacha. Sus manos acariciaron mis pies, mis tobillos, mis rodillas, mis muslos, se subió a la cama y se acomodó entre mis muslos su lengua empezó a lamer mis muslos y sus manos se apoyaron en ellos deparándolos un poco mas, cada lengüetazo aumentaba mi placer, poco a poco se acercó a mi vulva, bajé mi mano y toqué mi clítoris, estaba creciendo y me lo acaricié con el dedo índice, sentía la respiración caliente de Pacha en mi vulva, se aproximó mas hasta que por fin sus labios se posaron sobre mis labios vaginales en un beso suave y tierno.

Lentamente comenzó a lamer y a lubricar mi vulva, cada vez sacaba mas su lengua y mojaba el surco entre mis labios, estos se separaban a cada lengüetazo de Pacha, yo estaba excitadísima así que tomé mi clítoris entre mis dedos índice y pulgar y lo empecé a masturbar, estaba grueso y grande, creo que casi llegaba a los dos centímetros, era como un pene que aumentaba su erección con la caricia, Pacha tenia su lengua materialmente clavada en mi vulva, sentía su nariz participando en la mamada.

Algo diferente a la lengua de Pacha hizo contacto con mi culo, después me di cuenta que era un dedo, este se metió entre mis labios, estimuló toda mi raja de arriba abajo separando los labios mayores y menores hasta encontrar la entrada a la gruta secreta, empezó a entrar, se deslizó entre mi profunda intimidad, donde horas antes había entrado Jacinto, aunque la diferencia en tamaño era inigualable, el placer si era mayor el de este dedo de Pacha, que penetró un buen rato hasta sentir los nudillos de la mano presionando en mi vulva, aumenté la velocidad de la masturbación de mi clítoris, aumentando mi placer, Pacha me lamió los dos dedos masturbadores y yo la dejé, se los introdujo en lo mas profundo de su garganta, el calor de su boca lo sentí en mis dedos, sentí mas placer, los retiró y yo separé con mis dos manos mis labios vaginales mostrándole con orgullo mi falito, sus labios lo aprisionaros, su lengua empezó a lamerlo y chuparlo como si fuera un pene, como si fuera el pene de un niño, el dedo de Pacha fornicándome y su boca comiéndose mi clítoris, el orgasmo estaba próximo, …- Pacha… ya casi… llego… - le dije

Me llevó al límite, y en el momento final, sacó su dedo bruscamente, y dejó de chuparme el botón erótico, yo me sorprendí por que quedé como en stop, suspendida, se detuvo todo… - aun no vas a terminar mamita… lo haremos juntas… mas luego… - solté un suspiro

Pacha con un movimiento rápido, muy raro teniendo en cuenta su peso, se montó encima de mi pero al revés, puso todo su nalgatorio en mi cara, las enormes montañas pero bien formadas ocuparon mi visión, y se quedó así, en cuatro, cual perra en celo esperando acción.

Pacha, era una mujer dominante en el sexo y a mi me encantaba por que me proporcionaba placer al mil por ciento, y me hacía sentir muy mujer, así que jugué con sus nalgas, se las amasé, se las apreté, capté su olor a loción, siempre tenemos por costumbre bañarnos antes de que termine el turno por que nos relaja y por que uno no sabe que pueda pasar… como hoy… su aroma de mujer fresca me animó y ataqué su vulva negra, grande y húmeda, mis labios la mordieron suavemente y Pacha se quejó, la gustaba que la hicieran caricias fuertes, llené mi boca de vulva prieta, lamí y chupé, pasé mi lengua por toda su raja grande y carnosa, sintiendo la suavidad de sus pliegues, llegué hasta su ojete trasero, para eso separé con fuerza sus nalgotas, lo lamí y lo lubriqué, Pacha volvió a gemir, sabía que ese era su punto, el ano, la tocaba allí y eso la encendía, seguí lamiéndoselo, intentando penetrarla con mi lengua, chupando su vulva, separando sus labios con mi lengua, un leve temblor la invadió, estaba a punto, permanecía quieta disfrutando de mis caricias.

Me chupe el dedo índice lubricándolo y lo apuntalé en el ano, ella supo lo que le iba a hacer y se inclinó, presioné el dedo en su entrada trasera y Pacha no se pudo controlar, se movió, atacó mi vagina con su lengua separó con sus manos los pliegues y descubrió mi clítoris que ya casi alcanzaba dos centímetros, erectos, grueso, rosado y caliente. Lo atrapó con sus labios y lo succionó causándome un gran estremecimiento de pies a cabeza, entré el dedo en su ano, Pacha brincó y gimió, sentí sus dedos en mi vulva, levanté mis caderas, separé mas mis piernas y le ofrecí mi intimidad sin tapujos para que me hiciera sentir mujer, me hiciera el amor con su lengua y sus dedos, me hiciera llegar al orgasmo que Jacinto no fue capaz en la noche, sentir el cuerpo de Pacha encima del mío, sentir sus carnes calientes y firmes era erótico para mi, sentir sus dedos manipulando mi vagina, sus labios en mi clítoris era una locura, así que introduje mi dedo en su ano y chilló de gusto, me mordió el clítoris y también grité de placer, como pudo separó mas sus piernas y aproveché para lamer su vagina desde el comienzo hasta que mi lengua encontraba mi dedo en las entrañas de ella, mientras chupaba mi clítoris sin parar introdujo dos de sus dedos en mi vagina y empezó el mete y saca, yo estaba muy lubricada y muy próximo al orgasmo.

La respiración era agitada en las dos, nuestros cuerpos gordos se movían en una danza erótica de lujuria y placer, mi lengua no paraba de morder y lamer su ano y ella chupaba y chupaba mi clítoris, mis fluidos resbalaban por mis nalgas entre los dedos de Pacha, la excitación aumentaba, un leve temblor empezó a recorrer nuestros cuerpos, uno blanco y uno negro, añoré que me chupara las tetas, pero imposible, faltaban manos y bocas, levanté mis piernas y abracé la cabeza de Pacha y la presioné sobre mi clítoris, quería mas placer, mas lujuria, pensé en que faltaba otra persona para sentir mas placer, el temblor amentaba, los gemidos se escuchaban en toda la habitación, moví mi dedo con mas rapidez, Pacha hizo lo mismo, el sudor empezó a cubrir nuestros cuerpos y Pacha en uno de los mete y saca enterró un dedo en mi ano sin lubricarlo, siempre hacia lo mismo, me causaba dolor pero el placer era mayor, dos dedos, uno en mi vagina, otro en mi ano, mi clítoris en su boca, suficiente, lancé un grito y mi orgasmo se dejo venir, Pacha mordió toda mi vulva y empujó con mas fuerza sus dos dedos en los respectivos huecos y los dejó allí.

El frenesí nos envolvió, las sacudidas de los orgasmos estremecía nuestros cuerpos, Pacha murmuraba frases que yo no entendía, ni me importaban, mi orgasmos era delicioso, duradero, temple mi cuerpo cual arco, levante mis caderas contra la boca y los dedos de Pacha, me entregué a disfrutar de ese momento sublime, me elevé a lo mas alto del placer, mis gemidos, mi sudoración, mi cuerpo, el de Pacha, todo era un sueño rico y delicioso, me abrazó con sus piernas y sus brazos, nos fuimos quedando quietas, y relajadas, se apagaron los gemidos, los dedos se quedaron en sus sitios, liberamos nuestras bocas para respirar mejor y así entramos en el éxtasis.

Pasó el tiempo, nos levantamos, nos bañamos y nos sentamos a desayunar. No pude resistir y le conté a Pacha lo de Jacinto.

Se rió, "yo quería hacer lo mismo pero te me adelantaste"… nos reímos con picardía… "pero puedes hacerlo el próximo turno de noche"… "contigo por ahí me da pena"… "jajaja, bobita y lo de ahora no te da pena?"… risas otra vez… "es muy distinto"… "yo me voy a dormir a alguna habitación desocupada y te dejo el terreno libre con Jacinto, te parece?".

Volvió a reír, "entonces preparemos la próxima terapia de Jacinto".

En el pabellón de Psiquiatría se empezó a rumorar que la auxiliar Pacha le estaba coqueteando a Jacinto. Se había convertido en su enfermera de cabecera y al parecer era correspondida. Desayunaban juntos y hasta los habían visto riéndose.

La verdad es que Jacinto estaba mejorando su estado de ánimo. Ese era el objetivo, que los pacientes mejoraran.

Los días transcurrieron entre risas, trabajo y chismes entre las enfermeras, como es lo usual. Llegó la noche de nuestro turno. Pacha y yo estábamos un poco nerviosas.

Después de acostar a todos los pacientes Pacha me dijo que la habitación 22 estaba sin pacientes y lista para que yo me fuera a dormir allá, sonreí porque esa habitación estaba en el extremo opuesto donde estaba Jacinto.

Obediente me metí a la habitación. La noche siempre me ha parecido erótica. Cómplice del sexo. Esta noche estaba cargada de esa sensación. Estaba muy excitada. Caminé por la habitación sin dejar de pensar en Pacha y Jacinto. Me recosté y me quedé dormida.

No se cuanto tiempo pasó, pero me desperté sobresaltada. Mi mente voló a Pacha y Jacinto. Me levanté y sin pensarlo dos veces me fui a la habitación 02. Con sigilo empujé la puerta. Abrí un poco para ver lo suficiente

Pacha encima de Jacinto, el enorme pene sobresalía por encima de las nalgas de Pacha que lo tenia aprisionaba con sus muslos y movía sus enormes nalgas sobre el falo erecto, de arriba abajo, pajeándolo, con rapidez sorprendente, rítmico, erótico el movimiento de las enormes caderas y nalgas que de vez en cuando paraban y hacia movimientos circulares, después el cuerpo de la mujer se arqueaba hacia abajo, imaginé el falo frotando la vulva abierta de ella, estimulando el clítoris y al arquear el cuerpo frotaba el ano, ufff… de razón los gemidos de Pacha. Jacinto con su mano derecha masturbaba el resto de su enorme verga hasta el glande y lo flexionaba sobre la rajadura de las nalgotas de Pacha presionando el ojete trasero de ella y era cuando gemían los dos….

Los cuerpos sudorosos, sus respiraciones agitadas y el olor a sexo que se respiraba en la habitación eran suficientes para excitarme. Bajé mi mano hasta mi vulva húmeda y caliente, no tenía ropa interior, estimulé mi clítoris y lubriqué mi raja, me masturbé con rapidez mirando los movimientos de la pareja en la cama, Pacha estaba próxima al orgasmo, abrazada al hombre gemía de gusto, Jacinto frotaba con fuerza sus pene que parecía mas grande esta noche, daba la impresión que estaba excitado y quería tener un orgasmo, se quejaba de vez en cuando y con la mano libre acariciaba el cuerpo de la mujer encima de el.

Pacha levantó la cabeza y miró al hombre, intercambiaron unas palabras que yo no alcancé a escuchar el movió la cabeza y de inmediato Pacha arremetió con sus caderas y nalgas en un movimiento frenético, culíando como una experta, todo su cuerpo se estremecía… ya iba a llegar… aceleré mi masturbada y al mismo tiempo llegamos al orgasmo… la mujer en la cama lanzó un gemido y abrazó con fuerza al macho… este soltó su pene y abrazó a la mujer con fuerza, el gemido de ella fue mas largo y fue disminuyendo en intensidad al igual que su cuerpo empezó a moverse menos rápido hasta quedar quieta y en silencio.

Yo exploté y mil estrellas llenaron mi cabeza y un fluido tibio bajó de mi vulva y emparamó mi mano, el calambre recorrió todo mi cuerpo y mi clítoris se contrajo con fuerza dándome placer rico y delicioso.

Miré a la cama y el enorme pene sobresalía por encima de las nalgas, seguro que hoy había aumentado unos 7 a 10 centímetros más. Continuaba erecto y su dueño lo acariciaba lentamente, el cuerpo de la mujer yacía relajado sobre el cuerpo del hombre. Una idea pasó por mi cabeza y sin mas protocolos entré a la habitación. Jacinto me vió y me hizo un guiño de ojos, yo le sonreí. Pacha estaba extenuada por el reciente orgasmo. No me había visto. Me acerqué a la cama y pude ver de nuevo aquel monstruo palpitante, lleno de venas, caliente y duro. Lo toqué y sentí la carne excitada del hombre, deseaba más acción, lo empecé a masturbar, el movimiento fue percibido por Pacha quien levantó la cabeza para mirar a su macho pero de inmediato notó mi presencia

Jefe…!!! – exclamó Pacha

Hola Pacha, hola Jacinto…. me invitan… yo también quiero… - dije. Jacinto abrazó a la mujer inmovilizándola, ya que esta se iba a levantar

Jefe…!!!, me da … vergüenza contigo… no se … Jacinto… que dices – murmuró Pacha con voz entrecortada

Jefe queda invitada… - dijo Jacinto

Gracias a los dos

Jefe… el… no ha podido tener orgasmo

Y siento deseo de tenerlo… gracias a ustedes – dijo Jacinto

Yo continuaba masturbando a Jacinto. Pacha se relajó y abrazó al hombre. Se hizo un silencio en la habitación. Las mentes de los tres se organizaban rápidamente. Pacha y Yo habíamos tenido un orgasmo, Jacinto aun no.

Sigamos para que Jacinto logre alcanzar su orgasmo…. – dije

Pero y que hacemos… jefe… - murmuró Pacha. El está muy caliente y excitado pero no pudo… por mucho que lo intenté

El monstruo del hombre se estremeció y las dos mujeres nos percatamos de ello, Pacha lo empezó a besar y movió sus caderas, yo me acerqué mas y seguí frotándolo, vi vaselina en el nochero y le dije a Jacinto que me la pasara, también vi un metro

vaya que la faena fue completa… vaselina y metro

jefe, las cosas hay que hacerlas bien – dijo riendo Pacha

ustedes son unas profesionales y les estoy muy agradecido – añadió Jacinto

jefe no me lo va a creer, pero el monstruo que tiene este hombre entre las piernas midió 40 cm!!… ah… que le parece?...

ummm… Jacinto eso es trampa

jefe… yo no tengo la culpa

Después de estas palabras guardamos silencio y cada cual se concentró en su trabajo. Pacha movía sus caderas frotando el pene y yo masturbaba el resto del falo que sobresalía con mis dos manos lubricadas con vaselina, poco a poco las respiraciones se fueron haciendo mas fuertes. La excitación y el erotismo se sentían. Pacha estaba desnuda. Jacinto tenía la pijama hasta las rodillas y la camisa abierta, yo aun tenia mi uniforma. Pensé rápidamente. Masturbando el pene masculino baje mi mano hasta rozar las nalgas y la entrepierna de Pacha, ella se dio cuenta y separó sus piernas, así pude bajar mas mis manos, era impresionante la longitud del pene parecía no tener fin, seguí bajando mis manos por todo el tallo rozando las carnes de Pacha, el largo falo quedó muy cerca de mi rostro, lo miré y la boca se me llenó de saliva, no resistí y lo chupé, sentí otra vez aquella cabeza en mi boca, mis manos recorriéndolo, parecía tocando un clarinete, Pacha giró la cabeza y me vió, nos hicimos ojitos, Jacinto tenia los ojos cerrados y acariciaba a Pacha.

Llegué a los testículos y los apreté suavemente. Se escuchó un gemido de Jacinto. Acaricié la vulva de Pacha y se escuchó un suspiro de ella. Acaricié con los dedos la vulva de la mujer negra y al mismo tiempo masajeaba los huevos masculinos.

Que rico jefe… - susurró Jacinto

Quitate la ropa… - le dije

Organicémonos… - sugirió Pacha

Pacha se levantó de encima de Jacinto. Miré su cuerpo sudoroso y caliente, sus tetas grandes bien formadas y su enorme culo redondo y firme, me excité mirándola. Jacinto la miraba con deseos. Me desabroché el uniforme. Pacha me miró: "mamasota hermosa" y me envió un beso. Jacinto miró mis pezones rojos hinchados de excitación, mi vulva rosada y húmeda y caliente… me miró a los ojos y vi su mirada de placer y de deseo de mas

Se levantó de la cama y las dos miramos la enorme longitud de su pene que se movía como una serpiente pesada y lenta con los movimientos de su amo. Se sacó la camisa y la pijama. El pene, por su peso, no permanecía derecho, se curvaba hacia abajo, "necesita apoyo" pensé.

Pacha se le acercó y se arrodilló y lo tomó entre sus manos y se metió la cabeza a la boca (como yo había hecho), me acerqué y lo tomé entre mis manos y comencé a chuparlo a lo largo, las manos de Pacha también lo ayudaron a sostener. Con cuatro manos y dos bocas nos deleitábamos con el monstruo, nos rozábamos los labios mientras chupábamos toda aquella barra de chocolate gigantesca, me lo cedía y me lo introducía a la boca y ella lamía su tallo, después cambiábamos, al introducirlo nos provocaba arqueadas y lo lubricábamos con nuestras salivas, nuestras manos se encontraban y apretaban la barra caliente y tiesa.

Juntamos nuestros labios en un beso apasionado mientras masturbábamos con las cuatro manos a Jacinto. Este nos miraba con placer y excitación lo sentíamos por las sacudidas de su pene.

Jacinto nos arrebató su herramienta la tomo entre sus manos como un tesoro y se la llevó a la cama. Yo me subí también y me acomodé encima de Jacinto, de espaldas a el, colocando su falo entre mis piernas frotándolo contra mi vulva. Jacinto sintió mi sexo caliente en su miembro y me abrazó desde atrás empezó a explorar mis tetas grandes y blancas, me estimulo los pezones, cerré mis ojos al sentir las caricias masculinas en mi cuerpo. Era excitante. Pacha me miraba y miraba a Jacinto. Le hice ojitos. Tomó sus enormes tetas entre sus manos y me las ofreció, se las acarició, pellizcó sus pezones negros hasta ponerlos duros y bajando la cabeza atrapó uno con su boca y lo succionó. "ummm….", me estremecí de placer por lo que me hacia Jacinto y lo que veía hacer a Pacha.

Era doble placer, sentir y ver, excitante, era lujuria desenfrenada, Jacinto me chupaba los hombros y el cuello, llegaba hasta mis orejas y las lamía susurrándome al oído que estaba buena y sabrosa, que lo excitaba mi piel blanca

Pacha separó sus gordos muslos y me mostró su vulva negra y brillante de sudor y vaselina, provocativa, palpitante, se subió a la cama, de pies se me acercó y me ofreció su vulva, la lamí y mi lengua buscó su clítoris negro y pequeño, un botoncito que había que chupar para hacerlo aumentar un poco de tamaño, le proporcionaba placer y se emparamaba de fluidos y de excitación. Abracé sus muslos y nalgas mientras mi boca chupaba su sexo mojado, me acariciaba la cabeza y mis cabellos, también acariciaba la cabeza de Jacinto.

Este seguía proporcionándome placer apretando mis tetas y mis pezones. Con una mano acomodó su verga entre mis tetas. La sostuvo allí y su otra mano se deslizó hasta mi entrepierna, sentí sus dedos explorar mi gruta secreta, encontró mi clítoris y dio un salto, que hasta Pacha lo sintió, "es muy grande jefe" se sorprendió, pero lo excitó, su pene se estremeció entre mis tetas. Estimuló mi clítoris y lo masturbó como si fuera un pene pequeño.

Yo chupaba el clítoris de Pacha y pasaba mi lengua por toda su raja dándole placer. Se separó de mi y se arrodilló. Me ofreció sus tetas. Se las apreté y las chupé. Estimulé sus pezones que se pusieron duros. Sentí sus manos entre mis tetas buscando el monstruo de Jacinto. Lo encontró, lo masturbó. Jacinto gimió. Dejé de chupar las tetas de Pacha y también cogí el pene de Jacinto, entre las dos lo chupamos, lo frotamos. Nos dimos cuenta de la excitación de Jacinto y eso nos estimuló nuestra propia excitación.

Jacinto gemía de gusto. Vimos salir líquido por la cabeza de su enorme falo y lo chupamos con avidez, succionándolo y lamiéndolo. Jacinto estaba a mil. Su monstruo cabeceaba y temblaba. Creímos que estaba apunto de eyacular.

Lo tendimos en la cama boca arriba. Me acomodé de espaldas a el, para quedar frente a frente con Pacha. El pene entre mis genitales, mis muslos y mi ano. Lo que restaba de pene eran unos 20cm de carne negra caliente y palpitante.

Pacha se acomodó en cuclillas para facilitar la entrada del monstruo en su cueva. Yo lo tomé entre mis manos y lo frote con vaselina. Agarré la cabeza y la froté entre los pliegues vaginales de Pacha. Esta suspiró de gusto. Su vulva abierta frente a mi me llevó a la cima del placer, presioné el pene sobre mi clítoris y mi placer aumentó. Sentí mareo, el orgasmo se aproximaba. La visión de la vulva de Pacha y el pene de Jacinto entre mis manos me llevaban poco a poco al final de esta jornada de terapia y ya solo querría tener un orgasmo largo y placentero.

Agarré fuerte el pene y Pacha empezó a bajar sus caderas, la cabeza entro en la cueva negra, se acomodó, bajo otro poco y el monstruo entro otro poco, estimulé el clítoris de Pacha. Jacinto me estimulaba las tetas y mis pezones. Era mucho placer. Las respiraciones. Los gemidos. El calor y el sudor. El olor a sexo. Las caricias de Jacinto. Pacha tragándose la vergota con su vulva negra y mojada. Era una bomba de tiempo. Poco a poco Pacha se fue tragando a Jacinto. Se lo tragó todo. La envidié. Pero el roce de su vulva con la mía…. "UFFFFFFFF!!!!!"…. me hizo explotar, su vulva llena de verga frotando la mía, la visión de sus tetas moviéndose, sus caderas culíandose el pene masculino, el cuerpo de Jacinto detrás mío, tembloroso de gusto, aparentándome las tetas.. Exploté… de gozo.. "Ahhhhhhhhhhhhhhh…..!!!!", solté mi orgasmo, me estremecí, grité de placer y de gusto, froté mis caderas contra la vulva y el pene negro, agarré los muslos gordos de mi negra, ella se apoyo en mis caderas, y seguía moviéndose con lujuria, su vulva y la mía se frotaban sacando chispas, mi cuerpo se puso caliente y sudoroso, apreté los labios, cerré los ojos. Me estremecí y solté mi placer

Sentí mareo, perdí peso y subí a los cielos, vi los ángeles tocando sus arpas, grité de placer y lujuria. De gusto por el sexo. Mi cuerpo tenso se sacudía. Sintiendo los cuerpos de mis amantes detrás y delante mío… sacudidas orgásmicas me llenaban la mente y el cuerpo, sacudidas de placer nunca antes experimentadas, sonreí y me salieron lagrimas, de gusto. Poco a poco me fui aquietando y baje de los cielos, abrí los ojos justo en el momento en que Pacha cerraba los de ella y su cuerpo empezó a temblar, sus caderas empujaban con fuerza tragándose a Jacinto, lanzo un gemido largo… "Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…", embestía con fuerza, sentía su empuje en mi vulva y mi clítoris, me excité otra vez... "apriétame las tetas Jacinto….", Pacha gritaba… "mas… mas… mas…"… sentí su cuerpo caliente y sudoroso, otra vez subí al cielo en compañía de Pacha mi amante lesbiana, las dos gritamos, nos abrazamos de placer y lujuria, nuestros cuerpos sudorosos convulsionaron de placer epiléptica por la lujuria y el erotismo que estábamos viviendo, nos tensamos y después soltamos nuestras pasiones orgásmicas, sacudidas y sacudidas, saltábamos sobre Jacinto que hacia esfuerzos por alcanzar su propio orgasmo. Explotamos y nuestras mentes quedaron en blanco, subíamos mas y mas y mas, parecía un viaje sin regreso. El pensamiento de la muerte por placer nos invadió, nos dio miedo y un frío se apoderó de nuestros cuerpos… ese frío empezó a apagar el incendio de la lujuria y nos fuimos relajando, nos fuimos tranquilizando y nos quedamos quietas, desmadejadas una sobre la otra, ella encima mío y las dos encima de Jacinto… con su enorme monstruo clavado en las entrañas de Pacha y de paso apretando mi sexo

..así terminó esta terapia….