Deportista Dominada (6 de 9)
Julieta comienza a aceptar su condición de sumisa. Entiende que en el fondo Damián estaba en lo cierto. Su altivez era para cubrir su timidez y sumisión.
Deportista Dominada (6)
Julieta, a pesar que los últimos días estaba más tranquila por el comportamiento de Damián, quedó algo preocupada. ¿Vacaciones en un hotel de lujo? ¿Qué tendría "in mente" Damián? ¿De dónde sacaría el dinero para esas vacaciones? ¿Que tenía más posibilidades? Esto no le presagiaba nada bueno.
Muchas preguntas y pocas respuestas.
Estas eran las reflexiones de Julieta mientras se retiraba de la casa de Damián.
La vez siguiente que Julieta concurrió a la casa y luego de los polvos usuales, la muchacha preguntó por el asunto de las vacaciones.
-Ya tengo todo arreglado. Salimos el viernes 5 y regresaremos el lunes 22. Dispondremos de una confortable habitación para ambos y, si es necesario, de otra para que realices tu tarea.-
-¿Qué tarea debo realizar?-
-Te contaré. Sabiendo que había el torneo de golf, le envié unas seis fotos tuyas al gerente del hotel para que considerara la posibilidad que brindaras el servicio de cortesana.-
-Las fotos que envié te mostraban desnuda, unas parada, otras sentada, otra más con la concha abierta, una mostrando el culo y una con una pija metida bien adentro del culo.-
-¡Otra vez trabajando de puta!-
-Te sigo contando. Tu horario de trabajo será de seis de la tarde a medianoche. Se supone que te podrán usar no solamente los golfistas sino también periodistas, árbitros y público en general. Estarás en servicio desde el viernes que llegamos hasta el domingo anterior a partir.-
-¡No pienso hacer de puta otra vez en el hotel! Si quieres pon las fotos donde quieras, haz lo que quieras, pero otra vez de puta, ¡NOOOO!
-Cálmate. Vamos por partes. Primero que me he comprometido a que hagas esa tarea y segundo que sabes que no puedes negarte.-
-Sé que no puedo negarme, no quiero que publiques las fotos y me vean mis conocidos, pero eres un hijo de re mil putas.-
-Otra vez con lo mismo. Cálmate.-
-¿Y otra vez que quedarás con la mitad de lo que gano?-
-No, porque el hotel cobrará 700 dólares la hora de tus servicios, se queda con doscientos y me da quinientos, pero ese dinero será totalmente mío. Tú tendrás solamente la mitad de las propinas que recibas.-
-¿No era que las propinas eran de quién ofrecía el servicio?-
-Cambié de opinión. La mitad de las propinas serán mías y todo lo que me pague el hotel por tu servicio de puta. Podrás trabajar hasta seis horas diarias, según el requerimiento de los clientes, durante quince noches. La mitad de las propinas puede ser bastante dinero.-
-Me han dicho que de acuerdo con la experiencia de ellos, mostrando las fotos que les envié, seguramente tendrás mucho trabajo. ¿No te parece magnífico?-
-Son un hijo de re mil putas. El señor me hace trabajar de puta quince días y encima se queda con todo el dinero. Sos un hijo de re mil putas. ¿Por qué me haces esto?-
-Sabes que si no quieres, no lo haces, pero vas a tener varios problemas.-
-¡Claro que lo sé! No tengo alternativa, estoy en tus manos y haces conmigo lo que quieres. Por favor Damián, acepto las cosas que me has hecho hasta ahora, pero emputecerme de esa manera, no. No, por favor. No me hagas eso.-
-¡Pero Julieta! Sabes que te estoy dominando, que no podrás escapar de mis caprichos y aprovecho a ganar dinero con tu cuerpo. Puede ser que te sientas humillada, pero yo quiero que ganes ese dinero como cortesana, no me gusta decir como puta y además me he comprometido con el hotel.-
-Me destrozas Damián. Que te conviertas lisa y llanamente en mi chulo y que hagas hacer de puta, me destroza. ¿No te alcanza con todo lo que me has hecho?-
-Julieta, podemos sacar buen dinero por tu conchita, no lo vamos a desperdiciar.-
-Sacarás tú buen dinero por mi conchita. A mi ni siquiera me dejas las propinas. Yo pongo la concha y tú cobras.-
-Julieta, esta conversación me está aburriendo. Tendrás que hacer lo que yo quiera y se acabó. ¡Basta ya de oponerse y quejarse! ¡Adiós!-
Damián cerró la puerta de su casa. Julieta comenzó a irse, cuando advirtió que no se había puesto las bragas que había entregado a Damián cuando llegó. Volvió sobre sus pasos y golpeó la puerta, que Damián abrió.-
-¿Qué carajo quieres ahora?-
-Mi bombacha, no me la devolviste.-
-Pues vete sin bombacha y que la gente vea ese culo de puta que tienes.- y cerró la puerta violentamente.
Julieta regresó a su casa llorando. Estaba desconsolada. Presentía que Damián quería que ella definitivamente fuera una puta y él vivir de lo que ella pudiera recaudar. ¡Por qué habrán tenido que refaccionar el consultorio de mujeres en el club! Ese había sido el comienzo de sus desgracias
Reflexionaba que cada vez estaba más comprometida su situación. Si esas fotos llegaban a difundirse, como había amenazado Damián, su futuro era completamente incierto. Si aceptaba las demandas de Damián, terminaría en algún prostíbulo dejándose coger por quién pagara por sus servicios.
Cuando días después regresó a la casa de Damián se había calmado de la impotencia y la bronca inicial. Luego de entregar su bombacha (era otra porque Damián le había retenida la anterior), le pidió conversar un momento.
-Primero vamos a coger, luego si quieres conversamos.-
Ese día Damián estuvo tan fogoso como las mejores veces. Se corrió en la concha y en el culo y debió mamársela varias veces. Finalmente, luego de ducharse y secarse Julieta se disponía a vestirse.
-Si quieres conversar, mejor que permanezcas desnuda.-
-Damián quiero aclarar las cosas. ¿Qué quieres exactamente de mí?-
-No es que quiera nada. Debes entender de una vez por todas que me perteneces. Lo he ido haciendo de a poco, pero quiero que entiendas de una vez por todas, repito, es que me perteneces, como lo eran los esclavos en la época de la colonia. Actualmente eres una mercancía cuyo dueño soy yo. Si entiendes eso, entonces te resultará más fácil comprender las demás cosas.-
-Si te alquilo como cortesana es justamente porque eres mía. No se puede alquilar lo que no te pertenece. Por eso todo lo que ganes es mío y puedes dar gracias que te dejaré, por ahora, la mitad de las propinas que ganes. En realidad ese dinero también me pertenece.-
-Es decir me has convertido en tu esclava y que no soy más que un objeto. Creo que de golpe se mi hizo la luz. No tengo ninguna esperanza de nada. No solamente estoy a tu merced y que deberé hacer todo lo que apetece, sino que además no cuento para nada. ¿Esa es la situación?-
-Lo has descripto muy bien. Por mi parte veré cómo aprovechar mejor mis pertenencias. Si logro para ti un buen trabajo de meretriz, pues serás meretriz, si lo es de camarera, de camarera y si es de acompañante, pues lo harás. Yo solamente te quiero para que me satisfagas sexualmente, y lo haces muy bien. Hay otras cosas que me excitan pero por el momento no las pondré en práctica.-
Julieta lloraba en silencio. Nunca hubiera imaginado convertirse en una esclava. Ahora crudamente Damián se lo había dicho.
-¿Y cuáles son las obligaciones de una esclava?-
-Aceptar todas las órdenes que reciba de su dueño o quién éste designe. En el caso de las putas, deberán obedecer a los clientes.-
-¿Quiere decir que ya no cuenta mi voluntad o consentimiento para hacer algo y que mi camino es acabar de puta?-
- Lo de puta lo dejamos aparte, pero tu voluntad no cuenta y si no cumples, hasta podré castigarte como se hacía con los esclavos en la antigüedad-
-¿Por ese motivo fue que algunas veces me cogías con las manos atadas?-
-Sí, pero sobre todo debo poder hacerte lo que quiera sin necesidad de atarte u obligarte. Simplemente con que exprese mi voluntad, tú debes hacerlo. Hace unos meses desde que te extorsioné para que comenzaras a coger conmigo has avanzado mucho y debes seguir así.-
-No puedo creer las cosas que escucho. No solamente deberé ser cogida cuando y dónde tú quieras sino que además deberé servirte y pertenecer a ti.-
-Por supuesto, si no quieres no lo haces, pero ya sabes. Tus fotos más comprometidas circularán libremente.-
-¿Entonces no tengo esperanzas de nada?-
-No es tan así. Eres una buena deportista, puedes seguir con eso. El dinero ya lo conseguiremos. Justamente en estas vacaciones si cumples bien tu tarea, tendremos para vivir unos meses.-
-¿Qué quieres decir que "tendremos para vivir unos meses"?-
-Dejarás el departamento que ocupas y te vendrás a vivir conmigo. Así será más fácil completar tu sumisión.-
Julieta estaba completamente confundida y no llegaba a comprender la magnitud de lo que Damián estaba diciendo. Pidió vestirse para marcharse.-
-Quiero que medites largamente lo que te he dicho. La decisión está de tu parte y creo que se te presenta una excelente oportunidad.-
-Excelente oportunidad ¿de qué? ¿De pertenecerte? ¿De que me conviertas en una puta? ¿De abandonar mis sueños?-
-Nada de eso. De no preocuparte más por tu futuro. ¡Tienes el futuro asegurado! Tu dueño, sea yo u otro, deberá protegerte, cuidarte, suministrarte todo lo que necesites. ¿Te parece poco?-
-Además, en estos meses me he convencido que tienes mentalidad de sumisa y que la altivez que mostrabas era solamente para tapar la sumisión que te embargaba. Cuando te obligué a coger conmigo no pensaba llegar a esto. Suponía que cederías a coger pero que luego tendría que abandonar esta idea, pero desde que aceptaste recibir a los rugbiers para hacer la gira, comprendí que eras mía y que siempre te someterías a mí. ¡Eres una sumisa!-
-Quizás tengas razón, pero te pido, te imploro una sola cosa. No me prostituyas a menos que sea necesario. Si crees que debemos ir al hotel durante el torneo de golf y esos días debo prostituirme, lo acepto, pero no me metas en un prostíbulo como una puta más.-
-No eres una puta más ni mucho menos. Puedes ser una cortesana para clientes muy especiales, pero nunca una puta de prostíbulo. No encajas allí. El trabajo en el hotel será muy discreto y nadie que mire el álbum de acompañantes podrá suponer que pueden disponer de ti por solo 700 dólares la hora. Vales mucho más-
-¿Qué debo hacer ahora?-
-Debes vestirte e irte a tu casa a descansar. Medita lo que hemos hablado y, si estás decidida, seguimos adelante.-
-¿Me puedes acompañar a casa? Todo esto me deja un poco mareada y no me siento segura.-
-No es natural que una sumisa le pida algo a su dueño, pero todavía estás en las primeras etapas y te lo perdono. Vístete y te llevaré a tu casa-
Damián no tuvo noticias de Julieta hasta el sábado a la mañana cuando se presentó nuevamente en su casa, por supuesto portando sus recién sacadas bragas en la mano. Recitó el texto que debía decir al entrar y esperó la reacción de Damián.
-Espero que hayas meditado largamente lo que hemos hablado. Supongo que tu presencia aquí es la aceptación de tu sumisión.-
-Sí, he pensado mucho en lo que me dijiste el miércoles pasado. Creo que tienes razón, no me siento incómoda perteneciéndote y te pido perdón por todas las veces que te he insultado.
-¿Te refieres a ese "Sos un hijo de re mil putas?-
-Sí, creí que a veces te comportabas como eso, al extorsionarme luego de las fotos, pero tenías razón en que me podrías someter a tu voluntad. Declaro que acepto ser tu sumisa y acepto tus condiciones.-
-Sabía que finalmente aceptarías. Verás que la pasamos muy bien porque a mí me apetece dominarte y a ti te apetece ser dominada, aun cuando debas ofrecer tu cuerpo a otros hombres.-
-¿Sabes? Me dejó impresionada eso de "No se puede alquilar lo que no te pertenece" y cuando acepté acostarme con los rugbiers es porque intrínsicamente acepté que te pertenecía.-
-Al regreso de las vacaciones haré que te hagan un tatuaje quince centímetros debajo del ombligo y en un glúteo que diga: Pertenezco a seguido de mis iniciales.-
-¿Es para completar mi pertenencia?-
-Sí, pero ahora desnúdate que debemos festejar con unos buenos polvos tu aceptación.-
-¿Me vas a atar con los brazos en la espalda?-
-¿Tú que prefieres?-
-Que me ates y me cojas por todos los agujeros y que me hagas correrme, gritar y gritar de placer.-
Ese sábado ninguno de los dos fue al entrenamiento en el club. Tenían mucho que hacer juntos