Deportista Dominada (4 de 9)
Un poco de bondage y humillaciones ante un amigo de Damián. Julieta se ve humillada una vez más
Deportista Dominada (4)
-No Damián, no cogeré con nadie. Ya bastante me cogieron una cantidad de desconocidos. Tendría que ir a comprarme algunas cosas y a preparar el bolso. ¿Me permites que me vaya ahora?-
-Sí, puedes ir tranquila. Eso sí, cuando regreses del viaje, tendremos una prolongada sesión de sexo.-
-Apenas regreso te aviso y seguiré tus indicaciones.-
A su regreso Julieta llamó de inmediato a Damián.
-Estoy de regreso, acabo de llegar. Dime qué quieres que haga.-
-Hoy es muy tarde. Te espero mañana por la mañana. Quiero que vengas con una bikini roja y una falda corta.-
-¿Quieres que ande mostrando el culo por allí?-
-Quiero que me envidien y quiero envidiarme yo mismo pensando que esa conchita y ese culito será mío.-
-Como quieras. Me voy a descansar y mañana temprano estaré en tu casa.-
A la mañana siguiente Julieta se presentó con la bombacha roja y una falda extremadamente corta. Cualquier movimiento dejaba ver la prenda interior.
-Veo que has traído lo que te pedí. Eso me gusta.-
-Sabes que no tengo margen de maniobra. A estas alturas, con todo el material comprometedor que tienes, no puedo hacer otra cosa que someterme a tus caprichos y después de haber trabajado hasta de puta, ¿me voy a poner colorada porque me vean la bombacha? Dime ¿Me desnudo yo o lo haces tú?-
-No, te voy a desnudar yo y luego tengo una fantasía.-
Damián comenzó a quitarle la ropa. Luego de sacarle el corpiño, apoyó sus labios sobre uno de los pezones y comenzó a chuparlo y mordisquearlos. Por su parte Julieta dejaba hacer, como siempre, no oponiéndose ni impulsando las acciones de Damián.
Finalmente comenzó a bajarle las bragas hasta arriba de las rodillas.
-Julieta, quiero cogerte pero primero te quiero atar las muñecas en la espalda. Será una manera de violación. Una vez con las manos atadas, te sacaré la bombacha de un tirón.-
-¿Atarme las manos? ¿Por qué? Si sabes que no puedo negarme a nada, que necesidad tienes de atarme.-
-Es una fantasía. Quiero cogerte pensando en que te estoy violando.-
-A decir verdad, siempre me violaste, nunca lo hice porque yo quisiera. Simplemente no tenía, ni tengo, otra alternativa.-
-No importa, quiero cogerte con las manos atadas. Acuéstate en la cama boca abajo y pon tus manos en la espalda.-
Julieta obedeció, con alguna dificultad ya que tenía la bombacha a la altura de las rodillas. Una vez acostada, puso sus manos juntas en la espalda. Damián tomó una cuerda y le ató fuertemente las muñecas. Luego la volteó dejándola boca arriba y con las manos atadas debajo del culo. Procedió a quitarle la bombacha y separarle las piernas.
Mientras se desnudaba observó los labios vaginales. Estaban bastante húmedos. ¿Era una señal de la calentura de Julieta? Se ubicó sobre ella y abriéndose paso con la pija en la vagina, comenzó a penetrarla.
Efectivamente la concha estaba muy mojada y la metió sin dificultad. Mientras la cogía, magreaba las tetas y apretaba los pezones. La respiración de Julieta se aceleraba. Damián continuó el movimiento sin pausa, notando que el cuerpo de la joven se tensaba por momentos. Sentía que él estaba por llegar al orgasmo pero de improviso, todo el cuerpo de Julieta se estremeció en una corrida como no había notado en ocasión alguna. Él mismo, poco después se corrió.
-Parece que te ha calentado estar con las manos atadas. Nunca había notado que te corrieras de esa forma.-
-No es por estar con las manos atadas. No sé por qué pero en definitiva me calenté y me corrí. Creo que es la primera vez desde que me empezaste a coger que verdaderamente llego al orgasmo.-
Damián se quitó el preservativo lleno de leche y acercó la pija a la boca de Julieta.
-Quiero que la chupes hasta que esté bien dura. El culo será el próximo objetivo.-
-Pero así con las manos atadas no puedo chupártela bien.-
-Pues debes aprender a no necesitar las manos. Vamos, en la boca y a ponerla dura.-
Julieta se incorporó y abriendo su boca la acercó a la pija chorreante de semen de Damián. Comenzó pasándole la lengua para luego cerrar sus labios alrededor del miembro. Comenzó a pasar la lengua por el glande mientras la metía y la sacaba de su boca. Luego de algunos minutos ya estaba en condiciones de penetrarla nuevamente.
-Con las manos atadas es difícil que me la pongas por atrás. No puedo separarme los cachetes para dejarte el agujero a la vista.-
-No te preocupes por eso. Yo te separo los cachetes. Tú arrodíllate con la cara sobre la almohada.-
La joven obedeció de inmediato sintió las manos de Damián que separaba sus glúteos y la punta de la pija pugnaba por entrar.
-Ponme vaselina o crema. Tengo el agujero seco y le cuesta entrar.-
-Será cuestión de hacer más fuerza. Te va a doler un poquito más.-
Julieta apretó los dientes. Le estaba doliendo la penetración sin lubricante, pero no se animó a decir palabra. Debía aceptar ser sodomizada aun a costa de su dolor. Poco después ya sentía el movimiento de entrada y salida.
Damián acostumbraba a no usar preservativo cuando la clavaba por el culo. Quería que su leche quedara allí.
No demoró mucho en sentir el líquido que se deslizaba por su recto. Esperó hasta que se volviera flácida y se incorporó en la cama.
-¿Me puedes desatar? Creo que ya no queda agujero para penetrar.-
-Antes de desatarte quiero jugar un poco con tus tetas. Están cada día más lindas y mejor formadas. Esos pezones me vuelven loco.-
Julieta se acomodó para dejar sus tetas a disposición de Damián, que apretó los pezones hasta que estuvieran más turgentes. Luego le desató las muñecas.
-Ya me estaba apretando mucho. ¿Qué nudo hiciste? No pude aflojarlo por más que lo intenté.-
-Si te tengo atada, no debes intentar desatarte. Sabes que quiero que te sometas a mis caprichos.-
-Sí, perdóname. No lo haré más.-
Se vistieron y se sentaron en un sillón en la sala.
-Julieta, quería comentarte algo. En quince días viene de Ciudad del Cabo mi amigo Ángel a visitarme. Pasará unos días en la ciudad y he pensado en agasajarlo con una cena.-
-¿Y qué tengo que ver yo con tu amigo?-
-Hace varios años que se fue y quiero agasajarlo de manera que se sorprenda. Por eso he pensado que tú serías buena sirviendo la mesa, como una mucama.-
-¿Quieres que esté vestida de mucama, con pollerita corta para mostrar el culo?-
-En realidad quiero que sirvas la mesa, pero totalmente desnuda. Solamente un delantal que irá desde la cintura hasta diez centímetros por arriba del pubis.-
-Ni loca voy a servir la mesa desnuda.-
-¿Por qué no? Él no te conoce y se irá de la ciudad en unos días.-
-Yo no me presento desnuda delante de Ángel.-
-Julieta, creo que olvidas que tengo elementos para obligarte a hacerlo. Prefiero que lo hagas de buena manera y no que deba poner alguna foto en Internet.-
-¡No, no, eso no! ¿Es que no tienes límites?-
-Si ya has trabajado de puta, te acostaste con todo el equipo de rugby, ¿Por qué ahora tanto remilgo?-
Julieta, entre sollozos, imploraba que no la obligara a eso.
-Yo no te obligo, solamente lo sugiero y si no las fotos a Internet.-
-Sos un hijo de re mil putas.-
-Esperaba algo así y llámame como quieras, pero si no sirves la mesa desnuda, mucha gente verá tus fotos y tus videos no solamente desnuda sino cogiendo como una puta. Comprende, no tienes alternativa.-
-¿Cuándo será la cena? ¿Además tendré que tener sexo contigo o con él?-
-Nada de eso. Simplemente quiero tener una mesera ¡desnuda!-
Julieta quedó sollozando en silencio. Estaba atrapada y cada vez la hundía más y más, aunque comprendió que ella finalmente aceptó prostituirse para lograr integrar su equipo en la gira.
Poco después se despidieron quedando en que el sábado siguiente retomarían las prácticas de visitas los miércoles y sábados.
En una de las visitas, Damián le comunicó que el viernes siguiente vendría su amigo Ángel de visita.
-Haremos una cena fría, que ya estará preparada y tú te encargarás de servirla. Solamente usarás unas sandalias y el delantal que he comprado para ti. Dejará todo el pubis a la vista y, por supuesto, no te tapa más que el vientre.-
-¿No has cambiado de idea? ¿Deberé presentarme desnuda ante tu amigo? ¿No tienes piedad por mí?-
-No he cambiado de idea, deberás presentarte desnuda y no tengo piedad. ¿Estás conforme con las respuestas?-
-No, quisiera que ya que haces conmigo lo que deseas, por lo menos me respetes delante de tus amigos.-
-No estoy dispuesto a continuar esta conversación. El viernes próximo estarás aquí a las 19 horas para los preparativos. Cité a mi amigo a las 20.-
Ante la contundencia de las afirmaciones, Julieta debió aceptar las condiciones. El viernes siguiente, a las 19 estaba en la casa de Damián.
Preparó todo para la cena y luego tomó un baño para luego calzarse las sandalias y el delantal de reducidas dimensiones. A las 20 llegó Ángel que fue recibido por Damián. Tomaron asiento en la sala y luego ofreció una bebida al recién llegado.
-Mira, te acepto un vaso de gaseosa, nada más. No quiero alcohol antes de comer.-
Entonces Damián llamó a Julieta que se presentó con el curioso atuendo.
-El señor Ángel quiere un vaso de gaseosa y por favor tráeme otro para mí.-
Ángel abrió los ojos como dos platos. No podía creer como con tanta naturalidad tanto Damián como Julieta sostenían la situación. Cuando la joven se retiró, Ángel preguntó:
-¡Joder!, ¿siempre tienes a la camarera desnuda? ¿De dónde la has sacado?-
-Es una vieja historia, pero ella no puede negarse a hacer lo que le indico y como tiene un hermoso cuerpo, no quería privarte ni privarme de verla desnuda.-
-Pero ¿Cómo acepta semejante trato?-
-Ya te dije, es una larga historia. Goza de la visión de su cuerpo. Para eso está.-
-No dejas de sorprenderme. No me digas que le haces hacer las compras también así.-
-No, por supuesto que no y tampoco cuando vienen otros amigos. La quise tener desnuda para recordarte que aquí tenemos unas hembras espectaculares. Pero no desesperes. Estará toda la noche con la misma ropa a menos que quieras que se quite el delantal.-
-Con o sin delantal es lo mismo. ¡Si no le cubre nada!-
Bueno, pero continuemos con nuestra conversación.-
En ese momento entraba Julieta con la gaseosa que dejó sobre la mesita. Para hacerlo debió agacharse, mostrando un culo redondo y bien formado.
Luego pasaron al comedor y Julieta se encargó de servir la cena y las bebidas. Ángel casi no le podía quitar los ojos de encima.
Ya al despedirse comentó:
-Lamento haberme ido de aquí. Nunca me imaginé tener una camarera desnuda que me sirva la comida.-
-Creo que soy casi el único que ha conseguido este privilegio.-
Luego de despedirse, Damián escuchó sollozos en la cocina.
-Ya no podía contenerme más. No quería que se descubriese el verdadero motivo de mi desnudez. Me he tenido que lavar varias veces la cara para ocultar mi humillación.-
-Cálmate Julieta. Te invito a descansar en mi cama. Supongo que es un poco tarde para que regreses a tu casa.-
Ya más calma, Julieta agradeció la deferencia de permitirle pasar la noche en su casa.
-Gracias Damián por permitirme compartir tu cama. ¿Querrás cogerme esta noche?-
-No, lo dejamos para mañana a la mañana. Debo decirte que has estado fantástica. Ángel se ha quedado muy impresionado con tu cuerpo y tu comportamiento. Eres una hembra de mucho valor.-
Julieta, en silencio y completamente desnuda, ya que no tenía ropa para dormir en la casa de Damián, se acostó dispuesta a descansar. Lo mismo hizo Damián. Usaría el cuerpo de Julieta a la mañana siguiente.