Deportista Dominada (10)
Julieta quiere perfeccionar su sumisión.
Deportista Dominada (10)
Cuando Damián regresó de la gira, se iniciaba una nueva etapa. Damián se había demostrado a sí mismo que era capaz de torturar a su esclava y Julieta también se había demostrado a sí misma que era capaz de soportar el dolor con tal de complacer a su dueño. ¿Podría repetirlo? No estaba segura.
Los dos primeros días Julieta se sometía a los caprichos de Damián disimulando el dolor que todavía le causaban los lugares donde el látigo había impactado y por momentos quería abandonar todo eso y desaparecer, pero esos pensamientos pronto se borraban, especialmente cuando la pija de Damián se abría paso en su vagina.
Meditó bastante sobre esta situación y miró nuevamente los videos que Damián había dejado, especialmente La Historia de O.
Así, una noche al regresar Damián, decidió hablarlo con él.
-Damián, quiero ser tu esclava, complacerte en todo y que me hagas lo que quieras, pero creo que necesito ayuda.-
-¿Qué tipo de ayuda?-
-Entrenamiento. He pensado en el film que me que he visto una y otra vez. ¿No habrá aquí una casa "Roissy" para que enseñen obediencia hacia mi dueño?-
-No tengo idea de esa existencia.-
-Si me das permiso puedo buscar en Internet si encuentro algo, algún lugar al cual me puedas llevar para que me eduquen en la sumisión.-
-Tienes mi permiso para buscar, aunque habrá que solucionar algunos problemas si te llevo a uno de esos lugares.-
-Primero déjame ver si existen.-
-Bien, te permito que busques y luego analizaremos su conveniencia y los inconvenientes que puede haber.-
-Muchas gracias Damián. Siempre tan comprensivo conmigo.-
Así, durante dos días y mientras Damián no estaba en la casa, Julieta buscaba afanosamente un lugar en que le enseñaran sumisión. Finalmente encontró uno, relativamente cerca de donde estaban y que parecía adecuado. Llamó por teléfono.
Ella comentó que quería informarse respecto de la educación para esclavas.
-Es para mí. Quiero perfeccionarme en la sumisión.-
-Nosotros no hablamos con esclavas, solamente con los amos o amas. Las esclavas no tienen derecho a obtener información alguna.-
Y de inmediato cortó la comunicación.
Al regreso de Damián le comentó el lugar que había encontrado pero que no había podido informarse ya que con esclavas no hablaban.
-En ese caso hablaré yo. No quiero que escuches la conversación.-
Julieta se retiró del lugar y Damián se pudo en contacto con el director del lugar. Luego de presentarse se estableció el siguiente diálogo:
-Quiero que mi esclava sea educada para satisfacerme mejor. ¿Qué pueden ofrecer ustedes?-
-Podemos enseñarle a su recién iniciada esclava cómo debe comportarse, cómo debe complacer a un hombre, cómo debe soportar todos los caprichos de su amo y cómo debe prestar su cuerpo para sea castigado cuando se lo merece o su amo quiera gozar castigándolo.-
-¿Cuánto tiempo dura el entrenamiento?-
-Depende de la esclava pero en general entre tres y seis meses aunque ha habido caso que necesitamos casi un año para someterla completamente.-
-¿Cuántas esclavas entrenan simultáneamente?-
-No más de seis. Ese es el lugar que disponemos. Generalmente yo en persona soy el que indica qué castigos aplicar, con qué intensidad y durante cuánto tiempo. La mayoría de las veces lo hago yo mismo, pero si hay mucha tarea, alguno de mis ayudantes también lo hace.-
-¿Cuántas personas son?-
-Diez en total, todos hombres de manera que puede ser cogida por cualquiera de los diez, en el momento que cada uno quiera.-
-¿Tiene lugar para entrenar una esclava ahora?-
-Venga cuando quiera. Hace unos días terminó una esclava su entrenamiento. Todo lo que necesito es que me avise el día anterior para preparar la recepción.-
-Bien, me comunicaré cuando decida llevarla.-
Así finalizaba la conversación. Damián concluyó que llevaría a Julieta para que la sometieran física y mentalmente hasta convertirla en una esclava sumisa y que soportara todo tipo de vejaciones y humillaciones. Definitivamente sería su esclava. Así se lo comunicó a Julieta.
-Te agradezco que me ayudes a entrenarme para servirte. Debo aprender a soportar y gozar de los azotes que me propinas.-
-De todas maneras hay un problema. El tiempo que dure tu entrenamiento, deberás estar internada en el instituto y yo deberé privarme de un cuerpo para coger y someter.-
-He pensado en eso y quería sugerirte que quizás mi hermana Patricia pueda ocupar mi lugar mientras tanto.-
-Pero tu hermana es muy joven ¿Cuántos años tiene?-
-Tiene 19 y un cuerpo que creo que te agradará.-
-¿Y ella aceptará reemplazarte? ¿Hablaste con ella?-
-No hablé con ella, primero debía pedirte autorización para hacer y consultarte si podrías aceptarla.-
-No conozco suficientemente a tu hermana, pero lo primero será consultarla y luego quiero entrevistarla para ver si la acepto.-
-Por supuesto todo está condicionado a que a ti te guste y la aceptes. Estoy segura que la convenceré para que me reemplace.-
-Bueno, en eso caso llámala y convéncela.-
-La invitaré a almorzar mañana, cuando tú no estás.-
-Me parece bien.-
Al día siguiente Patricia entraba a la casa y era recibida por su hermana Julieta. Luego de hablar de algunas vaguedades, Julieta le comentó:
-Mira, te he llamado porque necesito un favor tuyo. Es un favor muy grande pero muy importante para mí.-
-Tú dirás.-
-Damián me enviará a escuela de entrenamiento para sumisas. Allí deberé estar internada un tiempo, no menos de tres meses y no puedo dejar a Damián sin una mujer en casa que me reemplace.-
-¿Qué te reemplace? ¿Qué te reemplace en qué aspecto?-
-En todos los aspectos, pero principalmente en la cama.-
-¿Quieres que sea su mujer mientras no estás en la casa?-
-Exactamente.-
-Pero eso es una locura. Primero no soy una que se encama con el primero que se cruza y segundo que me parece que Damián tiene algunas prácticas que no me gustan.-
-Es un favor que te pido encarecidamente. Por un lado te puedo asegurar que te va a satisfacer completamente. Coge muy bien y tiene una pija incansable y por otro no te hará daño. Un a cosa es conmigo y otra contigo.-
-¿Pero tú misma pones a Damián en brazos de otra mujer?-
-Patricia, yo debo acudir a la escuela y no puedo dejar a Damián tanto tiempo sin una mujer a la que pueda coger. Te imaginas que no quiero una puta en casa.-
-Me desconciertas. No sé qué decirte. Acepto que Damián en un muchacho de buen cuerpo y por lo que dices de buena pija también, pero hacer vida en común con él, no sé me parece extraño.-
-Te pido, te solicito, te ruego que aceptes. Es muy importante para mí.-
-Déjame pensar. Hace como dos meses que ninguna pija me penetra y estoy un poco caliente, pero de allí a reemplazarte hay un trecho grande.-
-Por favor Patricia, acepta mi propuesta.-
-Esta noche te contesto. Déjame pensar.-
Por la noche Patricia confirmó que aceptaba la propuesta.
-Ahora debo convencer a Damián que te acepte en mi reemplazo. ¿Puedes venir mañana por la noche a cenar a casa, así él puede conversar contigo?-
-Bien, mañana estaré allí.-
Julieta le comunicó a Damián que Patricia había aceptado su propuesta y que al día siguiente vendría a cenar.
-Sabes que no es seguro que acepte que te reemplace. Quiero interrogarla sobre algunas cosa primero.-
-Por supuesto, la decisión es tuya y solamente tuya.-
La noche siguiente Patricia estaba en la casa de Damián y Julieta. Damián la recibió con una sonrisa y la besó en los labios mientras pasaba su mano derecha por el culo de Patricia, que sorprendida, hizo un movimiento de alejarse.
-No me dirás que te molesta que te toque el culo.-
-No, lo que ocurre es no me lo esperaba.-
Estuvieron hablando de trivialidades y antes de sentarse a la mesa, Damián comentó:
-Patricia, sabes que Julieta te ha invitado esta noche para que conversemos y yo decida si te apruebo como reemplazante de ella.-
-Sí, me lo había adelantado.-
-Bien. Quítate la ropa que quiero verte mejor.-
Patricia se quitó la blusa mostrando un corpiño de encaje que traslucía unas hermosas tetas. Luego se quitó la falda mostrando una diminuta bombacha que apenas cubría su pubis. Patricia no parecía continuar quitándose la ropa interior.
-Quisiera verte las tetas sin corpiño.-
La muchacha se quitó la prenda y se colocó de frente a Damián para que observara sus pechos. Él acercó sus manos y comenzó a acariciar los pezones. Julieta miraba a su hermana con algo de envidia. Le hubiera gustado que esas caricias fueran hechas en sus tetas.
-Quítate también las bragas para apreciar mejor tu culito y la concha.-
Patricia, algo nerviosa y excitada se quitó la prenda. Ahora solamente tenía puestos los zapatos. Damián le acarició el culo y luego la concha, introduciendo ligeramente un dedo en la vagina.
-Tienes un lindo cuerpo pero gustaría que te afeitaras la concha. Realmente me gusta tenerte desnuda completamente, sin pelos que oculten la flor que tienes entre las piernas.-
Patricia se ruborizó ante el pedido, pero Julieta, siempre atenta y solícita, le pidió que la acompañara al baño que ella la ayudaría a afeitarse. Ambas salieron para el baño. Poco después regresaban, ahora con Patricia con el coño rasurado.
-Así estás mucho mejor. Sentémonos a cenar.-
-¿Puedo vestirme?-
-No, mejor quédate desnuda, así puedo continuar admirándote.-
La cena transcurrió con algunos comentarios sobre la vida en esa casa y algunas costumbres de Julieta, como era permanecer desnuda, especialmente cuando llegaba Damián.
Ya hacia el final Damián pidió a Julieta que se levantara y mostrara nuevamente su cuerpo. Así lo hizo aunque la vergüenza nuevamente la invadió.
-Separa las piernas para que la concha se abra como una flor y deje escapar los labios interiores.-
Así lo hizo, mientras el propio Damián se levantaba a acariciar la parte expuesta de la muchacha.
-Julieta, ¿Por qué no te desnudas, de manera que pueda comparar los cuerpos de ambas hermanas?-
Se quitó las ropas rápidamente y se colocó a un costado de su hermana, también con las piernas separadas y las manos cruzadas en la nuca. Patricia imitó la postura con las manos en la nuca.
-¿Es así como quieres vernos?-
-Sí, así.-
Se bajó los pantalones y la pija, ya bastante dura apareció a la vista de las mujeres.
-Patricia, quiero que me te la pongas en la boca y la acaricies. Luego probaré esa concha húmeda que me muestras.-
-Tuve la regla la semana pasada. Si me dejas leche en la concha puedo quedar embarazada. No tengo otra protección.-
-Julieta, mientras tu hermana me la mama, ve a buscar preservativos y unos guantes de goma.-Julieta de inmediato se retiró en busca de lo solicitado mientras Patricia se arrodillaba y se ponía la pija en la boca.
Si bien no era una experta en las mamadas, Patricia se las ingenió para que la verga se tornara de buen tamaño y dureza. Volvió Julieta y le alcanzó un preservativo a Damián.
-No, cuida a tu hermana, colócamelo tú.-
Una vez con el preservativo colocado, hizo inclinar a Patricia sobre la mesa, le separó las piernas y acercó la punta de la glande a la entrada de la vagina. Julieta miraba satisfecha.
Comenzó a empujar y a pesar de lo estrecha que estaba la vagina, la gran lubricación que tenía facilitó la penetración. Patricia permanecía callada, aunque avergonzada de la presencia de su hermana mientras su pareja la cogía.
Damián Con ambas manos tomó las tetas de la muchacha y mientras la ponía y la sacaba, masajeaba los pezones que se ponían cada vez más duros y más grandes. Poco después el hombre se corría sin haber permitido que otro tanto ocurriera con Patricia. Lo hizo para probar que el placer era solamente para él.
-¿Cuál de las dos quiere beber la leche que está dentro de la goma?-
Julieta intervino antes que su hermana dijera nada.
-Yo pruebo con frecuencia tu leche. Mejor que la beba Patricia mientras yo te limpio la pija con la lengua.-
Patricia miró casi con odio a su hermana. No tenía la más mínima intención de tragarse el semen, pero ella ya estaba con la pija en la boca, por lo cual tomó el preservativo y volcó todo el contenido en su boca y lo tragó.
Entonces Damián se calzó el guante de goma.
-Patricia, separa los cachetes dejando el ano a la vista. Quiero meterte un dedo en el culo. ¿Te han sodomizado alguna vez?-
-No. Una vez me lo propuso uno de los chicos con que salía pero tuve miedo y no se lo permití. Cuando llegué a casa busqué un cepillo para el pelo, cuyo mango tenía forma adecuada, lo unté con manteca y traté de metérmelo en el culo. Al final lo conseguí pero me dolió mucho. Después de esa vez, nada entró por ese agujero.-
-Primero te meteré el índice, luego el pulgar y quizás dos dedos.-
Así lo hizo y al finalizar le preguntó qué le había parecido.
-Me dolió bastante cuando pusiste dos dedos. No me gusta la sensación de ser clavada por el culo.-
-Pues deberás acostumbrarte. A tu hermana se la meto con alguna frecuencia por el culo y tú vas a reemplazarla, también deberías hacerlo.-
Patricia no estaba muy convencida de recibirla por el culo, pero la intervención de Julieta permitió que aceptara eso también.
Mientras ambas mujeres permanecían desnudas Damián no podía dejar de compararlas. El culo de Julieta estaba mejor formado, quizás por el deporte y la gimnasia pero la fina cintura de Patricia y sus prominentes pezones superaban a Julieta. Finalmente dio por finalizado el examen.
-Creo que estamos todos de acuerdo que Patricia reemplace a Julieta mientras ésta tome las clases de sumisión. Tú Patricia vendrás mañana a vivir conmigo y mañana mismo acompañaremos a Julieta a la escuela.-
Continuará