Dentro del Laberinto - 8

Nueva incorporación al equipo, aventuras juntos y cambios en la suerte.

Capítulo IX: La amazona

La luz verde que irradiaba la torre negra comprimía el tiempo a su alrrededor y lo descomprimía en su interior: Así pretendía prolongar su vida el nigromante. Sin embargo, su longevidad sería la misma, pero se engañaba a sí mismo. La diferencia respecto al tiempo estándar debía ser decenas de veces más rápida en el castillo donde estaban las chicas cautivas, pero para el mago era decenas de veces más lenta. Eso debería haber hecho que 15 minutos de sexo de las chicas fueran uno o dos segundos de placer para él, pero su truco consistía en que no lo sentía en tiempo real, sino grabado: Era parecido al mecanismo del collar que acababa de conseguir, reproducía las sensaciones físicas de las chicas en la habitación a escala 1:1, sin diferencias. De modo que disfrutó toooodo el tiempo de lo que hice con Valystar. Desde el momento en que fue consciente de mi presencia sintiendo cómo mi polla entraba por su culo, yo iba decenas de veces más rápido mientras que él ni siquiera podía reaccionar distraido con el polvo en diferido y desatando su rabia contra el mobiliario. Eso me dio varias horas.

-Creo que esto debería bastar. -Dije satisfecho. Ella se puso en pie, sonriente.

-Has echado mucha cantidad.

-Me ha gustado mucho. -Acaricié su pelo. Parecía tan real... si mi mano realmente la había atravesado por inercia, de algún modo filtraba directamente en mi cerebro las incoherencias físicas. Parecía imposible que no estuviera frente a mí una mujer de carne y hueso perfectamente sólida.

-¿Cómo puedo ayudarte?

-Dime lo que le juraste exactamente.

-Servirlo, obedecerlo y guardar el paso del piso que me asignara.

-Las palabras exactas. Puede que algo se pierda en la traducción, pero es lo mejor que tendremos. -Me lo recitó. No me sorprendió que todavía lo recordara. Debía lamentarse desde entonces, un día que nunca podría olvidar.

Tras meditarlo unos segundos le propuse una solución:

-Respecto a la obediencia, no te ha ordenado que me ataques. Respecto a guardar el paso yo no soy un peligro para el laberinto sino que me ha invitado apareciendo en mi casa. Respecto a servirle, si eso incluye el matiz de protegerlo, hoy no estoy aquí para atacarle, sino para rescatar a una chica que ni siquiera es una aventurera y que el laberinto ha capturado por error, ya que yo era el propietario del espejo.

Esperé un momento para que lo comprendiera.

-¿Estás diciendo que no estoy realmente obligada a bloquearte el paso?

-No hoy. Voy a sacar de aquí a esa chica.

-Pero no puedo dejar pasar a nadie sin una orden directa del amo.

-Entonces no me dejes pasar, no de forma activa dándome la llave o abriéndome la puerta. En lugar de hacer esa acción, simplemente no hagas nada e ignórame como alguien que no es una amenaza.

-Pero... ¿Uh?

-Alguien más podría venir tras de mí, y a diferencia de mí sí que podría ser una amenaza. Después de todo el laberinto está hecho para avanzar en equipo y todavía no has visto a nadie ayudándome. Así que lo más sensato será que me ignores por ahora. No hagas nada que no sea vigilar el paso como la guardiana que eres.

-Ooh... ¡Qué listo eres!

-Lo decís como si os hubiera engañado, gentil dama. -Hice un gesto de reverencia aprendido en televisión. Se lanzó a mí y me besó de nuevo.

Ya había superado dos problemas, la lucha y que me dejara pasar “en lugar de abrirme el paso”. Pero faltaba conseguir la llave o algún otro modo de avanzar.

-Estoy pensando que el mago no puede ir directamente contra las leyes del laberinto, ¿verdad?

-Así es.

-Supongamos por un momento que te he derrotado mediante la habilidad “Elocuencia”.

-Hum... Es una forma de verlo. -Dijo intrigada.

-En ese caso, ni siquiera el mago podría evitar que apareciera mi baúl con la recompensa, ¿verdad?

-¿Qué te hace pensar eso?

-Tu cuerpo no está realmente aquí, así que sería imposible derrotarte, pero eso iría contra las leyes del laberinto. Tiene que haber una manera.

-La hay. Los que intentan pasar tienen que vencerme en mis apuestas, o adivinanzas, o mis juegos... Hay muchas maneras. Tengo mucho tiempo para pensar en desafíos y cómo ambientarlos. Uno de mis pasatiempos es crear escenarios para ellos en esta sala oscura, para mí es como un lienzo en blanco. Suelo recrear paisajes o escenas de mis recuerdos como las montañas, el océano y Mi aldea... otras veces cosas imaginativas, mágicas, surrealistas...

-Como el Holodeck de Star Trek.

-No sé qué es eso.

-¿Pero entonces esto no está lleno de trampas?

-Claro que las hay. Los aventureros siempre deben ser prudentes.

-Y si intentan luchar contra tí es cuando usas tus ilusiones y caen en las trampas...

-Exacto.

-Ahora entiendo que me recibieras hablando. Tú nunca atacas en primer lugar.

Sonrió en toda su belleza angelical y un instante después volvía a estar vestida como una especie de sacerdotisa u oráculo de la antigua grecia. Estuve tentado de aceptar el desafío de vencerla en algún tipo de juego de estrategia apostando con la ventaja del yelmo, pero no forcé mi suerte.

-Si realmente te hubiera vencido mediante elocuencia y tú lo reconocieras, ¿Podría contar como vencerte en uno de tus juegos?

-No, tendríamos que haber establecido las condiciones primero.

-Entonces vuelve a tu trono y vigila el puesto por si viniera mi compañero.

Lo hizo, y yo utilicé la lanza y una antorcha del pasillo para hacer saltar algunas trampas y localizar otras. Dardos venenosos, grandes losas que cayeron del techo, relámpagos de origen mágico, trampillas en el suelo... fue curioso que con tan sólo una lanza barriendo el suelo y abanicando al avanzar pudiera activarlo todo y apartarme a tiempo. Con algo de paciencia despeje toda la habitación hasta que ignorando mis sentidos lancé mi arma contra el trono y una enorme trampilla se abrió bajo mis pies. Era tan grande que incluso con mi distancia prudente casi caigo al abismo, pero pude saltar a tiempo y agarrarme al borde. Perdí la lanza y la espada y me aupé fácilmente con una sola mano. Me gustó cómo lanzaba mi cuerpo como si hubiera saltado con sólo un movimiento del brazo.

-¿Ya he activado todas las trampas? -Le pregunté a la mujer a mi lado. Se había teletransportado y el trono había desaparecido sin caer al foso.

-No puedo revelar esa información. Él me lo ordenó.

-Pero pareces más relajada que antes. ¿Me sonreirías si estuviera a salvo ahora?

Se tapó la boca con las manos pero vi la sonrisa en sus ojos y se la devolví.

-Esperaba que el baúl estuviera en el trono. Hubiera quedado a la vista al desaparecer tus ilusiones.

-Lo estaba pero cayó con tus armas.

-Espera, ¿Qué?

-No venciste al guardián de este piso.

-¿Y dónde está ahora? ¿Hay un camino para llegar hasta allí?

-Ha caido al piso siguiente. A menos que puedas volar, la altura te mataría.

-¡Telarañas!

-¿Cómo dices?

-¿Sabes si la araña jefe tiene alguna herramienta de telarañas? Tal vez podría descolgarme como cuando penden de un hilo pegado al techo.

-¿Es que has llegado hasta aquí sin vencerla? ¿Cómo?

-La llave la guardaba el mago de los gólems.

-Eso es nuevo. La última vez que supe de él todavía no se había ganado la confianza para ello. -Pensé que tras aquél incidente ella dejaría de guardar la llave mientras el mago siguiera vivo.

-Entonces he tenido mucha suerte. Odio las arañas y las he evitado hasta ahora.

-No tendrías que habérmelo dicho.

-¿Qué sucede?

-Si me ordena luchar contra tí...

-Oh, no...

-Usaré todo tipo de pesadillas hechas realidad para tí.

-¿Cuál es tu alcance máximo?

-No puedo avanzar más allá de donde lo hizo mi amo. Pero puedo abarcar los 23 pisos de su dominio. -”Maravilloso. Como vivir en Elm Street todo el tiempo que esté aquí dentro”, pensé. -Me lo concedió con su cetro. De otro modo la separación entre planos los mantendría fuera de mi alcance.

-¿Quieres decir que cada piso es un pequeño mundo independiente conectado con magia?

-Sí.

-No tenía la sensación de cruzar mundos ni nada parecido. Para mí es sólo bajar o subir escaleras.

-¿No puedes ver los portales pero el laberinto te atrajo? Qué extraño.

-La verdad es que sólo soy un chico normal. Yo tampoco entiendo qué hago aquí.

-Respecto a tu pregunta, sí, la araña suele conceder herramientas de captura, barrera o movilidad basados en telarañas.

-¿Ninguno que de todo eso a la vez?

-Sólo si tienes mucha suerte y buen karma.

-¿La cantidad de karma positivo afecta a la calidad de las recompensas?

-¿Has llegado hasta aquí sin saber eso? El mago intenta corromper a los aventureros con todo tipo de objetos de perversión sexual que les haga ganar karma negativo. Esta afecta directamente a la suerte y a la calidad de las recompensas. No puede impedir que estas sucedan pero influye en la frecuencia de los tipos de objetos que se dan.

Entonces entendí por qué no había ni rastro de las típicas recompensas de armas y armaduras encantadas de calidad cada vez mejor.

-También impide que los que entremos aquí tengamos buen equipamiento para luchar. Lo tiene casi todo pensado. Por cierto, todavía no me has dicho tu nombre.

-Me llamo Valystar, hija de Anystar y heredera de Lomystar, el rey sobre La Montaña Azul.

-¿Por qué es azul?

-Siempre está nevada y sus glaciares son azules.

-¿Cómo está Susan?

-Sana y salva mientras no ataque a los guardias. Le dan de comer y pasa el tiempo con mi amiga Roxan, otra cautiva. Están en la sala del harén con mi cuerpo real.

Apreté los puños con furia.

-¿El mago puede salir del laberinto o mandar a alguien a por mí si me marcho?

-No. Los hechizos que atan a los esclavos se rompen al salir, serían libres. Las criaturas del laberinto se disiparían al salir, y si el mago sale el cetro se dejará de reconocerlo como propietario y sería otro aventurero más comenzando desde cero.

-Así que si me voy no podría venir a por mí. Pero si vuelvo con refuerzos empezaríamos desde cero con todos los monstruos intentando frenarle el paso a mis aliados. ¿Es eso?

-Así es.

-Se repartiría la experiencia pero yo ganaría algunos niveles extra y me enfrentaría a la araña al menos con nivel 20 y un equipo.

-No deberías temerla tanto. Ya tienes magia de fuego, muros para bloquear sus patas cuando te apuñalan, y curaciones. Sólo necesitas antídotos por si te alcanza su aguijón. Pero ten cuidado con la herida, es como una espada.

-¿Cómo puedo conseguir antídotos? No me han dado ninguno

-Controla las recompensas tambien para evitar eso. En esta zona hay herramientas de alquimia.

-Oh. Había ignorado todo eso como si fuera decoración de un escenario. Así que sólo permite antídotos después de que hayan sido necesarios.

Apunté los ingredientes que me dijo para las pociones que sabía y las instrucciones para elaborarlas. Me aseguró que el laberinto mantenía frescos los ingredientes dentro de sus tarros mágicos. Fue extraño y divertido jugar a fabricar pociones. Tuve algunos fallos pero finalmente conseguí algunas probetas (Sorprendentemente limpias) con el color correcto. Fui y se las enseñé y me dio el visto bueno.

-Qué cabrón. -Dije. -Antídotos sólo a partir del piso 5, cuando las arañas están en el 4. ¿Qué será lo próximo? ¿Un piso congelado sin ropa de abrigo?

-Pues sí...

-¡¿Qué?! Joder... Definitivamente voy a tener que dejar aquí a Susan por el momento, si dices que está bien.

-Roxan cuida de su estado mental. No se ha desmoronado aunque lleve muchos días prisionera.

-Ya que estamos, háblame de los siguientes pisos... -Tomé buena nota de todo y me dio muchos consejos. Necesitaba toda esa información para compensar no ir con un equipo de guerreros expertos armados hasta las trancas. Incluso si conseguía volver con Mary y Vicky (gracias al colgante de los recuerdos para que me creyeran y me ayudaran), sería arriesgado. Si al menos el laberinto nos diera el equipamiento que debería...

-Ten cuidado. -Se despidió.

-Lo tendré, no vengo aquí a morir.

Y me marché. Miré la hora y eran más de las 6. Eché a correr, mis padres estarían levantados pero quizá duchándose, en el dormitorio o la cocina, y podría escabullirme si era silencioso. Aun con mi velocidad tardé demasiado y tuve que moverme como un gato por mi casa, pegado a las esquinas y tratando de avanzar cuando ninguno de ellos miraba. Lo más difícil fue abrir la ventana silenciosamente, saltar afuera y bajarla sin que me oyeran. Cerrar la puerta hubiese sido ruidoso. Había dejado la mochila delantera con el yelmo dentro junto a la salida de la mazmorra y llevaba conmigo solo la mochila con el casco roto. La visera estaba en la zona del mago de los gólems. Lo tiré en un contenedor y fui a casa de Mary. Intenté hacer algo de parkour para atajar y descubrí que se me daba asquerosamente bien; atravesé un kilómetro como alguien a medio camino entre acróbata y superhéroe. Llegué a su casa y trepé hasta su ventana.

Toc, toc.

-Mmm... -Mi agradable sirviente pelirroja estaba durmiendo y se dio media vuelta dándome la espalda. Intenté abrir la ventana pero estaba bien cerrada. Volví a llamar y se giró y me vio.

-¿Pero... qué...?

Vino desconcertada y me abrió la ventana. Iba con las tetas al aire pero siendo yo le daba igual.

-Gracias. -Me colé dentro ágilmente.

-¿Te has vuelto loco? Esto es un segundo piso. Podrías haberte matado.

-No hay tiempo para explicaciones.

En la mochila también llevaba la máscara por si necesitara protegerme de algo con un muro, y el colgante de los recuerdos. Lo saqué y me la jugué a un solo intento: Me concentré en mis recuerdos recientes, desde el laberinto, en todas mis experiencias, las cuales había estado rememorando y repasando para visualizarlas en mi mente a cámara rápida en aquel momento. “Esto son mis recuerdos del laberinto”, pensaba una y otra vez mientras los repasaba. Ella mientras tanto pensó que el colgante era un regalo y se emocionó.

-¡Gra-Gracias!

-Póntelo y di en voz alta “Quiero ver los recuerdos del laberinto.”

-¿Uh? -Se lo puso

-Quiero ver... “los recuerdos del laberinto”. -y se desmayó en mis brazos. La llevé a su cama, la arropé y esperé.

5 minutos después abrió los ojos y se levantó bruscamente, sobresaltada como despertando de una pesadilla. No se había quedado atrapada como temía, una de las advertencias de las instrucciones. Pero estaba furiosa y preocupada.

-¡Tendrías que haberme llamado en cuanto se cerró la entrada tras ella!

-Lo siento. Vístete y nos vamos. Te protegeré mientras rematas monstruos y subes de nivel. -Pero no era necesario que se lo dijera, ya había corrido al armario. “Esto es increíble. No sólo ahorra mucho tiempo de explicaciones, también asegura que me crea”, pensé. Me escabullí por la ventana y la esperé a la salida de su edificio. Parecía un estudiante cualquiera, pero esperaba que nadie me hubiera visto escalar por el callejón a las 7 de la mañana. O peor, grabado.

-Toma, he traído desayuno para los dos. -Supuse que tenía el suyo en su mochila sin libros. -¿No necesitas ir al baño? Ah, measte allí mismo. No me acordaba. -Devoré el bocadillo que me hizo de salchichas calentadas al microondas con ketchup y mostaza.

-Muchas gracias. No recuerdo cuando fue la última vez que comí.

-Yo sí. ¿Cómo te puede gustar la pizza con piña y anchoas? Me hiciste despertar como de una pesadilla al revivirlo.

-¡Oh, pues tuviste suerte entonces! Si ya habías recorrido el hilo de recuerdos es que habías empezado a divagar perdida.

-Prefería que me hubieses despertado de una bofetada. La saboreé desde tus recuerdos... -Eso me hizo pensar en el nigromante y sonreí.

-Qué gamberro eres. -Sentí como si me leyera el pensamiento. Pero acabó riéndose conmigo. Estábamos caminando rápido pero sin cansarse, para que estuviera fresca. De hecho eso y el frescor de la mañana la espabiló. Justo después llegamos a mi calle.

-Ahora a ver cómo te meto dentro... -La ayudé a saltar la valla del jardín porque no tenía mis llaves y me acerqué a observar por la ventana de la cocina. No había rastro de mi madre así que ya se estaría vistiendo. La furgoneta de mi padre no estaba, ya se había ido.

-Si tu madre te ve... -Susurró a mi lado. -...Se va a preocupar. ¿No has notado las manchas de sangre?

-¡Ostras! -Eran sólo algunas gotas pero no tenía ninguna prenda libre de ellas, y aún peor, de tanto rodar iba sucísimo. ¿Cómo no me había dado cuenta? A ninguna madre se le escaparía mi estado a menos de 10 metros. -Creía que los residuos de los monstruos desaparecían con ellos.

-Creo que son de pegar al mago... Te pasaste.

-Entonces será mejor que no nos vea a ninguno de los dos.

-Podríamos esperar a que se fuera. -Me pareció el mejor curso de acción, faltaban pocos minutos.

-¿Cómo fue sentir el sexo desde el punto de vista de un hombre? -Le pregunté para pasar el tiempo.

-...Raro. No sabía interpretarlo, me parece. Era todo muy confuso. Sobre todo veía con tus ojos y oía con tus oídos. Aunque el sonido era turbio y apagado. Y el tacto... las sensaciones no estaban bien registradas, seguramente.

-Quizá es por aquello de la intensidad regulable.

-Creo que es porque dije que quería ver tus recuerdos.

Oimos los tacones en el exterior y nos callamos. Mi madre iba con su elegante traje negro y femenino de abogada, cogió el coche bueno y abrió la puerta de los coches con el mando.

-Por fin se fue.

Abrí la ventana que dejé mal cerrada y nos colamos dentro. Primero fuimos a mi dormitorio a por ropa de invierno y la puse en la mochila.

-¿Has traído al menos un abrigo?

-Sí, en la mochila. Y llevo dos chubasqueros plegados. Por si nieva o algo parecido.

Ya estamos listos.

-¡Espera! -Exclamó. Me dio la vuelta y se lanzó a mis labios y me abrazó besándome como si quisiera agarrarme con la boca y que no me escapara. Cuando por fin se separó, me empujó a mi cama. Vino hacia mí a 4 patas pero no estaba excitada, ni yo tampoco.

-¿Qué te ha pasado de repente?

-Me he dado cuenta de que podría morir. Quería al menos besarte una vez más.

-Si de verdad crees que vas a morir, no vengas. Pero yo estoy seguro de que puedo protegerte.

-Pero además del beso me gustaría llevarme algo más de recuerdo... sólo por si a caso...

-Está bien, pero no perdamos tiempo.


-¿Ya estás lista? Pregunté vistiéndome. Ella había empezado antes. Suspiró, cerró los ojos, y cuando los abrió vi a una feroz luchadora decidida a salvar a su amiga. Me tomó la delantera camino al sótano. Cogió la mochila delantera del suelo, sacó una daga goblin, el yelmo y se lo puso. Yo cogí mi rudimentaria armadura de tablones y el escudo de madera.

-¿Te parece bien?

-Claro. Y más adelante cuando lleguemos a los kobolds podrás ponerte una de sus armaduras. A mí me están pequeñas.

-Ah, sí, algunas eran pesadas de tipo samurai y otras de cuero tachonado. -Supuse que conocía el término por mis propios recuerdos.

Para mi sorpresa, volvía a haber monstruos. Yo sabía que no me harían ganar experiencia para subir de nivel, pero le hice el autobús: Sujetaba ratas, slimes, los espachurraba y ella los remataba con la daga. La planta carnívora la rompí forcejeando con sus tentáculos, separé su mandíbula con dientes del resto de su ¿cabeza? Y una vez indefensa y a punto de morir, Mary la remató. Apareció un baúl.

-Y esta vez con la mejora de calidad de objetos por el yelmo. -Comenté.

-¡Una daga! ¿No te dijo la elfa que el mago hacía que el laberinto no diera armas?

-A lo mejor está distraído mientras sigue enfadado conmigo y su control se ha debilitado. -Me sonaba tan bien que estuve seguro de que era eso.

-Dice que es la daga de drenaje de aguante. Agota a mi enemigo impidiéndole luchar mientras que yo me recupero del cansancio. ¡Qué bien, podría seguir todo el día a tu lado sin cansarme! ¡Es perfecta para un nivel 1!

-¿No has mirado tu mano?

-¡Anda! Nivel 4. -Probó su fortaleza dando algunos grandes saltos verticales.

-¡Qué guay, parezco jugadora de baloncesto!

-Con sólo nivel 3 yo follaba mejor que nadie según Vicky. Creo que al principio mejoran sobre todo el aguante. Ya verás cuando empieces a mejorar tu fuerza.

Fuimos a por el jefe slime, lo molí a puñetazos (“arma contundente”) y ella lo remató cuando pensé que estaba a punto de deshacerse en ácido. Cuando el monstruo se convulsionó la cogí en volandas y me la llevé corriendo, salvándola del ácido que esparció el cuerpo al morir.

-¡Gracias! Me había olvidado de eso.

Fue a abrir el otro baúl.

-¡Una ballesta!

-Estamos de suerte.

-¡Y es mágica! Dice que además de lanzar saetas reales puede lanzar proyectiles mágicos consumiendo el maná. Pero no hay carcaj...

-Dámela, sin munición es sólo para usuarios de maná. -Empecé a pensar que ella debía tener muy buen karma. La elfa había confirmado mi suposición de la relación entre la suerte y el karma. Era sólo el primer piso y sólo un +20% de calidad en los objetos gracias al yelmo no explicaba lo que estábamos consiguiendo.

-El otro objeto es un escudo pequeñito. -Lo sacó. -Es muy duradero y resistente a daño físico, resistente a magia de hielo pero débil al fuego quemando el brazo del usuario traspasando el calor.

-De momento usa tú la rodela. En el piso 6 la usaré yo cuando tanquee por delante. Me espero a magos de hielo. Los goblins tenían un chamán piromante.

Llegamos al piso 2 y mi acompañante iba equipada con daga mágica, escudo y yelmo. Yo llevaba la máscara para levantar muros tras los que parapetarme mientras disparaba proyectiles hasta gastar mi maná, que no sabía cuántos disparos me permitiría, ni cuantas barrreras, pero no tenía tiempo para experimentar. Vi un exoesqueleto reluciente en el techo y probé la ballesta: Tirando hacia atrás de la cuerda vi por primera vez manifestarse mi propio maná y formó una pequeña flecha de energía azul brillante. Apunté al escarabajo lo atravesé limpiamente de lado a lado, creando un gran agujero y luego explotando en una lluvia de vísceras.

-¡Joder! -Exclamé. Ella sólo se tapó la boca con el brazo, impactada. Mi nivel 17 era una exageración para el piso 2, y además el arma era de buena calidad. Supuse que su daño se basaba en porcentajes en vez de números absolutos, por lo que escalaba con el poder del usuario. En cuanto a la puntería, parecía que mi destreza con las armas también me había otorgado lo suficiente para usar una ballesta en una habitación contra blancos en movimiento. Ella me sacó de mis pensamientos con su mano en el hombro.

-¿Vamos?

-Vamos.

Me dediqué a perseguir escarabajos, saltar a por ellos apoyándome a veces en las paredes si iban por el techo, los machacaba a puñetazos y ella los remataba. Cuando nos enfrentamos a la horda limité el uso del lanzallamas, y en gran medida los barría a golpes de las paredes con los brazos y los pisoteaba después corriendo a por más.

-¡Esto parece control de plagas! -Dijo levantándose tras hundir el puñal en el último panza arriba.

-¿Verdad que sí? -Pensé que esa idea también la vio en mis recuerdos. Apareció por fin ante nosotros el jefe escarabajo y me deslicé bajo su abdomen. Puse a prueba mi fuerza y lo levanté con las dos manos. Pataleó y no podía moverse.

-¡Corre a su espalda y clávale la daga hasta que te canses!

-¡Pero con esto no me puedo cansar!

-Exacto.

Un minuto de contínuas puñaladas después, con sólo una humilde daga, y tras varios forcejeos entre el bicho y yo volviéndolo a levantar y a separar de las paredes intentando escapar, finalmente se retorció y murió. Apareció el baúl.

-¡A ver, a ver! -Corrió a por él mientras yo me sentaba a descansar. Llevaba muchos niveles sin cansarme por esfuerzos. Me lamenté de que resolver acertijos y trampas de la zona de la elfa no me diera experiencia, aunque aceptaba que a ella no la había derrotado en sus juegos. Pero el laberinto me debía un nivel.

-¡Esta vez hay 3 objetos! -”Entonces serán todos del nivel más bajo, del del piso 1. Y quizá consumibles”, pensé. Aguardé a que leyera todas las notas. -Una poción consumible y tres anillos.

-¿Qué? Pero eso son 4... ¡Oh!

-Pareja de anillos de compromiso, lo que descartaste la otra vez. Y un anillo de curación de veneno, ya no necesitas pociones de la mochila.

-Las conservaré para mí. Tú lleva el anillo. No utiliza maná sino que tiene tiempo de recarga y 3 curaciones de veneno, ¿Verdad? -Ella asintió.

-Pero la poción... Esta es sólo para tí. -Me la dio avergonzada junto a su nota.

Poción de Lujuria: Ansia de semen

Detalles:

No crea excitación sexual.

Cada gota mantiene el efecto una hora.

El efecto no termina en ningún caso al obtener semen.

No habrá sustancia que pueda sustituirlo hasta que termine el efecto.

Posología para una persona adulta de 60 kilos:

-Una gota hará que la persona que la ingiera sienta la necesidad de obtener el semen de algún hombre, con mucha probabilidad el más cercano sexualmente disponible, con inhibición por tipo de relación. Hará lo que sea necesario para lograr que eyacule como si fuera una decisión impulsiva y obsesiva hasta lograrlo. Repetirá todas las veces que sea posible durante la hora de duración. La impaciencia creciente empujará a esforzarse cada vez más para lograrlo.

-Dos gotas romperán las inhibiciones de cualquier tipo y buscará todo el semen posible de todos los hombres posibles a su alcance, sin importar el tipo de relación. Sentirá ansia por saborear y tragar todo el semen posible cuanto antes, necesitándolo como si estuviera deshidratada y fuera agua fresca y quisiera beber todo lo posible. Semen derramado por su cuerpo lo tomará y tragará sin malgastar ni una gota. La impaciencia creciente empujará a hacer orgías. El deseo de hacer eyacular a todos los hombres posibles cuanto antes empujará a usar todos sus agujeros y extremidades.

-Tres gotas tendrán efecto de droga psicotrópica y estimulante. Asociará el estado mental a la obtención de semen causando fuerte condicionamiento una vez terminen los efectos. La víctima en adelante tendrá deseos de volver a sentir esas sensaciones consiguiendo más semen, pero nunca será igual que con la poción. Aun así sentirá deseos de seguir intentándolo.

-Cuatro gotas provocarán, sin efecto estimulante, que cada vez que ingiera semen sienta una subida en el efecto psicotrópico, tan potente que dejará inmóvil e inerte y en trance ligero durante un minuto sumida en sus propias sensaciones. Creará una fuerte adicción al semen si ha ingerido en suficientes ocasiones, cambiando según la persona la cantidad necesaria para esa adicción.

-Cinco gotas crearán adicción a la poción. Si no es consciente de la poción, creerá que la adicción es al semen y que es lo que necesita su cuerpo y su mente desesperadamente. Sentirá un fuerte síndrome de abstinencia aunque sólo haya ingerido una dosis, y buscará en su lugar todo el semen posible. Durante toda la duración el efecto psicotrópico será tan potente que quedará casi inerte como una muñeca sexual apenas capaz de moverse, con sus sentidos confundidos pero toda el ansia de semen desbordando su mente, incapaz de pensar en nada más. Apenas podrá chupar penes o sus manos mojadas con dificultad. Torpeza extrema. Usar para ser rellenada por todos sus agujeros, poníendola en trance profundo de 5 minutos en cada ocasión, con la mente saturada de placer y reprogramable.

-Seis gotas: Efecto tóxico, utilizar con precaución según la constitución de la víctima. Potencialmente mortal. Trance muy profundo durante 6 horas de placer extremo.

-Siete gotas: Veneno de efecto mortal.

Me quedé sin palabras.

-Es demasiado extremo, ¿Verdad? -Me dijo. -Es como una droga de violación, pero peor. Muy malvada.

Me la guardé en la mochila.

-...

-¿Qué? Podría ser útil algún día.

Eché a andar a buscar los Chacales.

-¡Espera! ¿No deberíamos usar los anillos?

-No quiero retroceder, ahora mismo voy muy sobrado.

-Pero es gracias a que retrocediste por el espejo, ¿Recuerdas?

Me detuve.

-...Mi nivel ya es 7, sólo bajarías hasta el 12... ¡Pero ambos seríamos nivel 12!

-Pero después compartiríamos la experiencia y llegaría al piso 6 con el mismo o menor nivel que ahora.

-¡Pero seríamos dos! Imagina que ahora mismo estuvieras en el piso 6 con otro tan fuerte como tú.

-¿Y qué hay de los demás efectos? ¿Estás segura? Porque yo no.

-Durante un año desde que nos quitemos los anillos, si el otro muere, la pérdida será más dolorosa. ¿Y qué? No muramos y ya está. Somos jóvenes...

-No te hagas la tonta. También fuerza enamoramiento.

-Sólo amplifica sentimientos existentes.

-Y compartes experiencia.

-No si te lo quitas. Pero te interesa que avance junto a tí.

Suspiré resignado. Finalmente acepté y nos los pusimos. Mi mano brilló con resplandor rojo y mostró el número 12. El suyo fue dorado y también era 12. Entonces me dí cuenta. ¿Cómo podía haber estado tan ciego? Nos miramos a los ojos embobados. Nos besamos, la eché al suelo y me la follé a mí mismo.

-Te amo, Mary.

-Y yo a tí.

-Siento no haberlo sabido antes.

-Mmmmmhghh... No importa.

Me la follé como si fuera un taladro neumático. Mi pubis pegaba bofetadas contra su coño a la velocidad de un taladro, las gotas de sus flujos salpicaban a presión, y su cuerpo lo resistía en perfecta armonía conmigo, disfrutando ambos por igual. Nunca en mi vida había disfrutado tanto del sexo.

-¡¡AAAAAAHH!!

-¡¡mmmmmhHHGAAAAGHAAAHHH!!

Lo más impresionante fue sentir su placer sincronizado con el mío. No era simplemente duplicarlo, era una perfecta armonía equilibrada, yin y yang, indescriptible. Además sus largos orgasmos llenaron mi mente durante mucho más tiempo que los míos, y no pude reaccionar. Estaba paralizado, así que ella me abrazó con sus piernas y siguió.

-¡¡MMMMGHH!! -Sólo pude gemir, no podía procesar todas esas nuevas sensaciones con eco y matices nuevos. Ella me folló aun estando debajo, y luego me giró y me cabalgó como una amazona salvaje con su cabello de fuego bailando al viento.

-¡¡JOOODEEEEER!!

Ella era multiorgásmica. Mi periodo refractario era superpuesto por la carencia del suyo, y sus orgamos empezaron a encadenarse, durando cada uno mucho más que los míos, y sin respiro. Todo fue una sobrecogedora cacofonía para mis sentidos. Mi mente estaba saturada, bloqueada y desbordada.

-...d... a... ...sPIERTA!!

¡ZAS!

Me despertó con una bofetada. Me sequé la baba que caía de la comisura de mis labios.

-¿Qué pasa... amor mío?

-Llevas 5 minutos desmayado. O en trance, o lo que fuera.

Me puse en pie con torpeza. Me sentía borracho, mareado, colocado o algo parecido. Estaba eufórico y me sentía como nunca en mi vida. Mi mente racional pensó que debía estar buceando en una sopa de hormonas y neurotransmisores relacionados con el sexo y el amor y el placer en su máxima expresión. Sabía que las drogas recreativas se basaban en forzar la secreción de ese tipo de sustancias, pero con todos sus efectos secundarios tóxicos.

-¿Esto es amor? -Le pregunté.

-Creo que yo siento mucho más placer sexual que tú pero no estabas preparado para compartirlo.

-¿A tí no te ha afectado igual?

-Me ha gustado mucho, el mejor polvo de mi vida... Y eso de ser taladrada por una máquina a alta velocidad ha sido espectacular, y sin hacerme daño. Pero ni de lejos me ha gustado tanto como a tí. Los ecos se mezclaban, recibía parte de lo que tú sentías... y era demasiado exagerado, aunque sólo sentía una parte de lo que tú.

-Así que crees que es algo subjetivo y al recibir mi impresión era mucho más intensa que la tuya. -Asintió. Me preparé para continuar y me adecenté lo mejor que pude.

-Estás avergonzado. -Adivinó.

-...

-A lo mejor es que todavía no has encontrado lo que realmente te excita. Quizá cuando lo encuentres disfrutes de verdad del sexo.

-No tengo ganas de hablar de fetiches ni fantasías, cielo... Digo Mary. Puto anillo. -Lo miré frustrado en mi dedo anular izquierdo. Los efectos en mi cerebro empezaban a volver a la normalidad, quizá por mi fuerza de voluntad que lo exigía.

-La verdad es que me ha encantado la sensación de eyacular sincronizada con tus orgasmos. Era muy... especial. Ha sido nueva para mí, nada que ver con el squirting que me has hecho otras veces.

-No necesito que me animes. Volvamos al trabajo.

Cogí la ballesta e intenté hacer un disparo de prueba, pero con sólo nivel 12 no tenía ni rastro de maná. O al menos no el suficiente para activarla. Eso me pareció muy extraño debido al bajo nivel del piso que la otorgaba. Se la di a Mary para que lo intentara y disparó.

-¡Funciona! ¿Entonces mi clase es mago?

-Nuestro nivel es demasiado bajo para ello, pero si el laberinto te ha dado ese arma es porque tú la puedes utilizar. Imagino que yo tengo otros atributos reforzados en lugar de maná.

-Entiendo. Entonces yo iré detrás.

-Dame la rodela y la daga. Yo haré la función de tanque. Toma la máscara. -Le recordé el hechizo para levantar muros e hice que lo probara, con éxito. -Generalmente para disparar a salvo tendrás que parapetarte tras una cobertura del terreno, pero si estamos en espacio abierto tendrás que levantar un muro a costa de maná.

-Entendido. Vamos a cazar chacales.

Con nivel 12 en el piso 2 no fue difícil, y además tenía un escudo y un arma de buena calidad, aunque de corto alcance. Lo bueno de ello era que cuando me tumbaron y sus fauces buscaron mi cuello, la daga era perfectamente maniobrable y le corté la cabeza a la bestia. En otras ocasiones ella me cubrió la espalda con saetas mágicas. Pude luchar más relajado, pero pensé que era peligroso confiarse.

El jefe chacal fue facil: Ella dividió la habitación y le disparó desde ambos lados de la barrera según la criatura saltaba entre ellos persiguiéndome. Si se acercaba a Mary la embestía con la rodela, un fuerte escudo metálico lo bastante ligero y pequeño para ser maniobrable, no como los grandes de los lanceros en formaciones de tortuga de los romanos. Le bloqueaba los zarpazos y mordeduras, pero el impacto me tiraba al suelo. “Necesito más estabilidad, equilibrio y fuerza”, pensé. Afortunadamente Mary tenía suficiente agilidad para escapar por sí misma en cada ocasión. Al final le sujeté por la cola, salté sobre su lomo, rodeé su cuello con mi brazo del escudo estorbando con él a su boca, y me dediqué a apuñalarle el cuello con la daga de drenaje de aguante. Cayó al suelo agotado 10 segundos antes de morir.

-Esta vez el baúl es tuyo. -Me dijo. Lo abrí pensando que al compartir su buen karma con el mío normal (tras haber consumido el karma negativo con el espejo), mi suerte también habría mejorado.

-Ahora los dos somos nivel 13, es una lástima que no avancemos a velocidad normal.

-No me lo recuerdes. Ahora podría ser nivel 19.

El contenido era sólo un objeto metálico dorado parecido a una medalla con un dibujo en relieve, y su nota.

-¿Puedes leer la nota? -Comprobé. Negó con la cabeza.

-Es ilegible, como codificado.

-Así que el laberinto sólo lo ofrece al que se lo gana, no al equipo. Eso confirma lo de la ballesta.

Emblema de buena suerte

Suerte general +20%

Aumento de calidad de objetos obtenidos +20%

Detalles:

Reclama su poder sosteniéndolo y diciéndole “Reclamo tu poder, Emblema de buena suerte”

El efecto será permanente mediante un tatuaje mágico de encantamiento.

La habilidad es pasiva y no consume maná.

-¡Qué diferencia gracias al karma que tengo ahora! Esta vez no parece tener ningún efecto negativo. -Lo alcé en mi mano y lo miré fijamente. -¡Reclamo tu poder, Emblema de Buena Suerte!

El objeto brilló en mi mano y luego se apagó. Se volvió gris oscuro, como plomo. Se había consumido su poder y era desechable.

-¿Sabes que te ha brillado el culo?

-¡¿Qué?!

Me bajé el pantalón y ella me examinó.

-Tienes un tatuaje blanco con símbolos tribales ilegibles en el cachete derecho.

-...

-¡Vamos a cazar goblins!

Me dejé contagiar por su entusiasmo.