Dentro del Laberinto - 7

Castigos terroríficos suceden en este capítulo especial de Halloween.

Capítulo VIII: Fantasma y Terror

Dicen que “En el país de los ciegos el tuerto es el rey”. Pues en país de las ilusiones la ciega es la reina. Ella era incapaz de ver con sus propios ojos y siempre los tenía cerrados. Pero veía con el ojo de su mente y proyectaba su esprítu para observar desde la distancia. Me espió desde que entré en su territorio como un fantasma invisible mientras permanecía a salvo en la sala del herén del mago, pero yo todavía no lo sabía. Me vio liquidar Kobolds, una especie de grandes lobos bípedos con armadura de samurai y katanas o lanzas. Eran bestias inteligentes, lo supe de inmediato por su mirada. No eran mezquinos como los malvados goblins, pero eran igualmente temibles.

Se enfrentaron a mí de uno en uno como si tuvieran realmente el código de honor de los samurais en duelo. Sus espadas eran demasiado para la chatarra goblin, pero con unos pocos bloqueos, aunque se destrozaran, logré desarmar al primero y cortarle la cabeza. Me quedé paralizado. Era la primera vez que sentía que mataba algo inteligente y me arrepentí. Entonces dos de ellos olvidaron su código y corrieron a ensartarme a la vez, por lo que reaccioné y en un doble tajo les corté también la cabeza. Fue demasiado arriesgado renunciar a la defensa en aquel momento, pero la apuesta me salió bien: Sobreviví. Sus filos de alta calidad hubieran atravesado mi modesta armadura de tablones y alambres. Ya lo comprobé con algunos cortes que no me alcanzaron directamente pero hicieron saltar pedazos limpiamente.

-Este piso es todavía más peligroso. Realmente necesito ayuda.

Miré la hora en mi reloj y me preocupé al ver que eran las 2 de la mañana. ¿Ya había perdido dos horas? Con cada minuto mi diosa Susan estaba más cerca de la muerte y no lo podía permitir. Tenía que proteger a mi diosa. Y tal vez después me recompensara...

-¿Pero en qué estoy pensando? -Sacudí la cabeza. -Es una chica inocente que está en peligro. Una compañera en manos de un loco sociópata que la ha secuestrado. ¿Quién sabe cuántas personas han muerto o sido esclavizadas en esta trampa mortal? -Me abofeteé con ambas manos. -Espabila. Mata al mago. Salva a la chica.

Tomé dos katanas y avance dispuesto a todo. Valystar me seguía flotando como un fantasma sin saber qué pensar de mí. Descubrí que con dos espadas podía usar una para bloquear y era muy fácil matar de una sola estocada certera a esos monstruos guerreros. No tenía que intentar perforar sus armaduras de cuero tachonado, bastaba con decapitarlos, y cogí práctica. Caían uno tras otro. Muy pronto aprendí sus movimientos: Parecían imitar a los espadachines humanos, pero en realidad tenían un repertorio muy limitado de acciones. Las aprendí, imité y contrarresté mientras subía al nivel 15, momento en que me sentí mucho más hábil con las manos. Comencé a hacer pequeños malabarismos con las espadas y descubrí que se me daban bien. Ya no me sentía torpe con mi mano izquierda y me pregunté si había obtenido la habilidad pasiva de ser ambidiestro. Lo que se me pasaba por la cabeza lo ejecutaba con gran precisión, como si fueran movimientos ensayados con la espada tras muchas horas de entrenamiento. Me sentí un auténtico guerrero.

-Supongo que ya es oficial: He alcanzado la clase guerrero. -Dije mientras otro kobold caía detrás de mí. Me detuve ante lo que intuía era la habitación de un jefe de zona y solté las espadas. Dibujé lo que había estado memorizando hasta allí, me lo guardé y tomé dos nuevas armas limpias y sin desgaste. Crucé el umbral.

-¡AUUUUUUUH!

Un enorme kobold estaba sentado en un igualmente enorme trono. Ante su aullido varios guerreros kobold con armaduras de cota de malla vinieron corriendo. Estaban armados con lanzas.

-Lanza vence a espada. -Murmuré. Valystar estaba cruzada de brazos intentando comprenderme. Parecía un completo aficionado pero al mismo tiempo parecía entender perfectamente la situación. No provenía de una cultura guerrera pero me desenvolvía como tal. Debería ser un ignorante sobre el laberinto pero mi nivel ya era superior a lo que correspondía al piso. (Y es que nunca utilicé el espejo para avanzar como Roxan, pero sí que perdí niveles por usarlo y volví a empezar).- Antes de enfrentarse a mí, Valystar quería comprender a su enemigo.

-Venid a por mí, perritos, ¡guau, guau! -Corrí hacia una esquina y seguí la misma táctica que con los gólems, pero estos eran más rápidos y sí lograron cerrarme el paso cayendo en mi propia trampa. Se me ocurrió intentarlo y resultó que tenía suficiente agilidad: Corrí algunos pasos sobre la pared pasando por encima de ellos y salté esquivando un lanzazo. En un instante los tenía alineados en fila obstruyéndose unos a otros su visión y sus ataques, por lo que había revertido la situación. Avancé con las dos espadas haciendo pinza y concentrado en esquivar, desviar, bloquear o incluso agarrar cada lanza, cortando cabezas y pasando al siguiente. Muy pronto acabé con todos los guardianes y subí al nivel 16. No sentí ningún cambio físico y me pregunté si se trataba de habilidades pasivas o activas.

-Grrr...

El gran monstruo se puso lentamente en pie pero no le di la oportunidad: cogí una tras otra todas las lanzas y se las lancé sin parar lo más rápido que pude. Se tapó la cara pero acumuló muchos impactos en sus brazos y piernas, justo en las zonas destapadas sin armadura de cuero. Tenía un peto de acero en la zona del pecho para proteger su corazón y pulmones, y un yelmo dorado. Tomé las dos espadas y corrí hacia él. Me dediqué a buscar su espalda todo el tiempo y cortar los huecos desprotegidos de sus piernas, y tras cada tajo escapaba a toda velocidad de su contraataque furioso, y volvía a empezar. Tenía movimientos predecibles y su ira lo hacía aún más fácil de leer. En poco tiempo estaba arrodillado incapaz de sostenerse en pie. Sus armas eran sus grandes zarpas y sus fauces. Tomó posición de bestia olvidándose de imitar a los humanos, y sentí que la situacion había cambiado. Se había vuelto peligroso de verdad. Pero no necesitaba acercarme dentro de su rango:

-¡Ignis Jet!

Abrasé un segundo su cara, cerró los ojos aturdido, ahorré maná y corrí, salté y caí con todo mi peso atravesando su garganta de lado a lado. Retrocedí pero no cayó. Rugió y me embistió.

-¡Ignis Jet!

-¡GRRAAAOOOHH!

Lo detuve en seco y repetí el ataque. Pero en vez de retroceder corrí sobre su lomo y lo atravesé en varios puntos descubiertos. Esperaba más, pero la criatura se desplomó como si fuera una gran estatua haciendo retumbar toda la habitación.

-¿Ya está?

Me sorprendí por querer más: Le estaba cogiendo el gusto a aquello. Me conformé con subir al nivel 17. Tampoco sentí cambios.

Mientras tanto Valystar decidió que después de todo mi mente sí que parecía la de un guerrero con experiencia. Y tal vez incluso mi corazón fuera el de un héroe. Pero también podía ver que todavía estaba creciendo y no eran frutos maduros.

Fui a abrir el baúl pero descubrí que no contenía la llave. Y es que Valystar era la guardiana del piso y la responsable de abrir o no el paso. El objeto era mucho más grande de lo normal: un yelmo reluciente con pequeños cuernos y filigranas doradas. Dejaba mucho espacio descubierto en la cara y su aspecto era intimidante.

Yelmo de la codicia

Otorga resistencia pasiva permantente a la magia mientras se lleve puesto.

Aumenta la ganancia de karma, ya sea positivo o negativo.

Aumenta la suerte con las ganancias y riquezas.

Detalles:

-30% al daño mágico neutro.

-20% al daño elemental.

+30% cambios de karma.

+20% ganancias, riquezas y calidad de objetos obtenidos.

-Así que la trampa de este objeto está en ganar demasiado mal karma, ¿Eh? Bueno, creo que me va a ir bien mientras siga intentando salvar a una persona inocente. Tendré cuidado con no abusar de nuevo de los objetos que consiga...

Valystar quedó desconcertada. Mi comprensión del laberinto era demasiado precisa y efectiva. No sabía que había interrogado al mago de los gólems, ni que en mi mundo aquello era ampliamente conocido por las historias de fantasía, que al parecer interactuaban de algún modo con aquél lugar, quizá como las musas inspiraban a los poetas. La magia del laberinto era antigua y poderosa, y se infiltraba en varios planos de realidad.

-Guardaré el casco entonces.

Metí el casco en la mochila y me acordé de que estaba roto y me lo había dejado en alguna parte. Tendría que comprarle otro a mi padre e inventarme una excusa sobre cómo lo rompí. Me puse el yelmo y la máscara de hechizos de tierra lo complementaba a la perfección. Eso me hizo pensar que tal vez los niveles 16 y 17 lo que hacían era darme maná para alimentar la máscara y otros objetos que no funcionaran como los anillos.

-¿Entonces estoy empezando en la clase mago? -Me pregunté con acierto mirándome las manos. Los anillos dependían de tiempo de espera para recargarse, pero vi cómo el mago agotaba su maná para gólems y lo que le quedaba se lo reservó para las barreras, que eran cada vez menores. Eso significaba que subiendo un poco más de nivel sería mucho más útil recurrir a mi propio maná en vez de a anillos con tan poca carga. Tomé una lanza y una espada que limpié de sangre sacudiéndola, y eché a andar con decisión firme, preparado para todo, imparable. ¿Qué tipo de monstruos me esperarían al otro lado del piso?


-Oye, Roxan... ¿Qué significa eso? -Susan señaló los pezones duros de Valystar.

-¿Eh? -Se echó a reir. -¡Parece que le gusta tu amigo! ¡Jajajajaja!

-Oh... ¡Pero no es mi amigo! Es sólo un compañero de clase. Ni siquiera nos llevamos bien... Salvo por aquella noche cuando... Bueno...

-¿No es tu amigo pero se juega la vida para rescatarte?

-¡Pero si me dejó plantada en nuestra primera cita! ...Aunque en realidad no era una cita. Se dio cuenta de que yo sólo intentaba sacarle información. Quería confirmar si la novia de mi amiga estaba siendo infiel con él.

-Así que es inteligente.

-Bueno, estamos en la universidad. No puede ser demasiado tonto.

-Dijiste que para llegar ahí hacían falta 14 años de estudios con maestros y leyendo libros.

-Contando desde el jardín de infancia, sí. Se puede acumular mucha información... -Se palpó el cuello. -¿Oye, tú sabes dónde está mi collar?

-¿Qué collar?

-He recordado algo. Creo que de algún modo el collar le hechizó. Parecía embobado. Empiezo a creer que se está esforzando tanto por mí por culpa de ese hechizo... -Susan estaba teniendo un ataque agudo de inteligencia certera. No le duraría mucho.

-Aah, debes referirte al collar de la obediencia.

-Roxy... ¿Qué pasará cuando termine el efecto? Dijiste que ningún hechizo dura para siempre. -Sus emociones rebotaban entre el miedo y la calma por la influencia del diario de confesiones.

-Así es. Incluso la magia del laberinto se extinguirá... algún día. Algún siglo. Pero no te preocupes. Aunque ese chico sienta adoración por tí, el hecho de que se juegue la vida una y otra vez es mucho más fuerte que ese hechizo.

-¿Qué quieres decir?

-La supervivencia, niña, es mucho más fuerte que la admiración y la lujuria. Si se está jugando la vida por tí, es por una causa mucho más fuerte que la influencia de ese objeto de bajo nivel.

Sus sabias palabras la tranquilizaron de forma más efectiva que mis palabras en la tabla de barro.

-Tu amigo tiene corazón de héroe. ¿Cómo no te habías dado cuenta?

-¿Héroe? Pero si es... ¡un don nadie! Sólo un estudiante mediocre aspirante a profesor. No tiene mayor ambición que educar niños.

Roxan se puso sobre ella a horcajadas y la miró a los ojos severamente.

-¿Cómo es posible que seas tan estúpida?

-Eeeh... no te metas conmigo... -Hizo un puchero infantil. Roxan se relajó y le dio un besito en la mejilla.

-Dulce niña, se trata de un hombre valiente, responsable, sacrificado, inteligente, fuerte, que quiere proteger y educar a los niños aunque ni siquiera sean suyos, y que se juega la vida por tí sin amarte ni ser siquiera tu amigo. En mi aldea todas las mujeres competirían por ganar su amor. En mi país todas las mujeres no cegadas por la codicia envidiarían a su esposa. En mi mundo sólo las necias lo despreciarían.

Rodó y se puso de nuevo a su lado, suspirando.

-A mí me gustaría que alguien como él me salvara y me sacara de aquí. A menos que sea horriblemente feo, sin duda querría que no se me escapara y que me diera muchos hijos. Pero los pezones y el clítoris de Valy me dicen que no lo es... ¿Estás segura de que no lo quieres para tí? Porque si consigue sacarnos de aquí, me lo quedo para mí.

-Yo... ¿Oh?

Susan se perdió en sus pensamientos y por primera vez comenzó a valorarme. Nada es más efectivo para que un niño valore un juguete en el jardín de infancia que el que otro niño se lo quiera quedar.

-¿Y qué pasa con el dinero?

-Dijiste que en tu mundo se puede vivir bien como profesor. Ambos seríais profesores. ¿Qué más quieres?

-Es que... Un profesor tampoco gana tanto... Y tampoco es un trabajo muy impresionante...

-Pequeña niña tonta.

-¡AAAH! -Roxan la sorprendió chupándole el clítoris.

-Ni siquiera te habías dado cuenta de que tus pezones y clítoris también estaban duros desde que pensabas en él.

-...¿Me vas a castigar?

-Sí, niña, te has portado mal no valorando a tu compañéro. No te voy a dejar tomar ni un respiro.

Tomó lazos de seda sorprendentemente resistente de debajo de la almohada y la ató a la cama por las muñecas y los tobillos.

-E-Espera... Creo que esto no...

-Te he dicho que te iba a castigar.

-¡¡P-PerooOoOoOOOHhhGHH!!

Susan se retorció y gimió; después se sacudió y se corrió. Roxan no paró y siguió. Susan gritó y se quejó. Roxan le dio orgasmos clitorianos, de punto G y vaginales. Susan suplicó: “¡Basta!”, y la ignoró. La rubia forcejeó intentando liberarse y fracasó mientras gritaba. Roxan usó su cuerpo como un instrumento y tocó ópera.

Una y otra vez.

Y otra.

Y otra...


Aquella zona era diferente a todo lo anterior. La ambientación era metálica oxidada, había estatuas metálicas en recuerdo de personas ya olvidadas, y había palancas y engranajes, mecanismos que abrían puertas tras resolver acertijos y trampas mucho más elaboradas y peligrosas que las de los goblins. Avancé con todo mi conocimiento adquirido en videojuegos preguntándome cómo era posible que aquello fuera real, y al mismo tiempo con la máxima cautela seguro de no tener una segunda oportunidad ni resucitar en un checkpoint como si no hubiera pasado nada, ni tener magia temporal que me sirviera para crear puntos de guardado, si es que eso fuera posible.

-Una más, sólo una más...

Alineé el símbolo correcto en otro de los acertijos y la puerta de barrotes se alzó. Por la estatua de bronce verdoso mucho más nueva que las demás sospeché que podría estar esa persona al otro lado. Era una mujer de cabello largo gesticulando con la mano y con una túnica, con toda la pinta de ser una maga. De modo que avancé preparado para caer en trampas de ilusiones, concentrado en no moverme si no era necesario para no activar trampas reales, y con mi lanza y mi espada preparadas. No creía posible que pudiera obligarme a atacarme a mí mismo con ilusiones, pero sí que me podría llevar a trampas. Y crucé al otro lado. Era una sala totalmente oscura salvo por una columna de luz que parecía venir del sol exterior, si eso fuera posible, que caía directamente sobre un trono de piedra donde estaba sentada una mujer. Su piel era violácea bajo la tenue luz con polvo suspendido; su largo y ondulado cabello verde era sorprendentemente hermoso sin parecerse en nada a una peluca estrafalaria de Halloween. Sus orejas eran puntiagudas. Sus ojos estaban cerrados y estaba envuelta en una ligera túnica blanca sin mangas. Enseñaba completamente su pierna derecha, con la tela cayendo entre su regazo. Sus brazos descansaban apaciblemente en los reposabrazos y casi parecía contenta de verme. Yo esperé junto a la puerta intentando distinguir algo en la oscuridad, observando pacientemente la habitación.

-Bienvenido. -Me saludó. Yo lamenté que fuera una criatura racional como el mago de los gólems. No podía matarla aunque ese fuera su cuerpo real. -¿Por qué has tardado tanto?

-Esto está lleno de trampas. Hubiera sido estúpido precipitarme.

-No eres estúpido, te lo concedo.

-Me gustaría continuar hacia el siguiente piso sin luchar. No quiero hacer daño a nadie que no sea una criatura creada por... este lugar.

-Aparentas tener un corazón noble. Pero no puedo permitirlo. Soy la guardiana de este lugar.

-¿Qué te parece si hacemos un trato?

-Un juramento me ata y un hechizo me impide romperlo.

-A lo mejor hay algo que pueda hacer por tí, y a cambio tú podrías explicarme los detalles de tu juramento. Tal vez podríamos encontrar juntos una forma de que yo pueda avanzar sin que ese hechizo se active.

-Eso sería hacer trampas. Sabía que no eras tan noble.

-Es mejor hacer trampas que matar innecesariamente.

-...

-¿No estáis de acuerdo, doncella hermosa?

-Muchos consideran el honor mucho más importante que la vida.

-Casi todos los que piensan eso se refieren a las vidas de los que no son ellos mismos o su familia. Es insultantemente fácil menospreciar las vidas de los desconocidos.

-...

Valystar no sabía qué decir mientras su coño se humedecía en su cuerpo real.

-Decidme, ¿Qué puedo hacer por vos a cambio de que me ayudéis a cruzar al siguiente piso? Seguro que encontramos la manera. No creo que el mago que te ha esclavizado sea un experto abogado... Pero mi madre lo es y he aprendido algunas cosas. Tú y yo, juntos, encontraremos la brecha.

El avatar ilusorio de Valystar se mordió el labio excitada tal y como hizo su cuerpo real. Aunque ni Susan ni Roxan lo vieron, estaban demasiado ocupadas mientras la morena castigaba a la rubia atada, a cámara rápida respecto a mi flujo temporal. Finalmente la hermosa mujer habló.

-Yo... Hace más de 30 años de tu mundo que no estoy con un hombre...

-¿¡30 años esclavizada!? Pobrecita...

-Él nunca viene ni nos toca... Así que ni siquiera él... ¡Oh! ¿Pero qué estoy diciendo? No debería contarte eso... -Se tapó la cara avergonzada.

-¿Tiene una especie de harén pero no lo utiliza? -Ella tardó en responder pero lo hizo. En el fondo quería hablar de aquello.

-No lo necesita. En lugar de eso es... como un vampiro emocional. Succiona nuestro placer. Simplemente disfruta reflejando en su propio cuerpo nuestro placer sexual. Cuando quiere castigarnos multiplica nuestra excitación y deseo pero nos quita completamente el placer sexual. Aunque nuestro cuerpo... sienta orgasmos, es como si todo el placer fuera...

-Interceptado antes de llegar a la parte consciente de vuestro cerebro y os lo roba.

-...¡Sí! Exactamente eso. Cuando es generoso nos multiplica la excitación pero sin restricciones. Pero pasan años entre cada ocasión. Muchas rehenes se vuelven locas, mueren o provocan que los guardias las maten al intentar escapar y atacarles. Siempre nos castiga cuando eso pasa por no impedirlo de alguna manera.

-¿Pero cuando os excita es cuando celebra una nueva conquista?

-A veces. No con la nueva...

-¡Susan está con tu cuerpo real!

-¡¿Cómo sabes que este no es mi cuerpo!?

-Acabas de confirmarlo, gracias.

-¡Tú...! -Se enfadó, pero en seguida se le pasó y la vi frotando sus muslos, contrariada pero mordisqueándose los labios, cachonda perdida. Se le escapó un sutil gemido y se tapó la boca por reflejo, avergonzada. Yo me bajé los pantalones y me quité la armadura de madera. Iba a apostar la defensa a la agilidad retrocediendo hasta la salida de un salto.

-...¿Qué estás haciendo?

-Hace 30 años que no estás con ningún hombre. -Me bajé los calzoncillos y le enseñé la polla bien dura, como una piedra.

-...Y... ¿Y qué?

-No voy a correr el riesgo de acercarme. Pero si tú vienes te daré aquello que tanto deseas.

-...No...

-Aquí y ahora.

-...Uuuuhh... -Aun ciega y con los ojos cerrados sentí como si me clavara sus ojos fijamente en mi polla dura.

-Voy a hacer algo por una hermosa doncella cautiva por 30 años. Tan sólo espero que a cambio me ayude a encontrar el modo de esquivar su juramento para avanar sin luchar contra ella.

-Pero yo...

Me bajé el prepucio y le enseñé el glande desde varios ángulos.

-...IiIiiIihh... -Sus manos palmearon nerviosa en el trono.

-Sé que lo estás deseando... Déjate llevar...

-Pero... mi cuerpo real está en la sala del harén...

-¿No sentirías placer con tu avatar? Sé que puedes sumergirme en una ilusión. ¿No podrías hacer que los dos sintiéramos placer?

-...Creo que sí... Pero ese no es el problema.

-¿Qué sucede?

-Él lo sentirá... Sentirá cómo... -Sonreí.

-Me voy a follar al puto mago. ¡Ven aquí ahora mismo! -Me reí a carcajadas y la mujer se levantó insegura del trono. De repente se teletransportó a un metro de mí y comenzó a dejarse caer la túnica sensualmente, poco a poco, de lado a lado. Estaba desnuda.

-...¿Te gusto?

-¡Pero si sois muy hermosa! ¿Cómo no íbais a gustarme?

Se levantó el flequillo y me dejó ver en su frente un tatuaje blanco parecido a un ojo con símbolos tribales a los lados.

-¿Qué es eso? -Le pregunté a aquella preciosidad desnuda y tímida que tapaba sus pechos sonrojada. Podía distinguirlo con la luz del pasillo que iluminaba directamente su piel morada.

-Es la marca del Ojo de La Bruja.

-No sé qué implica eso.

-Nací ciega, pero puedo ver con la mente. Y afectar a la mente de los demás. Puedo estar en todas partes, y en ninguna. -Bajó la voz avergonzada. -Puedo espiarlos a todos... meterme en sus mentes y sentir lo que ellos sienten...

-Y comprenderlos.

-¿Eh? S-Sí... Pero en mi tribu... en mi mundo... es un mal presagio. Alguien a quien no quieren tener cerca. Nadie quiere sentir que le pueden estar espiando en cualquier momento.

-¿Y los hombres poderosos los matan al nacer? -Lágrimas brotaron de sus ojos cerrados. La tomé delicadamente de los hombros y le acaricié la parte superior de los brazos.

-Tranquila. Eso está en el pasado. -Su rostro cambió y sus labios se entreabrieron. Estaba impresionada y conmovida.

-...Sí. Ninguna persona rica o poderosa, rey o capitán, quiere ser espiado.

-Pero los honorables sin nada que ocultar preferirían tener de su lado a gente con dones tan poderosos como el tuyo. -Tragó saliva.

-En mi tribu... Mi madre era la líder. Me protegió muchas veces. Todos me consideraban un peligro. Finalmente corrió el rumor sobre mí y soldados armados nos invadieron. Escapé. Quemaron la aldea... Muchos murieron... Huí durante mucho tiempo... Estaba tan sola... Hasta que entré aquí buscando un escondite y...

Aquella mujer de quien sabe cuántos años dada su supuesta raza élfica, se echó a llorar entre mis brazos. Demasiado sufrimiento acumulado. No se me ocurrió otra cosa mas que traerla hacia mí y abrazarla. Puse una mano en su espalda y otra en su cuello, por detrás. Le susurré al oído que ya terminó, que fue hace mucho tiempo, y que las cosas mejorarían.

Y me besó. Me sorprendí pero me dejé hacer. Se animó y me comió a besos.

-¿Quién era el hombre de hace 30 años? -Le pregunté separándome un momento.

-Un aventurero con el que entré aquí. Llevaba unos días protegiéndome al contarle mi historia... Era muy fuerte pero murió defendiéndome. Entonces Él me capturó.

-¿Lo amabas?

-...Sí. Me dio todo lo que necesitaba cuando más lo necesitaba.

-Eso es agradecimiento y quizá incluso interés. ¿Sentías la necesidad de protegerlo? ¿Te preocupaba que fuera feliz sin ser algo en tu beneficio?

-...Creo que sí.

-Entonces ese mago recibirá su merecido.

Se conmovió de nuevo y me besó.

-Y ahora le vamos a dar bien fuerte por el culo. -Me reí. Se rió. Se puso en posición. Y disfruté mucho.

-¡¡AAAAAAHHH!! -Gritó de dolor. -¡No pares, más fuerte! -Lo hice. -¡Hasta el fondooo! -Empujé golpeándole el culo con mi pubis una y otra vez mientras la sujetaba de las caderas, con ella a 4 patas. -¡Aceleraaa! -Aceleré, me corrí, y aguanté y seguí por pura cabezonería. -¡Tomaaaa! -Grité. -¡Toma por culo, cabrón! -Y me partí de risa. Ella se rió conmigo entre lágrimas de dolor.

-¡Para! -Y se separó.

-Lo siento si te dolía demasiado.

-No, no, ese no es el problema.

-¿Qué pasa? -Tomé mis armas junto a mis pies.

-Es que...

-¿Qué?

-...Me estaba empezando a gustar. -Y nos reimos. Entonces se arrodilló a mis pies y comenzó a chuparme la polla. Lo interesante del caso es que tenía restos ricos en sabor.

-Toma por culo. ¡Jajajaja!

Muy lejos de allí, en su torre, el mago rompía cosas contra la pared furioso sin poder cortar la conexión, sintiendo todo el dolor y todo el sabor y gritando de furia.

No podía cortar la conexión porque era un hechizo que se renovaba cada día que pasaban en la habitación durando otro día más, pero Valystar ni siquiera había salido de allí. El mago nunca pensó que necesitara algo así. Y para entonces Roxan ya había parado para descansar y no recibía más placer de aquella pareja para al menos compensar.

-¡¡¡BASTAAAARDOOOO!!! -Gritó asomado a la ventana del último piso de la torre. Las chicas lo oyeron en la lejanía, sobresaltadas. En aquel momento yo me estaba corriendo en la boca de Valystar y ella se lo estaba tragando todo asegurándose de saborearlo bien.