Dentro de una historia ajena

Cuando Jota me dijoque se encontraría con Mariel me dio algo de morbo.

Dentro de una historia ajena

Todo Empezó cuando Jota, me escribe un mail, elogiando un relato mío, "María, la nena del quinto piso". Me encanta recibir ese tipo de devoluciones por mi trabajo, por eso se lo agradecí. Pero yo sé que cuando contesto esos mail, en forma graciosa y realmente afectuosa, por el valor que le doy, ellos, los / las lectores, se insinúan y lo que desean es que les mande una foto y luego cogerme de formas iguales o más de lo que yo les contaba en el relato.

Pero jota se dedicó a leer mis relatos y a elogiar los que más le gustaron: "La separación" y "Mi marido desocupado".

Distintos tipos de relatos por su contenido y por las posiciones que tomé al escribirlos.

Jota, hacía análisis literarios sobre mis relatos y nos reíamos juntos de sus conclusiones o ideas que le surgían.

Fuimos entrando en confianza y me dice que anda atrás de una "Traviesa", como le gusta a él llamar a los transexuales.

Parece que se escribían, que se mandaron fotos y ya estaban en ese momento en que se iban a encontrar.

Yo le explicaba que las relaciones por la red, casi nunca son sinceras, que al final terminan en nada, salvo una que otra que leemos en el diario.

Jota es casado y se notaba que no tenía mucha experiencia en esto del Chat y de los mails. Por eso su decepción fue fuerte, cuando ella desapareció sin arreglar nada.

  • Tenías razón. - me dijo. Pero lo que realmente lamento es no saber como encontrar una traviesa, ahora.

  • Yo tengo la solución. Mi mejor amigo es también casado y está en una situación parecida a vos, pero a la inversa. Se viste de mujer y busca a un hombre, se encontró con las mismas dificultades que vos y quizás se puedan conocer.

Yo estaba, sin pensarlo y sin decírselo a mi amigo, convirtiéndome en celestina entre mi amigo y Jota el lector de mis relatos eróticos.

Jota, me llenó de preguntas, que lo describiera, que le contara su historia y yo me limite, únicamente a darle su email y lo hice. Lo único que quería a cambio es que me vaya contando como iba la cosa. Con lujo de detalles.

Luego llamé a mi amigo y le conté lo que había hecho y me dijo… ¡Estás loca! Si un poco loca estoy y él lo sabe pero ¿Cómo me iba a perder de generar una historia así?

Jota no perdió el tiempo y le escribió a mi amigo presentándose y diciendo que yo le había dicho que era una gatita cuando se vestía de mujer y que sabía que andaba con ganas de tener un encuentro con un hombre. En la contestación, mi amigo que dijo que para empezar tenía que tratarlo como a una mujer, que su nombre era Mariel y que la única persona que sabe esto es Sole, así que tendría que ser todo muy discreto, ya que él es casado.

Lo que parecía, para mariel un problema, para jota era la mejor noticia que podía recibir. Así que se estuvieron escribiendo, mandando fotos y comentándome los dos a mí sobre sus progresos

"Es verdad me recalienta cuando me cuenta las cosas que siente y sus fantasías…" me decía Jota. En cambio Mariel… "Cuando me llamaste para decirme esto, te quería MATAR, pesaba que comentabas mi intimidad con cualquier, pero la verdad es que Jota es muy caballero e inteligente…"

Yo me sentía feliz de haber juntado a estas dos almas descarriadas

Para sintetizar, llegó el día del gran encuentro, quedaron en encontrarse en un café, Mariel se había resistido porque insistía en que lo conozca vestido de mujer, pero era muy complicado y si no había piel se iba a sentir muy mal… eso dijo Jota. Quedaron en que llevaría un bolso con las cosas para cambiarse y listo, si se daba, se irían a un motel y allí se cambiaría para él.

Hubo onda desde que se vieron y el café fue rápido. Mariel tenía puesto toda la ropa interior, sobre su "disfraz" de hombre, así que cambiarse le sería fácil, para él. Una vez en el auto se besaron por primera vez

Pero fue cuando cerraron la puerta de la habitación cuando se estrecharon en muchos besos y caricias, fue tan intenso que casi no paran para que Mariel pueda lucir sus tacos agujas y su mini falda negra.

Se pintó y se arregló en tiempo record. Cuando salió Jota estaba re nervioso. Mariel se lucía alrededor de la cama si dejar que Jota lo alcance con sus manos… Luego se sentó en sus piernas y se besaron como dos colegiales.

Ella le desprendió la camisa y él le sacó la blusa, pero no lo dejó sacarle el corpiño que apenas rellenaba. Entre besos y caricias, ella fue bajándole los pantalones y sosteniéndole ese preciado trofeo que guardaba entre las piernas… Mariel ya estaba cumplida, tener ese fierro caliente entre las manos era lo que deseaba desde a primera vez que se puso una bombacha de la mujer. Jota sentía una calentura como no imaginó que una traviesa le pudiera hacerle sentir. Su verga estaba húmeda y ella no tardo nada en llevársela a la boca. Los dos estaban en los cielos. Ella trabajaba la mamada con maestría, pese a ser su primera vez y él gemía y su respiración era entrecortada y sonora.

  • Voy a acabar.- Atinó a decirle, medio segundo antes de que le explotara un chorro infinito de leche en la garganta de Mariel. Ella casi se atraganta, por lo inesperado y por la cantidad de leche que estaba tragando. Hizo como pudo para no ahogarse, mientras Jota la acariciaba con agradecimiento por la mamada que le había hecho.

Mariel se incorporó y le dio un beso lleno de restos de leche y Jota correspondió a ese beso. Mientras ella se fue al baño a arreglarse, Jota sacó de un bolsillo una pastilla de Viagra, por temor a no llegar al segundo polvo.

Mariel, volvió a la habitación y se puso a gatear por la cama. Él la acariciaba y le gustaba como le quedaba su ropa interior… Le sacó el corpiño y se puso a jugar con sus tetillas, cosa que a ella la volvió a estimular, ahora ella era la que gemía… Mientras le chupaba los senos, con una mana empezó a manosearle las nalgas. Corrió la tira de su tanga y sus manos masajearon su ano. Lo lamió, lo penetró con un dedo, luego con dos y cuando pensó que ya estaría bien dilatado le pidió que se la vuelva a chupar para que su empalme fuera total. Ella misma le colocó el condón y luego se puso en cuatro al borde de la cama, ofreciéndole el culo. Jota se acomodó detrás, volvió a correr la tira de su tanga y apoyó la cabeza de su pija en el ojo del culo. La pastilla azul le había hecho efecto; estaba como si fuera su primer polvo. Hizo fuerza y el dolor de ella lo hizo volver atrás. Metió un dedo con un gel que venía en la caja de los condones y resbaló hasta los nudillos, y Mariel ni se inmutó. Entonces envalentonado, volvió a la carga y esta vez pudo sumergir la cabeza en su oscuro hoyo.

La dejó así unos segundos y dio otro empujón. Ella se quejaba, pero no le decía nada y entonces entendió que podía seguir entrando y así lo hizo. Fue hasta el fondo, arrancándole un grito profundo de la garganta de ella. Cuando sintió que ella se relajaba, la comenzó a bombear. Él sentía todo su culito apretado que lo hacía delirar y ella iba entrando en la etapa que el dolor se iba confundiendo con el placer. De la verga de Mariel corría leche, sin que nadie la estimule y le pedía más y más. Eso entusiasmó a Jota hasta que no pudo aguantarse y derramó toda su leche dentro de ese estrecho culito.

Aunque todo fue planificado para una sola vez, esto había sido tan estimulante que los dos deseaban volverse a encontrar. Parecían dos novios que descubrían el sexo y estaba todo el día, calientes.

Se encontraron una vez más y repitieron la sesión. Esta vez no hubo café y los detalles que me contaron fueron sin detalles, solo sé que hubo una escena en el baño de la habitación del motel que tenía hidromasaje y Jota le hizo una propuesta, pero no se en que términos ni de que se trataba. El caso que para supercera cita no encontraban horario y eso del hotel ya no les interesaba. Querían hacerlo en una casa donde el tiempo no contara y que pudieran estar más libres. Hasta me pidieron prestada la casa y yo me negué, ya que en ese momento yo estaba saliendo con María y no podía tener problemas. Ella es jovencita y bastante inconvenientes tiene con haberse descubierto lesbiana, para que yo me ponga a explicarle lo de Jota y Mariel.

La cosa es que pasaron dos semanas y las cosas no se enfriaban y seguían con el problema del lugar, hasta querían alquilar un dpto., pero aquí el tema del alquiler se les complicaba. Me insistieron mucho para que les prestara el mío, hasta me ofrecían pagarme un fin de semana en la playa para que se los deje libre un par de días.

Lo hicimos una vez, yo me fui a la playa con María y ellos, desataron su pasión en cada metro cuadrado de mi departamento. Mariel estaba cada vez más hábil para vestirse y parecer una mujer y Jota descubría nuevas facetas del sexo. Luego me enteré que habían usado mi ropero, para variar la vestimenta de ella.

El paso siguiente era tan evidente que no entiendo como no me di cuenta que eso sucedería.

  • Me queda pintado tu vestidito azul. - Me comentó Mariel. Una tarde por teléfono. - Quizás tengamos que tener una tarde para que vaya a tu casa y que me preste ropa. Ahora tenemos la fantasía de salir juntos una noche. Ir al teatro y luego a cenar o a bailar

  • Si, claro. Lo podemos arreglar para cuando quieras. – le contesté ingenua.

A los pocos días me comenta que el viernes lo harían y si ella podría venir a casa, vestirse conmigo, que yo la maquille y que él la pasaría a buscar por mi casa a eso de las nueve de la noche.

Salí antes de mi trabajo, Le dije a María que esa noche no venga a casa porque me sentía un poco cansada y que mañana hablábamos. Mariel llegó a las cinco de la tarde y la verdad es que una cosa era saberlo que le estaba pasando con Jota y otra muy distinta era verlo así de entusiasmado. Nos bañamos, le puse aceites y cremas. Lo depilé todo y él se afeitó. Luego pasamos a el vestuario… Él se había comprado unos zapatos que iba a estrenar esa noche y yo le presté mis medias y le regalé un conjunto de tanga y corpiño que aún no había estrenado, todo muy sexy. Le quedaban muy bien, pese a que no tenía cintura, sus piernas y su espalda le daban un toque femenino a su cuerpo. Pero todos sabemos que es una cuestión de actitud, eso de verse linda.

Se probó todo mi arsenal de ropa… Todos los estilos, para todas las ocasiones, Hasta mallas se probó la loca.

Nos divertimos muchísimos las dos y eso hizo que a las nueve de la noche cuando puntualmente llegó Jota, ella estaba en veremos.

Jota estaba muy elegante y masculino. Tan gentil y caballero como en sus primeros email que me mandó.

O hice esperar en el living con una copa de vino, mientras Mariel y yo nos apurábamos con su arreglo. Entre risas y comentarios mordaces que nos hacíamos y con más de media hora de retrazo, Mariel se apareció n el living dejando a Jota con la boca abierta. Estaba bellísima.

Los tres brindamos por nosotros y charlamos un rato. La situación era tan normal, pese a todo que no nos dimos cuenta que la charla se había prolongado de más.

  • No los entretengo más, vaya a hacer sus cosas.

  • Si ya es tarde. Tengo hambre.

  • Y yo – le dije.

  • ¿Querés venir con nosotros? - me invita Jota.

  • Esta es su noche

  • A mi no me importaría compartir la cena… Después te traeríamos y nosotros seguiríamos con nuestra noche.

  • Si, venite

Y así fue que los tres nos fuimos a un restó de moda y cenamos. Nos divertimos mucho. Cada tanto él le hacía un mimo o le daba un besito y ella se comportaba como una mujer sumisa la situación era de por si graciosa.

Yo me ofrecí a volverme sola a casa así ellos seguían, pero Jota no lo permitió. Me trajeron a casa. Me despedí de Jota con un besito en sus labios. Mariel Bajó conmigo ya que se hacía pis y quería que le arreglara un poco el maquillaje, que entre risas y la comida se le había desacomodado.

No parábamos de reírnos mientras trataba de delinear sus ojos. Me contaba cada sensación que había sentido, verse en la calle vestida así. Como Jota la asía sentirse segura y me agradecía a cada minuto, que se lo hubiera presentado, que la hubiera vestido y maquillado, que los hubiera acompañado.

Parece que nos tardamos un tiempo, ya que Jota tocó el timbre y se apersonó a la puerta de casa. Entró y Mariel ya estaba lista para deslumbrar al mundo. Solo por cortesía, les ofrecí un café y aceptaron… Eso me sonó raro, pero me pareció natural ya que los tres juntos estábamos muy cómodos… Cuando volví con las tazas, ellos se encontraban en plena actividad sexual. Me quedé mirando sin hacer ruido, sin interrumpir. Jota y Mariel se besaban apasionadamente y sus manos se perdían entre sus ropas. No faltó nada para ver como Mariel sacaba la pija de Jota y la manoseaba. Me calenté, debo confesarlo, ya que nunca había visto dos personas, en vivo y en directo haciéndolo. ¿Qué hago? ¿Los dejo? ¿Los hecho? ¿Pido disculpas y me voy al cuarto para que ellos sigan? No tuve tiempo para hacerme más preguntas, ya que Mariel me invitaba con un gesto a unirme a ellos

Me acerqué como una autómata y solo los miraba pero más de cerca, sentada a su lado. Hacía mucho que no estaba con un hombre y pese a todo la experiencia que tengo en situaciones eróticas, nunca estuve de a tres. Miraba extasiada, sentía el aroma del sexo, pero no era mío, no lo había generado, Era como entrar a una pieza donde se acababa de cometer el acto y queda ese olor tan hermoso y tan único del amor.

Mientras ella se iba tragando el pedazo de Jota, él me acercó, tomándome por el cuello y me besó. Mis ojos se cerraron y su lengua jugó con la mía. Había entrando en un juego en el que no conocía las reglas y me parece que no las tiene.

Me levantó la blusa y acariciaba mis pechos, como me había escrito que lo hacía: con maestría.

Acaricie la espalda de Mariel, como para que sepa que estaba allí y ella me miró a los ojos sin dejar de comerse es verga y dándome su venia, su aprobación metió la mano bajo mi falda y me manoseo la vagina. ¿Tendría dos hombres para mí?

Mariel me ofreció seguir con la tarea que ella hacía y se dedicó a mamarme a mí, mientras Jota suspiraba y nos acariciaba fuertemente. Yo sabía que él acabaría sin avisar y en cualquier momento, ya que movía la pelvis con ritmo… Entonces me la saqué de la boca, para que se vaya clamando, esto recién empezaba y tendría que satisfacer a dos muchachas. Cerré los ojos y me dejé llevar, la lengua de mi amigo estaba haciéndome delirar de placer y le llené la boca de flujos cuando hice mi primer orgasmo. Nos besamos los tres y nos fuimos para mi cuarto. Me temblaban las piernas así que me aparté de la acción. Mariel le colocó un preservativo e iba a ser penetrada. Era muy fuerte ver a Jota ubicarse detrás de ella. Miré de cerca y se la guié hasta ver como se hundía dentro de ese culo. Como se detenía, para seguir ingresando, hasta que se perdió totalmente dentro de Mariel. Yo estaba totalmente estimulada y tomé la pija de Mariel y empecé a pajearlo. Me dio cosa al sentirla pequeña, como dormida. Despacio y profundo, tomándola bien fuerte, para despertarla, sin embargo estaba muy caliente, mojada y fue creciendo entre mis dedos..

Como estaba en cuatro patas me daba para meter mi cabeza y llevármela a la boca. No me tenía que mover, ya que las embestidas de Jota en su culo, me la hacían entrar y salir. Por el masaje prostático que estaba recibiendo su leche salía a borbotones, sin acabar, sin bajarse su erección.

Jota dio un bramido y luego empezó a llenarle el culo de leche, Mariel acabó en mi boca y los tres estábamos de lo más contentos.

Calenté el café en el micro ondas y lo llevé al cuarto con unas porciones de biscochuelo que tenía de ayer. Siempre me da hambre.

  • Si ustedes tiene viagra seguimos, yo tengo muchos profilácticos. – Les dije. Jota buscó en su pantalón, que estaba tirado en ele living y volvió con un frasco. Sacó una y se la tomó con el resto de café que quedaba en la taza.

  • ¿Vos no vas a tomar? – le pregunté a mi amigo.

  • ¿Para qué?

  • Uno nunca sabe.

Pero la que no sabía era yo… Jota nunca le había visto la polla, hasta hoy, ya que siempre lo hacían con su tanga puesta. Nunca se había dado de que Mariel quisiera cogerse a Jota, ni Jota se lo había pedido.

  • ¿Y vos no querés? - Le pregunté a Jota

  • No sé nunca se dio.

  • ¿Y vos Mariel, no le tenés ganas?

No me contestó, pero se nota que sembré ese deseo en ellos. Para ayudarlos le pedí a él que me penetre. Le puse un forro granulado, abrí mis piernas y él se tiró encima. Su verga me fue abriendo y estaba bien dura.

  • Mariel, en la mesita de luz, hay vaselina

No tuve que agregar nada más.

Jota se dejó untar su ojo negro y mi amigo se empaló, al ver como sus dedos se perdían dentro del culo.

Cada milímetro que Mariel entraba en jota, yo lo sentía en mi concha. Unos minutos después estábamos los tres muy adentro el uno del otro. Yo aplastada por estos dos hombres y el movimiento se hizo difícil. Pero eso de estar los tres conectados, hizo que cada movimiento mínimo nos hiciera gozar. Mariel empezó a bombear el culo de Jota y yo acababa con esa sensación y volvía acabar cuando volvía a entrar. Pensé que me iba a desmayar del placer, apenas podía respirar. Una reacción en cadena se produjo cuando Mariel dejó su leche dentro de Jota y la sacó. Me sentí mas aliviada cuando ella se incorporó, yo creía que Jota saldría también de encima, pero me equivocaba me embistió como un salvaje y en tres o cuatro movimientos acabo dentro mío

La noche terminó con el sol a las cinco de la mañana. Jota se llevó a Mariel vestido de hombre, a su casa.

La casa estaba hecha un desastre y mi cuarto un verdadero burdel pero así como estaba me fui a dormir. Cuando me despierte me bañaré y ordenaré la casa. Ahora a disfrutar del olor de las sábanas y encomendarme a Orfeo.