Dentro de mi madrastra

Breve relato de mi primera experiencia sexual ya de muy joven con mi madura madrastra.

Que tal ? Comenzaré presentándome, mi nombre es Sergio, tengo 24 años y creo que es el momento de relatar uno de los sucesos más placenteros y maravillosos que marcaron mi infancia. La situación matrimonial de mis padres era bastante inestable ya de hace unos años atrás así que optaron por separarse siendo yo muy joven, por tanto, la custodia era compartida y pasaba temporadas conviviendo con ambos. Pasaron tres años y mi padre rehizo su vida casándose con otra mujer de nacionalidad colombiana, su nombre era katherine. Era una mujer de piel morena, ojos oscuros, cabello oscuro, muslos anchos, cadera ancha y grandes pechos. Digamos que era una mujer con curvas pero todo en su sitio y bien colocado a sus 48 años.

Corría el verano de mis 18 y en aquel caluroso mes de agosto me encontraba en casa de mi padre con su mujer Katherine. Mi padre trabajaba en una empresa la cual su horario laboral era variable por turnos ya fuesen mañanas, tardes o noches. Una de las tardes en las cual mi padre estaba trabajando me encontraba en mi cuarto cuando ya comenzaba a masturbarme habitualmente viendo pornografía. Recuerdo encontrarme tumbado sosteniendo mi celular en una mano mientras me masturbaba cuando de repente se abrió y la puerta y vi a Katherine sorprendida y de inmediato se fue sin decir nada. Yo, avergonzado y confuso por lo que había ocurrido, me acosté pensando constantemente en la embarazosa situación. El día siguiente transcurrió con total normalidad y mi padre esta vez rotaria al turno de noche. Recuerdo que aprovechamos el día para ir de compras y cada vez que mi padre se alejaba Katherine no me quitaba su ojo de encima, lo cual me hacía sentirme bastante tenso recordando lo ocurrido el día antes. Llegamos a casa y mi padre se fue a su trabajo, comenzó a anochecer, era una tarde de verano tormentosa, yo me retiré a mí cuarto y pasados unos minutos reanude lo que el día antes no había terminado, pasado unos minutos tendido desnudo sobre mi cama, masturbando en aquel momento mi no muy exuberante pene catorceañero y a punto de correrme en plena oscuridad, se abrió suavemente la puerta de nuevo... coloque mis manos sobre mi miembro mientras adivinaba la silueta de Katherine acercándose lentamente al umbral de la cama, no sabía qué hacer ni que decir. Se agachó lentamente y sentí como sus cálidas manos me apartaban las mías que trataban de ocultar mi pene. Comencé a temblar y a tartamudear, le pregunté que qué era lo que estaba haciendo, ella ni si quiera respondio, de pronto sentí caer sobre mis genitales su humeda cabellera recien duchada y seguidamente una bocanada de placer indescriptible para un muchacho de catorce años. Comenzó a succionarme de tal manera que a penas pude resistir un minuto, comencé a eyacular dentro de su boca mientras ella me sujetaba con su otro brazo pegándome al colchón hasta tragarse la última gota de mi descarga. A continuación se levantó lentamente y me susurró al oído que la noche acababa de comenzar... Se retiro del cuarto y a los pocos minutos volví a adivinar su silueta en el umbral de la puerta podía escuchar como se acercaba lentamente pero está esta vez notaba el golpe seco característico de unos tacones. Llegó a la altura de la mesita de noche y prendió la tenue luz de la lamparilla, lo que en aquel momento vieron mis ojos hicieron que recuperase la erección de inmediato. Se había vestido con una lencería de encaje negra medias negras y liguero, de pronto comencé a temblar de nuevo y me invadía la ansiedad y los nervios, ni siquiera podía hablar, sabía lo que estaba a punto de suceder.

Seguidamente ella subió encima de la cama colocándose de pie sobre mi erecto pene, me miró a los ojos y me dijo en tono picaresco que ya estaba listo. Comenzó a agacharse lentamente hasta situar su tanga negro sobre mi virgen pene por pocos instantes, mientras sujetaba mi miembro con una mano comenzó a apartar hacia un lado el tanga dejando descolgar unos increíbles labios vaginales impresionantemente largos. No podía parar de temblar ni podía creer lo que veían mis ojos, de pronto separó aquellos húmedos labios vaginales y coloco mi pene entre ellos quedando completamente cubierto, me miró a los ojos de nuevo y preguntó si estaba listo, entre balbuceos dije que si e inmediatamente y mediante un violento golpe de cadera en seco engulló mi pene por completo escuchándose un sonido húmedo y a la vez como si me succionase haciendo los labios una especie de ventosa. Comenze a sollozar de placer, sabía que no tardaría en correrme de nuevo, ella estaba inmóvil, de pronto subió lentamente y retiro su sujetador dejando caer sus grandes pechos sobre mi cara, se sujetó al cabecero de la cama y comenzó a cabalgarme fuertemente, los muelles de la cama sonaban como si fueran salirse en cualquier momento. Exclamé que no podia resistir más y ella respondió que me hiciese un hombre y me corriera dentro de su maduro coño. Inmediatamente al escuchar esas palabras no pude resistir más y explote interior mientras no apartaba la vista de aquellos labios vaginales que entre golpes de cadera y el sonido de sus nalgas golpeándome y abarcandome comenzaban a expulsar a borbotones el semen que entre sollozos parecía no parar de eyacular.

Fin parte 1