Dene y el humano capitulo 1- El viajero
¿Has presenciado algún avistamiento? ¿Has sido abducido, o sabes de alguien que lo fue? Y la pregunta más importante ¿En realidad estamos solo en este universo? Deneb es un viajero estelar, cuya misión es evitar que el planeta Tierra sea invadido por una raza poderosa de alienígenas. Su destino: Una computadora central tan antigua como el planeta mismo, ubicada a pocos kilómetros del centro de la Tierra. Colocada allí, por los primeros visitantes de su planeta a este mundo. Desde ella, pretende lanzar una ofensiva y así eliminar de forma definitiva a aquellos parásitos, que solo saben invadir y destruir todo a su paso. Una historia de ciencia ficción, en donde nuestro viajero estelar, requerirá la ayuda de un humano para poder completar con éxito su misión. Y, así, salvar este mundo y la galaxia entera.
La nave descendió sobre la superficie terrestre. El leve impacto sacudió 600 metros a la redonda. La vibración fue tan sutil, que solo la percibieron las formas de vida más primitivas y susceptible del planeta: animales y plantas.
«Bitácora N° 371. 03. Deneb K-345, actualizando…
Ubicación: Planeta Tierra; año estelar: 2014.03.22.
Aterrizaje previsto para las 0300 hora terrestre: Exitoso.
Posición actual: Coordenadas 38°57’06 Sur – 68°04’28 Oeste; a 360 kilómetros de la entrada más cercana al punto de reunión.
Daño a la nave: 17%.
Sistemas de navegación: Intactos.
Propulsores: 60% sobre su capacidad. Se recomienda detener funcionamiento y dejar enfriar.
Fuselaje: Dañado.
Tiempo de reparación: 0,25 minutos terrestres».
—MIN-DK.345, reconfigura la ubicación.
La orden fue emitida en una serie de ondas sonoras, incomprensibles para las pequeñas criaturas que habían salido de su madriguera a investigar qué había causado el impacto. El “Microprocesador Integrado Neuronal” (MIN), respondió al cerebro del tripulante, con la monótona voz programada en su circuito interno
«Ubicación: Planeta Tierra; año estelar: 2014.03.22.
Posición actual: Coordenadas38° 57’ 06 Sur – 68° 04’ 28 Oeste; a360 kilómetros de la entrada más cercana al punto de reunión».
—¿Por qué estamos tan lejos del punto de reunión?
«Última configuración reconocida…
Protocolo de emergencia: Dirigir la nave a las últimas coordenadas establecidas».
Deneb escaneó la base de datos de la nave, y lo confirmó por él mismo. En efecto, aquellas eran las últimas coordenadas programadas.
Según el registro de la última salida de la cápsula, las coordenadas habían quedado establecidas con fecha de hace quince años terrestres. Se preguntó quién pudo haber utilizado su nave, y sin consultarle siquiera. La respuesta le llegó de inmediato. Nadie más que su padre conocía las claves de acceso y, solo él, podría haberla tripulado. Lo que le intrigaba era, ¿Con qué fin su padre se dirigiría al planeta Tierra, y en este punto en específico? No era parte de sus obligaciones monitorear este sector. Esta sección de la galaxia le había sido asignada a Deneb y él sednariano realizaba su trabajo con extrema diligencia.
Era improbable que su capacidad hubiese sido puesta en entredicho y por ende, hubiese sido necesario hacer una comprobación de los datos que registraba a diario. No existía detalle que no fuera importante para él, no dejaba pasar ningún dato sin registrar en sus reportes, por insignificante que este pareciera. No podría ser de otra forma, después de todo sería su legado, y su sentido de la responsabilidad le exigía asegurar la supervivencia de su raza y ser el líder que sus congéneres necesitaban. Por ello estaba ahí, en aquel primitivo planeta, cumpliendo la misión que su padre le asignara poco antes de morir. Una extraña presión contrajo su tórax, pero según el escaneo realizado por la MIN, no existía ninguna falla en sus órganos internos que pudiera estar causando aquella molestia. Se serenó y procedió a la siguiente etapa del plan. Era innecesario seguir ahondando en más controversias. Su progenitor no hubiese intervenido; jamás lo hubiera hecho.
Lo que si le desconcertaba, era el hecho de que las coordenadas en la cápsula no hubiesen sido reprogramadas. Había sido un descuido grande de parte del hombre mayor y el Soberano de Sedna nunca cometía errores. Suspiró. Aquellas interrogantes jamás serían develadas; no había quien las respondiera, por lo tanto, se avocaría en lo que era importante.
—MIN, inicia la transferencia de información. Acceso. Bitácora N° 342.05. —Un pequeño golpe de corriente atravesó el cuerpo de Deneb. En un principio, se puso rígido, pero luego se relajó para recibir toda la información.
Imágenes, coordenadas y mapas del territorio en el que se encontraba, viajaban a toda velocidad a través de su red neuronal; directo a su cerebro. Mientras tanto, el sednariano, iba repasando la estructura de la Tierra y sus costumbres. No esperaba permanecer demasiado tiempo sobre la superficie terrestre, pero debía ser precavido si quería llegar al punto de encuentro a la menor brevedad. Gracias a años de estudios, Deneb sabía cómo reaccionaban los humanos a lo que desconocían.Tenía suficientes informes en sus bitácoras sobre esta primitiva especie como para arriesgarse a ser detenido por algún representante de la ley, o algún humano curioso que alertara a las autoridades de su presencia. Para ellos, cualquier ser que no se les asemejara en apariencia representaba una amenaza.
«Transferencia completa —informó la MIN—. Cerebro asimilando y procesando información».
Una vez concluyó el proceso, Deneb desactivó los seguros de su casco. Esperó a que se desplegaran las agujas que se conectaban directo su corteza cerebral y le facilitaban el dirigir las funciones de la nave, para proceder a quitárselo. Desabrochó su cinturón de seguridad y deslizó la ventanilla para salir de la cápsula. Sus primeros pasos los realizó con desconfianza, tanteando la superficie terrestre. La atmósfera era similar a la de su planeta. Respiró una bocanada de aire, pero sus pulmones sintieron un leve escozor que le hicieron toser. Tendría que aclimatarse a la cantidad de gases contaminantes que existían en el aire terrestre, si no quería que aquello fuera un impedimento que retrasara su cometido.
—MIN, activa los Microbot restauradores, e inicia el protocolo de seguridad.
«Iniciando procedimiento de reparación a la nave…
Microbot reparadores: Activados y en funcionamiento…
Barrera activada…
Camuflaje activado…
Nave visible para el ojo humano: 0%…
Nave visible para los radares humanos: 0%…
Protocolo de seguridad completado».
El viajero encaminó sus pasos según las coordenadas indicadas por su MIN, pero después de una segunda revisión de la zona, a través de los mapas cartográficos almacenados en su base de datos, dudó de si aquella era la opción más factible. Debía reunirse con su gente lo más pronto posible y completar su misión, pero no podría acceder al lugar solo. La entrada más cercana a su destino se encontraba a medio camino de la montaña, lo cual era peligroso para él, con su poco conocimiento del lugar; temía no lograr encontrar el camino en tan corto plazo de tiempo.
Lo más conveniente para sus planes y, en extremo efectivo, sería perforar la base de la montaña creando un túnel que lo llevara al centro del planeta; directo a la computadora central. Pero ni contaba con las herramientas necesarias para aquello, y causar tal conmoción alertaría a las autoridades locales echando por tierra sus planes de pasar inadvertido. Tendría que contar con el humano.
Después de un sondeo de la zona en la que se encontraba, ordenó a la MIN enviara las coordenadas de su nuevo destino. Sería un desvió en sus planes iníciales, pero la única opción viable en ese momento.