Demasiado tímida para oponerme (44)

¡Llega e-mail de Julia! lamentablemente confuso porque algo le estaba impidiendo controlar el tecleado del mensaje. También continuamos con el reportaje a los miembros de la familia de Danielita. Periodismo-verdad.

Demasiado tímida para oponerme (44)

Por Bajos Instintos 4

bajosinstintos4@hotmail.com

¡Noticias de Julia! Lamentablemente truncadas. Pero es nuestra obligación consignarlas, en el ámbito de esta investigación periodística. Inesperadamente, en la redacción del diario recibimos el siguiente email, que transcribimos con sus interrupciones incluídas. Hemos dado copia a las autoridades para que intenten determinar su origen, y la causa de las misteriosas substituciones del texto por cadenas de letras "x".

"xxxxx secuestrada xxxxxxxxxxxxxxx señor pervertxxxxxxxx busadorxxxxxxxxx con su granxxxxxxxxxxxxxxxxxx y su calientxxxxxxxxxxx me mete xxxxxxxxxtodas partes... xxxxxxxxxxxmuy ricoxxxxxxxxx ayudante participaxxxxxxxxx suerte, con su gran xxxxxxxxxxxxxxx, ambosxxxxxxxxxxabusan de mixxxxxxxxx y eso no estaría mal peroxxxxxxxxxxx negros senegalesesxxxxxx Yo, estoicamentexxxxxxxxxy pude escapar paraxxxxxxxxxxxxxx este mensajexxxxxxxxxxxx Armando, todo bienxxxxxxxxxxxx sigo fiel aunque un pocoxxxxxxxxxxxxxxxx y ademásxxxxxxxx mucho por el culoxxxxxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxxxxxmuy abiertoxxxxxxx semegalesesxxxxxsus enormesxxxxxx xxxxxxxx insaciablesxxxxxx yo estoy como xxxxxxxxxxxxxxxxxxx enviciada xxxxxxxxxxxxx tantas porongxxxxxxxxxxxx Señorxxxxxxxxxxxxmuy contentoxxxxxxxxxxx Yo noxxxxxxxxxxxxtan mal xxxxxxxxxxEn estos mismos momentos xxxxxxxxxxxxxxxxxxxx ayudante y un negroxxxxxxxxxxxxxx dale que dalexxxxxxxxxxxxxambos agujeros por loxxxxxxxxxxxxxxxxxmanejar bien el tecladoxxxxxxxxxxxxxxxxx Y así todo el díaxxxxxxxxxxxxxxxxx orgasmo tras orgasxxxxxxxxxxxxxxx chupar y tragarxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx tantos lechazosxxxxxxxxxxxxxx Igual yo muy enamxxxxxxxxxxxxxxx de mi Armandxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx...."

Y ahí se interrumpió el enigmático mensaje, proveniente de la dirección de email de Julia. Su marido Armando se encuentra mucho más tranquilo, ahora que hay noticias de su amada esposa.

Por nuestra parte decidimos seguir con nuestros respectivos reportajes en la casa de Danielita, la feligresita de quince de Julia. Tanto Pedro, nuestro fotógrafo, como Blanca de Peli, nuestra movilera, estuvieron de acuerdo en seguir con sus respectivos reportajes. Pedro a la simpática mamá de Danielita y Blanca al papá. Realmente los vi muy bien dispuestos, hasta entusiasmados, me pareció. Y yo, por mi parte, me resigné a hacer la segunda parte de mi reportaje, a la angelical adolescente.

Tan pronto como llegamos nos repartimos con los entrevistados por los distintos lugares de la casa. Me agradó la confianza y familiaridad con que el dueño de casa guió a Blanca hacia el baño, llevándola de la cadera. Y el modo en que la mamá tomó a Pedro de la mano, conduciéndolo a la cocina. En cuanto a mí, Danielita, me llevó a su dormitorio a pura tracción de mis brazos sobre mis mangas. La seguí gustoso, el entusiasmo juvenil siempre me ha gustado. Lo que no me explico es la semi-erección con que llegué al cuarto de la niña, pero bueno uno no puede pretender una explicación para todo.

"¿Dónde quedamos?" dijo Danielita, dispuesta a seguir con el reportaje. Pero no se sentó, en vez de eso desabrochó mi bragueta, dejando el miembro afuera y con un par de movimientos me lo puso bien erecto. Así que puse en marcha el grabador.

"Habíamos llegado al momento en que dejaste que Hugo te apoyara mientras bailaban, y te restregó la intimidad con su polla, hasta que te corriste...!" La niña se apoyó con ambos brazos en la mesita de luz, ofreciéndome la grupa. Se levantó la falda, y tuve ante mí el más deslumbrante culito que hubiera visto jamás. Ya se había sacado la braguita.

"¡¡Síi, que vergüenza!! ¡¡Porque mi novio León estaba a pocos pasos en la mesa del boliche, con los amigos!! ¡¡Y yo aferrada a los hombros de Hugo, acabando en sus brazos, de tanto que me había restregado la conchita con su polla...!!" Con mano experta, Danielita tomó mi nabo y lo puso a la entrada de su coñito. Así que hice lo único que podía hacer: de un empujoncito se lo fui metiendo.

"Pero la madrecita Julia, me dijo que tenía que explicarle a Hugo que yo sólo estaba enamorada de mi novio..." Su vaina calentita se apretaba alrededor de mi exaltada virilidad, que se deslizaba por su caliente humedad, con el adecuado deleite.

"Así que lo invité a ...bailar a un boliche que mi... novio no cono...cía..." Las fricciones estaban haciendo su efecto en la niña, y sus oraciones se estaban entrecortando un poco.

"Y la madrecita me acon... sejó... que lo dejara apoyar...me el... bulto... para que no se ...sintiera recha...zado... ah... ahhh... cuando le ...dijera que sólo amaba a mi no...vio..." La vaginita de la niña parecía encantada de saborear mi pedazo visitante, ya que sentía como me lo apretaba, con delectación. Y su voz se iba quebrando en matices roncos, entre jadeo y jadeo.

"¿Y cómo te fue, Danielita, pudiste explicarle...?" Mis enterrones y vaivenes se estaban haciendo cada vez más amplios, a un ritmo creciente.

Danielita estaba jadeando en forma cada vez más intensa, y tardó un poco en responder... "No... muy... bien... ah...ahhh... ahhhh...., me estuvo restregando el choto con tantas ganas... que todo se me puso turbio y... ah... ahhhh. Ahhhhh.... ahhhhhhhh!" y la pequeña no pudo seguir porque su conchita comenzó a estremecerse estrujando mi poronga, con apretones involuntarios, y dándome fuertes culadas para tener un mayor enterramiento, la niña se corrió alrededor de mi tranca. Yo procuré permanecer impasible, pero de mi polla comenzaron a salir los rápidos chorros de una eyaculación imprevista. La niña se quedó quieta mientras continuaba inyectándole todo mi semen.

Después me derrumbé sobre la cama.

Danielita tomó el grabador de bolsillo con una mano, y mi poronga pringosa con la otra, y se la medió en la boca, como para saborear y tragar los restos de semen que quedaban. Y entre chupada y chupada, continuó con su narración "¡ fue como si me hubiera enviciado con Hugo...! ¡Porque llegué a chuparesla en el baño del bar donde estaba mi novio con sus amigos, y también ahí dejé que me la metiera! ¡El primero que me abrió la conchita fue el amigo de mi novio, en ese baño lleno de olor a pis!" Con tanta chupada, el nabo me había quedado limpito y al palo nuevamente. Y ahora la nena me la estaba chupando con intenciones alimenticias, por así decirlo.

Entonces recordé que había dejado mi libreta en planta baja. Me puse el pantalón como pude y bajé descalso las escaleras, para buscarla, y de paso hacer pis.

Una vez recuperada la libreta de apuntes, entré en el baño para aliviar la vejiga pero no pude. Blanca de Peli estaba sentada en el inodoro, sin braguitas ni `pollera, claro. Aunque al principio no pude entender por qué tenía sus soberbias tetas al aire. Una mujer no necesita quedarse en tetas para hacer pis, pensé. Pero fue cuando me día cuenta de que debajo de su culo estaba el papá de Danielita, muy atareado. Nuestras miradas su cruzaron, pero la mirada de Blanca tenía algo de extravío al fijarse en la mía, así que a penas intentó esbozar una sonrisa lasciva que me dio pudor, mientras su pelvis se agitaba por los empujones de nuestro anfitrión, aunque no sé muy bien por qué vía. Cuando vi que de la comisura de la boca de Blanca salía un hilillo de baba descontrolada, me dio pudor y me fui a ver si podía hacer pis en la pileta de la cocina. Lo siento Peli, estoy seguro de que ella no tenía la intención, ... al menos al principio.

En la cocina estaba Pedro dándole por el culo a la mamá de Danielita, que se apoyaba en la pileta de los platos, jadeando lascivamente, con los ojos turbios. Cuando vio que yo sacaba el nabo para orinar en la pileta, una amplia sonrisa depravada alcanzó sus gruesos labios, y tomando mi semi-erecto miembro se lo introdujo en la boca, con su índice apuntando a los huevos, y su palma y demás dedos sosteniéndolo en dirección a la boca y se quedó esperando, mientras me animaba con los ojos, hasta que me decidí y comencé a descargarle el pis, sin contenerme más. Ella cerró los ojos en expresión de deleite y comenzó a tragar, mientras de paso chupaba y lamía. Pedro, afanado en lo suyo con los ojos cerrados no pareció enterarse de la atención que su amante estaba teniendo conmigo.

Cuando terminé de soltarle mi orina, su mamada me había puesto nuevamente al palo, y la mamá de Daniela me la estaba pajeando. Pero huí escaleras arriba con mi nabo bamboleándose, ya que no tenía caso guardarlo.

Una vez en la pieza de Danielita, me tendí en la cama, y dejé que la criatura completara su mamada a gusto, hasta que logró alimentarse con mis chorros. Me resigné, pensando que si bien su alimentación me debilitaba un poco, igual esos chorros iban a ir a algún lado, y qué mejor que esa boquita laboriosa.

Dani, desde luego, no pudo seguir aportando su historia a la grabación, y a mí lo único que me salían eran gemidos, sin ánimo alguno para hacer preguntas.

Así que, hasta ahí llegó la segunda parte del reportaje. Pero igual estuvo bien. Este es un oficio muy esforzado y uno hace lo que puede.

Lamentablemente, Danielita tuvo que salir, pues la esperaban algunos amigos de su novio, así que me quedé desfalleciente sobre su cama, con la pija al aire. La mamá, conciente de que su hija había salido, y yo no, y seguramente habiendo acabado con Pedro en el más pleno sentido de la palabra. Subió y se metió en la pieza, con una expresión de lascivia en el rostro. Sentí que estaba indefenso frente a sus intenciones, fueran las que fueran, y dejé que hiciera lo que hubiera venido a hacer conmigo.

Bajita pero muy tetona, la señora se acurrucó a mi lado con gesto protector. "Ya sé que no estás en condiciones de tener más sexo, cielito, mi nena los deja de cama" dijo con una risita, "pero espero que no te moleste que te haga algunos mimitos..." Pensé que sería buena ocasión para continuar con un reportaje a ella, así que accedí, encendiendo el grabador. Mientras pensaba qué preguntas hacerle, la mami puso sus dos estupendos pechos a la altura de mis ojos, mientras con su mano me acariciaba los vellos del pecho. Así que por un momento dejé de buscar preguntas. Entonces, en forma tierna y sensual, comenzó a acariciarme el rostro con los pechos, mientras su mano iba bajando por mi cuerpo. Así que por otro momento dejé de buscar preguntas. "¿No querés darme unos besitos en los pezones?" preguntó con voz mimosa, poniéndome uno de ellos a la altura de la boca. Y su mano acariciaba mi bajo vientre, rozando con el dorso mi nabo en una caricia indirecta. Así que postergué nuevamente las preguntas, y me aboqué a besarle el gordo pezón que me ofrecía. Ella emitió un gemidito de mimo, y lo apretó contra mi boca, mientras la otra teta se apoyaba en mi rostro. Sentí que mi nabo, pese al trajin que ya había tenido, comenzaba a acusar recibo. "No te preocupes, nada de sexo me tranquilizó ella" Así que dejé que continuara arrobándome con sus hermosos pechos en mi cara. Mis pensamientos habían volado a otra parte, absorto en las sensaciones que esta amorosa mujer me estaba dando. "Me gustó mucho cuando me orinaste dentro de la boca", me comentó con voz suave y sensual, mientras sus tetas se arrastraban en lentos círculos sobre mi cara. "Pena que no me dejaste que te pajeara ese hermoso choto, pero claro, tenías que cumplir con la nena..." y de pronto advertí que su tibia manita estaba rodeando el tronco ya erecto de mi miembro, pero un pezón hábilmente puesto entre mis abiertos labios, me despertó el impulso de lamérselo. Ella gimió con dulzura y comenzó a correrme para atrás y adelante, con mucha suavidad la piel del nabo. A mi me pareció que eso era casi una paja, o que iba en camino. Pero no tuve ganas de oponerme, así que dejé que siguiera acariciándome. Era imposible resistirse a una mujer tan dulce. "Nada de sexo" me repitió, mientras su mano apretando con tierna firmeza mi poronga, se daba a una lenta paja. Y me puso el otro pezón en la boca. Así que la abrí bien grande, para poder chupárselo mejor. Y me quedé mamando como si fuera un bebé hambriento. "Qué tierno" me dijo ella con voz sensual en mi oído, mientras su mano se iba moviendo con más ritmo en mi miembro. "No te preocupes, nada de sexo" volvió a tranquilizame, mientras yo sentía que me estaba haciendo la mejor paja de mi vida. Con la otra mano, ella me aferraba la cabeza para poder seguir restregándome sus estupendas tetazas, y su mano ya trabajaba en forma decidida a un ritmo que mostraba las ganas con que me estaba brindando la caricia. El olor de sus meloncitos era embriagador, y me quedé indefenso, sintiendo en mi enardecido miembro, el efecto cada vez más enardecedor de sus fricciones apasionadas. "Nada de sexo, mi vida", y poniendo su boca en la mía lanzó su lengua a una caricia depravada y deliciosa, mientras su mano inferior se movía a un ritmo vertiginoso. Así que de pronto mi polla se tensó, incapaz de seguir soportando el apasionado tratamiento de su manita, y comenzó a largar chorros con una potencia que ya no hubiera creído que me quedara. Ella sólo abandonó mi boca para bajar hasta mi polla y tragarse todo el semen que por allí había caído. Y terminó metiéndose mi nabo en la boca, y succionando y succionando, me sacó hasta la última gota de leche.

Yo había quedado medio ido, y más allá de las preocupaciones, inmerso en un mundo de sensaciones.

Ella se montó en un sesenta y nueve, de modo de poder seguir chupándome la polla, y bajo su pollera arremangada presentó a mis ojos su voluptuoso culo. Yo no estaba para más trotes, y ella lo sabía "No te preocupes, mi vida, no quiero más sexo, sólo que nos hagamos algunos mimitos..." y retrocediendo su culo hasta ponérmelo a la altura de mis labios, me pidió que le diera unos"pequeños besitos"en la unión de los glúteos. Su piel se sentía deliciosa y perfumada. Así que me puse a darle los besitos que me pedía. Me sentía tranquilo al saber que la mami no esperaba más demostraciones sexuales de mi parte. Su boca rodeaba mi vencido miembro en una cálida oquedad humedad, donde su lengua iba y venía, rozando y lamiendo mi empequeñecido nabo. Era muy agradable, e incluso calmante, eliminando los restos de la irritación "post coitum" que me quedaran en el miembro. Realmente sentía que mi principal amigo estaba en un lugar muy acogedor y divertido.

Después de un ratito, ella comenzó a presionar sus glúteos contra mi boca con un poco más de entusiasmo, sin llegar a forzarme de modo alguno. Fue también muy agradable, siempre es lindo sentir el entusiasmo de otra persona. Y el entusiasmo de la mami iba creciendo. El mío, en su pequeña medida, también, y comencé a besarle la unión de los glúteos con más ganas. Y le escuché algunos jadeos que me llenaron de satisfacción porque eran señal de que estaba haciendo bien mi parte.

Seguimos en este juego unos diez o quince minutos más. Y cada tanto ella me presentaba su jugosa vagina, que también recibía mis atenciones. Pese a mi relajación, el estar besando sus mórbidas zonas bajas me estaba apasionando, y también mi lengua se puso en el juego. De pronto observo que, entre la relajación, la falta de exigencia y el gusto, lo que ella estaba lamiendo dentro de su boca ya no era el vencido nabito de hacía un rato. Sus caricias, tiernas, persistentes y apasionadas, habían ido surtiendo su efecto, y ahora su boca pajeaba mi nabo en toda su extensión, sacándolo y metiéndolo hasta el fondo.

El apasionamiento de esta mujer iba creciendo, y pronto tuvo mi cara metida entre sus glúteos, que me la restregaban con una lujuria contagiosa. "Nada de sexo, por suerte" pensé mientras su orificio trasero llegaba una y otra vez al alcance de mi lengua, así que la saqué, y dejé que me la cogiera con todo el entusiasmo que estaba poniendo. Una y otra vez mi cara quedaba cubierta por su culo, que subía y bajaba en forma imperativa, y cada vez más rápida. Yo estaba en el séptimo paraíso, con mi rostro y mi voluntad sometidos a ese culo maravilloso. Finalmente lo sentó sobre mi rostro y comenzó a hamacarlo a su gusto sobre mi lengua y mi nariz, mientras reemplazaba su boca por el trabajo enfebrecido de su mano, que subía y bajaba al mismo ritmo enloquecido que su culo. A último momento me presentó la vagina y bañándome la cara con sus jugos, la restregó con tal fuerza que sentí que se estaba masturbando con mi cara, y rendido completamente a sus deseos, mi sumisión se expresó con una nueva acabada de mi miembro, mientras ella alcanzaba su climax sobre mi rostro.

Entre la nena y la mami me habían sacado cuatro polvazos, y me habían dejado hecho un estropajo. Pero feliz.

"Pero, ¿y si viene tu marido y nos encuentra así?" logre articular después de un rato, aún en la posición del sesenta y nueve que ella me había impuesto. "No te preocupes, él y Pedro se están ocupando de esa gordita putona que vino con ustedes"

Pensé en Blanca, y me imaginé la escena, de ambos hombres ensartándola o vejándola. Pobre chica, no merecía algo así. ¿O quizá sí? En fin, lo siento Peli, pero tu señora está muy buena.

Bueno, mis queridos lectores, este ha sido otro tramo de mi esforzada labor de investigación periodística, contada sin tapujos, en mi habitual estilo de "periodismo-verdad"

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