Delta Beta Nu. Capítulo 5: Fiesta de primavera.
Las chicas se han relajado, ya no perciben el peligro. Nick intenta hacerlas comprender cuando, el platónico amor de juventud se cruza en su camino.
Delta Beta Nu
Capítulo 1: El Ritual (https://www.todorelatos.com/relato/159237/)
Capítulo 2: Secretos de estado (https://www.todorelatos.com/relato/159424/)
Capítulo 3: Violet (https://www.todorelatos.com/relato/159509/)
Capítulo 4: El segundo ataque (https://www.todorelatos.com/relato/159725/)
En capítulos anteriores de "Delta Beta Nu":
Nick Hamman, un joven estudiante y ex-haker, es convocado al ritual secreto de la hermandad femenina más influyente y popular de su universidad, las Delta Beta Nu. En él, es persuadido para ayudar a sus integrantes ya que intuyen estar sufriendo episodios de abusos sexuales sin su conocimiento. Investigando parcialmente el ordenador del director de la universidad (Marcus J. Kelly) descubre su pasado en la CIA y su implicación en esos abusos utilizando secretos gubernamentales. Nick, decide poner en común la información con Violet, la jefa de la hermandad y entre los dos planean un segundo ataque informático, más arriesgado y ambicioso, contra el director, para así, y con toda la información, poder denunciarle. Asaltan con nocturnidad su despacho, no sin varios contratiempos, y al sortearlos improvisadamente no pueden evitar dejar rastro.
Capítulo 5: Fiesta de primavera en la hermandad.
¡Violet, Violet, escúchame, es importante! - le grité al oído a causa de esa música infernal.
¡Relájate Nick, esto es una fiesta, disfruta, baila un poco con alguna chica... o mejor vete a hablar con Lim, ya sabes que no le gustan mucho estos saraos!
Violet, por favor, es por lo del director - le comenté mirando alrededor.
No te preocupes por eso, lo solucionamos. Ha dejado de pasar... Se debe haber dado cuenta de que sabemos algo y ha parado.
Nos, están vigilando. Es la CIA, estoy seguro. Llevo varios días notando que me siguen, cosas muy raras, esto se está poniendo feo.
Habla de esto con Geena, me dicho que esta mañana, mientras hacía la compra en el super, no la quitaba el ojo de encima un tipo extraño. Yo voy a ver si disfruto un poco de mi juventud. ¡Vamos chicos que no pare la fiesta!
Y esa fue mi primera conversación con la jefa de la Beta Nu después de estar más de tres semanas buceando entre los últimos datos descargados del ordenador de Kelly durante el segundo ataque informático. En ese tiempo no habían notado signos de abusos en la hermandad y se habían relajado. Violet me invitó a la mítica fiesta de primavera de la hermandad y decidí parar con el trabajo de investigación para darle novedades. Obviamente no era el mejor momento para contarle nada serio, y menos el asunto de las pruebas secretas gubernamentales de expansión de la conciencia para el pronóstico del futuro... La postulante a la hermandad Shawna Allen estaba implicada. Miré a mi alrededor: estaba en el centro de un tumulto sudoroso que botaba al son de aquel ruido atronador. Chicos y chicas borrachos y ligeros de ropa comportándose como animales. Como pude me abrí paso, no pocas veces zarandeado, y me alegré de ver a mi amigo Mickey hablando con una chica "¿qué digo?" con Kate, de las Beta Nu. Me llamó con la mirada para que me acercase a ellos.
¿Qué pasa Nicky? - me saludó y chocamos los puños.
¿Tu conoces a este tipejo? - Me preguntó la animadora señalando a mi amigo con el pulgar.
Claro, Es Michael Kopesky, el futuro de los viajes aeroespaciales.
Ahhh, o sea que es amigo tuyo. Le iba a echar de la fiesta, sabes que son muy exclusivas.
¿De qué hablabais? - Les pregunté intentando cambiar de tema.
No sé, ¿tartamudeaba cosas? Iba a llamar a un Kappa para que se encargara de él.
Laaa de-cía, lo... guaaa-pa queee estaaa-ba...
¿Siempre habla así?
¿Sólo cuando está borracho? Es un tío entre un millón Kate, un no parar de reír, por favor, cuídamelo.
Si me tú me lo pides.
Me interpuse entre los dos y abrazando a mi amigo le susurré al oído.
Vamos tío relájate, bébete esto, y a por ella - Nick me atendió obediente.
Por cierto Kate, estaba buscando a Geena, tengo que hablar con ella ¿Sabes dónde está?
La vi antes subiendo arriba, a las habitaciones. Es por allí, no tiene pérdida, la diez.
"Joder" pensé, me iba a costar un triunfo hablar con cualquiera de ellas esa noche. De todas formas, subí a su cuarto, el décimo, siempre esquivando al alocado alumnado que atestaba la casa. Pisé una vomitona, me salpicó cerveza sabe dios de donde y evité que una chica se cayera por las escaleras, eso sí, a llegar arriba por fin algo de suerte. Joy Richards, el defensa central del equipo, abandonaba el cuarto de Geena como una exhalación, discutían a gritos cuando nos cruzamos.
¡Maldita loca. Síííí Dios, perdóname por tener hormonas y mirar a otras chicas! - clamó al cielo visiblemente enfadado.
¡Eres un cerdo... y no mirabas a esa furcia precisamente!
Lo siguiente: un portazo desde el interior. En el tiempo que me di antes de llamar se formó una pequeña pelea en el barullo de abajo. Un tipo tumbó a otro de un puñetazo al mentón con la derecha, mientras con la izquierda agarraba la copa. No derramó ni una gota. Di gracias a Dios al no ver por allí cerca a Mickey, no se le daban bien los enfrentamientos precisamente. Meneé la cara procurando centrarme y toqué, un par de veces, a la puerta de la segunda de las Beta Nu. Esa música infernal no me permitió escucharla sollozar, pero al abrir lloraba como una magdalena. Madre de Dios que estampa, estaba a medio vestir y me quedé tieso.
Ah, Nick, creí que bueno... Eres tú. Pasa corazón - me invitó cariñosamente cerrando la puerta a mi paso.
¿Estas bien? - le pregunté. Tenía el negro rimmel corrido por ojos y mejillas. Parecía una psicópata sexy de carnaval.
No, estoy fatal, acabo de romper con Joy... Menudo cerdo. Me dijo Cintya que ayer le vio en el mirador enrollándose con una de químicas. No sé quién es, pero ya me enteraré.
La contemplé desconcertado y mientras me hablaba me sentí como Joy: una hormona andante. El primer día de universidad, en mí primera clase y yo recién llegado al campus, el profesor de ciencias me sentó al lado de aquel monumento. Vestía una escotada blusa blanca hecha de ese tejido elástico que no se transparenta por poco y que marca perfectamente las formas que oculta. Por supuesto, debajo no llevaba sujetador a juzgar aquellos bamboleos tan naturales. Apenas podía mirarle a la cara con semejantes atributos y tuve que tomarme en serio el curso para no perder la cabeza. Todo ese año, mis onanísticas fantasías estuvieron protagonizadas por sus desproporciones superiores y por esa espléndida blusa blanca que había de ocultarlas a mis ojos. Al entrar en su habitación el día de la fiesta, las fantasías de primero se redujeron a humo ya que la pude contemplar incluso más boyante.
- Perdona, me estaba poniendo cómoda, ya no tengo ganas de más fiesta. Siéntate por ahí ¿Qué te parece mi habitación?
Miré alrededor y no vi ninguna silla, tan solo un par de camas. Las Beta Nu dormían por parejas. Preferí sentarme en una acogedora alfombra en el suelo. Mientras y para mi regocijo, ella fue a su armario, ya abierto, y continuó cambiándose de ropa. Dentro pude ver la mítica blusa blanca de mis sueños. Dándome la espalda se quitó el sujetador, y pude atisbar por un instante y de soslayo, uno de sus fantásticos pechos desnudos sólo coronado por una sombra: Grande y natural, algo descolgado por el peso y la postura. Con el trasiego se meció y rebotó en el aire gelatinosamente antes de quedar oculto bajo un top deportivo gris algo desgastado que, en mi opinión, lo hacía incluso más apetecible, siempre marcando su abultada existencia bajo el tejido.
E, es mu-uy bon-nita, muy de chii-ica - tartamudeé claramente ruborizado acusando una vergonzosa punzada de dolor en la entrepierna. Me encogí sobre la alfombra.
¿Te pongo nervioso? - secas y negras lagrimas adheridas por su rostro enfatizaron sus palabras y sonrió -. Qué gracioso. Olvidaba que eres un chico. Como ya te tratamos como una más de la hermandad - se miró el busto y lo irguió - ¿Te gusto? ¿Te acostarías conmigo? Sé de una hermana que lo está deseando -. Y con un parsimonioso cruzar de brazos y consciente de sus efectos sobre mí se fue comprimiendo el top gris, y este, gracias a su naturaleza elástica no explotó -. Ten en cuenta que se lo tuyo con Violet.
No bromees Geena, además he venido a otra cosa.
Sois todo iguales - me acusó lanzándose a la cama -. Bueno, dime ¿a qué has venido?
He hablado con Violet, me ha dicho que te han estado siguiendo.
- Sí, esta mañana, mientras hacía algo de compra. Tengo buen ojo para eso, soy muy perceptiva ¿sabes? Ahora, por ejemplo, estoy viendo que me ocultas algo ahí debajo.
Me acomodé de nuevo dolorido por la presión en mis vaqueros.
Geena, por favor ¿qué pasó esta mañana? - intentaba razonar con ella.
Si te levantas te lo digo.
Me hice el remolón un par de veces, me avergonzaba de veras. Volvía a sentirme como aquel chico de primero.
- Vamos Nick, levántate. Quiero ver el paquete que ha vuelto loca a Violet... y a otras que no te voy a decir.
Como no podía ser de otra manera me puse en pie y Geena pudo contemplar el tensionado abultamiento de mi entrepierna y sonrió pícaramente.
¿Por qué Joy no puede ser como tú? Atento, comprometido... vergonzoso. Por cierto, Muchas gracias por lo que hiciste por nosotras.
Es eso de lo que quería hablaros. La cosa no ha terminado, llevo toda la semana estudiando los datos, es una cosa gigantesca, hay tanto que no sé por dónde empezar, es la CIA. No sé la razón, pero están intentando pronosticar el futuro... sí es muy loco me dirás, experimentan para llevar al cerebro humano a estados de conciencia... ¿cómo lo llaman? conciencia expandida...
Nick, te estas tomando esto muy en serio... Hazme caso déjalo.
¿Te acuerdas de esa chica, Shawna Allen se llama?
Sí, pobre. La violaron y se quedó ida por la impresión.
No, no fue eso, Kelly estuvo experimentando con ella. Por la razón que fuese la eligieron para su proyecto.
¿No estás muy lejos? ven conmigo y me lo cuentas - me instó ignorando las explicaciones. Dio par de palmadas a la cama.
Ese desproporcionado busto suyo recostado y desparramado sobre el edredón me nubló y me atrajo como la miel a las abejas.
No te das cuenta, creo que mediante el control mental están intentando inducir...
¿Sabes que lo sé? - Me susurró al oído al llegar a su lado.
¿Qué sabes? No puede ser.
Nos lo ha contado Violet. Tan sólo con una palabra tuya nos convertimos en tus esclavas sexuales... todas. Y no lo haces... por eso me gustas.
No quiero abusar de nadie.
No lo harías ahora - y con el dedo corazón me provocó hundiéndolo en su pecho.
¿Me lo contarás después? - Le pregunté dándome por vencido.
Sólo si te portas bien.
Me recosté a su lado y la ofrecí mis labios. Nos besamos y eche mano a una de esas enormes preciosidades gelatinosas.
¿Qué te pasa? - Me preguntó al ver mi reacción.
Nada, es solo que he fantaseado mucho con una cosa así. En primero, cuando nos sentábamos juntos.
Eres un encanto Nick, me haces sentir mujer.
Usas el mismo perfume.
Sí, siempre. Me da suerte, "Espíritu quinceañero".... Tú también.
¿Lo recuerdas? - me sorprendí.
Recuerdo que era de los baratos, pero ahora me gusta.
Tan obsesionado estaba con su delantera que se las sobé con furor y le subí el top para poder maravillarme con las joyas de la corona, ocultas para mí durante tanto tiempo, siendo incluso más preciosas que como me las había imaginado: grandes, ovaladas, oscuras... y duras como el diamante. Más tarde me contó que tenía el pecho muy sensible cosa que ahora explica sus reacciones desaforadas y que en aquellos momentos achaqué a mi pura habilidad para toquiteárselo. Le pellizqué los pezones y me los metí en la boca, agitándole los grandes flanes que pendían de ellos. La animadora jadeando al techo me suplicaba: "Fóllame, fóllame" al tiempo que se bajaba los leggins. Ansiosamente le recorrí el cuerpo entero, deleitándome con la subida de su temperatura. Era, terso y blandito y temblaba a cada roce. Descendí arrastrándole la lengua por el vientre, en apasionada espiral, fundiéndome con cada pequeño espasmo provocado. Atravesé la punta de flecha invertida de su pubis que, finamente rasurada, marcaba el camino y de un lametón rocé el botón de sus terminaciones nerviosas. No hice más, estuve un tiempo tan sólo rozando con la punta de mi lengua su clítoris, siempre con la mayor levedad de la que era capaz. Ella, despatarrada y con mi cabeza entre las piernas fue ascendiendo por una vorágine de sensaciones que elevaron los gemidos a aullidos desaforados, y estando la explosión cerca ya... se escuchó un fuerte golpe en el armario de la otra cama, la de su compañera. Geena se recompuso vistiéndose rauda.
- ¡¿Quién está ahí?! - preguntó temerosa.
Silencio, solo la música del exterior de fondo.
Nick, coge el bate de baseball que está detrás de la cortina - No me dio tiempo a llegar.
Soy yo - una voz femenina brotó desde el interior del armario de su compañera.
Geena abrió las puertas de par en par, y allí, estaba su compañera... Limsey, mi amada Limsey.
Perdóname Geena, me quedé estudiando en la habitación, y escuché que venías con Joy. Sabía que bueno, vendrías a eso y me escondí en mi armario. Perdóname de verdad.
Buff, no te preocupes guapa, que susto nos has dado - y dicho esto y una vez pasado el momento de tensión vimos lo que estaba pasando. Limsey agacho la cabeza avergonzada, tenía los pantalones bajados y las braguitas a medio subir. Su amiga enarcó una ceja.
¿Desde ahí se ve mi cama? Claro... Que tonta soy, es Nick... ¿Se lo digo? - Preguntó con solemnidad la veterana animadora a su compañera de habitación. La gacha y pecosa cara de Limsey se giró a un lado mientras terminaba de subirse la ropa interior. Recuerdo haber pensado que una chica no podía estar más sexy.
Nick, bueno, es conocido por todas tu amor por Limsey... entiendo que ahora ya no queda otra que decírselo - Geena miró a su compañera, y esta terminó asintiendo fugazmente -. Dejémoslo sólo en que es reciproco. Entiende que es muy vergonzosa y nos ha hecho jurar que no te diríamos nada -. Limsey intentó levantar la cabeza pero apartó su mirada de mí.
Perdona Lim, yo no sabía que tú - intenté explicarme -. Si nos has estado escuchado habrás visto que una cosa ha llevado a la otra... en fin, lo siento.
¿Por qué no vienes aquí con nosotros? - le propuso Geena iluminada por una repentina ocurrencia. "Qué momento tan tenso y extraño" pensé. Yo era un torrente de sentimientos. Nunca se me hubiese ocurrido reservarme para ella ya que la daba por imposible - Ya está, nena, ya lo sabe. No seas tonta, te estabas tocando mientas nos mirabas, reconócelo. Ven aquí, no tengas vergüenza, yo te ayudaré... Mi primera vez fue un fiasco, te prometo que la tuya va a ser maravillosa.
Primero cayó... Luego suspiró.... El acusado, o sea yo, se incorporó ante el Juez... Y finalmente consiguió levantar la cabeza y sostenerme la mirada, dando un paso adelante.
No sé si podré, en estas líneas, expresar lo que significaba aquello para mí. El corazón quiso escapar de mi pecho, había estado demasiado tiempo prisionero en un cuerpo que lo había maltratado y tan sólo el destino, no yo, le abría las puertas. Siempre atemorizado ahora volaba haciéndome sentir el hombre más feliz del mundo. Su sentencia hacía buenos los años de anhelo de comprensión, caricias y besos... de sólo amor. Me supe nacido para adorarla desde la primera vez que la vi y me sometí a su esquiva mirada, a sus pecas, a su sinuosa figura, a la idea de sus caricias, a que quizá, algún día podría acariciarla yo. De adolescente la perseguía allá donde fuera. La observaba en la distancia con prismáticos, cada gesto, cada curva. Geena representaba un año de onanismo, Lim era toda mi vida, el fantasma al que recurría cuando estaba perdido.
La segunda al mano de las Delta tiró de su brazo... Yo, perdía la mirada ensimismado.
No tengas miedo tonta, ven aquí, mi cama es grande - La animadora me empujó por el pecho y quedé tumbado hacia arriba sobre el colchón. Rondó la cremallera de mis vaqueros hasta que la bajó de un tirón.
¡Vaya Nick! te alegras de vernos ¿eh? - y me agarró por el pene con fuerza.
Mira, me la voy a meter poco a poco en la boca, los hombres son muy sensibles aquí y para no hacerles daño tienes que ir poco a poco, con calma...
Le dio una clase rápida de felación y mientras le mostraba con ejemplos tuve que concentrarme en ese sencillo techo blanco para no correrme. Me lamió el glande en círculos, por los lados, acariciándome los testículos y metiéndosela entera en la boca. Siempre con maestría.
- Ves cómo le gusta. Ahora tu.
Limsey me toco muy dulcemente. Tenía las manos frías y sentí un primer y tímido lenguetazo al rededor del glande. Cerré los ojos para no mirar. Luego otro, luego otro.
- Bueno, para empezar no está mal - le dijo Geena -, ahora métetela en la boca y con la mano, eso es, fuerte para arriba y para abajo.
No lo hizo mucho cuando me incorporé de súbito.
Buuff, para Lim. Si sigues así no durare mucho más.
Ves tonta, que bien lo haces - Geena me cogió de la mano y se la llevó al pecho - Vamos, tu igual.
A mí nunca me ha tocado un chico - la suplicó con la mirada.
Hoy le vamos a poner solución a eso - agarró mi mano y la posó sobre su pequeño y firme pecho. Temblaba y no cambió el gesto temeroso, aunque la erección de su pezón la delatara.
Comencé un lento y sentido amasado en ambas, por encima de la ropa. La animadora veterana no tenía complejos y acercándose la plantó un beso que mantuvo con la lengua para seguir manoseánlola por todo el cuerpo. Tuve la sensación de que no era la primera vez que lo hacían, entre ellas no tenían tantos reparos y me acordé de Harriet y Kasey. En un momento dado, con todos tumbados, nos fuimos desnudando entre caricias y abrazos, metiéndonos mano por doquier, hasta que Lim giró la cara y quedamos nariz con nariz a milímetros. Fue nuestro primer beso. Su compañera por detrás y con el dedo corazón, la toquiteaba la entrepierna y fue recorriéndosela. Lim apartó sus labios de los míos quedando conectados por un fino hilo de saliva, y gimió levemente. Yo me perdía por el cuerpo de mi amada, recorriendo con las yemas de los dedos cada curva, cada fino e imperceptible bello; me encaminaba inexorablemente al centro cuando, cuando La veterana animadora se olió la tostada:
- Lim, ha llegado el momento - le anunció - súbete encima de él.
Lo hizo, abrí lo ojos y fui hechizado por aquel angelical rostro pecoso de belleza insuperable. Posé la punta del pene entre sus labios inferiores y dejé que ella cayera al ritmo que deseara. Sabía que ya no era virgen, al hipnotizarla, Kelly la había desgarrado su inocencia, pero aún así para ella era la primera vez, nada recordaba de lo que la hicieron. Temerosa bajó lentamente ahogando un pequeño quejido según se besaba con su amiga.
- Así, muy bien - Le susurró la veterana - Te gusta ¿eh? Poco a poco...
Nunca he vuelto a tener una sensación similar, aquella las superó a todas. Conecté con su respiración, su olor, su pulso, su temblor, su temperatura, su aliento, su contoneo, su sabor... Contemplé atónito las pecas de su desnudo pecho según me cabalgaba y me consideré de nuevo en plenitud. Geena había hecho mucho para que aquello estuviera sucediendo y no quise olvidarla. La insté a que hiciera la chucharita a mi lado y con dos dedos la penetré en un intento de hacerla sentir igual. Funcionó y haciendo uso de sus galones, Geena relevó a su amiga sobre mí. Sudábamos cuando la segunda de las Delta, que era de placer más fácil, se corrió bufando lastimeramente. "Ay, aaay" Agarró y mordió la almohada hasta que su pelvis termino de temblar. Se había quedado a medias cuando sonó el armario y con esto liberaba aquella tensión acumulada.
- Buff, que grande, que grande.... - suspiró -. Ahora ponte a perrito Lim. Ya verás que postura tan tremenda.
Aún me escurrían los tibios flujos de Geena por el abdomen cuando, agarrando a Lim por las caderas hundí mi sexo en el suyo. Era más frío y prieto y ella hacía menos ademanes a mis embestidas, disfrutaba, aunque no demasiado. Haría un pacto con el diablo para no olvidar ninguno de los pequeños detalles de aquellos momentos, ningún olor, ningún sabor, pero la imagen de su culo erguido frente a mi es del todo imposible de borrar de mi memoria: la perfecta forma de una guitarra hecha carne. Apreté los dientes y me juré hacer de nuestra primera vez lo más maravilloso del mundo. Por aquel entonces pensé que simplemente estaba nerviosa y la costaba relajarse, más tarde sabría más de este asunto y lo detallaré llegado el momento. Una y otra vez, sacando y metiendo prácticamente todo mi pene de ella hice una labor de bombeo ardua y mantenida en el tiempo, que, en un momento dado, y cuando lo creía todo perdido empezó a dar sus frutos. Primero levemente y poco a poco comenzó a gemir. Más tarde un poco más y más tarde otro poco. Toda ella era cautivadora y sus gemidos tanto o más: sensibles, dulces e intensos. He de reconocer que Geena me ayudaba frotándola el clítoris como solo una mujer sabe hacer. Sonreí y me enorgullecí de mi hombría por ir ganando en aquel difícil pulso.
- Ahh - gritó Lim por fin - No pares, no pares, más fuerte.
"¡¿Aún no había llegado?!" Me sorprendí. En un último esfuerzo y con toda mi alma, aumenté el vigor y ritmo de las embestidas, siempre alentado por el incremento de sus gemidos que habían tornado a auténticos aullidos. Me sentía muy extraño arremetiendo así contra la delicadeza de mi amada. No queriendo hacerla daño pensé qué si no la hacía correrse, en nuestra primera vez, tarde o temprano se apagaría lo nuestro y se olvidaría de mí.
- Vamos, vamos, fóllatela - Me decía Geena.
Sus nalgas temblaban a cada uno de mis golpes, toda dentro y toda fuera, como una máquina percutora. Y ya observé como empezando desde los hombros, su cuerpo comenzó a vibrar. Los brazos, una pierna, luego la otra. Gritó y de súbito se apartó de mí para retorcerse sola en la cama, como liberada de una posesión.
-Ahh, Ahhh - gritaba entre espasmos.
Tardo en calmarse, pero mientras, Genna y yo la contemplamos atónitos. Intenté acercarme para ayudarla, pero me apartó bruscamente, tiritaba y estaba un poco ida.
-Joder, que orgasmo ha tenido la niña - comentó su amiga.
Miraba al techo cuando una amplia sonrisa se le dibujó en el rostro, minutos después. Se giró hacia mí.
- Ahora sólo faltas tú - dijo respirando como si recién terminara una maratón.
Las dos animadoras se arrodillaron frente a mí, mirándome a los ojos mientras se afanaban en mi entrepierna. Lim estaba desatada, y Geena ¿qué puedo decir? era doctorada en aquellas lides. Llegado el momento las dejé las caras como el mono de trabajo de un pintor. A una le chorreaban esos enormes tetones bamboleantes y la otra sonreía con todas las pecas de la cara tapadas y un ojo medio cerrado.
Después de ducharnos, juntamos las dos camas y nos acostamos juntos.
¿Entonces quieres saber lo que me pasó esta mañana en el super?
Sí, claro. Yo no soy tan perceptivo como tú, pero creo que nos están vigilando.
Puede ser. Hoy un tipo me ha seguido desde la hermandad hasta el super y por la ciudad mientras hacía unas compras, siempre era el mismo. Lo sé porque llevaba una horrible corbata beige. Pensé que era una especie de depravado o algo así. Estaba buscando comprarme un fular bonito para este otoño...
Geena por favor, al grano, yo no sé ni que es un fular.
Es un pañuelo, amor - me susurró Lim tímidamente al oído. Aún no asimilaba la sensación de amor correspondido y me derretí.
Iros a un hotel - dijo Geena y reímos todos.
Saben que algo sabemos y nos vigilan.
¿Y que sabemos?
Que están drogando a chicas jóvenes, hipnotizándolas para su control. Buscan a alguien específico, en sus experimentos no vale cualquiera - no quise preocuparlas más con el asunto de Shawna Allen, habían experimentado con ella hasta freírle el cerebro -. Intentan pronosticar el futuro, las telemetrías del director lo muestran claramente, mediante la inducción de lo que ellos llaman Estado de Consciencia Expandida, ECE. Pero, ¿para qué? hay mucho trabajo entre esos datos.
Pero ¿quiénes son?
La CIA, el Servicio Secreto... en definitiva, el gobierno.
¿Para qué iba el gobierno a querer hacer algo así?
Ni idea... El asunto es que vosotras estáis o habéis estado en el centro de este huracán.
Déjalo Nick, vamos a dormir ya. Mañana será otro día.
Nunca pensé que podría dormir tan intranquilamente con una preciosidad acurrucada en cada uno de mis brazos.
Me levanté temprano para ir a al colegio mayor. Ellas dormían cuando, antes de salir de la hermandad, robé la blusa blanca del armario de Geena, quería una prueba tangible y odorable de que lo sucedido no había sido un sueño. Atravesando el enlosado lleno de desperdicios de la fiesta, un tipo a lo lejos, en el parque, me llamó la atención. Yo continué hacia mi Bici, estaba encadenada a la señal de ceda de siempre. Me agaché para abrir el candado, amanecía y respiré la fresca brisa de la mañana, me hacía recordar la niñez. Volví a mirar a aquel tipo, tenía una corbata Beige. Antes de poder reaccionar un par de coches salieron de Dios sabe dónde cerrándome el paso en mitad de la calle. Dos tipos en trajes oscuros salieron de cada coche, llevaban auriculares y estaban armados. Nadie había en la calle que pudiera ser testigo, era realmente pronto. Me invitaron a meterme en uno de los coches y, no queriendo morir tan temprano, obedecí dócilmente.
- Por fin nos conocemos Sr. Hamman - Me dijo el director Kelly gravemente.
Nota del autor: Siento haber tardado tanto en sacar esta nueva entrega. Aún con todo, espero que os guste. Para que no se pierda el hilo del relato he hecho un pequeño resumen y dejo todos los enlaces. También, por favor, dejadme algún comentario; me anima mucho a seguir escribiendo. Además, me hace reflexionar sobre el rumbo de la historia. Muchas gracias!!
Toledo, España. Madrugada del 22 al 23 de agosto de 2020.