Delta Beta Nu. Capítulo 3: Violet

La jefa de las Delta Beta Nu regresa de Denver. Nick, atormentado, se lo cuenta todo.

Capítulo 3: Violet.

  • ¿Qué pasa Mickey? ¿estudiando álgebra?

  • Sí tío - me contestó sonriente mi compañero de habitación -. El examen es la semana que viene y tengo que darle fuerte - ¿Tú cómo lo llevas?

  • Bien, es fácil.

  • ¡Qué asco dais los niños prodigio!

  • Oye una cosa... va a venir una chica y tengo que hablar a solas con ella.

  • No jodas, ¿una chica aquí? ¿en la mansión del frikismo? estas loco ¿Quien es? ¿la emo esa que habla raro que va al laboratorio? Tienes unas filias muy raras tío, aunque mal que bien es una chica y tiene un par de bultitos ahí muy cachondos.

  • Jajaja - me hizo reír -. No, no es esa, y no es para lo que crees.

  • Tu inténtalo tío, son como un checkbox desactivado por defecto. Sólo hay que hacer click.

Cuando Violet apareció por el pasillo de la segunda planta de la residencia masculina de estudiantes se empañaron gafas, se abrieron bocas y se erizaron pelos mientas se hacía el silencio. Habían caído imperios por chicas así y los miembros del quipo de debate, los astrónomos, los físicos y demás compañeros lo sabían. El tiempo se ralentizó para poner el foco en aquellas dos maravillas de dura gelatina. Su perfume mataba el olor a leonera y el ánimo de los estudiantes se erguía firmemente.

  • Ho.. ho... hola, soy Mi... Mickey... - tartamudeó mi compañero sin subir la mirada e intentando desencajarse la mandíbula.

  • Hola Mickey, mucho gusto.

  • Mick, lo que hemos hablado tío. Tardaremos poco, luego puedes seguir estudiando.

  • Cla... cla... claro tío - salió de la habitación justo antes de hacerme el gesto del pulgar hacia arriba. Iba como sonámbulo y al cerrar la puerta se escuchó gran alboroto fuera, incluso aplausos.

  • ¿Es rarito o algo? - me preguntó Violet señalando la puerta.

  • Jajaja, sí, algo así.

  • He venido tan pronto he podido ¡Qué locura de viaje!... Bueno Señor Hamman, ¿Qué ha averiguado?

Torcí el gesto y miré a otro lado. No sabía por donde empezar y estaba realmente avergonzado.

  • ¿Qué pasa? no me asustes.

Comencé explicarle las tripas de la información descargada del ordenador del director Kelly y su pasado en la CIA.

  • ... creo que cuando os fuisteis reuniendo con él a primeros de curso, en esos encuentros, os drogó e hipnotizó. Ahora solo le hace falta pronunciar una palabra para activaros.

  • ¿Cómo que para activarnos? ¿activar el que? - preguntó ingenua.

  • Buff, Violet, no me lo pongas más difícil. Estáis atadas a las instrucciones que os inscribió en la mente. Yo no sé que os dijo exactamente, pero...  - y dudé una vez más tal y como lo había hecho desde mi última visita a la casa de las Beta Nu -. Te tengo que contar una cosa - logré decir después de respirar profundamente.

  • No puedes tenerme más intrigada, dime ¿qué ha pasado?

  • Fui a vuestra casa, sin saber esa palabra. Créeme que fue así. Mientras explicaba todo a Kasey y a Harriet pronuncié el nombre en clave de la droga y... se activaron - no dijo nada y quedó expectante -. Antes de darme cuenta las tenía encima y bueno... puedes imaginarte lo que paso.

  • ¿Te las follaste? Ellas no me dijeron nada.

  • Sí, me las folle a las dos, debieron olvidarlo al salir del trance tal y como os lleva pasando estos días cuando os lo hace el director. Lo siento de verdad, debería haberme ido o parado aquello de alguna manera.

Miró por mi ventana sin decir nada.

  • Nick, no te preocupes por eso, si no hubieras sido tu habría sido otro, cualquier atleta descerebrado... Hazme caso yo le he visto. Dejémoslo en que son abiertas y liberales. Además, en la hermandad no ha contado como "suceso inexplicable", no las dejaste marcas y no creo que se acuerden de nada.

  • Joder - expiré de alivio -. Llevo unos días sintiéndome fatal.

  • Piénsalo, si me dijeras ahora mismo la palabra me tendrías a tu merced y si no lo haces es por algo... te creo, lo que dices tiene sentido ¿Qué podría ser si no? De hecho, te agradezco inmensamente tu trabajo, de todo el condado, sólo tu eres capaz de algo semejante.

Me senté en mi silla de estudio e intenté relajarme. Era un terrible peso el que había soltado.

  • ¿Denunciamos a Kelly a la policía? - Ofrecí la opción a Violet consciente de las posibles consecuencias.

  • De ninguna manera, nunca se admitía como prueba la información que robaste, créeme estoy estudiando la legislación para estos exámenes finales. Además, tu herencia y todo eso. Me prometí cuando contacté contigo que no te causaríamos problemas o por lo menos no de esa índole. Tenemos que encontrar otra forma, Kelly tiene muchos contactos y sabiendo que pertenecía de la CIA la cosa se pone incluso peor. Nos las tenemos que arreglar por nosotros mismos. Por favor, por ahora, no le digas nada a nadie, ni siquiera a las chicas de la hermandad.

  • Escúchame Violet, analicemos lo sucedido, igual podríamos sacar algo en claro.

  • Soy todo oídos.

  • Piénsalo, aparte de la palabra de activación que gracias a Harriet y Kasey ya conozco, podríamos saber más. Pregunta a las chicas; a las que se reunieron con Kelly y tomaron el zumo; estarán afectadas. Es fundamental que no acudan a sus reuniones y que lo eviten a toda costa, sobre todo quedarse a solas con él. También, como yo conozco todos los detalles después de activar a Kasey y Harriet, podrías preguntarlas por lo que recuerdan de ese día y así saber más sobre las lagunas mentales... el tiempo que duran, si son selectivas, yo que sé.

  • Ok, lo haré ¿y no sabes si se puede deshacer el rollo este? Igual con otra palabra; una de "desactivación"

  • No tengo ni idea, pero ten en cuenta que solo descargué un quinto de la información que había en el ordenador.

  • ¿Podrías volver a hacerlo? - y me miró a los ojos.

  • Claro - la dije -. Solo que necesitaría tiempo. Tendría que encontrar otra buena ocasión para no arriesgar.

  • Eres un encanto Nick. Si te afeitaras, cambiaras el vestuario y fueras un par de días a la semana al gym, ninguna chica se te resistiría.

  • Entonces no tendría tiempo para jugar al ordenador - bromeé.

  • Jajaja, como sois los científicos. Escúchame bien, eso que tienes ahí abajo es un Ferrari aparcado.

Me sonrojé y hundí la mirada. No parecía ser consciente de con quién hablaba, estaba normalizando el abismo social que nos separaba. Violet era la animadora jefa casi desde su ingreso y hermana superiora de la hermandad más popular del campus, sucediendo a otra que había sido una autentica leyenda. Seguramente estudiaba derecho para distraerse, ya que venía de una buena familia y en cualquier momento podría dar el salto a las pasarelas, o casarse con un multimillonario, o lo que ella quisiera, ya que el mundo se rendiría a sus pies. Su belleza natural deslumbraba, grandes curvas y tipazo, siempre sin olvidar aquella personalidad magnética suya. Quizá las matemáticas no fueran su punto fuerte, pero os aseguro que no la iban a hacer falta para nada. Yo la adoré durante años desde el otro extremo del comedor (la sección friki) intentando imaginarme como debería ser tenerla de novia. Por aquel entonces había discutido con Denny, el capitán del equipo de football y yo no hacía más que preguntarme ¿qué clase de tipo dejaría escapar una chica así? Alto, guapo, fuerte pero muy gilipollas.

  • ¿No me vas a pedir lo acordado? ¿recuerda tu plan de motivación? - me cogió a contrapié.

  • Si que lo había pensado...

  • Considéralo un adelanto. Motivación para tu segundo ataque.

  • Violet estos días le he dado muchas vueltas a la cabeza, sabes que a mi Limsey me gusta de verdad y preferiría que, en fin... que no viniera conmigo a una cita estando a disgusto.

  • ¿Quién ha hablado de citas? Además, Lim no está aquí ¿Y yo? ¿No te gusto? ¿Te acuerdas de lo puta que te dije que podía llegar a ser?

  • Claro que me gus... - Y fue cuando Violet me besó. Debió ser toda una estampa verme quedar petrificado de aquella manera. Sabía que era ella la me había masturbado hacía poco, pero sucedió en circunstancias muy raras, todo a oscuras y con audiencia oculta mirando. En esa ocasión, además, siempre tuve la inquietud por el chantaje. Sin embargo, en mi habitación, en ese preciso momento, sentí que ella lo deseaba, que me deseaba y eso me paralizó por novedoso.

  • Relájate Nick - me susurró al oído abrazándome; contactando con sus curvas que se apretaron contra mí rebosando, subiéndome la mano por debajo de la axila para mi regocijo. Las Beta Nu habían conseguido desestabilizarme al extremo y aunque en un principio me había negado, no había herencia que pagada una cosa así. Tampoco recordaba haber tenido una erección tal jamás. El calor de sus firmes curvas y su embriagador aliento al besarme la oreja me convirtieron en un instinto andante e imparable. Abrí la mano para intentar abarcar completamente una de sus tetas, aunque era del todo imposible. Tan solo agarré parte y con ansia: también ella estaba erecta, sus duros pezones la delataron al contacto con la palma de mi mano...

  • Ahhh! - Gimió mirando arriba y yo me sentí un hombre completo por vez primera -. Arráncamelo - me imploró al verme serpentear por su escote. Tiré con fuerza de él y la camiseta se abrió en dos jirones. Esta vez la tapaba un sujetador blanco más común, eso sí, de talla especial, que se apresuró a desabrochar. Al caer sobre mis libros de programación, y como me había prometido en la casa de las Beta Nu, la contemple en todo su esplendor. Las dos oscuras guindas mantenían la misma desproporción. Meneó sus maravillas como flanes, de lado a lado, al son de su risa, supongo que le hacía gracia verme la expresión -. No pongas esa cara ¿Quieres acariciármelas, eh? - se pellizcó los pezones y me los brindó. Seguido al terso sopesar la manoseé ansioso y ella me volvió a besar, pero esta vez enérgica, con babas y lengua vista. Siendo imposible cansarse de sobarla, mi instinto animal me llamó y cuando quise bajar al culo ella ya se me había adelantado, y me apretaba la entrepierna. A tirones me deshice de su cinturón que blandí como si de un látigo se tratara antes de lanzarlo a la lámpara. Me desabrochó los vaqueros y yo los suyos, y me agaché para bajárselos hasta la mitad del muslo. Mi nariz estuvo un instante a centímetros de su perfectamente rasurado pubis en forma de flecha - Házmelo Nick, házmelo -. Me dijo mientras lo miraba. La aupé al pupitre en dónde estudiaba. Los apuntes acabaron por los suelos, y los que no, o mojados o desgarrados. Y así, de medio lado, con el pecho desnudo, la camisa hecha jirones o los vaqueros a medio bajar, le hice el amor apasionadamente. Ella me agarraba por la pechera, yo de una de sus tetas que apreté sin control, en donde ahora sí quedarían marcas de dedos. Ahora bien, analizando a posteriori, aunque fue un polvo increíble, ella se mostraba más natural que Harriet y Kasey. Gemía, bufaba y hacia aspavientos y aunque juraría que se corrió un par de veces, nunca con esa terrible intensidad líquida. En indagaciones posteriores, prestaría atención a esta circunstancia.

  • ¡No te corras dentro!  - me pidió incorporándose y agachándose veloz ante mí. Me finiquitó con la mano y no pude más que bañarle la cara. Apenas si podía abrir el ojo izquierdo cuando Mickey abrió la puerta.

  • Es sólo un momento necesito unos apun... - y al ver el panorama cayó desmayado.

Nota del autor: Acepto cualquier sugerencia de guión. Ruego me lo dejeis en los comentarios.