Delirios de una Lesbiana Esquizofrenica

Un famoso cantante decía que hay mujeres que son como una estación en la cual hay que pararse a pedir agua, yo por el contrario siempre he pensado que hay mujeres que son el agua en si mismas y otras son la sed, siendo estás últimas las más peligrosas... y las más deseadas. A lo largo de mi vida he conocido a muchas clases de mujeres, he llegado a enloquecer por ellas, a amarlas, y a odiarlas con todo de mí...

Me descubrí un día adicta a las mujeres, pero a esas, la sed, que te secan la vida y las ganas, esas putas bien vestidas y sensuales, por las que toda lesbiana respetable ha perdido la cabeza en algún momento. De ellas vengo a hablarles, de cada gemido, de cada tacón, de cada marca de sus uñas en mi espalda. Porque a veces me han enredado, y también a ti, así que vine aquí a decirles... yo también me he enamorado de unas cuantas cicatrices y créanme cuando les digo que no hay nada más delicioso.

¡Bienvenidas a Lesbozfrenia!

Y pónganse cómodas, les contaré cómo las mujeres se volvieron mi trastorno psicológico.

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