Deliciosa Chiquilla

Mi encuentro con una deliciosa Chiquilla que quiere ser Transexual...

Conocí a Angélica en una de las tantas redes sociales que existen en internet. Yo tenía mi perfil plagado de cientos de chicas travestis y transexuales y por eso dí con ella. Se puede decir que todo fue circunstancial.

No dudé en invitarla a que me agregará como amistad y como tenía albúmes de fotos me dí a la tarea de bajarlas todas a un archivo que hice especialmente para ella. Para suerte mía también incluía su dirección de correo electrónico así que sin dudarlo la agregué como contacto para chat electrónico. Ahora solo quedaba esperar.

No recuerdo cuántos días pasaron pero al fin me llegó un mensaje que me anunciaba que mi solicitud de amistad había sido aceptada por ella así que entré a la red y le dejé un mensaje privado en el que le agradecía el haberme aceptado y le manifesté el deseo de conocerla personalmente. Yo verdaderamente dudaba que respondiera el mensaje pero para mi sorpresa lo hizo y me anunciaba que también podía buscarla en el chat en determinado horario para conversar y conocernos. Me sentí infinitamente emocionada y esperé que esa hora llegara.

Así comenzó nuestra Amistad.

Pasaron cuatro meses en los que hubo invitaciones, compromisos no cumplidos, encuentros y desencuentros en el chat hasta que finalmente decidió que nos viéramos.

Nos citamos un día domingo. Antes de salir me llegó un mensaje a mi celular en el que me preguntaba si íbamos a tener el encuentro. Obviamente le confirmé que sí y que la esperaría en la estación del metro acordada para después irnos al hotel que yo conocía y en el que sabía no tendríamos problemas para entrar. Así ocurrió.

Cuando entramos en la habitación nos invadió el nerviosismo y sin embargo ambas hicimos lo que teníamos que hacer. Habíamos convenido que yo no me vestiría de nena, solo ella lo haría así que sin más se metió a ducharse para posteriormente arreglarse y maquillarse como la Mujer a la que yo estaba impaciente por poseer.

Cuando estuvo arreglada su personalidad se transformó, su voz y sus movimientos eran deliciosamente afeminados. Conversamos y mientras lo hacíamos le tomé algunas fotos. Tal y como lo habíamos acordado. No me cansaba de decirle lo hermosa que me parecía y ella no dejaba de mirarme y cuando podía y me tenía cerca me acariciaba melosa.

Ya no podía permanecer sin hacer nada ante tal muestra de sensualidad y deseo, así que la guié a recostarse de lado dándome la espalda. Se veía tan hermosa en esa posición que me lance a besar de manera inmediata su nalga derecha. Ella se estremeció y lanzo un suspiro profundo y placentero. Mi lengua recorrió toda su nalga mientras que con una mano la estrujaba hacia arriba, quería ver la tela de la tanga que le cubría el ano, al cual ya estaba deseoso de conocer.

Nuevamente la guié a incorporarse para enseguida colocarla a la orilla de la cama, le pedí que subiera dándome la espalda y entonces tuve todo su culo frente a mí. Se inclinó descansando cabeza y manos en la cama y sus nalgas se abrieron un poco más. Mi pene chorreaba ya de líquido seminal y supe que no iba a ser necesario lubricar su ano con saliva como lo tenía planeado.

Con mis dedos levanté la tanga y descubrí su ano e hice que la prenda descansara en su nalga izquierda. Tomé mi pene y coloqué la punta sobre el mismo y éste se contrajo deliciosamente. Sin separarlo apreté mi propio esfinter y una generosa porción de líquido seminal asomó inundando su ano. Empuje un poco y éste se abrió permitiendo que el pene resbalara un poco hacia dentro, lanzó un gemido que hizo que se me erizara la piel. Retiré lentamente el miembro y su ano se cerro expulsando un poco del líquido depositado en él. Volví nuevamente a la carga y esta vez empuje con más fuerza logrando introducir la punta del pene. Me detuve esperando alguna muestra de dolor pero no fue así, en su lugar se escucho otro gemido aún más prolongado y colocó ambas manos en sus nalgas para separarlas. Me quedé quieto disfrutando la presión sobre la punta del pene al momento que acariciaba sus caderas con delicadeza.

-Sigue metiéndola por favor, yo estoy lista-Me dijo con voz suplicante.

A esa señal continué con un leve movimiento de mete y saca mientras ella abría aún más sus nalgas. Logre que otra pequeña porción de pene se alojara en su ano hambriento. Las paredes de su recto presionaban mi pene con firmeza, sentía la calidez y estreches del mismo. Seguí empujando y ella a su vez se empujaba hacía mí desesperadamente.

Y al fin lo logré, todo el pene desapareció dentro de ella y sentí sus nalgas pegadas a mis muslos, ella gemía ricamente agradeciendo y consintiendo al intruso con apretones de su ano. Nos quedamos quietos cada quien disfrutando a su manera.

Pasado un rato coloqué mis manos en sus caderas y me dispuse a embestir su ano, primero lentamente y deteniéndome por momentos; luego lo hacia con rapidez y penetrando profundo, sus gemidos me tenían loco y eso me daba pauta a continuar con mis movimientos pues sabía que le estaba gustando demasiado.

-No te vengas todavía, quiero que termines en mi boca-Me dijo con voz temblorosa.

Continué mis movimientos y su vez pase una de mis manos al bulto de su pene y lo acaricié decenas de veces de arriba abajo.

Ella se detuvo y me pidió que dejara de penetrarla. Cuando lo hice se volvió hacia mí recostándose en la cama, me quito el condón y sin más pausas engulló mi pene por completo. Comenzó a mamarlo con fiereza mientras se ayudaba con una mano para masajear mis testículos. Ambos estábamos acompasados y sabíamos que el clímax estaba cerca. Era una delicia ver su rostro con los ojos cerrados, sus labios con el color rojo intenso y brillante que había colocado al maquillarse; mi pene cuando salia de su boca lleno de su saliva. Al fin era mía y no iba a perder la oportunidad de ver cómo tragaría todo mi semen.

Sin embargo me sorprendió nuevamente cuando en un movimiento rápido sacó mi pene de su boca y se colocó boca arriba en la orilla de la cama invitándome a penetrarla desde el frente, me acerqué a ella y sin más colocó sus piernas sobre mis hombros. Acomodé bien sus pantorrillas y me incliné hacia delante y sus piernas al irse hacia atrás permitieron que su ano quedará justo enfrente de mi pene aún más erecto, sin más la penetré de una sola estocada, el gemido que lanzó me enardeció de placer y comencé a embestirla con fiereza; mi bajo vientre chocaba con sus testículos y su pene también completamente erecto luchaba por escapar de la tanga que lo aprisionaba, me detuve un momento para liberarlo y ella lo agradeció. Enseguida me incliné un poco más y con ello logré que su pene quedará pegado a mi bajo vientre, por lo tanto por cada embestida a su ano su pene era acariciado por mi cuerpo.

Pasamos un buen rato en esa posición hasta que finalmente ambos con la voz entrecortada anunciamos que la venida era inminente. El clímax llegó y grandes descargas de semen comenzaron a inundar su ano mientras que mi vientre recibía el semen de ella. La penetré hasta el fondo y con una de mis manos masturbé su pene para sacarle hasta la última gota. No pude ceder al deseo de comer su semen y llevé la mano a mis labios tragando y chupando lo que había obtenido de ella.

-Ay, regálame un poco, no seas envidiosa-Me dijo mientras tomaba mi mano llena de su semen, la acercó a su boca y con la lengua fue engullendo su propio néctar.

Las piernas me temblaban cuando comencé a retirarme, mi pene aún erecto comenzó a vislumbrarse; cuando estuvo completamente afuera, de su ano comenzó a escapar parte del semen el cual fue resbalando a lo largo de su culo. Subí a la cama y la ayudé a incorporarse de forma que ambas quedamos acostadas una junto a la otra, boca arriba.

-No sé porqué tardé tanto en darte el sí. Me gustó la forma en que me trataste. Los demás solo se preocupaban por ellos mismos y me dejaban con mis ganas. Estuvo genial lo de mi pene acariciado por tu cuerpo.-Me dijo con ojos cerrados y un tono de voz que denotaba añoranza por volver a sentir lo mismo nuevamente.

Este fue mi encuentro con esta deliciosa Chiquilla.

Aún sigo a la espera de volver a verla y entonces el encuentro será distinto. Lo hemos platicado y ambas estamos de acuerdo en eso. Ya les contaré...hasta entonces.