Deliciosa celebración del cumple de mi macho de 19
Tres lindos críos y un taxista, me dieron de sus deliciosos cipotes, para celebrar el cumple de mi crío que en la cama es mi macho
Eran las seis de la tarde, cuando me disponía a salir de la oficina y visitar a Yerko, como habíamos quedado. Grande fue mi sorpresa, cuando encontré a Daniel y Manuel, dos jovencitos de casi la misma edad de Yerko, en la puerta. Ambos me habían esperado, como si se tratase de una competencia de quién podía ganarse mi trofeo y se adelantaron a Yerko.
Les expliqué que tenía una cita con Yerkito, me dijeron que sólo por este día pasara con ellos, pues era el cumpleaños de Manuel y quería gozar en su cumpleaños. Me dieron un tiempo para pensar, entretanto, llamé a Yerko, para decirle que demoraría un poco y que le volvería a llamar. Manuel tuvo la idea de que mientras lo pensara, entráramos al cine, a dos cuadras de mi trabajo literalmente, me raptaron y no pude reparar en lo rápido que ingresamos y estuvimos sentados en una de las filas más alejadas. Estuve sentada entre ambos muchachitos, quienes, muy tiernamente, pusieron en una de mis manos un refresco y en la otra un bote de palomitas de maíz.
Manuel insistió, en que celebrara su cumpleaños "como nos gusta" y que por esta única vez, dejara a Yerko y que él (Yerko), me perdonaría. No lo sé, chicos les dije Yerko, debe estar esperándome. Oye, Jacke dijo Manuel es mi cumple o te gusta más la pija del Yerko a ver sinceramente. Mira, corazón, - le respondí no se trata de eso
Ocupadas tenía yo, las manos, que Manuel y Danielito, aprovecharon la oscuridad del cine, sentía esas cuatro manos jóvenes, llenas de lujuria, acariciando mis piernas, mis senos, mi vagina y mis nalgas mi falda levantada y mis senos al aire estaban siendo lamidos y devorados deliciosamente. No me van a convencer les dije. Pero esas manos, bocas y lenguas lujuriosas, estaban a punto de convencerme. Apenas pude moverme un poco para colocar las palomitas y mi refresco, en el suelo, lo que aprovecharon estos dos jovencitos, para bajar mi tanguita hasta mis tobillos.
Manuel, bajó de su asiento y se ubicó entre mis piernas y comenzó a darme intenso placer con su lengua esa deliciosa lengua, recorría y se hundía en mi vagina y jugaba con mi clítoris a la vez que me clavaba sus dedos en mi hueco, ya muy lubricado Por arriba, Daniel, me manoseaba sin disimulo y me chupaba, mordía y lamía mis senos demasiado placer irresistible, por arriba y por abajo, hizo que olvidara a Yerko.
Sin importar dónde nos encontrábamos, le pedí su delicioso caramelo a Manuel. Sin ningún temor, él bajó su pantalón casi hasta las rodillas y se sentó. Yo estaba hambrienta como una loba así que me agaché y cogí ese sabroso caramelo con una de mis manos y con la otra acariciaba sus testículos y como lo experta que soy, mi lengua y mi boca se devoraban ese enorme caramelo caliente dando intenso placer a ese muchachito, quien movía su cuerpo con placer, clavando su deliciosa barra dentro de mi boca. Las manos de Manuel, me cogieron de mis cabellos y de uno de mis senos.
Daniel, no perdía el tiempo, sacó su delicioso instrumento y se puso de costado, aprovechando que le había entregado todo lo demás, me cogió de la cintura y con disimulo, comenzó a clavar su órgano endurecido poco a poco dentro de mí.
Mientras disfrutábamos los tres, de pronto, se asomó otro muchacho y me asusté, deje la deliciosa verga de Manuel y me senté bajando mi falda y tratando de cubrir mis senos desnudos lo más rápido que pude ¡Vaya sorpresa!....era Yerko, quien había sido invitado por Manuel. No te preocupes, mamacita, - dijo Yerko El Manu, me explicó y por eso, preferí unirme al festejo de su cumple. Nos besamos Yerko y yo, a la vista de sus amigos. Con lo caliente y necesitada de leche, que estaba, esperaba continuar con el festejo sin mayores pausas. Cogimos un taxi y me llevaron a un balneario, en el corto viaje, que duró menos de media hora, Yerko y Manuel, no pararon ni un instante de manosearme, para ello, cubrí sus manos y mi cuerpo, con el saco de Manuel; no obstante, era obvio que el taxista, se daba cuenta que esos dos muchachitos me preparaban para algo más que una sesión de natación. Este taxista, tendría tal vez unos 35 años, muy guapo, alto, un poquitín gordito, aunque se veía muy bien con buena musculatura.
Llegamos al lugar y Manuel se adelantó a alquilar una cabaña y una piscina privada. Al entrar, vi, que Manuel, conversó con el taxista brevemente, a lo que, no presté ninguna importancia, porque estaba deseosa de comerme a mis tres críos y sus deliciosos pajaritos.
Yerko, tuvo la idea de bajar el nivel del agua un poco más arriba de las rodillas, realmente, no me imaginaba, para qué. Entretanto, bajaba muy lentamente la altura de agua, jugamos un juego, improvisado por Manuel, quien me vendó los ojos, con mi top de seda y me pidió que bailara a ciegas. Alguno de ellos, puso un reggaetón, de su celular, movía mi cuerpo lo más sensualmente que podía durante mi baile, alguien me sacó la minifalda, luego otro, me bajó la tanguita y quedé desnuda seguía bailando, uno de ellos, me lamió uno de mis senos, sentí manos, lenguas y bocas, por todas partes de mi cuerpo, según me acercaba a uno y a otro, de pronto, sentí un pene bastante durito el cual sobé con mis nalgas y otro y otro más.
Luego me turnaba con cada uno, bailando por instantes más largos, cada uno, aprovechaba, para sobar su pene, donde quería y me manoseaban a su gusto y los demás me lanzaban piropos realmente, no podía decir cuántos penes habían sobado con lujuria ardiente mis nalgas.
Reconocí, la voz de Manuel, quien dijo que era hora de entrar a la piscina. Me llevaron en sus brazos y me pareció sentir más de seis brazos que me levantaban y al mismo tiempo, aprovechaban de manosearme, mientras me colocaban delicadamente, de espaldas sobre el agua.
Mi cuerpo estaba flotando sobre el agua, con la ayuda de las manos de mis amores. Alguien me dio un beso y nuestras lenguas se entrelazaron, otras bocas, comenzaron a devorar mis senos y una cuarta empezó a comer deliciosamente mi vagina y mi clítoris Recién, me di cuenta que eran cuatro los machos que iban a poseerme y eso me excitaba más intensamente.
Con delicadeza, uno de mis machos, levantó mi cabeza un poco de costado y acercó su miembro muy duro y delicioso como me gusta y me la acercó a la boca suficiente, para que me encendiera aún más y comenzara a saborear ese delicioso caramelo caliente. Mientras gozaba con un rico pene en mi boca, uno de mis amantes, me devoraba mis senos, otro, golpeaba suavemente su verga, durísima y notablemente más grande sobre todas partes de mi cuerpo y el cuarto, me chupaba el clítoris y me metía sus dedos en mi vagina suspiraba de placer sin dejar de soltar ese delicioso pene que generosamente se movía enterrándose en mi boca.
En esa posición, uno de mis amantes, me cogió de las piernas y las abrió llevándolas contra sus hombros, agarró mis nalgas, deslizó sus manos hasta mi vagina, la abrió con sus dedos y clavó su miembro duro dentro de mí, arrancándome un gemido de placer; siendo penetrada suavemente por uno de ellos, otros dos penes golpeaban el resto de mi cuerpo y al último no le permitía salir de mi boca, aunque ya no me lo podía comer bien, por la forma en que me sacudía quien me tiraba deliciosamente. ¿Te gusta esta verga? reconocí la voz de Manuel -. Es una verga muy deliciosa, me está haciendo vivir aaah! Qué rica verga ooh! respondí. Uno por uno, se fueron turnando y me dieron de su garrote, me preguntaron cuál de todas las vergas me había gustado más y ante la falta de respuesta, volvieron a turnarse con más lujuria y salvajismo, hasta obligarme a responderles Aaay! Aah!, este palo es el más ricoo ooh! contesté finalmente, llena de placer. Un punto para ti dijo Manuel-, sin decir el nombre del poseedor de esa deliciosa verga.
El agua, ya había vuelto a subir de nivel, así que el poseedor de la verga más deliciosa que me había penetrado, sin sacar su miembro de mi cuerpo traspasado por mis cuatro machos, me cogió de las nalgas apretándome contra su cuerpo y otro de ellos, agarrándome y manoseando mis senos, acercó mi pecho contra el pecho del poseedor de mi palo favorito, acercó su pene endurecido a mi vagina que ya se comía un buen cipote y la abrió más, para que pudiera gozar el doble. La penetración doble, en el agua, era realmente completa y más deliciosa, dos de mis machos me traspasaban completamente uno abría mis nalgas y el otro empujaba hacia abajo cogiendo mi cintura con fuerza, para que los dos deliciosos palos se claven profundamente dentro de mí, haciéndome gritar de placer como una loca. Mis otros dos machos, sólo podían acariciar mis senos con sus manos mmmmh! Aaah!...que ricooo .Aah ricooo, papacitos!! gritaba por el intenso placer que jamás había sentido. El de atrás, terminó y otro ocupó su lugar tuve varios orgasmos y varios turnos dobles inolvidables.
Salimos de la piscina, aunque se me había caído la venda, mantuve mis ojos cerrados, para mantener la excitación. Mis amantes secaron mi cuerpo, aprovechando la ocasión, para besarlo y manosearlo como quisieron y como me gusta. Ingresamos a la cabaña, me senté sobre la cama y como siempre Manuel, tuvo otra iniciativa, mientras comíamos un emparedado: Como había una pija ganadora, en el agua, ahora debía haber una revancha en la cama las posiciones, para tirarme, la elegían los machos y yo, debía elegir la "verga de oro". Manuel, dijo además, que todos debían ayudar, con las manos, la pija, la lengua y todo lo que tenían.
Así recibí otros turnos de placer, el primero, me cogió por la cintura y me puso de cuatro, otro con su lengua y su dedo, masajeaba mi clítoris, sentí un caramelo el cual degusté como toda una viciosa, con mi boca y el último pene, golpeaba como un grueso látigo, partes de mi cuerpo. Con mi boca tapada por una gruesa tranca, sólo podía gemir mmmmh! .mmmmh!, mientras el primer macho me tiraba salvajemente, sin soltar mi cintura y de vez en vez, abriendo mis nalgas y mi vagina, para clavarme mejor su órgano, me hizo gemir de placer, intenso. ¿Te gusta esta pija? preguntaba Manuel. Sssii, muy rica aah!, - contestaba entre gritos y gemidos de placer.
El segundo, me la clavó muy rico, de costado, cogiendo una de mis piernas con su brazo, abriendo y cerrando más mi vagina, a su gusto, los demás me daban vergas, manos y lenguas, por donde podían. ¿Qué tal este cipote?, mamacita volvió Manuel a preguntar. Ooh..ricoo cipote mmmh! contesté -. ¿Cuál te gusta más ¡¡dinos, rica hembra!!? replicó Manuel. Era difícil ambas me daban mucho placer; pero les dije: La primera ooh!, estuvo aah!...más rica ooh!.
El tercero, me pidió que montara su pija, mi posición favorita; me pidió además, que le diera mis ricas tetas, así que los demás, no podían participar mucho, alguien se dio modos para darme caramelo, mientras cogía dos trancas, con mis manos.
¿Qué tal esta verga?, ¿te gusta? preguntó otra vez Manuel.
- AAh si, esta es una verga Aay!, muy rica oh! contesté.
- ¿Cuál verga te gusta más, mamacita, esta o la primera?.
- Mmh AAah..Aay!, esta es mmmh!...riquísima Aay!...qué rico palo!...
- ¿¡Cuál es más rica!?.
- Ooh la primera Aay!...
Finalmente, el último de mis machos, me pidió, la misma posición; pero que le diera la espalda me acomodé sobre su pene, con su ayuda, acaricié con los labios de mi vagina insaciable y llena de leche la dura y enorme cabeza de ese miembro, luego me moví hacia abajo, para clavarme esa enorme estaca, me llegó hasta el alma y grité de placer al sentirme totalmente penetrada por esa dura palanca. Me cogió de las caderas, como para que no pudiera escapar de esa penetración tan profunda y deliciosa. Otro de mis machos, se recostó y comenzó a lamer mi clítoris mientras era yo empalada por esa sabrosa estaca, que me penetraba. Los otros dos, acercaron sus penes, a mi boca, para volverlos a poner duritos, acariciaba dos testículos de unos machos jóvenes a la vez, que devoraba sus juveniles miembros, que se pusieron duritos nuevamente. Con sus manos en mis senos, me ayudaban a moverme hacia arriba y hacia abajo, para montar bien esa tranca mmmmh!....Aaay..Aah que ricooo! gritaba y gemía de placer gozando de mis cuatro machos.
- Mamacita, rica ¿Qué te parece este cipote? preguntó Manuel.
- Es OOh!, muuyyy Ay!...ricooo mmmh! ricoooh palo.
- Dinos, ¿Cuál, es tu verga favorita?...
- Mmmmh!...Aahh!...este macho aah!, me mataaa Aay!, que ricooo Ooh! Que rico palo papacitooo mmmh!. Ricooo! Ohh!.
- ¿Creo que esta pija te hace vivir, mamacita?.
- Aaah! qué verga! AAy!... este macho tira más ricooo OOh!, esta verga me enloquece Aaah!...que rico!.
Acabó ese delicioso torneo sexual con varios orgasmos deliciosos y Manuel se dirigió al grupo y dijo: A esta hembra, nos la hemos tirado como nunca y todos sabemos qué verga le gusta más creo que la última y la primera, son sus favoritas entonces, para despedirnos, vamos a darle su rico tú, el de la mejor pija y yo que tengo la segunda más rica para ella.
- Quiero que me des tu rico culo, mamacita me dijo Manuel.
- Noo, corazón, por ahí, no.
- No te va a doler, te lo juro, mi reina, te la voy a dar suavecito y muy rico, te va a gustar quiero ese regalo de cumple, por favor, rica mamacita.
Accedí, asintiendo con mi cabeza, con mucho temor y dudas.
No sabía quién era el poseedor del pene más sabroso; pero lo chupe, lo mejor que pude, para ponerlo duro como me gusta, mientras los demás chupaban mi vagina, mi clítoris y manoseaban mis senos. Luego, hizo que me montara sobre él, dándole mis tetas, Manuel se acomodó por detrás y me dijo: Primero te vamos a hacer vivir por tu rica vagina, mamacita. Me abrió más las piernas, me incliné hacia delante y mientras ese delicioso cipote de mi macho favorito de esa noche, abría más mi vagina, con cada estocada el delicioso pene de Manuel, se abrió paso sentí esa sabrosa cabeza empujando hacia abajo el primer cipote y desbocando mi insaciable vagina Aaah que ricooo - grité, con placer infinito.
El primer cipote se quedó inmóvil muy dentro de mí, mientras Manuel se acomodaba y encajaba su palo dentro de mi vagina.
- Aaah..papaciiitos .mmmh que ricoooo .mmmmh!...denme todo mis machos .Aaahh grité con placer infinito.
- Toma rica hembra mmm toma más verga .- dijo Manuel.
- Toma esta mi pija .que rica vagina de puta rica y jugosa conchita dijo la voz del desconocido, portador del miembro más delicioso.
- Aaah sssi mmmmh Aaay!, sigan .oh, oh Aaay, no paren más adentro, papacitos...Aaay!...qué ricooo. De esta forma dos tremendos garrotes, me hacían sentir una hembra, me daban placer y me hacían gemir y gritar.
- Ya voy a acabar dijo Manuel. Dame tu rico culo, mamacita, quiero mi regalo
- Coge tu regalo ooh!...mi amor Aah!...- le respondí, sin dejar de ser penetrada por mi cipote favorito.
El pene de Manuel, ya estaba muy lubricado, con jugos de placer de mi vagina y con el semen de todos mis amantes; pero de todas formas, sentí que acarició y lamio mi ano, dejando mucha saliva, luego, cogió su garrote y sentí por primera vez, un palo que abría mi ano, sentí un poco de dolor; pero él con uno de sus dedos, lo lubricó más, con su saliva y luego, fue empujando su pene dentro mío. Por primera vez, me dieron en cada uno de mis agujeros y la leche de Manuel, llenó mi ano, estrenado por él, mientras el garrote más rico, volvió a descargar la poca leche que le quedaba muy dentro en mi vagina
Eran ya las 10:30 de la noche, cuando terminamos, quedé completamente exhausta, llena de leche, tuve que ducharme, para quitarme la esperma de mi cuerpo y lavar mi vagina insaciable, que esta vez sí, quedó muy satisfecha aunque adolorida.
Descubrí, maravillada que el poseedor de la verga que más me había hecho vibrar, era el chofer del taxi. Dejó a los muchachos en una parada de bus, para que se fueran a su internado y a mí, me dejó en mi casa y me dijo que había disfrutado como nunca de una verdadera hembra.
Creo que es muy importante decir, que el pene de Yerko, es el más grande de todos los demás; pero no fue ese el que me hizo vibrar. Así, que el tamaño, realmente, no importa, sino cómo se mueven