Delicias Pueblerinas - Almacen: el leopardo...

Cosas de todo los pueblos...

Delicias Pueblerinas: El almacén "El leopardo embalsamado"

Muy temprano por la mañana, en el bar "El Cuzco Rabioso"...

Ana, luego de darle un sorbo a su café y señalando a un hombre que, presuroso, caminaba por la vereda de enfrente, le dice a Juan, su novio y prometido:

¿Ves?, ese es mi tío Carlos.

¿El dueño del gran almacén? – pregunta Juan.

Así es, el almacén "El leopardo embalsamado", es el orgullo de la familia– contesta ella.

Dicen que es un lugar enorme – comenta Juan.

Así es, – indica Ana - lástima que esté en otro pueblo, ¡tiene de todo!, pero lo realmente interesante, es esa caja que está en el depósito donde guarda todo tipo de reliquias familiares, de la época en que luchaban encarnizadamente contra los indios.

¡Tenés una familia llena de historia! – reflexiona Juan, alegremente sorprendido.

Así es... – afirma Ana.

Juana, abuela de María, y tía del alcalde, sentada a dos mesas del lugar y sin su audífono puesto, escucha, a medias, la conversación, y, sorprendida, le comenta a Josefa, su eterna compañera:

¿Viste?, Leonardo, el abuelo de Ana, está embalsamado.

¿¡Embalsamado!?, pobre Leonardo, ¡qué aberración!, - contesta Josefa - no sabía que había muerto.

Sí, está muerto, y lo embalsamaron, – dice Juana indignada - lo tiene el tío de Ana en el depósito del almacén del otro pueblo.

¡Pobre Leonardo, qué aberración! – se vuelve lamentar Josefa .

Sí, a mí me pretendía desde jovencito; pobre, nunca llegó a declarárseme.

Qué mala suerte, justo ahora que hacía un año que había enviudado.

¡Y qué familia!, ¡qué desagradecidos! , - manifiesta, entre secretos, Juana - ahora se pelean encarnizadamente por un cofre que dejó como herencia, donde dicen que hay todo tipo de joyas y reliquias antiguas.

Mirá vos, no somos nada.... – finaliza Josefa meneando la cabeza.

Mientras tanto, en la barra, Lucía, tía de Maria, le comenta a Joaquín lo que acaba de escuchar entre los sonidos de la cafetera express:

Sí, un animal salvaje embarazado, un leopardo, y dicen que es grande.

¡Pero es un peligro! – replica él, gritando susurros - ¿a quién se le ocurre traer un animal así al pueblo?

No está en el pueblo, está en el depósito de un almacén que tiene un tío de Ana en otro pueblo. Dicen que está custodiando un cofre lleno de algo, pero no pude escuchar bien.

¿Estará lleno de joyas? – se pregunta Joaquín en voz alta.

Exacto, es eso, lleno de joyas antiquísimas que, en tiempos de guerra, les robaron a los indios... – afirma ella.

Un rato después, en la cola del Banco "Pueblo Bajo" , Joaquín se encuentra con Josefa, quién, entre los susurros imaginables de un oído sin audífono, le comenta:

¿Viste, Joaquín? murió Leonardo .

¡Leonardo!, si lo vi ayer, ¡pucha!, era tan buen hombre – contesta sobresaltado Joaquín, golpeando el puño de su mano izquierda en la palma de la derecha. – y ,entre lamentos, le pregunta - ¿ya lo velaron?

No, pobrecito, ¡lo embalsamaron! – contesta Josefa, y agrega - lo guardaron en el depósito del almacén, que el tío de Ana, tiene en otro pueblo.

Claro, junto al cofre con joyas que tienen ahí – deduce Joaquín.

¿Vos también te enteraste de ese cofre con joyas ? – pregunta ella sorprendida.

Así es, y lo custodia un gran leopardo .

¡Un leopardo! – grita toda la fila que esperaba ser atendida en el banco, y que atentamente había seguido toda la conversación.

Ante esta reacción de la multitud, Joaquín, queriendo lucirse, agrega:

Y pronto lo traerán al pueblo.

En la fila estaba, Julia la mamá de Juan, que lo habló con José, su esposo , conversación que escuchó Olinda, única madre soltera del pueblo, y que le comentó a Elvira, que no tardó en contarle al cura, quién se comunicó con el comisario, y éste, con el alcalde...

En definitiva, Juana, falleció de un infarto esa misma noche cuando Leonardo fue hasta su casa para regalarle un ramo de rosas. Al tío de Ana, le prohibieron la entrada al pueblo, y le robaron todo lo que tenía en el almacén ; al cura, le hicieron cargo del hijo de Olinda; y a Juan, sus padres le impidieron que continuara su noviazgo con Ana, que apenada por tal injusticia se fue a la gran ciudad, donde hoy, trabaja como conejita de Play Boy.

Walter Dario Mega 09-01-2003