Del Wall Mart a mi oficina (4)

Qué manera de mamar de mi amiguita y de su descaro en pedirme y complacerme.

Hoy también vamos a ir al cine, he?

Estas loquito mi cielo? Qué quieres que diga en casa? De nuevo al cine?

Y porqué no?

Esta bien, a ver que invento

Al ir al hotel, me comentó que había dicho en casa que iría a hacer unas compras, mismas que realizó por la mañana en que pidió permiso de salir. apenas cerramos la puerta mis manos recorrieron el camino que ya conocían y se internaron en las nalgas, sentí lo corto de su panty, era una tanga casi de hilo dental, pero por el culo tan abundante, la parte de atrás se hundía en esos cachetes; se lo tiré hacia arriba y esto hizo que le presionara la vulva, haciéndola gemir de placer, pero me indicó que no lo hiciera o la lastimaría.

espérame, voy al sanitario, quiero hacer pis

si mi amor

yo me desvestí y me tiré en la cama esperándola; angélica tardó un poquito y salió con su ropa en una mano, la colocó en la silla y se volvió:

Qué te parece?

Eres un monumento, mi cielo, que sensual y bella luces

Gracias, es para que te guste yo más

Giró en redondo para mostrarme su cuerpo ataviado con ese coordinado; la tanga al frente solo tenía un triángulo pequeño de donde se le asomaban por sus tres lados los pelos vaginales, haciéndola mas excitante para mí, el sostén del mismo material, pero con un escote monumental que casi dejaba escapar las tetazas:

se te han de salir si te mueves mucho, verdad?

No lo sé, nunca lo he hecho

Angélica hizo como si bailara una danza o algo así, hasta que el broche delantero cedió y los melones quedaron al aire:

qué te parece, te gusto así? Y abrió los brazos

Mucho, ven acércate

Yo estaba acostado, solo apoyado en los codos, ella se fue directo a mi verga y como si fuera una gata, sin meter las manos, me lamió todo; hacía círculos con su lengua en mis pelos y luego bajaba a los huevos besándolos y mordisqueando con los labios. Luego abría al máximo la boca, como si fuera a morder una gran manzana e introducía mi falo en esa boquita mamadora hasta la garganta, no se asqueaba, ya sabía que hacer, pues apretaba un poco las mandíbulas; de repente sacaba la lengua y me rozaba con rapidez el glande.

La jalé de sus caderas y le quité el panty con facilidad, ella se desprendió del sostén con solo un movimiento, pues ya estaba colgando; volvimos a hacer el 69 y noté que se concentró en masturbarme con sus labios, no tuve problema en venirme, pues sabía que me recuperaría en poco tiempo; así ocurrió y mi angélica se tragó el semen caliente que le eché en la boca, yo la mamé y la mamé hasta que sentí como la piel de sus nalgas se puso de gallina, por la explosión de su orgasmo y lamí el líquido que soltó.

Vinieron besos, caricias; me senté con las piernas estiradas y me coloqué el condón; entonces angélica se sentó enterrándose en el palo que la esperaba, nos abrazamos y lo hicimos en esa posición un rato, luego me solté y me extendí a lo largo, para que ella cabalgara a su gusto, así lo hizo pasando las piernas para atrás a modo de muelles para rebotar; se agarró el cabello con las manos y seguía cabalgando y cabalgando, mostrándome el rebote cada vez de sus senos enormes, con los pezones perfectamente parados. Cambiamos de posición; me incorporé y la acosté boca arriba poniéndole las piernas en mis hombros, la penetraba fue brutal, me exponía la vagina y, con el conducto recto, se lo metí hasta el fondo y ella gemía tan fuerte que estuve seguro que la escuchaban en los cuartos continuos; en esa pose tenía sus pies en mis orejas, por lo que con solo girar mi cabeza, besaba y lamía sus dedos. Le liberé las piernas y me acomodé para mamar las tetas, estaban ahí los moretones que le hice el día anterior, succionaba los pezones y estiraba esos senos turgentes. Sentí como se venía, la señal era la piel de gallina y soltaba un alarido fuerte, yo bombeé rápidamente, era un pistón a mil por hora y ella desfalleció.

Me salí de su vagina y me quité el condón, me senté en su vientre y le estuve rozando las tetas con mi verga; noté que se estaba recuperando y en cosa de minuto y medio ya estaba mi angélica buscando más placer, me miró la verga y sonrió:

Dame, dame pene

Quieres mamar, mi vida?

Si, ya sabes que me encanta

Y a mí me encanta cómo me chupas, mi amorcito

Es que es deliciosa, te digo algo?

Si, qué?

Hacer el amor es lo máximo pero mamar me excita, sobre todo cuando estamos en el auto ó lo que es más excitante, cuando vamos circulando

Yo te digo una cosa, o mejor dicho te ordeno una cosa?

Si, qué?

Mama, como solo tu lo sabes hacer

Me hice para adelante, ahora me senté casi en el cuello, podía sentir las tetas en mis nalgas, aunque lógicamente no descargaba todo mi peso en ella. Se lo metí en su linda boca y comenzó la mamada, le puse un cojín bajo la cabeza y ella lo acomodó para tener su baca casi de frente a mi palo; cerraba los ojos y lo hacía como si fuera la primera vez, luego lo tomó con sus manos y lo levantaba para lamer suavemente con la punta de su lengua toda mi verga, luego tiró un poco y entendí lo que deseaba, así que me recorrí más a su cara levantando las nalgas, angélica alcanzó mis huevos, los besaba, luego lamió y succionó con cuidado, con experiencia, puso su lengua dura como si fuera una espada y los castigaba, luego la ponía suave y lengüeteaba como si fueran dos bolas de helado y los recorría en todas direcciones, yo comencé a sentir una sensación fabulosa; pasé una mano atrás y alcancé su vagina, que estaba mojada hasta los pelos, le metí mi dedo medio y la masturbé fuerte, los círculos que hacía dentro de su agujero caliente y mojadísimo, eran exagerados, le movía toda la pelvis y ella estaba feliz gimiendo de nuevo, con la palma de la mano le presionaba el botoncito parado y volvía a hundir el dedo, que luego tuvo compañía, pues metí el dedo anular, la jalaba hacia mi y se enardecía mayormente angélica. Tenía las dos manos acariciándome la verga y chupándome como ya lo dije, pero en ese punto que aumentaba la excitación en ambos, me la frotaba aceleradamente con una mano, y apenas alcanzaba a mamar el glande a pesar de seguir con la cabeza casi perpendicular a mi pito; me hizo señas con los ojos a que levantara la vista y vi porqué aumentaba su calentura de esa manera, pues en el espejo del techo mi putita angélica se podía ver así tirada y yo sentado casi en su cuello dándole a mamar verga y masturbándola, nos veíamos perrísimos, éramos un monumento al sexo.

Ya siento cosquillitas, angeliquita preciosa

Ya te quieres venir?

Si, pero... en tu cara

Siiiii, échamelos en mi cara, y gemía, pero de aquí para abajo. Y puso una mano entre los ojos y la nariz, a modo de protección. Aunque no creas arde un poco en los ojos.

Te han caído varias veces?

Si, y te repito que arde, pero ya termina, mi amor, vente en mi cara o, no quieres ver cómo caen en mi carita? Y puso una cara de putita que no se imaginan

Yo comencé a bombear en su boca y ella, experta en los menesteres que hacíamos, puso los labios duros para que yo friccionara con más vehemencia. (eso me recuerda a una sirvienta que estuvo en casa, cuando estaba en la preparatoria ) pero aun que ya estaba calentísimo, ella se cansó, pues esa pose ya había durado un tiempo y su cuello, por las embestidas, le molestaba. así que tomamos posiciones mejores; se liberó y se recorrió hasta la cabecera y colocó un cojín mas grande, se volteo y me esperó, casi estaba igual, pero más alta, ya que esta vez su espalda era la que descansaba en el cojín y su cabeza apoyada contra el espejo de la cabecera; yo abrí las piernas librando los hombros de ella y quedé a menester de sus manos y boca:

Qué vergota tienes, cesar, me encanta, mi rey, me encanta de verdad

Es tuya, mámala

Si, ahora es mía, se que ahora es mía y no me importa nada más

Chúpala

No la voy a chupar, me la voy a comer y ya no tendrás esta cosota más que cuando yo la Quiera sacar de mi garganta. Rió feliz. Y volvió a su erotismo. Ahora si me los vas a echar?

Si en tu carita, pues como dijiste, me fascinaría ver como caen en tu preciosa cara

Pero ya sabes que de aquí para abajo, donde quieras. Y volvió a señalarme

Pero si quiero en tu frente?

Siii, pero trata que no caigan en mis ojos, sale?

Tomé con mi mano derecha mi verga y se la comencé a poner en toda la cara:

Y si caen aquí?. Y la puse en una mejilla

Uy que rico, y sacaba la lengua como si los lamiera

Pero si te los echo aquí?

Mi lengua no alcanza hasta mi cuello

Bueno que caigan en esta nariz respingadita

Si, échalos ahí. Su voz era igual de sonriente, pero ahora noté que ya se estaba excitando mucho con mis palabras

Y si caen en estos labios, en esta boquita que me besa maravillosamente, o adentro de ella?

Me los como todos, todos.

Me agarró el pene y se lo pasó por toda su cara y cuello, movía la cara de un lado a otro y lo besaba cuando lo pasaba por sus labios, no lo mamó

Eres una golosa

Siii, me encanta esto

Qué? Mamar, y embarrarte la verga en tu cara?

Siii! Me vuelve loca. Vente ya, quiero que te vengas en mí

Se acomodó y me dijo:

tu háztela, a tu gusto, chaquetéatela y vente en mi ya, por favor

Eso fue lo máximo, tomé mi palo y froté con locura, ver a angélica así, esperando el chorro de mocos, con esa cara de puta me enardeció y solo alcancé a decir – ya. Y me vacié en su cara, los mocos cayeron en su boca, nariz y la mejilla derecha, pues ella echó la cara al frente cuando le dije ya. De inmediato giró su cara hacia la izquierda para que no se escurriera el semen a su oreja y al colchón, sino que lamió un poco y, como yo sentía desfallecer y mis piernas ya estaban adormeciéndose, me desmonte de ella, y me tiré a su lado. Entonces mi angeliquita riendo extasiada se frotó toda la cara con ambas manos, llevo el semen de la frente al cuello, hasta en la nuca se puso semen. Me dijo:

Qué te parece mi mascarilla?

De fábula, ya te dije que eres golosa, mi amor, mira cómo me dejas

Como me dejas tu

Nos recuperamos y le dije lo mucho me gustaría meterme a un jacuzzi, pero de entrada ese cuarto no tenía, y ya era el tiempo para llevarla a su casa y yo marcharme a la mía. Sin embargo al comentarle que si quería ir a un lugar con jacuzzi, ella me contestó: - tu qué crees? Le prometí buscar el lugar y ambos sabíamos que los dos conocíamos lugares así, pero no dijimos más.

En el camino le dije si compraría algo para cenar en casa y no quiso, pues me contestó que eso se vería como que deseaba subsanar algo. Como dije era lista, muy lista; además a partir de ese día pasamos a otro nivel de amor, sexo, conocimiento e identificación, pues, a pesar del tiempo que llevábamos saliendo y haciendo ese tipo de cosas, angélica asumía perfectamente su lugar en mi vida y, a sabiendas que era casado no me exigió nada, lo que es más y como dije, ese día dio un giro.

Esto porque ya casi llegando a su casa se me acercó al oído y me metió la lengua, erizándome la nuca y la espalda:

Cesar, me súper encantó como me escupiste en la cara

Mi amor, qué cosas dices ahora

Si, ya lo se,..... por eso te lo digo; eres un escupidor de primera, lo haces muy bien

Cálmate mi amor, ya nos vamos a dejar y mañana no podré verte

Es que la idea de ver salir ese chorro de leche espesa en mi carita hummmm....pues ya te imaginas cómo me pone

Si, a mí también, pero...quieres que vayamos a....

A ningún lado, yo me quedo en mi casa (ya habíamos llegado) y usted se va a la suya... a cumplir

Oh! Angélica, me... yo...eres especial!

Anda, me llamas mañana, de acuerdo? Te amo. Y bajó del auto

Yo a ti mi amor,.....pero...

No digas nada, ojalá le escupas otro chorrote como a mi, no creo, verdad? rió y se fue moviendo sus caderas enormes.

Me di cuenta que me dejó picado para que complaciera a mi esposa, es por ello que les digo que a partir de ese día cambió la relación.