Del Wall Mart a mi oficina (1)

Conocí a la chica mas caliente de esos tiempos, nos gustó el oral y las manos, más que la propia penetración.

Un sábado que no tenía ganas de nada, a mi esposa se le ocurrió que fuera yo al autoservicio a comprar algunas cosas. Así que saqué el auto y me enfilé al wall mart. Llegué y me malhumoré, ya que no había estacionamiento y tuve que parquear un tanto lejos de la entrada. Luego al cruzar la puerta, me asaltaron tres ó cuatro chicas con folletos, ofertas y promociones. Y para colmo tuve que volverme por otro carrito, pues el que tomé se atoraba de las rueditas, estaba molesto.

Pero la fortuna cambió, pues al doblar en un pasillo para tomar algo de lo que compré, la vi, una mujer atractiva; se estiraba para alcanzar una lata y no han de haber sido más de cinco centímetros los que se le alzó el vestido, pero se vio muy sensual al flexionar un poco una pierna. Noté de inmediato los grandes senos y las nalgas bien formadas, aunque sus piernas no estaban muy llenitas que digamos. llevaba un vestido a cuadritos blancos y negros sin mangas que le recortaba perfectamente su figura; la cabeza la tenía peinada con una cola de caballo y fleco; calzaba sandalias de medio tacón.

Me acerqué y sin perder un segundo ( lo que me ha dado resultado siempre) le dije:

Te ayudo con los frijoles?

Gracias, ya los tengo

Oye, no es justo, te llevas la última lata que hay

Mentira, dijo sonriendo, ahí hay muchas más

O. K. Hasta pronto

Bye. Contestó

Pero yo me programé para encontrarla en otros pasillos. Y no me costó trabajo, Al tomar el pan integral volví a hacer la operación, pero añadí un piropo.

me has quitado el último paquete de pan integral

No es verdad. y se inclinó para ver más adentro en el anaquel, yo fijé mi mirada en esas bolas de carne y le vi el sostén.

Bueno, me llevaré pan blanco

Lo siento. Se encogió de hombros y sonrió

Te perdono por ser tan preciosa

Gracias

Es la verdad, ya has de estar acostumbrada a que te lo digan

No, para nada, pero gracias de nuevo; me tengo que ir

Yo igual. (y me aventé al objetivo, no podía perderla)

Vives por aquí?

No, vivo en la (colonia) 2 de Abril, pero prefiero venir hasta aquí, pues encuentro más variedad y la tienda está más bonita, con clima artificial, ya ves que calor hace. Y tu si vives por aquí?

Tampoco, yo vivo en la Cibeles, pero vengo a comprar aquí para ver caras bonitas..como la tuya

Gracias, Bueno, voy por unas últimas cosas

Claro, adiós y tanto gusto; me llamo Sergio

Adiós, yo me llamo Angélica

Cual adiós, yo estaba atento a sus movimientos y noté que ella me buscó con la mirada, pero no me vio. Y sin hacer demasiado esfuerzo "coincidimos" en las cajas para pagar, ya que me fui acercando y quedé atrás de ella, dije:

Angélica, el destino nos junta

Si, y sonrió

Tomó una revista y la comenzó a hojear como si no se percatara de que yo la admiraba. Su piel canela me excitó y sus movimientos de vez en vez hacía que se le marcara el bikini a la mitad de las nalgas. Pagó y sentí que la perdía, pues ni volteó siquiera, ella tomó sus bolsas y caminó. Pensé en dejar los comestibles y alcanzarla ó algo, pero mi esperanza regresó cuando pude ver que caminaba despacio hacia la puerta, lo noté. ¡esa era la señal!, ¡Estaba seguro que me esperaría para hablar de nuevo!.

Pagué y la alcancé, sabía que la suerte estaba de mi lado, no podía perder la oportunidad de ese encuentro; así que:

Angélica, espera. Volteó y no supo disimular que no me esperaba

Oye creo que la suerte nos ha juntado, y no digas que no

Eso creo, te marchas ya?

Si, pero no antes de llevarte, y no aceptaré que te niegues

Cómo crees? No

Anda, solo déjame llevarte, mira que calor; mi auto está por allá

Bueno, pero no te distraigo?

No, en lo absoluto, será un verdadero placer llevarte

Caminamos y hablamos del calor y llegamos a mi auto; abrí la cajuela y coloqué mis bolsas, pidiéndole las de ella para guardarlas. Luego le abrí la puerta y giró para acomodarse, dejándome ver un buen tramo de esas piernas morenas, delgadas, a mi gusto le faltaba pierna, pero así de morenas y desnudas se le veían sexys. Se acomodó el vestido y yo me fui a mi lugar tras el volante.

Al poner el clima, vi cómo cerró los ojos sintiendo la frescura. Su cara morena clara es ovalada, con ojos negros grandes, nariz regular, boca grande, con labios gruesos.

Platicamos mientras avanzaba despacio y me dijo que vivía con su madre, una hermana y un sobrino, en ese tiempo tenía 22 años y trabajaba en una oficina gubernamental. El trayecto duró unos doce minutos durante los cuales estudié el tamaño de esos melones que tiene por senos, las piernas que, por los movimientos, se dejaban ver unos diez centímetros arriba de la rodilla. Le propuse tomar el lunes siguiente un café al salir del trabajo y ella aceptó. Llegamos e intercambiamos teléfonos. Ya estaba hecha la cita y sabía que estaba comenzando algo grande. En eso pensé y decidí si le veía nuevamente las piernas de frente ó ahora le veía las nalgas y la parte trasera de las piernas; me decidí por lo último así que le dije:

Ya quedamos, Angélica, te abro la cajuela. Lo hice por dentro

Nos vemos y gracias por traerme, mucho gusto otra vez. Me besó en la mejilla

Se giro y yo contemplé cómo se abría de piernas para salir del auto y paraba las nalgas, al impulsarse hacia fuera, dejándome ver mucho de sus piernas, pues se le dobló y se le subió el vestido; vi sus pantorrillas y sus talones, hasta un poco de la planta del pie izquierdo. Cerró la puerta, tomó sus bolsas y se encaminó a su casa, me quedé contemplando cómo movía esas nalgas grandes y voluptuosas que tiene. Es de esas mujeres que tienen grandes senos, grandes nalgas, pero poca pierna, pero vaya sensualidad.

Como sea, con la experiencia, siempre me sentaba en la encrucijada del cincuenta, o sea que sabía que existía el 50% de posibilidades de que pasara algo, y el 50% de que no. Así de fácil. El lunes a las 5:20 p.m. salí de la oficina y me dirigí al lugar acordado; llegué por el lado de enfrente y la vi, vestía una falda negra corta, no mini, pero corta, una blusa morada ajustada, un suéter negro largo del tipo gabardina, pero que dejaba ver esas tetas grandes que tiene; calzaba zapatillas negras cerradas, sin medias. Estaba serena, se me hizo que buscaba un auto blanco, pero esta vez yo llevaba el auto de la empresa y no me identificó, hasta que di vuelta en "u" y paré junto a ella.

Hola Angélica, sube. Le dije bajando el vidrio eléctricamente

Hola

Subió y esta vez me deleité la vista con esas toronjas que le cuelgan del pecho, ya que se le apreciaban en todo su esplendor y pude notar los pezones.

Enfilé al famoso "mirador" que es un lugar donde van las parejas, se deshizo del suéter. En los quince minutos de trayecto hablamos de su trabajo; me di cuenta que era muy responsable en sus quehaceres.

Llegamos, aparcamos y pedimos; un par de naranjadas; seguimos hablando de cosas triviales hasta que llegó el camarero con las bebidas y se alejó. De inmediato Angélica cambió:

Así que...porqué decidiste venir aquí?

Es un lugar tranquilo, distinto y no el clásico café donde luego no se puede ni hablar por la cantidad de gente y el volumen de la música.

Tienes razón, (dio una chupada a su bebida y me encantó ver sus labios cómo succionaban, me imagine que así me haría mas tarde en mi verga, y así sucedió) Sabes, se me hace increíble que nos acabamos de conocer y estamos aquí...en un lugar tan íntimo

A mi se me hace un sueño, pues desde que te vi me gustaste mucho

De veras?

Si, tu cabello, tu mirada, tu hermosa cara y...toda, toda, eres precioso

No, mientes, dime la verdad. Y se acomodó mirándome y recargando su cabeza en su mano, pues colocó el brazo en el respaldo.

Me acerqué y le dije que era muy hermosa, ella no se retiró, así que la besé, ella aceptó de buena manera; los besos se hicieron intensos y calientes, manejaba muy bien su lengua y cuando traté de separarme, me abrazó y me apretó contra ella. Eso duró nos dos minutos. Mis manos comenzaron por acariciar su espalda, luego a frotarla y de ahí pasaron al frente; ella me dejó separarme un poco para maniobrar en sus senos, que eran grandes, firmes, no rocas, pero si firmes. En mi lujuria comencé a desabrochar su blusa y acaricié por sobre el sostén sus tetas, desabotoné mas y saqué de sus nichos a esas tremendas bolas de carne, angélica gemía y no separaba sus labios de los míos, estaba realmente urgida, estaba calientísima, así que seguí y terminé por desabotonar toda la blusa, mis manos se llenaban de acariciar y apretar sus tremendas bolas, podía sentir los pezones erectos, pero mi sensación de sorpresa aumento cuando ella se pasó una mano atrás y liberó el broche del sostén, esto hizo que el peso y forma natural de sus carnes saltara, así que subí el sostén y pude ver en todo su esplendor esas toronjas descomunales, con unos pezones negros largos, largos, miden dos centímetros.

No hable, tome posición y mamé ese pecho de ensueño, iba de un monte a otro, mordisqueé los largos pezones y los estiraba, primero suavemente, luego con fuerza con mis labios, Angélica gemía, solo decía "mi vida, mi amor" tenía las manos sobre mi cabeza y casi, casi me la dirigía para cuál seno quería ser mamada, yo entendía lo caliente que estaba, al igual que yo.

Una vez saciado de esas mamadas, subí a su boca y ella se acomodó un poco la ropa:

eres increíble Angélica, eres preciosa

tu eres el increíble, mira lo que me hiciste, te juro que a mí ni por aquí me pasó esto

ni a mi, pero como te dije, me gustaste desde que te vi en wall mart

no creas que soy así, pasa que es la atmósfera, el lugar, tu...

abróchate, te ayudo

Yo creo que ella pensó que se acababa el faje, pero por varias cosas que me han pasado (que espero contarles) decidí que cerrara su blusa, le ayudé con el broche trasero y se arreglo un poco el cabello, volteó al asiento trasero buscando con la mirada su bolso, pero yo me fui a su boca y ella enseguida respondió con besos jadeantes; ahora mis manos se dirigieron a sus piernas, por la posición, la izquierda fue la primera en llegar a la entrepierna, porque no me detuve demasiado en sus muslos, solo los toqué de paso y ella de inmediato entre abrió sus piernas, no hice esfuerzo en comenzar a acariciar ese triángulo de amor, los besos seguían y yo no esperé más, así que coloqué las dos manos en la parte baja de las piernas y le saqué el panty con facilidad, pues en cuanto sintió el tirón, se levantó para facilitar la operación, lo deslicé hasta las rodillas, y ella se encargó de retirarlo del todo, casi sin dejar de besarnos se inclinó para llevar su prenda hasta los tobillos y pasarlo por cada uno de ellos, yo creía que solo los dejaría ahí para abrir del todo las piernas, pero no, se los sacó, los hizo bolita y los puso atrás de ella, seguimos besándonos y subí su falda otra vez, le dije:

acciona esa palanca quiero que estés cómoda. Ella la buscó con su mano y la accionó, el respaldo se deslizó hacia atrás

hum! No sea que me vaya a dormir

claro que no, pero espérame, te quiero alcanzar. Y accioné mi respaldo para que bajara también

Otra vez busqué su boca y, como tenía casi hasta arriba la falda, con solo un movimiento, se la terminé de levantar y comenzar a acariciarla en su nido de pelos espeso. Me incorporé un poco y le dije:

abre tus piernas lo más que puedas

así?. Y ella lo hizo hasta donde el asiento y la puertezuela la dejaron

si, cierra tus ojos

La comencé a masturbar con los dedos, no tardé ni un segundo en encontrar su clítoris y lo apreté, lo giré y lo jalé entre mis dedos pulgar e índice, Angélica ya no solo jadeaba, sino que comenzaba a dar quejidos, pero de placer; hundí mi dedo medio hasta el fondo y estaba su hoyo calentísimo.

te gusta?, estás bien?

Si, me encanta, me fascina, eres increíble

Que te parece esto? Y yo hice remolinos con dos dedos dentro del agujero, rozando el clítoris

Ah! Delicioso, dame dedo, dameeee

Yo hice gala de toda mi experiencia en masturbarla y hacer que se viniera no se cuantas veces, solo veía que de vez en vez, se arqueaba y jadeaba como si le faltara el aire, pero yo continuaba y ella volvía a recibir mis dedos. Para entonces ya estaba con la pierna derecha levantada, apoyada con el tacón en el asiento, pero lo bajó cuando una luz de un auto pasó por ahí, seguramente después de hacer algo similar a lo de nosotros.

Sin mediar palabra acerqué mi boca a su vagina y comenzó una mamada frenética, pues yo estaba calentísimo, mis huevos me dolían por el semen acumulado en esos cincuenta minutos, así que yo lengüeteaba todo su centro de placer, hasta que no pude más y me incorporé haciendo como si hubiera estado bajo el agua por mucho tiempo, angélica se incorporó yo comenté:

que bárbara me has quitado el aliento, necesito respirar

no creí nunca que...no sé....que pasara esto, te juro que me gustaste, y....bueno ya ves cómo soy, pero no creí que tan rápido pasara

no escucho nada, estoy muerto, bromee

Ahora ella se incorporó y comenzó a sacarme el pene, le ayudé y quedo al aire, lo devoró, lo mamaba con mucha calentura, y en un momento comenzó a bombear para que me viniera, solo veía su cabecita como subía y bajaba aprisionando con sus labios mi verga, me dijo:

ya vente

en tu boca?

Si, ya nos tenemos que ir

Volvió a su tarea y no tardé mucho en escupirle la crema en su boca, ella solo hacía mmmm, mmmmm, mmmm. Pero no lo tragó lo tenía en su boca y no es por nada, pero hasta los cachetes tenía inflados de la cantidad de semen que le eché

no te lo quieres tragar?

Solo se encogió de hombros y comprendí que no, así que accioné la ventanilla eléctrica desde mi puerta y ella sacó la cabeza para escupirlos. (que por cierto quedaron escurridos en la puertezuela).

vámonos es algo tarde y no quiero llegar retrasada a casa

arréglate, pero...no te los pongas si?

De acuerdo

Se arregló el cabello y se acomodó lo mejor que pudo la ropa, se maquilló, y yo limpié los restos de semen de mi verga ya flácida con un pañuelo desechable; ya listos arranqué y me fui despacio, Angélica se recargó en mi costado y la abracé, era una chica linda y caliente, así que, aunque estaba ya circulando por las calles llenas de autos, le acariciaba las nalgas. Nos enfilamos por la avenida Esparza y le pedí que volviera a bajar el respaldo, accedió y le metí mi mano derecha bajo su falda para darle dedo nuevamente, pues la avenida es rápida y nadie vería.

no, nos pueden ver

no te preocupes, ó acaso tu ves lo que hacen en otros autos?

Pero...

No quieres dedito?

Si, pero ten cuidado...creo que estamos loquitos

Tranquila

Volví a hacérsela y tuvo un espasmo más, estaba insaciable. Entrando a su colonia, se incorporó y ya se sentó normalmente. Llegamos y apagué el motor frente a su casa.

hemos llegado, ha sido una cita encantadora, Angélica

eres súper, cuándo nos vemos?

Puedes mañana? No me digas que no

Claro que puedo, en el mismo lugar y a la misma hora?

De acuerdo.

Nos dimos un beso en la mejilla y se bajó, la vi caminar a la entrada de la vivienda y de pensar que no llevaba puesto el panty, me excitó mucho, mi esposa fue la ganona, pues llegué y descargué lo que ya había vuelto a cargar. Quise decirle cómo fuera vestida, quise decirle que no usara perfume, quise decirle que no usara panty; pero ya no lo hice y solo esperé el siguiente día.