Del trabajo a la fantasía

Como el trabajo ofrece la oportunidad de llevar a cabo una fantasía y darle placer al cuerpo, no sólo de ella, sino de él.

Mi esposa Ale es una mujer muy sensual, tiene 44 años y mide 1.60 con un busto 34 copa B y unas caderas deliciosas. Es morena clara y muy llamativa. Más de una vez ha recibido piropos en la calle e incluso insinuaciones de alguno de los pediatras de nuestros hijos.

En la cama, es una verdadera ninfómana ya que no hay nada que no hayamos hecho, desde sexo oral y anal hasta tríos ocasionales. Cabe destacar que yo fui el primer hombre en su vida ya que perdió la virginidad su noche de bodas, pero nada nos impedía de novios echar un faje a lo lindo en cualquier lugar que podíamos.

Recientemente, después de algunos meses en un nuevo trabajo como asesora inmobiliaria, Ale empezó a tener mucha vida social extra a su labor de fogosa ama de casa. Como tiene que ir al trabajo muy presentable, se arregla bastante bien y aunque no provocativa, basta mirar su cara y su cuerpo para tener una erección.

Me contó pues que desde el inicio, los clientes le echaban alguno que otro piropo, muy respetuosos. Incluso alguno la llegó a invitar de crucero, seguramente para ver algo más que el mar, pero se negaba manteniendo clara la frontera entre su trabajo y sus cuestiones personales.

Un día, llegué de trabajar y me salió a recibirme un tanto nerviosa. Algo había pasado en el trabajo de ella pero no me quería decir. En la noche, se me insinuó como lo hace con regularidad y empezamos a coger como salvajes. Cabe decir que en la cama no ocultamos nuestras fantasías, somos muy abiertos sobre lo que queremos, o recordamos nuestras aventuras.

Ese día, ya muy excitado, recordando un trío pasado, y cogiendo de lo lindo, me contó que había llegado un cliente, un muchacho joven que heredó un departamento y quería  venderlo. Me comentó que en cuanto lo vio, sintió algo muy extraño. Incluso yendo a hacer el avalúo, en su auto todo el trayecto se sintió rara y con una tentación de ver lo que traía su cliente entre sus piernas.

Según ella, el muchacho era muy atractivo y de un cuerpo musculoso y bien proporcionado que no la dejó concentrarse en el trabajo de avalúo, incluso menos cuando se colocó detrás de ella de improvisto para decirle algo y sus palabras, como un susurro en la espalda inmediatamente hicieron que se pusiera húmeda. No había pasado nada, pero eso la tenía caliente y no hacía más que fantasear con él. Sobre todo que al final le había dicho que estaba preciosa y que le encantaría invitarla a salir, lástima que era casada

Con la charla me estaba poniendo otra vez excitado pero de mí salió una pregunta:

  • y que le dijiste pues ante su invitación?-

Se ruborizó bastante y me dijo que estaba tan excitada y se sentía tan rara que lo único que contestó es que lo podía pensar. Mi pensamiento inmediatamente pasó a imaginarla cogiéndose al chico, por lo que le dije que si esa era su fantasía que adelante..

Me comentó pues que seguramente le daría mucha pena hacerlo enfrente de mí. Entonces con una verga bien parada penetrándola a fondo le dije:

  • OK, te dejo coger con él siempre y cuando me cuentes a todo detalle y me prometas que los harás con los dos después una vez ya dado el primer paso.

Nerviosa y excitada cogimos riquísimo, incluso le pedí se imaginara a su cliente cogiéndosela.

Parece que la cosa iba en serio porque acabó casi de inmediato pronunciando el nombre de su cliente: Braulio...

A la mañana siguiente, se arregló muchísimo e incluso ya con cierto aire provocativo, ya que se puso una blusa blanca semitransparente con un sostén de encaje que dejaba entrever sus pezones, por supuesto encima un saco formal de su trabajo. Me dijo que iría a tomar otras medidas del departamento de Braulio y que iba a pensar lo que le había propuesta la noche anterior.

Ese día en el trabajo, estuve muy inquieto, por no decir excitado, y llamé varias veces a la oficina de mi esposa para ver que pasaba pero siempre me dijeron que había salido y no había regresado desde la mañana. Llegué a la casa y me di cuenta que no había nadie. En eso, oí el auto de Ale y la vi entrar sola. Había pedido a su mamá pasar por los niños ya que iba a salir tarde de su trabajo!!

Me llamó la atención que traía bien abrochado el saco, pero cuando se lo quitó dentro de la casa me di cuenta que no traía el sostén, sólo la blusa semitransparente dejando ver claramente sus senos y pezones erguidos. Inmediatamente me besó y empezó a quitarme los pantalones. Yo empecé a imaginarme algo y mi verga estaba bien parada ya cuando se levantó la falda y sorpresa!!! no traía pantaleta. Así que sin obstáculos la penetré a fondo y me percaté de su extrema humedad, hasta que chorreaba entre sus nalgas. Entonces sin dejar de bombearla le pregunté:

  • que pasó??? dime!!!!

  • Fue increíble- me contesto- nunca pensé que iba a disfrutar tanto como contigo...

  • cuenta cuenta!!! le decía metiendo mi verga hasta más no poder...

  • Fuimos a su departamento a medir las habitaciones y una vez ahí, me preguntó que si había pensado acerca de salir con él. Yo le daba un poco de evasivas hasta que me invitó un café. Lo acepté gustosa y me dijo que si quería que le pusiera un poco de licor de café para "endulzarlo". Acepté y pasamos un buen rato en su sala platicando. Con el café, me dio calor y me quité el saco. Su mirada se fijo inmediatamente en mis pezones que se trasparentaban y se dejaban ver parados en mi blusa. Seguimos platicando hasta que la plática se desvió a sus novias y la poca experiencia con las mujeres que tenía. Empezó a echarme piropos sobre lo que sería estar con una mujer guapa como yo. En ese momento me levanté y le pedí que siguiéramos revisando el departamento. Llegamos a la recámara, entrando yo primero cuando de repente me freno para no tropezarme con un tapete y Braulio choca por detrás abrazándome para no caer.

Su loción y el abrazo me pusieron húmeda y sin moverme él empezó a soltarme pero entonces pegue mis nalgas a su sexo y fue la seña que necesitaba Braulio para abrazarme más fuerte y empezar a masajear mi busto. Empezó a besarme el cuello y entonces no supe más, me voltee y lo bese metiendo mi lengua en su boca, sentía crecer su sexo contra mi vientre y me arrastro hacía la cama hasta depositarme ahí. Seguimos besándonos hasta que baje por su torso desabrochando la camisa y desabrochando el cinturón. Lo desnudé mientras él me quitaba la blusa y el sostén.

Estábamos fuera de control. Ya desnudo, lo mamé como lo hago contigo pero con más dificultad ya que lo tiene grandísimo...Mientras lo mamaba, me quité la falda y la pantaleta y cuando ya no pude más me monté en el y de un golpe me metí su gran verga. Me movía como loca excitadísima y dándome mucho placer. Subía y bajaba oyendo a Braulio gemir y decirme que era deliciosa. Después de un rato, acabé como nunca y caí sobre su pecho.

Braulio me volteo y se volvió a encajar levantándome las piernas y bombeándome fuertísimo... Me olvidé de nuevo de todo e incluso de mi cansancio después del orgasmo hasta que me convulsioné al sentir que Braulio se encajaba completamente, gritó y derramó todo su semen dentro de mí. Fue algo increíble... Cayó sobre mí y me dio un largo beso. Unos minutos después, su juventud se hizo presente y volvió a cogerme montándome mientras acariciaba mis nalgas y volvía a inundarme de placer. Caímos en la cama besándonos como si nos quisiéramos comer. Luego se hizo tarde y pues salí directo hacia acá…

Al contarme todo esto ya no pude más y al saber que su humedad era tanto su excitación como el semen de Braulio, acabé en una forma que nunca había sentido. Ale  también acabó después de acostarme y montarme como un potro salvaje. Posteriormente aceptó hablar con Braulio para que ambos la cojamos y la hagamos disfrutar como ella quiere.