Del pueblo a la ciudad (2)

Ahora, le toca jugar a Jesús....

Del pueblo a la ciudad ll

Llegó la mañana del viernes. Bajé a desayunar y encontré a mi tía en la cocina. Estaba alegre y contenta. No me extraña, hasta yo estaba de buen humor después de la sesión de sexo solitario que me había metido esa noche, visionando el pedazo de polvo que mi religiosa y recta anfitriona le había pegado al musculitos.

Cuando quieras nos vamos. Tenemos unas dos o tres horas de viaje y hay que aprovechar el día. Coge un poco de ropa cómoda y mudas, por si tenemos que hacer noche.

Como quieras Mar, no tengo nada mejor que hacer hasta el lunes. Voy un momento a mi habitación y nos vamos.

Preparé un poco de ropa y metí la cámara de filmar. La tarjeta estaba de nuevo vacía, había descargado el archivo en mi portátil. No fuera que la viera y la tocara hasta visionar sus momentos más estelares delante de un buen rabo . Me jugaba mucho, mi estancia, las relaciones familiares y lo que es más importante, me privaría de poseer una buena colección de videos pornos. Porque, está claro que esos encuentros se sucedían de forma habitual durante todo el año.

Después de tres largas horas al volante, llegamos a la finca. Era una explotación con unas buenas 1.000 hectáreas, dedicadas casi todas a la siembra de trigo y cebada. Además, como era coto de caza, vendían batidas para cazadores acomodados. Rememoré viejos tiempos, cuando siendo un adolescente, acompañaba a mi padre a cazar todos los fines de semana. Debo reconocer que mi progenitor me hizo un tirador excelente.

Aparcamos en la casa o cortijo y nos recibió una señora mayor que por el trato de se dispensaron ambas, hacía muchos años que se conocían.

Por favor Antonia, prepara una habitación para mi sobrino. Es posible que nos quedemos a dormir esta noche.

¿Cual quieres que prepare Mar? La que está al final de pasillo de dormitorios está limpia y preparada .Es la que está junto a la tuya. La cogió del brazo y entraron en la casa, aun así pude escuchar como en voz baja le decía, esa no, prepara la que está al otro extremo... ronca un poco y quiero dormir por la noche. Joder, tendrá morro la ricachona. No recuerdo que nadie me haya dicho que roncaba. Que rara me sonó esa excusa.

Subimos a dejar las maletas. Mejor dicho, las subí yo, ella se limitó a sacarlas del portaequipajes y dejarlas tiradas, supongo que con su estatus, estaba totalmente convencida de que alguien se ocuparía de esos molestos detalles. Me empezó a tocar los cojones ciertas actitudes de niña de papá con más orgullo que dinero. Y dinero, estoy seguro que tenían camiones llenos.

Mi habitación estaba justo al final del pasillo. Parecía que le interesaba que no durmiera cerca de ella. ¿Por que? Mi intuición me aconsejó que me diera una vuelta por el exterior. Rodeé la casa. Me orienté para saber donde estaban nuestras habitaciones. La suya se encontraba situada en la esquina del edificio. A unos 5 metros, había un enorme roble que debía tener cientos de años. Era un árbol majestuoso y muy frondoso. Si conseguía subir a su cruz, y gateaba unos metros, conseguiría acercarme bastante para apreciar en interior de su cuarto. Memoricé como subir sin hacer demasiado ruido. Vi que en una caseta cercana, había todo tipo de útiles de labranza y entre ellos, una vieja escalera de madera. Tomo buena nota. El resto del día, lo dedicamos a recorrer la finca y conocer los alrededores. Reconozco que fue una excelente anfitriona. Por la tarde, después de reunir una serie de piezas antiguas elaboradas en bronce, las puso con cuidado dentro de un antiguo baúl. La cena fue excelente y después de recoger la mesa, Antonia se marchó a sus aposentos. Tomamos una copa, cosa que me sorprendió bastante, pues no la había visto beber. A la hora, mi apreciada tía estaba algo chispada y se despidió de mi, alegando un gran cansancio. No tenía sueño y me pareció una idea excelente dar un paseo nocturno y de paso, esperar acontecimientos. Estaba sentado en una peña situada a unos 500 metros de la casa, fumándome un cigarrillo, cuando vi las luces de un coche acercarse en la lejanía. Mire la hora, 1:35 de la noche. No traspasó la gran verja de entrada. Cuando faltaban aun unos metros para llegar, el coche apagó las luces y termino el recorrido en total oscuridad. Apagué de golpe el cigarrillo. Por las noches, la luz de la brasa al chupar, puede ser vista a una enorme distancia. Antes de salir, sospechado ya bastante de la actitud de mi querida Mar, me había provisto de la cámara y había dejado la luz de mi habitación encendida y había conectado la radio. Se escuchaban melodías a un volumen discreto. Como tenía llave el cuarto, lo cerré, me la guardé en el bolsillo y me fui.

Vi una figura acercándose por el sendero. Era un tío, estaba seguro, pero la distancia me impedía apreciar nada más. El cuarto creciente nuevo y las nubes nocturnas no daban mucha claridad a la noche.

A los 10 minutos, con mi escalera colocada en el tronco, me dispuse a subir a mi improvisada plataforma de filmación. Las noches eran aun algo calurosas y sonreí cuando comprobé que su ventana estaba abierta. Solo había un inconveniente, la cortina al estar medio corrida, tapaba caprichosamente su interior, movida por la brisa que soplaba en esos momentos. Era bastante transparente, pero jodía un poco el encuadre. Agradecí con una plegaria al San Zipote, virgen del culo y mártir de boca, el no haber quitado la cinta adhesiva que tapaba la discoteca de luces que hacía mi nipona cámara al filmar. Me habrían pillado al momento, confundiéndome sin duda con algún extraterrestre mirón.

Me apoyé en una de las ramas y como si de un barco se tratara, empecé a filmar con cientos vaivenes la escena. La brisa desplazaba con pereza la rama y tenía que hacer un esfuerzo para mantener el objetivo centrado.

Allí estaba la parejita. El tío, me resultó familiar, pero no acababa de situarlo en el mapa. Tendría entre 40 0 45 años. Se daba un aire que me hacía recordar a Mar. ¿Un familiar?¿algún primo? Estaban besándose con mucha pasión. En un segundo, empezaron a desvestirse mientras seguían comiéndose a besos. La tumbó de espaldas en la cama y sin preámbulo alguno, empezó a follársela con fuerza y desesperación. Está claro que estaban totalmente desmadrados. Al rato, después de joder en varias posturitas se corrieron. Tumbados en la cama, vi que se volvían a abrazar y entonces, el se levantó y desapareció de mi visión. Al momento, volvió con una botella de champán y colocó a Mar sobre el borde del colchón. Le puso dos almohadas bajo su culo . Se sentó en una silla y empezó a derramar el líquido de forma lenta y pausada en toda su raja. Luego, se agachó y empezó a beber con entusiasmo en su rica y original copa. De esa forma, creo que se tomó la mitad de la botella mientras mi tía política gesticulaba como una enajenada. Luego, el ocupó su puesto y mi adorable tía se dedicó a llenarse la boca de burbujeante espuma para a continuación tragarse su polla hasta la garganta. Repitió esa operación hasta que el fulano la premió con una abundante corrida que ella mezcló con el espumoso y se tragó con evidente satisfacción. Durante las siguientes dos horas y media, se dedicaron a practicar todo tipo de perversiones. La que más caliente me puso de todas fue cuando el, estando de pie, gesticulaba como si le estuvieran pateando los huevos, mientras ella, de rodillas y a su espalda, le metía dos dedos en el culo y le masturbaba con fuerza. No pudo aguantar mucho y a pesar del intento de girarlo en dirección a su boca, la explosión de semen manchó precipitadamente parte de su brazo y pecho. Aun así, se la metió en la boca mientras con sus manos se repartía la corrida por sus bonitas tetas. Yo estaba tan caliente que no se como no incendié el árbol, frotando mi polla contra mi vetusto y cómodo roble. Dios, estaba tan salido que pensé coger el coche e irme de putas toda la noche. Mar estaba claro que era una verdadera máquina sexual. Caliente, complaciente y sin duda alguna, experta en todo tipo de perversiones . Ja... ya tenía claro porque no faltaba un día a misa. Seguro que sus confesiones debían poner al cura al borde del infarto. Que duro debía ser confesor de semejante zorrón. Sin duda, Dios le había puesto una dura pena a ese sacerdote. Claro, eso siempre que ella fuera sincera. Igual el cura estaba tan empanado como el marido y no sabía nada.

Por la mañana, a las 10, más o menos, escuché llamar a mi puerta.

Hola, hola...venga levántate que cargamos el baúl y nos vamos. Venga...que se te enfría el café.

Ya voy.....vale..vale, en 10 minutos salgo. La escuché alejarse canturreando una canción. Estaba contenta. No me extraña, se metió rabo esa noche para sobrevivir sin un macho varias semanas. Me levanté y bajé a la cocina.

Era muy hermosa y antigua. Casi toda acabada en madera y con un tamaño considerable. Observé con disimulo a mi tía. "Joder, pero eso que estoy viendo en su cuello...es...que fuerte....es un pedazo de chupetón de la hostia". ¿Te has dado un golpe? Se lo dije señalando su cuello.

Palideció como si le acabara de señalar la proximidad de una tarántula venenosa. Se levantó de repente y salió a la carrera con la mano palpando su lindo cuello.

Volvió con una sonrisa forzada y mientras volvía a sentarse me dijo: Que susto me has dado, ya no me acordaba....sabes .....ayer me rocé esa zona con una de las cuerdas del desván y una me golpeó. Pensé que no me había hecho nada pero ya ves que marca más rara me ha dejado.Y una mierda... grité mentalmente. Perdón por la expresión. La tía tiene más cara que un cerdo con paperas. Hay que ser falsa para mentir como lo hacía mi adinera Mar.

Emprendimos el viaje de vuelta. Mar me miraba de vez en cuando de forma disimulada. Yo estaba serio y al rato cerré los ojos. La verdad es que me dormí. Estaba agotado de mis actividades cinematográficas y no había dormido más de 3 horas seguidas. En un momento determinado, empecé a despertar. Sin abrir aun los ojos, me pareció escuchar una conversación entre ella y supongo que al otro lado estaba el militar responsable de mantenerle el coño en perfecto estado de uso. Me debí mover , escuché que mar le decía: espera...espera, paro el coche y te llamo yo. Dime el fijo, no quiero llamar al otro. Paró en la entrada de un camino y se bajó del coche. Se apoyó en el maletero y empezó de nuevo a hablar por el celular. Como estaba en el mismo lateral de mi ventana, el hecho que la tuviera ligeramente abierta me permitió escuchar casi en su totalidad la conversación.

¿Entonces cuando nos podemos ver? Tengo muchas ganas de abrazarte...te hecho de menos.

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Vale, vale, creo que llegaré sobre las 5 de la tarde. Mañana es domingo y no puedo tampoco. Quedamos el lunes......comprobaré sus planes, no quiero que sospeche nada, ....es buen chico, pero todo esto le vendría grande y seguro que termina por descubrirnos...y liarla.

.............................................................................................................................................Oye, tengo que cortar.......mejor............me parece que se está despertando.......un beso..

Entró en el coche se giró hacia mi y me miró fijamente, con mucha atención. Me desperecé y la sonreí.

Ufffff.....ya estás despierto por lo que veo, he parado un momento para estirar las piernas y hacer unas llamadas. En cuanto crucemos el primer pueblo tengo que parar en la farmacia.

A los 20 minutos, la vi salir de la farmacia con una bolsita. Me dijo desde la ventana, que abriera el maletero. Se situó, en la trasera del coche y pude ver por uno de los retrovisores como se untaba el chupetón con una crema. Volvió y reemprendimos el viaje.

Se paso un buen rato hablando de tonterías y chismes. Quería a mi modo de ver, distraerme y hacerme llevadero el viaje. Me habló de los peligros de las relaciones, de la poca moral que había hoy en día en la sociedad. Que si fulana tan recta ella, había sido descubierta con no se quien.... que mi el otro.... . Juro que en ese momento me tenía tan cabreado por su falsedad y su descaro, que empecé a valorar la posibilidad de pasar al ataque.

Mar, veo que el golpe del cuello está brillante y con restos de crema. ¿Te has puesto algún anti inflamatorio?.

Ella volvió la cabeza algo molesta y sorprendida, me contestó casi tartamudeando : Si...me he comprado una crema y me la he puesto. Me duele un poco y esta mañana estaba algo hinchado.

¿No será esa caja que sobresale de tu bolso? Eso es TROMBO..... . Creo que el farmacéutico se ha equivocado. Su uso está indicado, para varices, morados y va muy bien para eliminar chupetones. Toma ya. Primer gancho lanzado a la mandíbula con impacto directo.

Se quedó tan pálida que parecía la novia de Drácula . Siiiii.....no me digas....vaya, pues que profesional.........bueno, ya que la tengo, la usaré ....en mis piernas. ¿me la aconsejas tu para las varices?.

Naturalmente Mar, pero antes, debes ponértela varias veces para terminar de eliminar el tremendo chupetón que llevas en el cuello, el cual, está claro que no has podido dártelo tu, dada la imposibilidad física de hacerlo. Eso lo aprendí ya en párvulos, aunque a veces me trates como si fuera un pueblerino idiota. Sus ojos se desorbitaron y balbuceando casi, se quiso abalanzar y me intentó dar una bofetada. Le paré la mano y mientras empezaba con la mía a triturar su muñeca ..... la miré con tanta furia que se encogió de pánico y dolor. La bajó y aparcó el coche en la cuneta. No vuelvas a interrumpirme hasta que termine de decirte todo lo que pienso sobre esta porquería de vida que llevas. Mira, yo no soy muy creyente y de forma consecuente, interpreto lo que es o no pecado de una forma muy particular. No me siento culpable de ser como soy y para serte sincero me resulta patético la hipocresía y la falsedad en que han convertido la vida aparente de mi propia familia. Tu mejor te callas, eres el exponente más destacado de todo este despelote debido a tu promiscuidad. Mi padre hace años que se acuesta con una amiga de mi madre. Mi madre lo sabe pero hace ver que lo ignora. Ella, tan religiosa y de derechas, me temo que ha recibido la visita de más de una polla. Al menos se que su catequista laico ya ha probado todas la capacidades de mi mamá, especialmente los centímetros de rabo que caben en cada uno de sus agujeros. Mientras, mi tío, ósea tu cornudo marido, resulta que le gusta sentir los obuses estrellándose en su culo y no en el enemigo. Joder, por eso debe haber elegido ser Coronel de artillería. Debe ser muy feliz, como una princesa, rodeado de pepinos de ese tamaño. Estaba recibiendo toda la andanada con su bonita cara arrasada por las lágrimas. Tenía los ojos cerrados y el rictus forzando su boca para no emitir gemidos. Su cuerpo se encogía por momentos en su asiento. Intentó decirme algo, pero mi mirada cargada de ira y resolución, la calló al momento

Como te estaba diciendo, estoy hasta los cojones de tener que participar en esta obra de teatro. Quiero que entiendas que mi idea era vivir en un piso de estudiantes y empezar a madurar y responsabilizarme de mi vida. Mar, no sabes las ganas que tengo de empezar a vivir mi vida. Se porque haces lo que haces. Está claro que por parte de tu marido no esperas nada. Supongo que solo te estuvo follando hasta asegurase de embarazarte y tener descendencia. Para el, eso era una parte importante de su imagen como militar varonil y fértil. Así te tuvo entretenida en la crianza y te dio un juguete para que te olvidaras de su polla, dedicada a dar placer a otros agujeros.

Ahora, si no te importa quiero empezar a jugar yo. En primer lugar, quiero poder traer mujeres a mi acogedora y vacía habitación. Se que si el tito está en casa, la cosa se complicará y para eso tu me ayudarás a solucionarlo. Como veo que estás faltada de cariño y resulta, que yo estoy solo, quiero que te ocupes de mi polla en exclusiva. Al musculitos ese amigo tuyo que te visita le vas a dar calabazas de manera inmediata. Invéntate lo que quieras pero no lo quiero rondándote. Se lo dije con una voz tan fría y dura como un cuchillo.

¿Pero.....quien coño te crees que eres, niñato de mierda? ¿Me estás acusando de ser infiel a mi marido por el hecho de creer que esa marca del cuello me la ha hecho un hombre?. Tu lo que eres es un perfecto subnormal o quizás un loco obsesivo. No me interesa en realidad, solo quiero que te marches de mi casa inmediatamente. Ah...y invéntate una historia satisfactoria para calmar tanto a mi marido como a tus padres o les diré que intentaste violarme y por eso te pedí que te fueras de mi casa. No...repito...no... intentes fastidiarme !!Nunca!! o me ocuparé de que lo pases muy mal. Joderrrrrrrr.....que fiera, dispuesta a sacarme los ojos si era necesario para mantener su dignidad y castidad (fingidas, está claro...). No me molesté en contestarla y con toda mi cara dura, continué durmiendo.

Cuando subí a mi habitación, me pertreché de lo más básico junto con mi portátil y mis apuntes y me dirigí hacia la salida. Le dije a Mar, que volvería en 24 horas a recoger el resto. No me dijo nada. Me miraba con mirada dura, pero entreveía una expresión de pesar en su rostro. Seguramente estaba aterrada por lo cerca que había estado el desastre. Su posición y reputación social era muy importante y conocida en todo Madrid

Un escándalo de este tipo, la mataría socialmente. Pasando de comentar chismes a ser el comentario de todo el mundillo.

Cuando estaba a punto de salir, me giré y tocando mí cabeza con un gesto de "Vaya, se me olvidaba...", le entregué un plano paquete envuelto en papel de regalo. Mar, aunque hemos terminado muy mal, no te guardo rencor, quiero que te quedes con un recuerdo de mi estancia aquí. Por favor.......acéptalo. Me miró algo más cálidamente y lo cogió en sus manos. Salí del majestuoso edificio y me dirigí a la parada de taxis.

Lo vio marcharse....Mar se sintió muy pesarosa de todo lo que había pasado. No solo era ya, el follón y las explicaciones....no se sentía contenta con su decisión. Era un buen chico y lo había tratado como si fuera una mafiosa. Pobre, seguro que vio a su hermano Roberto llegar o salir de la finca esa noche y el chupetón en su cuello, terminó por hacerle imaginar el resto. Menos mal que no lo reconoció. Imagina lo que habría pensado al ver dos hermanos follando Lo del musculitos como decía, otro tanto, por culpa de no ser más precavida. Y ahora que....mientras reflexionaba de forma distraída empezó a abrir el paquete. ¿Un CD? Vaya.......encendió el ordenador...no había escrito nada, ni en la tapa, ni en la carátula. ¿Música?¿Algún video de esos caseros donde aparece mi sobrino?......

Se abrió el Windows media y empezó a verse a si misma en el despacho de su marido, la boca llena de rabo y el consolador ayudado por las manos del entusiasmado amante, perforar su abierto y lubricado culo. Quiso morirse en ese momento. Se acurrucó en un rincón de la habitación y se encogió como una niña pequeña. Lloró hasta quedarse seca.

Camarero, por favor......una cervecita cuando pueda, ahhh...y unas olivas.

Estaba sentado en la cafetería de mi hotel, hogar provisional hasta que encontrara algo mejor o funcionara mi plan. Estaba repasando apuntes cuando sonó mi celular. No lo cogí. No me apetecía hablar con nadie. Volvió a sonar y miré quien llamaba. Vaya...vaya.... ya hice bien en no llevarme mucha cosa, total, estaba casi seguro de ser readmitido en el exclusivo, confortable y sobre todo, lujurioso mundo de mi apreciada María del Mar.

¿Hola? ¿Mar?

Eres..........un hijo de puta.........por favor....tenemos que vernos. Por favor....no cuelgues....disculpa.... pero te lo tenía que decir.

Ya le daré recuerdos a mi madre de tu parte.¿En mi habitación de siempre o sigues pensando que es mejor que me marche?

En tu habitación.....claro.......no puedes marcharte........

Continuará...

Crome