Del placer al terror
Lo que parecía una noche llena de placer se tornó toda una pesadilla.
Después de un día estresante por tantas broncas que suceden en los negocios, poco a poco me iba desligando de esos quehaceres y mi esposa se apoderaba de mis pensamientos. Andrea es una hembra en toda la extensión de la palabra, es imposible no pensar en sexo en cuanto uno la vea, 1.60 m. de altura cuerpo escultural, firmes tetas, culo redondo, piernas torneadas y una cara de coqueta que provoca desde el mas tierno piropo hasta la mas atrevida y soez propuesta.
Como todos los viernes, el plan ya estaba fijado para salir a recorrer antros y divertirnos como adolescentes (actualmente ella tiene 35), por lo tanto no me sorprendió verla arreglada al llegar a casa, traía puesta una blusa roja pequeña dejando al descubierto su cintura y cadera y con un escote bastante generoso, una micro falda de mezclilla, tan corta que cualquier movimiento dejaba ver sus nalgas y unas sandalias con tacón altísimo. Me apuré a darme una ducha, me vestí y ahora si, a gozar de la noche.
Acordamos ir a conocer un bar que esta en los suburbios de la ciudad, localizado en una planta alta, llegamos y solo era ocupado por un cliente a punto de dormir, un mesero, el barman y el discjocker, tomamos una mesa al fondo del bar y fue entonces que advertimos de un templete con un tubo al frente de las mesas, preguntamos al mesero si se trataba de un table dance, pero nos comentó que esa era la idea pero no habían obtenido el permiso de las autoridades, por lo tanto no contaban con chicas para el show, en eso mi esposa le dice que si ella podría usarlo y si inmutarse el mesero le dijo que si.
Le pregunté que si se atrevería a subirse al estrado y me dijo que si, pero que el problema era que no sabía ninguna rutina de baile, de todos modos se subió, se acercó al D.J. y éste le empezó a dar algunas indicaciones sobre el baile, se acercó e inició una música melodiosa empezándose a mover alrededor del tubo pegando su culo en el acero y una serie de movimientos inexpertos pero eróticos que desde luego dejaban ver sus hermosas piernas y glúteos. Todo iba bien hasta que en la mitad de la pieza llegaron tres jóvenes altos y fornidos, al ver a mi esposa se sentaron pegados al templete y empezaron a animarla en su baile, Andrea se puso nerviosa y buscó mi mirada, le hice la seña que se tranquilizara y que terminara el baile y así lo hizo.
Al finalizar se dirigió a las escaleras lo que hizo protestar a los jóvenes y como ya había empezado otra melodía le pedían que continuara con la rutina, ignorando ellos que mi esposa no pertenecía al espectáculo, a la insistencia se regresó y continúo con el baile, esta vez mucho mas sensual sin embargo ellos pedían se desprendiera de sus prendas y cual fue mi sorpresa que fue bajando poco a poco su falda hasta dejarla en el piso, mostrando su tanga de hilo dental, enseguida se desabrochó su blusa y la puso junto a su falda dejando ver sus hermosos melones, los muchachos gritaban eufóricos como perros hambrientos de sexo y no contentos con lo que veían le exigían que se quitara la tanga.
Para entonces yo me levanté de mi lugar buscando la mirada de mi mujer y pedirle que bajara, ella me miró y movió su cabeza negativamente, acto seguido se acercó a los muchachos se arrodillo frente a ellos y se recostó hacia atrás, luego levantó sus piernas ofreciéndose de esta manera, uno de ellos tomó su tanga y la fue subiendo lentamente hasta quitársela, en eso baja las piernas y se voltea quedando boca abajo y abriendo las piernas frente a ellos, se quedaron mudos frente a la belleza que tenían enfrente, la vista de un divino culo y una vulva totalmente mojada, no intentaron tocarla ya que estaban perplejos, inmovibles, asombrados, situación que aprovechó Andrea para levantarse, enfundarse su ropa y bajar del estrado.
Ya en la mesa me pidió disculpas por no haberme hecho caso, pero que estaba demasiado excitada y decidió hacer lo ya descrito, le di un beso en respuesta de mi comprensión. Estabamos en eso y no nos percatamos de la presencia de uno de los jóvenes, se presentó como David y venía a entregarle la tanga que acababa de quitarle, mi esposa le dijo que se la obsequiaba y se puso feliz pidiéndonos le aceptáramos compartir unos tragos con ellos, para entonces se sentaron Rogelio y Armando dejando una botella de Chivas en la mesa.
Empezamos a tomar y nos comentaron que venían del D.F. y formaban parte de un equipo de Fut Ball americano. Los tres se levantaron a bailar invitando a mi mujer a que se les uniera y Andrea como le encanta el baile no se hizo del rogar, entraron en calor y los chavos se quitaron sus camisetas dejando ver sus torsos imponentes, David 1.80 de estatura de tez blanca y pelo largo castaño, Rogelio igual pero de pelo corto obscuro y Armando moreno casi mulato, rapado y enorme, cerca de los dos metros.
Mi esposa disfrutaba de sus tres acompañantes, y se agasajaba de sus cuerpos, mismo que ellos compartían y hacían lo mismo con ella. Pero el tiempo paso sin sentirlo y nos pidieron desalojar el lugar ya que era hora de cerrar. Una vez afuera nos pidieron les diéramos un aventón al Motel donde estaban alojados.
Ya en el Motel sugirieron tomarnos una copa para la despedida y lo aceptamos, nos acomodamos en un sofá, se sirvieron los tragos y continúo el baile, pero esta vez David y Rogelio empezaron a desnudar a mi esposa, la tomé de la mano y la llevé a la puerta pero me dijo que la dejara, que esta experiencia iba ser única y que disfrutara yo este momento, mismo que muchas noches habíamos comentado en nuestras fantasías.
Y así fue, una vez desnuda la empezaron a besar sus pezones, su culo y en un movimiento David la agachó y le metió la verga a la boca, por su parte Rogelio, le penetró la suya en la cueva hasta el fondo y empezaron los movimientos de mete y saca y como sincronizados se vinieron los dos al mismo tiempo, David le aventó su chorro a la cara y Rogelio se los hecho en las nalgas.
David y Rogelio se retiraron a servirse sus bebidas y yo tomé a Andrea para sentarla conmigo en el sofá, me preguntó que si me gustó el espectáculo que me dio y le dije que sí, al momento que le limpiaba con una servilleta el semen en su cara. Pero faltaba Armando quien estaba desnudo y acostado en la cama y me dijo que se la llevara, le pedí que esperara a que se recuperara, cosa que lo irritó, se levantó y tomó a mi mujer agresivamente y me pidió que le limpiara las nalgas con mi lengua, cosa que accedí para que no la lastimara, mientras lo hacia el me decía que yo era un puto lambe culos, en eso me pone su verga en la boca, yo me resisto y me empezó a golpear, Andrea me dijo que lo hiciera para que ya no me golpeara y lo hice, al momento de excitarse el tamaño fue descomunal, la sacó, tomó crema humectante y la untó en el culo de mi mujer y se la empezó a meter.
Andrea gritaba del intenso dolor que le provocaba la penetración de esa enorme verga, Armando le metió un pañuelo en la boca para evitar trascendieran sus protestas fuera de la recámara, traté de detener esa acción, pero David y Rogelio me detuvieron diciéndome que Armando estaba muy drogado y si me oponía corría peligro mi vida. Sin piedad alguna continuaba metiéndole la verga por el culo hasta que sus testículos topaban con las nalgas de Andrea. Mi esposa se veía impotente, como una muñeca de trapo ante semejante animal, ya exhausta no oponía resistencia, de su culo surgían hilos de sangre y él frenético continuó hasta que eyaculó dentro de ella.
Pasado buen rato Armando se la sacó y aventó a mi esposa al suelo y él cayo agotado en la cama, Rogelio me dijo que saliéramos rápidamente antes de que reaccionara y así lo hicimos, cogí su ropa y tomé a Andrea en mis brazos para subirla al carro que afortunadamente estaba frente a la habitación, en la primera oportunidad me detuve para vestirla y continuamos el camino.
Ya en casa, la metí a la tina de baño para asearla, la sequé y la llevé a la cama, le unté una pomada anti inflamatoria en su culito y todavía con los dolores de la agresión, mi mujer me comentó entre sollozos que pese a todo lo sucedido, lo experimentado con esos muchachos la mantenía en un estado de intensa excitación permanente y lo comprobé tocando su vulva totalmente mojada. No pude resistirme y se la empecé a besar saboreando sus jugos e iniciando con esto a revivir nuestras resientes experiencias.