Del otro lado (capítulo 1)
Se fue para cumplir su sueño pero en la tierra que dejó estaba el sueño que de verdad buscaba...
Del otro lado – Capítulo 1
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Pablo
Hoy había despertado más temprano que de costumbre, aún me quedaban dos horas más por descansar, a mi lado dormían plácidamente mis hijos, Diego y Lucía, había pasado casi ya un año desde que mi novio Alejandro había cruzado la frontera en busca de una mejor vida para nosotros, y aunque sé que es por nuestro bien, no dejo de sentir miedo, sé que me ama y que sólo está reuniendo dinero para poder casarnos e irnos a vivir del otro lado pero… si es que la TV dice la verdad, dudo que pueda yo competir con tanta belleza que allá se ve.
Con mucho cuidado me levanto y me dirijo a la cocina, aquí puedo llorar sin que mis niños oigan. Alejandro, ¿por qué ya no me llamas?, te necesito, mi vida. Te necesito más de lo que piensas, me haces mucha falta.
Yo estaba sólo en este país, mis padres me botaron de casa cuando supieron que yo era homosexual y estaba con Alejandro, de mi padre me lo esperaba pero de mi madre… ese fue un golpe tan horrible que aún no logro superarlo y es que ¿cómo era posible que el ser que me dio la vida me tratase como a un pinche perro? Yo no pedí nacer así pero eso es algo que mis papás no quisieron entender.
Mi vida había cambiado mucho desde aquel entonces, ya no vivía en una mansión, ya no tenía los lujos que antes sí. Hoy pasaba necesidades y en realidad no me importaba, mas sí sufría porque no era la vida que había soñado para mis hijos, estoy seguro que ese es el motivo por el cual Alejandro está rompiendo su espalda del otro lado, sé que pronto llegará y nuestra vida cambiará.
Alejandro:
- Alejandro: Paulina, si mi esposa llama le dices que tengo una junta importante.
- Paulina: Ok señor.
- Alejandro: Listo, ahora sí nadie nos va a interrumpir.
- Renato: Ay compadrito, deseaba estar así con usted (besándolo)
- Alejandro: No, ahora sólo somos nosotros dos.
- Renato: Sí claro, pero sólo por ahora (molesto)
- Alejandro: ¿Por qué lo dices?
- Renato: Porque no me gusta compartirte, antes te compartía con el idiota de Pablo y ahora tengo que compartirte con Helena.
- Alejandro: Ya olvídate de Pablo ¿sí? Me molesta que lo recuerdes, él ya no existe. Y por Helena no te preocupes, la necesitaba por el visado y una vez que me divorcie y tenga la mitad de todos sus bienes, ya podremos vivir nuestra vidita, amor.
- Renato: ¿Ya no recuerdas a Pablo y a esos escuincles?
- Alejandro: No, para nada. Nunca me hizo mucha gracia adoptar niños piojosos, lo acepté sólo porque era Pablo quien los adoptaba y porque ya tenía claro que lo dejaría. Yo no nací para la miseria.
- Renato: Ya no hay miseria, amor, ahora tenemos todo aquello por lo que tanto soñamos.
- Alejandro: Cierto
Renato siempre lograba echar a perder los buenos momentos, había logrado olvidarme del intento de “familia feliz” de Pablo, ya hasta deben estar mendigando…
Pablo:
- Diego: Papá ¿por qué lloras?
- Pablo: Por nada hijo, ¿por qué despertaste tan temprano?
- Diego: Estaba soñando con mi papá Alejandro, lo extraño. ¿Por qué no nos llama?
- Pablo: Porque tu papá trabaja mucho y no tiene tiempo, pero pronto nos hablará. Ya verás…
- Diego: ¿Y si nunca lo hace? (llorando)
- Pablo: Eso nunca va a pasar (agachándose para abrazarlo) ¡tu papá nos ama!
¿Saben cuánto duele mentirle a un hijo? Incluso hasta yo comienzo a dudar del amor de Alejandro. Si no fuera por Julián, mi mejor amigo, que nos ayuda estaríamos ya mendigando.
- Pablo: Ya cariño, a bañarse. Tienes que ir al colegio y yo a trabajar.
- Diego: ¿Te llevarás a Lucía al trabajo?
- Pablo: Eso creo, no hay otra solución.
- Julián: Buenos días (Entrando)
- Pablo: ¡Hola Julián!
- Julián: ¡Hola! ¿cómo estás?
- Pablo: Bien, creo. Perdóname la pregunta pero ¿qué haces aquí?
- Julián: Venía a recogerte, Lucía es demasiado pequeña como para que la traslades en el micro
- Pablo: Julián no es necesario, de verdad. Además lo de Lucía es por un tiempo corto, buscaré alguien que pueda cuidarla.
- Julián: Pablito (acariciando sus brazos) ¿Por qué te niegas a recibir ayuda?
- Pablo: Ya bastante estás haciendo por mí al asumir los gastos de mis hijos. Cosa que es únicamente asunto mío.
- Julián: También es asunto de…
- Pablo: No, por favor no lo nombres.
- Julián: Está bien, pero al menos invítame a desayunar…
- Pablo: Ok, está bien.
Julián:
¡Me lleva! Pablo es el ser más terco y obstinado que existe en esta tierra. Estoy seguro de que sigue amando a Alejandro y yo lo entiendo pero… no sé, si mi novia me hubiese hecho algo así simplemente me hubiese olvidado de ella.
Pero bueno, tampoco es que la mente domine al corazón.
- Lucía: Hola Julián
- Julián: ¡Hola princesa! (levantándola en brazos)
- Diego: Hola Julián (molesto)
- Julián: Hola campeón. Veo que no te alegra mi presencia
- Diego: No, mi papá se va a enojar.
- Pablo: Ya, no seas grosero.
- Julián: Tranquilo, es normal que sienta eso pero no te preocupes, tu papá y yo sólo somos amigos, yo le voy al Necaxa (riendo)
Le tenía mucho cariño a esta familia, me hubiera gustado tener una y no es que esté demasiado viejo como para no tener una pero Tania no quiere que seamos padres.
- Julián: Qué bien cocinas, cabrón
- Pablo: ¡Hey! Están los niños aquí
- Julián: Lo siento pero, ¿a poco no cocina bien su papá?
- Diego: Sí, muy bien. A mi papá Alejandro le gustaba mucho su comida.
- Pablo: Eso es cierto, era de muy buen comer. (con ojos llorosos)
A Pablo todavía le dolía hablar de Alejandro, yo pienso que un año es demasiado tiempo como para seguir llorando, pero es que Alejandro y Pablo tenían una vida ya hecha, muchos planes a futuro, hijos, entiendo perfectamente que le afecte todo lo que ha pasado.
Les contaré la historia para que entiendan…
Pablo era un jovencito demasiado soñador, hijo de unos padres muy ricos, más ricos que cualquier otro riquillo de la ciudad. Pablo lo era todo para ellos, el único hijo, heredero de la fortuna de la familia. Pablo conoció a Alejandro en el colegio, Alejandro era el becado del establecimiento, siempre fue tímido, bueno, lo era con todos menos con Pablo, con él hablaba bastante. Por aquél entonces Pablo, Renato y yo éramos inseparables, pero con Alejandro las cosas comenzaron a cambiar, a él no le gustaba que nosotros estuviésemos juntos (siendo yo y Renato 100% heterosexuales) supongo que es normal sentir celos, pero… Alejandro siempre fue raro.
En un principio creíamos (con Renato) que Alejandro estaba con Pablo por su dinero, pero cuando corrieron a Alejandro de su casa y le quitaron el apoyo económico, él siguió a su lado y así estuvieron juntos durante mucho tiempo, adoptaron a Lucía y Diego, y todo iba bien, bueno hasta que Alejandro decidió ir a probar suerte del otro lado.
¿Qué habrá pasado?
Alejandro:
- Renato: Vida, iré a buscar unas cosas a mi departamento, ya vuelvo.
- Alejandro: Está bien (besándolo) te espero
Pablo… no podía sacarlo de mi mente, yo no quería una familia, quería que estuviésemos juntos y ambos lográramos el éxito, pero no, insististe en “la familia”.
Mierda, se supone que los gays no pensamos en familia, sólo queremos dinero y sexo, mucho sexo.
Abría mi cajón más oculto, y sacaba una foto de Pablo… Pablito, te extraño tanto, ya tengo todo lo que quería pero… estoy casado y Renato, Renato jamás me permitiría dejarlo, él me ayudó a conseguir todo esto.
Renato era el mejor amigo de Pablo, cuando estábamos en el colegio eran “los 3 mosqueteros”, siempre quise llegar lejos, tener dinero de sobra y divertirme, y esa fue la primera idea al conocer a Pablo, pero al pasar el tiempo comenzó a gustarme su compañía, me gustaba tenerlo y tener una vida de novios. ¡Joder! Nuestra vida era genial hasta que se le ocurrió adoptar a esos niños.
Renato siempre me sedujo, nunca había pasado nada entre nosotros hasta que me comentó la idea de venirnos aquí y que él me daría todo lo que yo tanto deseaba.
Aunque no lo crean fue una decisión difícil, me dolía dejar a Pablo, y de cierta forma, también a los escuincles esos pero mi vida al lado de Pablo era lamentable, estar con esos niños, no tener tiempo para nosotros, no, no podía soportarlo.
Aunque no lo crean… yo sí los extraño.
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* Avance ***
En el próximo capítulo de “Del otro lado”
- Pablo: ¿Aló?
- Alejandro: … ¿Có-mo est-ás?
- Pablo: ¿Alejandro?
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¡Hola! Disculpen la ausencia, la verdad es que me ha costado mucho escribir Camaleón, las últimas críticas fueron muy pero muy malas y me he replanteado si debo continuarla o no, por ahora estará en pausa.
Mientras, estoy iniciando esta historia que espero les guste, esta vez dejaré de lado los triángulos amorosos y me centraré en una pareja con intereses muy diferentes, separados por las fronteras, en donde la migración será el punto más importante.
La historia, por si no es muy notorio, está ambientada en México.
Los actores que escogí para dar vida a estos personajes son:
Pee Wee – Pablo Cervantes
José Pablo Minor – Alejandro Bermúdez
Jorge Blanco – Renato Montenegro
José Daniel Cristancho – Alfredo Sainz
Gabriel Coronel – Julián Montero
Tema principal: Contigo (por Calibre 50) ( https://www.youtube.com/watch?v=uuE4kgYRrgI )