Del odio al amor (2)

Quito mi bata y la aventó a lo lejos, bajo los tirantes de mi bra sin llegar a quitarlo por completo y saco mis tetas las cuales comenzó a lamer, besar y dar una que otra pequeña mordida que encendían más mis ganas de estar con él.

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Todo el día me pase dándole vueltas a la idea de acostarme con mi vecino madurito, si bien en el pasado tuve algunas cuantas aventuras con otro hombre maduro este me parecía sumamente arrogante, tal vez era eso, su excesiva confianza, su repentino deseo que hizo que cada vez que pensaba en él se humedeciera mi entrepierna.

Llego la hora de irme a casa, ya sabía cuál era mi decisión respecto al ostentoso regalo y claro a la idea de acostarme con el destinario de dicho objeto. Una vez que llegue a mi departamento lo primero que hice fue darme una larga y deliciosa ducha, depilar mis piernas y recortar el vello de mi pubis, que si bien no era mucho si estaba algo desaliñado, humectar cada rincón de mi cuerpo con una crema deliciosa con olor a coco, ponerme el controvertido regalo, un juego de lencería negro de encaje y una pequeña bata que apenas llegaba por debajo de mis nalgas.

Arregle un poco mi cabello, apenas un poco de rímel, delineador  y labial rojo. Exquisita, eso pensé al mirarme en el espejo, tome una foto de mi boca en la cual se podía ver el comienzo de mi escote y se la mande a mi odioso vecino con el mensaje de: “Tienes 10 min. para llegar” no pasaron mi 5 cuando ya estaban tocando la puerta, inmediatamente fui a abrir y vaya sorpresa que me lleve, apenas gire la manija y él aventó la puerta, me tomo de la cintura y me cargo.

Aquí hare una pausa para describir a mi vecino, como bien lo dije antes es un hombre de 40 años pero vaya hombre que mide aproximadamente 1.85, cuerpo muy bien trabajado, que después me entere lo mantiene con horas en el gimnasio, alberca y tenis (este último deporte es uno de mis favoritos y que suelo practicar), es un hombre varonil, con un leve parecido al actor Julio Bracho, pero con más masa muscular y algo que nunca olvidare es su olor, CK One.

En fin, me cargo e instintivamente lo abrace con mis piernas, me puso en el respaldo del sillón que estaba al lado de la entrada, desabrocho mi bata y se lanzo a besar mi cuello. Pasaba sus grandes manos sobre mis tetas  a veces bajaba una de ellas para meterla entre mis piernas. Por mi parte no hacía más que dejarme, curvar mi espalda para poner más a su alcance y claro acariciar su cabello, también besarlo y morder un poco de esos gruesos labios. Se separo un momento de mi, me veía con ojos de lujuria pero lo que más le gusto fueron mis accesorios, dijo que realmente se me veían divinos y que era lo único que llevaría puesto en toda la noche.

Quito mi bata y la aventó a lo lejos, bajo los tirantes de mi bra sin llegar a quitarlo por completo y saco mis tetas las cuales comenzó a lamer, besar y dar una que otra pequeña mordida que encendían más mis ganas de estar con él. Por supuesto que no me iba a quedar atrás, así que primero lo quite el cinturón para después sacar su camisa de los pantalones, desabrochaba botón por botón y entre cada botón metía mi dedo y rozaba su pecho con mí uña, tarde más de lo que debía pero eso parecía gustarle. Una vez que termine con los botones quite su camisa y la deje caer al piso, me lance a besar su cuello, recorrer su tan atractivo pecho varonil con mi lengua y claro prestarle un poco de atención a sus tetillas, después de eso jalo mi cabello hacía atrás y me beso con una locura que lo único que alcance a hacer fue tomarlo de la nuca y mantenerlo cerca de mí.

Una vez que nos separamos de aquel intenso beso, tomamos aire y sin más le dije que por favor me la metiera, sus ojos brillaban, desabrocho su pantalón y lo jalo con todo y bóxers, se los saco y los empujo a lado, ahí estaba por primera vez a mi vista esa hermosa verga; siempre veo hermosas a las vergas, tal vez sea por el gran amor que les tengo jajajaja en la punta se notaba el brillo por el líquido pre seminal, lo tome con la punta de mi dedo y lo probé, un poquito salado. Tan sólo hizo a un lado mi pequeño calzón y me la metió de un solo golpe. Pese a que estaba más que mojada, si iba a lanzar un grito de placer pero mi vecino me beso nuevamente para mantenerme callada.

Con su boca pegada a la mía, con su verga en mi interior se quedo unos momentos quieto para después sacarla toda, pasar la punta de arriba abajo y hacer que le pidiera nuevamente que me la metiera, le clave mis uñas en la espalda y le dije que me la metiera, el seguía recorriendo y de momento metía tan sólo la punta hasta que en el momento menos esperado nuevamente la dejo ir de un solo golpe, estaba realmente en la gloria, succionaba mis tetas y así me agarro nuevamente de la cadera y comenzó el mete saca más delicioso de mucho tiempo, nos veíamos a los ojos, no había más que pasión en ellos.

De vez en cuando el miraba hacia abajo, veía como entraba y salía su verga y regresaba a mi mirada, me dijo que era un putita muy rica, cosa que me calentó más, apreté mis entrepierna y llegue a mi primer orgasmo. Evidentemente lo noto, entre las contracciones y estar mucho más mojada lo incitaba a seguir clavándome, sin mucho tardar me la saco y me dijo que me pusiera de espaldas sobre el respaldo, ni lenta ni perezosa lo hice. Separe justo lo necesario mis piernas, me dio unos azotes en el culo, separo mis nalgas y como la primera vez me la dejo ir entera de un solo golpe, claro está en mi vagina. Así me tuvo un poco de tiempo, alternaba los azotes en mis nalgas, jalaba mi largo cabello, me echaba hacía atrás y besaba mi cuello y mi boca.

Él parecía que nunca iba a acabar, el ritmo era rápido y firme, empujaba unas cuantas veces, la sacaba por completo y nuevamente la metía, con una mano me tocaba alguna teta con la otra acariciaba mi clítoris. Estaba en la gloria, muy llena. En determinado momento me dijo que quería probar mi culo, sólo pude mover mi cabeza aceptando su petición. Ahí fue cuando bajo por completo mi calzón y se deshizo de el, comenzó a masajear mi ano con el dedo que tenía en mi clítoris que por lo mojado fue fácil de meter, metía sacaba al ritmo de su verga, no paso mucho para que me la metiera, obviamente sólo fue la punta, me dolió un poco, gemí y le pedí que fuera despacio, algo que hizo, metía un poco y acariciaba mi clítoris, un poco más y alternaba entre caricia y meter un dedo en mi vagina con lo cual me tenía como loca, al final fui yo quien eche para atrás mi culo y me la clave de un golpe, cosa que le encanto y con lo cual escuche un “ufff que apretadito esta” después de eso sólo se agarro de mis caderas y se movía como no pensé que pudiera hacerlo, no paso mucho de eso y me dijo que iba a eyacular, le dije que terminara adentro y sin más se desplomo en mi espalada, escuche un aaaah! Y sentí los chorros en mi culo.

Quedamos unos cuantos minutos ahí recostados en el sillón, tratando de llenar los pulmones de aire y normalizar la respiración.  Apenas había pasado una hora, le dije que fuéramos a mi habitación, ame abrazo por la espalda y así desnudo nos dirigimos a mi habitación, me giro y beso nuevamente esta vez era dulce, despacio y hasta podría decirse con amor. Me daba pequeños besos por toda la cara, cuello, pechos, bajo por mi vientre se hinco y al llegar hasta mi pubis, levanto una de mis piernas y la puso en su hombro, comenzó a pasar su lengua por mi entrepierna con su mano separo mis labios dejando al descubierto mi hinchado y sensible clítoris y lo besaba como ya lo venía haciendo, despacio.

Comenzó a meter su lengua en mi vagina y daba pequeños pellizcos a mi clítoris, no tarde mucho en sentir un pequeño orgasmo, con lo cual agarre su cabeza y la hundí más entre mis piernas. Él se incorporo un poco después y me aventó a la cama, separo mis piernas y nuevamente me la metió, esta vez lento, todo muy lento. Puso mis piernas en sus hombros y metía y sacaba, me tomaba de las caderas me levantaba un poco y me la metía más, me dijo que le encantaba ver mis tetas moviéndose y sobre todo mi cara de placer. Nuevamente no aguante mucho y llegue a un orgasmo, el se sorprendió por lo excesivamente mojada que estaba, me dijo que era la mejor mujer con la que estaba, comenzó a moverse rápidamente y sin más se salió para poder eyacular en mi pubis, aquella leche tan blanca, la tome con mis dedos y las esparcí, un poco más lo tome y lo probé el sabor era agridulce. Realmente me estaba gustando de sobremanera ese hombre, pero el cansancio se apodero un poco de mi y comencé a acurrucarme a su lado, por su parte también se le notaba un poco cansado, le invite a pasar la noche conmigo, me dijo que no podría. Que tenía una cita más tarde, obviamente me enoje y le mande al diablo corriéndolo. El trataba de explicarme que era de negocios, no le creí y lo corrí. Escuche como se vestía y cerraba la puerta, me quede tumbada en la cama pensando en el idiota ese, pero sin mayor importancia me quede dormida.

A la mañana siguiente desperté con el sonido del timbre, de mala gana salí de la cama tome mi bata que estaba en la sala me la puse y abrí la puerta. Era un mensajero con un enorme arreglo de rosas blancas, me sorprendí, pero no tarde mucho en imaginar el destinatario. Tome el arreglo, el mensajero se quedo alucinado con mi bata tan pequeña e intuía que no llevaba algo abajo, le dije que esperara que fuera por mi cartera para darle una propina y me dijo que no hacía falta, que con lo que veía era más que suficiente. Me sonroje y de manera picara le di un besito de pico en los labios, él se fue feliz y yo cerré la puerta. Inmediatamente me llego un mensaje….

Continuara