Del diario de Sofia 1: el inicio 1

Queridos amigos de Todorelatos estos son extractos del diario íntimo que llevo desde hace algunos años y que quería compartir con ustedes. Mi nombre es Sofía, y esta es la historia de cómo tuve que empezar a trabajar para ayudar a mi familia.

DEL DIARIO DE SOFIA I

El inicio 1

Queridos amigos de Todorelatos estos son extractos del diario íntimo que llevo desde hace algunos años y que quería compartir con ustedes. Mi nombre es Sofía, y esta es la historia de cómo tuve que empezar a trabajar para ayudar a mi familia.

Vivía con mi padre y mi abuelo. Mama y la abuela habían fallecido en un accidente hacia tres años y era mi padre quien mantenía la casa pues el abuelo se había retirado años atrás y su pensión no era muy holgada.

Un día mi padre llego antes de lo acostumbrado, con la noticia de que lo habían despedido, como parte de una reestructura de la empresa. La noticia fue terrible para todos y decidimos que los tres comenzaríamos a buscar trabajo, pues la pensión del abuelo no alcanzaría para mantenernos. Papa tenía un muy buen sueldo y estábamos acostumbrados a una vida tranquila

El tiempo pasaba y no había resultados, mientras se acercaba el verano y los primeros calores se hacían notar. Uno de esos días de mucho calor volvía a casa de lo de una amiga, iba vestida con una camiseta justísima de tirantes y sin corpiño y una mini pequeñita que también se ajustaba a mi cuerpo, marcando mi tanguita.

Esta bien, tengo que reconocerlo parecía una autentica puta. No debería asombrarme que los hombres al pasar me mirasen y me gritaran cosas o que los autos parasen a mi lado y me propusieran pagarme para llevarme a la cama.

Y eso fue lo que paso justo cuando estaba a unos metros de casa, pasaron unos muchachos en auto y se me acercaron; dijeron que preparaban la despedida de soltero de un amigo y preguntaron cuanto cobraba por atender a los siete chicos que irían a la fiesta. Les conteste que yo no hacia eso, que estaban confundidos. Mientras imaginaba siendo poseída por siete hombres, siete pollas penetrando todos mis agujeros, por separado y todos a la vez. Mi sexo se estaba mojando de solo pensarlo.

Pero mi respuesta los enfureció, me preguntaron a los gritos si me creía mucho para ellos y comenzaron a insultarme y gritarme las peores porquerías.

Mi abuelo fue una de las tantas personas que se asomaron a las ventanas a ver que pasaba.

Entre a casa y me pregunto que había pasado y se lo conté. Estaba tan aturdida por la situación que no le preste atención al hecho de que allí estaba mi padre con unos amigos que también escucharon todo. Los salude desde la puerta y seguí hacia mi dormitorio.

Allí me dirigía mientras ellos comentaban lo que había pasado. Pero me detuve detrás de la puerta de la sala para escuchar que decían pues uno de ellos hizo un comentario que me sorprendió.

De pronto Juan el más safado dijo:

_ de acuerdo con ustedes; esta ciudad ha bajado de nivel y la juventud ya no tiene limites y todo eso que dicen ustedes, pero los muchachos tienen razón tu hija con esas botas y vestida así, de verdad parece una puta. Y la verdad yo también pagaría por estar con ella.

_ si, y se ve que lo que le dijeron no le desagrado, vieron que tenia los pezones duritos__dijo otro

_si le reventaban la camiseta__ volvió a acotar Juan

Tenían razón tan cachonda me había puesto al imaginar siendo penetrada por varios hombres, que mis pezones se habían vuelto de piedra y mi camiseta no podía disimularlo.

_ la han visto ir al gimnasio con esos shorcitos que le marcan el conejito__ dijo el mas joven

Estaba sorprendida por la soltura con la que hablaban de mí, la hija de uno de sus mejores amigos al cual tenían frente a ellos. Continuaron con la conversación durante un par de horas, hablando sin timideces de lo buena que estaba y de lo que me harían si tuviesen la oportunidad de meterse en mi cama. Siguieron insistiendo hasta convencer a papá y al abuelo de que hablaban en serio cuando decían que pagarían por mí y ofrecieron una buena cantidad de dinero que sorprendió a papá y al abuelo, parecía una subasta cada uno ofrecía mas que el anterior hasta que acordaron una cifra.

Papa y el abuelo descartaron desde el principio toda posibilidad de que me prostituyera pero después de discutir un rato decidieron que lo mejor era que yo decidiera.

Nuestros ahorros se esfumaban y nos ofrecían una buena cantidad de dinero que nos permitiría vivir tranquilos un tiempo. Además solo eran cuatro, los conocíamos y eran de confianza, no seria como prostituirse en la calle, todo quedaría entre nosotros y seria por una sola vez.

Corrí hasta mi dormitorio cuando papá y el abuelo se levantaron de sus asientos decididos a hablarme.

Entraron a mi dormitorio y me encontraron sentada frente a la computadora como si hiciera horas que trabajaba en ella. Me contaron sobre la conversación con sus amigos. Gire con la silla dándole la espalda a la computadora para quedar frente a ellos aparentando estar sorprendida por lo que me decían. La cara del abuelo me indico que desde donde estaban podía ver mi entrepierna, mi pollerita era demasiado cortita, si fuese una buena chica, tendría que haber cruzado mis piernas pero decidí no hacerlo como agradecimiento y provocación para el hombre que me había desvirgado y que tanto placer me daba.

Sabía que mi abuelo lo agradecería pues tenia una enorme fascinación por el voyeurismo. Además era obvio que mi padre también lo había notado y era gracioso verlo disimular

En realidad la decisión no era fácil hasta ahora había fantaseado con prostituirme pero esta vez debía decidir sobre una propuesta real. Cuatro hombres habían ofrecido pagar para gozar con mi cuerpo. A uno de ellos realmente lo deseaba, varias veces me había masturbado imaginando que era poseída por él, pero los otros no me interesaban, incluso uno de ellos me resultaba realmente desagradable. Pero hasta eso me producía mucho morbo, ser follada por hombres que ni si quiera me gustaban solo por dinero.

Mi conchita seguía mojándose, estaba excitada, tenia que calmarme y me ofrecían cuatro pollas que a demás de calmarme darían un respiro a la terrible situación que pasábamos.

La imagen de varios hombres pagando por penetrarme seguía repitiéndose en mi cabeza, no podía negar que me gustaba la idea de convertirme en una puta aunque fuera por un rato, no podía desperdiciar esa oportunidad.

Dije que si, que estaba dispuesta a hacerlo, que eso aliviaría nuestra situación y que no seria tan terrible solo seria una vez. Mi abuelo y mi padre me abrazaron, parecían sentir una mezcla de dolor y felicidad al mismo tiempo. A pesar de que sabían que esto podía ayudarnos evidentemente no les gustaba la idea de que me prostituyera. Aunque conociendo al abuelo podía imaginarme que compartía el morbo que yo sentía por la situación.

Seguro que encontraba una excusa para espiarme mientras atendía a mis clientes, como hacia cuando traía a mis novios y luego de verme follar con ellos, esperaba que se fueran y entraba a mi dormitorio para follarme hasta quedar rendidos.

Papa y el abuelo volvieron a la sala y al rato llego el primero, el arreglo era que le pagarían a papá antes de ir a mi habitación, así yo solo tendría que preocuparme por complacerlos.

El primero en llegar fue Juan, nunca me había caído bien y no me parecía atractivo en lo más mínimo, era desalineado y no me gustaba la forma lasciva como me miraba pero ya no había marcha atrás.

Entro, cerro la puerta y se abalanzo sobre mí, busco mi boca y sus manos atraparon mis nalgas directamente pues no le costo nada levantar mi pollerita. Tampoco le costo sacármela y luego siguió mi camiseta.

Chupo y manoseo mis tetas, sin fijarse sí me hacia daño. Un momento después me empujo hacia abajo con una mano mientras con la otra se desprendía el pantalón. Su polla se introdujo en mi boca mientras sostenía mi cabeza con ambas manos, sentía en mi boca el asqueroso sabor de su miembro, mientras en su cara se notaba el placer que sentía. De repente saco su aparato de mi boca me hizo incorporar y me arrojo sobre la cama, me quito la tanguita, la única prenda que me cubría y con sus manos tomo mis piernas y las separo, mi sexo quedo enteramente expuesto a su vista. Se acerco y de un solo golpe se introdujo en mi interior. Comenzó a meter y sacar su polla de mi sexo con brutalidad casi desesperado. Se aferraba a mis caderas y se introducía hasta el fondo hasta que sus testículos golpeaban mi entrada. Mientras su boca se apoderaba alternativamente de mis pezones.

Entre gemidos ahogados se derramo llenándome con su savia. Se detuvo un momento luego se levanto y acerco su polla a mi boca:

_ límpialo __** dijo

De costado sobre la cama tome su sexo y lo succione y lamí hasta dejarlo totalmente limpio. Ahora el sabor era mejor, semen y mis jugos dos sabores que conocía bien, y que siempre me habían gustado.

Se vistió y arrojo unos billetes en la cama:

_ por lo bien que te portastes putita __dijo

Decidí ponerme algo ligerito para recibir al siguiente, ya estaba asumiendo mi papel y me puse algo sexy para esperar al próximo macho que pagaba por follarme

Llego solo unos minutos después, mientras me quitaba el camisoncito semitransparente y las braguitas negras que hacían juego repetía una y otra vez que estaba mejor de lo que Juan había contado. No podía creer que estuvieran exponiéndome así frente a mi padre y el abuelo aunque este conocía bien todo mi cuerpo. Pero no me dio tiempo a detenerme en largos pensamientos, me guió hasta la cama y poniéndome a cuatro patas se bajo los pantalones y colocándose detrás de mí se hundió en mi coño.

_ mucho mejor de lo que dijo Juan __ repetía

Entraba y salía mientras sobaba mis nalgas sentía como se iba tensando, faltaba poco para que otro cerdo me entregara su lechada. Se iría seguramente a contar triunfalmente frente a mi familia como me había follado, intercambiaría su experiencia con Juan y junto a el les diría a los otros lo delicioso que era follarme

Pero su leche no lleno mi sexo, se detuvo un momento, salió de mi interior y separando mis nalgas comenzó a presionar mi esfínter

_ siempre me gusto tu colita _ dijo y manoseando mis nalgas las fue separando mientras se introducía en mi culo y poco a poco llego a meterla toda. Tomo mis pechos y comenzó a moverse con energía, pero no resistió mucho tiempo antes de correrce en mi culo. Siguió moviéndose hasta escupir la última gota mientras seguía manoseando mis tetas.

El tercero era el más veterano de los cuatro, pero me equivoque al pensar que este también seria muy rápido

Había pensado en la posibilidad de dejar la puerta entreabierta para que el abuelo pudiera espiarnos pero con mis anteriores clientes no había tenido oportunidad pues al entrar cerraban la puerta y se abalanzaban sobre mi pero este ultimo la había dejado totalmente abierta. No me costo darme cuenta que lo hacia a propósito era una forma mas de exhibirme así podrían escucharnos mientras fallábamos, luego iría como los demás a contarles a sus amigos como había disfrutado con la puta hija de su mejor amigo

Ya se había salido de control, si no tenían pudor de hablar frente a mi padre y mi abuelo, no tendrían problema de contárselo a todos sus amigos. Todos sabrían que la hija de Osvaldo Martínez era una hábil mamadora, que habría sus piernas para que la follasen por dinero y que hasta su culito se abría fácilmente a cambio del dinero suficiente

Se llamaba Antonio, era un año mayor que mi abuelo así que se convertiría en el hombre más viejo que me había follado

Entro en la habitación y comenzó a besarme mientras acariciaba todo mi cuerpo, así me llevo hasta la cama y sacándome el camisón me acostó y siguió besándome y acariciándome. Me estrujaba y mordía las tetas, bajo una de sus manos hasta mis nalgas sobandolas, recorriéndolas totalmente, puso sus dedos entre ellas y siguió el canal hasta mi sexo y comenzó a acariciarlo sobre mi tanga mientras su boca recorría mis tetas, el cuello y mi boca. Fue corriendo el tanga para liberar mi conchita. Siguió acariciándome hasta correr lo suficiente para introducir un dedo en mi sexo, metiendolo y sacándolo mientras su pulgar acariciaba mi clítoris. Comencé a gozar por primera vez en la noche, su boca seguía yendo de mi boca a mis pechos mientras otro dedo se metía en mi sexo.

Mis manos buscaron su polla, la encontré totalmente dura pronta para cumplir su tarea, comencé a acariciarlo para mantenerlo así. Ahora tenia tres dedos en mi interior, el primer orgasmo de la noche fue incontenible. Se levanto sonriendo como si disfrutara viéndome gozar

_ ahora te toca hacerme gozar a mí __ dijo tomándose la polla con una mano y mirándome directo a los ojos.

Era obvio lo que quería, me arrodille frente a el y tome su polla la lamí desde la base hasta la punta, la metí en mi boca, la volví a lamer y la trague nuevamente succionándola con frenesí.

Definitivamente me gustaba hacerlo, me gustaba ser una puta, ser penetrada por desconocidos y disfrutar haciéndolo.

Me detuvo, saco su polla de mi boca y se acostó en la cama, su miembro apuntando al techo parecía desproporcionado para lo bajo y delgado que era. Me monte sobre él y bajando de a poco fui metiendo su polla en mi interior hasta que sus testículos me indicaron el final del camino. Comencé a cabalgarlo, él me dejaba hacer mientras sobaba mis tetas.

Su placer era evidente y mi segundo orgasmo se aproximaba, mis gemidos iban creciendo mientras seguía subiendo y bajando sobre su polla. Goce otra vez, su corrida se aproximaba seguí cabalgándolo esperando que su leche me llenase, pero él tuvo otra idea, hizo que me acostase boca arriba, coloco su miembro entre mis pechos y se masturbo con ellos hasta derramarse en una corrida abundante y espesa que cubrió mi cara y mis tetas. Se sentó en el borde de la cama y me pidió que se la volviera a chupar, así que me hinque frente a el y limpie con mi lengua los restos de semen de su polla, la metí en mi boca la chupe y lamí y lamí sus bolas.

Pronto estuvo a punto nuevamente, me puso en cuatro patas y me tomo por detrás mientras con una mano acariciaba mi sexo. Un nuevo orgasmo me derrumbo sobre la cama pero él siguió bombeando mi culo hasta derramarse por segunda vez.

Sentada en la cama lo vi vestirse y salir de la habitación, mientras su semen seguía escurriendo desde mi cara y mis tetas, llegando hasta mi vientre.

Silbidos y aplausos se escucharon desde la sala y un murmullo que no llegaba a entender. Lo imagine contando su hazaña y a los otros celebrándolo.

Me di cuenta que no podía atender a mí ultimo cliente en ese estado, así que decidí darme una ducha rápida. No podía demorar, mi cliente más importante me esperaba.

Salí del dormitorio y me sobresalte, ahí estaba mi padre pronto para entrar. Quería saber como me encontraba, si lo podía tolerar y quería seguir. Estaba nervioso por lo que había demorado con Antonio.

Y ahí estaba yo, totalmente desnuda con semen desde mi cara hasta mi vientre frente a mi padre. Su sorpresa fue tan grande como su erección que rebelaba bajo sus pantalones un miembro de proporciones tentadoras.

Me tape con las manos por un segundo pero entendí que era tonto hacerlo pues ya me había visto toda y el semen que corría por mi cuerpo era imposible disimularlo, sin contar todo lo que habría escuchado de sus amigos. Parecía hipnotizado no podía sacar sus ojos de mi cuerpo.

Quite las manos de mis pechos y mi sexo, mientras le explicaba que iba a tomar una ducha, que estaba bien y solo había demorado pues Antonio tenia una resistencia y una técnica increíbles.

Mientras me bañaba se me ocurrió que la forma en la que le había hablado y el tono de perra en celo en que lo había hecho no eran los indicados para hablarle a un padre. Aunque quisiera hacer con él las cosas que había hecho con sus amigos y que el abuelo me hacia cada día hacia dos años. Seguro que se fue pensando que a su hijita le estaba gustando eso de ser puta. Pero claro que no podía culparlo, pues si pensaba eso tenía razón.

Ya me preguntaba porque no seguir con esto, papá y el abuelo podían conseguir mas clientes y yo en mi dormitorio me encargaría del resto. Sexo todos los días, con varios hombres cada día, la idea me estaba poniendo cachonda. De golpe recordé la cara de papa viendo mis pechos cubiertos de semen y luego aun parado en la puerta del dormitorio mirándome el culo mientras entraba al baño y su erección tratando de reventar sus pantalones. Tal vez lograr que su polla penetrara mi cuerpo no era imposible.

Una de mis manos recorrió mi vientre hasta mi sexo y metí dos dedos en él, mientras con la otra mano acariciaba mis pechos y pellizcaba mis pezones. Un orgasmo breve pero intenso me devolvió a la realidad. Termine de sacarme el jabón, me seque y me envolví en la toalla y así volví a la habitación pensando en que ponerme para recibir a Mauricio, mi cliente más importante, él mas joven de los cuatro, al que deseaba hacia tiempo.

Apenas entre lo vi, ya estaba en mi dormitorio sentado en la cama.

_ los muchachos me pidieron que no cierre la puerta, así pueden escuchar cuando te corres __ dijo sonriendo.

No le conteste, solo entre dejando la puerta abierta. Ya no esperaba que el abuelo viniera a espiarnos, estaría muy entretenido con una enorme erección escuchando a sus amigos contar como me habían follado.

Me acerque a el, de un tirón me quito la toalla, quede totalmente expuesta ante él, estuvo varios segundos admirando mi cuerpo desnudo. Sus manos sobaron mis tetas y luego mis nalgas, sus besos recorrieron mi vientre y se dirigieron hacia mi sexo. Se coloco entre mis piernas y comenzó a lamerme y acariciarme. Uno de sus dedos se introdujo en mi cuevita y luego otro. Sus dedos hurgaban mi conchita y su lengua recorría mi vulva deteniéndose en mi botoncito, un violento orgasmo hizo que las piernas me fallaran, el se incorporo dejándome caer de rodillas. Cuando me recupere de ese delicioso orgasmo y abrí los ojos una enorme bestia estaba frente a mí. Su polla liberada de sus pantalones apuntaba directo a mi boca, era enorme incluso más grande que la del abuelo. La tome entre mis labios y la introduje lo mas que pude hasta el fondo de mi garganta y aun así casi la mitad permanecía afuera. Comencé a lamerlo con ansias, lo recorría con mi boca, lo retiraba y acariciaba su glande con mi lengua para volver a introducir en mi boca ese maravilloso miembro que tanto había deseado y que por fin tenía a entera disposición. Mis labios trataban de recorrerlo por completo, mi lengua recorría el tronco, besaba sus testículos volvía a meterlo en mi boca y lamerlo. Lo sentí tensarse, el final se acercaba, seguí chupando lista para recibir su néctar. Su corrida fue abundante, trate de tragarla toda pero era imposible y una parte se escapo entre mis labios y cayo hasta mis tetas. Seguí lamiendo hasta sentir la última gota en mi garganta.

Sostuvo mi cabeza sobre su polla y me follo la boca, pronto sentí como volvía a crecer. Me hizo acostar y poco a poco se introdujo en mí.

Las paredes de mi sexo parecían rasgarse por la intromisión del miembro más grande que me había atravesado. Por fin lo recibí por completo gracias a que estaba totalmente lubricada por la calentura que tenia y por el trabajo de mis anteriores clientes. Comenzó a moverse primero lentamente para ir tomando fuerza en cada embestida. Sentía como las paredes de mi vagina se relajaban cuando se retiraba y volvían a tensarse cuando entraba nuevamente. Su ritmo era frenético, mis gemidos ya debían escucharse desde la sala donde mi papá y el abuelo esperaban junto a sus amigos. Mi orgasmo fue seguido por una catarata que se derramaba en mi interior. Se salió y acerco su polla a mi boca, las últimas gotas de su leche cayeron sobre mis mejillas. Limpie su polla totalmente y cuando me iba a retirar él lo impidió. Otra vez me izo continuar chupando hasta que estuvo a punto. Entonces me volteo y lentamente fue penetrando mi culo, me aferré a las sabanas y mordí mis labios pero no pude contener mis gemidos por el dolor que sentía. Fue como perder la virginidad de mi culo por segunda vez. No se detuvo y me penetro por completo. Comenzó a moverse aferrándose a mis caderas, poco a poco el dolor cedió, mi culito se fue adaptando al tamaño de su invasor y pude disfrutar una fantástica enculada. Me hizo gozar con su polla penetrando una y otra vez en mi culo y luego se retiro y volvió a meter su polla en mi boca, le dedique una atenta mamada quería sentir nuevamente su leche en mi garganta. Pero antes de lograrlo saco su polla y se masturbo hasta derramarse en mis tetas. Solo pude disfrutar del sabor de sus últimas gotas y del semen que cubría su polla.

Entonces se vistió y salio de la habitación con una sonrisa de completa satisfacción.

Continuara........

Queridos lectores: agradeceré todos los comentarios y sugerencias que quieran hacerme, si bien ya tengo escritos varios capítulos, me gustaría saber sobre las situaciones en que ustedes quisieran ver a la protagonista de la historia.