Deje que me penetrara el perro de mis vecinos

Esta es mi pequeña historia.

RELATO ESCRITO POR LOLITOZOO

Esta historia es algo corta, pero es lo que me sucedió y quería contarla.

Esto me ocurrió a mis 15 años. Era un día de verano y estaba atardeciendo, yo estaba solo en casa porque mi familia había salido a visitar a familiares en una ciudad algo alejada. Mis vecinos tampoco estaban, habían salido también y nos habían pedido que cuidáramos su casa, tarea que mis padres dejaron a mi.

Mis vecinos tenían 2 perros, un pastor alemán macho y un perro coker café hembra. La perra coker estaba en celo por lo que la tenían encerrada en el baño de la casa. El perro pastor alemán era muy grande como para cruzarse con la perra, pero mis vecinos encerraban a la perra igual, por si las dudas.

Yo estaba en mi casa viendo televisión, cuando empece a pensar en sexo. Pensando, recordé que la perra coker estaba en celo. Algunas ideas cruzaron mi cabeza -¿Y si lo hago con la perra?-. Ya con mi pene completamente erecto pensando. Cogí las llaves de la casa de mi vecino, salí al patio y salte el muro, al otro lado me recibió el perro pastor alemán moviendo la cola. Le acaricie la cabeza y me dirigí a la puerta de la casa, metí la llave y abrí.

Me dirigí al baño, y la perra al escucharme comenzó a gemir y rasguñar la puerta. Le abrí la puerta y apareció ella saltando de alegría, agradeciéndome haberle devuelto su libertad. Me agache y comencé a acariciarla, asta que ella se hecho en el suelo de espaldas para que le acariciara el estomago. Allí pude verle su vaginita, era chiquitita y palpitante, estaba muy roja. Le puse un dedo en la vagina, pero sin metérselo y se sentía calientito y resbaloso. Me arrodille en el suelo y me baje un poco los pantalones liberando mi pene mientras seguía tocándole la vagina. Y como había visto en películas, me dio ganas de chuparle la vagina. Acerque mi boca y la bese, tenia un gusto extraño pero no desagradable. Luego me metí toda su vagina en mi boca y le metí un poco la lengua.

La perra termino excitandose, porque se levanto y comenzó a tratar de agarrarse de alguna mano mía como si ella fuera macho. Yo ya no resistí y agarre a la perra de la cintura, lo que pareció calmarla. Tome mi pene y apunte a su vagina que se veía notoriamente entre las piernas de la perra. Puse la punta de mi pene en su entrada y empuje. Fue allí que me di cuenta que la vagina era demasiado chica como para mi pene. No entraba por mas que intente y empuje. Poniendo toda mi fuerza intente meterla pero solo conseguí que la perra lanzara un grito de dolor, pero aunque le dolía ella seguía allí quieta esperando que yo la ensartara. Pero no pude hacerlo, era demasiado chica la vagina. Al final termine masturbándome y llenando de semen el trasero de la perra. Pero ella parecía haber quedado con ganas, empezó de nuevo a saltar y a tratar de agarrarse de mis pies o manos imitando a un perro macho. Yo la tome de la cintura de nuevo, y le metí un dedo en la vagina. Se lo metí lo mas profundo que pude, sintiendo como entraba mi dedo volví a excitarme, deseaba tanto meter mi pene allí. Era tan resbaloso y calientito. Empece a meterle y sacarle el dedo super rápido, ella lo disfrutaba mucho, levantaba la cola y se quedaba allí sumisa.

Luego me masturbe otra vez, y cuando estaba por correrme, tome de la cintura a la perra y poniendo mi pene en la entrada de su vagina, se la llene de leche. Luego le metí un dedo haciendo que mi semen le llegara bien adentro.

Luego la encerré de nuevo en el baño y me fui. Al salir al patio me recibió el perro pastor alemán, apoyo sus patas delanteras sobre mi, haciendo que yo perdiera un poco el equilibrio y se quedo mirándome. Luego se bajo y me oloroso la mano. Yo lo deje que la olorosara sin saber que eso iba a excitar al perro. Este de pronto comenzó a saltar, se agarraba de mi y movía las caderas. Yo lo comencé a echar, pero a la vez aun estaba excitado, un poco por la frustración de no haber podido penetrar a la perra. No se que me llevo a hacerlo, pero me arrodille en el suelo y me puse en 4 patas. Solo para ver que pasaba.

El perro se aferro de mis caderas y comenzó a mover las de el. Sentir ese abrazo y ese pene duro rozando mi pantalón y golpeando mis nalgas me excito. Fue algo extraño, porque lo mas lógico habría sido sentir rechazo o asco, de sentir el pene del perro. En ese momento no se me paso por la cabeza que eso era algo homosexual, solo me sentía excitado. Se me paso por la cabeza dejar que el perro me penetrara, para ver que se sentía. Tiritando me baje el pantalón, y sentí el aire helado de la noche acariciando mi trasero. El perro me monto y casi al mismo instante sentí el pene del perro acariciando mi nalga izquierda. Era caliente y resbaloso, cuando me tocaba me dejaba mojado y con la brisa fresca de la noche se sentía rico.

El perro me tomaba de la cintura y intentaba penetrarme, como no podía se bajaba y después me montaba de nuevo. Mi pene colgaba entre mis piernas muy duro, fue en un momento en que el perro se bajo de mi, cuando sentí que el perro me lamía los testículos y el pene, eso fue delicioso, pero luego empezó a lamerme el ano, eso fue fabuloso, sentí cosquillas en todo el cuerpo, fue como un orgasmo. Primero me lo lamió suavemente y luego comenzó a lamer como desesperado. La lengua como que me habría un poco el ano. En ese momento desee que me penetrara. Cuando el perro me monto de nuevo, lo tome de las patas delanteras y lo jale, para que me afirmara de mas arriba. Y empece a mover mi trasero buscando su pene, asta que lo encontré, quedo justo apuntando hacia mi ano, sentí la punta del pene comenzando a abrir de apoco mi ano. Eso también era delicioso, pero el perro al sentir que empezaba a meter su pene, me afirmo con fuerza, y empujo.

Fue tremendamente doloroso, el pene creció de un golpe, y el perro empujo con mucha fuerza metiéndome el pene entero y muy rápido, además que ahora pensándolo, no tenia yo ningún tipo de lubricación en el ano. El perro me alcanzo a penetrar 3 veces solamente y yo me lance al suelo del dolor, después me pare como pude y me fui a mi casa asustado.

Cuando pude pensar mejor me sentí avergonzado… nunca mas lo hice. Asta un día en que los vecinos nos regalaron una perra coker. Con la que intente muchas veces coger pero no pude, solo la dejaba lamerme el pene, y también la dejaba lamerme el ano, lo que me gusta mucho. Pero no hice nada mas.

Ahora pensando, creo que fue mejor haber sentido dolor cuando el perro me metió el pene, porque si lo hubiera dejado montarme mas rato, quizás que habría pasado ya que el pene del perro era demasiado grande. Un día pude verlo completamente erecto, cuando trajeron una perra pastor alemán para cruzarse con el.

Bueno, y esa es mi historia..