Dejándole creer a mi vecino que me había estrenado

Y mientras me amenazaba, permití que me magreara el culo, sintiendo como los dedos de esa mano hurgaba entre mis glúteos, dedos que tuvo la habilidad de dilatar mi orificio, eso o con las ganas que me había dejado mi novia.

Dejándole creer a mi vecino que me había estrenado

Comenzar... la verdad es que no sabría el cómo, pero sí que diría a raíz de una de mis relaciones, era joven y alocado, ese tiempo en que conoces a una chica y piensas que es el amor de tu vida. Chica a la cual, al mes de salir con ella, tras los primeros besos y caricias prohibidas, me da por pedirle algo más y ella pudorosa acepta.

Aquella primera petición no era otra que me la pajeara, cosa que inocentemente por su parte, hacía con miedo e ignorancia, pero que unos videos, le dieron cierta tarde por acabar por metérsela en la boca. Y ese fue el comienzo, pues no hubo día en que no folláramos, ya sea en algún aseo de algún local, como en el parque o incluso en las escaleras de su bloque.

Cuyas posturas eran normalmente al estilo amazona, como era obvias, pues al estar yo sentado... ella debía de estar arriba, unas veces de frente y otras dándome la espalda... uuummm!!. Posturas que al poco le dio por probar de pie, mientras ella me daba la espalda, y una de esas veces que la pones a mil, fingí torpeza al penetrarle su culito... uuuffff!!.

Pero tras introducir mi glande y quise dar marcha atrás, ella misma fue quien me detuvo y comenzábamos a hacerlo, disfrutando ambos pues me dio por hacerle un dedo. Y todas y cada una de las veces que lo hacíamos en las escaleras de su bloque, lo hacíamos con el miedo en el cuerpo, experiencias locas y llena de tabú, pues estábamos a expensa de ser descubiertos y cogidos. Como llego a pasar y no una o dos veces, cortándome todo el rollo y poniéndola a ella mucha más cachonda, tanto que, por ese tiempo, le dio por llegar ella hasta por venirse de dos a tres veces mientras yo ninguna.

Y fue uno de esas noches, cuando tras dejarla más que satisfecha a mi novia en su cama, cuando me toco regresar a mi casa, miras el reloj y vez que son casi las dos de la mañana. Novia que me decía cuando me marchaba...

  • “Otra vez te marchas a dos velas, mañana te la chupo vale, pero hoy me has dejado desecha, te lo prometo cielo”.

Un beso de despedida y me marchaba de su casa hacia la mía, y allí dentro de su cama, dejaba a esa chiquilla de metro sesenta de altura, chiquilla delgada de vientre plano y de buen culo. Cuyo tamaño de pecho me ponía ‘burraco’, pues tendría una ochenta y cinco, tamaño lo justo para poder coger con una mano. Y me marcho con la satisfacción, de saber que he sido el primero en estrenar cualquier de sus tres orificios, siendo el precursor de su inicio... uuummm!!.

Y llegas a mi bloque, deteniéndome a un portal del mío, no pudiendo más de las ganas de orinar que me han entrado, dándome por detenerme y mirar de un lado hacia el otro. Colocándome junto a una papelera, sacándome mi miembro del interior de mi pantalón y comenzar a orinar, y suelto ese sonido de satisfacción cuando no puedes más. Y es ese momento cuando una voz de tono grave, me descoloca al decirme...

  • “Te habrás quedado tranquilo y satisfecho... eeehhh!!”.

Y avergonzado le miro, temeroso por ignorar quien coño es, pero para mí desgracia, descubrir que es el vecino del sexto, persona que mirándome. Me suelta...

  • “Bueno y al final que ha sido, una meada o una paja”.

Y ese momento se te queda, no solo por el tamaño de mi miembro al sacarlo del interior de mi pantalón, pues debido a la erección la dificultad era notaria. Sino por haber perdido esta erección en apenas unos segundos, quedándose morcillona, y es cuando piensas que esa escena en otro sitio ni me hubiera importado. Vecino que, al verse ignorado, le da por acercarse por detrás, posar una de sus manos e mis nalgas, y volverme a preguntar...

  • “Sabes que te estoy hablando, es una falta de educación no responder, y más aún cuando es un adulto”.

Dice y continua con un tono amenazante, soltándome...

  • “Voy a tener que decírselo no solo a tus padres, sino a la comunidad de quien es la persona que orina en la fachada y echa sus corridas, y que tomen nota en el asunto”.

Y mientras me amenazaba, permití que me magreara el culo, sintiendo como los dedos de esa mano hurgaba entre mis glúteos, dedos que tuvo la habilidad de dilatar mi orificio, eso o con las ganas que me había dejado mi novia. Pero menos oposición puse, cuando este de un tirón me bajo los pantalones y calzoncillos, me arrinconó contra la pared y comenzar a besar mi cuello... uuummm!!.

Sentí su glande restregarse entre mis nalgas, y callado deje que mi vecino me arrinconará contra la pared, mientras sentía su boca en mi cuello y su otra mano en mis tetillas... uuummm!!. Me mostré permisivo, cuando dejé que me penetrara allí mismo, mientras me masturbaba... ooohhh!!. Corriéndonos ambos al mismo tiempo pasado unos minutos, luego con prisa él se marchó, mientras me vestí como pude, y actué como si nada de eso hubiera pasado.

Luego en casa en vez de ducharme y meterme en la cama, simplemente me puse el pijama y me acosté, soñando no con la experiencia con mi novia en las escaleras, sino con esa follada de mi vecino en la calle, cuyo recuerdo aun mantengo dentro de mi orificio... uuummm!!. Y el resto de la semana con mi novia, transcurrió tan normal, comportándome como todo un heterosexual, cuya chica llega a venirse como mínimo dos veces... uuuffff!!. Dejándose follar como yo deseo e incluso me la come, disfrutando según ella de poderse tragar mi corrida. Pero lo cierto, es que me marcho de su casa muy caliente, pues en mi mente esta la experiencia con mi vecino... uuummm!!. Experiencia que solo recordarla y se me ponen los pezones duros, mis labios secos y mi miembro morcillón... uuuffff!!.

Pero, no lo llegue a ver al menos en dos semanas, acabando por encontrármelo la pasada madrugada, cuando regresaba de haber cumplido con mi novia. Y recuerdo que, tras abrir el portal, encontré un letrero en el ascensor, donde se podía leer... ‘Estropeado, disculpad’, y toca subir por las escaleras. Y es cuando me lo cruce en las escaleras, no me lo esperaba la verdad, no es hora de que estuviera él, no quise ni mirarlo y esté se me encaró, volviendo a echarme en cara mi falta de respeto hacia mis mayores.

Hombre corpulento la verdad, no muy delgado, pero aun así se le aprecia fuerte, persona de cincuenta y muchos años, cabellos negros y piel curtida. Hombre que, ante mi falta de respeto, acabo por agarrarme de mi suéter y lanzarme hacia el hueco de las escaleras, asustado porque realmente no me lo esperaba, intento luchar. Viéndome como esté poco a poco me va arrinconando contra la pared, ríe como tomándoselo como un juego, e intenta besarme, cosa que rehuyó sus labios, acabando estos en mi cuello y notar, como no los rechazo... uuummm!!.

Y en nuestra supuesta lucha, percibo que esté esta excitado, no tanto como yo, pues vengo de haber follado y haberme corrido dos veces, y en un par de zarandeo por su parte, acaba por sacarme el suéter por la cabeza. Y en mi afán de recuperar mi prenda, siento con gran placer, como su boca se entretiene entre mi cuello y mi pecho... ooohhh!!. Eso por no mentar como una mano magrea mis nalgas y sus dedos dedea mi orificio, mientras la otra intenta bajarme el pantalón... ooohhh!!. Y darle por preguntarme...

  • “No te excita follar dentro de su propio bloque, como lo haces cada noche en el de tú novia”.

Escuchar aquello y dejarme petrificado, pensando que como coño sabe él donde lo hago cada noche, llegando a pensar que si me sigue y me espía. Y cuando menos me lo espero, entre zarandeo y empujones, acaba por agacharse y tirar de mis pantalones y calzoncillos hacia mis pies. Acto que al mismo tiempo se introduce mi morcillón pene en su boca, comenzando a chupármela y a darme gran placer... ooohhh!!. Y mientras se lo permito, pues no es para menos, me veo como el muy cabrón me ha desvestido, dejándome desnudo totalmente... uuummm!!.

Y mientras chupa y traga mi miembro, siento como sus dedos me perforan mi orificio, como no estando contento con uno dentro de mí, continua con dos y finalmente tres... aaahhh!!. Sacándolos y levantarse, haciéndome arrodillar e introducirme su polla en mi boca, vástago que me costó no por el grosor, sino por las maneras... uuummm!!.

Comenzó a gemir de una forma alarmante, suponiendo que sería por el placer que sentía, sacándomela de su boca de malas maneras y hacerme levantar. Haciéndome darme la vuelta y apoyarme contra la pared, escuchar escupir y comenzar a penetrarme allí mismo, follándome mientras besaba mi cuello, y pellizcaba mis pezones. Y decirme al oído...

  • “Tienes razón, es muy excitante hacerlo en un lugar público, sabes hacía tiempo que deseaba hacerlo en un lugar público, como aquí mismo dentro del propio bloque”.

Dice y me suelta...

  • “Te imaginas que ahora sale algún vecino, o e incluso tu padre, ni me imagino tú cara al verlos, ¡pero sería la ostia... eeehhh!!”.

Y entre espasmo, siento su verga hincharse y los síntomas inequívocos de su pronta corrida, cosa que ocurrió, corriéndose dentro de mí... aaahhh!!. Sacándola a los pocos minutos y darle por vestirse, acabando por ayudarme luego a mí, mientras sonriente me daba una palmada en las nalgas. Diciéndome...

  • “Vaya zorra que estas echa, como se nota que te gusta una polla, ¡seguro que llegas a casa y ni te lavas con tal de sentirla bien dentro... eeehhh!!”.

Y como la anterior vez, tras marcharnos cada uno a su planta, continuamos como si nada de eso hubiera pasado, pero en esta ocasión, me marche a casa con el sabor de su polla en mi boca y en mi culo. Y desde ese día, cuando nos cruzamos por las escaleras, nos lanzamos unas miradas cómplices, eso por no mentar los deseos de hacer locura. Dándole por preguntarle en más de una ocasión...

  • “¿Quieres que te penetre?”.

Y sin llegar a contestarle, decirme...

  • “Ven, date vuelta, agáchate y ponte en cuatro, vamos a probar como follas últimamente con tú novia”.

Y mientras me está follando, entre suspiros y jadeos, le da por decirme...

  • “Dime... ¿De verdad el otro día, era la primera vez que te cogen?”.

Y entre suspiros, soltarle... ‘si, ¡si... mmm!!’, y esté volver a decirme...

  • “Pues nadie lo hubiera imaginado, menudo culito más tragón que tienes”.

Y recuerdo que uno de nuestras últimas veces, mientras me está embistiendo contra la pared, como tanto le gusta, le da por decirme...

  • “Nunca te has preguntado, como sé... dónde te follas a tú novia y como lo haces”.

Y le da por sincerarse... ‘pues mira, te lo voy a decir... vale, pues da la coincidencia que yo voy al piso de una amiga que vive en ese mismo bloque, y para más coincidencia voy a lo mismo que vas tú...  a follar’. Dice y entre penetración y penetración, vuelve a contar... ‘pero sinceramente, tú novia está más buena que mi amiga, aunque esta tiene mas chicha, pero para culito el tuyo, eso sí que me pone’. Dice y siento como se corre en mi interior, mientras no deja de ensalzarme como la putita sumisa que me he convertido para él, y pellizcando uno de mis glúteos con fuerza. Llegando a sugerirme compartirme con un amigo suyo, pues desea verme ensartado, y finalizar por sugerirme llevar una de las braguitas de mi novia... uuummm!!.

Y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos, y sabiendo de sobra que peco sobre todo del gerundio. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.

No me tengo que excusar porque amo el sexo como el que más, considerándome un adicto, disfrutando en toda su plenitud y disfruto mi vida con pasión. No importándome a veces la apariencia de libertinaje que doy, pero disfrutando aún más al poder compartirlo con todos vosotros como manera de desahogo.

Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ Gmail . com (obviamente todo junto).