Dejamos el bar (8)
Podríamos considerarlo como una orgía, estuvimos varias parejas y amigos disfrutando y experimentando.
DEJAMOS EL BAR (8)
El artículo DESPUÉS DEL SHOW (7), que antes enviamos para su publicación, corresponde después de éste, pero está bien. Al escribirlo nos emocionamos tanto que lo dejamos ir, pero espero lo hayan disfrutado y espero que éste, los anteriores y los que siguen también les gusten y me los comenten.
El bar-restaurante en donde nos habíamos reunido para cenar y celebrar el éxito de nuestras actuaciones en la clausura del congreso de la compañía de cosméticos y además como despedida de éste grupito de 8 calenturientos amigos, tenía que cerrar.
Nos arreglamos la ropa lo que se podía, nosotras todavía tendríamos que lucir los vestidos, no traíamos otros. Salimos del bar y subimos al Pent-house del hotelito, que afortunadamente estaba vacío y no iba a importar el ruido que fuéramos a hacer. Subimos en bola, en el lugar Gloria nos acomodó en los lugares que ella había escogido.
Todos los meseros que iban a desaparecer nos sirvieron algo de beber. Los de la televisora nos siguieron hasta el Pent-house y querían entrevistarnos a cada una de las chicas. Paul dirigió la entrevista, le preguntaron a Madelaine algo, Paul mismo les contestó para evitar distinguieran que solo francés hablaba. La chulearon y le pidieron posara para que saliera en la tv al día siguiente. Ella se contoneó, estiró el muslo que más dejaba ver y Gloria la reclinó para acentuar la vista de sus senos, para acentuar esos pezoncitos tan hermosos, que le filmaron. Siguieron con Chris, que se hizo acompañar de Gloria, entre las dos cumplieron con la entrevista, posaron y la bárbara de Gloria abrazó a Chris debajo de sus pechos impulsándolos más hacia arriba para que se vieran más sus hermosísimos pezones, que los camarógrafos no pasaron por alto y tuvieron que repetir la toma varias veces para encontrar el ángulo que permitiera la toma en que sus pechos más sobresalían se movían de un lado para el otro. A mí también me entrevistaron, les encantó mi vestido y mi pequeño pecho que enseñaba con discreción, pero bien marcado. Me pidieron enseñara un poco las piernas, así que me abrí la falda, que era corta y pudieron darse un atracón de mi vientre y mi pubis cubierto con mis pantis. Querían que se los repitiera, los distraje y en eso volví a enseñar, esta vez, todos mis calzoncitos. Nuevamente, querían una tercera repetición ya no se las di, a pesar de que me lo pidieron hasta los ayudantes de los camarógrafos y el operador de la unidad. Los dejé bien calientes.
Nos sentamos ya relajados, las entrevistas fueron también un espectáculo que gozaron nuestros señores, pero comenzamos a hablar seriamente. Mañana en la noche saldría el vuelo de Paul, y en la tarde el de Madelaine y Pierre más tarde. Chris y Ashley se quedaban, cómo hacerle para que nos volviéramos a ver y tuviéramos los mismos sentimientos.
Paul dijo que él quería nos fuéramos con él a Montreal, a vivir y tener negocios allá. Pierre dijo que andaba buscando a algún asistente que pudiera llevar los negocios de su oficina en Quebec. Así como otra persona que trabajara con Madelaine.
“¿Por qué no vienen conmigo y conocen Montreal, algún día van a decidirse venir a vivir acá?” Preguntó Paul. Nos volteamos a ver, incrédulas las dos y dejamos pasar el asunto, no creíamos que fuera seria la intensión.
Pero Horacio y él platicaron aparte, Horacio nos platicó que era en serio el que quería nos fuéramos las dos juntas con él, aunque fuera solo por unos días.
“¿Qué opinan?” nos preguntó Horacio.
Aunque no lo creía, me puse a analizar que yo todavía tenía dos semanas de vacaciones y Gloria podría arreglar con su amiga, que la siguiera substituyendo por algún tiempo más. Pero no se lo dije a Paul.
Yo no decía nada, pero me preocupaba porque teníamos el compromiso de Greg con el que habíamos planeado vernos una semana después del congreso, en la misma ciudad. Era coincidiendo con mi ciclo de fertilidad, como era el acuerdo. Las fechas estaban bien planeadas, pero si nos tardábamos en Montreal el programa no se iba a llevar a cabo. También estaba la presencia de Gloria que seguro Horacio se podría encargar de ella, yo ya sabía que él lo haría gustoso.
“¡Viéndolo bien, sería a todo dar, pero te dejaríamos solo!” dijo Gloria.
“Mejor dime, ¿tú qué opinas? Yo te adoro y sería, como siempre, una aventura más.” Le dijo Horacio.
“Si quieres, con todo gusto te dejo ir y ayudo con tus gastos, lo mismo que con los de Silvia.” Confirmó Horacio.
Por un rato nos quedamos en silencio, incrédulas, pero como teníamos muchas cosas preparadas proseguimos, a los de la televisión ya los habían corrido, el hotel ya estaba cerrado.
Lo primero fue ofrecer nuevas bebidas a cada uno. Gloria se puso de pie, fue a traer la charolita de cacahuates. Al pasar hacia la mesita los reflectores hicieron su labor.
¡QUE PRECIOSIDAD DE MUJER! Expresaron todos, se le veía toditito, hasta sus pantis se le transparentaban, veíamos a una mujer totalmente desnuda.
Se movió lentamente, todos los ojos puestos en ella, comiéndosela de cómo se veía. Nos enamoramos de ella.
Madelaine nos ofreció rellenarnos nuestras copas y también al ir al bar tuvo que pasar frente a las luces. La vimos y todos estuvimos de acuerdo:
¡DESPAMPANANTE CHICA! Dijeron, nadie se la había imaginado así de bonita, también a ella se la comerían.
Después de un rato mandamos a Chris a que nos trajera nuevos tragos. Ella feliz fue por los tragos y pasó por las luces, en donde, provocativamente, se detuvo un tiempo en el que ella sabía que la veíamos todos. Personalmente me pareció una hermosura de mujer ejecutiva, no me cabía en la cabeza imaginármela a la vez, como una gerente.
¡EXQUISITA, QUE LINDA! Dijeron nuevamente todos. Ashley, que nos estaba acompañando se paró y fue a su lado y algo le dijo al oído. Ella se había mantenido con los shorts que se había adaptado en el bar. Después de un rato ella fue y recortó más las piernas del short, ya le quedaba encajado entre las nalgas y llegaba a enseñar algo de sus pantis blancos, pero más muslo, que tiene unos muy bonitos, ese era su objetivo.
Yo quedé al último, pero gocé más. Fui por bebidas, como acordado, me detuve por un muy buen rato frente a la jardinera con las luces. Los dejé que me gozaran y me desearan lo más posible. Claro, todos me miraban y hacían comentarios, pero el más bonito fue el de Pierre que dijo
“¡PARECE QUE NO TRAE ROPA INTERIOR, ASÍ ES COMO LA QUIERO!” Mi vestido se volvía totalmente transparente, así como los pantis que escogí. Chris estuvo de acuerdo en que parecía que ni siquiera los pantis se me veían.
“¡Es para que no me los tenga que quitar y luego los olvide!” Las tres entendieron el mensaje y rieron.
“¡Pero si alguno me desea follar de todas maneras me los tendré que quitar!”
Les pedí a las tres chicas se acercarán a mí, a estar frente a la luz. Formamos un ramillete exquisito, un manjar de cuatro verdaderas preciosidades.
“¡Tenemos que hacer algo con Ashley!” dijo Gloria.
“¿Porqué no solo le quitamos su shortcito y que quede en sus pantis, de blusa le acomodamos su blusa?” dijo Chris.
“¡No, yo le presto mi vestido, que nos deje verla vestida-desvestida y, de todas maneras, enseguida vamos a estar todas desnudas!” dijo Madelaine.
“¡En todo caso, mejor que use uno de nuestros vestidos, nuestras tallas casi se le están! ¿A ver, tu talla y lo estrecho le van a quedar mejor, qué opinas?” me preguntó Gloria.
Efectivamente, mi vestido le quedó maravillosamente bien. Madelaine la llevó del brazo, se quedaron dando vueltas, y posando, frente a las luces gozando de las expresiones de todos los señores. ¡Nosotras también estábamos emocionadas, se veía increíblemente preciosa!
Primero Paul se acercó a nosotras, Chris estaba en el extremo así que primero a ella le tocó que le bajaran el frente del vestido, Horacio se acercó y le terminó de bajar y quitar el vestido, le despegó las cintas de silicón y solo quedó en pantis.
Pierre ya había empezado a desvestir a Gloria, fácilmente, solo se lo tuvo que bajar y luego se dedicó a mí, yo ya estaba desvestida, me abrazó, pero aprovechó recordarme nuestro primer encuentro en que me quedé con su semen dentro de mi boca. ¡Que lindura y que bonito recuerdo!
“¿Te volverías a quedar con mi semen dentro de tu boca?” Me preguntó.
“¡CLARO, HA SIDO LO MÁS RICO Y QUE TRAJO CONSECUENCIAS MUY GRATAS Y FELICIDAD PARA USTEDES DOS!”
Horacio se había dedicado a desvestir a Madelaine lentamente, gozándola, sin dejar que nadie más se le uniera, ellos estaban ya un poco enamorados.
Quedamos las cuatro desnudas y los señores vestidos.
¡Todos gozábamos la imagen de Ashley! ¡Ella feliz, lo sabía! También a ella le tocaba desvestirse, así que entre los tres hombres se ofrecieron y la tuvieron en sus manos.
“¡FUERA ROPAS! ¡CHICAS, A DESVESTIR A LOS SEÑORES!” Dijo Chris
Desvestimos a los hombres dejándolos totalmente encuerados, todas gozábamos de verlos a nuestra disposición, hasta Ashley dijo que la gozaba.
“¡Llévate a Chris como nos llevaste a nosotras!” le dijo Gloria a Paul.
“Me hacen falta ustedes dos para encontrar mi inspiración, no sé por qué las necesito tanto.” Nos dijo Paul en secreto.
“Ahora está con Chris, se lo merece, ella te añora y nosotras te la preparamos, ¡métesela bien fuerte, es lo que ella quiere! ¡Tiene algo de miedo por tu tamaño, pero eso es lo que más desea, probar uno grandote! ¡Piensa en nosotras como si estuviéramos junto a ti, así como la vez que lo hicimos, lo vas a recordar toda tu vida!” Le dije
“¿Es estrecha?”
“Se me hace que es como nosotras dos, estrecha pero elástica y hasta le va a caber todo lo largo, como a nosotras.”
Se fueron a una habitación.
En la sala quedamos los demás, Chris, que iba hasta temblando de miedo, me dijo al salir, en voz baja, que estaba anegada en su cosita.
“¡Te tengo envidia, así me hubiera gustado estar el primer día!” dijo Gloria.
“¿Pero que no te gustó cómo te lubricamos, las dos te ensalivamos y te comimos a la vez? ¡Y te entró bien bonito, hasta los huevitos! Así me diste oportunidad de chupárselo y acariciarle todo su pene.”
“¡GLORIA, MADELAINE Y SILVIA, VÉNGAN, ¡POR FAVOR!” Nos llamó Chris.
Algo le ha de pasar, así que fuimos como estábamos, desnudas.
“¡Quiero que me acompañen y me vean como me la mete Paul, a él no le molesta que lo vean y estén ustedes presentes! Ya me lo había empezado a meter, pero tengo miedo de mí.”
“Vamos a ver, primero que nada, estas perfecta de lubricación. No te has familiarizado con él, acércatele, chúpaselo aquí, así, mira.” Y Gloria se ofreció para demostrarle cómo.
Madelaine veía y no se movía, pero estaba tan excitada que no se podía controlar.
“¡Aquí voy a cometer un abuso si no se decide inmediatamente Chris!” dijo Gloria, que yo sabía que sí era capaz, es muy golosa.
“¡Chúpale tú también, para que le quede bien lubricado y descanses de tu tensión!” le dije.
“Ahora sí, Paul aprovecha esta delicia, ¡métesela bien despacito, como a nosotras, más …. Más ….. síguele …. Síguele siiigueeeleee, despacitto.”
“¿Estas bien, la sientes rica?” le preguntó Gloria
“¡NO SÉ, NECESITO MUCHO MÁS! ¡SÍGUELE PAPITO PAUL, TE ADORO!”
Mientras tanto Paul seguía metiéndosela más y más, lentamente.
Nosotras tres como espectadoras, desesperadas por lo que Chris estuviera sintiendo.
“¿Podemos llamar a Ashley?” Preguntó Madelaine
“¡SÍ, POR FAVOR, COMO QUIERAN, PERO PRONTO QUE YO ESTOY POR ESTALLAR Y QUIERO MÁS, ME FALTA, …… TENGO ESPACIO, ….. ¡LO SIENTO!”
Llamamos a Ashley que entró corriendo, quería ver como se cogían a su amiga y ver que sentía.
Al ver a Ashley, Paul se la sacó a Chris totalmente y reinició el metérsela. Madelaine lo vio fuera, en todo su largo y se le abalanzó a chupárselo para que le entrara mejor. Gloria y yo solo las veíamos y nos dábamos cuenta de lo alocado que se vuelve uno cuando está en el estado de excitación. La misma Ashley, lesbiana, como ella presumía ser, estaba embelesada, no quitaba su vista del pene, como iba entrando ya casi todo, según apreciábamos por lo que aún se veía fuera.
Chris encogió las piernas, pero seguía haciendo contracciones y dando pequeños gritos, ya sabíamos que a Paul le gustaba ver que la mujer se estaba expresando al gemir o pedir más.
En eso “¡YA MERO LLEGA A SU FIN!” gritó Chris.
“¿Quieres que pare y hasta ahí lo dejo?” Preguntó Paul.
“¡No, necesito más, pero tengo miedo! ¿A las chicas se los pudiste meter más?”
“Es variable, unas más que las otras, pero ya casi la tienes toda dentro, ¿verdad Ashley?” preguntó Paul.
En verdad si estaba bastante dentro, nosotras le metíamos mano y le pedimos a Ashley que le sobara el clítoris. Ésta, como hambrienta, se le abalanzó buscando un camino, pero solo le quedó por debajo, el ano que se lo chupó y se lo beso.
“Espera un poquito, ahora que le llegue al fondo te harán un espacio y será tuya.” Le dijo Madelaine.
“¡Te va a dejar todo su semen adentro! ¿Lo quieres dentro?” Le preguntó Madelaine.
“¡SIIIIII, SI!” Fue su respuesta.
Mientras tanto nosotras tres nos dedicábamos a acariciarlos, Gloria a chuparle los huevos, se metía uno a la boca, lo ensalivaba, se lo sacaba y se metía el otro, excitando más a Paul. Yo la cuidaba que no se fuera a lastimar pero que recibiera todo lo que quería, mucho pene dentro.
Faltaba todavía algo, pero Chris sintió un orgasmo y perdió su razonamiento, entre el cabeceo y sus espasmos no estaba consciente de ese embate. Como casi se le veía todo adentro le di una palmadita a Paul, con esto pretendía avisarle que, hasta ahí, si él quería más, con cualquiera de nosotras podría satisfacerse, ella ya no estaba apta para decidir si le estaban llegando al fondo.
Paul se salió, ella quedó llena de sus secreciones y de nuestras salivas, así que muy satisfecha. Quedó boca arriba, excitándome tremendamente al ver ese pubis tan bonito, liso y brillante empapado por las secreciones, depilado. Paul se le quitó de encima, de la posición de misionero y nosotras nos dedicamos a limpiarlo y a sobarle su pene.
A Chris la apapachamos, Ashley se dedicó a eso. Le lamió sus labios lastimados y le metió dedos en su vagina, como controlando cómo había quedado.
A Paul cualquiera de nosotras lo podría terminar, estaba a medias, pero se me ocurrió que fuera con Ashley, que era la única que faltaba. Lo propuse sin preguntarle a Ashley y todas estuvieron de acuerdo que sí, que fuera ella.
Chris, que ya se había recuperado y despabilado le dio consejos.
Ashley no había dicho nada, le bajamos los calzones, la blusa a la que ya le faltaban los botones que yo le había arrancado involuntariamente y mi vestido, que aún traía a medias. Le ensalivamos su conchita y se la vimos entre todos, incluyendo a Paul, para evaluar si iba a aguantar le metiera Paul su miembro.
Una belleza de cuerpecito, con pechos pequeños pero muy bien desarrollados. Pompas paraditas y un vientre plano. Una escultura, para soñar cualquiera.
Acostamos ese cuerpecito finito boca arriba, le pusimos la mayor cantidad de saliva y Chris le metió en su vagina unos dedos ensalivados y hasta le untó algunas babitas de su secreción. Estaba muy preocupada de que se fuera a lastimar.
Como antes, Paul la preparó y le dijo que ella tenía que avisarle si se lo estaba metiendo muy fuerte o muy dentro, él pararía inmediatamente.
Primero que nada, Chris le recomendó que se familiarizara con el pene de Paul, que lo tentara, se lo besara y se lo metiera en la boca, ensalivándoselo, lo reconociera como su bebé que le iba a dar un placer muy grande.
Ashley le tomó el pene y lo acarició como a una de sus muñecas, lo besó por todos lados y luego se lo metió en la boca, lo más profundo hasta la garganta, se lo masturbó un poco y ya lista se dispuso. Parecía que estaba enamorada del pene que se le iba a meter, además demostraba que ya sabía cómo se debería de hacer.
Le ensalivamos perfectamente el pene a Paul y empezó lentamente a sobarle la entrada y las piernas. Chris le puso más saliva en sus labios y su cabeza, aún del enorme tamaño que tiene le entró fácilmente y se deslizó hacia su interior. Ashley también estaba muy lubricada, al fin chamaca joven.
Siguió deslizándose lentamente, Ashley hacía ruidos de pujidos y Chris la besaba preguntándole cada vez, si seguía aguantando, si continuaba. Así pasó un muy buen tiempo. Paul le preguntó si todavía estaba bien.
“¡TU SÍGUELE, ASÍ DE DESPACITO, ¡ME HACE SOÑAR EN ALGO QUE SOLO IMAGINÉ! ¡SÍGUELE, SÍGUELE POR MUCHO TIEMPO, ¡YO SE QUE AGUANTO MUCHO TIEMPO! ¡Y TE VIENES DENTRO DE MÍ, AHÍ ME LO DEJAS, ¡PORFIS!”
“¡Ya me llegaste al fondo, lo siento bien, como que me tientas con la mano!” dijo Ashley.
En realidad, ya había entrado bastante, pero en esas Ashley tuvo un orgasmo y comenzó a agitarse y dar tumbos, todavía con el pene de Paul dentro
“¡VENTE, PAULITO, VENTE COMO YO, QUE ….. RICO, QUE RICO ….. QUE LOCURA, CHRIS TU SABES LO QUE SE SIENTE, DILE A PAUL QUE MÁS Y MÁS ….! ¡QUE ME LO ECHE DENTRO, MAAASSS!”
Se quedó callada, ¡sucumbió a su clímax! Le faltaba aún un buen tramo, pero no lo pidió. Los dos se quedaron quietecitos, probablemente Ashley sentía las palpitaciones del pene de Paul.
Besó a Paul y le preguntó si aún le podía meter un poquito más.
“Si podría, pero parece que te llegué hasta tu máximo.” Le contestó
“¡Solo que cambies de posición ¡” Le sugirió Gloria
“¡A ver, me gusta la idea, dime como propones!” dijo Paul
“Tú montada en él, en su pene, y tú lo diriges como lo vayas sintiendo, ¿entiendes?” le propuso Gloria.
“A ver, puedes sentarte en el pene, dándole el frente a él, así él puede admirar tu pecho y jugar con él, pero se correría a la primera de cambios. La otra opción es irte sentando en el pene, poquito a poco, dejándolo que te vaya invadiendo tu interior. Lo dejas entrar hasta que sientas bonito, te sales y lo vuelves a intentar, esta vez ya más adentro y así, pero despacito y lo repites hasta que deveras veas que te llegó hasta adentro, no te vayas a lastimar.” Le enseñé y se decidió por la opción de darle la espalda. Yo tenía la esperanza de que Paul así fuera a alargar su llegada a su clímax. Tenía la esperanza de tener todavía un poquito de él, que se nos iba a ir al día siguiente.
Paul, por sus precauciones, aún no había podido venirse así que estaba listo para cualquiera de las tres que en ese momento aún no lo habían probado.
Ashley se acomodó y ya le ayudamos a que se lo acomodara y le entrara directo, al sentársele. Gloria se lo ensalivó, pero notamos que a Ashley le salía su secreción muy cremosa, como les pasa a las chiquillas. Se lo limpié, me recordó mi infancia, pero ¡qué suerte! Aún tenía restos de jovencita, a pesar de sus, aproximadamente 19 años.
Chris la tomó de la cintura, de sus huesos de la cadera y la ayudaba a que subiera su cuerpo, y la dejaba bajar lentamente, pero Ashley empezó a cabalgar, cada vez se le formaba una espuma en la entrada. Se dejó ir, se sentó, la primera vez, suavecito pero cada subida y bajada la hacía con mayor fuerza, dejando que el pene le entrara más, aunque su cuerpo se resistía. Subía y bajaba, pero el pene le quedaba a la misma altura, afuera.
“¡Cuídate, Ashley, no tan duro!” le gritaba Chris, pero no oía y, de repente, se colapsó, su orgasmo la venció y mis esperanzas de todavía disfrutar a Paul volvieron a crecer. Un buen tramo todavía le quedó fuera, sin entrar, Chris se la mantenía paradita y se la movía para ayudarle le entrara y que la sintiera, pero le quedó fuera todavía el largo de su mano abrazándole el pene, Ashley es una señorita aún en desarrollo y no había que arriesgarla a provocarle algún daño. Un rato después se separaron, Paul la felicitó y le dio un beso que ella contestó con mucha efusividad y agradecimiento por lo que la había ayudado a sentir.
Como las tres aún estábamos desnudas, Paul nos pidió nos recostáramos, una junto a la otra, a la misma altura. Inició metiéndomelo a mí, lubricación no me faltaba, con el estar viendo lo de Ashley me emocioné y estaba empapada, pero como estábamos a una altura baja él no iba a poder servirnos a la hora de las carreras.
Nos pidió nos pusiéramos de perrito, enseñándole los traseros y así volvió a empezar, pero esta vez con Madeleine con la que estuvo bombeando un tiempo y se le salió y siguió con Gloria con la que estuvo más tiempo y la llevó hasta su orgasmo. Volvió con Madelaine y se la bombeó hasta que ésta llegó también a su orgasmo. Siguió conmigo, yo ya estaba desesperándome, temiendo él fuera a tener su clímax con otra y yo me quedara fuera, sin él, pero no.
Me introdujo su pene suavecito, lo sentía que me acariciaba el interior de mi vagina, me rozaba ahí, en donde uno siente más, como choquecitos eléctricos, Chris estuvo muy pendiente y atestiguo que me lo había metido, de un solo bombazo, hasta el fondo y ahí lo retuvo bombeando a ratos. Cuando él sintió que llegaba a su punto más alto jaloneó a Gloria y la puso junto a mí.
Un bombazo … , otro más ….. , me lo sacó ….. y se lo metió a Gloria, …. dos bombazos suaves y ….. regresó conmigo, lo metió y lo sacó. Se lo volvió a meter a Gloria y en eso él se vino. A la mitad de su eyaculación lo sacó y me lo volvió a meter hasta el fondo. Ahí se lo retuve quedándome con la mayor parte de la eyaculación, caí de panza, él se quedó dentro y nos compensamos con ligeros movimientos.
¡YO SENTÍA LO INCREIBLE, UN SUPERORGASMO, ¡EL ROCE EN MI INTERIOR DE ESE MIEMBRO TAN RICO!
Llamó a Gloria, le pidió que se recostara junto a mí, me la sacó y se la volvió a meter hasta dentro, ya bien lubricada, aunque algo blandita que inmediatamente se repuso. La puso de perrita y le bombeó hasta alcanzar su satisfacción, no sé si volvió a eyacular, pero a Gloria le dio un placer muy grande, probablemente también ella llegó a sentir esas caricias dentro.
Ashley se quedó tirada en el sofá, fui con ella y con mucho cariño, le pregunté si le había gustado, y lo que más curiosidad para mí era saber si sus labios mostraban algún cambio, o que si su vagina la sentía lastimada o con cambios. Le tomó la mano a Gloria y se la llevó para que le acariciara el clítoris
“¡Méteme unos deditos, por favor, los necesito tantito!” Gloria se esmeró y le introdujo solo dos dedos, se los movía y jugueteaba en su vagina con eso se sintió satisfecha.
“¿Estas bien, te sientes bien?” Le preguntó Gloria. “Estas muy cayada, te ves pensativa.”
“¡Si estoy muy bien, me siento maravillosamente bien, solo que no me imaginaba todo esto, está bien, se siente uno diferente, solo sorprendida, que hermoso!”
Chris y Ashley nos dieron las gracias y nos pidieron que les enseñáramos de alguna manera cómo le hacíamos para que nos cupiera todo, para hacerlo que durara tanto y luego, como le hacíamos para succionárselo cuando lo teníamos hasta el fondo, como les contó Paul y confirmaron Horacio y Pierre. Según ellas los teníamos hipnotizados por nuestras acciones, al grado que Paul estaba decidido a arrancarnos de Horacio y llevarnos con él.