Déjame verte la polla.

Sabe limpiar un sable como nadie.

-Recomendable leer mis relatos anteriores-

Suena la alarma, son las 7:00h

Me estiro en la cama y noto una sensación muy desagradable. Es la resaca, es el vino de anoche ¡No!¿Qué hice anoche? ¡Me follé a Carlos y a su amigo! (ni siquiera sé si me dijo el nombre de su amigo).

Necesito agua, ibuprofeno y una ducha; la cabeza me duele demasiado como para pensar con claridad.

Una vez limpio y tirado de nuevo en la cama con la toalla enrollada en la cintura, me pongo a pensar en lo que sucedió anoche, en Carlos y en su amigo. Me vienen las imágenes, los veo a ambos a mis pies chupando sin parar, turnándose mi rabo entre los dos, a su amigo a 4 sobre la cama, cómo me follé ese culo mientras Carlos le tapaba la boca con la polla, ¿me follé también a Carlos? No, no llegó a suceder. Me corrí en la boca de su amigo, si, eso lo recuerdo, Carlos y yo nos corrimos en su boca, lo teníamos arrodillado en el suelo y nos corrimos encima de él mientras cogía nuestra lefa con los dedos y se la llevaba a la boca. Menuda cerda, ni siquiera recuerdo bien su cara, todo está algo borroso. Sí recuerdo que al final de la noche Carlos y yo nos quedamos solos bromeando y tomando unas copas, él también había estado bebiendo antes de que yo llegara. Me confesó que tenía una fantasía que nunca había cumplido, que le mearan en la cara. Terminamos en la ducha, le eché un meo allí, con una mando sujetándome el rabo y con la otra sujetándole la cara para darle bien. Luego le cogí la cabeza y le metí la polla en la boca sin parar de mear. No había hecho eso antes, me moló la sensación. Cuando terminé de mearle, me hizo una mamada y me corrí de nuevo, tiré de su pelo hacia atrás, le dije que abriese bien la boca y sacase la lengua, se la llené.

¿Tengo algún remordimiento por lo que hice? ¿Me siento mal por Aleix? La verdad es que no. Nada. Me lo pasé genial y volvería a repetir, no me siento culpable, no siento nada.

El día anterior había terminado de colocar todas mis cosas, no tengo nada que hacer en casa. Mejor me voy a correr para dejar la resaca atrás y luego me hago una siesta, esta tarde se pasa Bruno por casa y tengo que recuperar fuerzas, quien sabe cómo puede terminar. Me pongo la ropa de deporte y me dirijo al retiro, recordando lo que Bruno me dijo sobre el sexo en el retiro. En época de aplicaciones, ¿sigue habiendo tíos que van a zonas públicas a ver si hay algo que pillar?¿para qué? se puede quedar directamente con un tío al que ya has visto previamente e ir directo al grano. No sé, supongo que también puede tener su morbo el mirar a un tío fijamente a los ojos y ver si te sigue sin haber tenido ninguna palabra antes con él. Joder, igual debería probarlo, preguntaré a Bruno si conoce alguna zona cerca, fijo que él lo sabe.

Tras un par de vueltas corriendo tranquilo en las que no he visto ningún movimiento extraño entre tíos, vuelvo a casa decepcionada. Son las 8 de la mañana, imagino que a estas horas a la gente no le da por ahí.

De vuelta a casa y tras ducharme de nuevo, me meto en la cama desnudo, apenas dormí anoche y me viene todo el bajón. Hora de descansar, aunque mi polla lleva ya un rato haciéndose notar, sabe que la fiesta en Madrid sólo acaba de empezar.

Cuando despierto ya es por la tarde. Alargo el brazo y miro el móvil, las 16:30h. Whatsapp de Bruno:

-Bruno: me paso por tu casa a las 20h, ok? Dame la dirección de nuevo que no la recuerdo.

Le contesto y decido prepararme algo para comer mientras veo una peli.

Ya casi son las 20h. No he hecho nada en toda la tarde, estar tirado en el sofá y rastrearme toda la ciudad con Grindr para ver lo que se oferta. Bruno ya está llegando, le he dicho que pille alguna botella para beber, yo ya he pedido la cena.

Al rato llaman al telefonillo, por fin llega.

Bruno me abraza nada más verme, siempre ha sido muy cariñoso conmigo. Nos sentamos a esperar la cena mientas abrimos la primera botella de vino. Nos seguimos poniendo al día, esta vez insistiendo en mi relación con Aleix más de lo normal. No tengo ningún problema de hablar de ello, todo va bien con Aleix en el fondo, le digo que el sexo podría mejorar, pero nada importante (sí, anoche estuve en la cama con dos tíos, pero bueno, no quiero hablarle del tema, me lo reservo sólo para mí).

Esta vez Bruno está más relajado, no hay bromas ni comentarios sexuales por su parte después de la escena del hostal. Me gusta que podamos estar tan bien aunque, en el fondo, confieso que quiero ver de nuevo a ese Bruno que me pide guerra. Esta vez, si insiste mucho, no sé cómo voy a reaccionar y eso me la pone muy dura. Trago de vino.

Empezamos a hablar de conocidos en común del pasado.

-Yo: ¿Te acuerdas de Fer? el amigo de Amanda, uno delgadillo y poquita cosa. Se ha puesto súper bueno, ahora es un heterazo que flipas.

-Bruno: ¿De veras? ¡Quiero verlo!

-Yo: Sí, te lo enseño por instagram que lo sigo.

Cojo el móvil y busco su perfil.

-Yo: Mira, mira

-Bruno: buah,¿seguro que es hetero?

Bruno empieza a pasar y comentar todas sus fotos.

-Bruno: menuda comida de polla tiene en esta foto.

Al rato, notificación en mi móvil. De la parte superior de la pantalla, baja un recuadro oscuro con una mancha naranja. Notificación de Grindr. Alguien me habla en ese momento.

-Bruno: haha, parece que a ti también te quieren comer la polla.

Me pongo nervioso, no sé qué decir. No pensaba contarle nada a Bruno, decirle que en mi primer día en Madrid ya le he puesto los cuernos a Aleix y que no me arrepiente, que tengo ganas de volver a hacerlo de hecho.

-Yo: Sí haha, estaba aburrido y tenía curiosidad por ver cómo está el ambiente por Madrid. Pero ni siquiera me he puesto foto de perfil ni nada.

-Bruno: sí sí, así se empieza y luego (señala mi cama) terminas follándote a uno en esa misma cama.

Ambos nos reímos y cambiamos el tema mientras las botellas de vino van bajando.

-Bruno: oye, he quedado ahora con unos amigos, ¿te vienes?

-Yo: sí, salgamos, me apetece mucho, pero espera que voy al baño.

Entro al baño, ya es la tercera o cuarta vez en la noche. Me desabrocho los pantalones, me saco el rabo y apunto, pff que bien sienta. En ese momento entra Bruno y se acerca a mí.

-Yo: (sin disimular la sonrisa) oye que estoy meando.

-Bruno: Déjame verte la polla. Hace tiempo que no veo una polla gorda.

Bruno se acerca más, me la mira y estira la mano. Me agarra la polla con su mano, aprieta un poco. Yo retiro mis manos y me dejo.

-Bruno: yo te la sujeto, tu mea tranquilo

Cuando termino de mear, mi polla está completamente dura, Bruno sigue sujetándola con su mano, no ha dejado de mirarla en todo el rato.

-Bruno: Ahora deja que te la limpie, como hacíamos antes.

Bruno se agacha, tiene la cara a la altura de mi polla. Abre la boca. Se mete la punta dentro poco a poco. Yo suspiro y él me mira a los ojos, nos miramos fijamente. Con su mano retira la piel de mi polla hacía atrás, dejando mi glande totalmente descubierto dentro de su boca. Lo recorre con la lengua haciendo círculos, me está limpiando la polla con la boca. Afloja un poco la piel y me aprieta el tronco con su mano para volver a retirar la piel hacía atrás, y volver a pasar su lengua por el glande. Sabe limpiar un sable como nadie. Cuando termina me mira de nuevo a los ojos y sonríe, yo estoy muy cerdo aunque no me haya movido en toda la escena.

-Bruno: Súbete los pantalones ¿o también quieres que lo haga yo eso? haha

Bruno sale del baño. Me subo los pantalones sin decir nada, no me salen las palabras.

Cuando salgo del baño detrás de él, Bruno me abraza de nuevo, me da un beso en la mejilla y me dice que está muy contento de que por fin esté en Madrid. Yo también, me siento como años atrás, dejando la monotonía de estos últimos años y volviendo a las noches de fiesta de antes.

-Bruno: Venga, vámonos ya y te presento a todos mis amigos. Además, tienes  que contarme toda la verdad.

-Yo: ¿Toda la verdad? ¿Qué verdad?

-Bruno: ¿Crees que no he reconocido tu foto de perfil en Grindr? Cuando estaba llegando a tu casa me he conectado para ver si ya te lo habías instalado, ¡sabía que lo harías! Y luego, por si quedaban dudas, las notificaciones en tu móvil. Que por cierto, menuda foto te pones, me he puesto cachondo de verte, necesitaba ver de nuevo lo que escondía el bañador de la foto.

Me enciendo aún más, Bruno quiere rabo. En mi cabeza, de nuevo, la escena del hostal, Bruno hace un rato mirando mi cama y hablando de follarme a alguien ahí, imagino el culo de Bruno frotándose en bulto. Salgamos de fiesta.

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