Deja de pensar en ella
Duda ante la puerta del placer. Sólo es cuestión de traspasarla, después no te vas a arrepentir.
-Deja de pensar en ella, si no te será imposible disfrutar de nuestro encuentro dijo Ángela.
- Lo siento de veras me disculpé consternado- creía que me iba a resultar más sencillo.
-Pero eras tú el que más deseabas que esto sucediese, ¿verdad?
Sí, han sido años y años de querer estar contigo, de desearte, de anhelar poseerte
¡Venga! me animó ella-, ya hemos hecho lo más difícil. Nos hemos decidido. Ahora estamos sobre la cama, desnudos; es cuestión de empezar Quizá si tú me dejas puede que yo consiga hacer que te decidas enteramente a gozar.
Nada más exclamar esas palabras mi cuñada elevó las sábanas para meter su cabeza e instantes después noté por la proximidad de su aliento que su boca se acercaba a mi verga. Jamás una mujer me la había chupado. Ni tan siquiera mi esposa, pero ahora su hermana mayor lo iba a hacer. Tras aquellos minutos de placer inusitado decidí que mi matrimonio no iba a ser una barrera para gozar con Ángela. Deseé decirle a mi maravillosa amante algo así si tu hermanita me la hubiese chupado alguna vez como lo haces tú, a lo mejor hoy yo no estaría aquí. Sin embargo preferí no decirlo porque podía dañar con ello la sensibilidad de la dulce Ángela.