Degradada en mi terreno
Una mujer casada que de dominante pasa a ser sometida llena de morbo y perversión, se adentra el relato en la los instintos más guarros de una madura insatisfecha. Constetar si se va a publicar o no gracias.
Degradada en mi terreno
No sabría por donde empezar a contar esta historia, porque nunca una recuerda las causas de sus perversiones sino su entrega ciega a ellas, porque es difícil no avergonzarse de lo que una obvió para dejarse caer en el placer, porque la vida no es muchas veces lo que debería ser a ojos de los demás, por eso lo ocultamos y fingimos ser lo que somos.
Descubrir que se es sumisa y que cuanto más abusan de una, más sube el placer y se siente más en su verdadera posesión, es fácil a una edad juvenil pero descubrirlo a los 40 años y con media vida planificada dentro de un matrimonio formal y estricto, no es lo más cómodo, por eso, acabo todo donde menos pensaba y lo que algunos considerarían degradante fue para mi encontrarme con la guarra que llevaba dentro.
Todo comenzó cuando contratamos mi marido y yo a una chica rumana, Alexandra, para limpiar la casa, yo era ama de casa pero una operación mía obligo a permitirnos ese lujo, en pocos meses me había mejorado pero el sueldo de mi marido permitió que ese capricho se mantuviera en el tiempo; era agradable que me despertara cada mañana a las diez con una chica de veinte años con la bandeja del desayuno y recibiera mis ordenes para tener la casa limpia para mi marido.
Por desgracia no tengo hijos, lo que hace que la vida en casa fuera muy apacible y sin demasiado trabajo, por lo que la chiquilla recién llegada de Rumania sin contactos aquí se sintiera vinculada a mí y a mis apetencias; pagaba ella mis frustraciones con ordenes absurdas que me servían para elevar mi ego, desde mandarla prepararme un baño caliente hasta masajearme los pies.
Una decisión tan importante que al principio no la valoramos fue meterla a dormir en casa, la habitación que debió ser para los hijos que la naturaleza no me permitía tener, la ofrecimos como parte de las ventajas de ficharla; los primeros meses no salía de casa, se encerraba en su habitación, delgada con pechos prominentes y sonrisa fraternal se escondía en su habitación fuera de las horas acordadas de trabajo.
Mi marido encantado con ella en casa, cada vez las miradas eran más arriesgadas y mis celos se incrementaban, por lo que cada vez iba más vestida a mi antojo para quitar su lado sexy y rebajar sus atributos físicos, pero no se pueden poner puertas al campo y su belleza se dejaba notar por toda la casa.
Opte por tener una charla, la dije que no quería en casa ninguna actitud sexual, que en su habitación lo que quisiera pero fuera nada, que esta era una casa decente; para intimidarla la registré sus pertenencias y encontré un consolador (ella roja me dijo que solo lo usaba en la habitación) y tangas minúsculos, para que aprendiera, como si fuera mi hija, se lo confisque.
Alexandra aceptó esa orden, iba su trabajo por medio y entendió que no tenía margen de maniobra ante mis arrebatos, que no llegaron a mi marido por vergüenza propia a lo que estaba haciendo. Después pensé que pagaba mi frustración con ella, amargarla era mi modo de satisfacer mis instintos de dominación. Haberla quitado sus pocas armas de erotismo podía significar controlarla y tenerla a mi disposición.
Ella cumplió mis ordenes pero supuso el salir de casa y de mis normas en su tiempo libre, por lo que tal actitud normal por su edad, pero que en mi situación, entendí como un envite, supuso que el tiempo que estábamos en horario de trabajo fuera más dura con ella; nunca puso una mala cara, sabía lo que había y se amoldó a la situación.
Mi marido tuvo que salir una semana a trabajar fuera y nos quedamos solas, la situación estaba normalizada, vamos obedecía sin rechistar mis ordenes absurdas y sibaritas, excepto un día que la mande arreglar el aire acondicionado , era verano ya y me asaba de calor, ella me dijo q no sabía pero que conocía a un rumano que hacía arreglos de ese tipo; ante la desesperación de que mi marido lo puede arreglar a la semana siguiente y asarme mientras de calor la dije q lo llamara inmediatamente.
El chaval llegó presto, no debía de tener muchos clientes pero era mi solución rápida y económica, cuando llegó a casa le llevó directamente a arreglar el problema, y cuando me acerque a inspeccionar vi ante mi todo un adonis, tatuado y fibrado, Adrian parecía joven aunque con escuela de calle, nada más verme bajo de la escalera y me saludó, atento y respetuoso conmigo me dejo prendada, en mi casa no había entrado un cuerpo asi nunca, eso unido al calor y a la ausencia de mi marido, no se como, sentí un calentón por mi cuerpo que desembocó en una humedad y picor inusuales en mí; rápidamente me dirigí a mi habitación, tocarme fue la primera reacción, pero no fue la única porque mi coñito requería un trato más duro para satisfacer el fuego q recorría mi cuerpo, y sin pensarlo eché mano del consolador que en su día la quité y que ahora me igualaría a ella pero no tenía otra solución, me desnude y me tiré en la cama abierta de piernas comencé a jugar como una novata con él, sensaciones nuevas que me estaban llevando al climax cuando abrió la puerta el chaval que había ya acabado y quería despedirse, me miró y vio una masturbación que me había anulado, ni le vi entrar y ponerse a mi lado, para ayudarme a excitar con sus dedos mi clítoris, para agarrar mis pezones, dejándome llevar como una colegiala en sus primero devaneos sexuales a un orgasmo placentero.
Lo único q me dijo es q cerrara los ojos y que disfrutara, lo hice, me deje llevar, fueron diez minutos de placer, para acabar anestesiada de placer en la cama.
Lo primero que escuché después, no fue la voz de mi conciencia haciéndose cargo de lo hecho sino de mi criada diciendo: deberías sacarte mi consolador de tus partes, no creía haberte autorizado a utilizarlo , blanca mi cara abrió los ojos como platos, desubicada presencie ante mi a la criada grabando con el móvil mi pose de puta barata. Ante ello me levanté dispuesta a darla un bofetón y quitarle el móvil, pero Adrian me agarró y me devolvió a la cama, y pidió explicaciones, de quien era el consolador? porque lo tenía? para asombrarse de la pérfida mujer que tenía ante él. Se sintió humillado por haber hecho eso a una compatriota, yo no podía contrarrestar todas las acusaciones de ella porque eran ciertas, ante ello se enfureció y se marchó al salón con ella.
Yo en la habitación me recompuse, pensé y me vestí, no sabía como encarar la situación y ante la vergüenza no reparé, ni siquiera en la grabación o fotos con su móvil, estaba perdida, pero me salió la vena autoritaria y salí dispuesta a poner orden y dar a mi criada el castigo adecuado. Entre en el salón y vi a Adrián sentado y ella mirando por la ventana, la dije que fuera a su habitación y me diera el movil, en eso Adrián se levantó y me dijo: crees que puedes darla una orden después de lo que has hecho con ella, la única q no se merece un respeto es usted, así q pídala perdón ahora mismo, ella se volvió pero no me salió hacerlo, así q el dijo: como no eres un tío q te pueda partir la cara tendré q ponerte en tu sitio de otra manera, el video en el q tenemos tu infidelidad podemos ponerlo en Internet o chantajear a tu marido, pero estoy seguro que tu sabrás evitar esa situación deshonrosa para usted; me flaqueaban las piernas, sentí que había perdido el control de todo pero además que me había bloqueado, no pude más q asentir él al verme derrotada, vió su oportunidad, quiero q traigas los tangas q la quitaste, ves y tráelos
De camino a la habitación no podía hacer más q obedecer, mi cabeza no asumía más, no podía más con tanta emoción y susto junto, así q pensé que si me dejaba llevar todo retornaría a un punto de tranquilidad; llegue con los tangas y se los dí a él, me miró y me dijo: así que no los podía llevar porque podía dar una mala imagen, pues vamos a comprobarlo, desnúdate y quédate con el tanga solo; desnudarme delante de ellos fue vergonzoso pese a ver estado asi hace unos minutos, ponerme esos tangas minúsculos no tanto, me sentía sensual, cuando acabé el vio mi falta d queja y entendió el mensaje estaba entando en la provocación.
Adrián sabía que tenía delante a una mujer en celo y libre por unos días, así que su cabeza fue un manantial de perversiones y yo tenía q hacerme a idea que mis negativas de nada servirían, por eso no dije nada cuando estableció que solo podría llevar esos tangas durante los próximos días, para demostrar que no era nada malo vamos que me tendría medio desnuda y pensé q podría con el castigo. Pero al poco se acercó y toco el tanga, noto la humedad de mi climax y sus palabras fueron, si te gusta como noto, significa q estás preparada; me agarró y me tiro al suelo, me escupió y me dijo, creía q me iba costar hacerte una puta pero a sido bueno saber que lo eras, yo he trabado de camarero en un puticlub y se como tratar a putas como tú.
Acto seguido , me veo agarrada del pelo por la Alexandra, me lleva donde dice el otro, llegamos a la cocina, recibo la orden de preparar unos copas, tanto tiempo sin hacer nada en ella desconocía donde estaban las copas y las botellas, ante lo que recibo un apretón en los pezones, que me lleva a un dolor importante que me inutiliza y me deja parada, ante lo cual soy forzada a ver como lo hace ella, mientras miro Adrián sigue torturando mis pezones, hasta q me agarra del pelo para llevármela salón, se sientas y beben, sus conversaciones en rumano no me dejan digerir lo que puedo llegar a padecer, pero verme con mi estatu en esa situación me horroriza a la par que me excita sobre manera estoy en sus manos, nada va a ser igual, pero eso os lo contaré después