Degradación y desefreno

Es sobre la calentura que me invadió durante un periodo de mi vida, después de abrirme al sexo desenfrenado instigada por mi amiga Mercedes

Sumisión, degradación y desefreno.

Casi siempre veía al negro los sábados, después de trabajar mediodía ya sabía que nos citabamos en casa de Mercedes donde pasaba por mí y me llevaba a algún motel donde teníamos la mayor parte del tiempo breves encuentros porque a él sólo le gustaba penetrarme por detrás además del sexo oral que le gustaba que yo le hiciera, a mi me seguía excitando mucho el trato que me daba, la vulgaridad con que se dirigía a mi, no entiendo bien porque yo que de hecho nunca había sido sumisa en este sentido pero me gustaba que él me dominara de esa forma, la forma en que me manoseaba y me miraba. En ocasiones solía acostarse en la cama y me pedía que me desnudase mientras él sacaba su pene y empezaba a masturbarse, yo lo hacia con gusto frente a él ya que la forma en que me miraba mientras lo hacía me ponía bien caliente, luego me pedía que le hiciera sexo oral y yo lo complacia porque a mi también me encantaba meterme en la boca su pene oscuro, recuerdo que lo podía hacer en la cama con él acostado o en algun sillón mientras él estaba sentado pero lo que a él más le gustaba para esos momentos era estar de pie mientras yo estaba hincada con su pene en mi boca, saboreandolo, disfrutando su textura, yo cerraba los ojos y sólo me dedicaba a disfrutar su hombría, abría un poco los ojos para mirar la zona de su ombligo llena de vello y su piel oscura, también miraba su cabeza hinchada cuando estaba a punto de explotar y en ese momento me gustaba mucho pasar mi lengua ahí porque se sentía muy suave, lo miraba desde abajo y me sentía completamente dominada, con su mirada pesada y a la vez de placer demostrando que tenía total control sobre mi, dirigiéndose a mi con las frases acostumbradas - "te gusta mi verga verdad putita, se ve que te encanta mamarmela" - era algo que siempre me ponía bien caliente y yo también le hablaba así en el mismo tono – "si papacito, me encanta tu vergota" – en ocasiones me sentía culpable porque los sábados a mediodía todavía hay mucha gente trabajando, gente que desde las 5 am ponía sus puestos en el mercado o los de las fábricas desde las 7, y yo ahí hincada disfrutando de un pene duro y caliente en mi boca, besándolo y acariciándolo con mi lengua, me hacia sentir tan puta, después me levantaba y sus ordenes eran casi siempre – "empínate!" – o – "dame esas nalguitas putita" – y yo tomando su pene y poniéndolo en mi trasero lo obedecía, me tomaba con fuerza por las caderas y aprentandome fuertemente como tenazas con sus manos empezaba a penetrarme, ya había comprado lubricante para no sentir tanto dolor pero a él no le gustaba mucho que lo usara pero lo llego a aceptar, y por lo general dejaba su descarga dentro de mi, mientras los dos jadeabamos y gemiamos de placer, eso duro varios meses.

Y los jueves veía al arquitecto, quien al contrario del negro creo que llego a quererme, siempre me tomaba con mucha pasión y me trataba muy bien, en ocasiones él me hizo cumplirle algunas fantasías, recuerdo que quería que fuera yo su alumna y después tener relaciones, esa vez use una minifalda blanca tableada, calcetas y un sueter como de escuela y me sente en el borde de la cama del motel donde estabamos y cruce las piernas subiendome la falda, después de darme una como clase se acercaba a mi desabrochandose el pantalón y yo metí su pene en mi boca, mmmmmhhh me encantaba porque lo tenía bien grueso y llenaba mi boca con él, después él se perdía besando y acariciando todo mi cuerpo, me gustaba que se hincará y fuera besando mis rodillas y subiendo por la parte interior de mis muslos hasta llegar a mi vello donde aspiraba profundamente como queriendo quedarse con mi olor y empezaba a besarme y usar su lengua entre mis labios, metía uno o dos dedos en mi ano mientras me comía y me hacia sentir placeres intensos, luego se pasaba a mis senos donde se concentraba un rato largo en mis pezones, todo delicioso aunque él no era nada guapo. Lo que me hacia sentir culpable después era cuando llegaba a la casa, con sus besos y su saliva por todo mi cuerpo y el sabor de su semen en mi boca y sus descargas en mi interior y mi mamá me decía cosas como "te ves cansada, ve a acostarte te llevo la cena a la cama" y me consentía y me preparaba algo, sin la mínima idea de que su niña acababa de tener una sesión intensa de sexo con un hombre casado, casi 30 años mayor que ella, preferiría decirle que no tenía hambre y que mejor sólo iba a dormir.

Con Armando tuve sexo en otras 3 ocasiones pero por alguna razón ya no me prendía tanto, él seguía siendo novio de Ivonne y aunque estaba bueno el tipo algo faltaba, además que se acordaba de buscarme cada mes o algo así, nos fuimos alejando. Con mi novio preferí cortar, esa relación ya no nos dejaba nada a ninguno de los dos.

Seguía llevándome bien con Mercedes, y ella intentaba hacerme ligar con más de sus amigos, en una ocasión me presento a un chofer de transporte público y también me llevo con un mecánico a su taller, pero estos tipos no me gustaron nada, habría sido demasiado relacionarme con ellos. Mercedes me contaba todos los chismes de ahí donde trabaje, Susana su amiga se acostaba con el jefe de calidad y con el hermano de Arturo, uno de los chavos de calidad, Mercedes había tenido relaciones con un supervisor, con Alberto el jefe de almacén y con uno de los guardias de la policía industrial, me contó que Lorena no la quería porque en una ocasión se emborracharon en la bodega y los del almacén le dieron "monterrey", o sea que todos tuvieron relaciones con ella, Alberto, Arturo, Benito, otro de ellos que no recuerdo su nombre, que uno tras otro la tuvieron y que Lorena culpaba a Mercedes porque ella la envolvió en aquella borrachera, Mercedes se reía como justificándose diciendo "yo qué? ella peda y esos cabrones calientes pues qué podía pasar?", me contaba que el chavo de mantenimiento le dejaba unos chupetones bien fuertes en los senos a la chica de intendencia, quien tenía unos 19 años y estaba muy gorda pero con senos grandes, a quien por cierto Benito (otro de los del almacén) se la llevo a un motel en una ocasión, todas sus historias eran de morbo y a veces sentía cierto asco porque esta chava de mantenimiento se veía que no se bañaba, entonces no sé como estos tipos no tenían asco en andar besándola o teniendo relaciones con ella. A mi me contaba esas cosas y estoy segura que a ellos también les contaba de mi, ella me contaba de Benito que tenía un pene grande y que yo le gustaba, pero a mi no me atraía porque era excesivamente vulgar, estaba flaco, aunque era blanco tenía como acné y se dejaba unos bigotes todo ralo, tenía siempre su melena y usaba pantalones bien ajustados, no se veía bien, me decía de Arturo que me quería para novia, no estaba tan mal pero era muy delgado para mis gustos, aunque eso si con los músculos bien marcados pero no, no para mí, igual de Alberto, quien era moreno y él estaba bien, con muy buen cuerpo y guapo, varonil, medio déspota y engreído pero si me gustaba, en alguna ocasión lo soñé desnudo mirándome, deseándome, pero desperté antes que nada pasará, le conté a Mercedes que lo había soñado y me decía que cuando quisiera él me hacía mis sueños realidad. Era una fábrica que tenía muchos años y varias personas como Mercedes igual llevaban mucho tiempo ahí, por lo mismo no había políticas o lineamientos en cuanto a las relaciones que se establecían entre los empleados, ahí parecía que la línea era todos contra todos.

En aquel entonces empecé a chatear seguido y tenía cybersex con varios hombres, me prendía la idea de conocer tipos de argentina, chile, españa y de aquí de México que me enviaban fotos a veces de sus penes y a veces normales, mi hermana contrató internet en la casa y yo me pasaba en ocasiones noches enteras teniendo encuentros en el cyber espacio, me ponían caliente pero no me masturbaba, prefería mantener las ansías para mis encuentros con el arquitecto o con Sepúlveda. Un viernes en la noche estuve fantaseando con un argentino que me envió fotos de su pene y dijo desearme mucho, que le provocaba erecciones mis fotos donde enseñaba mis piernas, a él le gustaba fantasear con que era yo la mucama como dicen ellos y él mi patrón, me mandó una foto donde estaba viniéndose y me puso a mil mirar su pene bien erecto y su semen esparcido por el teclado, me puso bien caliente y aguarde para mi encuentro el sábado con el negro, sentía unas ganas de hacérselo oral muy grandes.

Ese sábado llegue a casa de Mercedes y como era costumbre ahí me cambié, me puse un short de mezclilla y una playera apretada sin bra debajo, se marcaban mis pezones y eso le gustaba al negro. Estuvimos esperando como más de una hora pero el negro no llegaba, yo le dije a Mercedes que estaba bien caliente y me dijo que sí quería fuéramos a buscar a Alberto, que iban a trabajar hasta las 5 pm ese día, pero me advirtió que Alberto era medio salvaje, le gustaba hacerlo muy fuerte y por lo general dejaba adoloridas a todas, la idea me gustó y le dije que si, así que fuimos a la fábrica donde encontramos a Alberto, Arturo y Benito, a Arturo lo salude de beso y a Benito nada más de lejos, note que miraban mis senos, Arturo me dijo - "ay Carinita linda, cuando voy a poder disfrutar de tu cuerpecito, mira que traserito más bonito" – como andaba de buenas y algo caliente me puse coqueta y sonriéndo le dije –"en tus sueños solamente, estas no van a ser para ti"- Benito se rió y dijo - "pues con la manuela, jaja" – les sonreí y fui a ver a Alberto que estaba en su escritorio y siempre bien serio me miró de arriba a abajo, yo le sonreí preguntándole como estaba diciéndole - "¿cómo estás Alberto? ¿bien guapo verdad? lástima que seas casado porque estás bien papacito" – apenas medio sonrió mientras yo miraba entre sus piernas gruesas, él lo noto y me miraba nada más a los ojos, salí de su oficina y retorne la mirada y me gustó que estaba fijamente mirando mi trasero, el short que llevaba era muy corto y apenas me tapaba abajo de mis nalgas y me quedaba bien apretado, yo le sonreí otra vez y fui con Mercedes, que me dijo que fuera a la bodega que estaba como a una calle de ahí y que ahorita me mandaba a Alberto, yo me despedí de Arturo y Benito y cuando me iba Arturo alcanzó a pasarme la mano ligeramente por el trasero, le sonreí y le dije una de las frases acostumbradas de Mercedes – "para eso son pero hay que pedirlas" – pensé mientras iba a la bodega que me estaba volviendo tan vulgar como ellos. En la bodega había una oficinita toda descuidada, ahí estuve esperando un ratito hasta que escuche unos pasos y se abría la puerta y ahí estaba él, Alberto, con su misma actitud de perdona vidas y mirándome fijamente, me acerque a él y lo bese en la boca pero él ni se inmuto, sólo me tomo por la cintura con fuerza y fue directo a besar mis senos, mmmmhhh tan delicioso sentirme entre sus brazos bien fuertes, me quite la playera y los pudo besar directamente, me mordía un poco fuerte pero era muy rico sentirlo, me apretó contra la pared y estuvo chupandome los pezones un rato largo, yo le hablaba en el tono que había aprendido con el negro - "...así papacito...así...no te detengas papito" – se separo un poco y se bajo los pantalones del pants que llegaba, dejando su pene al aire, grande y bien erecto, curveado, mi boca me cosquilleaba de ganas y sin decirle nada lo miré a los ojos y empecé a hincarme, estaba tan caliente por las fantasías del cybersex de la noche anterior y por estar con Alberto que no espere a hacerlo como acostumbraba, despacio primero llenandolo de saliva sino que lo metí todo en mi boca y lo chupe rápidamente, metiendolo hasta mi garganta, en ocasiones poniéndolo de lado presionando contra mis mejillas por dentro, me encantaba sentirlo así, él sólo respiraba profundamente pero no parecía perder el control, me puso de pie y me dijo que me quitase el short, yo tenía ganas de mamarsela otro rato pero lo obedecí, quede desnuda completamente frente a él y me levanto por la cintura y me puso sobre un escritorio, abrí mis piernas y él las sostuvo mientras se colocaba entre ellas y llevo su erección entre mis labios, yo me recargue sobre mis brazos para no estar completamente acostada y poder mirar como entraba en mi ese pene esplendido, estaba yo bien mojada ya que empezo a penetrarme si ningun problema aunque si me lastimaba un poco porque lo tenía bien ancho también, ahhh sentirlo entrar en mi fue lo máximo en ese momento, bien caliente y empezó a meterlo y sacarlo rápidamente, Mercedes tenía razón era una bestia el tipo, golpeaba con fuerza contra mi cuerpo cada que lo hacía metiendomela toda cada vez, aunque me lastimaba yo estaba a mil sintiéndolo y mirandolo salir y desaparecer entre mi vello, ahh riquisimo, aquel impetú de su penetración no duro mucho porque los dos estabamos por venirnos, me deje caer sobre el escritorio y cerre los ojos mientras sentí que empezaba a venirme cuando él empezo a eyacular gimiéndo casi gritando, y perdió el impulso, no me preocupe porque por consejo de Mercedes ya había ido a que me colocarán el DIU así que me dedique a disfrutarlo, se quedo ahí quieto por un momento recuperando el aliento, se salió rápidamente de mi y empezó a subirse el pantalón, yo estaba un poco desilusionada y le dije que qué pasaba, si no le había gustado, me dijo que si pero que regresaba en un momento porque esos gueyes (Arturo y Benito) nada más se hacían pendejos cuando él no estaba, nada más le dije que ahí lo iba a esperar, me recoste sobre la alfombra para recuperarme un poco también y me puse la playera porque empecé a sentir un poco de frío, pensando solamente en el momento en que regresará Alberto y lo que quería hacer, si me había dejado un poco adolorida y pensé que quería sentir esa fuerza de semental penetrarme por detrás, tenía mi lubricante en la bolsa así que empecé a aplicarmelo.

Pasados unos 15 minutos escuche pasos y risas entrar en la bodega, abrieron la puerta y era Benito, Arturo, Alberto y Mercedes y yo ahí semidesnuda, y Benito dijo – "dice Alberto que le ayudemos porque no puede" – se rieron todos menos Alberto que respondió – "callate pendejo! fue idea de la Meche" – Mercedes sólo dijo – "déjate Carinita, no me decías hace rato que tenías un chingo de ganas de coger y coger? pues ´orale, aquí tienes 3 hombresotes para ti sola, yo sólo voy a mirar" – Arturo y Benito empezaron a acercarse a mi mientras no sabía como reaccionar, pensé que en el chat había fantaseado con varios hombres a la vez pero no era lo mismo escribirlo que estar ahí, a disposición de estos tipos, pero igual aún estaba caliente así que decidí en un segundo a ver que pasaba, les dije – "si algo no me gusta, se detienen por favor" – se rieron todos y Arturo sólo dijo – "como no pendeja, ahorita ya te chingaste porque te vamos a dar hasta por las orejas!" - Benito me quito la playera y empezó a chuparme uno de mis senos mientras Arturo me acariciaba el otro y con la otra mano empezó a tocar mi trasero, y empezó a meterme los dedos en el ano donde ya me había puesto lubricante, lo sintió y sacó los dedos diciendo – "´ora creo que tiene diarrea esta pinche vieja" – sólo le dije - "es lubricante tonto" – Arturo dijo - "ah entonces quieres que te demos por detras verdad? pinche vieja caliente" – e intervino Mercedes – "si, a mi amiguita le gusta que le den verga por el culo" – y Arturo volvió a meter los dedos, cerré los ojos porque las caricias y las lengua de Benito en mi pezón me hacían sentir un placer indescriptible, Arturo se acerco y me beso en la boca intensamente, nuestras lenguas intercambiaban saliva y entonces Benito me besó en el cuello subiendo hasta mi mejilla besándome y acercandose a mi boca, fue cuando sentí su aliento que olía horrible, de esas veces en que te das cuenta que se levanto en la mañana y ni una enjuagada en la boca se dan, lo rechace y me separe de ellos y Benito me dijo – "no me quieres besar pinche Carina puta? y porque a Arturo si? o me besas en la boca o me la mamas, tu decide" – y en ese momento se saco el pene, era cierto lo que decía Mercedes la tenía bien grande y gruesa, de unos 20 cm al menos, preferí hincarme y disponerme a mamarsela, hicieron burla a Benito diciendo - "jaja, prefiere mamartela que darte un beso!" – y empece a hacerlo despacio, lamiendo la cabeza, metiendola poco a poco en mi boca, y pensé que hasta hace poco si alguien respiraba cerca de mi hombro o de mi cuello me estremecía y me alejaba, que me incomodaba cuando alguien miraba mi escote o mis piernas, y ahora estaba ahí desnuda frente a estos 3 hombres sin mayor inconveniente - "esto es el colmo, ¿hasta dónde va a llegar mi calentura?" – pensé, para eso Arturo también saco su pene y lo puso cerca de mi cara, me dijo - "a mi también dame unas mamaditas" – mire el pene de Arturo y era lindo también, no tan grande ni tan grueso pero algo curveado, saque de mi boca el pene de Benito y me metí el de Arturo, mmmmhhh después de todo lo estaba disfrutando realmente, sostenía los dos penes con cada mano y los chupaba a intervalos, los dos ya se habían quedado callados del placer que sentían supongo y mientras chupaba una y otro mire a Alberto a ver que hacía, también se había sacado el pene y se estaba acariciando, entonces Mercedes dijo – "pinche Carina resulto más caliente de lo que pensaba, mira Betito también te la quiere mamar a ti " - y se acercó donde estábamos colocándose entre Arturo y Benito y me puso el pene en la mejilla, porque estaba volteada chupandosela a Arturo, saque el de Arturo y metí el de Alberto en mi boca, mmmmhhhhh sentí tanto placer, sentir tres penes para mi, cada uno diferente a otros, texturas diferentes, sabores y olores ligeramente distintos pero podía notar la diferencia, la verdad era un agasajo para mi, Arturo se frotaba rápidamente cuando no tenía en mi boca su pene, y mientras tenía el de Benito en mi boca Arturo dijo - "me vengo me vengo! pon tu boca para que te los tragues" – abrí mi boca en dirección a su pene y me llenó de semen la cara y la boca, me supo delicioso y trague todo lo que pude mientras Mercedes decía – "´ora pinche Arturo, tu eres mi gallo y ya te veniste antes de cogertela" – Arturo sólo dijo – " ahorita me recupero, ahorita me recupero" – Benito dijo entonces - "yo si me la quiero coge antes" – me levanto pero para no sentir su aliento me incline sobre el escritorio parando mi trasero, le dije - "por atras no, la tienes muy grande" – cerre los ojos y sentí sus manos en mi cintura, y empezó a metermela en la vagina, ahhhhh tan grande, sentí riquisimo como entraba en mi y empezaba a bombear más o menos rápido, yo estaba gimiendo y con lo caliente que estaba sentí que iba a venirme, Arturo dijo - "miren como la goza esta puta tan rica, metésela en la boca Alberto para que se la ensarten de a pollito rostizado" – Alberto se acercó y me la metió como dijo Arturo, nunca había sentido así antes y me encantaba, era el colmo pensaba yo, ¿hasta dónde va a llegar mi calentura?, los dos empezaban a mostrar señales de estar por venirse y Mercedes dijo – "saben, voy por don Joel, también le gustaría cogerse a la Cari" – don Joel? pensé yo, era un señor de cerca de 50 años que jalaba el patín con las tarimas, corto de estatura y siempre fue muy amable conmigo, casi tierno, pero no me gustaba nada y era de los que parecía que no se bañaban, no me dio tiempo protestar porque tenía la boca llena y no pensé más en eso porque Benito y Alberto seguían en lo suyo, y yo estaba también embelesada sintiendo los dos penes actuando sobre mi, empece a tener un orgasmo yo, saque el pene de Alberto de mi boca porque tenía que gemir del placer y sentí como Benito también estaba eyaculando, los dos estabamos viniendonos, fue intenso, entonces para rematar Alberto se vino tambien y cayo casi todo sobre mi cabello por la fuerza con que eyaculo, sus otras descargas las tome en mi boca y lo trague, mmmmhh era el colmo pense, mientras sentía como el semen que tenía en el cabello se deslizaba por mi frente, por mi nariz y mis ojos, lo retire con mi mano y lo mire, blanco, espesito, apetecible, los metí en mi boca para saborearlos, entonces Benito se salió y Arturo ya tenía otra erección, y acercándose a mi dijo - "chale me va a tocar remover atole, pero igual vas a ser mía mamacita" – me subió en el escritorio igual que como Alberto lo había hecho por primera vez, y me puso las piernas sobre sus hombros y mientras empezaba a penetrarme me dijo –"esta es por todas las chaquetitas que me he hecho en tu honor" – lo sentí entrar en mi y ya estaba ansiosa y caliente otra vez yo, lo hacia con fuerza y yo gemía de placer, su pene tal vez no era tan espectacular como el de Benito y el de Alberto pero lo sentía delicioso entrando y saliendo en mi adolorida vagina, fue cuando llego don Joel y Mercedes, don Joel miro la escena y se veía sorprendido y a la vez se ve que estaba excitado, no decía palabra, Mercedes le dijo -"ahí tiene don Joelito, estos cabrones ya se la chingaron por la panocha pero a usted le va a tocar recetarsela por el fundillo" – para eso Benito me la ponía en la boca, flacida y yo le daba besitos, para hacerlo reaccionar otra vez, entonces me dijo –"chupame los huevos mamacita"- levanto su semiflacido pene y puso sus testículos en mi boca, yo metí uno de ellos con cuidado en mi boca, llena de pelos, y lo succione un poco, mientras Mercedes se reía y dijo -"pinche Carina ora si me sorprendes!"- Arturo empezó a venirse dentro de mi jadeando y cerrando los ojos, lo mire y se veía bien lindo así, con la cabeza al cielo, se quedo quieto mirandome mientras yo lo miraba también, con el pene y los testículos de Benito cerca de mi cara, y Arturo dijo - "¿no que nunca ibas a ser mia? " – se salió empezaron a animar a don Joel –"´orele don Joel, atasquese ´ora que hay"- yo me incorpore del escritorio y don Joel me abrazo y me intentaba besar, yo lo rechace por un momento, ya cerca pude percibir que el baño no era una constante en su vida, además que ya estaba cansada y adolorida, pero ellos le seguían animando y Mercedes dijo –"dejalo que te la meta por detrás, a poco no te gustaría"- don Joel acariciaba mis piernas y besaba mis senos y me empecé a calentar otra vez, así que me baje del escritorio y me di vuelta inclinandome y ofreciéndole mi trasero, todos ellos como que se sorprendieron y escuche que decían cuando don Joel se saco el pene - "ay don Joelito, con eso no le va a hacer ni cosquillas a esta vieja caliente" – sentí como colocaba su pene en mi ano y empezaba a penetrarme, no le costó mucho porque tenía el lubricante y su pene pude sentir que era pequeño, empezo a hacerlo con más fuerza y yo sentía rico, no era doloroso como con el negro, pero lo sentía dentro de mi y si me gustaba, le empecé a decir para que se olvidará de las burlas de los demás -"hay don Joel, siga así, siga así, ahhh que rico"- y entonces se vino dejandome con ganas de más por atrás, no tardo ni 3 minutos yo creo, me la saco y estaba sudando y todavía como sorprendido, miré a los demás que también estaban como descansando y vi a Alberto sentado con su pene semiflacido pero aún así se veía bien, así que fui a sentarme en sus piernas y me acurruque un poco, y más allá del colmo le dije - "Alberto, cogeme por detrás" – sentí que su pene se endurecía otra vez y así sentado él tome su pene en mi mano y lo dirigí a mi ano, dejandome sentar sobre él, lo sentí entrar lentamente bien rico, ya estaba ansiosa otra vez, pero se levanto y me dijo - "empinate sobre el escriorio" – y ahí esta yo otra vez, esperando que me penetrara cuando lo sentí hacerlo con mucha fuerza, ahhhh grande y durísimo, lastimándome, mientras los demás decían - "pinche vieja caliente no se cansa de coger!" – ahora si sentía la completa fuerza de Alberto y su fama de salvaje, me la sacaba y metía con fuerza aunque no le era tan fácil pero yo lo estaba gozando y disfrutando mucho, gemía y gritaba - "Alberto! Alberto! más!" – Arturo se acerco y mirándo exclamó - "pinches plieguecitos ya desaparecieron!" – Benito se acercó con su erección otra vez y me dijo –"ya no grites! mejor callate y mamamela" – y metió su pene otra vez en mi boca, yo gozaba como loca cerrando los ojos y sintiendo a Alberto intensamente, hasta que se vino dentro de mi y Benito no tardo en hacerlo en mi boca, ahora si me sentí bien cansada y me recoste en el piso dormitando un poco mientras ellos también estaban ahí como entumecidos, medio bromeando, medio descansando, Arturo y Alberto fumando, don Joel se fue y Mercedes ahí en silencio también, medio abrí los ojos y ella me miraba como con envidia, entonces ya me dijó –"vamonos Cari o estos gueyes te van a seguir queriendo coger cuando se recuperen"- yo me levante y busque mi ropa, me la puse y los dejamos ahí a todos, ya iba yo como apenada y ellos me seguían diciendo vulgaridades –"adiós putita, cuando quieras hombre ya sabes que aquí estamos" – caminando en la calle Mercedes me dijó - "no me vas a echar la culpa como Lorena o si?" – yo le dije que no, que me había gustado mucho todo, -"qué tal adolorida estas Carinita?"- le dije que apenas podía caminar, Alberto me había dejado por detrás toda irritada, y me dijo - "ay Carinita, bueno la Lorena de tan borracha ni cuenta se dio, pero tu si estabas bien consciente, que bueno, que ganas me dan de ser tu, para poder coger con el que quisiera cuantas veces quisiera, a mi ya no me dan tan seguido como a ti" – medio sonreí y ya me fui a la casa, yendo a bañarme directamente.

Dormí casi todo el domingo pensando que ahora si había caído bien bajo, que la tarde anterior iba a ser comentada por estos tipos durante años, ya me los imaginaba, fanfarroneando cuando se emborrachen con los otros tipos - "se acuerdan de Carina? la que usaba sus minifalditas y trabajaba en planeación? ves que era medio payasa? pues nos la cogimos un sábado que vino en shortcito por atrás y por delante, hasta don Joel le dio por detrás" – y bueno, ¿cómo es que había llegado hasta ese punto si casi siempre había sido "normal"? digo, me excitaba pero dentro de lo normal, y empecé a recordar, y bueno creo que no había sido tan normal después de todo, como contaré en otro relato más adelante.