Definitivamente cornudo (y 3)

La novia, y luego esposa, es una calentorra que acaba poniendole los cuernos al marido...

Definitivamente cornudo (y III)

Como contaba en mi último relato, mi mujer hizo de puta del cabron de su amante Quique durante casi dos años (eso sucedió hace algo mas de 15 años), ahora él sigue siendo su amante pero ella ya no es su puta (eso cree), prefiere tener amantes y que le hagan buenos regalos (que al fin y al cabo es otra forma de hacer de puta) aunque se que alguna vez ha aceptado alguna oferta de algún desconocido, sobretodo en verano que es cuando ella va más cachonda.

Pues bien, como os decía, mi esposa después de sus aventuras con su amante y clientes volvió a la ‘normalidad’ hasta hace un par de años.

Este es el relato de los dos últimos años en los que ‘mi dulce esposa’ ha vuelto a las andadas.

Ella trabaja de secretaria, y un día apareció por su oficina su antiguo amante Quique, no es necesario decir que él la convenció para comer juntos, pero ella, de momento, no cedió a sus halagos y encantos, así que después de almorzar Esther se fue a casa.

Pero Quique, es una persona constante y persuasiva, así que al día siguiente la llamo pero como mi mujer no cedía a sus requerimientos él siguió insistiendo hasta que por fin mi mujer le dijo que accedía a salir a cenar con él si la dejaba en paz.

Durante la cena Quique, hábilmente, procuro que la copa de vino de mi mujer estuviera siempre llena, de postre se tomaron varios chupitos. Esther iba ‘alegre’ así que a Quique le costo poco convencerla para ir a tomar algo a una disco.

Allí estuvieron charlando (si es que se puede charlar) y bailando, con lo que él aprovecha para manosearle el culo y apretar su paquete contra el coño de ella. No tardaron en besarse, primero furtivamente y luego ya sin ningún tipo de reparo.

Eran cerca de las 3 de la madrugada cuando ella le dijo que la llevara a casa, él con alguna excusa banal le dijo de ir un momento a su casa pues le quería enseñar algo y de paso tomaban la última copa.

Ella se instala en el sofá con una copa mientras él va a buscar algo para enseñarle, al poco volvió con unas fotos de cuando ellos eran amantes, mientras Esther ojeaba el álbum Quique apoyo su mano en la pierna de ella y, sin apenas esperar comenzó a tocarle el coño, ella ya lo tenia mojado así que él se levanto y agachándose delante de ella le separa las pierna y comenzó a comerle el clítoris.

Mi mujer cerro los ojos, y según me dijo, lo único que recuerda (efectos del alcohol) es que a las seis se despertó desnuda y encima de él. Sé vistió rápidamente y se vino para casa, cuando yo me desperté ella se estaba duchando.

Esther comenzó a salir, y a follar, con él asiduamente hasta que en una de estas salidas en un bar de copas se encontró con su jefe. Este enseguida se percata que ella no estaba con su marido sino con un ‘maromo’ que le estaba metiendo mano sin ningún pudor, además ella iba vestida provocadoramente (casi como una puta) pues según como se sentaba se le veía el coño.

Esto sucedió un viernes por la noche, así que al llegar el lunes su jefe la llamo al despacho, ella, que es su secretaria, al entrar cerro la puerta tras de si.

El otro día té vi, le dijo él

Ella enrojeció y solo acertó decir ¿a sí?

Se jefe se había acercado por detrás de ella y comenzó a besarle el cuello, mi mujer intento zafarse pero el la retuvo sujetándola por los pechos.

¿No querrás que se entere todo el mundo, verdad?

Esther cedió, (a pesar de tener 50 años él no estaba nada mal) su jefe siguió besándole la oreja, el cuello mientras su mano derecha se deslizaba hasta su coño y la izquierda le manoseaba las tetas.

Su jefe le dio la vuelta y la beso, luego le dijo - ¿chúpamela!

Ella le baja los pantalones (cosa en la que tiene mucha practica) y comenzó a chuparle la polla, cuando su jefe la tuvo dura la apoyo en el escritorio y la penetro por detrás. Ese día mi mujer, en su trabajo, sólo hizo una cosa, ser follada y enculada por su jefe.

Desde entonces ella es también amante de su jefe, el cual se la folla o encula o ambas cosas, dos o tres veces a la semana. Ella ha ganado un mejor sueldo y horario y como dice ¡por un par de polvos!

Ahora me encontraba, que, desde que mi mujer se ‘tropezó’ con Quique y volvió a reemprender el camino de convertirme en un ‘gran cornudo’, ella tenia ya dos amantes y para mi mayor ‘desgracia’ (¿o placer?) eso era sólo el comienzo de una larga lista de hombres y amantes sin fin.

Quique le propuso (hará un año, más o menos) que volviera a trabajar de ‘chica de compañía’ (puta) para él, pero mi mujer le dijo que no, pero que no le importaba estar con otros hombres si esto le complacía…. y a ella le apetecía. Él le dijo que si no le importaba tenia algún amigo que estaría interesado en su ‘compañía’, por supuesto gratis y sin compromiso. (Lo que ella no sabia, y que descubrió más tarde, era que él si cobraba por los servicios de ella)

Al cabo de unos días ella salió a cenar con Quique y un amigo de él (en realidad amigo y cliente), durante la cena, sin ningún tipo de reparo, le dijo que su amigo deseaba pasar la noche con ella, el tipo en cuestión no estaba nada mal, así que mi mujer accedió y para cerrar el pacto beso a ambos. (no se como podía ir caliente pues ese día su jefe ya la había ‘repasado’ de arriba abajo)

Finalizada la cena se fueron a un hotel, primero subieron Quique y Esther y al cabo de un rato el amigo. Quique y el amigo se sentaron en la cama y le pidieron a mi mujer que les hiciera un ‘streptease’, ella accedió si ellos se masturbaban (a mi mujer le encanta ver a un hombre pajearse), se fue quitando la ropa (y no tardo en estar desnuda puesto que siempre lleva lo mínimo) y en cuanto estuvo desnuda, los dos tipos, enseñándole sus pollas, le dijeron

Anda, ven a comer

Esther se acerco, se arrodillo a los pies de la cama y comenzó a mamarles la polla a ambos. El amigo resistió poco pues no tardo en levantarse y acomodando a mi mujer le clava su polla por detrás Ella comenzó a moverse con ganas mientras le chupaba la polla a Quique con furia.

El plan de Quique era follarse a mi mujer y luego irse y dejarla sola con el amigo-cliente pero la realidad (y el sexo) pueden más y acabaron los dos follandose a mi esposa durante toda la noche, de uno en uno, de dos en dos, apenas descansaron. Desde entonces mi mujer le hace ‘favores’ a su amante una o dos veces al mes, pues entre su amante, los clientes de su amante, su jefe y el amante que tiene en otra ciudad y que ahora os cuento como lo conoció, no da para más, bueno su coño no da para mas.

Bien, a lo nuestro, su último amante lo conoció en una reunión de trabajo a la que tuvo que ir durante un fin de semana con su jefe y más gente de su trabajo. Mientras ella esperaba a sus compañeros en el bar del hotel un joven (de unos 30 años, mi mujer tiene 41) se puso a charlar con ella, era atractivo, moreno ojos verdosos y bastante atlético.

Estuvieron charlando animadamente y cuando ella le dijo que se tenia que ir el joven le pidió su teléfono per ella no se lo dio.

Al cabo de dos semanas recibió una llamada, y sorpresa, era el joven que estaba de visita en Barcelona y que había averiguado el nombre de la empresa en la recepción del hotel. Quería saber si podían comer juntos. Ella accedió.

Manolo, que es su nombre, paso a recogerla en taxi y se fueron a un restaurante de la zona del puerto.

Estuvieron charlando, riendo y alguna que otra caricia sin importancia, ella lo acompaña al aeropuerto y ambos se besaron de despedida.

Al día siguiente Manolo la llamo al despacho (antes le había mandado un ramo de rosas) para decirle lo bien que lo habían pasado y que le gustaría volver a verla, en fin todas esas tonterías que se dicen cuando te quieres follar a una tía y no sabes como hacerlo.

Pasados diez días la volvió a llamar, él estaba en Barcelona e iba a permanecer hasta el jueves (un par de noches) y que le gustaría al menos cenar una noche con ella. Esther, halagada por las flores y otros detalles, le dijo que sí.

Quedaron en el hotel, y seguramente iba él tan caliente, que cenaron en el restaurante del mismo para acto seguido subir a su habitación.

Mi mujer ya debía tener asumido lo que iba a suceder esa noche pues me dijo que no la esperara, se puso su mini vestido rojo ajustado, medias y botas. Las bragas no las necesitaba.

En la habitación de Manolo, ella se puso cómoda y para ello se desnudo, quedándose solo con las medias y las botas (le gusta follar así), él le sirvió una copa pero ella le dijo

Quiero esto. Mientras le cogía el paquete por encima del pantalón.

Mi mujer le saco la polla y se puso a chupársela, él de pie y ella sentada al borde de la cama.

Luego Manolo se agacho y separándole las piernas se puso a comerle el coño, Esther se echo en la cama, cerro los ojos y se dejo transportar por el placer.

Volvió a abrirlos cuando la polla de Manolo la penetro. Él en pie, sujetando sus piernas en alto comenzó a bombear en su coño su nada despreciable polla (por el tamaño), ella intentaba sujetarse a las piernas de él. Se mordía los labios para no gritar.

Manolo saca su polla y apunto a la entrada de su culo, Esther se relajo y él empuja hasta el fondo, ahora ella se masturbaba mientras era enculada sin descanso.

Mi esposa se queda toda la noche con Manolo, al día siguiente no apareció por casa pues desde el trabajo, después de que su jefe se la follara, volvió con Manolo a comer y después al hotel donde estuvieron follando en el jacuzzi, en la cama, en la alfombra, vamos todo lo que se les ocurrió puesto que cenaron en la habitación.

Esther me confeso que lo que mas le gustaba a Manolo era darle por el culo y que después de dos días de ser agujereada por ahí lo tenia dolorido.

Justo al llegar a casa le llamo Quique, le quería pedir un ‘favor especial’ para unos amigos. Primero dijo que no pero acabo cediendo.

Comimos juntos en casa, luego me relato su aventura de dos días mientras me mamaba la polla, cuando yo me ponía a mil, y sus cuernos me ponían, la agarraba por el pelo, la llevaba al baño y la ataba con los brazos extendidos y de cara al espejo, le daba unos azotes en el culo mientras le decía lo que era

¡Eres una puta!, ¡Zorra!

Si, si soy tu puta. Me gritaba ella. ¡Castígame!

Yo con la polla como una piedra le pongo aceite en el culo y agarrándola por las caderas se la meto de golpe.

Ella grita, se mueve, pero yo la sujeto mientras le bombeo el culo

¡Calla perra, puta de mierda!. Y ella grita ¡Si, si castígame, soy una guarra, una puta, castígame!

Después se ducho y se puso una tanga, falda larga con vuelo, algo transparente, un jersey muy escotado, medias y botas.

No me esperes. Me dijo. Y se fue.

Lo que yo no sabia y ella tampoco, (eso sucedió hará unas 6 semanas) era lo que le había preparado su amante Quique.

Este la recogió en la esquina de casa y después de besarse se dirigieron a un Aparthotel, allí en el hall le presento a dos hombres de unos 50 años, bien vestidos, con aspecto de directivos de alguna empresa. Se sentaron y tomaron unas copas antes de ir a cenar.

Esther, en cuanto pudo, le pregunto a Quique que cual de los dos era al que tenia que hacerle el ‘favor’, él le dijo que ya vería pues no estaba decidido, pues ellos querían estudiar la situación.

Mi mujer comenzó a sospechar y más cuando se entero que la cena era en una de las suites del Aparthotel, ella quiso irse pero Quique la sujeto por el brazo y le dijo en voz muy baja

¡Ni en broma te vas, siéntate! Esther obedeció, pero se juro que nunca volvería con él. Subieron a la suite y mientras esperaban que les preparan la cena estuvieron tomando una copa.

Comenzaron a cenar, todo era normal, los ‘clientes’, los camareros, etc. Esther supo por uno de los clientes de Quique que estos tenían un negocio pendiente con él. Así que ella supuso que era la guinda para terminar de decidirles.

Llegada la hora de los postres, Quique hizo una señal al camarero para que retirase las cosas de la mesa y le indico que ya podían traer los postres.

Mientras esperaban los cafés Quique le dijo a Esther que le acompañara un momento a la habitación contigua, él abrió una armario y le entrego una bolsa.

Ponte esto. Le dijo

Ella se fue al baño a cambiarse de ropa mientras él regresa a la mesa para seguir con sus clientes.

Al cabo de unos 15 minutos ella regresa al comedor, llevaba un vestido negro, largo y ceñido, con dos grandes aberturas por delante y detrás, un escote pronunciado que apenas le tapaban los pechos, la espalda descubierta hasta el final de la espalda, liguero y medias negras y unos zapatos abrochados por encima del tobillo con largos tacones (cosa

que ella no esta habituada a llevar).

Quique se levanto y tomándola de la mano le dio una vuelta a la mesa para que sus clientes pudieran admirar la mercancía, luego la acerco a la mesa y la hizo apoyar las manos en ella de forma que su culo quedara hacia fuera. Le separa las aberturas de atrás quedando a la vista su culo, sin bragas.

Se agacho y le comenzó a comer el coño y cuando estuvo mojado (cosa que fue mas bien rápida) se incorporo y dirigiéndose a sus clientes les dijo

Hagan los honores.

Se levantaron los dos, uno, el que parecía más mayor y de nombre Carlos, se puso detrás de ella, la sujeto por la cintura y la embistió de golpe. El otro, que se llamaba Felipe se saca la polla y se la acerco a la boca para que se la chupara. Mientras Quique, sentado en el sofá se iba pajeando lentamente viendo como disfrutaban de su amante.

La puta de ‘mi esposa’ (a estas alturas queda claro lo que es) seguía chupando polla y follada cuando estos decidieron correrse en su cara, así que la pusieron de rodillas y ella tomando con sus manos las pollas les pajeo hasta que chorros de semen impactaron en su cara desparramándose por el vestido. Esther les limpio sus penes.

Quique le hizo una señal a mi esposa pues él ya estaba desnudo en el sofá con su polla en la mano. Desnúdate, le dijo.

Ella se quita el vestido quedando solo con las ligas y los zapatos. Se acerco a Quique, se arrodillo y tomando en su mano la polla comenzó a chupársela lentamente

¿Te ha gustado? Le pregunta ella.

Ven aquí putita

Mi mujer se acomodo encima del pene de él y comenzó con suaves movimientos mientras Quique le comía las tetas. Pronto cabalgaba como una posesa. Uno de los clientes, Felipe, se le acerco y ella se puso a pajearle y chuparle la polla.

Quique y mi esposa se corrieron al unísono, ella se levanto e iba a irse al baño a limpiarse cuando Felipe le dijo

Eh, espera que ahora me toca a mí.

Voy a limpiarme, respondió Esther.

La verdad es que tenia el cuerpo lleno de semen, pero Felipe la obligo a arrodillarse y apoyarse en el sofá, le echo saliva en el agujero del culo y apunto su polla hacia la entrada. Ella gimió pero él empuja con fuerza hasta que su polla desapareció en el culo de mi esposa.

Quique, mirando a mi mujer le dijo a Felipe

Dale fuerte que es lo que más le gusta a esta puta (y no se equivocaba pues mi mujer delira cuando es enculada)

Felipe se corrió dentro de su culo, entonces ella se fue a limpiar al baño. Cuando regresa Quique le dijo

Ven aquí zorra (él la trata así cuando esta con clientes para que ella se sienta dominada)

Le levanto un pie y lo hizo apoyar en la silla, él se agacho y comenzó a comerle el clítoris. Carlos, por detrás, la sujeto por las caderas y la enculo (su ano estaba dilatado todavía) Así que mientras Quique le comía el coño Carlos la enculaba sin descanso.

Cuando este se corrió (Carlos) Felipe que se había echado en la cama le dijo a Quique

Tráeme a esa putita aquí

Quique se la llevo y le dijo

Chúpala

MI esposa se puso a chupar la polla de Felipe durante un rato, luego este le dijo

Sube zorra, vas a saber lo que es cabalgar de verdad

Ella acomoda sin ninguna dificultad su polla en su coño y comenzó a montar, al poco Quique se subió en la cama y empujando hacia delante a mi mujer la enculo. Felipe y él estaban haciendo ‘un bocata’ con mi mujer.

Esther estuvo hasta el día siguiente, sin apenas descanso, siendo ‘usada’ por los tres hombres, follada y enculada de todas las formas inimaginables.

Al regresar a casa estaba tan ‘cansada y dolorida’ (si, dolorida de cabalgar tanto por el culo y el coño) que estuvo dos días de descanso.

Me dijo que nunca mas volvería con el depravado de Quique, me contó lo que le paso mientras se limpiaba los restos de semen seco y pegajoso del cuerpo.

Yo tenia la polla que me iba a reventar así que la agarre por el pelo y la empuje contra la pared clavándole la polla en el culo

Eres una mala puta, guarra. Le dije mientras la enculaba.

Eso es lo que a ti te gusta, que sea una guarra, me respondió ella.

Después de aquello no ha vuelto con su amante, este ha sido sustituido por Manolo y ,creo, que ahora tiene otro (un joven mulato con una gran polla) pues cada vez que sale con él vuelve a casa con el culo dilatado y enrojecido.

Algún día os contare los devaneos de Esther desde los 13 años, en que fue desvirgada, hasta que la conocí con 17 (y no veáis lo caliente que ya era).