Deep Blue Sea 22

Capítulo 22

-Es él, Henry Mazza, o al menos está a su nombre. No quise insistir para no alertar sobre la investigación y porque con eso tienes suficiente. Para avanzar necesito que sea oficial la denuncia.- confirmó Ontari, había acudido a la llamada de Amanda sobre la nueva información y conversaban en el estudio de la mansión.

-Lo sé, esto es suficiente. Joder con estos imbéciles, como si Valeria no tuviese suficiente ahora arrastrar su apellido en un fraude.- masculló Amanda –Tengo que consultarlo con papá, quiere vender la Empresa y destapar esto sería un problema.- no solo para su padre sino también para Ava.

-Es tu decisión, pero si han robado tanto dinero a estas alturas no es recuperable, sin hablar que los juicios tardan años.- observó la detective.

-Sí, lo más que podré lograr es que dejen a Ava en paz, papá se deshaga de todo y se acaba este asunto. El dinero está perdido.

-Es lo mejor Amanda, a estos niveles sería muy difícil exponer una estafa millonaria sin causar daños a cada persona involucrada.- y lo decía por experiencia aunque no fuese su departamento. La ejecutiva asintió y ambas quedaron en silencio. Ontari tenía la impresión de que la empresa no era el único motivo por el que la había llamado y aunque no daba explicaciones a nadie, en ese caso era una excepción. Amanda era su amiga, no la juzgó ni le retiró la palabra después de lo sucedido con Valeria, porque no tuvo responsabilidad en la decisión, pero las cosas iban a cambiar muy rápido si daba un paso en falso.

-¿Cuáles son tus intenciones? – fue la pregunta seria, su instinto no se había equivocado, Ontari le sostuvo la mirada porque no tenía nada que ocultar.

-Aclarar las cosas con ella, si es posible recuperar algo de la amistad.- respondió sin titubear –No puedo proyectar un futuro, llegaré hasta donde me lo permita.

-¿Y te conformas con eso? – la interrogante tenía un toque de desafío y reproche por igual, el resto de la frase estaba implícita. Si se iba a conformar como la última vez, si iba a permitir que la dominaran las inseguridades y la influencia de otras personas como Costia.

-No, pero no la puedo obligar a nada y ya me rompió el corazón una vez.- contestó con dolor –Por ahora solo quiero limpiar el pasado, dejarlo atrás, es todo lo que puedo prometer.

-¿Y Costia?

-No será un problema, te lo aseguro.

-No hagas que me arrepienta de mediar en esto Ontari. Ya no son adolescentes, sé que Valeria te hizo daño, pero no fuiste la única con el corazón roto ni la que perdió todo.

-Lo sé y asumo mi error Amanda, al menos quiero enmendar eso.

-¿Todavía la amas? – preguntó aunque siempre supo la respuesta.

-Sabes que sí.

-Entonces conquístala, ya lo hiciste una vez y ahora sabes todos los errores que no puedes volver a cometer.

-No sabes si ella siente lo mismo.- rebatió seria pero no podía evitar un pequeño suspiro de esperanza ante la posibilidad. Amanda resopló incrédula.

-Valeria y tú nunca más pudieron tener una relación duradera o compromiso. Cualquier candidato está lleno de defectos interminables y estúpidos, sin contar que jamás se interesó por otra mujer. Ambas se casaron con el trabajo, así que yo diría que no estoy tan equivocada. Padecen los mismos síntomas. Vale la pena arriesgarse que continuar con la incertidumbre de lo que hubiese sido.

-¡Ja!¿Y desde cuando sabes tú de relaciones? Si eres la primera en salir corriendo en dirección contraria.- se burló Ontari, lo cierto es que el compromiso de su amiga la había tomado por sorpresa.

-Yo me arriesgué y mira, estoy feliz, más no puedo pedir.-contestó sin dudarlo y con toda la sinceridad posible.

-Me alegro, pero sabes que entre nosotras no es tan sencillo.- se lamentó. Amanda tenía razón y nunca pudo superar su amor de juventud, no estaba segura si quiera que alguna vez iba a sentir algo tan intenso. Si Valeria y ella tenían una oportunidad la iba a tomar. Ahora faltaba la opinión y sentimientos de la rubia –No obstante, si ella siente algo quiero saberlo y ojalá sea suficiente para comenzar otra vez.

-Bueno, hoy tienes la primera oportunidad y espero que no vuelves a cometer una estupidez como la de anoche. Nadie es ciego Ontari, te has dejado manipular mucho tiempo y si quieres a Valeria en tu vida Costia no puede estar.- le dijo Amanda y no había motivo para ocultar la verdad.

-Lo sé.

-Ok entonces, Ava me va a matar por esto, no sabe que estás aquí y Valeria vendrá a verla. Joder, las dos me van a matar.- se quejó con dramatismo –Más te vale hacer las cosas bien Queen, o iré por tu cabeza si pierdo a mi amiga y a mi prometida.- las dos se estaban riendo cuando se abrió la puerta del despacho revelando a dos mujeres sorprendidas. Como si las hubiese invocado. Maldita sea. Automáticamente Valeria miró a Ava y la expresión de sorpresa la descartó como culpable al instante, Amanda en cambio tenía una expresión seria pero resignada, ella si sabía –Ontari vino a traerme una información sobre la investigación.-lo cual también era cierto –Parece que en efecto, tu tío está involucrado.- el comentario no rompió la tensión ni por un momento, la rubia simplemente asintió y se dio media vuelta marchándose, Ontari no dudó un segundo en ponerse de pie y salir tras ella. Ava en cambio, se acercó despacio al escritorio y en silencio verificó la temperatura -¿No me vas a gritar? Valeria lo hará, de eso estoy segura.

-Por eso no tiene sentido que también lo haga yo.-contestó Ava con un deje de humor y Amanda escondió el rostro al nivel de la cintura, rodeándola con los brazos, un gesto que la pelirroja correspondió –Espero que sepas lo que haces porque Valeria se va a enfadar y mucho.- la mujer murmuró algo que se perdió entre los pliegues de la tela -¿Qué?

-Digo, que entonces tendrás que asegurarte de que no te quedes viuda antes de tiempo.-bromeó pero el asunto le preocupaba, con un suspiro alzó la mirada –Sé que todavía se aman, lo que no sé es si serán capaces de superar las diferencias y el pasado.

-Es inesperado verte en este papel de Dra Amor.-le dijo Ava con ironía.

-Para que veas que soy una romántica.-respondió con una sonrisa de suficiencia y Ava se echó a reír.

-Ok Celestina, vamos que ya tocan tus medicamentos.

…………………………

Ontari tuvo que correr casi para alcanzar a Valeria. Era increíble lo rápido que podía caminar montada en tacones con la altura de la torre Eiffel, toda sexy y elegante. “Enfócate,” y eso hizo, interponiéndose en el camino de huida.

-Valeria por favor, hablemos.-le pidió en voz baja, no quería imponer ni ordenar.

-No tenemos nada de qué hablar, lo dejé claro.-fue la respuesta fría aunque estaba rabiando. Con Amanda por emboscarla y con Ontari por todo. Definitivamente la avalancha de recuerdos y emociones la superaba y su temperamento estaba a flor de piel –Déjame en paz, lo hiciste durante años, ¿a qué viene tanta insistencia?- soltó con sarcasmo.

-Ese fue mi error.-contestó Ontari con firmeza –Debimos tener esta conversación hace años.

-Apártate.

-No, me llamaste y yo fui. Te escuché, creo que merezco la misma oportunidad.-Valeria soltó una carcajada irónica.

-La tenías hasta que me restregaste a esa zorra en la cara. ¡Sabías que no la soportaba! Esa mujer fue la causante de la mitad de nuestras discusiones y todavía la llevas a la maldita exposición donde estaban MIS amigos. Te soporté esas estupideces en el pasado, pero ahora ni muerta.-escupió las palabras con rencor y desechando la fachada de indiferencia.

-¡Lo sé! Joder, sé que me equivoqué, por eso estoy aquí, para disculparme y decirte que ella está fuera. Me dijiste que no podía aparecer en tu vida con Costia presente y ya no está, aún si lo estuviera, tampoco le voy a permitir que intervenga.-pasó una mano por el cabello negro desordenándolo y la rubia lo reconoció como el típico gesto de nervios –Una oportunidad, es lo único que pido, ambas lo merecemos.-le suplicó y Ontari jamás suplicaba, ni siquiera el día en que rompieron su corazón. Tenía razón y lo necesitaban. El tono fue lo que llegó hasta Valeria y debilitó la resolución de marcharse, su ex siempre fue una mujer orgullosa y algo así tenía que costarle todo su orgullo. El sacrificio valía más que mil disculpas.

-Supongo que Amanda puede cedernos el estudio.-respondió después de pensarlo unos segundos. Precisamente la otra pareja estaba en el salón de regreso, Valeria apuntó a su amiga –Estás muerta, vendré por ti después.-la pelinegra suspiró resignada y Ava le brindó una sonrisa de apoyo a Valeria.

Cuando la puerta del despacho se cerró tras ellas la tensión escaló a niveles espaciales. Valeria estaba rígida, entre la rabia y las emociones que revivía constantemente con la presencia de Ontari. El control se le escurría de las manos con cada día que pasaba. Las consecuencias de embotellarlas durante años, ahora la superaban y estaba al borde de la asfixia. Tres días, tres miserables días desde que su ex había aparecido en su vida y ya todo estaba patas arriba. Y no quería sentirse así, se negaba a sentirse así. No tenía la costumbre de beber, pero recurrió a un trago de wiskey para aclarar los sentidos, o al menos, mantener los nervios bajo el control.

-Tenías razón sobre lo que dijiste en el museo.-escuchó la voz arrepentida de la Detective y se giró para mirarla esperando la explicación –Siempre pensé que era demasiado bueno para ser verdad, que me amaras. Creeme que luché contra mis inseguridades, lo hice, pero no tenía nada que ofrecerte y también permití que las alimentaran. Es cierto, vivía con el temor de que un día tu padre iba a disponer de ti para casarte con el hijo de alguien importante y yo me quedaría con el corazón roto. Las dos sabemos que jamás hubiese aceptado la relación.-suspiró y se dejó caer en una de las sillas acolchonadas –Cada día con esa incertidumbre valió la pena porque te tenía a ti, pero también en cierto modo minaba mi inseguridad. Yo estaba en el lado perdedor.-irónico cómo funcionaba la vida cuando fue Valeria quien lo perdió todo y Ontari lo tenía más que presente –Lo siento, se que no resuelve nada pero de verdad lo siento. Por no ver a través de tus palabras y por permitir que mis inseguridades y otras personas me manipularan.-las dos sabían a quien se refería, pero lo cierto es que no fue solo Costia quien aportó su opinión sobre el tema de su relación con Valeria.

-No cambia nada, pero lo agradezco de todas formas.-en ese sentido no podía reprochar algo en lo que también fue culpable. Nunca la enfrentó sobre Costia, al menos no referente a los comentarios. Quizás porque en el fondo sabía que un día probablemente se iban a cumplir, al final le rompió el corazón como tanto predijo. No tenía una bola de cristal para saber que tendría el valor de desafiar a su padre y largarse –Al final tú y todos tenían razón, no importaban los motivos, ocurrió.

-Importan mucho los motivos Valeria, no tuviste más opción y tomaste la decisión que creías correcta.-la interrumpió con firmeza y negando –Me amabas lo suficiente para protegerme, ahora lo sé. Pero pasé muchos años creyendo que no significó nada.

-¿Cuándo te di esa impresión? –rebatió por primera vez, el término pasado que Ontari utilizaba para referirse a la relación y al amor la irritaron.

-No podía controlar como me sentía. Estaba allí con una beca, mis padres contando el dinero para la comida y los gastos, con una novia que ya lo tenía todo en su vida y a la que quería ofrecer el cielo y no podía.-respondió Ontari esperando por una vez que tomara su lugar y comprendiera –Con el temor a terminar con el corazón roto y las inseguridades, no es que fuese la mejor compañía.

-Comprendo, ahora lo hago.-dijo Valeria con sinceridad, pero no desaparecía todo lo sufrido -¿Y ahora? Dices que quieres estar en mi vida, yo tengo una posición pública, dinero, ¿cómo sé que no se repite la historia?

-Porque aprendo de mis errores y ya no tengo 20 años.-contestó la Detective decidida –Si hay una oportunidad de recuperarnos, aunque sea como amigas, la tomaré.-dijo y Valeria leyó en sus ojos la determinación y la sinceridad.

-¿Y Costia? – preguntó gélida.

-Está fuera. Me mintió. Ella siempre supo de ti, lo ocurrido con tu padre y jamás lo mencionó.-respondió tensa y disgustada, le dolía apartarla así porque a pesar de todo Costia estuvo ahí para ella en momentos difíciles, pero también esa amistad estaba formada a base de mentiras. Era evidente que tenía sus propios intereses y prefirió envenenarla contra Valeria que decir la verdad. Le daba rabia lo estúpida que fue y como se dejó manipular.

-Costará un tiempo creer en eso.-la rubia no vió el punto de mentirle –Nada me garantiza que regrese corriendo a tu vida con una excusa y te convenza esta vez de cualquier otra cosa.-la pelinegra se quedó en silencio, no podía reprocharle la desconfianza pero al menos aceptaba que fuese parte de su vida.

-Ahora tenemos el tiempo a nuestro favor y ninguna le debe nada a nadie, somos adultas. Es probable que esta no sea la única conversación que tengamos con respecto al pasado, pero hablo en serio cuando digo que al menos quiero recuperar la amistad.- y con suerte la relación también –Ocho años es mucho, necesitamos reencontrarnos, conocernos y hacer nuevas memorias para desprendernos del pasado. Es lo que quiero yo, pero si no te sientes de la misma manera…

-No.- la cortó Valeria –Está bien lo que dices, me gustaría recuperar la amistad, conocemos el pasado pero nada sabemos sobre el presente de ninguna.- reconoció, aunque la palabra amistad le provocaba una sensación incómoda, ninguna podía ofrecer nada más que eso por el momento.

-Gracias por darme otra oportunidad, por darnos otra oportunidad.- se corrigió Ontari y no ocultó la sonrisa. Ambas pretendieron que se refería a la amistad, pero sabían que la sensación idéntica de mariposas en el estómago, no se debía a la posibilidad de recuperar una simple amistad.

-No me las des aún.- contestó la rubia, aunque la sonrisa era contagiosa. Quedaba mucho que recorrer, una confianza por construir y el resto se lo dejaban al futuro y al destino –No tengo ni idea de cómo hacer esto, lo reconozco. Si tienes alguna es el momento.

-Creo que para empezar, controlar tus impulsos de huir por la otra puerta cuando yo aparezco.- bromeó Ontari y esbozó una sonrisa. Particularmente esa acción siempre le dolió.

-Es un inicio, no más huidas.- aceptó percatándose de la nota bromista que por lo general ocultaba otras cosas. No obstante, no era momento para conversaciones profundas. Una por día llenaba la cuota.

-¿Sería muy pronto si te invito a una café cuando salgamos de aquí? Y conversar un poco de cosas mundanas.- ofreció la Detective y dejó la decisión  Valeria. Si era pronto o no Valeria no estaba segura, realmente no tenía idea de cómo actuar cuando se suponía que debía cambiar un comportamiento grabado durante años. Mantenerse lo más lejos posible de Ontari. Le agradecía que tomara la iniciativa y tratara la situación con naturalidad.

-Me parece bien, que fluyan las cosas y no pensarlo demasiado.- le dijo decidida a no poner trabas entre las dos.

-Perfecto.- la pelinegra suspiró aliviada por un lado y nerviosa por el otro. Era el comienzo de algo bueno, una segunda oportunidad en la vida lo cual no solía ser muy frecuente en la suya –Y por favor, no te enojes con Amanda. Le insistí por una oportunidad y me amenazó como toda buena amiga. Se preocupa por ti.

-Me hizo una encerrona, igual me las va a pagar.- negó la rubia que por un lado apreciaba la protección y por el otro la maldecía por entrometida. Aunque eso al final también se lo tenía que agradecer…a lo mejor en el próximo siglo –Vamos.

A la salida Ava y Amanda esperaban pacientes en el salón de estar, por si acaso corría sangre, todavía no muy segura de quien. Valeria puso su mejor expresión de enojo con posibilidades de asesinato y miró fijamente a su mal llamada amiga, que se encogió en el sofá aferrándose a la mano de Ava como si de eso dependiera su vida. Permitió que el silencio escalara unos segundos conteniendo la risa por la mirada de cachorro regañado y finalmente suspiró.

-Iremos a tomar un café.- comentó como si nada y Ontari rió entre dientes a su espalda. Ava sonrió complacida y asintió a su amiga en aprobación, ella también quería ver a Valeria feliz. Amanda en cambio, entrecerró los ojos pasando la mirada de una a otra hasta que se convenció de que la fiesta iba en paz –Que sepas…- Valeria la señaló con un dedo –No he terminado contigo, esta me la debes.- le advirtió y Amanda resopló irónica.

-Vaya amigos agradecidos que tengo.- pero al final las comisuras se le curvaron en una sonrisa –Me alegra que al menos puedan ser civilizadas. Diviértanse.- agregó y Valeria rodó los ojos antes de seguir caminando, Ontari sonrió con los ojos brillantes y le dijo un “gracias” apenas con un movimiento de labios antes de salir tras ella. Amanda suspiró preocupada cuando sintió la caricia en la mejilla.

-Eres muy buena amiga, la mejor. Ellas estarán bien, confía en que son adultas y aprendieron de sus errores.- le dijo la pelirroja adivinando sus pensamientos, Amanda se inclinó apoyando la cabeza en el hombro delicado y encantada cuando dos brazos la rodearon.

-Eso espero, han sufrido mucho y merecen ser felices.

-Hmm, ¿y tú?¿Mereces ser feliz? – le preguntó tomándola desprevenida, la pelinegra alzó la mirada confundida y le explicó –Siempre hablas de que otros merecen la felicidad, ellas porque han sufrido, yo por mi pasado, pero, ¿y tú?¿Te permitirás a ti misma ser feliz? – ante el silencio continuó, deslizando los dedos por las hebra suaves de cabello negro –También tú lo mereces, recuerda eso.- le dijo con suavidad y besó los labios con ternura –Ambas lo merecemos.- finalmente Amanda sonrió, si Ava estaba incluida en esa felicidad, entonces si la quería.

-Solo contigo.- contestó antes de silenciarla con más besos.