Deep Blue Sea 14

Capítulo 14

Valeria y Amanda terminaron de concretar los últimos detalles sobre la colección, el lanzamiento y el futuro con Cartier, cuando súbitamente ambas quedaron en silencio. Era el momento de la verdad, cuando toda la situación y las decisiones tomadas se asentaban como verdaderas. Valeria que llevaba demasiado conteniéndose fue la primera que habló.

-Nunca te había visto así.- Amanda alzó la mirada interrogante. ¿A que de todo se refería? –Como te comportas con ella, lo que estás dispuesta a hacer por ella. Es...simplemente estoy sorprendida. Se te ve feliz.- agregó las palabras correctas, la escena en el despacho la había convencido de eso. Como le brillaban los ojos cuando se miraban, el abrazo protector y por último –Todavía no me puedo creer que le ofrecieras compromiso.- suspiró desconcertada –Quiero que seas feliz Mandy, de verdad, pro Ava está en una posición crítica. Podemos buscar otra solución.- Amanda permaneció en silencio, las dudas de su mejor amiga eran lógicas y sin embargo, ella no tenía ni una sola razón coherente para explicar lo que hizo o por qué lo hizo.

-No quiero otra solución.- respondió con seguridad y hasta ella se sorprendió. Una cosa era pensarlo y otra muy diferente admitirlo en voz alta. Valeria la miró completamente seria y negó como si todavía no creyera lo que sucedía.

-Te estás enamorando de Ava.- cuando escuchó las palabras, la certeza la golpeó con la fuerza de un tren a toda velocidad. ¿Podía ser?¿O solo se trataba de una obsesión peligrosa?

-No lo sé. Desde el primer día ha sido diferente. Prácticamente salí corriendo a buscarla cuando la despedí y la traje a casa. No tengo una respuesta, de verdad no la tengo.- era el momento de sincerarse. Si ella no se entendía a sí misma, quizás alguien más podía hacerlo.

-Padeces los síntomas y ella también. Lo que temo es el daño que pueden hacerse la una a la otra. Ava está en un momento vulnerable y tú cuidas de ella. Con su pasado puede que esté equivocada, es muy fácil confundirse.

-También lo sé.

-Y aun así te arriesgas.- Valeria asintió en silencio, lo que había entre ellas era demasiado intenso como para que ninguna fuese capaz de ver más allá. Era un desastre en potencia –Lo que decidas estaré aquí.

-Gracias.- respondió Amanda agotada, pero las palabras de su amiga aún resonaban entre sus pensamientos. ¿De verdad sentía algo más que simple atracción? Cuando la química entre dos personas era tan fuerte, ciertas líneas se confundían en el proceso.

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Andrew iba entrando a su oficina después de otra discusión frustrada con varios miembros del board sobre la presencia de Amanda en la Empresa y la falta de información en cuanto a la investigación. No tenían nada, ni una sola pista y eso lo favorecía de muchas maneras por igual. Desafortunadamente, su prima hacía un trabajo impecable en cuanto a los números y el dinero era todo lo que interesaba allí. Pasando por el escritorio de su secretaria, una portada distintiva llamó su atención, una portada que contenía el apellido Dayne. Curioso se llevó la revista al despacho y se acomodó para ojearla. En la página 3 se detuvo impresionado por la foto que abarcaba media página y reconoció el rostro de inmediato. La misma mujer que había visto en la mansión y que en otras fotos se mostraba con Amanda. Soltó una carcajada satisfecho.

-Streaper y prostituta, ¿no la pudiste escoger mejor? – marcó un número en el teléfono de la oficina, un ring después contestaron –Thomas ven a mi despacho.- cuando estuvo frente a él le mostró la revista en el artículo, el hombre palideció y abrió los ojos como platos.

-¿Qué significa esto??Conoces a esta mujer? – inquirió nervioso, Andrew comenzó a preocuparse.

-Es la nueva amante de mi prima, la vi en la mansión hace unos días y ahora esto. Un escándalo así es lo que necesito.- respondió con una sonrisa, Thomas lo miró con la boca abierta y sudando.

-¡No, no! Andrew, esto es malo, estamos jodidos.- exclamó desesperado -¡Es ella!!Es Ava Brenner, la contadora que firmó los papeles, la que despidió! Si es su amante significa que trabaja con ella.- fue el turno de Andrew de paliceder.

-¿Estás seguro de lo que dices?

-Seguro. Es ella.

-Tengo que pensar sobre esto. No puedo creer que esa zorra se esté acostando con ella para sacarle información. Tampoco es que ella tuviese acceso a otros documentos de Amanda no pueda conseguir. No entiendo a que juega, pero si me acaba de entregar a su propio cabeza en bandeja de plata.- dijo Andrew satisfecho consigo mismo, si podía quitárselo del medio y humillarla en el proceso, iba a disfrutarlo –Convoca una sesión plena del board en la mañana. Nuestra CIO tendrá que explicar por qué se revuelca con la responsable de un robo millonario en su propia empresa.

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Ava estaba en una esquina del sofá escuchando la conversación a su alrededor, sin poder distraerme y bastante nerviosa. Sebástian estaba dormido y cargaba con el monitor a todos lados por precaución. Amanda, Nath y Valeria discut'ian sobre negocios, tan pronto de joyería como de arquitectura y los progresos de cada empresa familiar. Solo Andrea, la esposa de Nathaniel parecía tan distraída y aburrida como ella. Era profesora de universidad y no se mezclaba mucho en esos asuntos.

Desde su llegada a la mansión Andrea fue un apoyo, casi todos los días pasaba a conversar y si no llamaba por teléfono, lo mismo Valeria aunque un poco menos por sus múltiples ocupaciones y agradecía a ambas por eso. Eran su único apoyo, aparte de Amanda, y a las que de alguna manera podía considerar amigas. Mientras que la propia Ava apenas superaba la humillación de las fotos y el artículo que publicaron, ninguno de ellos la trataba de manera diferente. Su apoyo era incondicional y Ava se sentía abrumada muchas veces.

-Ava, acompáñame a buscar una margarita antes de que muera por aburrimiento.- de pronto Andrea estaba frente a ella y ni se había percatado –Cuando estos se reúnen es imposible, vamos.- Ava esbozó una sonrisa insegura cuando tres pares de ojos se giraron para mirarla, ya estaba lo suficiente nerviosa. Amanda le sonrió tranquila, Andrea tenía razón y sin querer la habían excluído.

-Lo siento.- se disculpó sincera –Me dejé llevar por la conversación. Si quieres ir no hay problema, de todas formas mi padre debe estar por llegar.- recordó Amanda y los nervios de Ava se intensificaron. Andrea rodó los ojos con el poco tacto de la mujer.

-Está bien.- aceptó Ava porque hasta ella necesitaba una margarita.

Ya en el salón de los juegos donde estaba el bar, Andrea sirvió dos copas y se sentaron a beber en silencio. Sin poder evitarlo las mejillas de Ava enrojecieron con los recuerdos del beso compartido en el mismo sofá donde estaba sentada. Por suerte para ella Andrea no tenía el poder de leer el pensamiento.

-¿Estás bien? – fue la pregunta de la mujer que rompió el silencio. Bien era un término relativo cuando se trataba de su vida donde las cosas sucedían sin una definición.

-Estoy.- fue todo lo que pudo responder –Supongo que ya sabes la noticia.

-Nath no se pudo contener, no podía creerlo.

-Somos dos.

-¿Quieres decir que aceptarás la propuesta de Amanda? – preguntó y ante al silencio agregó –Creo que deberías hacerlo.- Ava la miró sorprendida.

-Es una locura, todo esto lo es. Amanda no está pensando con claridad ni en las consecuencias. Mi vida entera es un problema que afecta la suya directamente.

-Amanda es una adulta que toma sus decisiones.

-Decisiones equivocadas.

-Puede ser pero es su elección.

-Y la mía también no aceptarlo. Ella se siente de alguna manera responsable por despedirme y porque Sebástian no tenga que dormir en habitaciones de motel. Y no tiene por qué.

-Olvidas algo.- intervino su amiga –La atracción entre ustedes que cada vez es más evidente. La forma en que te mira y cuida de ti es diferente como te protege, a ti, no solo al bebé.

-La atracción no justifica arriesgarse tanto.- rebatió Ava compartiendo sus inseguridades –Ya viste lo que salió en esa revista y lo que no saben sobre la empresa. No lo vale.

-Una simple atracción no, no lo vale.- Andrea le dio la razón –Pero quizás algo más profundo sí.- comentó casualmente.

En eso Andrea podía tener razón. Lo que había entre ellas no era simple atracción. La química intensa existía pero algo más se manifestaba bajo la superficie. No solo por la respuesta física de su cuerpo, sino por la calidez y la seguridad que un simple abrazo o gesto de Amanda –como despertar juntas- le transmitía. Ava definitivamente nunca sintió algo parecido y tenía la sospecha de que su corazón se estaba lanzando a una carrera por la meta a juzgar por como latía en ese momento. ¿Sería posible que Amanda sintiera algo de verdad por ella? La posibilidad la maravillaba y la aterraba por igual, soñar siempre había sido peligroso en su vida.

-Profundo.- repitió ausente. La palabra tenía sentido, sus sentimientos por Amanda definitivamente tenían corrientes profundas, más de lo que quería admitir –Dios.- dejó salir el aliento despacio en un murmullo –Ni siquiera en la adolescencia sentí algo tan...ella transforma el mundo.- "Su mundo al menos." Sonrió enterrando el rostro entre las manos sonrojada –Parezco una adolescente con su primer enamoramiento.- se burló de si misma, Andrea la miraba con una sonrisa sincera.

A todos les preocupaba el comportamiento impulsivo de Amanda cuando de Ava se trataba, sobre todo porque no tenían idea de los motivos de la joven para aceptar los cambios a los que Amanda sometía su vida. El máximo desconcierto fue la propuesta de compromiso. Andrea supuso que era una de las bromas de su esposo hasta que Valeria se lo confirmó y casi se ahoga con el café que bebía en ese momento. Por supuesto que Ava lo aceptaría, dadas las condiciones que estaba su vida y la posibilidad de perder a su sobrino. Andrea nunca la juzgaría por tomar esa decisión, ella era madre y como Ava, estaba dispuesta por sus hijos a eso y más.

Pero también estaba Amanda, quien por alguna razón desconocida sufría alguna clase de embeleso por Ava, que independiente de ser muy hermosa, tenía una mezcla de inocencia y vulnerabilidad que la hacía parecer una muñeca rota. Lo cual explicaba cada decisión que Amanda tomaba en beneficio de Ava, guiada por el deseo de protegerla, sin pensar en lo perjudicial que podía ser para ella. Ayudaba saber que la otra joven estaba tan distraída y hechizada como Amanda. Si Andrea pudiese poner un nombre a la situación, sin duda alguna era lo más parecido al amor a primera vista, eso sí que era profundo. "A lo Romeo y Julieta."

-Creo que puedo decir sin temor a equivocarme, que no estás sola en eso. Amanda está irreconocible, pensé que deberías saberlo.- era normal que Ava tuviese sus dudas, pero no que se dejara dominar por ellas –Confía un poco más en lo que tienen, algo así vale la pena. Si Amanda ha tomado la decisión de enfrentar lo que viene en un compromiso contigo, es un increíble paso en su vida. Y queda por ti también decidir si estarás a su lado, porque no será nada sencillo.

-Lo haré, por supuesto que lo haré.- fue la respuesta seria, sin dudas. Aún si entre ellas los sentimientos resultaban ser pasajeros, Ava estaría hasta el final. Le debía demasiado a Amanda.

-Entonces estarán bien.- le aseguró Andrea y las palabras suavizaron un poco los nervios de Ava, por 5 segundos...se escuchó un ruido en la puerta y voces nuevas. La cena familiar estaba a punto de comenzar.