Deep Blue Sea 13
Capítulo 13
Las reacciones fueron tan variadas como chistosas y Amanda rio entre dientes. Solo por ver sus caras valía la pena. Nathaniel abrió los ojos como platos, Valeria alzó las cejas que llegaron hasta el nacimiento del cabello y Ava la miraba como si estuviera loca. Y probablemente tenía razón, pero cuando sus miradas se cruzaron y esbozó una sonrisa, Amanda supo qué hacía lo correcto y se sentía correcto. Fue un segundo antes que el desconcierto estallara en la habitación.
-¡Infiernos! Esto si merece estar en la primera página de maldita revista.- exclamó Nath emocionado.
-Concuerdo.- Valeria asentía asombrada –Nunca pensé escucharlo, ya había perdido la esperanza. Me debes 100 euros, gané la apuesta.- le dijo al hombre.
-Víbora.- sacó la billetera y le extendió el dinero a una Valeria satisfecha.
-Están olvidando algo.- los interrumpió Amanda consciente de que Ava continuaba en silencio a su lado.
-¿Qué? Hombre, deja que le cuente a papá cuando llegue esta noche.- comentó su hermano.
-¿Papá regresa? – se distrajo de momento -¿Otra vez lo llamaste?
-¡No! Llamó para decir que tenía el boleto listo.
-Más te vale.- gruñó Amanda –Regresando al tema, Ava no ha dicho que sí, nadie ha ganado la estúpida apuesta.- como respuesta Ava se aclaró la voz ligeramente.
-¿Podemos hablar un momento a solas? – le pidió.
-Por supuesto. Ustedes dos, fuera.
Cuando la puerta se cerró y quedaron a solas Amanda se encontró de pronto inusualmente nerviosa. Ava no parecía contenta, ¿y si la rechazaba? "!Agh! no seas estúpida Amanda, le has ofrecido una solución al problema, no un matrimonio verdadero." ¿Qué importaba si la rechazaba? Algo se rebeló dentro de ella, importaba, sí que importaba.
Ava no pudo escuchar más allá de la palabra compromiso. ¿Qué?! Cómo podía proponer algo tan importante de manera tan descuidada! No era así como ella pretendía casarse, de hecho, nunca tuvo intenciones de hacerlo. No después de que el infierno que vivió, la convenciera de que no existía el amor y los finales felices. Lo peor es que no estaba molesta con la petición, su corazón había dado un salto absurdo de alegría como si fueran las palabras que esperaba escuchar, seguido de un enojo total por la forma en que se lo había pedido. Como si preguntara por el estado del clima. Un desastre de emociones y sentimientos contradictorios. Amanda una vez más le ofrecía su ayuda de una manera increíble, ¿y ella estaba cuestionando sus capacidades románticas? Por no hablar todo lo que implicaba la petición.
-Amanda.
-Hmmm...
-¿Acabas de proponerme matrimonio?
-Ehmm...yo...hmm.- los nervios la traicionaron. ¡Nervios!¿Dónde estaban las palabras? –Pues...sí. Creo que es la idea, es la única forma en que puedo ofrecerte el apoyo para la adopción de Sebástian. Nathaniel ya está casado, Valeria es un desastre con los niños y a no ser que tengas un candidato mejor.- razonó, aunque la última posibilidad quedaba fuera de consideración. ¡Ni hablar!
-No existe un candidato mejor y no dudo que le tienes cariño a Sebástia.- dijo Ava. Amanda compartía con el bebé a diario, desde jugar con él y hacer voces tontas, hasta cambiar pañales o simplemente tomarlo en brazos –Y no hablar de cómo lo consientes, pero...¿Un compromiso? Aunque sea de esta manera es algo serio, una responsabilidad. ¿Por qué haces esto?
-¿Por qué no debo hacerlo Ava?¿Tanto te cuesta aceptar lo que viene de mí? – preguntó irritada –Sentimos algo la una por la otra, no debería ser tan insoportable la idea.
-Ese es el punto Amanda, no es insoportable, todo lo contrario.- fue la respuesta directa de Ava –Es absurdo, pero estoy más molesta por lo poco delicado de la petición que por un instante olvidé que se trataba de una mentira.- Amanda pestañeó cuando la palabra "mentira" le causó una punzada, pero Ava continuó aclarando –Hace mucho que dejé de soñar con cuentos de Príncipes y finales felices, pero créeme que esto se siente muy cerca de algo así.- si con eso no la terminaba de espantar.
La expresión de Amanda había cambiado a total seriedad. ¿Acaso Ava insinuaba que sentía algo más que atracción por ella? Nunca antes había sido tan lenta para interpretar las palabras cuando involucraban sentimientos. De la misma manera que se negaba a reconocer que más allá de hacer la propuesta como una solución, existían otros motivos que aún no tenían nombre ni forma pero que estaban allí.
-Entonces, por qué en vez de rechazarlo por lo que asumes, nos dedicamos a descubrir que tan verdadero puede ser.- contestó igual de directa –Sé que no es así como cada mujer sueña que le propongan matrimonio, pero nuestra situación nunca ha sido la ideal desde el inicio y sin embargo nos dimos la oportunidad.
-Es cierto.- a veces encontraba inexplicable como era capaz de sentirse feliz cuando su vida pendía de un hilo. Al menos de su parte la simple atracción comenzaba a tener un matiz más serio y eso la asustaba –Pero lo que me ayuda a mí, te puede destruir a ti. Las fotos es el menor de los problemas cuando estoy acusada de fraude millonario en tu empresa familiar.
-No estás acusada de nada.
-Aún. Pero esto también saldrá a la luz y me niego que caigas arrastrada conmigo. Quizás la solución sea otra. Si estás dispuesta para adoptar a Sebástian, pídelo tú sola, te lo concederán de inmediato.- esa era la verdadera solución por muy dolorosa que fuera –No necesitas atarte a mi cuando soy un lastre peligroso para tu vida.- concluyó Ava aunque cada palabra se le clavaba en el corazón. Amanda soltó algo parecido a un gruñido frustrado.
-No, haremos esto juntas y no me arrastrarás contigo porque nada va a ocurrir. Sebástian necesita a su madre, a la persona que lo ama de manera incondicional, no a una desconocida. Además...- se inclinó hacia Ava en un beso sorpresivo, presionando los labios con la punta de la lengua, que se abrieron gustosos para recibir el embate. Fue un momento corto pero intenso que las dejó agitadas y sonrojadas –Hmmm...
-Oh, cada beso es mejor que el anterior y tiene consecuencias más...
-¿Devastadoras? Lo sé, pero estamos discutiendo un tema serio aquí.- dijo Amanda en broma y con una sonrisita de suficiencia –Decía que en cuanto a mí, por primera vez la palabra compromiso, incluso, matrimonio, no me provocan un ataque de pánico por el que quiero correr en la dirección contraria. Me gusta la idea de amanecer junto a alguien y que ese alguien seas tú.- Ava contuvo el aliento, era lo más parecido a una declaración que había escuchado de parte de Amanda y miles de mariposas se agitaron en su estómago –Quizás, no has pensado por un instante, que seas tú la que tengas dudas sobre esto. Por lo que significa y por lo que soy. Porque soy una mujer y jamás te interesaste en una antes. Estarás en una relación pública y cuando salgas a la calle será de mi mano y no de la de un Príncipe Azul. Será el beso de una mujer, el toque de una mujer y puede que no sea suficiente. Y tener que lidiar con el hecho de que no todos aceptan tu elección de vida y te lo harán saber, a veces de maneras desagradables. Aquí, encerrada entre cuatro paredes no has enfrentado aún la realidad de lo que un cambio así significa.- un suspiro –Si se anuncia el compromiso tendremos que salir y representarlo, sé que por Sebástian lo harás, pero es un motivo temporal y una vez completado puedes elegir el camino que desees. En cambio, si entras en esto pensando en nosotras, entonces yo esperaré...- Ava la silenció con un dedo sobre los labios.
-¿Una pareja?¿Una compañera que esté a tu lado? Puede que sea inexperta pero no soy ignorante. Sé cómo se ven dos mujeres juntas y no es diferente a como se ve una pareja heterosexual. No me trates como una tonta que no puede decidir y pensar por si misma.- le reprochó, aunque no estaba molesta –Se de lo que hablas. Pero yo pedí conocerte, ¿recuerdas? Tu vida, lo que haces y quien eres, forma parte de eso y estoy consciente de lo que significa. Me gustan los hombres.- se encogió de hombros quitándole importancia, no es que tampoco hubiese estado con muchos –Ahora me gusta una mujer.- la distinción de Ava le provocó una sonrisa, con "una" se refería solo a ella –Y esa mujer es todo en lo que puedo pensar ahora. Si tomamos caminos diferentes no será porque me atraiga más un hombre que una mujer, sino porque no encontramos en la otra lo que necesitamos para ser felices. No dudes de mí y yo no lo haré de ti. Se de sobra que no estoy a la altura de tus conquistas. Me querrán sacar los ojos cuando descubran que una simple contadora y stripper atrapó a la soltera más codiciada de Londres y sé que el compromiso no las detendrá si quieren meterse en tu cama. Para ellas no seré nadie y es cierto.
-¡Hey! – Amanda se quedó helada, no había considerado las inseguridades de Ava y era una estúpida por eso. Negó suspirando por su ignorancia suprema –Un compromiso no las detendrá pero yo sí, no te faltaré el respeto Ava, jamás he sido tan seria en algo como lo estoy siendo en esto. Y como tú, solo puedo pensar en una mujer, una que ocupa todos mis pensamientos y fantasías.- agregó con una voz sensual que le provocó un estremecimiento a la pelirroja -¿Aceptarás cumplirlas? Eso es parte de mi propuesta, es una promoción.- se acercó al cuello de Ava y probó con la punta de la lengua, robando un suspiro y obteniendo más piel para besar cuando ladeó la cabeza para permitir más acceso.
-Soborno, chantaje y agrégale tortura Amanda.- las dos habían tenido su buena dosis de besos calientes y húmedos y sus cuerpos estaban al límite de resistencia –Agregarán asesinato a la demanda si no dejas de provocarme y me llevas a la cama de una vez. Ya sé que fui una estúpida y has probado tu punto. ¡Dios! Sueno patética y necesitada.- Amanda se echó a reír sin abandonar el recorrido.
-No tienes idea. He querido arrancarte la ropa desde el primer día. ¿Cómo crees que me siento yo? Pasando las noches a base de duchas frías. Te he imaginado desnuda en mi cama todos los días.
-Basta Amanda.- suplicó ardiendo y ni siquiera la había tocado más allá de unos besitos en el cuello. Se apartó con la poca voluntad que le quedaba –No te acerques otra vez a menos que vayas a terminar lo que comenzaste. Me estás volviendo loca. Amanda esbozó una sonrisa lenta y sensual, toda una burla. Sus ojos brillaban cargados de deseo y hambre.
-Bienvenida a mi mundo.
-Provocadora.
-Que puedo decir, eres irresistible.- contestó Amanda, Ava se sonrojó con el cumplido y le acarició la mejilla –Hoy quiero no quiero que estés encerrada trabajando. Aprovecha la piscina y pasa el día con el bebé, esta noche viene mi padre y su esposa a cenar, en realidad vienen todos.- la pelirroja abrió los ojos en pánico –Una cena familiar, quiere conocerte.- Amanda se encontró a si misma emocionada ante la perspectiva de presentar a su nueva prometida. Soltó una risita irónica, el infierno estaba a punto de congelarse –No, no permitiré que te escondas. Ahora eres mi prometida.- reafirmó con un beso casto en los labios –Y también parte de la familia.
-Pero...-¿parte de la familia? Lo decía con una sonrisa, como si fuese verdadero y realmente lo deseaba. Ava añoraba tanto el calor familiar y pretender por unos instantes que podía permitirse la felicidad, que terminó accediendo.
-Te buscaré antes de la cena, aún tengo algunas cosas que hablar con Valeria, disfruta el día.- y con otro roce de labios se despidió. Ava, aún estaba aturdida por lo que había ocurrido y por la velocidad con que su vida cambiaba constantemente.
-Prometida de Amanda.- murmuró sin poder creerlo, pero no pudo evitar la sonrisa en el rostro a pesar de ser una locura.