Deep Blue Sea 12

Capítulo 12

Amanda la sostuvo mientras Ava se estremecía en llanto y desahogaba la frustración y el dolor de años, todo lo que había tenido que sufrir en silencio. Un tiempo después, cuando estaban extendidas a todo lo largo del sofá en un abrazo, Amanda se percató de lo mucho que le gustaba estar así y que se iba convirtiendo en uno de sus momentos preferidos. Ava permanecía en silencio, con los ojos cerrados pero no dormida. Escuchó un suspiro y sintió su cuerpo agitarse a su lado, junto a la voz de su acompañante, triste y apagada.

-¿Crees en lo que te he contado? – una pregunta tonta o no estuviesen allí, pero necesitaba escucharlo en palabras. Amanda se giró un poco hasta quedar rostro con rostro y se tomó unos segundos antes de asentir.

-Lo hago.

-¿Cómo?

-Simplemente lo sé.

-¿Te has equivocado alguna vez?

-Sí, nadie es infalible, algunas personas saben cómo ocultarse bien.

-Cómo tú. Nunca se lo que estás pensando y me sorprendes siempre.- le confesó Ava sin perder la ironía del tema –Me gustaría...daría todo por saber que estás pensando ahora, sobre nosotras. Entiendo que todo esto puede perjudicarte mucho, así que estoy preparada para marcharme.- dijo decidida aunque el dolor de esas palabras le apretó el pecho –Además ya sabes lo que hice para ganarme la vida, mi foto está en todos lados y la de Ivy...es mi rostro, mi cuerpo, me siento sucia.- expresó con rabia por como el destino le había jugado tan sucio cuando pudo ser feliz. Amanda frunció el ceño irritada, no era justo que Ava se despreciara así y no le gustaba el camino que estaba tomando la conversación –Te mereces a alguien mejor a tú lado –imaginarse a Amanda con alguien más, alguna modelo o actriz fue tan doloroso como apartarse de su lado. Sin poder evitarlo las lágrimas salieron otra vez y las apartó furiosa de un manotazo.

-No.- el tono severo de Amanda cortó el monólogo en el instante que detuvo a Ava de la mano –El pasado no te define. Enfrentaste la vida porque tenías que hacerlo y conservaste tu integridad a pesar de todo. No estás sucia Ava, al contrario, admiro tu valor porque eres una mujer fuerte que ha superado lo impensable y se abrió paso en la vida. No eres Ivy, ya no tienes la responsabilidad de cuidar de ella y mucho menos de llevar sus faltas como una carga.- le tomó el rostro y lo acercó para besar sus labios, que se entreabrieron para recibirla en un beso angustiado. Amanda se apartó depositando otro beso en la mejilla húmeda –Nada ha cambiado, lo que siento por ti sigue ahí. Confieso que las fotos me descolocaron, sobre todo donde aparece...

-¿Todavía no crees que sea Ivy? Puedo probártelo.- estalló Ava casi saltando del sofá, estaba furiosa. Con ella misma y sobre todo con Ivy por hacerle algo así, por no pensar en las consecuencias de sus actos y le dolía sentirse así sobre su hermana por muchos errores que hubiese cometido.

-Ava, ¿Qué haces? Yo no he...- la frase murió cuando la pelirroja abrió la blusa casi de un tirón y un par de botones saltaron por el aire -¿Qué...?

-Ivy tiene una marca de nacimiento en el muslo, se ve en la foto desnuda, es lo único que nos diferencia.- le explicó mientras batallaba frustrada con el botón del pantalón.

-¡Basta ya! – Amanda saltó enojada cuando interpretó sus intenciones y capturó las delicadas manos.

-¡Déjame!

-¡No!!Maldita sea! Te dije que no dudo de ti.- encerró ambos brazos detrás de la espalda de Ava y el cuerpo semi-desnudo y agitado se retorció contra ella. Amanda gruñó de frustración, pero intentó serenarse antes de hablar –Ava.- la llamó en voz baja junto al oído –No es así como quiero ver tu cuerpo por primera vez, no en esta situación, ni en estas condiciones. Vas a privarnos de un momento muy especial.- la suavidad sensual en la petición le produjo escalofríos y atravesó la neblina de frustración y rabia hasta que se tranquilizó y entonces se sintió como una estúpida.

-Ya has visto mi cuerpo, la foto...- se justificó todavía temblando ligeramente. Derrotada y arrepentida, alzó la mirada encontrándose con unos ojos azules cargados de preocupación y ternura. Y eso la derritió.

-Tú no eres Ivy, eres Ava y yo, te quiero a ti.

-Oh...me estoy comportando como una demente, ¿cierto? Creo que he perdido la cabeza.- suspiró agotada, apoyándose contra el cuerpo sólido.

-Hmm...un poco, pero es comprensible.- hubo un toque de diversión en la respuesta.

-Puedes soltarme, no voy a desnudarme.- admitió Ava avergonzada por su arranque –Dios, es como si constantemente estuviese en una montaña rusa de emociones.

-Yo diría que hace la vida más emocionante.- Amanda no la liberó de inmediato, en cambio, deslizó los labios por el cuello femenino y mordisqueó la piel cálida. Ava se sobresaltó y su propio gemido la tomó por sorpresa –Y tienes prohibido desnudarte...aún. Ese placer será solo mío.- le advirtió en tono seductor, que provocó corrientes cálidas de deseo en ambas –Ese será tu castigo.- un suspiro ahogado fue todo lo que abandonó los labios de Ava. Amanda se tomaba en serio lo de dejarla sin palabras.

-Cumpliré todos los castigos que quieras.- aceptó Ava. Finalmente Amanda se apartó y le permitió arreglar la ropa, aún tenían una conversación pendiente.

-Terminemos esto, pero como te dije ayer, lo haremos juntas.- dijo Amanda palmeando a su lado en el sofá para que Ava lo ocupara. Esperó a que la pelirroja se acomodara y la rodeó con un brazo para mantenerla cerca, la siguiente pregunta sería difícil y de algún modo intuía la respuesta -¿Dónde está Ivy ahora? – silencio y un suspiro triste.

-Murió. Hace seis meses me llamó, que iba a regresar. Creo que de alguna manera presentía que no le quedaba mucho tiempo.

-Sebástian no es tu hijo, ¿cierto? – las piezas comenzaban a encajar.

-No. Ivy murió un mes después de dar a luz por complicaciones y sangrado. Su cuerpo estaba muy maltratado y no lo soportó.

-¿Y el padre?

-No sé. Nunca me dijo quién era, creo que no lo sabía. Se inscribió al bebé solo como suyo, con nuestro apellido. Me dijo que era lo único bueno y puro en su vida y que yo debía tenerlo.

-¿Pediste la adopción?

-Aún no, no tenía el dinero ni estaba en un buen lugar y ahora sin trabajo, con este escándalo me lo quitarán si lo intento.- un escalofrío de terror y desesperación la recorrió. Su bebé era lo único que tenía en el mundo, el único pedacito de su hermana. No lo había llevado en su vientre pero lo amaba como si fuese su propio hijo.

-No, no lo harán, resolveremos eso después que se aclare este desastre a la prensa.- dijo Amanda decidida –Pero no puedo mencionarte a ti Ava. Has protegido a tu hermana toda la vida y sé que quieres ser justa, sé que ella estaría dispuesta a hacer lo mismo por ti. Ahora es Sebástian quien te necesita.- la joven se tensó a su lado, la comprendía y lo sabía, que era lo mejor para ella, para Amanda y para las posibilidad de adopción de Sebástian, pero no por eso dolía menos. Se sentía horrible manchar la memoria y la imagen de su hermana así, pero no quedaba otra opción.

-Está bien.- aceptó con tristeza –Mis padres deben estar maldiciendo el día en que nacimos.

-Ellos mejor se quedan al margen de esto.- fue la respuesta cortante de Amanda. Esos señores eran tan culpables de las desgracias de sus hijas como el hombre que se aprovechó de ellas –Podemos demandar por tráfico de menores y enviar a la cárcel a esos bastardos pero sería un circo.

-No, prefiero que pase y se olvide, no quiero que Sebástian tenga que recordar a su madre así un día.

-OK, al menos enviaré a mi abogado para asustar a las revistas y con suerte que consiga las fotos originales.- y también descubrir quien las había vendido, pero eso no necesitaba decírselo a Ava –Además él nos puedes orientar con el tema de la adopción.

Unos toques suaves interrumpieron la conversación que al menos había culminado en buenos términos. Aunque no por eso Amanda olvidaba su enojo por lo sucedido. Ava intentó apartarse, no quería comprometer a la mujer con demostraciones de afecto frente a su familia, no después de lo que estaba en esa revista. Pero el brazo alrededor de su cintura no cedió ni un milímetro y cuando la miró, Amanda negó la huida con un, "Adelante," a quien quiera que estuviese en la puerta. Nathaniel y Valeria entraron en tropel a la habitación y Ava ocultó el rostro sonrojado. "Genial." Los cuatro se quedaron mirando en silencio, evaluando la situación sin saber que decir, sobre todo los recién llegados intentando no parecer muy sorprendidos por la posición íntima entre ambas mujeres.

-Valeria me llamó.- se justificó Nath rompiendo el silencio.

-Gallina.- protestó la rubia –Pero cierto, lo llamé, estaba preocupada.- se encogió de hombros como si eso fuese excusa suficiente.

-Ya veo.- Amanza cruzó las piernas acomodándose sin soltar a Ava que observaba el intercambio nerviosa y queriendo desaparecer –¿Esperaban encontrar exactamente qué? – preguntó con sarcasmo –Me alegra saber que intentan protegerla, aunque sea de mí.- concluyó con algo de humor, era cierto que tenía su temperamento, pero tampoco para exagerar. ¿Oh sí?

-No es eso, solo queríamos asegurarnos que estuviesen bien.- rectificó su hermano –Y ayudar.

-Estamos bien, hemos aclarado lo sucedido y Valeria, ya que estás aquí y entre tus muchos talentos tienes el de ser abogada, Ava necesita un consejo.- comentó la pelinegra –Siéntense de una vez.- gruñó cuando todavía la miraron con cara de circunstancia.

-¿Qué necesitas saber? – la curiosidad era un defecto de su amiga. Ava no se apartó de Amanda, necesitaba la seguridad de su abrazo y el apoyo en ese instante.

-Los requisitos que debo cumplir para la adopción de Sebástian y que posibilidades tengo.- explicó Ava y la expresión en el rostro de Valeria fue más elocuente que cualquier respuesta. Ninguna posibilidad.

-Lo siento Ava, ahora mismo sería pérdida segura. No importaría tanto si estuvieras casada o con una pareja que demuestre que puede brindarle a Sebástian y a ti lo que necesitan y estabilidad. Familia y economía, es lo principal. Pero estás sola y por ahora no cumples ningún otro requisito.

-Lo sé, lo he sabido todo este tiempo. Pero necesitaba preguntar.- reconoció abatida, le quedaba rezar para que todo el escándalo no sacara a la luz, que tenía un bebé que no era suyo.

-¿Y si tuviera una pareja? – preguntó Amanda mordiéndose el labio distraída, una idea le rondaba la cabeza.

-Bueno.- Valeria la miró con seriedad –Podría ser, la posibilidad es alta.- intercambió una mirada intrigada con Nathaniel. Había visto esa expresión en Amanda otras veces, cuando estaba a punto de tomar una decisión que no le gustaría a nadie y que solo ella comprendía. "Esto será interesante."

-Entonces, la solución es sencilla.- "Oh, estoy a punto de cometer una locura. ¡Otra! Lo sé." –Ava y yo nos comprometemos y lo adoptamos...juntas. Silencio total.