Dedos

Chica se masturba con sus dedos después de ver porno lésbico.

Me había quedado sola en casa esa tarde y que mejor para aprovecharla que darme un poco de placer. Me fui quitando toda mi ropa lentamente, empezando por mi blusa, después mi brasier dejando mis pechos al aire y acariciandolos en el acto, baje mi short dejándome únicamente en bragas.

Me dedique a buscar algo en Internet que me pusiera caliente, entre al sitio de porno y busque del lésbico que era mi favorito. Escogí uno donde una chica morena le lamía el coño como desesperada a una chica rubia que gemia sin parar, rápidamente me puse muy mojada y empecé acariciando mi clítoris sobre la tela de mi ropa interior. Sentía como se mojaban mis bragas al instante  y con mi otra mano acariciaba mis pezones hasta dejarlos muy duros. El vídeo se seguía reproduciendo y yo solía podía pensar en lo delicioso que sería que una chica como la del vídeo me lamiera todo el coño a su antojo.

Con esa idea en mente me quite mi ya muy húmeda ropa interior, pude notar lo brillosa que estaba mi vagina debido a mis fluidos, pase mis dedos entre mis labios acariciando mi vulva. Abrí mis piernas dejándome toda expuesta, chupe mis dedos hasta dejarlos bien mojados y acaricie mi clítoris. Lo hacía en movimientos suaves al principio en círculos hasta volver más rápidos mis masajes haciéndome temblar. En el vídeo podía notar como las chicas hacían un 69 y gemian en la concha de la otra, abrí mis labios y el dedo medio lo metí dentro mío.

Mi interior se sentía algo apretado pero estaba tan mojado y yo me encontraba tan caliente que sigue, lo metía y lo sacaba, prontamente necesite más y decidí meter otro dedo. Ahora con dos dedos me follaba a un ritmo rápido y duro como me gustaba, me encantaría tener a alguien que me lamiera y chupara mucho el coño hasta dejarlo rojo. Me imaginaba que era yo la que estaba en el vídeo y que era a mi a la que le comían la concha, me follaba con mis dedos pensando que eran los dedos de alguna de las chicas en el vídeo.

Mis piernas empezaron a temblar, cambie un poco mi posición y ahora me encontraba montando mis dedos. Saltaba sobre ellos y me frotaba el clítoris con mi otra mano, abría mis dedos en forma de tijera haciendo que mi espalda se arqueara. Estaba tan cerca de llegar y tener mi deseoso climax. Me puse en posición de perrito mientras me seguía cogiendo con mis dedos sin parar, agregue otro más y sentía como mis paredes los apretaban y como chorreaban mis jugos por mis piernas, un par de estocadas más y me corrí en un increíble orgasmo que me hizo poner los ojos en blanco. Saque los dedos de mi interior y caía rendida en mi cama sintiendo los espasmos que fueron quedaban de mi maravilloso culmine.