Dedicado al hombre que me hace gozar
Decirme que todos los días te masturbas pensando en mí, porque te gusta mi cuerpo, en especial mis tetas y mi culo, me pone cachondísima y empiezo a tocarme.
Siempre que pienso en ti después de hablar por teléfono contigo me pongo a cien porque recuerdo la conversación que hemos tenido y no puedo evitarlo. Decirme que todos los días te masturbas pensando en mí, porque te gusta mi cuerpo, en especial mis tetas y mi culo, me pone cachondísima y empiezo a tocarme.
Cuando me masturbo imagino que estás conmigo y empiezas a desnudarme lentamente mientras me besas apasionadamente. Primero me quitas la camiseta y me vas acariciando, después me quitas la falda y contemplas mi cuerpo teniendo solo la ropa interior puesta. A continuación me das un masaje en la espalda mientras pasas tu lengua por mi cuello, porque sabes que eso me derrite. Poco a poco me vas quitando la ropa interior hasta que me quedo desnuda y empiezas a acariciar mis tetas suavemente para, después, empezar a lamerlas y mordisquearlas. A continuación vas bajando dándome besos suaves en la barriga y en el ombligo hasta que llegas a mi sexo y lo tocas, primero con los dedos y después con la lengua. Eso me llena de placer y hace que me corra, pero quiero más y sigo imaginando que ahora es mi turno de hacerte cosas.
Te quito la ropa y comienzo a besar todo tu cuerpo. Eso te excita mucho y yo lo sé, por eso lo hago. Llego a tu polla y la cojo con las dos manos para masturbarte, lo hago un poco con las manos hasta que me la meto en la boca mientras con las manos te acaricio los huevos, todo lo que te hago te encanta, te vuelve loco y me llevas a la ducha, que es el sitio que más te gusta, para follar. Allí nos tiramos mucho tiempo haciendo diversas posturas hasta que nos corremos tres o cuatro veces.
Después nos vamos a la cama para seguir haciendo otras posturas y cuando estamos muy cansados nos dormimos