Dedicado a tu Novio... (4)

Capitulo final de las aventuras de Elena... morbo a tope, polvo final y muchas explicaciones.

DEDICADO A TU NOVIO… (parte 4 y final)

Concluyo con esta cuarta parte la tetralogía que me ha venido ocupando en las últimas semanas y cuyos links anteriores son http://www.todorelatos.com/relato/36622/ , http://www.todorelatos.com/relato/36846/ y http://www.todorelatos.com/relato/37523/ . Como ya es habitual comenzaré realizando una breve introducción a modo de resumen de las anteriores entregas:

{Tras conocer vía Internet a una ardiente chica con la irreprimible fantasía de poner los cuernos a su pareja, y vivir junto a ella episodios verdaderamente morbosos a través de medios virtuales como sms, fotos, Messenger, NetMeeting o teléfono (todo ello descrito con todo lujo de detalles en la parte 1) Elena decide por fin desplazarse a mi ciudad a espaldas de su novio y familia en un viaje relámpago diseñado especialmente para disfrutar (y ser disfrutada) con un añadido: el maravilloso morbazo de la infidelidad. Una vez allí tenemos un primer y excitante encuentro en persona que sólo se ve interrumpido por unas visitantes inesperadas que aparecen en escena en el mejor momento (todo ello es el contenido de la parte 2). A pesar de las nuevas invitadas mi acompañante decide no detener nuestros preliminares y en su lugar brindarles un espectáculo exhibicionista de los que hacen época (hechos relatados en la parte 3). En esta ocasión me dispongo a concluir la historia comenzando justo donde lo habíamos dejado. Relajaos y disfrutad! }

A mi cabeza aún le costaba asimilar todos los excitantes hechos que estaba viviendo desde que había conocido a Elena. Sin duda estaban siendo las semanas más intensas en cuanto a sexo se refiere de mi vida, ya que a pesar de tener una vida sexual bastante completa, nunca había llegado a cotas de morbo tan elevadas. Lo único que me preocupaba un poco es que yo siempre había sido la parte más activa en todas mis relaciones, porque me gustaba así; pero en ésta en concreto parecía ella la que cogía el toro por los cuernos. Ay! cuernos… que bien usada está aquí esa palabra porque justo de eso se trataba todo esto. Elena estaba cumpliendo su objetivo de colocar ese adorno en la cabeza de su “querido novio” con cada decisión que había tomado en los últimos meses; y a mí, simplemente me estaba utilizando para ello… lo cual no me importaba demasiado ya que yo estaba disfrutando y mucho del jueguecito de esta malvada mujer; pero bueno, ya que jugábamos yo también quería poner mis reglas... Así que algo más relajado físicamente tras mi primer orgasmo de la noche, y sobre todo con la líbido menos a flor de piel, comencé a autoalentarme para ser yo el que tomase las riendas del polvo que me sobrevendría a continuación… Y es que para nada quería que esa chica a la que yo posiblemente recordase toda mi vida se llevara la imagen de que yo no había sido más que un muñequito entre sus manos. Iba a darle caña y mucha… justo lo que ella quería, y en absoluto iba a quedarme a verlas venir como parece que hacía su pobre novio. Hablando de su novio… tengo que reconocer que después de entrar en contacto con Elena empecé a sentir cierta comprensión por la situación del susodicho, ya que no era complicado hacerse una idea de lo difícil que debía ser satisfacer a una hembra como ésta a lo largo de los años. Una noche con ella podía ser una maravilla para cualquier tío, pero seguirle el ritmo durante mucho tiempo y mantenerse a la altura debía resultar harto difícil… ella sabía como “exprimirte” al máximo.

En fin, una vez más me dejo llevar por reflexiones que quizá no os interesan tanto como otras cositas… así que iré al grano. Me era imposible por mi condición de estudiante en aquellas fechas llevarla a un domicilio privado… a no ser que yo decidiese aceptar la dudosa invitación de mi amigo que sí vivía en un piso de alquiler (al contrario que yo que lo hacía con familiares) pero no me gustaba demasiado la idea porque su oferta no sonaba a desinteresada… y no le culpo sabiendo que le había dejado leer un mensaje de mi Elena… uno sólo podía sacar de sus casillas a cualquiera. Después de meditarlo decidí llevarla a un sitio cerrado aunque no completamente privado, pero después de la sesión que acabábamos de tener en plena calle no me pareció que esto supusiese un verdadero problema. Las escaleras de mi bloque servirían para el trámite ya que Elena conocía previamente todas mis tribulaciones.

  • Donde me llevas ahora guapo? –preguntó curiosa- Espero que no esté muy lejos porque no quiero que se me pase el calentón que llevo ahora

  • No te preocupes, llegaremos enseguida. Y si llegas a perder algo de lo que llevamos adelantado me comprometo a recuperarlo rápidamente por el mismo precio –bromeé-

  • Ya sabes que me fío de ti, no hay problema, pero no me dejes sin “lo mío” –me seguía el juego ella-

  • “Lo tuyo” no va a impedir nada ni nadie que te lo dé –la tranquilicé-

  • Así me gusta –sentenció metiéndome una mano en el bolsillo trasero del pantalón y aprovechando para darme un nuevo pellizquito… realmente se notaba que le llamaba la atención esa parte de mi cuerpo-

No tardamos ni cuarto de hora en atravesar la ciudad hasta llegar a mi piso. Era más o menos media noche de un día de diario y no se veía un alma por la calle, lo cual nos venía de perlas porque así no habría vecinos noctámbulos que nos molestaran… ya habíamos tenido interrupciones de sobra por un día. Abrí la puerta de la entrada y entramos al edificio a oscuras. Llamé el ascensor, subimos juntos y pulsé el botón de la entreplanta comercial en la que evidentemente no habría nadie de noche. Por supuesto ya íbamos besándonos y metiéndonos mano de nuevo en el ascensor, así que cuando éste se detuvo no detuve nuestros acercamientos, simplemente la aprisioné contra la puerta de salida y fui empujándola hacia fuera sin parar de tocarla y besarla a lo que ella colaboraba gustosa. La puerta se abrió y salimos al descansillo de la escalera sin despegar nuestros labios y cuerpos ni un solo segundo. Estábamos verdaderamente calientes y deseosos de follar, cosa que no se iba a demorar mucho tiempo, pero esta vez llevaría las cosas a mi manera… Ella intentó tumbarme en la escalera para sentarse encima y volver a llevar la iniciativa como parecía era su costumbre, pero yo, que no era como su chico, lo impedí con decisión, y en su lugar la volteé y le apoyé sus dos manos abiertas en la pared. Me coloqué detrás de ella y pegué mi pelvis a su culo restregándosela voluptuosamente mientras le lamía el lóbulo de la oreja desde atrás y le susurraba cosas al oído:

  • Bueno… por fin te tengo justo donde quería, viciosilla.

  • Mmm, sí… hazme de todo, anda, que lo estoy deseando –susurró frotándose contra mí-

Manteniéndola en la misma postura, de espaldas a mí, introduje mis dos manos bajo su minifalda y empecé a amasar su culo semidesnudo, ya que su minitanga no me molestaba para estos menesteres… se lo acariciaba con gran intensidad mientras mi boca besaba la parte trasera de su cuello intentando calentarla más por momentos. Alterné esta forma de tocarla con la análoga para su pecho… empecé por abrir el cierre de su sujetador, dejándolo caer y liberando con ello esas grandes tetas que llevaban volviéndome loco toda la noche. Aventuré mis dedos bajo su camiseta accediendo desde la cintura, y fui remangándosela hasta que dejó al aire todo su pecho, entonces empecé a abarcarlo con mis dos manos a la vez, palpando bien cada centímetro pero sin llegar a tocarle las aureolas… quería hacerla desearlo y pronto me lo suplicó gimiendo como una gatita y comenzando un movimiento de vaivén con su culo contra mi polla, que a pesar de estar bien guardadita en mis pantalones a estas alturas ya apuntaba hacia el techo y se adaptaba a la perfección a su raja posterior. Empecé, ahora sí, a pellizcarle ambos pezones con suavidad y en pocos segundos conseguí mi objetivo de ponerlos erectos, hecho que celebré llevándome a la boca los dedos índice y pulgar de cada mano para ensalivarlos un poco y continuar mis caricias en sus vértices, ahora con el extra de la humedad. Su dominio parecía ir cediendo al placer que le estaba proporcionando, y cuando ella misma se bajó el tanga y me ofreció su trasero supe que ya era mía

  • Métemela en esta postura... es mi preferida cuando lo hago con mi novio –dijo muy convencida separando sus piernas. La verdad es que la lista de acciones que podían considerarse cuernos oficiales al aludido llevaba abierta mucho tiempo… pero ambos sabíamos que éste era el definitivo momento de culminarla penetrando aquel coñito prohibido en su postura favorita; así que me saqué la polla por la cremallera del pantalón comprobando que estaba más que lista, abrí el envoltorio de un condón con los dientes con toda la premura de la que fui capaz, me lo puse y coloqué mi capullo en la entrada que ella me ofrecía, constatando que estaba aún más preparada que yo… aquel chocho era un auténtico mar!-

  • Mmm ahí te va Elena, ya verás que polvo te voy a echar… -le contesté con voz segura y firme a la vez que le introducía todo el rabo de un solo empujón-

  • Ufff, sí! No sabes como lo necesito. Fóllame fuerte! Así, así

  • Toma, toma, toma… mmm que coño tan caliente y abiertito tienes… se nota que le das buen uso –la picaba para ponerla aún más cachonda-

  • Se hace lo que se puede… pero esta noche lo vas a usar sólo tú. Ufff que polvo más rico! Hacía años que no follaba tan a gusto. Fóllame, fóllame, no pares!

  • No te preocupes, que no pienso parar, te voy a dar candela! La notas bien profunda?

  • Hasta el fondo cariño, la noto hasta lo más hondo de mi chochito, me estás tocando partes con la punta que ni conocía.

  • Así me gusta. Que disfrutes bien como tú mereces y no te hace disfrutar el encargado oficial

  • Ufff, cuanta razón tienes! Pero el cornudín se está llevando su merecido ahora mismo. Sigue follándome y que se joda. Me encanta lo que me estás dando!

  • Tienes un culo imponente. –le decía mientras se lo manoseaba al compás del polvo y me atrevía a darle unas sonoras palmaditas- Me estás poniendo la polla por las nubes.

  • Ya se nota niño… me estás atravesando… uffff! Que gustazo me estás dando en el coño… me va a venir el primero ya mismo

  • Eso es justo lo que quiero –dije acelerando aún más el ritmo y pegándole otro cachete en su redondo culazo- Te gusta eh?

  • No sabes cuanto! Que polvazo! Sigue así que estoy disfrutándolo al máximo… Aaaahm mmmm ooooh. Me derrito!!! –y vaya que si se derretía… creo que nunca he follado un chocho tan caliente y empapado. Se sabía perfectamente cuando mi polla entraba y salía por los chapoteos que emitía: “Chof, chof, chof…” una y otra vez. Si los vecinos no nos estaban oyendo follar tan sólo por ese sonido era de puro milagro-

  • Disfruta perra… eres una perrita en celo y voy a follarte toda la noche. –estaba consiguiendo lo que había planeado, recuperar yo el control de la situación ahora que había llegado el plato fuerte-

  • Me voy a correr… me va a venir… me viene! Se me está abriendo el chocho en canal, ammm, ahmm aaaahhhhm –gemía como una perrita reafirmando mi apelativo-

Es éste el punto que explica el título de esta serie de relatos… Quizá much@s os hayáis preguntado en los relatos predecesores por qué elegí este extraño título. Bien, lo vais a decubrir enseguida y entenderéis que la respuesta se basa en que aquí fue donde se alcanzaron las cotas máximas de morbo de nuestra tórrida relación.

Yo sabía que ya tenía a Elena a punto de caramelo y que era cuestión de segundos que sellara los cuernazos a su pareja con un sonoro e intenso orgasmo… así que era el instante de poner la guinda al gran momento que ella había buscado con tanto ahínco durante meses poniéndole algo de salsa al asunto por mi parte… que yo también tengo espíritu morboso, no solo iba a ser mérito suyo, no? Bien, pues la cosa fue mas o menos así:

  • Me corroooooo –gritó definitivamente-

  • Eso es… dame tu coño, entrégamelo! Ahora es mío, mío!

  • Siiií, solo tuyooooo ahhhhh me estoy corriendo como nunca… -manifestó mientras todo su cuerpo vibraba entre mis brazos-

  • Mmmm me encanta notar tu orgasmo mientras te follo. Éste se lo dedicamos a tu novio –le dije acercando mi pecho a su espalda y habándole al oído pero en un tono suficientemente alto y grave-

Su reacción a mis palabras fue reveladora… echó su culo hacia atrás clavándose mi verga aún mas profundamente y encadenó un segundo orgasmo en tan solo tres o cuatro segundos mientras me empapaba la polla con sus fluidos. Estaba sin duda en la cresta de la ola y no podía articular una sola palabra coherente, solo emitía gemidos animales hasta el punto de sonar como puro llanto. Pero nada más lejos de la realidad… Elena solo estaba gimiendo de placer:

  • Uuuuumm! mmmmmmmmmmmm, ahaaahhmmmm. Diossss otra vez!!!!!

Su coño se convulsionaba notoriamente, siendo mi polla testigo de excepción de un orgasmo profundo y primario. Aquello era como un exprimidor intentando sacarme el jugo… pero yo no quería acabar tan pronto. Quería gozar de aquella hembra mucho más tiempo… y hacerla gozar a ella. No iba a dejar que aquella noche se le olvidase jamás… aunque difícilmente volviéramos a vernos, pero yo iba a hacer que ésta fuese una experiencia que perdurase en su cabeza y… en otras partes de su cuerpo también. La giré, lamí su lengua fuera de la boca porque me resultaba más sucio y excitante así, y después de unos segundos me senté en las escaleras y tomándola de la cintura la invité a colocar sus piernas a cada lado de las mías.

  • Ahora te voy a cabalgar yo, rey –me dijo decidida a hacerme gozar-

  • Aún no, preciosa. Todavía puedo sorprenderte un poco más –dije frotándole la polla por la rajita hasta que se coló sola-

  • Mmm, sí métela, métela! Que ya la echaba de menos llenándome el coñito –susurró para pegarme inmediatamente un morreo de reglamento-

  • Yo también echaba de menos este calorcito en la polla… me encanta tu coño, nena.

  • Y a mí tu polla! Ufff vaya que si me encanta… y a mi chochito le gusta todavía más, mira como la abraza. –decía contrayéndolo y apretándomela con sus músculos vaginales. Me la estaba follando a tope mientras le abría el culo con ambas manos, cosa que a ella parecía encantarle-

  • Ufff sí! Sóbame el culo… y méteme el dedito anda, que quiero probarlo por ahí también –propuso con ganas-

  • Pensaba metértelo aunque no lo dijeras –dije mojando mi dedo corazón con sus jugos vaginales e introduciéndole mas de la mitad por el ano sin reducir el ritmo de la follada… sólo que ahora la follaba por los dos agujeros al unísono-

  • Ayyyy! Bestia! Mételo pero despacito! Ya sabes que soy virgen por ahí

  • Por poco tiempo… porque pienso abrirte el culito con la polla antes de que acabe la noche, así que es mejor que te acostumbres a mi dedito, ya que lo siguiente que entre por ahí será bastante más voluminoso.

  • Mmm me da un poco de miedo… me vas a destrozar con ese pollón pero no te puedo negar nada… además estoy tan cachonda que me apetece que me metan de todo y por todos lados –dijo a punto de correrse por tercera vez-

  • Ésta es la mía –pensé yo, y aproveché la corrida que se pegó y que la dejó indefensa por unos momentos para meterle un segundo dedo por el culo consiguiendo la apertura necesaria para poder sodomizarla-

  • Uffff! Ve con cuidado o me vas a dejar abierta para una semana!

  • Agradéceselo a tu novio que está en todo y me ha dejado disponible este agujerito para desvirgarlo… no iba a desaprovechar este regalo y hacerle un feo, no crees? –dije metiendo la punta de mi polla en su culo no con poca dificultad. Lo cierto es que al principio en buena lógica me costaba entrar pero sorprendentemente esta nueva referencia a su novio la volvió a sobrealterar y fue ella misma quien modificando su postura se ensartó más de media polla en el culo y empezó a moverse arriba y abajo con las plantas de los pies sobre mi mismo escalón-

  • Me encanta que pruebes este agujerito que nunca le he permitido a él. Encúlame como se debe, tío bueno –gritaba fuera de sí-

  • Mmmm, pero que zorra eres! Me encantas! –le confesé incrementando el ritmo. A pesar de la emoción del proceso mi polla estaba bastante atascada en aquella abertura de reciente estreno y me costaba enrar y salir, pero con paciencia y la famosa técnica de un centímetro afuera y dos para adentro le fui clavando casi toda la polla en el culo mientras ella se masturbaba hasta hacerse correr a golpe de dedo-

  • Me vengoooo! Aaaaah que bueno, joder! Lo que me he estado perdiendo… a partir de ahora voy a usar este agujero bastante a menudo, creo yo –decía mientras se me arrimaba muy orgullosa por su nueva experiencia-

  • Qué ganas tenía de abrirte el culo Elenita! Ya hemos cumplido casi todos los objetivos que teníamos –dije dispuesto a correrme yo para rematar una gran faena-

  • No, no todos… -me dijo ella dándome un par de piquitos y mordiéndome los labios insinuante y agradecida-

  • Ah no? –le contesté siguiéndole el juego mientras nos comíamos el uno al otro-

  • Tienes poca memoria… el otro día te dije que te iba a dejar hacerme una cosa que no le dejo a él ni de coña, porque contigo me da mucho morbo, y no se me ha olvidado

  • Te… te refieres a…?

  • Bingo! Sí señor. Voy a quitarte esto… –dijo mientras me quitaba la capucha- y voy a dejar que te pegues el gustazo conmigo, y después… bueno, que sea lo que Dios quiera… -yo la dejaba hacer paralizado, porque aunque ya me había prometido esto por teléfono (en el primer capítulo) pensé que se trataba de un momento de pasión y que no se atrevería a llevarlo a cabo, porque era una traición a su novio aún muy superior a las que ya había consumado hasta ahora… y no eran pocas ni pequeñas, pero ésta me parecía una pasada-

  • Elena, estas segura de lo que estás haciendo? –dije previendo que no iba a poder echarme atrás una vez que le clavase la polla a pelo… la corrida sería inminente con ese punto irresistible de morbo-

  • No seas idiota y aprovéchate! Mira, todo este chochito es para ti, fóllatelo por última vez y llénamelo de leche calentita –insistió una segunda vez, y fue la última que necesité para perder todo raciocinio y convertirme en un verdadero animal instintivo. Se la volví a meter por enésima vez, pero en esta ocasión sin barreras… y la sensación fue indescriptible. Esto era el remate a una noche perfecta-

  • Ufff… uffff. Dios, que polvo -le decía mientras la follaba a un ritmo tremendo, sin piedad-

  • Así cariño, así, fóllame el chocho, vamos a corrernos a la vez, juntitos… fóllame fuerte –jadeaba en mi oreja a la vez que me la exploraba con su lengua haciendo remolinos… realmente se había propuesto sacarme la leche y no iba a ser yo el que se lo impidiera, porque necesitaba urgentemente descargar de nuevo-

  • Joder! Joder que bueno! Es el mejor polvo de mi vida! –repetía yo emocionado mientras notaba como hervía la leche en mis huevos... en ese momento mi cerebro estaba en Stand By y ellos eran los que mandaban, y ya habían tomado la decisión de inseminar a aquella chica a cualquier precio. Nadie podía ya detener ya aquella follada que iba en aumento-

  • Lléname! Lléname de leche… sabías que estoy en mis días fértiles? -me decía al oído tan descontrolada como yo o más… cosa nada extraña teniendo en cuenta que estaba consumando unos cuernos que harían historia-

  • Elena, no doy más! Córrete conmigo!

  • Siiií, no te preocupes que ya me corro, pero échame tu lechita bien adentro! Quiero un polvo completo!

Eso fue todo… mi polla no pudo resistir más la tensión y la leche empezó a fluir a borbotones sin que fuese capaz de retenerla en mi interior un segundo más… aunque no llegó a ver el exterior, ya que directamente se derramó en las entrañas de ella, que al notarlo tampoco aguantó la sensación y se volvió a correr clavándose aún más para que mi semen le llegase directamente al útero. Conté mentalmente los chorros que deposité en aquel bendito chocho que llevaba follándome toda la noche y no bajaron de seis… me estaba ordeñando a fondo usando de nuevo esas familiares contracciones vaginales que me sacaban una gota más cuando ya parecía estar seco… y seco me quedé! Todo lo contrario que su coñito. que parecía una fuente entre sus flujos y los míos. Al incorporarse empezó a gotear parte de mi leche depositada en su interior, fuga que ella se apresuró a detener poniéndose el tanga y taponando con ello la zona.

  • Quiero mantenerte dentro el mayor tiempo posible… y dormir con tu leche en mi vientre –me dijo dándome un nuevo morreo que suponía el final de nuestros contactos, y ambos lo sabíamos-

  • Ha sido increíble –fue lo más inteligente que se me ocurrió contestarle a mí que estaba en Babia en ese momento… y seguiría estando allí durante un buen rato-

En fin, no teníamos mucho más que añadir… al fin y al cabo no había ningún romanticismo entre nosotros y habíamos organizado esa cita especialmente para esto. La acompañé a casa como un zombie y en su puerta prometimos repetirlo en alguna ocasión y no olvidarlo jamás. Sólo la segunda parte se cumplió y estos relatos son testimonio de ello. Ahora vosotr@s… tampoco lo olvidaréis.

Aquí finaliza esta extensa serie. Siento haberme extendido tanto pero había multitud de cosas que contar y he procurado ser fehaciente con los hechos y no dejar nada en el tintero. Espero que os haya gustado y hayáis disfrutad al menos una pequeña parte de lo que lo hice yo… además también he gozado relatándooslo. Por último, como siempre digo, en el caso de que alguien tenga una curiosidad irreprimible y/o quiera contactarme para hablar sobre relatos eróticos, erotismo en general, preguntarme detalles que se me hayan pasado por alto al relatar esta historia o simplemente para criticar o felicitarme puede hacerlo en xdye@ya.com