Decisiones - 2
Tony se encontraba nervioso, tras acostarse por la noche con su Tía, ahora tenía que bajar a desayunar con ella, y dar la cara, o lo que era lo mismo, hablar los dos sobre lo que ocurrió ¿Lo peor?, que desde luego no se arrepentía de haber follado con ella
Decisiones - 2
Cuando bajé de la habitación vi que mi madre, tía Carmen, me estaba esperando junto a la puerta, según puse el pie en el suelo de la planta baja me paré, asustado de lo que me pudiese decir en esos instante, y por la forma en que me miro, meneo la cabeza y sonrió, estaba claro que se había dado cuenta de lo que sentía...
- Vamos un momento al salón, venga cielo -dijo.
Me cogió de la mano suavemente y me arrastro tras de ella, haciendo que me sentase en el sofá grande nada más llegamos, luego ella se sentó a mi lado. Observe que miraba fijamente a través de las ventanas, supuse que controlando que no estuviera nadie rondando por fuera, visto que luego me dio un dulcísimo beso en los labios, pasando tibiamente su lengua por los míos, pero sin embargo retirándose cuando saque la mía a su encuentro... entonces...
- ¿Ya estás un poco más tranquilo? -me pregunto con voz dulce mientras su mano pasaba sobre mi cabeza acariciándome.
- Si, Carmen, un poco...
- Mamá, ¿vale tesoro? -asentí- ¿Entonces, más tranquilo?
- Si, mamá.
- Bien, eso es bueno. Vamos a ver Tony, sabes que para mí eres mi hijo de verdad, que te quiero como a tal y que nada va a cambiar eso, ¿verdad?
- Sí, sí que lo sé.
- Estupendo. Mira... lo que sucedió nunca debió de haber pasado, puesto que soy tu madre, ¿vale? -asentí-, bien, pero una vez pasó, no hay porque arrepentirse de ello, fue una bonita experiencia para ambos. Fui la primera mujer con la que has estado, ¿a qué si?
- Sí, no había estado antes con ninguna -me arme de valor-, y me alegro de ello, me alegro de que fueses tú, ha sido muy especial para mí, aunque sé que no te gustara escucharlo...
- ¡¡¡Mi niño...!!! -dijo cariñosa mientras se reía alegre y me daba un abrazo de lo más maternal-, a toda mujer le gusta que le digan esas cosas cuando es la primera, me encanta saberlo. Pero soy tu madre y es incesto, sabes lo que es incesto, ¿verdad Tony?
- Si, se lo que es, es cuando dos personas de la misma familia tienen relaciones...
- Sí, eso es...
- Es un pecado para la iglesia, o que quizá nos podría dar igual, pero además está muy mal visto por la sociedad, en incluso en algunos casos y países, es un delito..., dos personas de la misma familia no deberían de hacerlo jamás -apreté los dientes-.
- Tranquilo cariño, tranquilo. Veras Tony, nuestro caso es un poco diferente a eso, en cierto modo, no hemos hecho nada malo, excepto porque tú tienes 16 años, yo 38 y además soy tu tutora legal. Pero no tenemos la misma sangre, por lo que no habría incesto real aunque técnicamente si lo hallamos cometido, ¿entiendes?
- No -dije mirándola sorprendido, sin entender nada.
- Bien, a ver si te lo explico. Tu padre era hermano de tu tío, yo no tengo relación de consanguineidad ni con tu padre, ni con tu madre o con cualquiera de tus tíos por su parte... Además estoy divorciada de tu tío, por lo que incluso... se podría decir que ni siquiera te toco ya nada -me hizo un gesto pícaro guiñándome un ojo que provoco que me riera-. Si no fuese tu tutora al tener tu custodia en el divorcio, tu y yo no habríamos hecho nada malo, excepto por la diferencia de edad, que me mirarían muy mal, casi como si fuese una asalta cunas que dirían... Así que cielo, no hemos hecho nada malo, pero no se puede volver a repetir... técnicamente hablando somos madre e hijo, ¿lo entiendes ahora?
- Si mamá, creo que ya comprendo. Quieres decir que tú y yo, aunque seamos y nos queramos como madre e hijo no tenemos lazos de sangre, por lo que sin esos lazos legales, lo que hemos hecho sería normal, solo un jovencito más liado con una madurita, ¿no?
- Eso mismo cielo, y ahora... no se vuelve a hablar más de esto. Tú dormiste en tu cama y yo en la mía, ¿vale? -asentí-, perfecto, pues entonces venga, dale la mano a mamá y vamos a desayunar.
- De acuerdo, vámonos -dije riendo mientras le daba la mano como si fuese un crio, arrancándole también a ella una carcajada.
Después de ese día no volvimos a sacar el tema, fue como si esa noche no hubiese existido entre ambos, sin embargo, si tuvo consecuencias, ya que ella y yo estrechamos muchísimo nuestros lazos. Creo que de otro modo nunca se hubiese convertido en mi confidente y quizá incluso mi mejor amiga, solo hubiese sido mi madre. Cuando comencé con mi gran afición, fue a ella a la que se lo conté, y aunque reconozco que al principio no le hizo mucha gracia, tuve la ventaja de que me conocía muy bien y sabía que no haría locuras, incluso una vez que salió con sus amigas, me dijo que me había visto con otra gente, y que le gusto verme, ver lo que hacía, aunque también que se llevó un par de sustos, aunque luego se maravilló al verme superar los obstáculos... Lo cierto, es que yo no la vi, pero por los datos, supe en el acto que decía la pura verdad.
Bueno, volviendo a la historia, resulto de lo más desagradable para mí la presencia allí de Gata, en mi universidad que vete tú a saber cómo narices había dado conmigo, no me la esperaba y sabía que podría estar tranquilo al respecto en tanto no se curase mi costilla, más luego un tiempo prudencial para recuperar mi forma, luego... veríamos como afrontarlo. Lo que en cambio sí que sabía que me daría problemas, eran mis "hermanas", por cómo me habían mirado, estaba claro como el agua que la cosa no se iba a quedar así de ninguna de las maneras.
En una de las clases de esa mañana, estaban dos de las amigas de su grupo, se sentaban justo dos filas delante de mí, entre ellas y yo se interponían tres armarios roperos de 3x3, parecían defensas de rugby los pavos. Estábamos atendiendo a lo que el profesor explicaba mientras las dos estaban de palique haciendo comentarios, uno de los más jugosos fue que mis dos adorables hermanitas y una de sus amigas, habían tenido una bronca monumental con sus novios a cuenta de Gata, refiriéndose a ella como "mi amiga". Os podéis suponer, que tras escuchar eso, ya tenía claro que iba a pasar un mal rato con ambas, porque muy posiblemente, el culpable de todo terminase siendo yo, como de costumbre.
El dato se confirmó a la hora de irnos, estuve a la que me dijeron, puntual como un reloj delante del coche de mi hermana Laura. No tenía la menor duda viendo sus caras según se acercaban que me iba a caer encima la del pulpo, como así sucedió. Antes de entrar al coche, y de tan siquiera abrirlo me empezaron a interrogar sobre "mi amiga" la morena con quien había hablado al entrar. Mi contestación fue muy clara y escueta, "no es asunto vuestro", entonces Laura decidió que tampoco era asunto suyo el llevarme, por lo que tranquilamente me mando al autobús, abrió el coche montándose en el con Belén. Cuando fui a abrir la puerta de atrás para montar yo esta estaba cerrada, tuve que ver como arrancaba y se marchaba.
Me encontraba con una putada pero de las gordas, tenía tres opciones, llamar a mi madre para que fuese a buscarme, irme directamente en el autobús en plena hora punta de estudiantes tardando casi dos horas con la costilla jodida, o bien esperar a que Laura volviese a por mí, algo que sabía que ocurriría en cuanto mi madre llegase y no me viese... pero eso podría ser tanto en dos horas, como a las diez de la noche si le daba por retrasarse mucho, como pasaba algunas veces. Decisión obvia, joderme y al autobús, llamar a mi madre no me parecía tampoco, no era ningún crio y no podía hacer que se marchase del trabajo por mí.
Para llegar a casa tenía que coger tres autobuses, el primero fue mortal ya que iba hasta los topes, no entraba ni un solo alfiler más. Me lleve dos codazos en el costado, pero con el segundo no se ni como no me caí redondo por el dolor de lo fuerte que me dieron, incluso hubiese podido jurar que escuche crujir mi costilla... En el segundo autobús solo monté una vez se me pasó el dolor, por lo que tuve que dejar pasar dos de ellos, casi una hora allí esperando sentado en la parada. En este no me fue mucho mejor, me pude sentar y por fortuna con el costado malo contra la ventanilla, allí protegido, pero al salir para bajar, al autobús freno un poco brusco y me fui contra el asiento de delante dándome un golpecito sobre la costilla, lo que provoco que me doliese horrores... De nuevo me toco esperar en la parada hasta que se me pasó... Por fortuna para mí porque dudaba que soportase el tercer autobús, aunque preveía que sería una desgracia para alguien no tardando mucho, mi madre atino a pasar por allí, parando en el acto al verme... La cara que puso cuando le dije lo que había pasado fue de película de terror, aunque también a mí me cayó una buena bronca por no haberle avisado de ello.
Según entramos al chalet, mi madre aparcó el coche junto a los de mis hermanas y mi moto. Tuvo que echarme una mano para llegar al salón, donde me desplome sobre el sofá, protegiéndome el costado y apretando los dientes por los latigazos que me estaban dando, mi madre me acerco un vaso de agua con unos analgésicos para el dolor, dosis doble por cómo me estaba doliendo. Vi como mi madre se acercaba a la puerta, justo al armarito donde se dejaban las llaves de casa y de los vehículos, retirando de allí las de los coches de mis hermanas junto con las de mi moto, luego se acercó a la puerta y les llamo a ambas. Las dos se pusieron pálidas cuando me vieron a mi sentado en el sofá, lo cierto es que no fue precisamente por mi aspecto, y eso que según mi madre estaba palidísimo...
- Cuando venía para casa me he encontrado con vuestro hermano en la parada del autobús de la urbanización, pálido como un muerto y con la costilla doliéndole como un demonio. ¿Espero que las dos me deis una explicación de porqué estaba allí y vosotras lleváis aquí más de dos horas tumbadas en la piscina?
- Ese no es... -Laura se calló al ver la cara de mi madre cuando empezó la frase.
- Esto os lo diré solo esta vez, si alguna vez, aunque sea por casualidad, escucho de boca de alguna de las dos esa expresión refiriéndose a vuestro hermano me encargare personalmente de que sepa lo que es tener un infierno por vida... ¿está claro para ambas?
- Si -dijeron ambas bajando la cabeza.
- Vuestro hermano me ha dicho que llego muy tarde y supone que por eso os marchasteis, pensando en que se habría ido en el autobús, cosa que no me trago, pero como de costumbre, vosotras solo tratáis de joderle y el de protegeros -me miro con cara de pocos amigos.
- Es como él dijo, ni nos acordamos -se apresuró a confirmar Belén.
- No me chupo el dedo Belén, no sé qué pasaría pero tengo claro que le dejasteis allí a sabiendas de lo que hacíais, pero el mismo os ha cubierto, de modo que os vais a librar de esta. De todos modos requiso vuestros coches y la moto de Tony durante el resto del mes, y dadle gracias, porque hubiese sido más drástica que eso si no os tapa. A Tony ya le llevare y recogeré yo de la universidad, vosotras os vais a ir ese tiempo en el autobús, que está visto que no os importa que se use, a ver si al mes siguiente no sois… tan "descuidadas".
Mi madre y pese a que ambas intentaron hablar con ella no dio su brazo a torcer, la quincena de mes que quedaba mis hermanas iban a tener que ir en autobús, dos horas de viaje en cada dirección, mientras que a mí me iba a llevar y traer mi madre, no me partí de risa primero por el dolor de la costilla, y segundo para no cargármela yo también. Viendo que no iban a conseguir nada más que el que les aumentasen el castigo, entre las dos le contaron a mi madre lo que había ocurrido ese mañana cuando llegamos, aunque eso sí, lo adornaron bastante.
Nuevamente estuve a punto de reírme si el dolor no lo hubiese impedido al ver sus caras ante la reacción de mi madre, que por otro lado me miraba un poco preocupada, preguntándome si me encontraba mal, aunque la tranquilice... después de eso fue cuando empezó a preguntarme sobre lo que le contaron "mis hermanas"...
- ¿Gata? ¿La Gata? ¿No es esa a la que dicen la Reina? -me preguntó.
- Si, esa misma, es esa Gata –vi que mamá se echaba a reír moviendo la cabeza.
- Vaya, estarás contento, bueno, ¿y qué quería?
- Hacer alguna vuelta conmigo... es muy insistente...
- Y deduzco que tú no quieres, ¿verdad?
- Eso mismo, yo lo hago por diversión, porque me gusta, no para competir con nadie... así que paso completamente de lo que ella quiere, aunque me va a costar que me deje de dar el coñazo.
- Bueno, pues eso es simple, ve con ella y que gane... -opino mi madre.
- Eso funcionaria con otro, pero no con Gata, ella no se dejaría engañar así... –menee la cabeza-. No, si lo hago con ella, tendría que ser en serio y no me da la gana ir de ese modo.
- Hijo, de verdad que no te entiendo, si es la mitad de guapa de lo que me has dicho, cualquier otro chico estaría que da saltos de alegría porque se fijase en él, y en cambio, tú no haces otra cosa que esquivarla.
- Puede, pero paso, me da igual, que se quede su corona, no me interesa... No estoy dispuesto a bailar al son que me toque..., a mí me gusta ir por libre... además mamá, ella va tras Speed, no tras Tony, de modo que lo que dices no tiene sentido...
- Bueno, puede ir tras Speed, pero también tendrá que lidiar con Tony, ¿o no?... Claro que quizá tenga algo que ver en su interés el motivo real por el que te fastidiaste esa costilla, es posible, que ese sea también su interés... ¿o no? -me preguntó mi madre.
- Puede ser, el chico era hermano de una de su grupo, de hecho de una de sus mejores amigas, de modo que quizá en parte también sea eso...
- Mama, ¿pero es que conoces a esa chica?... ¿y también sabias que a Tony le llaman Speed?... ¿Y qué es eso de que "como se fastidio de verdad la costilla"? -Exploto Laura tan solo segundos antes de que Belén se la uniese a las preguntas.
Mi madre no dijo nada, las ignoro por completo, únicamente continuó mirándome con el ceño fruncido, al final se levantó cogiendo su bolso de donde lo dejo al entrar, y dirigiéndose a mí...
- Venga Tony, vámonos...
- Irnos, ¿a dónde? -pregunte extrañado.
- Al médico, no estás bien, te sigue doliendo y estas pálido, venga he dicho, pero ya -me dijo poniéndose en marcha y dando por terminada la discusión, todo esto sin molestarse en lo más mínimo en responder a mis “hermanas”.
No me hizo ni puñetero caso para nada, no me quedo otra que ponerme en pie con todo el dolor de mi costilla, que cada vez que me movía veía las estrellas. Fuimos a urgencias, a una clínica de nuestro seguro privado donde fui atendido de inmediato, y gracias a dios, porque cuando llegué el costado me dolía horrores. Me hicieron unas pruebas, radiografías, etc... Según parece el golpecito de marras había ampliado levemente la fisura, con lo que estaba como al principio de hacérmela, con los mismos dolores intensos. Al menos me alegre de que no se hubiese roto del todo, eso sí que hubiese sido muchísimo peor... De camino de regreso a casa...
- Y bien, ahora sin tonterías Tony, ¿qué fue lo que paso de verdad con tus hermanas?
- Mira mamá, no voy a cambiar mi versión vale, aunque sepas que no es cierta. Además deberías de devolverlas los coches, al menos uno para que puedan ir a la Uni, estamos casi en los finales, no se pueden permitir perder tanto tiempo... y lo sabes... esto las perjudica y mucho…
- ¿Y tú por supuesto si puedes, no?
- Sabes que no, pero bueno, ya sabes cómo son...
- Lo sé, créeme que lo sé -apretó el volante y vi en su cara decepción, algo que creí nunca volver a ver tras lo del divorcio-, pero dime, ¿qué ocurrió? Tranquilo que no las castigare, también hare lo que quieres, les devolveré sus coches para ir a la universidad, pero a cambio, quiero conocer la verdad.
- ¿De verdad?
- ¿Quieres que te lo prometa, que te lo jure o que te lo de por escrito?
- No, si me lo dices tú te creo, y lo sabes... -me quede unos segundos pensativo-, está bien, te lo contare.
Empecé a hablar, vi como empezaba a cabrearse, cuando le dije que no me abrieron la puerta, luego tras decirla que me dejaron allí tirado y que vi como ambas se marcharon en el coche… Se quedó callada unos cuantos minutos, y eso que me calle que vi perfectamente cómo se estaban riendo, podría apostar casi con un 99% de aciertos, que lo hacían de haberme dejado allí tirado.
Cuando volvió a hablar solo me comento que pasaríamos por la farmacia antes de irnos a casa para comprar alguna caja más de calmantes para mí, estos no necesitaban prescripción media, aunque obviamente te los podía pasar la seguridad social que eran más baratos… no os digo como me miro cuando hice la observación. Tuve casi que jurarla que no se me ocurriría nada del estilo de irme yo al médico por mi cuenta para que me hiciese unas recetas… Lo cierto es que la diferencia de precio era considerable, pero también, que el que mi madre perdiese de trabajar un par de hora para ir a por ellas le supondría muchísimo más dinero que ese pequeño gasto y vi en su cara con una claridad meridiana que a Laura y Belén desde luego no pensaba pedirles nada de nada en absoluto. Me empezó a dar mala espina su comportamiento, aunque no dudaba de que cumpliera con lo que me dijo…
Cuando llegamos a casa, salimos del coche, yo tuve que pararme un poco para respirar, porque al enderezarme me dolía horrores, mi madre me dijo que fuese despacio, pero que directo a mi habitación a tumbarme un rato y relajarme, que ella me llevaría los analgésicos con un poco de agua y un sándwich para que metiese algo al estómago antes de tomármelos. Se metió en casa y yo empecé a caminar tras ella apretando los dientes. Principalmente el dolor se debía a que el medico había estado palpando y apretando un poco tras ver la placa, y de verdad que dolía como un demonio, sabia por el día que me di el golpe y me hice la fisura, que en un par de días seria todo más llevadero. ¡¡¡Pero que dos días que me esperaban!!!
Mi habitación estaba en el piso de arriba, llegar a ella fue un triunfo, enseguida apareció mi madre con lo que me había dicho, un plato con la comida, el vaso con agua y las dos pastillas. Estuvo conmigo hasta que termine con todo y me tumbe en la cama, como supondréis no tuve ninguno problema en quedarme en slips delante de ella y ponerme unas bermudas para estar más cómodo. En todo esto estuvimos hablando de bastantes cosas, incluido de lo de Gata, mi madre parecía muy interesada en saber que había pasado exactamente en esa “pequeña” conversación, de modo que procuré repetírsela lo más exactamente posible… Riéndose incluso me dijo que si Laura y Belén habían escuchado eso debían de estar comiéndose las uñas por saber que ocurría… Fue nombrarlas y pasársele bastante la alegría, vi tensarse de nuevo sus facciones. Después dándome un beso en la frente se marchó…
Escuche la corredera del piso de abajo que daba justo a la piscina, con cuidado me levante, y con muchísima más precaución aun me asome a la ventana, procurando que no me viesen. La verdad es que tenía mucha practica en ello, en esa ventana era donde me había hecho desde siempre mis mejores pajas a cuenta de las amigas de mis “hermanas”, verlas cuando empezaba el buen tiempo allí con ellas con sus bikinis me la ponían dura a cada momento, obvio decir que ni Belén ni Laura querían verme por allí ni por casualidad, de hecho me lo tenían terminantemente prohibido bajo de pena de hacerme terribles cosas aunque me chivase de ello. Pero lo cierto es que lo prefería así, sus amigas me servían como inspiración para darle al manubrio, pero de ahí, a que yo quisiese aguantarlas… a eso iba un trecho muy largo.
Pude ver a Laura y Belén tumbadas al sol como me había supuesto al no verlas en la casa al entrar, hacia buena temperatura y lo cierto es que apetecía. Quien había abierto la corredera era mi madre… Vi que estaba de pie junto a ella, con los brazos cruzados con la cara hacia donde estaban tumbadas las dos, en un momento dado se puso en marcha deteniéndose junto a ellas…
- Tomad, las llaves de vuestros coches, podéis usarlos para ir a la universidad o salir por ahí con vuestras amigas si queréis… -se dio la vuelta.
- Gracias mama… -dijo Laura cogiendo sus llaves, siendo imitada por Belén.
- No es a mí a quien tenéis que dárselas –dijo volviéndose hacia ellas-, eso a vuestro primo que es quien me ha convencido para hacerlo
Me quede con la boca abierta al escucharle decir eso, claro que no os digo como se quedaron ellas dos, creo que desde que estaba con ella como madre, era la primera vez que le escuchaba dirigirse a mi delante de ellas por nuestro grado real de parentesco y no dirigirse hacia mí como “hijo u hermano”... Belén entonces…
- Mira mama, veras, lo que paso con Tony…
- No me interesan vuestras explicaciones, me contó lo que de verdad ocurrió a cambio de que accediese a devolveros los coches para que no os perjudicarais en vuestros estudios al estar tan cerca los exámenes finales… -su voz sonaba dura y contenida, lo que era mala señal con ella.
- Mama –empezó a hablar Laura con tono condescendiente-, es que nuestro hermano es un… -su madre la interrumpió.
- No, no vengáis ahora con esas, como bien decíais siempre, Tony solo es vuestro primo no vuestro hermano, ninguna de las dos os lo merecéis como tal. Su fisura ha empeorado, estará varios días sin poder ir a la universidad, lo que le perjudicara enormemente, pero sin embargo ha intercedido para que no os pase igual a vosotras… que sois las culpables de ello por dejarle allí tirado apropósito. Me avergüenzo de que vosotras seáis mis hijas cuando veo como le tratáis…
- Mama, créenos que lo sentimos, nosotras… -mi madre interrumpió a Belén.
- Ya no me interesan vuestras excusas, rezad por que no pierda el curso, porque entonces me vais a conocer las dos de verdad…
- Mamá… -intento intervenir Laura.
- Repito que ya no me interesa lo que me tengáis que decir ninguna de las dos, si vuestro primo se ve afectado en sus notas por esto, venderé vuestros coches…
- Y su moto también, ¿verdad? –alzó la voz Laura.
- Mientras vosotras os fuisteis a gastos pagados por vuestro padre y por mí de vacaciones, vuestro primo estuvo todo el verano trabajando para comprarse esa Moto, por lo que es suya puesto que él fue quien la pagó, no se la compramos ninguno de nosotros, pero vuestros coches sí que los compre yo y están a mi nombre. Si sus notas se ven afectadas, empezad a pensar como él hizo, en trabajar este verano para conseguiros compraros al menos una moto como la suya para el año que viene o pagaros los abonos para el autobús, porque no os pienso dar ni medio céntimo durante todo el año… Y por cierto, hablare de todo esto con vuestro padre a ver qué opina, creo que querrá hablar con las dos largo y tendido, sobre como tratáis a vuestro primo.
Lo que dijo de mi tío no me hizo gracia, tampoco con lo que amenazo a mis primas, pero sabía que no hablaba por hablar, si lo había dicho lo cumpliría y vendería sus coches. Mi tío cuando se enterase de bastantes de las cosas que había logrado que mi tía no le contase sobre mis primas, iba a explotar. Mis primitas iban a tener una temporada bastante chunga por lo que parecía, de lo cual no diré que no me alegraría…, pero sabía que mi tío también la emprendería conmigo por no contarle nada de nada, cosa que me la traía floja, pero lo peor, es que muy posiblemente terminase discutiendo con mi tía a raíz de ello, y eso sí que me importaba de verdad, era lo último que quería que ocurriese.
CONTINUARA