Decisiones 2

Las situaciones más "cotidianas" como ir de compras pueden volverse verdaderas experiencias dificiles de olvidar.

Patricio se levantó rápidamente, pero aún así Paula no se despertó, solo se movió un poco.

-¿y ahora qué hago?- se preguntó Patricio algo asustado por la situación

Lo que hizo, fue lo primero que se le vino a la mente, sin pensarlo dos veces se metió al baño con el celular en a la mano, comenzó a marcar el numero de su novio y luego se colocó el aparato en la oreja.

-Pato, ¿por qué no me abres? Tengo como 20 minutos tocando y gritando afuera de tu departamento- dijo Saúl del otro lado del teléfono

-es que… no estoy en mi casa, me quedé en casa de un amigo de la preparatoria, del que tanto te he hablado, de hecho te llamaba para invitarte a desayunar- dijo Patricio algo pausado

-sí, está bien…  no quiero sonar celoso pero ¿por qué te quedaste con tu amigo?

-ah pues es que como me dejaste en el antro, lo llame, y pues… ya ves que casi no se me da tomar mucho- dijo en un tono algo avergonzado –así que como ya estaba muy ebrio y él se ofreció a cuidarme.

-bueno ya, a ver dime donde nos vemos.

Patricio dio a su novio la dirección de un restaurante, Saúl se fue hacía allá sin siquiera sospechar que Patricio si estaba en su casa y con una mujer desnuda en su cama.

Inútilmente Patricio trató de despertar a Paula, pero el sueño de ésta era mayor. No quería dejar en su casa a una mujer prácticamente desconocida, pero no había otra opción, no podía entretenerse más en despertarla, ya que tenía que ir rápido a donde Saúl, lo único que se le ocurrió fue dejarle una nota donde le decía que cuando saliera cerrara bien y que le llamara por la noche. Así salió Patricio rápidamente al encuentro con su pareja.

El día empezaba mal para Patricio, pero no más mal de lo que había empezado para Mauricio, quien después de lo ocurrido decidió olvidarse por un momento de lo que había pasado, así que, con una actitud algo optimista, decidió salir a gastar los pocos ahorros que había logrado juntar desde que entró a la universidad, su propósito era ir a un centro comercial y pasarse la mayor parte del día allá, olvidándose de todos sus problemas aunque solo fuera por unas horas.

Eso sucedía con Patricio y Mauricio mientras que Felipe estaba en una verdadera crisis de furia en el departamento que compartía con su amigo Rogelio.

-maldita sea, ya se viene el tiempo de pagar la renta del depa y no tengo un solo centavo… si no copero este mes seguro que Rogelio me echa de aquí… tengo que sacar dinero de alguna parte, ¿pero de dónde?, ¿de dónde voy a sacar?- se preguntaba pensativo y caminando de un lado a otro en la pequeña sala del inmueble, de repente se detuvo dibujando una sonrisa maliciosa –Mauricito- dijo riendo por lo bajo.

Cuando llegó Patricio al restaurante donde había quedado con Saúl, éste ya estaba esperándolo.

-buen día borrachín- saludó Saúl alegremente a su novio, que entró al lugar con unos grandes lentes obscuros

-ay ya ni me digas- dijo sentándose justo enfrente de Saúl –a demás tu tuviste la culpa tontín, me embriagué de tristeza que no te quedaste allí conmigo- comentó finalmente mostrando una sonrisa a medias

-jajajaja ahora échame la culpa a mí.

-bueno, luego me sermoneas, déjame llamar a un mesero- dijo al tiempo que levantaba una mano

-hey- protestó Saúl bajando la mano de Patricio –ya pedí por los dos- al decir esto, Patricio se le quedó viendo, no pudo ver la expresión de su mirada por los lentes pero supuso que era interrogante, así que siguió hablando –hot cakes, con un café bien cargado- dijo mostrándole una sonrisa hermosa a su novio

-wau se ve que conoces bien jeje.

-digamos que… lo suficiente… oye y ya que estamos aquí en el centro comercial, por qué no después de desayunar nos dedicamos a hacer compras.

-muy buena idea, necesito distraerme jeje-dijo tocándose la cabeza –oye- siguió diciendo, pero ahora susurrando, Saúl le miro directamente –no sabes la ganas que tengo de darte un beso- finalizó con el mismo tono de susurro y quitándose los lentes, dejando a la vista unos enrojecidos ojos, que no fueron impedimento para lanzar a Saúl una mirada algo lujuriosa. Saúl solo rió divertido.

El mesero llegó pronto y comenzaron a desayunar, ambos platicaban y bromeaban, pero Patricio no dejaba de pensar en lo que había sucedido, su mente se cuestionaba la razón por la cual estaba Paula en su cama, se cuestionaba la razón por la cual, seguramente, había tenido sexo con ella.

Volviendo con Mauricio, éste iba entrando apenas al centro comercial, cuando recibió una llamada, sacó su celular del bolsillo del pantalón y su cara, al ver que quién lo llamaba era Felipe, perdió toda alegría que tenía al momento de entrar en la gran tienda.

-¿qué pasa ahora?- preguntó temeroso inmediatamente después de aceptar la llamada de su primo

-estoy afuera de tu casa, ¿dónde andas?

-¿te importa?

-mira mariconcete, no empecemos y dime ya donde andas, no se te olvide que a mi es a quién menos debes hacer enojar- dijo Felipe en un tono de superioridad

-estoy en… un centro comercial- contestó Mauricio con un tono de tristeza mezclado con enojo

-¿en cuál?

Mauricio dio a su primo los datos del lugar y se quedaron de ver  (Mauricio obligado) en 20 minutos.

Mauricio se sentó en una pequeña banca que encontró vacía, la poca buena disposición de pasársela bien, había desaparecido por completo, ahora no quería hacer nada, solo sentó en la banca a esperar a Felipe.

Cuando Felipe llegó empezó a recorrer el lugar en busca de Mauricio, hasta que lo vio sentado en una banca, rápidamente se acerco hasta él.

-hola primito ¿cómo andas?

-¿ahora qué quieres? Creo que hace rato ya obtuviste lo que deseabas.

-sipo, pero ahora deseo otra cosa, pero… ya que recordaste lo que pasó hace rato… ¿sabes? me quedé con ganas de mas, qué te parece si vamos a buscar los baños… ¿no se te hace súper caliente hacerlo en un lugar público?- preguntó mirando a Mauricio con una mirada de lujuria poco disimulada

-eres… lo peor- dijo Mauricio mirando a su primo con una cara de repulsión

-mira ya, tu y yo sabemos que no te puedes negar, así que anda vamos- concluyó Felipe dándole la espalda a Mauricio y empezando a caminar.

Mauricio con pesadez se levantó y siguió a Felipe. Cuando llegaron hasta unos baños, de éstos salió un trabajador que al parecer había entrado a limpiarlos, cuando ese trabajador estuvo lo suficientemente cerca Felipe habló.

-espera aquí afuera, déjame entrar a inspeccionar, veré si no hay nadie.

Así lo hizo, Mauricio se quedó un momento afuera de los baños mientras Felipe entró. Después de un tiempo, no muy largo, salió Felipe y le hizo una señal a su primo para que entrara, con pesadez y desgana Mauricio entró en aquel sitio.

Inmediatamente después de que entró Mauricio, Felipe cerró la puerta con seguro y se colocó detrás de él comenzando a restregar su paquete en las nalgas del futuro medico, quien a pesar de que no le gustaba sentirse solo como un objeto sexual, comenzó a excitarse y a experimentar una erección. Después de un momento estando así, Mauricio se giró para estar de frente a Felipe e intentó darle un beso  pero rápidamente Felipe se hizo hacía atrás evitando ese contacto.

-hey no confundas las cosas Mauricio… tú sabes que es lo único que quiero… anda- y dando un empujón leve a Mauricio, le indicó que entraran a un privado.

Ahí dentro, Felipe se bajó los pantalones con todo y bóxers, dejando al aire su gruesa polla, luego se sentó en el escusado e indicó a Mauricio que se volteara dándole la espalda, cosa que Mauricio acató. Después Felipe le ordenó que se bajara los pantalones y bóxers y que se sentara en su polla, lentamente Mauricio se fue desnudando de la cintura hacia abajo.

Ya cuando estuvo desvestido, retrocedió un paso hacia el escusado y escucho la vos de Felipe.

-Siéntate zorra.

Mauricio se sentía fatal cuando Felipe le decía palabras u ofensas como esa, no le gustaba nada la actitud que tenía Felipe hacía él.

Tragándose su descontento, comenzó a sentarse lentamente sobre el pene de Felipe, hasta sintió sobre sus nalgas el vello púbico de éste.

En ese momento comenzaron los movimientos para la follada, Felipe ordenó a su primo que se levantara y se sentara de nuevo, Mauricio obedeció y comenzó a pararse, casi hasta que el pene de Felipe salía, para luego sentarse nuevamente, comenzó lento y poco a poco fue aumentando el ritmo.

En un momento dado Mauricio se olvido de todo y se abandonó al placer y comenzó a gemir, tomó su polla y empezó a masturbarse a la par que se zafaba y ensartaba  de nuevo en el grueso pene de su primo.

Después de unos minutos así, ambos se corrieron a la vez.

-no cabe duda, eres una autentica puta… te encanta que te lo meta ¿verdad perra?- dijo Felipe satisfactoriamente levantando a Mauricio de él –ahora ya sabes lo que sigue… híncate.

Mauricio se hincó y comenzó con una labor que detestaba y le asqueaba a más no poder, lamer la polla de su primo, y no es porque fuera precisamente de su primo, sino que simplemente esa acción le resultaba aberrante. Pero nuevamente se tragó su sentir y lamió rápidamente, pasando su legua alrededor del glande y luego por el tronco de la polla, después de un rato Felipe retiró la boca de Mauricio de su verga y se corrió sobre la cara de su primo.

A Mauricio se le escaparon varias arqueadas, producidas por el asco que experimentaba mientras su cara era inundada por la lefa de Felipe. A pesar de todo no se vomitó, simplemente se levantó, se vistió y salió corriendo hacia los lavamanos para limpiarse el rostro lo más rápido posible.

Cuando terminó de asearse tomó papel higiénico y se empezó a secar el rostro, en ese momento Felipe se coloco de frene a él.

-necesito que me des dinero.

-ya… ¿ahora hasta eso? No te voy a dar un solo centavo.

-me vas a dar lo que yo te pida… o voy con mis tíos y les cuento de su hijo el maricón.

Mauricio se quedó viendo a Felipe a los ojos, sintiendo como la sangre le hervía por el coraje y la impotencia, después de un momento habló.

-¿cuánto quieres?- preguntó a Felipe con un tono molesto

-¿cuánto traes?

Mauricio al oír esa pregunta abrió los ojos por la impresión y comenzó a reír sarcástico.

-estas pendejo si crees que te voy a dar todo lo que traigo.

En ese momento y con un movimiento rápido Felipe se acercó a Mauricio aventándolo hacia la pared, después le coloco una mano rodeándole el cuello y comenzó a apretar para debilitar a Mauricio, mientras con la otra mano sacaba la cartera del pantalón de su primo. Cuando la cartera salió por completo soltó a Mauricio y comenzó a sacar todo el dinero que había.

-deja eso, son todos mis ahorros- gritó Mauricio acercándose a Felipe para intentar quitarle la cartera, pero Felipe levanto los brazos y al ser más alto que Mauricio no le pudo quitar la cartera.

Cuando Felipe logró sacar todo el dinero arrojó la cartera al suelo y salió presurosamente del baño, dejando allí a Mauricio a quien se le escaparon algunas lágrimas del coraje que tenía. Sin más que poder hacer salió del baño lentamente, casi como un zombi.

Cuando salió del baño comenzó a andar sin rumbo por el centro comercial hasta que decidió irse a su casa, estaba camino a la salida cuando gritaron su nombre desde alguna parte, él se giró para todos lados hasta que vio a su amigo Patricio, quien estaba acompañado de un hombre que en ese momento llamó mucho su atención. Se acercó hacia su amigo y lo saludó.

-hola pato ¿Qué haciendo por aquí?

-mira, antes que todo te presento a Saúl, en el antro te hablé de él.

-hola mucho gusto Saúl Alcántara Báez- dijo Saúl amablemente ofreciéndole la mano a Mauricio, quien le correspondió ese gesto

-mucho gusto, Mauricio Navarro Fernández- terminando de decir esto ofreció a Saúl una amplia sonrisa, la cual el novio de Patricio correspondió. Durante unos segundos se quedaron viendo fijamente a los ojos, sonriéndose mutuamente, ante la cara de extrañeza de Patricio, él cual luego de un rato tomo a Saúl de un brazo y lo jaló levemente hacía él.

-ah perdón- dijo Saúl un poco desorientado.

-no, perdóname tú- contestó Mauricio quien mostraba una sonrisa tímida.

Patricio, extrañado por la situación se quedó viendo a su amigo y a su novio y rápidamente habló.

-pues como te dije en el antro Mau, Saúl es mí…- se giró para ver hacia los lados y cuando vi que nadie estaba cerca continuó -…MI novio.

-¿no eres algo de Andrea Alcántara?- preguntó Mauricio a Saúl casi ignorando el comentario de su amigo

-es mi hermana ¿por qué? ¿La conoces?- preguntó ahora Saúl sonriendo y viendo directamente a Mauricio

-sí, somos amigos, vamos juntos en medicina, me había hablado mucho de su hermano Saúl, y cuando Pato me dijo que su pareja se llamaba Saúl, jamás me imagine que se tratara del mismo jeje.

-jeje pues sí así son las coincidencias de la vida- finalizó Saúl nuevamente intercambiando una mirada duradera con Mauricio, hasta que Patricio habló de nuevo, casi gritando.

-bueno Mauricio, seguro tienes muchas cosas que hacer, nosotros no te interrumpimos más, ya nos vamos ¿verdad Saúl?

-este… si ya nos vamos… ¿tienes muchas cosas que hacer Mau? Espero que no te moleste que te llame así- dijo un Saúl visiblemente interesado en la respuesta de Mauricio

-claro que no me molesta y pues… me voy a mi casa a limpiar un poco la cocina que estaba hecha un desorden.

-¿por qué no te quedas con nosotros? Vamos a ir al cine, te invitamos- expresó Saúl y un leve gesto de molestia apareció en el rostro de Patricio.

-pues… es que… la verdad, ya no tengo dinero, así que mejor otro día- contestó Mauricio sonriendo un poco

-no te preocupes por eso, yo, nosotros te invitamos.

-no muchas gracias de verdad que no, mejor diviértanse ustedes.

-Sí… Saúl, ya dijo Mau que tiene que limpiar mucho, mejor otro día salimos con él- comentó Patricio deseando que Saúl dejara de insistir, ya había notado que a su novio le había llamado la atención Mauricio.

-no, yo opino que salir ahora sería una buena manera de celebrar nuestro encuentro.

Cuando Saúl terminó de decir eso hubo un silencio algo incomodo, el cual se rompió hasta que nuevamente, Saúl, habló

-anda, me gustaría conocer al mejor amigo de mi hermana... y de mi… de mi pareja- dijo titubeando en las últimas palabras.

-bueno, está bien, acepto-  dijo Mauricio aun sonriendo, enseguida Patricio hizo un gesto de disgusto que no pudo disimular, pero que Mauricio y Saúl no notaron pues ya habían empezado a caminar en dirección al cine, esto molestó aun más a Patricio que en una leve carrera los alcanzó y se unió a su plática tratando de disimular su molestia por la situación, en ese momento lo único que pensaba era en como regresar el tiempo para no haberle saludado a su amigo.

Durante el trayecto hablaban de cosas banales, cuando llegaron a la taquilla compraron tres entradas para American Pie el rencuentro.

Compraron comida y refrescos y entraron en la sala 6, donde se exhibiría la película.

La función transcurrió sin muchas cosas interesantes, solo risas de los tres, en ocaciones cuando ocurrían esas  risas, las miradas de Mauricio y Saúl se fusionaban nuevamente.

Saúl  sentía como si la mirada Mauricio tuviera un imán que hacía que su vista no se apartara de ella, pero veía también en esa mirada un hilo de tristeza, como si Mauricio careciera de esperanza y él quería, a pesar de apenas conocerlo, protegerlo, sentía la necesidad de hacer eso, protegerlo.

Mientras tanto Mauricio sentía como una especie de corriente eléctrica le recorría desde la cabeza hasta los pies desde que estaba al lado de Saúl, pero sabía que eso estaba mal, tenía cuando mucho una hora de que lo había conocido y estaba seguro de que Saúl había robado su atención de sobremanera, pensaba en que eso estaba mal, ya que Saúl era novio de su mejor amigo del bachillerato, además de hermano de su amiga Andrea, ahora su vida tenía un problemas más.

Cuando la función terminó los tres salieron hacía el estacionamiento, Patricio y Saúl se fueron en el auto de éste último y Mauricio se fue hacia su casa en el suyo.

Cuando estaba a punto de caer la noche, Mauricio salió de su departamento hacía la casa de su mamá, ya que hacía tiempo que no la visitaba.

Cuando llegó entró en la sala y se encontró con que su primo Felipe estaba allí, cómodamente sentado.

-hijo, que bueno que vienes a visitarme- dijo la mamá de Mauricio dándole un beso en la mejilla.

-hola mamá, me da mucho gusto verte, hace tiempo que quería venir pero no había podido.

-no te preocupes, lo importante es que viniste.

-¿y dónde está papá?- preguntó Mauricio interesado

-fue con su amigo Raúl, dijo que a tomar una copa, no ha de tardar, pero mira está aquí tu primo ¿no lo saludas?

Con pesadez Mauricio levanto la palma de su mano diciendo un simple hola, al que Felipe respondió de la misma manera.

-hijo, Felipe me estaba diciendo que se ha quedado sin casa.

-¿y eso, no vivías con un amigo tuyo?-preguntó Mauricio a Felipe

-es que… lo que sucede es que, hoy conseguí un dinero haciendo algunas cosas, pero no fue suficiente, no junté lo que me tocaba poner de la renta y mi amigo me echo.

-mira hijo- intervino la mamá de Mauricio –lo que le decía a Feli es que tú vives solo, quizá podrías aceptarlo en tu departamento, son primos, puedes apoyarlo dándole donde dormir, aunque sean solo unos días, se que te fuiste para sentirte independiente, pero no creo que unos días con tu primo te hagan mal… acepta hijo ayuda a tu primo con eso solo por un tiempo.

Hola, espero que este relato haya sido un poco menos confuso que el anterior, gracias a todos por sus comentarios. Si tienen alguna sugerencia sera bienvenida.

Les mando un saludo y un fuerte abrazo. J.M.