Decía que no, pero su deseo la traicionó...(VI)

Por fín Pandora y su amo quedan para conocerse en persona y comenzar a dar rienda suelta a su deseo y su placer mútuo... ¿Será capaz Pandora de llevar a cabo las cosas a la realidad como tanto lo ha deseado en su mente? Todo parece indicar que sí, pero lo importante es saber los detalles...

Como ya sabéis aquellas personas que habéis seguido la serie, Pandora había avanzado mucho en su proceso de autoconocimiento de su deseo y la ruptura con todo aquello que había sido hasta entonces, probablemente producto de su educación y sus experiencias anteriores. No obstante, nuestra última charla la dejaba justo ante la situación de tenerse que encontrarse, por fín, con su Amo en persona. Continuaremos la historia, entonces, en ese punto.

El primer encuentro

Hoy era el día. O, mejor dicho, la noche. Efectivamente, me levanté esa mañana pensando en cuánto deseaba que transcurriera la jornada y llegara la noche, para poder cumplir por fin mi “amenaza” y poder ir a conocer en persona a mi nueva y deliciosa zorrita sumisa.

Lo cierto es que estaba gratamente sorprendido con Pandora. Como creo que ya he dejado entrever en los anteriores capítulos, me encanta charlar distendidamente con cualquier persona y de cualquier tema, porque creo que eso me permite aprender más acerca de su forma de ser y sus motivaciones. Por supuesto, todavía me gusta más cuando esa conversación, poco a poco, va cogiendo cuerpo en el ámbito de mi lado oscuro y secreto… Sin embargo, tengo mucha experiencia en ese sentido y se, en contra de lo que pudiera parecer cuando uno lee relatos de esta temática, lo difícil que es conseguir que, una mujer que sienta cierta curiosidad por ello, realmente de el paso y se atreva a probar eso que tanto tiempo ha estado reprimiendo en su vida. He podido comprobar que hay tres grandes categorías de mujeres que me hablan después de haber visto mi explícito perfil en redes de contactos: las que sienten curiosidad pero no van a dar el paso, las que sienten curiosidad y pueden llegar a dar el paso y las que están muy experimentadas en todo el mundo BDSM.

Desgraciadamente, las primeras son el grupo cláramente más abundante, jeje. Es comprensible que cueste aceptar muchos de nuestros deseos aunque sean nuestros. Pese a que vivamos en 2020, desgraciadamente aún existe un gran egoísmo en el sexo por parte de un porcentaje no despreciable de los hombres. Ello conlleva que, muchas mujeres, están hartas de que les vendan la moto y luego nada. Aquello tan famoso de: “antes de meter, todo prometer y después de haber metido, nada de lo prometido”. Eso, unido a la educación, los valores morales, la ética, el feminismo mal entendido, el machismo no erradicado, etc., resulta en un gran dilema interno que supone un muro demasiado elevado para saltar para muchas mujeres, pese a estar deseando asomarse y ver todo lo que puede llegar a disfrutar de ese infinito más allá de las murallas en las que está encerrada…

Muchas de esas mujeres un día se animan y charlan contigo, pero, por desgracia, tienes que andar midiendo tus palabras con un mimo excesivo, como si de un artificiero desactivando una bomba se tratara… En cualquier momento un desvío sutil por tu parte hacia algo sexual más allá de sus límites actuales hará que salgan huyendo como un pajarillo asustado y no vuelvas a saber nunca más de ellas...

Mención aparte merecen, dentro de ese mismo grupo, las que no van a dar el paso porque sólo quieren el orgasmo de esa noche. En ese sentido, no son pocas las mujeres con las que he charlado que, desde mi punto de vista, simplemente estaban cachondas en ese momento pero no querían nada más que masturbarse fantaseando algo y que fuera yo el que trabajara… Es decir, en lugar de fantasear solas mientras gozaban de su cuerpo, ver porno o leer un relato como este, querían que me inventara que las haría. Lo cual, no me parece mal en sí mismo. Lo malo, a mi parecer, es que no me lo dijeran claramente. Me explico: quizás a mi también ese día podría apetecerme excitarme, fantasear y masturbarme en su compañía pero estando cada uno en su casa y sabiendo que, eso, no pasaría nunca de lo virtual a lo real. Pero esforzarte en ahondar y comprender la mente de otra persona, pensando que puede ser algo que podáis llegar a disfrutar juntos en persona y que la otra persona no vuelva a escribirte ni contestarte nunca más a partir de esa noche, no es de recibo. Pero bueno, allá cada cual. Yo prefiero ser claro y que lo sean conmigo y, entonces, seguro que encontramos la posibilidad de disfrutar ambos, aunque sea cosa de una noche virtual, jeje.

Por su parte, las que tienen una gran experiencia en el mundillo BDSM son eso, mujeres experimentadas que tienen muy claro que les gusta y no tienen remilgos en ser tratadas como sumisas si tienen claro que quieren que seas su Amo. Me he encontrado muy pocas de estas porque, generalmente, ya tienen quien las domine o, si desean buscar alguien nuevo para ello, no lo buscan en una app de contactos de ligoteo normal sino en otras más específicas como FetLife y similar.

Volviendo al tema que nos ocupaba, para mi gran fortuna, Pandora era del segundo grupo de mujeres: aquellas cuyo deseo ya es muy fuerte y están en condiciones de superar sus muros, siempre que sepas como guiarlas y apoyarlas en el proceso. Y yo disfruto más con ese tipo de mujeres, es más satisfactorio para el ego y la realización personal conseguir vencer las dificultades y ayudar a alguien a disfrutar como nunca lo ha hecho. Por supuesto que con una sumisa muy experimentada es más fácil llegar más lejos y más rápido. Y que si tuviera el superpoder de convencer y poder follarme a quien se me antojara y cómo se me antojara, no lo desaprovecharía. Pero, sinceramente, creo que en esa situación perdería tanto la emoción que acabaría perdiendo el interés o tendría que pasarme a los tíos, a los animales y que se yo a que tipo de salvajadas y vejaciones porque todo se me quedaría corto y me aburriría al poder conseguirlo tan fácilmente, jeje.

Con Pandora, sin embargo, confieso que, al principio de nuestras conversaciones, yo veía todos los signos de que era del tipo de salir huyendo y nunca más volver a saber de ella, pero había algo (que no se explicar) que me decía que estaba muy equivocado y que debía centrar todos mis esfuerzos en pervertir su mente y sacar la verdadera putita viciosa que llevaba dentro, porque me vería ampliamente compensado. Y, efectivamente, así fue. Una vez más: ¡Gracias Intuición!

De cualquier manera, quise hacerme un poco de desear y, dado que sabía que ella habría estado toda la noche pensando en nuestro encuentro y que, su día tampoco sería más tranquilo, no la escribí a lo largo de la mañana, para ver si ella daba el paso. Además, no quería empezar una conversación que fuera muy asíncrona, debido a nuestros trabajos, ya que sabía que a cada momento su cabeza sería un torbellino de ideas y emociones… Tan pronto diría “¡Sí, por favor!” como “¡No! ¿estás loca?”. Y si no era capaz de poder estar hablando en esos momentos y recordarle a su mente y su cuerpo todo lo que deseaba y se excitaba dejándose llevar en mis traviesas manos, corría el riesgo de que saliera huyendo por el pánico, a pesar de que el deseo que tenía dentro no quisiera… Seguramente ella no desaparecería para siempre, volvería en cuanto se calmara y viera que no podía dejar de masturbarse y correrse una y otra vez pensando en nuestro encuentro y lo que le ponía dejarse llevar en mis traviesas manos... Pero eso nos haría perder unos días preciosos por el camino. Quería follármela y quería hacerlo ya. Esa noche. Quería que por fin fuera mia… Mi sumisa complaciente… Mi zorrita viciosa… Mi perrita en celo…

A media tarde, por fin me escribió. Por suerte yo tenía mucho más tiempo libre a esas horas que por la mañana. Supongo que ella también. Efectivamente, como luego supe, su trabajo era mucho más de cadena de montaje que el mío, lo que no le permitía estar chateando de seguido. Por mi parte, yo hubiera podido, pero no es plan de que los compañeros te vean todo el rato con el móvil ni de que nadie lea lo que pone en tu pantalla de casualidad… No era un contenido apto para todos los públicos… jeje

P: Hola!

S: Hey buenas! Q tal?

P: Pues bien, aquí despertando de la siesta, que no se por qué estaba un poco cansada hoy…

S: Jaja, ya… Será que te metes muy tensa y con muchas preocupaciones a la cama… Deberías probar a meterte más relajada para dormir mejor… ;-)

P: jajaja! Que morro… Si dormir, dormí muy relajada! Pero pocas horas…

S: Bueno, por suerte has podido echarte la siesta. Algunos no hemos podido!

P: jaja, bueno, pero no es mi culpa!

S: Hummm, y tu que sabes… Tendré que decir yo si ha sido por tu culpa o no… ¿no?

P: Y ha sido por mi culpa?

S: Jaja, no. Lamentablemente no… Ha sido culpa de los jefes y unos malditos papeleos que tengo que terminar para mañana

P: Lamentablemente? Por qué?

S: Porque si no hubiera podido echar la siesta por tu culpa habría sido por haber estado gozando hasta el extremo contigo o por algo por lo que después habría tenido que castigarte… ;-)

P: Huy… Mejor gozando entonces, no?

S: Quién sabe… Ayer no parecieron disgustarte tanto mis castigos… Y, en ese caso, luego acabaría gozando también de ti…

P: Jaja, pero porque no eran castigos muy malos sino para excitarme…

S: Sí… Porque no te merecías un castigo de verdad. Y mejor así, si eres buena, obediente y complaciente, no tendré que castigarte con nada que te pueda no gustar…

P: Jaja, si yo soy un angelito!

S: Mmm, será por eso que le pone tanto pervertirte al demonio que hay en mi…

P: Ya… -quería que fuera un poco más elocuente en sus respuestas y entrara más en el juego para que estuviera caliente  hasta la noche, así que decidí no contestar, sabedor de que ya había encendido la hoguera y, poco a poco, las brasas empezarían a arder con llama viva...

P: Y entonces sigue en pie lo de esta noche? -jeje, y ahí estaba…

S: Por supuesto! Por qué no iba a seguir en pie? Nada me impedirá conocer a mi traviesa gatita en persona…

P: No se… Como has dicho lo del papeleo ese… Pensé que lo mismo no podías o no querías…

S: Tienes que empezar a confiar más en ti misma y en tu amo, y en el deseo que provocas en mí y las ganas que tengo de gozar contigo sin límites ni tabúes... Igual que yo se lo que provoco en tí…

P: Jeje, ok… Pero es que yo no he hecho esto nunca! Tu tienes mucha experiencia…

S: No te preocupes por eso. Lo importante no es la experiencia sino el deseo. Como ya te he dicho, si algo realmente se desea, se puede aprender a disfrutarlo. Y yo estoy deseando enseñarte…

P: Jeje, ok… Gracias!

S: Si me he puesto con el informe hoy a tope es porque, precisamente, se que esta noche no iba a poder ni a querer trabajar en él y que, mañana, estaría agotado como para poder terminarlo. Agotado pero contento, eso sí… jeje

P: Ah, ok. Siento ser tan insegura pero es que me parece tan increíble que yo esté haciendo esto… Tienes que tener paciencia conmigo, por favor

S: Y la estoy teniendo y la tendré, tranquila. Se perfectamente cuánto lo deseas pero también lo complicado que es para ti llevarlo a cabo. Si te fijas, en ningún momento de la conversación te he corregido ahora por no tratarme con respeto, no llamarme amo, etc.

P: Jaja, ya… es verdad. Lo siento amo…

S: No pasa nada, zorrita mía. Tranquila. Si estoy siendo tan tranquilo y comprensivo es porque realmente deseo no asustarte y que podamos avanzar a tu ritmo para así poder llegar mucho más lejos.

S: Que confíes en mí y puedas aprender a dejarte llevar poco a poco, cada vez más, hasta sacar lo mejor de ti misma gracias a mí…

P: De acuerdo. Yo lo intentaré, pero no se si seré capaz, amo…

S: Créeme que estoy seguro de que sí. Confía en mí. Hasta el momento he ido teniendo razón en todo, ¿no?

P: Sí…

S: Y he conseguido que llevaras a cabo cosas que jamás habías creído posibles para tí pese a fantasearlas. Y que gozaras hasta el extremo… Asi que confía en mí, que yo creo en tí…

P: Jo, muchas gracias… Pero de verdad que lo mismo en persona no soy capaz de dejarme llevar así como por aquí y te decepciono…

S: No sabes de lo que hablas… Voy a tener que hacer que te vuelvas a mirar de nuevo al espejo esta noche, porque no eres objetiva y no te ves con los ojos que yo te veo… No ves a la zorrita deseosa de gozar y complacerme que yo veo… Esa que tanto deseas ser y gozar…

P: Y lo deseo amo, pero me pone tan nerviosa todo esto que igual me bloqueo…

S: Jeje, seguro que así también estás preciosa… Me encanta verte así, como una ratoncita en pánico esperando a que león deje de jugar con ella y se la coma enterita de un momento a otra…

P: Jo.. pero yo quiero que tu disfrutes conmigo…

S: Y disfrutaré. Porque tu disfrutarás. Como nunca. No te quepa la menor duda…

P: Eso espero… Es lo que deseo…

S: Tranquila, de verdad. No te preocupes por el final. No hay que llegar a ningún sitio. Hasta donde lleguemos estará bien, porque lo que debes aprender es a disfrutar plenamente del camino, sin pensar en la meta…

P: Mmmm, eso suena tan bien…

S: Pues así va a ser, de verdad. Soy consciente de que estarás nerviosa. Es normal. Estarás inmóvil, paralizada por la excitación y la novedad al principio. Cuento con ello. Pero eso no me molesta. Iremos lidiando con ello… Irás confiando en mi… Viendo que estás segura en mis manos y que realmente puedes dejarte llevar sin pensar en nada más que disfrutar por primera vez en la vida…

P: Bueno, si tu lo dices… Confiaré en tí… Pero no digas que no te lo avisé, ¿eh?, jeje

S: Jaja, asi me gusta, zorrita… Ahora voy a tener que dejarte. Tengo que terminar el papeleo y esas cosas. Luego cuando esté en casa por la noche te escribo antes de ir para tu casa

P: Ok, aquí estaré esperando impaciente… jeje

S: Mmmm, lo se… Pero no quiero que te corras… Quiero que estés deseosa de mi… Puedes ver porno, tocarte, o lo que desees, pero no te permito correrte hasta que sea con mi lengua, mis dedos, mi polla o mi voz susurrando en tu oído…

P: Pufff. Q malo eres!!! Creo que me daré una ducha y me pondré a ver una serie o algo porque si no me voy a poner malísima y no voy a ser capaz de obedecerte, amo…

S: Jajaja, me encanta excitarte zorrita… Disfruto tanto haciéndote rabiar para luego proveerte un orgasmo infinitamente más intenso…

P: jaja, ya veo…

S: Bueno, te dejo. Y tápate, zorrita, no te me constipes estando así sudada… jiji

P: jaja, no quisiera amo!. Hasta luego! Un beso!

S: Un beso

Estupendo, todo iba sobre ruedas! A esta zorrita ya no la salvaba ni el Papa… jeje. Lo cierto es que podría haber estado charlando con ella un poco más y aún me hubiera dado tiempo a terminar lo que tenía que hacer, pero prefería no excitarla mucho más en ese momento y que acabara desesperándose por tener que esperar luego hasta bien entrada la noche para poder vernos en persona. Además, seguramente mi pareja me llamara de un momento a otro para vernos un poco antes de tener que irnos cada uno a nuestra casa a cenar. No se si ya lo había dicho, pero, por motivos que no vienen al caso, ella vivía con sus padres y yo, sólo. Para poder sacar mi lado oscuro por internet sin que se enterara y le hiciera daño, la situación era perfecta.

Las horas transcurrieron sin nada más reseñable por mi parte, salvo que estaba deseando cenar, darme una ducha y que llegara la hora de poder conocer, por fin, a Pandora. Por su parte, en ese momento no lo sabía aunque imaginaba que estaría aún más ansiosa que yo cosa que, con el tiempo, comentamos y me corroboró, jeje. Llegaron por fin las 11 de la noche. Mi pareja solía irse pronto a la cama porque madrugaba para trabajar. Como de costumbre, me llamó para darme las buenas noches y, entonces, yo me metí a duchar. Prefería que pasara un margen de tiempo de seguridad antes de salir de casa y ponerme a conducir, no fuera que me tuviera que llamar por alguna cosa de última hora que se hubiera acordado. Entonces, escribí a Pandora, para ir soplando las ascuas de nuevo y que se fuera haciendo buena brasa para cocinar el mejor asado de mi vida…

S: Buenas de nuevo! Ya ando libre de nuevo…

P: Genial! Ya vienes? Que nervios…

S: No, aún no. Quiero darme una ducha antes, que ha sido un día largo y estoy sudado y quiero estar bien limpio para que mi zorrita me pueda saborear en todo mi esplendor…

P: Mmm. Yo ya me duché y me perfumé también…

S: Interpretaré eso como que tu también deseas que saboree cada milímetro de tu piel…

P: Sí… jiji

S: Así será entonces, no te preocupes… Estoy deseando ponerme las botas con mi zorrita… Comer con las manos… Y rechupetearme los dedos… ;-)

P: Pufff, que ganas amo…

S: Entonces no me entretengas… Voy a la ducha y a vestirme. Ahora te escribo cuando vaya a salir. No te me enfríes zorrita…

P: Tranquilo que no…

Procedí entonces a ducharme, enjabonando bien mi polla y mi culo, por si la cosa se diera tan bien que decidiera enseñar a mi zorrita también a lamérmelo como me gusta. No suelo tardar nada en ducharme porque tengo el pelo corto, pero me lo tomé con calma. Necesitaba tener la cabeza fría para no abalanzarme sobre ella y follármela sin piedad y sin mediar palabra después de haberla deseado tanto con nuestras charlas… jeje. Me vestí, cogí unos condones por si acaso ella no tenía y me dispuse a avisarla. Yo ya sabía el pueblo en donde vivía, cerca de mi ciudad, pero, evidentemente, no sabía la dirección exacta de su casa.

S: Espero que no te hayas dormido y tenga que despertar a todo el pueblo que donde está mi zorrita viciosa… :-P

P: Jajaja, no, aquí estoy esperándote impaciente, amo

S: Genial, porque ya estoy para salir. Solo me faltan las coordenadas exactas de tu humedad, aunque casi puedo oler tu deseo desde aquí...

P: jajaja. Mi dirección es calle , número . Es una casa unifamiliar, sólo hay un timbre. No tiene pérdida pero si no lo encuentras, me llamas y bajo a buscarte

S: Tranquila, seguro que entre Google Maps y mi radar térmico, encuentro perféctamente la fuente de tanto deseo en ese pueblo…

P: Jaja, ok. Pues aquí te espero. Ten cuidado y no corras…

S: Tranquila, no corro nunca… Me gusta tomarme las cosas con calma y estirar al máximo el disfrute del camino sin preocuparme en el final… ;-)

P: jaja, genial…

S: Hasta ahora zorrita mía…

P: Hasta ahora amo…

Y, con las mismas, bajé al coche, puse la dirección en el móvil y dejé que me guiara hasta su casa. En realidad conocía el camino hasta el pueblo, pero nunca había estado por esas calles en concreto, así que prefería ir a tiro hecho que andar dando vueltas con la excitación a cuestas… Afortunadamente, llegué a la primera. Serían las 12 y pico de la noche. Buena hora para disfrutar al máximo pensé… Aunque, para que engañarnos, todas son buenas! Aparqué el coche a la vuelta de su casa. Quería hacerla dudar de si era yo o no si me había oido, para hacer que se fuera poniendo más excitada y nerviosa aún, aunque imagino que a esas horas y en ese pueblo, pocas posibilidades más había… Bajé del coche y desanduve el camino hasta su portal. La suerte estaba echada. Sabía que podía hacerla sentir como nadie la había hecho sentir jamás, hacerla gozar, desear, fantasear, disfrutar… Pero había que pillar bien el ritmo. Bueno, tranquilo, esto es lo que más te gusta en la vida y mejor se te da, me dije para mis adentros. Y, entonces, pulsé el timbre del portero…

P: ¿Quién?

S: Acaso esperas a muchas personas a estas horas, zorrita…

P: Jeje, no, pero por si acaso, no fuera a ser un vecino o algo…

S: Sabías perfectamente que era yo. A quien está esperando tu coñito empapado, zorrita..?

P: A tí…

S: Quién soy yo…? -quería que fuera rompiendo sus tabúes. Decírmelo a la cara de primeras iba a ser más difícil. Esto era algo intermedio, estaba abajo, pero no estaba frente a ella para ver su reacción…

P: Mi amo… Sube porfa -susurro muy bajito…

S: Este telefonillo debe estar estropeado o yo un poco teniente… No te he oido zorrita…

P: Esperaba a mi amo -dijo con más voz esta vez, con la voz entrecortada y no excesivamente alto, pero no iba a hacerla sufrir más… Estaba deseando tenerla frente a mi ya.

S: Mmm, así me gusta… Abre tus puertas a tu amo, zorrita… -le solté con segundas… jeje

La puerta del portal se abrió y subí las escaleras con calma hasta el primer piso, donde estaba la puerta de entrada a la vivienda. Cuando me oyó llegando arriba, abrió la puerta y me miró, con cara entre deseosa y avergonzada… Se notaba que deseaba que estuviera allí pero que, a la vez, no era capaz de mantenerme la mirada… Por mi parte, yo aproveche su desvío para dar un vistazo general a todo su cuerpo, aún vestido, pero que esa noche no tendría secretos para mí…

La verdad es que no había pensado cómo iba a actuar cuando la tuviera frente a mí. Mientras subía las escaleras, me debatía entre ser muy caballero y darla dos castos besos para saludarla y pasar hacia su salón a charlar, para que confiara en mí; o plantarla directamente un morreo para no dejarla pensar y romper la tensión del momento y sus miedos e inseguridades y luego ya pasar a conocernos tranquilamente. Al final, cuando la tuve frente a mí, me ganó el deseo y las ganas de intentar que dejara de pensar y fuera su deseo quien hablara por ella… Así que, por supuesto, la acorralé contra la puerta nada más cerrarla tras de mí y la planté un jugoso pero tranquilo beso con lengua, mientras apretaba mi cuerpo sutilmente contra ella… No se que fue mayor, si su sorpresa o su excitación, porque comenzó a respirar fuerte por la nariz y jadear mientras sus piernas parecían fallarle… Suerte que tenía su cuerpo pegado contra la puerta con el mío, una de mis manos agarrando su nuca y otra justo por encima de donde la espalda pierde su nombre…

Como no quería que muriera de un infarto (no solo notaba su respiración sino que su corazón latía tan rápido y tan fuerte que lo notaba en mi pecho y casi podía oírlo), terminé de besarla, le sonreí y le dije: “bueno, pues ya tienes aquí a tu amo frente a ti por fin, como tanto deseabas, zorrita…” Ella me correspondió con su bonita sonrisa y me dijo: “sí… no puedo creer que me haya atrevido pero deseaba tanto que estuvieras frente a mí…”.

Ella estaba ahí, inmóvil, con la sonrisa de un niño cuando los Reyes Magos le han traído el juguete que desea… Así que, pese a que no estaba en mi casa, tuve que tomar la iniciativa. Tampoco es que me importara, en realidad, había venido a eso, ¿no? Por ello, la agarré de la cintura, la puse delante mío y la dije: “anda, enséñame el salón”.

Dicho y hecho, hacia allí nos dirigimos. Yo me senté en el sofá, como Pedro por su casa y ella, se sentó a mi lado. Entonces comenzamos a charlar:

P: Perdona, no se como comportarme… Esto es tan nuevo para mí…

S: Jeje, tranquila. No tienes que comportarte de ninguna manera. Simplemente quiero que seas tu misma. Que estés tranquila, que veas que puedes confiar en mí y que desees dejarte llevar y disfrutar al máximo, como tanto hemos fantaseado en nuestras conversaciones

P: Y lo deseo, pero yo que sé… Estoy nerviosa… No sabía cómo iba a ser esto…

S: Lo sé, es normal, tranquila. Por eso quiero que veas que no soy ningún enfermo. Que soy una persona tranquila y que no voy a hacerte nada que no desees ni en contra de tu voluntad. Necesito primero que confíes en mi para que puedas dejarte llevar sin límites y disfrutar como tanto deseamos ambos…

P: Pensé que lo mismo me follabas directamente en la entrada o me llevabas a la habitación directamente…

S: Jaja, eso hubieras querido? Hubiera sido interesante… Aunque no lo habíamos concretado y creo que hubiera sido bastante impactante para tí… Ya habrá tiempo, prefiero que estés confiada y segura antes…

P: Pues sí, casi mejor… Creo que me excitaba mucho imaginarlo pero me hubiera acojonado o bloqueado si hubiera sido así…

S: Eso suponía zorrita… Como te dije, creo que casi conozco yo mejor tu mente y tu deseo que tú misma…

P: Jaja, la verdad que me reía pero cada vez estoy más convencida de que tienes razón… Gracias!

S: Por qué?

P: Por ser comprensivo…

S: Te dije que lo sería. Yo no te miento. No deseo follarte sin más y a toda costa. Deseo hacerte desear, gozar, disfrutar y sentir como nunca antes… Y para eso, necesito que confíes en mí y pongas todo de tu parte

P: Y lo hago… Ya veo que no eres un psicópata, jeje

S: Bueno, no te fíes… En las noticias siempre sale el típico asesino en serie que tenía nosecuantos cadáveres en su congelador y la vieja de enfrente diciendo que no se lo podía creer porque siempre era super amable con ella y le ayudaba a subir la compra…

P: Joder, no me asustes!

S: Jaja, es coña, ya lo sabes. Si la muerte te sobreviene estando conmigo, será únicamente porque tu cuerpo no ha sido capaz de aguantar tantos orgasmos y tanto placer…

P: Jaja. Bueno, si tengo que morir, desde luego que sea así!

S: Na, estoy seguro de que los aguantarás perfectamente… Tengo la intuición de que voy a disfrutar largo y tendido contigo, cada día un poco más… Mientras vás sacando esa putita que me pertenece por voluntad propia…

P: Jo, no me digas eso, que me da vergüenza…

S: Ahora te da vergüenza? Acaso no lo decidiste voluntariamente frente al espejo y lo rubricaste con tu letra en tu pecho…?

P: Sí… Pero aquí frente a ti de verdad, me da más corte aún…

S: Es lógico y normal, pero ambos sabemos que, en el fondo, lo deseas… Has descubierto como te excita sentirte así y estar completamente expuesta para mi… Y ya no puedes pararlo…

P: Sí… es posible… pero aún me cuesta…

S: Pero cada vez menos…

Mientras le decía eso, iba acariciando sus brazos y sus piernas, a la vez que iba acercando mi cabeza hacia la suya, para volver a besarla, ahora que ya estaba más tranquila y necesitaba más… Excitarse… Desear… Sacar esa putita que aún necesitaba ayuda para aflorar…

Era evidente que estaba excitada, su vello erizado, su piel de gallina, sus pupilas dilatadas, su boca entreabierta, su respiración y su corazón agitados… Comencé a besarla lentamente de nuevo… Alternando piquitos con caricias entre nuestra lenguas deseosas de comernos y saborearnos enteros… Mientras mis manos iban acariciando los laterales de su pecho… Su nuca… Su pelo… Su cuello… El límite de sus senos… Su vientre… Sus muslos…

Ella estaba ardiendo por dentro… Se le notaba, y yo tampoco es que me quedara corto… Mi polla empezaba a crecer hasta casi su plenitud y empezaba a molestarme en los vaqueros así sentados…

En esa situación, yo ya sabía que ella estaba perdida por el placer… Ya no había marcha atrás… Como bien dice el título de esta serie, hubo un momento al comienzo de nuestras charlas en el que su boca decía que no pero, ahora, estaba más que claro que su deseo la había traicionado… Iba a ser mi puta sumisa irremediablemente e iba a empezar a serlo de verdad esa noche...

Sabedor de que no me frenaría ni me negaría el avance por su cuerpo, comencé a meter mis manos bajo su camiseta y fue hacia sus pechos. Los masajee por encima del sujetador, comprobando su aprobación y satisfacción con varios suspiros… Entonces, mis dedos se abrieron paso bajo los aros de sus copas y accedieron de verdad a sus preciosos pechos, comprobando cómo sus pezones estaba realmente enhiestos, como yo ya imaginaba… Esos pezoncitos grandecitos y duros que tanto había deseado besar… lamer… mordisquear… pellizcar… y en breve lo haría… Ahora, cuando se me antojara, porque ya su mente era mía hace tiempo, pero ahora, también me pertenecía su cuerpo… Con una mano, desaté hábilmente los corchetes del sujetador a su espalda, para liberar por completo sus pechos y que estuviera más cómoda… Durante todo ese rato, no dejé de besar su boca, morder sus labios, sus mofletes, su quijada, su cuello… Ella estaba excitadísima, fuera de sí, incapaz de negarse a nada que deseara hacer con su cuerpo en ese momento…

Pero yo debía mantener la cabeza fría si no quería que mi excitación me jugara una mala pasada y la emoción de haber conseguido pervertir a aquella zorrita viciosa, tan dificil de imaginar así de primeras, hiciera que me corriera… jeje. Así que el amo travieso, medido y cabal que llevo dentro, tomó las riendas de la situación:

S: Aún desear ser mi putita…? Si lo prefieres me voy… -dije para chincharla, sabiendo que era lo último que deseaba en ese momento…

P: Sí! Lo deseo… No seas malo… Lo sabes de sobra… -me dijo ella con voz agitada y entrecortada… No era tonta, sabía que estaba puteándola, jeje.

S: Y cuánto lo deseas putita…?

P: Mucho amo…

S: Mmmm, eso me encanta… No sabes cuánto me gustas así, putita… Quiero que recuerdes cuánto deseabas estar así y ser mi putita sumisa frente al espejo y me lo pidas como es debido…

P: Eres muy malo amo…

S: Lo soy… y eso te encanta putita…

P: Sí…

S: Pues obedece...Acéptate por completo…

P: Por favor amo… déjame ser tu putita… hazme tu putita sumisaaaaaaaaaaaah…

Todo esto iba sucediendo mientras yo masajeaba sus pechos e iba pellizcando y retorciendo sus pezoncitos bien duros, cada vez un poquito más fuerte… Buscando ese punto que me encantaba donde el dolor y el placer se confunden… He de decir que me sorprendió para bien su aguante y lo que disfrutaba de ello, para ser la primera vez… Sin duda, me había tocado el premio gordo… El quejido final se mezcló con sus palabras, así que supe que, en ese momento, había encontrado ese punto para ella, en ese instante, aunque en el futuro, estaba seguro de que estaría aún más allá…

Por supuesto zorrita -le dije-. No hay nada que me apetezca más ahora mismo en la vida… Quien soy yo para negarle a mi sumisa ser mi putita viciosa, obediente y complaciente… -le  dije con sorna.

Sabía que, tras toda la excitación acumulada de los últimos días y, sobre todo, de ese día y ese momento, necesitaba a toda costa correrse. Y, la verdad, visto lo bien que se había portado y que estaba fluyendo todo, quería premiarla con un orgasmo preeliminar, que la permitiera estar ya más relajada. No quería abusar y hacerla desear durante horas, como me gustaba hacer con mis sumisas más experimentadas. Por ese motivo, dirigí mis manos en dirección a su entrepierna, jugando con la cintura de sus pantalones… desabrochando su boton y su cremallera… acariciando todo su vientre por debajo de la goma del tanguita que llevaba… Y, finalmente, introduciendo mi mano cada vez más bajo ese tanga, ahora ya sin duda, insuficiente para contener tanta excitación y deseo… La muy zorrita estaba realmente empapada! Deliciosamente empapada! Joder como me lo iba a pasar con ese coñito si era capaz de lubricar así completamente entregado a mi merced...

Ella intentó hacer lo propio con su mano e ir a desabrocharme mi pantalón lo cual, ciertamente, no me hubiera venido mal. Sin embargo, la miré serio pero con ojos compasivos y negué con la cabeza mientras le decía: “no, aquí mando yo zorrita. Este es tu premio y es tu momento. Necesito que te dejes llevar y te corras para mi para calmar tu ansia y poder seguir con tu aprendizaje… sólo disfruta de lo que te hago y te digo…”

Evidentemente, lejos de importarle, mi orden casi la vino bien, porque realmente estaba tan excitada que más que masturbarme, podría haberme partido la polla en un estertor producto de su propio placer...jeje

Entonces, la hice girarse y apoyar su espalda sobre mi pecho para poder masturbarla así más cómodamente mientras mi otra mano podía recorrer su pecho desnudo y mi boca, susurrarle cosas sucias al oído y lamer y morder sus orejas, su nuca, sus hombros…

En esa posición, no fue difícil llevar mi mano hasta la entrada de su coñito encharcado y empapar bien mis dedos en su excitación… Entonces, los llevé a mi boca y los relamí, diciéndole: “no sabes las ganas que tenía de saborear esta humedad que me pertenece, putita…”. Ella, incapaz de articular palabra ya, simplemente gemía y se retorcía, muestra de su placer, su necesidad de correrse y su entrega total…

Tras esto, volví a su coñito a empapar mis dedos de nuevo en su coño chorreante y, esta vez, los llevé a su boca mientras le decía: “pruébate para que veas que no te miento y que así, entregada a tu amo en cuerpo y mente, estás más deliciosa que nunca…”. Y así, lo hizo… Lamiendo con deseo inusitado… Queriendo complacerme para que la dejara correrse ya por fin…

Y, con esa idea implantada también en mi mente, comencé a acariciar su clítoris inflamado… Haciendo que saliera sin timidez alguna debajo de su capucha y se enfrentara a mis yemas apretándolo, frotándolo, pellizcándolo suávemente… Mientras mi otra mano alternaba el juego con su vientre… sus pechos… sus pezones duros… su cuello…

Mi zorrita estaba al borde del éxtasis y no iba a ser esta vez cuando la impidiera correrse una y otra vez hasta que me rogara por su placer… Eso sería más adelante… Y también lo disfrutaríamos mucho, pero hoy, se merecía correrse ya… Y, más bien, lo necesitaba…

Por ello, metí mi dedo anular y mi dedo corazón sin dificultad alguna en la piscina que parecía su coñito y empecé a presionar y recorrer los primeros centímetros de su vagina, buscando su punto G entre los pliegues de la zona, mientras la palma de mi mano frotaba y presionaba su clítoris con vigor y la velocidad que su respiración y su cuerpo me iban marcado… Cada vez más rápido… Cada vez más fuerte… Con mi otra mano retorciendo y estirando sus pezones duros mucho más que antes… Hasta que, cuando la ví que estaba a punto de explotar la susurre dulcemente al oido:

S: Ahora mismo no es que te permita que te corras así como deseas para tu amo, putita, es que te lo ordeno!

S: Déjate ir, estalla de placer, explota sin límites de gusto, córrete para tu amo, puta!

P: Ahhh, sí amoooooo

P: Jodeeeeeer

P: Me corrrrrooooooooooooooooo

Y, en ese instante, empezo a moverse como loca sobre mi… Saltando pese a casi no poder moverse por como la tenía… Zarandeando su cadera para todos los lados… Frotando su culito contra mi polla dura de un modo que, durante un instante, temí por la integridad de mi duro falo… Poco me faltó a mí para no correrme de la excitación y la sensación de su coño palpitando y apretando mis dedos con gran fuerza… Creo que fue el miedo y un poco de daño que, inconscientemente, me provocó con sus movimientos…

Mejor, porque la noche no había hecho más que empezar y, en cuanto se calmara ya por fin y su respiración y su pulso volvieran a normalizarse un poco, iba a hacer que me las pagara… Me iba a follar su boquita por primera vez, después quizás me la follaría o jugaría más con su deseo... Ya veríamos… Según como fuera fluyendo la situación…

Pero eso será una historia que os contaré en el siguiente capítulo.

Se que este capítulo ha sido más largo que el resto, pero quería que se entendiera bien y trasladaros toda la excitación y el deseo que vivimos en ese momento. Aún así, prefiero dejaros con la intriga de cómo siguió la cosa y la primera follada de mi zorrita hasta el siguiente capítulo (que sorpresa, soy malo… jiji), así que, si os ha gustado y queréis hacérmelo saber o tenéis alguna sugerencia de como mejorar mi narración, no dudéis en hacérmela llegar a través del correo o los comentarios. Ya sabéis que todas las personas son bienvenidas y todos los comentarios bienvenidos, siempre que sean constructivos. Prometo contestar a todo el mundo.