Decía que no, pero su deseo la traicionó...(I)

Como el chat derribó sus muros, atraída por un perfil que la excitaba y la echaba para atrás. De cómo su boca decía que no pero su cuerpo acabó demostrándole lo que realmente deseaba desde hace tiempo y nunca se había atrevido a probar.

El siguiente relato es esencialmente cierto y sucedió hace algún tiempo. Evidentemente, hay ciertas licencias poéticas y ciertos datos cambiados para evitar poner a nadie en un compromiso. Espero que os guste.

El Contacto

Ambos teníamos un perfil en una de estas aplicaciones de conocer gente (es decir, buscando ligar y follar pero negándolo en gran cantidad de perfiles). Aún hoy lo pienso y me resulta curioso como se dió todo.

Yo acababa de hacerme un perfil esa misma noche, producto de mi aburrimiento y mi insomnio. Ella, por lo que supe después, tampoco llevaba mucho más. Entré en varios perfiles de mujeres cerca de mi y, ella resultó agraciada también. Por mi parte, ni siquiere sabía aún como funcionaba esa plataforma en concreto, aunque tenía experiencia en algunas otras parecidas y más viejas. Sabía que sólo podría dar unos pocos me gusta antes de que la app, como cualquier otra, me pidiera pagar, así que estaba guardando mis clicks porque siempre me he negado a caer en esas estafas.

Como ya habréis imaginado por mi nick y por la temática del relato, me gusta llevar las riendas en la intimidad. Desde que era adolescente, mis fantasias siempre rondaron por la temática de la dominación y la sumisión. En aquel entonces, no era tan sencillo como ahora reconocerlo y yo, un crio haciéndose sus primeras pajas, pensaba que en cierto modo estaba un poco "enfermo" y que era algo que me tendría que guardar siempre para mi... Por suerte, me equivocaba y, con el tiempo, fui descubriendo que lo mismo que yo disfrutaba sometiendo a mis más oscuros deseos a una mujer en mis fantasías, también existían mujeres que eran capaces de fantasear con verse sometidas voluntariamente y excitarse y disfrutar de ello sobremanera.

Volviendo a donde estábamos, me fijé en su perfil.Sus fotos parecían auténticas: no eran tan espectaculares como para hacer sospechar una foto de estudio robada de internet pero era atractiva y con un cuerpo muy apetecible... (como realmente luego pude corroborar). Un par de años más que yo, sin hijos, no tiene pareja, vive sola en un pueblo cercano... Perfecta, pense. Hora de gastar un like. Y que gran intuición! He de darme las gracias a mi mismo, jeje.

Por su parte, parece que mi nick, algo relacionado con la dominación y la sumisión, no la asustó o no se percató de él. Así que, decidida a descubrir más de sí misma, me saludo. Un tenue "hola q tal?". Más que suficiente... La maquinaria de la perversión se encendía y empezaba a calentar motores... Comenzamos a charlar con las típicas frases de ir rompiendo el hielo y conociendo más del otro. Yo no quería forzar la situación porque no sabía muy bien que había visto y qué no de mi perfil. Un perfil que, por otro lado, indicaba claramente que mi mayor disfrute en la vida era ahondar en la mente de la otra persona, descubrir como estimularla y excitarla, para acabar indagando en sus más oscuros deseos... En aquellos que quizás ni ella misma había pensado nunca que llegaría a desear... Pero que acabaría llegando gracias a mi perverso trabajo sobre su mente y su cuerpo...

La situación se iba poniendo interesante... Yo iba tirando la caña y recogiendo sedal poco a poco para pescar a mi presa. Ella no parecía estar del todo cómoda pero tampoco huía de mis dobles sentidos y mis insinuaciones cada vez más hacia el ámbito sexual. Claramente, se encontraba luchando contra sí misma, contra su educación, su forma de ser anterior... Creo que no entendía por qué su deseo la estaba traicionando y por qué cada vez quería saber más acerca del mundo de la dominación y la sumisión y de que podría llegar a imaginar para ella... Cada vez se estaba excitando más y deseaba más hasta que, de repente, se sobrevino la catástrofe. En su afán por descubrir más de mí y de su propia situación en ese instante, volvió a mirar mi perfil y, entonces, lo vio: "con pareja". Vaya, esto no se lo esperaba. Demasiado bonito para ser verdad debió pensar.

En efecto, además de toda la información relacionada con mis gustos y mis deseos, en mi perfil había reflejado la realidad: que tengo pareja. Sabía de sobra que ese era el mayor hándicap para muchas de las mujeres que visitaban mi perfil y que eso echaría para atrás a la gran mayoría. Pero esa mayoría no me interesaba. Era un caro peaje que había que pagar por encontrar a aquellas mujeres que realmente deseaban dejar fluir todo su ser entre mis manos sin sentir que las había mentido. No diré que es algo de lo que me sienta orgulloso, pero el deseo puede ser la mayor de las drogas y, pese a que compartas tu vida con una persona que te encanta en casi todos los aspectos, necesites más y más, sentir tu corazon excitado a más no poder al estar conociendo más allá de sus límites otra mente y cuerpo nuevos.

Creí en ese momento que se había acabado todo con ese delicioso manjar, pero por suerte, fui capaz de retener su huída gracias a que su cuerpo ya estaba, con toda seguridad, tan húmedo como no había estado nunca en su vida anteriormente. Evidentemente, se sobrevinieron las típicas preguntas de "por qué lo haces", "acaso ya no la quieres", "no te da sexo", etc. Su moral era fuerte y, por momentos, temí perderla. Hastá que conseguí hacerla entender que estaba ahí hablando con ella por lo mismo que ella estaba hablando aún conmigo: porque el deseo era mucho más fuerte que la ética. Porque ella no deseaba meterse en medio de ninguna relación ni sufrir, pero su cuerpo gritaba que se dejara llevar sin pensar en nada más que en gozar como nunca, ahora que había encontrado lo que toda su vida había estado buscando sin saberlo... Y yo tampoco quería hacer daño a nadie, ni a mi pareja ni a ella, pero mi polla estaba tan dura y mi corazón tan acelerado, que deseaba con todas mis fuerzas sacar la verdadera zorrita que llevaba dentro... Follarla a mi antojo, dominarla, someterla a mis deseos que serían acordes con los suyos... Excitarla hasta límites insospechados, negarle su orgasmo hasta que me rogara que la hiciera mi puta de una vez... Atarla, retorcer sus pezones, azotarla, escupirla, decirle las cosas mas soeces que jamás hubiera escuchado, grabarla, sodomizarla, follar su garganta hasta que no pudiera respirar, mearla... Quien sabe hasta donde sería capaz de llegar disfrutando de todo ello y mucho más...

Y, por suerte, aunque ella no lo reconociera en ese momento e incluso, puede que ni lo supiera, conseguí poco a poco hacerla desear como nunca había deseado... reconocer que era una puta... mi puta! mi zorra, mi perra o mi gatita sumisa. Todo lo que yo deseara de ella porque, en el fondo, ella lo deseaba tanto o más que yo y aprendió a disfrutarlo sin límites. Finalmente, descubrió que yo tenía razón: su boca decía que no al principio, pero su cuerpo gritaba a los cuatro vientos sí, por favor, amo!.

Pero esa es una historia que os contaré más adelante si este relato os gusta. Es mi primer relato, así que espero vuestras sugerencias y recomendaciones. Soy consciente de que es muy introductorio y hay poco sexo en él. Pero, como ya os he contado arriba, me gusta hacer desear y que me pidáis más...

Si os interesa la contiuación, tenéis mi correo en mi perfil: amo.busca.sumisa1@gmail.com