Decadencia VI: Skarlet Juggs.

La decadencia de Skarlet sigue su evolución, dándole a Juan total control de los aspectos que faltan en su vida.

¡HEY!

Se recomienda leer los capítulos anteriores para entender esta historia.

Aquí los links:

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Decadencia I: https://www.todorelatos.com/relato/176831/

Decadencia II: https://www.todorelatos.com/relato/177101/

Decadencia III: https://www.todorelatos.com/relato/177357/

Decadencia IV: https://www.todorelatos.com/relato/177604/

Decadencia V: https://www.todorelatos.com/relato/177827/

Si ya los leíste, pues, sigue leyendo. Que lo disfrutes.

Decadencia VI: Skarlet Juggs.

Desperté metida en el closet, con la cuca de Patricia en mi boca, y la boca de ella en la mía, a juzgar por la respiración que sentía en mis genitales inferiores. No sé cuántas horas estuvimos dormidas en esa posición de 69, tal como nos había dejado Tamara la noche anterior. El espacio era bastante reducido, por lo que no me extrañaba el hecho de que no hayamos perdido la posición. Eso sí, las articulaciones y otras partes del cuerpo me dolían por haber dormido en la misma postura toda la noche.

Una noche bastante difícil para mí, a decir verdad. Escuchar a mi Amo y a Tamara haciendo el amor en mi cama me había dejado esa sensación de envidia y celos. Si, ya estaba resignada a que lo único que importa es él, su placer, su bienestar y demás, y me sentía feliz y plena por el hecho de que él estaba disfrutando. Pero no podía dejar de sentir esa envidia, ni esos celos. Patricia intentó mamarme la cuca en la noche, e intentó animarme para que se la mamara también al restregarme la de ella en mi boca, y si bien lo hice, la verdad era que mi atención se centraba más en lo que pudiera oír que pasaba del otro lado de la puerta del closet.

Sin embargo, el sueño terminó venciéndome, aunque no sabría decir cuánto tiempo duré despierta oyendo a Tamara y a mi Amo tener orgasmo tras orgasmo. A pesar de la edad, mi Amo tenía una virilidad y una resistencia de un chico de 20 años.

No me atreví a moverme. Supuse que mi Amo así lo preferiría, por lo que opté a quedarme allí. Un rato más tarde, la puerta del closet se abrió, y un chorro de agua fría nos cayó a Patty y a mí en el cuerpo, alborotándonos de forma brusca.

-Arriba, puercas. Deben ir a trabajar -Nos dijo mi Amo. Tenía un vaso grande en su mano, con el que nos había rociado el agua.

-¡Si Amo enseguida! -Exclamamos las dos al unísono poniéndonos de pie rápidamente y saliendo del closet. Vi a Tamara acostada de lado en la cama. Su cabeza se apoyaba en una de sus manos y nos veía con mueca burlona. Estaba arropada con una de mis sábanas hasta la cintura, sus dos pechitos naturales estaban al aire. Esa aura de superioridad típica de ella la rodeaba. Rápidamente me dirigí al lado del closet donde estaba mi ropa de oficina.

-¿Qué haces, tetas? -Me preguntó mi Amo.

-Busco la ropa para ir a la oficina Amo. -Le dije.

-No, vaca. -Me dijo, tomándome de un brazo. -Tu trabajarás aquí. Ve a hacernos un rico desayuno y nos lo traes a Tamara y a mí a la cama. Tú, Puticia, ve a trabajar normalmente. Me contarás todo lo que te dice Raymundo el día de hoy.

-Si Amo. -Dijo ella.

-Jajajaja ya te dice Amo bebé...y sin que se le diga nada ni que nosotros le recordemos como debe comportarse -Dijo Tamara al notar el cambio de actitud en Patty.

-Jajaja si...¿Ves Puticia? Te dije que serias mía jajajaja -Dijo mi Amo. Patricia no dijo nada, solo fue al baño a buscar su ropa tirada en el piso.

-Amo disculpe...- Dije - Si no voy a trabajar me despedirán...y no podre regalarle cosas...

-Tranquila mi tetoncita boba...tengo un negocio en mente para ti. Ahora, el desayuno, apúrate que Tamara y yo tenemos hambre. Hazte algo para ti también, algo ligero -Me dijo.

-Si Amo... -Dije. Me fui a la cocina un poco desconcertada. Podía sentir en mi estomago la ansiedad y la incertidumbre de saber que tenía planeado para mí, porque si algo era cierto es que ya estaba a sus pies de lleno. Y esa clase de decisiones eran ahora de él, no mías. Iba a dejar que ese viejo baboso que ahora adoraba más que a mí misma me dictara en que trabajar.

No me había dado cuenta. Pero ese fue un punto de inflexión en mi vida. Otro antes y un después. Ese día cedía TODAS las decisiones a Juan, a partir de ese día mi Amo comenzaría a tomar control total de mi vida poco a poco.

Ese día no sucedieron muchas cosas, más allá del hecho de que hice un buen desayuno para ellos el cual les llevé en bandeja a la cama para que lo comieran en total comodidad y con un gran toque romántico entre Tamara y mi Amo. Un toque que me dejó un sabor de derrota, el cual reforzaron haciéndome servirme el mío, ligero como se me ordenó, en los pies de la negra y comerlo directamente de allí con mi boca. Con ese acto, dejaron muy clara la jerarquía de toda esta alocada y pervertida relación. Mi Amo iba por encima de todo, secundado por Tamara. Si, ya se venía venir desde el día anterior, pero ese gesto de hacerme comer directamente de los pies de ella era como firmar la sentencia de forma oficial.

Luego del desayuno ambos se bañaron, se vistieron, y se fueron, no sin antes mi Amo ordenarme limpiar todo el apartamento por completo, ya que esa noche iría a dormir. Así hice, me pasé todo el día limpiando profundamente el apartamento, evitando contestar las llamadas provenientes de la oficina.

Mi Amo fue, como bien dijo, a dormir esa noche. No entraré en detalles de sexo en este momento, porque la idea es contarles, mis queridos lectores, lo que aconteció en mi vida de forma resumida desde ese día hasta el dar un paso más directo al fondo de mi decadencia.

Sin embargo, de más está decir que todas las veces que hubo sexo entre mi Amo y yo, fueron de la manera más dura y guarra posible. Algunos días estaba Tamara presente, con quien mi Amo hacía el amor para luego ambos ordenarme hacer cosas humillantes, afianzando aún más el poder de ella sobre mí. Un poder que cada día que pasaba aceptaba y debo admitir también que me excitaba y me volvía loca.

A la que no volví a ver, fue a Patricia. Aunque sé que mi Amo salía algunas veces a encontrarse con ella, supongo que para tirársela a gusto, haciéndose esas veces más y más frecuentes. Sin embargo, yo perdí total contacto con ella, con mis amistades, y además, con mi familia, a quienes mi Amo me ordenó decirles que por un tiempo me iría del país, poniendo como excusa una mala situación que se me presentó en mi trabajo, por lo que tenía que huir de ciertas personas que podrían querer mi cabeza, como si me hubiera metido en un lio con mafias. Les dije que vendí mi apartamento para poder hacer vida en ese otro país, así, si me llegaban a buscar en mi apartamento, mi Amo sería el que les atendería y les diría que yo le había vendido el inmueble.

De hecho, y para hacerlo todo más creíble, mi Amo me ordenó poner el apartamento a nombre de él mediante una venta ficticia, avalada por notarías públicas y abogados.

Si, así de loca me tenía. Le regalé mi techo. Y lo hice porque él quiso. Lo hice por amor y devoción a él. ¿Estúpida? Si. Se que lo soy. Pero no me importaba lo que pensara la gente. Lo que me importaba era el placer y bienestar de mi Amo Juan.

No solo le di el apartamento. Con el pasar de los días le di acceso total a mis cuentas bancarias. Recuerdo que lo hice bien sentadita sobre él, con su enorme verga bien metida en mi culo, en una especie de ironía sarcástica de la vida. Mientras el follaba mi ano, cambiaba las contraseñas a mis usuarios bancarios sin que yo viera cuales colocaba, follándome también la vida.

Literalmente, le terminé de dar mi vida en cuestión de uno o dos meses, en los cuales, logramos subsistir en base a mis ahorros, que no eran pocos. Dos meses donde solo salía a donde él quería, y siempre acompañada por él. Dos meses de entrega total a su persona, complaciendo todos y cada uno de sus caprichos como si fueran mis leyes de vida. Dos meses de sexo puro y duro, donde, cuando, y como a él se le antojara.

A él y a Tamara, claro.

Sin embargo, luego de esos dos meses, mi Amo me ordenó ir a su ranchito en Petare, esa pocilga que fue testigo del comienzo de toda mi decadencia. Me ordenó ir y que hiciera limpieza profunda, ya que de ahí en adelante yo viviría allí. No quería arriesgarse a que le invadieran esa casa, ya que en esos dos meses prácticamente se había mudado a mi apartamento (ahora de él) y fue llevando sus efectos personales allí para terminar de instalarse. Así que lo mejor para él fue que me mudara para su antiguo rancho y lo mantuviera siempre en orden.

Por supuesto que acepté. Yo a mi Amo era incapaz de negarle nada a esas alturas. Así que ese día terminamos de intercambiar todo. Él se llevó a mi apartamento (Perdón, a SU nuevo apartamento) las pocas cosas que en su rancho quedaban, y seleccionó muy cuidadosamente las cosas que yo me llevaría a mi nuevo hogar, lo cual consistía en una pequeña maleta con mis ropas más atrevidas, como minifaldas, shortcitos cortos, leggins súper pegados, franelitas y camisetitas pequeñas y tres pares de zapatos, de los cuales dos eran sandalias altísimas y llamativas y el otro par unas zapatillas francesas. Lo demás, él lo vendió para sacar algún dinero extra, y lo que no pudo vender, simplemente lo botó a la basura.

En cambio, en su rancho, dejó para mí apenas un par de platos plásticos, un par de ollas viejas y maltratadas, una neverita pequeña, la cocina de gas de dos hornillas y una cama individual. Más nada.

Había pasado de ser una gerente contable inteligente, con bastante dinero y un futuro prometedor, a ser un patético ser (valga la redundancia) sin voluntad, sin pertenencias, ni amor propio. Pero aún quedaba la cereza en el pastel, el detalle que hacía toda esta situación más bizarra aún, y que a mí me convertiría en un ser aún más tonto, estúpido y descerebrado.

Este detalle no era otra cosa más que el hecho de firmar un contrato donde quedaba claro que ese rancho él me lo alquilaba. Un alquiler que yo pagaría con el 70% del dinero obtenido por mí en mi nuevo trabajo, el cual también dirigiría él. Y ese trabajo no era otro más que el de mujer de limpieza a domicilio. En este contrato quedaba estipulado que los gastos de servicio y de manutención de esa pocilga correrían a mi cuenta, y quedaban estipuladas las normas laborales, las cuales eran claras: mi Amo se encargaría de conseguirme a los clientes y me diría a donde ir a limpiar. Se reservaba el derecho a dictar mi forma de vestir para cada caso (Esto último lo entendí mejor mucho después). Además, se me exigía una puntualidad impecable y una diligencia estricta en hacer mi nuevo trabajo a la perfección, so pena de ser puesta de patitas en la calle si él así lo consideraba pertinente, o si él así lo quería por mero capricho.

Seguramente se estarán preguntando si firmé semejante estafa a la vida. Y la respuesta es que si, si lo hice, como ya deje bien claro en el párrafo anterior, y sin ningún titubeo o duda.

Transcurrieron un par de meses más así, yo viviendo en esa pocilga, manteniéndola limpia y en pie. Trabajando de lunes a viernes de 7:00 a.m. a 4:00 p.m. los fines de semana, en su mayoría, los pasaba en el ahora apartamento de mi Amo, donde él hacía vida con Tamara. Mi paga era en efectivo, y yo lo agradecía con mi cuerpo, además de hacer la limpieza en ese apartamento, obviamente totalmente gratis.

El trabajo abundaba a decir verdad. Por lo general eran personas del mismo barrio que contrataban mis servicios. A la mayoría no solo les limpiaba la casa, sino también les lavaba la ropa y se las planchaba, e incluso hacía comida para estos clientes. En cuanto a la vestimenta, dependía también del tipo de cliente. Si la cliente era una mujer o una familia correctamente conformada, mi Amo me ordenaba ir en leggins y las más holgadas de mis pequeñas franelas. Igualmente despertaba pasiones allá donde iba, pero por lo general no era nada en comparación a aquellos clientes que eran hombres solos, para los cuales mi Amo me ordenaba ponerme las minifaldas, o los extremadamente cortos shortcitos que dejaban muy, muy poco a la imaginación, con las franelillas o camisetas más cortas y ceñidas, así como debía acompañar esa vestimenta con maquillaje bastante remarcado, escandaloso. Y de vez en cuando me ordenaba aceitarme las piernas, el pecho, los brazos la cintura, el cuello...todo para hacer mi cuerpo más brillante, más llamativo y provocativo.

Los piropos fuera de lugar no faltaban cuando atendía a estos clientes. De hecho, a la mayoría de estos hombres solitarios les encantaba sentarse a verme mientras hacía mi trabajo. Y sus miradas no eran para nada disimuladas. Era común que sintiera sus ojos clavados en mis partes más llamativas: mis tetas, mi culo, y mis piernas. De hecho, muchos de ellos cuando me hablaban, lo hacían era viendo a mis tetas, no a mi rostro como tal. Sin embargo y a pesar de todo esto, ninguno de estos clientes se propasó más allá de un "accidental" roce o manoseo.

Adicionalmente a esto, mi Amo me regaló un teléfono inteligente. Me ordenó con él, abrirme una cuenta en Facebook, Twitter e Instagram, y me dio la orden de mantener esas cuentas siempre actualizadas, que subiera fotos sexys y que a mis seguidores los tratara siempre de forma cariñosa. Me ordenó que invirtiera parte de mi paga en ropita sexy y bikinis para estas fotos y que las subiera a las redes, así como también me ordenó que hiciera videos para estas plataformas.

Así lo hice, Tamara sugirió que me pusiera de Nombre "Skarlet Juggs", alegando que sonaba a nombre de actriz porno. Creé mis cuentas y comencé a exhibirme en ropita sexy y poses provocativas, así como haciendo videos de twerking o los típicos videos de "transiciones" siempre claro con un toque muy erótico y picaresco.

A partir de la creación de esos perfiles en redes sociales, mi vida diaria (al menos de lunes a viernes) ahora se limitaba a salir a limpiar casas tempranito en la mañana, salir por la tardecita de regreso a la mía, comprar un par de menudencias en el camino, llegar a mi hogar a eso de las 6 de la tarde, hacer una buena rutina de ejercicios para mantener mi línea en la salita de la casa y luego a eso de las 7 u 8 de la noche meterme en internet desde el teléfono para subir fotos y videos míos e interactuar con mis seguidores, los cuales para mi sorpresa en la primera semana de haber abierto esas cuentas, ascendían a 5000 en instagram y en twitter, y en facebook tenía también una buena cantidad de solicitudes de amistad. La mayoría de personas con las que hablaba eran los típicos hombres babosos que les gustaba escribirme cualquier pajolería tonta, cosas que la antigua Skarlet habría contestado con odiosidad y cinismo. Pero mi Amo deseaba que los tratara bien, así que así hacía. Era un trozo de carne más de las redes sociales. Y debo reconocer que esto me excitaba un montón.

Por otro lado, el negocio de la limpieza iba bastante bien. Mi Amo cobraba bastante dinero por mis servicios y de ahí se descontaba el alquiler, para pagarme. No tenía ni idea de si realmente me daba el 30% que me correspondía, y la verdad, tampoco me importaba mucho. Pero lo cierto es que en cuatro o cinco meses mi Amo jamás pasó hambre ni Tamara tampoco según pude notar en mis visitas de fines de semana y alguna que otra esporádica que me ordenaban hacer en días laborales. Tamara comenzó a estudiar administración de empresas, y la verdad le estaba yendo bastante bien. Mi Amo en cambio no me decía que hacía con el resto de mi dinero, y la verdad tampoco me importaba, él no tenía por qué rendirme cuentas. Sin embargo, tiempo después me enteraría de lo mucho que él hizo con todo lo que ganaba a costa de mí.

Así avanzó mi vida durante poco más de medio año, hasta que llegué una noche de viernes a mi casa y me encontré a Tamara allí con un grupo de 5 hombres, quienes estaban remodelando la pequeña habitación en la que yo dormía. Me asomé en la puerta disimuladamente para ver que habían hecho: las paredes fueron pintadas de blanco (antes tenían una pintura fea, sucia y desgastada, color azul celeste), y le fueron colocadas luces de neón violetas en los bordes del techo, además de reemplazar la lampara principal en el centro del mismo por unas led blancas. Los tomacorrientes que antes estaban "al desnudo" con los cables y demás fueron acomodados de manera que se veían bien presentables. La vieja cama individual con colchoneta vencida fue reemplazada por un box spring individual, forrado con vinil blanco y colocaron encima un colchón nuevo.

Sin embargo lo que más me sorprendió fue la pared del fondo. En ella había una mesa con un pc y dos monitores de 21 pulgadas conectados, un teclado inalámbrico y un mouse, también inalámbrico. Una pequeña pero coqueta banqueta se hallaba frente a esta mesa. Detrás de los monitores y dispuestos por toda la pared y a los lados de la mesa, se hallaban múltiples lámparas led blancas de varios tamaños, apoyadas en trípodes.

Tamara pasó a explicarme que yo accedería a esa pc mediante mi usuario, "Vaca", y mi contraseña "Pechugona69". A través de ella tendría acceso únicamente a dos páginas web: "Masturchat" y "Cam5", sitios web donde las personas se exhiben masturbándose o teniendo sexo. En ambas páginas Tamara había creado mis usuarios, "SkarletJuggs", los cuales ella misma me comentó que estaban configurados con cuentas Paypal para poder monetizar mis sesiones. Me dejó, adicionalmente un par de juguetes sexuales, llamados "Lovense". Estos no eran más que vibradores que parecían huevos de gallina bastante alargados, siendo gruesos en una punta y que se iban haciendo bastante delgados al final. La parte grande y gruesa, debía ser introducida en mis partes íntimas, quedando la alargada y fina por fuera. Estas partes alargadas no eran otras cosas que receptores bluetooth, que, configurados con el PC y las páginas ya nombradas, cada vez que los espectadores me daban "tokens" (Masturchat) o "Propinas" (Cam5), la antena recibiría esa señal y haría vibrar el huevo. A más alta la cantidad de Tokens o Propinas recibidas, más intensa y brusca era la vibración. Y por supuesto, esos tokens y propinas eran luego cambiados por dinero vía Paypal.

En ningún momento se me dijo si me iban a dar parte de ese dinero. La verdad, ni siquiera se me ocurrió preguntarlo, no me importaba. Como ya he dicho mil veces, solo me importa el placer y bienestar de mi Amo.

Esa noche, antes de que Tamara y los 5 trabajadores se fueran, ella me ordenó que promocionara en mis redes sociales durante toda la semana que el viernes siguiente podrían verme en esas dos páginas. También me dijo que fuera ingresando en ellas para conocer las dinámicas de esas mujeres y así poder aplicarlas en mi show.

Yo obedecí, y durante toda esa semana publicité con bombos y platillos mi show cam porno, al mismo tiempo que veía a varias de las mujeres que hacían los suyos. Tengo que admitir que la idea me dio cierto reparo al principio. Si bien mi Amo ya me había exhibido ante otras personas, esto era distinto. Una cosa eran las dos o tres personas que me veían desnuda por la ventana cuando mi Amo me cojía allí pegada. O aquel transeúnte que me veía desnuda caminando a cuatro patas en alguna vía pública, como más de una vez me ordenó hacer en nuestros encuentros esporádicos. Incluso la exhibición en mi trabajo ante los clientes en ropita sexy, así como en redes sociales, eran cosas suaves, en comparación a mostrarme desnuda ante quien sabe cuántas personas y encima masturbarme para ellos. Sin embargo, y como ya he dicho en repetidas oportunidades, el placer de mi Amo Juan eran prioridad en mi vida. De verdad, nada me importaba más que eso.

La espera por esa noche de viernes se me hizo larga, aunque las horas del viernes escogido para hacer el show pasaron bastante rápido. Salí de la casa que me tocó limpiar, y me fui directamente al rancho. Encendí todo el equipo, y me fui a bañar. Acicalé bien todo mi cuerpo, para luego vestirme con un shortcito de jean azul bastante diminuto y ajustado, una franelilla blanca de tirantes delgados, y más nada, salvo por una sexy tanga azul eléctrica de uno de mis bikinis, que si bien no era tipo hilo, era bastante sexy. Decidí quedarme descalza. Por supuesto el maquillaje también me lo apliqué con mucha generosidad, resaltando mis ojos y mi boca, esta última de color rojo a juego con las uñas de mis pies y de mis manos. Me senté ante la cámara, y me dispuse a abrir las páginas, dividiendo una para cada monitor.

Había llegado la hora de dejarme caer aún más hondo en el abismo de mi decadencia.

Configuré los mensajes de perfil para que dijeran que, al llegar a los 50 tokens de Masturchat, haría un baile sexy, y comencé a transmitir a las 9 de la noche en punto, hora de Venezuela, tal como lo había prometido en todas mis redes sociales.

Nada más ingresar, a los 5 minutos, ya tenía 3000 espectadores conectados en ambas plataformas. La caja del chat comenzó a llenarse de mensajes, los cuales pasaban sin parar. Se podía ver cualquier tipo de mensajes, desde "Mami estas bella", pasando por el "que tetotas más lindas" hasta "muestra las tetas puta". No faltaban los "genios del romance" prometiendo el cielo y la tierra a cambio de que me fuera a vivir con ellos. Lo que no se imaginaban era que mi cielo era el estar ahí satisfaciendo a mi Amo y mi tierra eran sus bolas peludas, las cuales extrañaba inmensamente en ese momento. En fin, yo contestaba a los mensajes que podía, ya sea escribiendo o hablando, ya que en ese momento me di cuenta de que la cámara tenía un micrófono incorporado. Traté de ser lo más cordial y dulce posible para con mis morbosos admiradores.

Algunos usuarios de Cam5 iban dejando propinas de cuando en cuando, aún a sabiendas de que las que valían, al menos para que yo bailara, eran los tokens de Masturchat. De todas formas eran de agradecer, era obvio que eso llenaría las cuentas de Paypal de mi Amo. Sin embargo los de Masturchat no tardaron más de 20 minutos de comenzada la transmisión para llegar a la meta de 50 tokens, momento en el que en mi teléfono ingresé a youtube y puse a reproducir el cover de "Sway" hecho por The Pussycat Dolls para comenzar a moverme de la forma más sensual que pude frente a la cámara, procurando acentuar el movimiento de caderas y por supuesto, el de las tetas al ritmo de la canción. Los mensajes estallaron en ambos chats, todos los espectadores estaban maravillados. No pude evitar sentirme genial ante tanta atención, ante tanto morbo que despertaba.  Debo admitir que también sentí lo mismo cuando abrí mis perfiles de redes sociales, sin embargo en este momento esa sensación era aún mayor.

En ese momento me llegó un mensaje de Whatsapp de mi Amo. "Cambia el mensaje de perfil. 200 propinas en Cam5 y te mojas la camiseta" me dijo. Ya llevaba 72 propinas, así que la meta estaba bastante adelantada. Hice lo que me ordenó y cambié el mensaje, notando como la cantidad de seguidores disminuía en Masturchat y la de Cam5 aumentaba, supongo que un grupo de espectadores estaba muy interesado en mí y hacían el cambio para llegar a la meta en la otra página. Y tal cual, la meta en pocos minutos fue alcanzada, por lo que tomé una botella de agua potable de dos litros que había dejado a un lado de la computadora, la destapé, y sensualmente dejé caer el agua en mi pecho. La visión sin duda alguna era bastante sexy, como no llevaba sostenes y la camisetita de tirantes era super ceñida a mi cuerpo, se me transparentaba toda la tela y se me veían las tetas, las cuales parecía que fueran a romper la prenda de lo apretada que ésta era.

Una vez me eché todo, con un movimiento de hombros y antebrazos hice que ambas quedaran oprimidas y apretujadas al centro, y comencé a dar pequeños brinquitos graciosos ahí sentada en la banquetita. Todos los usuarios me dejaban saber su satisfacción con toda clase de mensajes, la mayoría subidos de tono, y algunos despectivos, con la intención de humillarme.

Yo me excitaba cada vez más. Sabía que mi Amo me estaba observando obedecerle y quería que estuviera realmente satisfecho, así que tomé la iniciativa y volví a colocar música en mi teléfono, esta vez un reggaetón random, y comencé a bailar con la camiseta transparentada que me daba una apariencia ridícula, pero extremadamente morbosa y sexy.

De cuando en cuando cercaba el culo, aun escondido por el corto short, a la cámara para hacer el perreo y que los espectadores pudieran verlo. Los mensajes con la exigencia de que me lo quitara no se hicieron esperar, así que a modo de regalo seguí contoneando mis caderas estando de frente a la cámara y metiendo los pulgares a los lados de la cadera entre el jean y mi piel, comencé a bajarlos lentamente moviendo de un lado a otro esa zona de mi cuerpo al ritmo de la canción mientras con mi cara hacía gestos de picardía. Cuando llevaba el short a mitad de mis caderas, volví a subirlos de golpe, para voltearme meneándome al ritmo de la música quedando de espaldas a la cámara y repetir el mismo modo de bajarme los shorts, esta vez dejándolos caer al piso al llegar a medio muslo mío, dejando mi culo cubierto a duras penas por la tanga frente a la cámara.

Me volteé nuevamente no sin antes agacharme y tomar con una mano el short del piso. Me senté en la banqueta y le di vueltas a la prenda con la misma mano con que la sostenía, a la altura de mi cara, para dejarla salir disparada hacia atrás de mi en la habitación.

Seguí chateando con mis espectadores durante unos minutos, hasta que me llegó otro mensaje de whatsapp de mi Amo. "Me imagino que tienes a la mano los lovense que te mandé con Tamara. Muéstraselos a tus espectadores y coloca en tu perfil que al llegar a 500 tokens en Masturchat te quitarás la tanga. Y que al llegar a los 1000 tokens te meterás uno de los lovense en la cuca. Si llegas a esta última meta, métete el lovense cuyo IMEI termina en 29, ese es el que está configurado para Masturchat. Y tócate perra, que se te note que estás con ganas de jugar, sóbate el bollo por encima de la tanga, manoséate las tetas..."

Obedecí esta nueva orden de mi Amo y cambié el mensaje de perfil, para acto seguido tomar uno de los lovense, el que me ha había indicado mi Amo, y pasar a mostrarlo de forma juguetona ante la cámara. -¿Quieren que el show se ponga caliente? -les dije por micrófono con una sonrisa pícara. Vi como de nuevo un grupo de usuarios cambiaba de plataforma nuevamente, y comenzaban a darme tokens a cuenta gotas. Mientras tanto me comencé a manosear las tetas con descaro y a sobarme la cuquita que ya a estas alturas estaba pidiendo guerra. Lastimosamente para ella, no tendría la guerra que quería, que era nada más y nada menos que la que mi Amo y Tamara sabían darle. No, esta vez la guerra la darían unos desconocidos por medio de una página web.

Esta vez para poder llegar a los 500 tokens hizo falta casi una hora completa. Sin embargo, para cuando el contador llegó a la meta, volví a colocar una canción de reggaetón random, y comencé a bailar al ritmo de la música una vez más, demostrando mis dotes de buena bailarina, además de puta morbosa. Tardé un poco en quitarme la tanga, pero me ocupé de dar un show que hizo que los mensajes morbosos estallaran en gran cantidad. Acercaba la cuca todavía cubierta por la tanga a la cámara, para que vieran la mancha de humedad en la tela, y la meneaba lo mejor que podía - Así me tienenbebés -Les decía. Me volteé en un momento dado, y halando la liga de la tanga allá donde se unía con la tela que tapaba mi culo, hice que esta última se me metiera entre las nalgas (a lo calzón chino), quedando como si fuera un morboso hilo. Lo moví de arriba a abajo, cada vez con más fuerza, hasta que la débil tela se reventó, liberándome de su opresión y dejándome desnuda ante los ojos de los ahora más de 10000 espectadores, sumando ambas plataformas de sex cam.

Mostré mi cuca desnuda y húmeda a la cámara. La palmeé sin delicadeza, enrojeciendo la piel. Luego me chupé el dedo medio y anular de mi mano derecha, para deslizarlos dentro de mi sexo sin ningún tipo de pudor. Los mensajes eran cada vez más obscenos, y muchos de ellos humillantes y guarros. Yo me masturbé leyendo los que podía frente a la cámara, mientras con mi otra mano me retorcía los pezones por encima de la camiseta. Estuve unos minutos consintiéndome con mis manos aunque sin llegar a una intensidad tal que pudiera provocarme un orgasmo, mientras veía como los tokens, ahora sí, llegaban con más frecuencia. De cuando en cuando me sacaba los dedos de la cuca bien untados de mis jugos vaginales, y me los metía en la boca para saborearlos y limpiarlos, dejando que se notara todo el placer en mi rostro al sentir el sabor. También me volteaba para la cámara y les mostraba el culo, abriendo ambas nalgas para que pudieran ver mi ano, que se veía palpitante y deseoso.

Unos 15 minutos pasaron hasta que el contador de tokens llegó a los 1000. En ese momento, y ya abandonada de lleno a mi excitación, tomé el lovense que me fue indicado y lo mostré de nuevo a la cámara de forma juguetona, para metérmelo en la boca y chuparlo con picardía. Una vez bien lubricado y pringoso de mis babas, lo saqué de mi boca y, enfocándome bien la cuca con la cámara, me lo metí lentamente, sacándolo de cuando en cuando sin estar del todo adentro, para volver a meterlo más hondo, más profundo, hasta que ya por fin lo tenía completamente adentro, solo sobresalía la parte delgada y larga que hacía las veces de antena.

En ese momento vi que el sistema de Masturchat dejaba en la caja de comentarios un mensaje que notificaba la detección y disponibilidad del juguete para que los espectadores interactuaran con él. La descripción decía que con 1 token, el juguete vibraría suavemente durante 3 segundos. Con 2 tokens, me daría una vibración intermedia durante 6 segundos. Con 4 tokens, la vibración seria fuerte durante 12 segundos, con 7 tokens me darían una vibración bastante fuerte durante 16 segundos y por 10 tokens me darían una vibración "insana" durante 20 segundos. Me pareció un regalo para los espectadores, ya que he visto a otras chicas de estas páginas que piden muchos tokens más por menos diversión.

Y creo que así también lo vieron los espectadores, ya que comenzaron de inmediato a bombardearme con tokens, aunque nunca pasaban de 4. El juguete comenzó a vibrar dentro de mí, lo que me tomó por sorpresa, haciéndome pegar un brinquito para la gracia de mi público. Si bien las vibraciones no eran las más altas, si eran lo suficientemente potentes para acrecentar mi calentura. En poco más de 5 minutos, me tenían a punto de orgasmo, y fue cuando ya en mi rostro se notaba que iba a correrme como puerca, que mi Amo me envió otro mensaje.

"Lo estás haciendo bien, vaca. Eres una buena chica. Muestra el otro lovense y cambia los mensajes de perfil una vez más. Coloca en ambos que, al llegar a 1000 propinas en Cam5, te meterás ese lovense en el culo"

Inmediatamente obedecí la orden de mi Amo, y cambié los mensajes. Esta vez pude notar que la cantidad de espectadores crecía en Cam5, pero la de Masturchat no bajaba. Rápidamente las propinas comenzaron a llegar, mientras que los de Masturchat me seguían torturando suavemente con las vibraciones de mi cuca. Parecía como si se hubieran puesto de acuerdo para no pasar de 4 Tokens en esa plataforma y mantener una vibración lo suficientemente fuerte en mis entrañas que me mantenía bastante caliente, "a punto de caramelo", pero no tanto como para hacerme explotar. Yo me seguía tocando las tetas por encima de la tela de camiseta, y me mantenía moviéndome sensualmente ante la cámara, rozando mi clítoris con suavidad usando mis manos de cuando en cuando ante mis espectadores.

Los de Cam5 llegaron rápidamente a la meta. Repetí la operación del otro lovense, y me lo metí en la boca para lubricarlo con mis babas. Esta vez dejé que escurriera un poco de saliva fuera de mi boca para atraparla con mi mano derecha y untármela en el ano abriendo una de mis nalgas con mi mano izquierda, todo en primer plano bien enfocado ante la cámara. Una vez bien lubricado mi culo, saqué el lovense de mi boca y me lo empecé a meter por mi agujerito anal, empujando con cierta delicadeza. No costó mucho para meterlo, la verga de mi Amo Juan ya me había recalibrado el culo por completo para ese momento, además del hecho de estar en un nivel muy alto de calentura, lo cual me hacía todo mucho más fácil y rico.

Una vez metido el juguete completo en mi culo, quedando con la antenita también por fuera, un mensaje de notificación apareció en la caja de chats de Cam5. Los niveles de vibración por propina eran exactamente iguales para mi sorpresa, salvo la diferencia de que aquí no eran tokens, sino propinas. En ese momento mi Amo me escribió otra vez.

"Excelente vaca, vas muy bien. Ahora si comenzaremos con el juego. Los de Cam5 son dueños de tu culo por esta noche. Los de Masturchat son dueños de tu cuca, diles eso, se sentirán genial, y prémialos, quítate la camiseta, quiero que te quedes totalmente desnuda. Luego, cambia el mensaje de perfil una vez más. Coloca que si logran hacer que tengas un orgasmo, te castigarás a ti misma poniéndote unos ganchos de ropa en las tetas y si logran hacer que tengas más, por cada orgasmo te darás a ti misma 10 azotes en cada nalga"

-Bueno señores...aaaahhh -Dije a mi público, interrumpiéndose mi frase por un gemido espontaneo producido por una leve vibración de ambos juguetes, ya que me seguían dando tokens y propinas. - Los...ooohh...los de...deeeehhh...Cam5 e-eeestaaaahh noche son...oh dios...eso se siente ricooooh... -Dije apoyándome de la mesa donde estaba la compu - Me van a volver loca....bueno…como...como deciiiihhhaaa..esssta noche los...de cam5 son...ooohh...son los oh...los dueños de mi cuuuuulo...y los...los de Masturchat son los dueños....de...de mi...mi cuquita suciaaaaaahhhh siiiiiiihhhh ooohh -logré terminar de decir. Casi me vengo porque uno de los de Masturchat donó 7 tokens. Tuve que apagar ambos lovense para poder recuperar mi compostura. - Vaya que son unos cerdos pervertidos... -Les dije, a modo de espolearlos un poco para que me dieran con saña y sin piedad. - Les propongo un jueguito. Si logran hacer que tenga un orgasmo, me pondré una pinza en cada teta -Les dije, al tiempo que me quitaba la camiseta dejando al aire mis tetas grandes y hermosas, que se mostraban desafiantes y estaban sensibles, ardientes. Ambos chats se alborotaron al máximo, diciéndome toda clase de cosas, desde piropos hasta insultos. - Y de ahí en adelante, por cada orgasmo que me hagan tener, me daré 10 nalgadas fuertes como castigo, 10 en cada nalga. Lo dejaré bien escrito en el mensaje de perfil -Les dije, mientras terminaba de escribir el mencionado mensaje.

Una vez escrito, me senté en la banqueta, con las piernas abiertas. -¿Están listos mis puerquitos? -Les pregunté. Todos me respondían con toda clase de mensajes guarros. - Que empiece el juego. -Dije, y encendí ambos lovense al mismo tiempo.

La estrategia había funcionado. Empecé a bailar suavemente sentada en la banqueta, pero me costaba llevar un ritmo pautado, ya que las vibraciones no se hicieron esperar. Abrí mis piernas y comencé a mover la pelvis restregando mi cuca contra la banqueta, lo que me excitaba muchísimo. Las vibraciones eran cada vez más fuertes, especialmente las de mi culo, los de Cam5 donaban propinas altas, siempre entre 7 y 10, y el lovense vibraba con furia en respuesta a ello. Nunca me imaginé que esos aparatos tuvieran semejante capacidad de vibración. El de mi cuca se mantenía en 4 tokens o por debajo, rara vez había uno que donara 7 tokens. Pareciera que se hubieran puesto de acuerdo en cual plataforma iba a darme más vibraciones.

A los 10 minutos yo ya estaba temblando de placer y mordiéndome los labios de mi boca, contoneando mi pelvis, restregando mi cuca con furia contra la banqueta, mientras me sobaba las tetas con cierta fuerza. - No...noooh...no me harán acabaaaaar, cerdos...nohhhh -Les decía entre gemidos, desafiándolos. Sin embargo, no logré soportar mucho tiempo más, en un acto reflejo, me llevé mi mano derecha a mi cuquita y comencé a sobar mi clítoris con furia, mientras con mi mano izquierda me pellizcaba los pezones, retorciéndolos de una forma que me producía un placer indescriptible. No superaba al placer que sentía con la verga de mi Amo en cualquiera de mis agujeros, pero debo admitir que era demasiado rico, probablemente por el hecho de estar desnuda ante un total de 20000 personas en ese momento y sufriendo la humillación de ser derrotada en ese pequeño juego sexual por ellos. Escribían mensajes de burla hacia mi inminente derrota, lo que me excitaba sobremanera.

-Aaaaayyyy siiihh siiiiihhh siiiiiiiiiiiiiighhhhhhhhaaaahhhh -Todo mi cuerpo temblaba sin ningún tipo de control de mi parte. El control lo tenían todos aquellos que donaban tokens y propinas en las páginas web. Las vibraciones eran altas, ambas plataformas al verme ya abandonada al placer, a punto de derrota, comenzaron a donar 10 tokens y propinas para que ambos vibradores destrozaran mis entrañas con vibraciones extremadamente violentas. La mente se me puso en blanco, al igual que los ojos. Mi boquita se abrió intentando tragar aire. Monté ambos pies sobre la mesa, con las piernas abiertas a ambos lados de la cámara que apuntaba al centro de mi cuerpo, dándoles una bella visión de mi cuca encharcada por los jugos vaginales que de ella manaban sin control alguno, escurriendo hacia mi agujero anal, que también estaba siendo castigado por las vibraciones. Sentí como mis piernas se tensaban sin control, como mis pies se torcían en respuesta, mientras los dedos de mi mano seguían castigando mi clítoris para esas 20000 personas que me veían vía internet, mis pezones me dolían de lo fuerte que los pellizcaba y retorcía con mi otra mano. - OOOOOOOHHHHHHHH DIOOOOOOOOOOOOOOXXXXXX -grité, explotando de placer, casi igual que cuando mi Amo Juan me cojía. Sentí que mi vulvita expulsaba flujo vaginal en cantidades más altas de lo normal.

Las vibraciones disminuyeron su intensidad por voluntad de mis espectadores, volviendo al nivel más bajo de la potencia tanto en mi cuca, como en mi culo, dándome el respiro que necesitaba. Logré sentarme en posición normal nuevamente, ya recuperando el control de mi cuerpo. Vi mi cara, por las pantallas, con el rímel ligeramente corrido, había llorado del gusto. Mis tetas enrojecidas por los pellizcos, mi clítoris afuera de su escondite, rojo del roce violento que le propiné con mis dedos producto de la calentura, la banqueta y mis muslos mojados por mis jugos vaginales.

-U-ustedes si....si que son malos...- Dije con voz temblorosa y respiración agitada. Me sequé las lágrimas de la cara, esparciendo aún más el rímel chorreado por mi cara, dándome un aspecto morboso. Una vibración fuerte me invadió por unos segundos, uno de los usuarios de Masturchat había donado 7 tokens, lo que me hizo sentir un fuerte cosquilleo de placer y me arrancó un largo gemido. Uno de los usuarios, "LuisMi69", llamó mi atención con una pregunta . "quien es el cerdo ahora?" . Yo sonreí humillada. - LuisMi69, yo...yo soy la cerda. Y ustedes mis dueños -dije. Esto alborotó una vez más a los espectadores, quienes exigían que me pusiera las pinzas como había prometido, entre insultos y humillaciones a mi persona. Me sentí tan guarra, tan sucia, tan débil ante ellos...y al mismo tiempo tan excitada, que mi mente solo pensaba en humillarse y degradarse a disposición de todo mi público. Pensaba que al hacerlo para ellos, lo hacía también para mi Amo Juan, quién saldría beneficiado de todo esto.

Otro usuario, "RobertGalarga12", preguntó dónde tenía las pinzas. -Las tengo en el lavandero -dije sin titubeos, ya más recompuesta a pesar de que las vibraciones suaves no se detenían . -Son pinzas de ropa las que me colocaré. Debo ir a buscarlas -Dije. El mismo usuario me ordenó vía chat que fuera a buscarlas, pero a cuatro patas, como perra. Y que al volver, ladrara para la cámara mientras me las ponía en las tetas. Esa orden hizo que mi cuquita se pusiera de nuevo a tono, así como también hizo que las mariposas del placer revolotearan en mi estómago. Otro espectador, "CamiloGrandexXx" dijo que debería pedir perdón por llamarlos puercos y cerdos. - Tiene razón Camilo, perdónenme todos por llamarlos puercos y cerdos. Como ya dije, la cerda soy yo. Iré a buscar las pinzas . -Dije para gusto de la mayoría de los espectadores a juzgar por los mensajes que me hacían llegar. Me aseguré de que la cámara enfocara bien la habitación, y me fui caminando a cuatro patas como me había ordenado RobertGalarga12.

Al salir de la habitación, seguí caminando a cuatro patas como perra por alguna razón que no comprendía. Ya no me veían, podía ponerme de pie y caminar, incluso si quería podía quitarme los vibradores y descansar...pero no lo hice. El juego me gustaba, y además, si algo mi Amo Juan me había inculcado en todo este tiempo, era disciplina, obediencia y entrega a mis más bajos instintos, por lo que seguí caminando como perra. El ranchito no tenía lavandero como les había dicho a los espectadores, la verdad yo lavaba mi ropa en una batea en la cocina, que era donde además lavaba los platos.

Fui allí y tomé un par de pinzas de ropa, para volver a cuatro patas también como se me ordenó. Me preguntaba mientras volvía frente a la cámara si mi Amo estaría satisfecho con el show, sé que le gusta humillarme. Y fue con ese pensamiento en mente, que una vez frente a la cámara, decidí no sentarme en la banqueta, sino quedarme de rodillas para que me vieran aún más vulnerable y arrepentida por decirles cerdos y puercos, no sin antes mover la cámara para que enfocara el piso y acomodar los monitores para poder leer los chats, que estaban bastante activos -¡Woof woof! -Comencé a ladrar como perra mientras me ponía las pinzas en los pezones, haciendo con mi cara una mueca de dolor inevitable para mí, a pesar de que ese dolor me excitaba muchísimo. Para completar mi humillación, vi mi rímel y mi lápiz labial sobre la mesa, y se me ocurrió una idea. Tomé el lápiz labial y me escribí en el pecho la palabra "Puerca" y con el rímel, en la frente me escribí "Cerda". Para aumentar el morbo, en el pubis con el rímel me escribí "Propiedad de Masturchat" y una flecha que apuntaba a mi cuca, encharcada por tanta humillación. Y dándole la espalda a la cámara para que me vieran bien, con el mismo rímel me escribí "Propiedad de" en mi nalga izquierda y en la derecha "Cam5". Tiré el rímel y el labial a un lado y me puse a cuatro patas para hacer mi culo temblar como gelatina de una forma violenta. Esto al parecer le encantó al público porque las vibraciones se hicieron más y más seguidas, así como también más y más fuertes.

Me volteé sentándome en el piso con las piernas abiertas y flexionadas, de forma que mi cuquita se viera con total claridad, mientras tenía mi torso echado hacia atrás, apoyada en el piso con mis codos, y con mis manos haciendo botar mis tetas desde la parte baja de estas, para que las pinzas se movieran. -¿Y bien? -Dije viendo a la cámara con actitud desafiante - Hay que castigar a la cerda...¿Que esperan?

Los tokens y las propinas no se hicieron de rogar. Mientras todos los espectadores me decían toda clase de cosas por el chat, mi cuca y mi culo eran castigados por las vibraciones que los juguetes me daban en respuesta a los 20000 desconocidos que me veían por ambas páginas. Fue cuestión de tiempo para que una vez más, entre fuertes gemidos y violentos espasmos, un nuevo orgasmo me fuera concedido. Intenté aguantarlo, ya que las vibraciones me encantaban y quería ser un reto para ellos. Y debo admitir que, a pesar de que eso significaba una mayor cantidad de dinero para el bolsillo de mi Amo, lo cierto era que realmente lo hacía por retar a esas 20000 almas que me veían por la cámara y eran literalmente los dueños de mis orgasmos.

Este segundo orgasmo que tuve esa noche fue casi tan brutal como el primero. Una vez más, mi cuca expulsó una cantidad considerable de jugos vaginales que fueron a parar al piso, y si bien no era algo como lo que suele verse en las típicas películas porno donde las mujeres botan chorros de agua como si fueran fuentes o mangueras a presión, la verdad era que nunca antes había botado tantos jugos así, cosa que solo con mi Amo me pasaba.

Luego de tener ese orgasmo, y cuando me logré recuperar del mismo, el público reclamaba mi castigo, tal como lo había prometido. Y por supuesto, lo llevé a cabo, poniéndome a cuatro patas una vez más, procurando que se viera perfectamente mi culo hacia la cámara, y azotándome con la mayor fuerza que pude. Cada nalgada que me daba a mí misma, lo contaba en voz alta, y daba las gracias por ello, según instrucciones del usuario "SuperRabo5000" quien fue el de la idea de que las contara y agradeciera. Y una vez terminado el castigo, otro usuario, "AbUsApUtAs4", ordenó que con mi lengua lamiera mis jugos vaginales del piso y de la banqueta, cosa que hice y agradecí de rodillas para mayor humillación.

El show transcurrió en la misma línea de humillación y degradación de mi persona ante mi público, el cual creció un poco más con el pasar de las horas, terminando todo a las 3:30 de la madrugada. Pude revisar los resultados al terminar, ya que ambas paginas ofrecían estadísticas bastante completas luego de los shows, y estas fueron realmente sorprendentes. Tuve un máximo de 12387 espectadores en Cam5, y en Masturchat un máximo de 15561, récord en ambas plataformas, y de una manera aplastante, ya que según me enteré un par de días después en varis páginas de internet que se hicieron eco de mi show cam, el máximo de espectadores que ha tenido un usuario había sido apenas de 4539, récord que ostentaba la pareja lésbica "ArielYSusy" en Masturchat. Ambas páginas me enviaron reconocimientos e incluso una bonificación monetaria por semejante hazaña al destrozar sus propios récords. Obviamente esas bonificaciones fueron depositadas en la cuenta paypal que mi Amo y Tamara habían configurado en los perfiles y que ellos controlaban a su antojo.

Adicionalmente al récord de espectadores, había roto también el récord de tokens y propinas. Si bien es cierto que la cantidad de usuarios que vieron el show y dieron tokens era muy pequeña en comparación al total que estuvo conectado, la verdad era que, en Cam5 recolecté un total de 18570 propinas, y en Masturchat 20470 tokens. No sabía que tanto se traducía eso al cambiarlo en dólares en la vida real y como ya he dicho, ese tema no me importaba. Pero explicaba muchísimo la cantidad de orgasmos que llegué a tener en ese show y que me habían dejado tan, pero tan molida para el día siguiente, ya que cuando desperté, me costó ponerme de pie, así como sentarme, ya que me castigué las nalgas de forma tan brutal y salvaje que estas me quedaron bastante marcadas y adoloridas, picosas, sumado esto al hecho de que fueron muchas veces las que me tocó castigarme, ya que tuve muchísimos orgasmos, no sabría decir que tantos.

Las tetas las tenía bastante marcadas también, ya que llevada por el morbo, accedí a varias exigencias de algunos usuarios que me ordenaban castigarlas, ya sea con azotes, o poniéndome más pinzas, incluso amarrándolas en la base con una cuerda. La verdad era que la imaginación de toda esa gente no tenía limites porque si bien complací a algunos, habían muchos que escribían cualquier cantidad de órdenes y prácticas que no me atreví a hacer por los fuertes y dolorosas que sonaban, aunque debo reconocer que ganas no me faltaban.

Luego de este show, pasaron tres meses más. Mis perfiles de redes sociales estallaron en seguidores, multiplicándose a diario de forma vertiginosa, lo que me permitió romper varias veces seguidas mis propios récords en Cam5 y Masturchat, así como llenar de dinero los bolsillos de mi Amo y de Tamara. Hacía shows 3 veces por semana, los lunes, miércoles y viernes, siempre comenzando a las 9 en punto de la noche. Mi base de fans acérrimos se había acrecentado a tal nivel en tan poco tiempo, que incluso si pasaba un día sin contestar mensajes o sin postear nada, o sin hacer shows, la preocupación de estos se hacía sentir.

Por supuesto hice todo lo posible para evitar que se acercaran a mi más de la cuenta, dándoles la imagen a ellos de que yo era otra putita más de esas de redes sociales que se exhibía a cambio de plata. No sospechaban que yo era realmente una máquina de hacer dinero para un viejo de la tercera edad que me tenía enamorada. No tenían ni idea de la clase de puta descerebrada que era y lo gustosa que me encontraba de serlo.

A pesar de esa fama, yo seguía limpiando casas, donde seguía ganando solo el 30%, al menos supuestamente. El otro 70%, como ya dije hace mucho rato, era de mi Amo, y podía suponer que era un ingreso menor para él, ya que todo el dinero de mis shows porno se lo quedaba él de lleno. Y eso podía notarse a leguas, ya que mi Amo y Tamara se compraban cosas extremadamente caras, joyas, ropa, zapatos, electrodomésticos, gadgets, muebles, incluso ambos compraron un carro cada uno. Todo a costa del sudor de mi cuca y de mi culo todas las noches que me exhibía y degradaba por cámara ante cientos de personas.

O al menos, eso suponía.

La verdad, no tenía ni idea de que todo esto no era más que la punta del iceberg. No tenía ni idea de que en este abismo decadente aún me quedaba camino por recorrer.

Un jueves por la noche tocaron a la puerta del ranchito.

-¿Si? -Pregunté al abrir la puerta. Era una mujer de cuerpo y apariencia bastante extravagante.

-Hola chama -Saludó ella.

-¡¿Paaaaatricia?! -Dije sorprendida al reconocer su voz y verla parada allí frente a la puerta. Tenía el cabello alisado y largo, de color amarillo. Su piel se veía bronceada, sus ojos eran azules, obvios lentes de contacto. Su boca, se veía más inflada y provocativa de lo normal. Su cara con el maquillaje parecía de porcelana y tenía un lunar pintado del lado izquierdo de su labio superior. Su cuerpo había cambiado sorprendentemente. Ya no era la típica gordibuena, había rebajado unos 40 o 50 kilos. Estaba súper delgada. Sus tetas ahora eran inmensas, se notaba a leguas que eran operadas, parecían dos balones de basketball, cubiertas por un muy delgado top rosado destellante. Su cintura desnuda estaba impresionantemente tonificada, curvilínea, con un abdomen plano y un ombligo que exhibía un tatuaje de sol, con un piercing. Sus caderas seguían anchas, y en un movimiento que ella misma hizo para que la detallara bien, vi que su enorme y redondo culo sobresalía como si fuera una repisa de esas donde se ponen a los santos, parecía como si fuera a reventar la corta licra blanca que lo cubría, cuya tela parecía más una segunda piel, dibujando claramente cada imperfección y cada relieve de su anatomía, cuca incluida. Se notaba que no llevaba ropa interior. La licra además parecía más un cachetero, porque dejaba sus piernas, que se veían increíblemente ejercitadas, totalmente al desnudo. Por último, sus pies estaban enfundados en unas sandalias de plataforma y tacón de aguja de, como mínimo, 20 centímetros de alto.

- HolaSkarlet Juggs.

Concluirá en el próximo capitulo...

Como siempre, muchas gracias a todos por haber seguido esta historia. Sus comentarios y/o críticas son muy valiosos para mí, me hacen saber lo mucho que les gusta (o desagrada) este relato y si debería o no seguir dedicándole tiempo a este hobby o no. Estos comentarios pueden dejármelos ya sea en el apartado de comentarios de la página o via mail a skarletpricet@yahoo.es

El siguiente capítulo (el final), será publicado la semana que viene.

Besos.

Skarlet.