Decadencia V: Dispuesta A Todo Y A Mucho Más.

Se lleva a cabo la conquista de Patricia, mientras Skarlet ve como sus sentimientos por su Amo Juan evolucionan a niveles que jamás imaginó.

¡HEY!

Se recomienda leer los capítulos anteriores para entender esta historia.

Aquí los links:

Decadencia I: https://www.todorelatos.com/relato/176831/

Decadencia II: https://www.todorelatos.com/relato/177101/

Decadencia III: https://www.todorelatos.com/relato/177357/

Decadencia IV: https://www.todorelatos.com/relato/177604/

Si ya lo leíste, pues, sigue leyendo. Que lo disfrutes.

Decadencia V: Dispuesta A Todo Y A Mucho Más.

Salimos del edificio de la empresa. era ya bastante tarde en la noche, y nos íbamos a mi casa.

-¿Como iremos? -Preguntó Tamara.

- A pie, quiero caminar . -Dijo mi Amo.

-¿Ninguna de estas putas tiene carro? -Preguntó Tamara, como si no estuviéramos allí.

- Si, las dos. Pero la vaca tiene el suyo en el taller...Patricia en cambio tiene el suyo en el estacionamiento.

- Vamos en ese. Es peligroso ir de noche caminando por aquí. -Dijo Tamara.

- Dije que quiero caminar un rato y eso haremos Tamara. Puede que te tenga más cariño que estas putas, pero eso no quiere decir que estés libre de mis deseos. ¿Entiendes?

Tamara no dijo ni una sola palabra, solo asintió con la cabeza. Mi Amo se acercó a mí y me quito la cartera que tenía. Le quitó la correa larga con la que me la guindo en el hombro, ya que era de broche sencillo de metal, y me lo puso en el cuello, a modo de collar de perra. Patricia me vio con cierta lastima, nunca se imaginó que yo me dejaría humillar por alguien de esa forma, mucho menos por Juan. Ella aún no tenía ni idea de mi nivel de entrega, a pesar de habérselo explicado minutos atrás. Mi Amo para terminar arremangó mi falda hasta que me quedó un dedo por encima del límite inferior de mi culo, haciendo que mis nalgas sobresalieran ligeramente de forma morbosa por la parte inferior de esta. Por delante quedó un dedo más larga, por lo que un movimiento en falso haría que mi cuca quedara al descubierto.

Para completar, abrió el escote de la chaqueta, dejando que prácticamente la parte central de mi torso quedara al aire, salvo mi ombligo. Ambas tetas se me veían deliciosas apretujadas una contra la otra, aunque sin mostrar los pezones, pero tenía a la vista toda la parte central de mi pecho dándome un aspecto de puta sin igual. Tomó la correa y me ordenó caminar adelante de él y de las otras dos, poniéndonos en marcha.

La Avenida por la que caminábamos no estaba muy transitada a esa hora, a pesar de ser una de las arterias viales más importantes de Caracas, y pocos transeúntes se veían por las aceras. Sin embargo los que por ahí pasaban se llevaban una escandalosa impresión al vernos, sobre todo a mí. Unos simplemente nos veían pasar desconcertados, otros en cambio nos decían algo ya sea a gritos desde la ventana de los carros o al pasar al lado de ellos a pie. Por supuesto, la mayoría de las cosas que nos decían iban dirigidas a mí, desde piropos de albañil así tipo "No tengo pelos en la lengua porque tú no quieres" pasando por "mami con esas tetotas tienes para acabar con el hambre en el país", y yendo a parar en frases más directas como "te doy 1 dólar a cambio de que me lo mames puta". Yo a todos los veía con una amplia sonrisa, sacando pecho orgullosa de ser llevada como un animal por el dueño de mi vida, como pensé que a él le gustaría.

Llegamos por fin a nuestro destino luego de una larga caminata, afortunadamente sin contratiempos de ningún tipo más allá de las cosas que me decían aquellas personas que se atrevían. Entramos al edificio y por suerte no nos vio ningún vecino.

Al entrar en mi apartamento, mi Amo me hizo darle un recorrido por el mismo. Le mostré todo, cocina, sala, comedor, y las 4 amplias habitaciones que lo conformaban, incluyendo los baños de cada una de éstas. Se veía bastante complacido, especialmente cuando vio el baño de la habitación principal, el cual tenía incluso un jacuzzi.

-Vaya, veo que vives como toda una reina -Me dijo.

- Si bueno, para ser la contadora de la empresa, creo que está bien -Comentó Tamara viendo todo sin demostrar mucha sorpresa.

- Tengo hambre . -Dijo mi Amo. -¿Ustedes no, mis queridas putas?

- Yo si -Respondió Tamara.

- Yo también -dije yo. Patricia no dijo nada, tenía cara de pocos amigos. Mi Amo se le acercó y la abrazó suavemente pasando sus manos por la cintura y atrayéndola hacia su cuerpo, dejándose ella hacer resignada por su condena.

- Quita esa carita Patty...Verás lo rico que la vamos a pasar...además, sé que te gustó mi güebo, lo vi en tus ojitos... -Le dijo él con una amplia sonrisa de viejo verde, la misma que me solía incomodar un mes atrás y que ahora me parecía tan encantadora. - Vaquita, ve a cocinarnos algo. Sorpréndeme . -Me ordenó

-Si Amo -Obedecí poniéndome en marcha a la cocina y dejándolos allí en el baño.

Busqué rápidamente en la nevera lo que tenía para preparar. Saqué unos buenos trozos de carne buena para parrilla, tenía además unos chorizos y milanesas de pollo. Sé lo mucho que a mi Amo le gusta comer parrilla así que decidí hacer una buena parrilla mixta, con bastante ensalada de lechugas, tomates, cebollas y pepino, y unas buenas papas al gratén. Me tardé alrededor de una hora preparando todo. Hora durante la cual no supe de ellos.

Al terminar, coloqué todo en una amplia bandeja y la misma la coloqué sobre un carrito de meseros que tenía para ocasiones especiales, como esta. No serví raciones separadas, solo coloqué toda la parrillada en un solo plato, la ensalada en un bol bastante grande y las papas en otro plato grande y llevé cuatro juegos de cubiertos. Además, llevé una buena botella de vino, otra de jugo de limón, una cubeta de hielos y cuatro copas.

Al entrar de nuevo al baño de mi habitación, que era donde estaban ellos, vi la escena que tenían montada y se me erizó la piel de los celos, pero también de la excitación.

Mi Amo estaba en el jacuzzi ya lleno, sentado, y a juzgar por la ropa en el piso, estaba desnudo. A un lado de él, abrazándolo con uno de sus brazos y dándole tiernos besos en la cara, estaba Tamara, también desnuda. Con su otra mano le hacía una suave y cariñosa paja, y tenía una pierna sobre las de él. Patricia en cambio, estaba fuera del jacuzzi, completamente desnuda y descalza, bailando sexymente para ellos. Aunque en la cara podía notar que lo hacía un poco a regañadientes. La música provenía del teléfono de Patty, que estaba en un canal de youtube de reggaeton.

- Por fin llegó la comida. Me estoy muriendo del hambre . -Dijo mi Amo.

- Si Amo, aquí le traje la comida. Una parrillita mixta con ensaladita y papas al graten. También traje vino y limonada...Espero le guste -Le dije.

- Colócalo todo aquí -Me ordenó señalando uno de los bordes del jacuzzi, el más cercano a él. Obedecí, y al terminar hice ademán de desnudarme. -¿ Qué haces? -Me preguntó mi Amo.

-Iba a meterme con usted en el Jacuzzi Amo...

-No imbécil. Ve y baila con Patricia. Que te desnude ella. -Me ordenó.

Obedecí, me acerqué a Patricia y comencé a bailar con ella al ritmo de la música, moviendo mis caderas al compás de ella con mis manos arriba. Podía ver en su cara cierto disgusto, podía entenderlo, quizás ella esperaba pasar esta noche con Raymundo. Pero estaba convencida de que mi Amo iba a adoctrinarla esta misma noche y la convertiría en otra perrita fiel. Debo admitir que me dio celos la idea, pero Juan es mi Amo, y me dije a mi misma que si era por su bienestar y placer, pues cualquier cosa debía hacerse, incluso aceptar que se cojiera a quien le diera la gana.

Bailamos por unos minutos, y Patricia obedeció la orden del Amo, fue desnudándome con gracia y sensualidad, quitándome primero la chaqueta, luego la falda y por ultimo las sandalias. Así pues, quedamos ambas totalmente desnudas y descalzas una vez más ante nuestro Amo y Tamara, quien abandonó la paja para darle la comida en la boca a nuestro Amo mientras él nos veía con morbo pero, sobre todo, con una burlona sonrisa de triunfo. Era obvio que él sintiera eso, ya que por fin tenía bajo su completo poder y control a las dos mujeres que él más deseaba de la empresa, las dos mujeres que tantos desplantes le habían hecho, que tanto lo habían humillado en público. Y no iba a dejar escapar la oportunidad de descobrarse todos y cada uno de los malos ratos que le hicimos pasar. Yo estaba contenta y dichosa de pagárselas todas con intereses, al final me había enamorado a punta de verga y me tenía comiendo no en la palma de su mano, sino directamente de sus pies.

Patricia en cambio iba a tener que acostumbrarse. Pero como dije, estaba muy segura de que mi Amo sabría enamorarla como lo hizo conmigo.

- Vamos perras...bailen mejor, acaríciense, bésense...no me vengan con mojigaterías ahora, que bien putas pervertidas que son. -Dijo mi Amo. Patricia y yo obedecimos y acentuamos nuestros movimientos, pegando bien nuestros cuerpos, perreándonos la una a la otra por turnos. Patricia se movía bastante bien, meneaba su enorme y apetecible culo con una soltura única, aunque yo no me quedaba atrás tampoco en temas de movimientos, cuando me tocaba, le restregaba el culo contra su cuca de una forma bastante bestial, mientras ella me agarraba las tetas y hacía movimientos de pelvis como si fuera un hombre y me estuviera penetrando. Mi Amo veía divertido la escena mientras Tamara seguía dándole la comida en la boca.

En un momento dado, durante una canción bastante lenta, Patricia y yo nos pusimos frente a frente y nos abrazamos por los cuellos, con nuestras tetas quedando bien pegaditas y meneando nuestras caderas suavemente. Y debido al calor del momento, le planté un buen beso en la boca, metiendo mi lengua lo más profundo que pude. Ese día no solo había mamado cucas por primera vez, sino que también besaba a otra mujer por primera vez. Y la verdad, me gustó, especialmente por como Patricia me correspondió el beso, el cual duró toda la canción. Su lengua, suave y juguetona, recibió a la mía y se enfundaron en una apasionada danza de caricias placenteras, que por un momento me hicieron no desear separarme de ella.

-A eso me refiero, que haya pasión... -Dijo mi Amo. -Si son tan buenas amigas supongo que se conocen bien...así que lleven su relación al siguiente nivel, al de amantes...bailen más pegadas, restrieguen sus cuerpos una contra la otra, que se les vea las ganas y el gusto que sé muy bien que se tienen...vamos Patricia, que si eres capaz de comerte a Karina, te puedes comer a Skarlet también, además se te veía muy a gusto mamándole la cuca a Tamara...

-Eso lo hacía por Raymundo. -Contestó Patricia sin dejar de bailar conmigo.

- Ahora lo harás para mí. ¿Entiendes? -le dijo mi Amo.

- Si...entiendo -Dijo Patricia.

- Por lo que veo las pocas neuronas que tienes, las tienes en el culo. ¿No te enseñaron modales? -Le preguntó mi Amo.

-¿Modales? -Preguntó Patricia.

-Si, modales. Vaca, dile los modales que espero que ella tenga aquí.

-Si Amo. -contesté con una sonrisa. - Patty, mi Amo se refiere a que después de cada orden, o cada pregunta, o cada vez que vayas a referirte o dirigirte a él, deberás hacerlo con respeto. Después de una orden debes contestar "Si Señor, "Si mi rey", o "Si Amo", y debemos referirnos a él bajo esos términos, dependiendo de la situación en la que nos encontremos para no escandalizar a nadie. -Le dije.

-¿Y tú lo haces? -Me preguntó ella.

-Si, siempre. -Le respondí.

-¿Y te dejas ultrajar así no más? ¿Y encima dejándote decir toda clase de insultos ? -Me volvió a preguntar.

-Si, es mi Amo, y si le da placer tratarme así, pues yo feliz. Se que me entiendes chama. Raymundo también te insultó delante de todos en la azotea. Y tú te le quedaste calladita.

-Bien dicho vaca . -Dijo mi Amo. -No te preocupes Patricia, en un rato te sentirás como tu amiga, la tetona imbécil -Terminó de decir. - Pero ya basta de tonterías. Sigan bailando, calladitas y bien putitas.. .-Ordenó mi Amo.

Patricia y yo seguimos bailando bajo la atenta mirada de mi Amo y de Tamara, quien volvía a acariciar suavemente la verga de mi Amo. A pesar de esa actitud de Patricia, ella se mostró bastante melosa y correspondió a todos los besos y manoseos que yo le daba. Duramos en esas un buen rato, hasta que mi Amo le dijo algo en el oído a Tamara, quien se puso de pie y sin secarse el agua, se salió del Jacuzzi y del baño.

Mi Amo sacó su pie derecho del agua y lo señaló con una mano, orden que capté enseguida y obedecí al instante, arrodillándome al borde del Jacuzzi para tomar su pie con mis manos y comenzar a besárselo con amor y devoción mientras lo masajeaba con mis manos. Patricia veía atónita la escena. - Ven -Le ordenó mi Amo a Patricia, quién se metió en el Jacuzzi a un lado de él. Mi Amo le dio una fuerte cachetada.

-¡¡¡¿¿¿Pero qué coño???!!! -Dijo ella, aunque sin gritar.

-Cuida tus modales, nalgas. -Le dijo, y le dio otra cachetada, del otro lado de la cara. - No me gusta repetir órdenes.

-P-perdón -Dijo ella. Mi Amo le dio otra cachetada fuerte

-¿Perdón que?

-P-p-perdón Amo. -Le dijo ella.

-Así me gusta. Ponte en cuatro, quiero verte bien el culo -Le ordenó.

-Si Amo -dijo ella y obedeció, asumiendo la posición, poniendo el culo de cara a él.

- Mira nada más que culote...- dijo mi Amo, agarrando ambas nalgas y amasándolas a gusto. - Lo dije antes y lo repito de nuevo...la vamos a pasar muy bien...sobre todo yo jejeje

Mi Amo siguió amasando el culo de Patricia durante un rato, acariciando también su bollito, que estaba húmedo. No cabía duda de que Patricia, a pesar de todo, estaba excitada por la situación. Y no solo por la humedad de su cuca se notaba, sino también por cómo se movía ante las caricias de mi Amo y los gemiditos suaves que emitía ante su tacto. Yo veía la escena con envidia, aunque feliz de estar humillándome para mi Amo, besándole el pie.

En ese momento llegó Tamara, con un pepino y una zanahoria pelada. Extendió ambos a mi Amo quien tomó la zanahoria, y sin mediar palabra alguna, se la metió en la cuca a Patricia. Ella gimió divinamente, incluso se le notó un ligero temblor en su cuerpo, como si tuviera un rico orgasmo. Mi Amo comenzó a meter y sacar la zanahoria de la cuca bien encharcadita de Patricia, mientras que Tamara se sentaba al borde del Jacuzzi frente a Patty, para acto seguido abrir sus piernas y dejar su rico bollo húmedo al aire. -Es hora de que termines lo que empezaste en la azotea de la empresa puerquita . -Le dijo recordándole la competencia que sostuvimos en la empresa para acto seguido agarrarla por el pelo y llevarla a su intimidad. Patricia, desarmada por la excitación, se dejó guiar y comenzó a mamarle la cuca a Tamara.

Mi Amo le dio un buen par de nalgadas a Patricia mientras la penetraba con la zanahoria y al mismo tiempo flexionaba la pierna con el pie que yo devoraba a besos y chupetones - No te despegues de mi pie -Me dijo, guiándome así con su extremidad adentro del jacuzzi hasta llegar a su verga. No hacía falta que me ordenara más nada, comencé a mamársela con mucho gusto y debajo del agua, aunque lo tenía tan grande que sobresalía la cabezota de ese güebo hasta la superficie, pero como soy tan golosa y tan puta para mi Amo, pues trataba de tragarlo completo, hundiendo mi cara en el agua entre arcadas, haciendo que cada cierto tiempo tuviera que salir por aire, para volvérmelo a meter entero en mi boca. De vez en cuando solo me metía debajo del agua para mamar sus hermosas bolas peludas.

Duramos un largo rato en esas. Tamara se corrió unas cuatro veces entre gritos y gemidos, ya que ahora si podía correrse a gusto, y Patricia al parecer no mamaba mal las cucas. - Sin duda Raymundo te entrenó bastante bien...¿O fue Karina? -Le preguntó Tamara a Patricia. -Fue Karina -Respondió Patty para sorpresa de todos.

-¿Fue Karina? -Preguntó mi Amo.

-Si...si...fue Karina. -Reafirmó Patricia excitada.

-¿ Como fue eso? -Preguntó mi Amo, mientras la seguía estimulando con la hortaliza.

Yo no pude escuchar muy bien el cuento, ya que seguí atendiendo oralmente a mi Amo, metiéndome muy seguido bajo el agua. Quería escuchar, pero para mí, el placer de mi Amo Juan era más importante que cualquier chisme. Sin embargo, según lo que entendí, Patricia fue llevada a un viaje de negocios por Raymundo, cuando ambos ya sostenían encuentros sexuales de forma seguida y ya tenían una relación D/s basada en la empresa, donde Patty tenía el rol de empleada enamorada de su jefe y cumplía sus órdenes al pie de la letra. En ese viaje también fue Karina, quién sostenía una relación similar con Raymundo. Una vez terminadas las negociaciones, Raymundo les ordenó congeniar entre ambas a nivel sexual, dejando a Karina al mando de Patricia para que le enseñara a tener sexo con mujeres, ya que Karina solía ser lesbiana, pero Raymundo la hizo bisexual. Ambas se quedaron una semana completa en el hotel, donde Karina dio rienda suelta a sus fantasías e hizo que Patricia le tomara el gusto a las mujeres, lo cual según ella no fue difícil ya que la verdad le gustaba la vida morbosa que estaba llevando y le gustaba experimentar cosas nuevas, siempre y cuando esto hiciera feliz a Raymundo, ya que sentía amor por él.

-Miren al viejo Ray pues...- Dijo mi Amo. - Ahí todo ejecutivo y serio es un gigolo jajaja...¿De verdad crees que es amor lo que sentías?

-Si...s-si...- Dijo Patty temblorosa de placer.

-Jajaja si serás pendeja...yo te voy a enseñar lo que es sentir amor por un hombre -Le dijo. Se puso de pie dentro del jacuzzi. A pesar de la edad y de no tener un cuerpo trabajado ni tampoco atractivo, mi Amo Juan sin duda se veía imponente, y esa gran verga negra erecta y enorme se veía amenazante. Aunque claro, a través de mis ojos cualquiera podía verlo así.

Se ubicó detrás de Patricia y le sacó la zanahoria de la cuca, llena de sus jugos vaginales. Me tomó por el cabello y me hizo clavar mi cara en la intimidad de ella, su cuca tenía el color naranja de la zanahoria, y su sabor también. Mi nariz rozaba su agujero anal. Mi Amo hacía fuerza en mi cabeza como si quisiera meterme dentro de Patty. Yo lamí y relamí la cuca de Patricia con hambre, excitadísima por toda esta nueva situación tan degradante, sorbiendo los jugos vaginales que manaban de mi amiga y que tenían un sabor que no me desagradó para nada, y a juzgar por los gemidos que soltó Patty a ella también le gustó como yo se lo hacía. Luego de unos minutos así, mi Amo me separó de ella y sin soltarme el cabello, hizo un movimiento brusco y decidido echando mi cabeza hacia detrás haciéndome ver al techo y dejando mi boca abierta, lo que aprovechó para meterme la zanahoria pringosa de los jugos de Patricia en ella. - Come -Me ordenó. Yo obedecí y comencé a masticar.

Me liberó de sus manos y se agachó un poco detrás de Patty. -Hora de hacerte mía, gordita. -Le dijo. Patricia sabía muy bien lo que le venía y paró su culito con afán, claramente excitada. Mi Amo procedió entonces a metérsela por la cuca.

-Aaahahhhhhhhhhhhhhahhahhhhh -gimió Patricia de placer, temblorosa. Noté como la verga de mi Amo se deslizaba con facilidad dentro de la cavidad vaginal de Patty. Una punzada de celos me invadió, pero no me importaba, me gustaba que él gozara. Yo si estaba enamorada de él.

-Caraaaajooo...- Exclamó mi Amo. - No eres muy estrecha que se diga...Raymundo te dio bastante uso por lo que veo...Pero ya vas a ver lo que es bueno, nalgas . -Le terminó de decir. Tomó a Patty por las caderas y de sopetón se la terminó de clavar hasta lo más hondo.

- AAAAAAAHHHHHHHJYYYYYYYYHYYTGMMFFF!!! -gritó Patty. Los temblores se intensificaron en ella. Sin duda mi Amo tenía una verga demasiado grande capaz de llegar a puntos inexplorados en cualquier mujer.

-Jajajaja -Reía mi Amo. Y comenzó un fuerte y vertiginoso vaivén con su pelvis, castigando las entrañas de Patricia sin piedad, quién no dejaba de chillar de placer. Tamara aun sentada al borde del jacuzzi, se inclinó hacia adelante y la tomó del pelo con decisión, haciéndola verla a la cara. Comenzó a cachetearla y a escupirle sin piedad ni razón alguna, en un gesto de completa humillación. Tamara sin duda tenía una vena dominante y sádica oculta.

Yo mientras tanto, me sentía de más allí. Estaba relegada a un plano sin importancia alguna, espectando todo, terminando de comerme la zanahoria. Sentí una profunda envidia de Patricia, tenía toda la atención de mi Amo...y de Tamara. No entendía aún por qué la atención de Tamara se me hacía importante también en ese momento. Ella recién se estaba involucrando en todo esto ese mismo día apenas. Yo poco o nada sabía de ella. ¿Algo estaría mal conmigo? Posiblemente. No era nada normal que yo sintiera estas cosas por alguien en tan poco tiempo. Es que hasta mi relación con mi Amo Juan era una locura, un viejo baboso sin atractivo alguno me enamoró en una sola noche luego de una brutal cojida, haciéndome verlo como un dios luego de eso.

Pero ni modo, ahí estaba. Con sentimientos encontrados, porque a pesar de los celos, me gustaba todo esto. ¿A dónde iba a parar todo? Ciertamente no tenía ni la menor idea. Y la verdad era que no podría ni imaginarme lo lejos que todo esto iba a llegar.

Mi Amo siguió empalando la cuca de Patty un buen rato más, ocasionándole una gran cantidad de orgasmos devastadores, a juzgar por todo el jugo que salía de su cuca. Mi Amo le dio sin piedad ni descanso, mientras Tamara alternaba las cachetadas con suaves caricias y despreciables escupitajos. Patricia no dejaba de gritar de placer. Recordé la primera vez que mi Amo me poseyó en su casa, sin duda alguna fue algo de otro mundo. No pude evitar sonreír mientras terminaba de comerme la zanahoria.

Una vez terminada de comer la hortaliza, mi Amo me hizo una seña para que me acercara, cosa que hice rápidamente a cuatro patas, ansiosa de participar. Me tomó por la parte de atrás de la cabeza y me hizo hundir mi cara en su culo, sosteniéndome allí con firmeza. Yo inmediatamente separé sus negras nalgas y comencé a hacerle un buen beso negro, con mucho amor y deseo, lamiendo su agujero anal, al cual se le hace cariño mas no maldades. Mi cabeza se movía al ritmo de las embestidas que él le daba a Patricia, llegando incluso a dolerme el cuello a los pocos minutos, cosa que no me importó, ya que el placer de mi Amo era lo único que me interesaba.

Duramos un buen rato esa posición, hasta que, por fin, mi Amo le sacó la verga a Patty y me soltó la cabeza no sin antes separarme de su culo. La pobre Patricia respiraba agitadamente, con la cara llena de las babas de Tamara quién sonreía sin remordimiento alguno.

Patricia hizo ademán de moverse, pero mi Amo la tomó por las caderas -¿Para dónde vas? -Le dijo - Todavía no termino contigo, nalgas . -Acto seguido mi Amo me agarró de nuevo por el cabello estirando su brazo y arrastrándome con fuerza, me llevó de nuevo hacia la intimidad de Patty, solo que esta vez no hizo que mi boca quedara en su cuca, sino en su culo -Eres la nueva mamaculos del grupo -Me dijo mi Amo, cosa que divirtió a Tamara quien soltó una carcajada - Ya sabes que hacer.

Ni corta ni perezosa, abrí ahora las carnosas nalgas de Patricia, las cuales debo admitir que se me hicieron muy morbosas y exquisitas en ese momento. Vi su agujerito anal ante mí, palpitante, ligeramente ennegrecido. Sin vacilar, le di un buen beso con lengua intentando meterla en su caverna anal, reaccionando Patricia con un gemido bastante sonoro.

Noté como ella apretó el culo ante la sensación de mi lengua, a juzgar por la fuerza que sentí en sus poderosas nalgas intentando cerrarse, cosa que no permití. Mi Amo me soltó el cabello y se ubicó ante Patricia, dejando su enorme verga frente a su cara, entendiendo ella lo que él quería y metiéndosela en su boquita para limpiarla de los espesos jugos de su cuca.

Tamara se puso de pie y comenzó a besarse con mi Amo, acariciando su pecho y su cara con dulzura, provocándome una nueva y muy fuerte ola de celos. Pero una vez más me repetí a mí misma mentalmente que nada podía hacer, mi Amo Juan tenía libertad para hacer lo que deseara, era un dios, mi dios. Y yo no era quién para reclamarle nada.

Seguí mamando el culo de Patricia, imaginándome que besaba la boca de mi Amo. Mi lengua recorría su agujero anal que no cedía a mi presión, pero no me importaba, yo seguía insistente y deseosa de lamer y saborear su piel anal. Estaba muy, muy excitada ante todo esto a pesar de que hasta ahora seguía relegada a un segundo plano. Al rato de estar en estas, mi Amo se situó de nuevo detrás de Patricia, tomando mi cabello y separándome del culo de ella con un movimiento brusco y decidido, como ya me tenía acostumbrada.

-Ahora si perra...ha llegado la hora. -Dijo con cierta sorna. Patricia parecía desearlo, porque volvió a parar el culo, meneándolo de un lado a otro rápidamente haciendo que esas nalgotas temblaran como gelatina de forma provocativa. Mi Amo al ver esto le propinó un buen par de nalgadas fuertes. - Vaca, ponte aquí -Me ordenó mi Amo señalando la espalda de Patty.

-Si Amo -Le dije, y me ubiqué sobre ella con mis piernas a cada lado.

-Ábrele las nalgas . -Me ordenó

-Si Amo -Dije y me incliné hacia adelante, flexionando las piernas ligeramente para tomar ambas nalgas con mis manos. ¡Paf! Sentí una fuerte nalgada y volteé a ver. Tamara se había ubicado detrás de mí y me había dado el azote.

- No flexiones las patas vaca . -Me dijo.

-S-si Tamara...perdón . -Dije para corregir mi posición y no flexionarlas, quedando yo con las piernas abiertas sin flexionar inclinada hacia adelante abriéndole las nalgas a Patricia quien seguía a cuatro patas entre mis piernas con su culo paradito. Su agujero anal se veía palpitante, sabía bien lo que venía a continuación. Mi Amo Juan estaba delante de mí de pie, con su enorme verga a la altura de mi cara. Se veía imponente como siempre.

-Dale un besito a la punta y escúpele el culo a tu amiguita . -Me ordenó mi Amo ofreciéndome su verga. Obedecí y le besé la punta a ese güebo, sagrado para mí, y escupí en el ano de Patricia una buena cantidad de babas espesas que al estrellarse en su piel comenzó a escurrir lentamente. - Y de ahora en adelante, yo te bautizo Puticia, y te proclamo otra puta más de mi pequeño harem jajaja -Dijo mi Amo con gracia, flexionando sus piernas y poniendo la cabezota de su verga en el agujerito estrecho de Patty para luego comenzar a empujar lentamente.

El agujero anal de Patricia cedió un poco, pero escuché como la pobre comenzaba a chillar a medida que su ano se ensanchaba más y más ante el avance de ese trozo de morcilla dura. El glande de esa verga era realmente grande y grueso, y sin duda alguna era lo más difícil de tragar para cualquier agujero, por muy entrenado que este fuera. Incluso a mí, a pesar de ya estar acostumbrada, me dolía, solo que yo disfruto enormemente de ese dolor, para mí era una autentica delicia tragarme ese güebo negro por mi culo. Era un acto de conquista, de control, de apoderamiento, de sumisión, de humillación. Y me encantaba sentirme así.

Y era hora de que mi mejor amiga fuera conquistada por mi Amo Juan de esta forma. La pobre no dejaba de emitir chillidos, intentando incluso alejar el culo de su verdugo, cosa que él no permitió agarrando sus caderas y atrayéndola hacia su cuerpo mientras yo aún mantenía sus nalgotas abiertas. Ver como esa verga entraba en el culo de Patty me excitó sobremanera, verlo tan de cerca conquistar a mi amiga me pareció un acto de supremacía sublime.

Los chillidos de Patricia se convirtieron en gritos. La pobre parecía no poder soportar semejante verga erecta en su culo. La mitad del güebo de mi Amo ya estaba adentro, cuando escuché que los gritos eran ahogados por algo. Volteé a ver y era Tamara que, sentada en el borde del Jacuzzi nuevamente, había hundido la cara de Patty en su cuca una vez más, restregándola con saña mientras la mantenía sostenida por el cabello. Volteé de nuevo a ver el empalamiento anal, a ver como poco a poco ese enorme güebo continuaba desapareciendo en las entrañas de mi amiga, y comencé a sentir nuevamente celos, pero esta vez, de ella, de Patty. Quería ser yo la que estuviera siendo empalada. Quería ser yo la que tuviera la cara metida en la intimidad de Tamara saboreando sus jugos vaginales.

¿Por qué? ¿Porque quería mamársela a Tamara si desde hace rato yo estaba celosa también de ella? Quizás el ser el centro de humillación era algo que me encantaba. Y ahora el centro era Patricia. Aunque, pensándolo bien, mi posición también era humillante. Como dije hace rato, había sido relegada a un segundo plano en toda esta situación. Yo no era más que un instrumento, un juguete. Era la botellita de aceite lubricante que tienes ahí en una gaveta para cuando vas a follar. Me exprimes, te lubrico y ya. Era el juguetito con el que calientas los motores para pasar al acto.

Pensar en esto hizo que me mojara muchísimo. Era un objeto para mi Amo, eso lo tenía claro desde hace tiempo. Pero en ese momento sentirme tan insignificante para él, además de dolor, me provocaba una extraña lujuria que me hacía aceptarlo todo y sentirme feliz porque mi Amo estuviera disfrutando.

La verga de mi Amo ya estaba prácticamente adentro del todo, faltaban escasos dos o tres dedos para que Patty estuviera completamente empalada por el culo. Alcé la vista y vi que por la posición el rostro de mi Amo estaba bastante cerca del mío, a pocos centímetros. Mi Amo me vio a los ojos, y comenzó a sacar la verga del culo de Patty para volver a hundírsela, y comenzar un fuerte vaivén que sentí que la puso a temblar. Los gritos de Patricia seguían ahogados por la cuca de Tamara. En los ojos de mi Amo se notaba que sentía una satisfacción enorme, y no era para menos, ¿Cuantos hombres de su edad, sin atractivo alguno, podían alardear de estar en un jacuzzi con tres mujeres que bien podrían ser sus hijas, y tenerlas así de enganchadas a su verga? Si a la mayoría de esos hombres ni siquiera deben tener erecciones.

Además, no solo era el hecho de que estuviera en un jacuzzi teniendo sexo con tres mujeres. También se notaba en su mirada esa algarabía de victoria, dos de esas mujeres que él tenía en ese momento a sus pies éramos un par de perras que habíamos sido malas con él en el pasado, y ahora estábamos ahí pagándole toditos los desplantes y comentarios crueles que le hicimos...y con intereses.

Y yo quería seguir pagándole por el resto de mi vida de ser necesario.

Su rostro estaba tan cerca de mí que no pude evitar sentir esa atracción, y me acerqué lentamente para besarlo, pero él con una mano me volteó la cara de una buena cachetada que me dolió en el alma y me excitó aún más si cabe. - Asco puta . -Me dijo. Me tomó por la mandíbula con fuerza atenazando mi boca por la comisura de mis labios, sin dejar de bombear el culo de la pobre Patricia quien no dejaba de chillar y temblar. Mi boca se abrió en una O, y me escupió directamente en ella. Sentí el sabor de su saliva en mí y a pesar de seguir atenazada por su mano firme, logré saborearla con un gusto y placer infinitos. Me tuvo unos segundos más así, atenazada, y me volvió a escupir una segunda vez en la boca, esputo que yo volví a saborear agradecida. Unos segundos más tarde, volvió a escupirme, pero esta vez en la cara, yendo a parar el escupitajo a mi nariz y mis ojos los cuales logré cerrar a tiempo, aunque volví a abrirlos para ver su sonrisa de satisfacción. Me pasó la mano con la que me tenía bien agarrada la mandíbula por toda la cara, esparciendo su saliva a lo largo y ancho de mi cutis. Yo saqué la lengua para lamerle la mano las dos o tres veces que pasó por mi boca, sintiendo el sabor de su piel.

Acto seguido me metió dos dedos de esa misma mano en la boca, los metió completos, haciéndome salivar exageradamente. Las babas me escurrían por el mentón e iban a parar al culo de Patricia que seguía siendo brutalizado por mi él, sirviéndole de lubricante.

Duramos en esa posición un largo rato, hasta que los gritos ahogados de Patricia disminuyeron su intensidad, al punto de mezclarse con los gemidos de placer de Tamara. Mi Amo en ese momento me soltó la cara, y comenzó a cojerse más frenéticamente el culo de Patty, hasta que unos minutos más tarde, se detuvo y entre gemidos y ligeras convulsiones, se corrió dentro de ella.

- Pásame el pepino -Le dijo a Tamara, quien se lo lanzó sin dejar de restregarle la cuca en la cara a Patricia. Mi Amo sacó su verga del culo de ella, quedando este totalmente enrojecido y bastante abierto y palpitante, tanto, que se podía ver el semen dentro, aunque hay que decir que era una cantidad bastante abundante. Me puso el pepino frente a la cara y me ordenó que lo escupiera, cosa que hice al instante, para acto seguido metérselo por el culo a Patty a modo de tapón. -Encaja bastante bien -Dijo al ver que, en efecto, el pepino parecía hecho a la medida del culo recién recalibrado de Patty, aunque lo metió hasta la mitad. La otra mitad quedo al aire. Era un pepino bastante grande.

Mi Amo me tomó por el cabello y me guió hasta el borde contrario de donde estaban Patty y Tamara, sentándose con las piernas abiertas. Me hizo ponerme de rodillas entre sus piernas y sin decirme nada guió mi rostro hasta su verga pringosa de semen y jugos anales de Patricia. Yo entendí lo que quería y comencé a mamársela con devoción, lamiendo de arriba a abajo en un principio para saborear el semen, y luego meterme ese trozo de carne en la boca. Había perdido ligeramente la erección.

Pasamos unos minutos así. No dejé ni un solo milímetro de esa magnifica verga sin saborear, me encantaba ser bastante guarra para él. Mi Amo veía fijamente como Tamara seguía siendo complacida por Patricia mientras yo lo atendía a él con mi boca, sacándome la verga únicamente para restregármela en la cara de cuando en cuando o para mamarle las bolas peludas y empapadas de una mezcla de jugos anales, vaginales y babas. Me sentía en el paraíso, sus bolas eran sin duda la zona de confort de mi vida.

-Carajo...jajajaja no puedo creerme todo lo que estoy viviendo en este momento . -Dijo mi Amo.

-¿Ya te cansaste amor? -Le preguntó Tamara. Que lo llamara "amor" me alborotó los celos una vez más.

-¿Que esperabas? Ya estoy viejo para la gracia...pero todavía tengo fuerzas para algo más...

-¿Si? ¿Que? -Preguntó ella.

-Para ti, dulzura, para ti... -Dijo él. -Pero disfrutemos un ratico más de este par de putas. Vaca, ponte en cuatro, pero no dejes de mamarme el güebo -Me ordenó. Yo obedecí al pie de la letra. Mi Amo con sus manos me fue guiando para colocarme en cierta posición, la cual adivine un par de segundos más tarde al sentir el pepino rozando mi culo. Me ubicó a cuatro patas culo con culo detrás de Patty. Pasó de sentarse en el borde del jacuzzi a sentarse dentro del agua sacándome la verga de la boca. Volteé a ver y Tamara, adivinando lo que mi Amo tenía en mente, se puso de pie sin dejar que Patricia se despegara de su cuca. Se inclinó hacia adelante y tomó el pepino de manera firme. Hizo retroceder a Patricia poco a poco, mientras mi Amo hacía que yo también retrocediera lentamente apuntando al pepino, hasta que comencé a sentir como la fruta se abría paso entre mis redondas nalgas y comenzaba unos segundos más tarde a invadir mi ano.

Yo ya estaba acostumbrada a meterme cosas grandes por el culo, la verga de mi Amo había sido un gran entrenamiento así que no me costó en lo más mínimo aceptar el pepino en mi interior. Al final, Patricia y yo quedamos conectadas por ese pepino en nuestros culos y ambas comenzamos a hacer los movimientos para follarnos la una a la otra con él, adivinando los deseos de mi Amo y de Tamara.

A la pobre Patricia le dolía un poco según pude notar por los chillidos que comenzó a emitir, ahogados por la cuca de Tamara, quien había soltado el pepino pero seguía de pie sosteniendo a Patty en todo momento por el pelo, manteniéndola bien pegada a sus genitales, restregándoselos con un sensual movimiento de caderas. Mi Amo me agarró también por el pelo y me hundió la cabeza en el agua para buscar su verga enorme cosa que hice sin rechistar. Una vez con la cabeza de su güebo en mi boca, me alzó fuera del agua para tomar aire por la nariz, soltándome el cabello.

- Esmérense en su labor putas -Nos dijo mi Amo. Comencé a mamar su verga, subiendo y bajando mi cabeza, hundiéndola y sacándola del agua para masajear su verga al tiempo que movía mis caderas para follar mi culo y el de Patty con el pepino. Patricia también movía las caderas aunque con poca intensidad, supongo que por estar tanto tiempo a cuatro patas y además por haber recibido ese castigo anal por parte de mi Amo. La pobre debía estar cansada.

Mi Amo disfrutaba de la escena, halando la bandeja de comida que estaba cerca de él para comer poco a poco lo que quedaba de parilla mientras veía satisfecho como sus putas hacíamos lo que él quería sin rechistar, y como Tamara disfrutaba de todo esto también. Duramos en esa posición lo que demoró él en terminar de comer todo, aunque noté que dejo un poco de comida. En ese momento se puso de pie y me sacó la verga de la boca. Llevó la bandeja hacia Tamara y comenzó a darle de comer lo que había dejado, mientras en ningún momento Patricia y yo dejabamos de cojernos con el pepino, aunque yo lo hacía con una punzada de celos enormes al ver como mi Amo alimentaba tiernamente a la negra con su mano. Habría dado lo que sea para que él me alimentara a mi así. Aunque mi cena estaba cocinándose, solo que yo no tenía ni idea en ese momento, pero lo descubriría en unos minutos.

Un rato más tarde, cuando Tamara terminó de comer, mi Amo dejó la bandeja en uno de los bordes del Jacuzzi. Nos hizo detenernos a Patricia y a mí, y nos sacó el pepino de nuestros culos. - De rodillas las dos. -Nos ordenó, poniéndonos ambas de rodillas ante él, una frente a la otra. Pude notar una mueca cómica en la cara de Patricia cuando hundió su culo abierto en el agua. El pepino estaba pringoso de jugos anales de las dos. La mitad que estaba dentro de Patricia además estaba aderezada con el semen de mi Amo. -¿Tienen hambre perritas? -preguntó él. Ambas asentimos, y acto seguido puso el pepino frente a nosotras, a la altura de nuestras caras. La mitad que Patricia tenía en su culo era para mí, y la mitad que yo tuve en el mío era para Patty. Las dos nos vimos a los ojos.

-¿Que esperan? ¡Coman! -Ordenó Tamara. Patricia y yo nos acercamos lentamente al pepino, pero Tamara impaciente nos tomó a ambas del cabello y aceleró el proceso, haciendo que nos metiéramos el pepino en nuestras bocas.

Ninguna de las dos masticó. No nos dio tiempo. Solo lo metimos en nuestras bocas hasta que ambas nos encontramos en el centro del pepino. Mi Amo soltó la fruta y veía divertido como Patty y yo nos fundíamos en un extraño beso en el centro, con Tamara forzándonos a pegar bien nuestros rostros allí. Unos segundos después, nos soltó. -Coman -Dijo mi Amo. Ambas, con las caras pegadas en el centro del pepino, comenzamos a masticar al mismo tiempo como pudimos, ya que el pepino era bastante grueso y largo y no daba mucho lugar a juegos.

Separamos nuestras caras una vez el pepino estuvo picado a la mitad y cada quién tuvo su correspondiente pedazo de fruta en la boca. El sabor era extraño, al haber estado en nuestros culos, aunque mi mitad tenía un sabor más fuerte al tener semen de mi Amo en él. Estuvimos unos minutos largos masticando, y debo admitir que ayudó bastante a mitigar el hambre que en ese momento caí en cuenta que sentía. Mi Amo y la negra Tamara nos veían complacidos y con sonrisa burlona en sus caras.

Una vez terminamos de comer, mi Amo y Tamara salieron del Jacuzzi. Nos ordenaron secarlos cosa que Patricia y yo hicimos con diligencia con un par de toallas que yo tenía en uno de los armarios del baño, yo sequé a mi Amo, poniendo especial atención en su hermosa verga que estaba erecta nuevamente, mientras Patricia secaba a Tamara. Luego nos medio secamos a nosotras mismas con los mismos paños ya húmedos.

Una vez secos, mi Amo tomó a Tamara de una mano en un gesto romántico, y la sacó del baño para ir a mi cama, la cual era queen size, bastante grande y cómoda. Se sentaron al borde de esta. Y nos vieron a Patty y a mí, que estábamos de pie ante ellos ya que los habíamos seguido.

-¿Y bien Puticia? -le dijo mi Amo a Patricia. -¿Has disfrutado?

-Siiiii...si señor...tiene un güebo bien grandote...y debo admitir que muy, muy rico . -Dijo ella. - Skarlet tenía razón y ya entiendo porque está tan enamorada de usted.

-Jajajajaja -Rió mi Amo. -¿Cual te gusta más? ¿El mío o el de Raymundo?

-Usted lo tiene mucho más grande...- Dijo Patty.

-Esa no fue mi pregunta, nalgas...

-Señor Juan...esto es nuevo para mí...quiero que entienda...

-Te sigues yendo por las ramas, culona...vamos a preguntarle a ese culo tuyo, voltéate . -Le ordenó.

-Pero...pero -Intentó refutar Patricia, confundida.

- Cuando yo ordeno algo, espero que se cumpla al instante, nalgas -Dijo mi Amo, poniéndose de pie para hacer que se diera la vuelta con sus brazos. Patricia se dejó hacer. Mi Amo se inclinó y tomo ambas nalgas con sus manos. -Hola culo, ¿cómo estás? -Dijo hablándole al culo.

-Hola Amo, bien, estoy bien, de hecho, genial después de que me diera güebo -Dijo el mismo Juan con cara cómica y distorsionando la voz, moviendo las nalgas de Patricia al tiempo que hablaba, haciendo como si el culo de Patty tuviera vida propia. Me recordaba en cierta forma a las películas de Ace Ventura, donde Jim Carrey hablaba con su culo a los demás personajes. Tamara reía divertidísima y yo también la verdad, me hacía mucha gracia. Patricia incluso sonrió, aunque se puso roja como un tomate por la vergüenza. Pero se dejó hacer.

-¿Te gustó? -le preguntó mi Amo.

-¡Claaaaaro! -Dijo el culo.

-¿Quién es mejor? ¿Raymundo o yo? -Le preguntó mi Amo.

-Eso Puticia lo sabe muy bien Amo. Pregúntele nuevamente...ella le responderá . -Dijo el culo.

-Puticia...tu culo me dijo que te pregunte a ti para que me digas a mi quien es mejor, si Raymundo o yo. -Dijo mi Amo intentando emular al chavo del 8. No conocía esta faceta tan cómica de mi Amo, Tamara y yo estábamos muertas de la risa.

-Usted señor...usted es mejor -Dijo una Patricia avergonzadísima, aunque divertida.

-¿Era tan difícil decirme eso, imbécil? -Le dijo mi Amo.

-Perdónela Amo . -dijo el culo para nuestra diversión. - Es que Puticia es una perra bobalicona de primera jejeje

-Si, eso se nota de lejos . -Dijo mi Amo.

-Amo quisiera por favor pedirle algo. -Pidió el culo.

-¿A ver, que será? -Preguntó mi Amo.

-La vaca tetona besa bien, me gustaría que me diera otro beso, aprovechando que usted me puso la boca más graaaaande -Dijo el culo, haciendo un muy divertido énfasis en "grande"

-Oh, claro, claro, como no, como no...Vaca, te solicita el culo, arrodíllate y dale un beso rico jajajajaja -Me ordenó mi Amo.

Yo obedecí, me puse de rodillas ante el culo de Patty, aun divertida por estas ocurrencias de mi Amo, quien abrió ambas nalgas de par en par dejando al descubierto el agujero anal que aún se hallaba ensanchado y rojo. -Tiene hasta los labios pintados para ti jajajaja -Dijo Tamara divertida, en alusión a lo rojo que se veían los bordes del ano de Patty. Acerqué mi cara con una amplia sonrisa y terminé fundiéndome en un beso negro apasionado con el culo de mi amiga.

-Eeeeso es...ahí tienes, culo, tu beso . -Dijo mi Amo, mientras movía las nalgas de Patricia, restregándolas en mi cara. Metí mi lengua sin ningún problema en su ano, recorriendo su interior con deseo. Además de divertida, esto me tenía excitadísima. -Y yo los declaro, culo y mujer jajajaja -Dijo mi Amo. Tamara no aguantaba la risa. Duramos un buen rato en esa faena, yo devorando el culo de Patty con hambre y deseo, mi Amo controlando al culo y Tamara riendo de todo, hasta que mi Amo soltó a Patty y se sentó al lado de Tamara, quien, sin vacilar, le dio un beso profundo en la boca.

-Eres un hombre increíble -le dijo Tamara.

-Gracias cariño...- Le dijo él.

-Déjame hacerte el amor...por favor . -Le dijo ella en un tonito suplicante y tierno.

-Claro nena... -Le dijo mi Amo y la beso de nuevo. Yo por los celos dejé de mamar el culo de Patty, para ver fijamente a la pareja negra besarse con pasión.

-Bebé...pero quiero privacidad...- Le dijo Tamara luego de separarse de su boca.

-¿Que hacemos con las putas? -Preguntó él.

-Tengo una idea...- Dijo Tamara. Se puso de pie y fue a mi closet, abriéndolo de par en par. Estaba lleno de mi ropa y de mis zapatos. Ella con sus pies abrió algo de espacio entre estos últimos. - No me gusta que las perras duerman en el mismo cuarto que sus amos...pero por hoy haré una excepción. Entren aquí, las dos. -Nos ordenó con voz autoritaria. Patricia se movió al instante, yo vi a mi Amo a los ojos.

-Ve, perra, obedece a Tamara . -Dijo él con voz apacible, aunque estirando una de sus piernas para darme una suave patadita en el culo.

-Si Amo -dije, me puse de pie y caminé al closet.

-Échense las dos en el piso - Ordenó Tamara. Patricia y yo entramos en el closet en un área bastante pequeña, y nos tiramos en el piso, Patty debajo, yo sobre ella. - Mmmm...así no...hagan un 69 recostadas de lado -Nos dijo. Obedecimos y adoptamos la posición que ella nos exigió. Quedé con el bollo mojado de Patty en mi cara, y sentía su respiración en el mío. - Buenas noches perras -Dijo la negra, y acto seguido cerró la puerta del closet.

Patricia y yo no dijimos ni una sola palabra. Nos quedamos a la expectativa de todo. No sé qué podría estar pasando por la mente de mi mejor amiga en ese momento, pero yo la verdad me sentía sorprendida por como mi vida estaba tomando un rumbo que se veía que no terminaría nada bien para mí.

Y más sorprendida me sentía al notar que realmente no me importaba. Sin dudas, ese negro no solo se folló mi cuerpo, también se folló mi mente.

De repente escuché con claridad los ruidos del otro lado de la puerta del closet. Mi adorado y amado Amo Juan se estaba cojiendo a Tamara, pero no sonaba igual a cuando me cojía a mí. Se oían gemidos suaves, placenteros, cariñosos.

Le estaba haciendo el amor.

Me sentí tan, pero tan triste por este hecho. Me sentí tan celosa hacia Tamara...pero a la vez sentí un profundo sentimiento de resignación, y sentí felicidad por mi Amo Juan. A fin de cuentas yo ya tenía totalmente asumido que en esta relación que él y yo teníamos, lo importante era el placer de él, el bienestar de él, la satisfacción de él, la felicidad de él. Y si para él Tamara era importante, pues entonces también lo era para mí.

Mi amor por él trascendía cualquier condición de exclusividad. Si él era feliz así, pues así debía ser, punto. Solo él importa. Él y nadie más.

Estaba consciente de que estaba metida en una relación que bien podría acabar con mi vida. ¿Realmente iba a dejar que eso sucediera en pos de su felicidad? La Skarlet de hace un mes habría reído a carcajadas burlándose de semejante pensamiento, y contestaría entre risas y burlas un rotundo NO.

Pero la Skarlet de hoy, la puta, la perra, la vaca, la mascota, responde que SI. Que está Dispuesta A Todo Y A Mucho Más.

Continuará...

Mil gracias a todos por leer esta nueva entrega. Como siempre, espero que la hayan disfrutado al igual que las anteriores. Si tienen alguna crítica o comentario sobre este relato, pueden dejármela en el apartado de los comentarios de la página o enviándome un mail a skarletpricet@yahoo.es

Besitos.

Skarlet.