Debuté con mi hermana mayor

Mi hermana siempre fue una de las musas de mis fantasías, quien sabe si algún día...

DEBUTÉ CON MI HERMANA MAYOR.-

Hola a todos los lectores de amor incestuoso. Ante todo, decir que me llamo Paco, tengo en la actualidad 18 años, pero lo que les quiero relatar es como empecé a tener relaciones con mi hermana mayor.

Haré una breve descripción de mi familia. Por un lado están mis padres, Francisco, que ahora tiene 46 años, trabaja de abogado. Luego está mi madre, Teresa, dos años más joven que mi padre, que es profesora de primaria en un colegio. Mi padre es más o menos alto, de casi 1,82 m, y si bien ahora está un poco fondón antes era más delgado. Es moreno, con pelo impecable siempre. Luego mi madre, que gracias a la gimnasia si se mantiene en forma, es más baja que mi padre, unos 10 cm. no le sobra ni un kilo, a pesar de tener dos tetas como dos carretas. Su culo es imponente y piernas bien estilizadas. Tengo que reconocer que ha sido la culpable de no pocas pajas por mi parte.

Luego está mi hermana mayor, Maite, de 22 años, que está terminando la carrera de derecho, siendo su intención trabajar con mi padre. Ella es un poco más alta que mi madre, 3 o 4 cm. Y con un cuerpo muy parecido al de mi madre, si bien aclarando que sus tetas son un poco más pequeñas, pero evidentemente más firmes. Yo por mi parte soy 3 cm. Más alto que mi padre y juego al baloncesto, por lo que se puede decir que estoy en forma.

Para no alargar mucho la cosa me centraré en como follé con mi hermana. El caso es que mis padres fueron un fin de semana a pasarlo fuera por no se que tema familiar de mi madre. Como ya somos mayores, solo nos dejaron dinero para los gastos, ya que la despensa estaba bien surtida. El viernes por la noche yo fui a dar una vuelta con mis amigos, pero uno de ellos bebió más de la cuenta y tuvimos que llevarlo a su casa, que está muy cerca de la mía, por lo que a la una y media ya estaba de vuelta en casa. Al llegar me sorprendió ver a mi hermana, ya que pensé que estaría con su novio. La verdad es que estaba muy seria, pensé que ago había pasado.

-¿Te ha pasado algo, Maite?

  • Nada, es el imbécil de Luís

Luís no tengo ni que decir es el novio de mi hermana.

-¿Has discutido con él?

-No, bueno, si. La verdad es que lo hemos dejado.

-¿Qué lo habéis dejado?

-Si, el muy cabrón me puso los cuernos con una de mis amigas

-Si que es un cabrón, si lo veo le parto la cara

-Déjalo, Paco, no merece la pena. Si te digo la verdad, ni siquiera he llorado. Ese bastardo no se merece ni una lágrima.

Como a pesar de que ella decía que se encontraba bien, yo veía que no era así, decidí quedarme con ella.

-Bueno, y tú por que has llegado tan pronto a casa?

-Es que Manu se pasó un poco con los cubatas y lo hemos traído a su casa, y la verdad, ya no me apetecía volver a salir.

-Pues ya que estás aquí, por que no me preparas algo para beber.

-¿Qué quieres?

-La verdad es que me da lo mismo

-Algo con clase?

-¿Cómo con clase?

-Un poco de whisky del que le regalan a papá

-Bueno.

Era un buen licor de esos que dicen los entendidos que no se deben tomar con cola, por lo que lo preparé solo con hielo. Nos sentamos en sala de estar, mientras la tele estaba encendida, pero no le prestábamos atención.

-La verdad es que si que está bueno esto

-Si, sobre todo cunado lo comparas con el garrafón que te suelen dar por ahí

Estuvimos allí bebiendo y fumando hasta las tantas. Nuestra conversación era del todo intrascendente. Sin esperarlo mi hermana me dio un pico.

-Gracias, Paco, eres el mejor hermano que una chica podría tener

-Va, ya será para menos, pero gracias.

Le di un abrazo. Al retirarnos ella se me quedó mirando y me dio otro pico, este un poco más largo. Luego otro, y otro, hasta que nuestras lenguas se tocaron, y el pico dio paso a un beso en toda regla. Mi hermana me besaba con pasión. Yo por mi parte le tocaba las tetas por encima de su camisa. Ella se dejaba hacer. Luego me quitó la camisa. Estábamos sin control. E desabotoné la camisa. Se quedó con un sujetador precioso. Me besó el pecho. Le quité el sujetador. Vaya par de tetas que aparecieron ante mí. Son perfectas. Me cojió de la mano

-Vamos

-Donde quieres ir?

-A la habitación de los papás. Estaremos más cómodos

Fuimos a la habitación de mis padres y allí nos terminamos de desnudar. El coñito de mi hermana era muy peludo, cosa que me vuelve loco.

Nos tiramos en la cama y besamos como locos. Mi polla estaba a punto de reventar. Mi hermana se dio cuenta y se la metió en la boca. No me lo podía creer, mi hermana me estaba haciendo una descomunal mamada. Nos adaptamos hasta que nos quedamos en la posición del 69, y acto seguido empecé a comerle el coño a Maite. Una cosa que me di cuenta en seguida es que mi hermanita no era precisamente muda en la cama. Cuando me iba se lo dije

-Maite, me voyyy!!!

Lo que hizo me sorprendió. Se sacó mi polla de su boca y se puso encima de las tetas. Mi leche llenó esas campanas. Creí morirme de gusto

Cunado terminó se extendió mi corrida con la mano por su pecho

-Es una cosa que había visto en las pelis porno y quería probar.

Estábamos a mil. Nos besamos otra vez y en menos de 30 segundos mi hermano calvo ya estaba otra vez despierto. Me fui poniendo en posición

-Venga, Paco, métemela. No te preocupes que tomo la píldora

Eso fue como un excitante extra. Poco a poco se la fui metiendo. Tenía el coñito muy lubricado, se notaba que era una perra en celo.

-Venga, cabrón, más rápido

-¿Así, te gusta así, puta?

-Siiiii!, fóllame así, Paco. Me matas de gusto mi vida.

-Dios, que gusto. Ssiiii!

-Ahhhh!

-Lléname con tu leche, la quiero!

-Pues tómala, toda para ti

Me corrí como nunca lo había hecho en mi vida.

Nos quedamos abrazados en la cama. Maite me dio un beso y me dijo que me quería. Yo le dije que yo también a ella. Desde entonces somos una pareja en la clandestinidad, ya que os puedo asegurar que follamos cada ve que tenemos oportunidad, que no son pocas.

Mi hermana y yo nos hemos planteado muchas cosas, pero de momento todo sigue igual. En el futuro nos hemos planteado irnos a vivir juntos, al principio con alguna excusa loable, y luego ya se sabe, lo que funciona, para que cambiarlo.