Debora y yo camino a la perversión (7)

Acepto mi destino que cada vez sera màs humillante.

Débora y yo camino a la perversión 7

Pasaron dos semanas en las que empecé a trabajar con Ricardo en la empresa, estaba bárbaro, el trato era formidable, satisfechos con mi trabajo y buen dinero, que mas? Débora estaba enojada porque Ricardo no venia por casa, le hice un comentario a Ricardo que Débora quería verlo, íbamos en su auto.

  • Cuando hables de esos temas me vas a tratar de señor, yo voy a saber que no es Jesús el que me habla, sino el cornudo y que la cerda me necesita. Seguimos el viaje en silencio, me dejo en casa sin decir palabra.

A la noche mientras cenábamos sonó mi celular era Ricardo.

  • Decile a la cerda que mañana cerca del mediodía se pare en la puerta a esperarnos, la vamos a pasar a buscar y vamos a ir al cine. Y corto. Le comente a Débora que sonrió, esa noche no paso nada entre nosotros.

El día de trabajo fue normal en la productora, Ricardo aviso que teníamos un compromiso al mediodía, que teníamos que ausentarnos. Cuando llegamos a casa Débora estaba en la puerta, tenia puesto un vestido corto blanco, zapatos altos, estaba preciosa, Ricardo se quedo un poco alejado viendo como le gritaban cosas y la piropeaban, después nos acercamos y la hicimos subir al auto, se sentó atrás. Hola buenas tardes.

  • Hola cerda, así que estas caliente?, porque no me vas mostrando tu ropa interior, sacate el vestido. -el auto de Ricardo tiene los vidrios polarizados, el show era solo para nosotros o mas bien para el.- Que lindo el conjuntito ese blanco, ponete de rodillas arriba del asiento mirando para el vidrio de atrás, se le veía todo el culo con la tanguita metida en el. Bueno vestite ahora y sacate la tanga... hoy no quiero que la uses...

Fuimos al abasto, estacionamos y empezamos a recorrer el shopping, Ricardo la hacia subir y bajar todo el tiempo por las escaleras mecánicas, me hacia quedar retrasado mirando como le manoseaba el culo, levantándole el vestido, en algunas oportunidades se le vio hasta el comienzo de la raja. Después Ricardo eligió una película de las peores, a esa hora en el cine y con esa película solo había dos parejas mayores a mitad de la sala, nos sentamos bien atrás, Yo a la derecha de Débora y Ricardo a su izquierda. Le pidió que nos mostrara las tetas y se las acariciara. Yo miraba de reojo estaba loco de calentura, Ricardo metió su mano en la conchita de Débora y jugaba con ella, en un momento le hablo al oído, le estaba dando indicaciones, Ricardo se acomodo con ambos brazos estirados hacia las butacas de los lados, Débora se fue a comerle la pija, la pajeo primero un poco con su mano derecha y luego se fue a chuparla, Ricardo giraba la cabeza de a ratos para mirarme y me hacia gestos como que esto era delicioso. En un momento apoyo su cabeza en el asiento mirando hacia arriba, una sonrisa se dibujo en su rostro, al rato Débora se sentó nuevamente, su mano izquierda libero mi pija de su encierro y empezó a pajearme, con su mano derecha me tomo del cuello y me dio un beso bien profundo sentí su lengua gruesa, que es bien caliente, tenia restos de algo amargo que ya sabia que era, me agarraba del cuello para que no escapara pero estaba rendido de calentura, me pajeo rápido mientras me besaba y mi leche salto disparada con potencia hacia arriba, me guardo el miembro mientras me seguía besando, luego me sonrió. Estuvimos un rato en silencio hasta que Ricardo decidió que nos levantáramos, caminamos un rato más por el abasto, todo el tiempo Ricardo le manoseaba el culo, le dijo que se fuera en subte, que no la apretaran mucho. Le dijo que Ana María la iba a invitar a una fiesta en su casa el sábado que se pusiera linda, volvimos al trabajo.

A la noche cuando llegue a casa Débora me esperaba con el conjunto de ropa interior rojo comimos sin hablar demasiado, Débora solo seguía mostrándome como degustaba las sustancias cremosas. Luego fuimos a la cama y ella me ato como casi siempre últimamente. Se empezó a pasear por la habitación. Me chupo un poco la pija que reacciono enseguida, me puso un forro y se acomodo arriba mío, se la metió bien a fondo se apoyo sobre mi y me empezó a hablar al oído.

  • Te gusto lo del cine...?  No pensé que ibas a saborear la leche de alguien... estaba rica puerquito... como me calentó..., si no paras esto vas a terminar cada vez peor... cada día te voy a humillar más... me calienta no lo puedo evitar... mas si se que te calienta... como te late la pija... y eso que acabaste... si no hubiéramos hecho lo del cine ni siquiera se te pararía para cogerme por segunda vez no....? - se salio de encima mío y me dijo que era suficiente por hoy que iba a empezar a hacerme guardar la leche para cuando ella quisiera, que iba a administrar mis orgasmos, sonrió de su ocurrencia y  se acostó a mi lado.

Al rato se acerco a mi oído, empezó a hablarme mientras jugaba con mi pija que todavía tenia el forro puesto. Cuando me dejaron en el abasto me quede un rato caminando, miraba por los reflejos de las vidrieras y había un tipo de unos 50 y pico que me seguía, no le di importancia, cuando fui al subte me di cuenta que estaba atrás mío entramos al vagón que estaba bastante lleno y me apretó contra él tomándome de la cintura, se acerco a mi oído y me dijo algo así:

  • No mires para atrás, así que te gusta que te manoseen el culo delante de todos y me apretó su pija dura contra mi culo, que linda puta que sos, y el boludo que miraba desde atrás..., debía ser tu marido seguro, baja la mano derecha y llevala a mi bulto. Así lo hice, cuando me trato de puta sentí una descarga eléctrica en la conchita, estaba que moría de calentura. Después me hizo que le abriera el cierre y lo pajeara así como estábamos, no paraba de hablarme en el oído, me aseguro que me iba a coger por todos los agujeros de mi cuerpo y que nunca había podido hacer realidad la fantasía de cogerse una hembra como yo y  menos delante del marido.

  • Que rica puta sos..., te voy a dar mi tarjeta y me vas a llamar... te voy a visitar en tu casa... con esas pastillas que hay ahora voy a estar bien duro cogiendote, puedo estar tres horas seguidas cogiendome a una puta como vos. En ese momento la saco de su encierro y la apoyo contra mi vestido, se metió un poco entre mis glúteos y me acabo así. Cuando te bajes no te tapes que se te note que sos bien puta. Me sentía caliente, y cuando llegue a casa el portero me pregunto que me había pasado, nada le dije fingiendo llorar. Se notaba que no tenia ropa interior y el portero enseguida marco un bulto en al pantalón. Bueno ahora descansa que mañana tenes que trabajar me dijo, me dio un tierno beso en la boca y se dio vuelta para dormir.

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