Debonaire

Una pareja aparentemente normal de recien casados se dirigen a su luna de miel en un pueblo apartado, cuando de repente se les pincha un neumatico. Alguien llegara para...¿Ayudarlos?

ATENCION

-Los hechos aquí descritos o narrados contienen actos de abuso y agresión penada por las leyes de todos los países (hasta donde se). Solo fueron escritos y publicados con el fin de entretener.

-Dichos hechos pertenecen a la ficción, cualquier parecido con la realidad se tratara de pura, mera y llana coincidencia.

-El autor de esta historia

CONDENA

cualquier acto de violencia en contra de cualquier ser humano.

-No seas cabron,

PRACTICA EL SEXO SANO, SEGURO Y CONSENSUADO.

Y si es posible, con amor.

-Este relato es solo para mayores de 21 años, que no sean débiles mentales.

Debonaire

Son las 7 de la noche, la pareja de recién casados conformada por Paolo Rossi, y Ángela De Rossi, se dirigen por la carretera que conecta la ciudad en la cual viven, a un pueblo turístico no muy lejano, ideal para pasar unas románticas vacaciones apartados de todo el bullicio y el estrés de la gran metrópolis. La feliz pareja viaja emocionada en llegar cuanto antes a las cabañas de dicho pueblo para aprovechar el delicioso clima frio y lluvioso que se presenta, clima que les pone "calientes" para así llevar a cabo su luna de miel.

Aproximadamente a mitad de camino se les pincha un neumático del automóvil. Paolo, un hombre de 27 años, de un metro 70 de estatura, de tez blanca con un físico envidiado por muchos hombres y deseado carnalmente por muchas damas, se baja del auto, observando hacia todos lados, o al menos hacia donde las luces de su carro permiten divisar, dado que el camino doble vía que recorrían en ese momento no tiene alumbrado público.

- Que mierda de sitio para quedarse varado…quédate en el carro Ángela, solucionare esto rápidamente. –Le dijo a su esposa, con el típico tono del hombre que alardea de saber mucho y de tener todo controlado, cuando no siempre es así.

- Apresúrate mi cielo.....tu sabes cómo me pone este clima…no dejes que empiece sin ti -le contesto su esposa, en tono bastante atrevido.

Paolo no pudo evitar sentir como su verga daba un ligero respingo. Imaginarse la tórrida noche de sexo que le esperaba en la cabaña que tenían reservada, junto con la frase que su hermosa esposa acababa de decir, lo pusieron realmente excitado. Se dirigió al maletero del carro, que era donde tenía el caucho de repuesto y las herramientas para hacer el cambio. Cuidadosamente saco la rueda, para no ensuciar mucho el costoso traje de bodas.

Aflojo los tornillos de la rueda dañada, la cual era la rueda trasera izquierda, y luego introdujo el gato bajo el carro y lo subió lentamente hasta que esa parte quedo en el aire. Con mucho más cuidado aun, saco el caucho espichado y lo hizo a un lado. En ese momento ve que no muy a lo lejos, dando la siguiente curva a la que ellos se enfrentarían una vez reparados los daños, se acercaba un automóvil, en sentido contrario al que iba la pareja, con las luces altas, el cual poco a poco fue disminuyendo la marcha. Desde su interior se oía una música bastante estridente para su gusto. El auto se detuvo a escasos metros por detrás del de Paolo, era un Shelby GT500 del año 67, plateado oscuro con las dos rayas por el centro, idéntico al de la película "60 segundos". De su interior se bajo un hombre bastante delgado, alto, de unos dos metros aproximadamente. Iba vestido con camisa negra manga larga, unos jeans y botas negras de "vaquero" tapadas por el ruedo del pantalón. Tenía el cabello largo, liso, por debajo de sus orejas, casi llegando a su cuello. Iba con lentes oscuros. Se dirigió hacia donde estaba el auto del matrimonio.

-¿Brother necesitas ayuda? –Le pregunto con una voz gruesa el desconocido a Paolo

-No panita tranquilo, lo tengo todo bajo control, como siempre -le contesto Paolo, quien por supuesto no estaba dispuesto a aceptar ayuda de nadie, estando allí su esposa. Está en su naturaleza el querer demostrar superioridad por sobre todos los hombres ante las mujeres, inclusive su madre.

-¿Seguro? –Le contesto el misterioso personaje, agachándose al lado de Paolo.

-Si man, seguro -le contesta Paolo nuevamente con tono de superioridad, sin dirigirle la mirada, manteniéndola fija en el caucho de repuesto mientras lo coloca.

-Bueno brother, yo creo que en realidad tú y tu puta necesitan muchísima ayuda -le contesta el misterioso personaje. Paolo, inmediatamente al oír sus palabras, volteo rápidamente a verlo a la cara, pero no logro ver más que el puño de este misterioso hombre. Lo siguiente que vio fue que todo se puso negro, como la noche.

El sonido estridente despertó a Paolo. "I Don’t care nothing about it….woooooow Yeaaaahhhh" era lo que lograba entender, de la canción de la banda Dope, titulada "Debonaire" que el misterioso hombre tenía reproduciendo en el equipo de música de su automóvil. Intento moverse, pero no pudo, fue cuando cayó en cuenta que estaba encadenado a un lado de su auto. Su visión era borrosa, y estaba aturdido por el fuerte golpe que recibió hacia unos minutos…o unas horas. No lo recordaba, perdió la noción del tiempo. Se dio cuenta que llevaba puesto el vestido de novia de su esposa, incluyendo las sandalias, y la ropa interior. Se puso muy nervioso al notarlo.

-An…ge…la……An….gela……An…..geeee…laaaa…. –decia, en voz baja, sin poder articular la palabra completa. - Angelaaaaaa…Ángela….ANGELAAAA!!!** –grito por fin. En ese momento, de detrás del auto, sale el misterioso personaje.

- Ya despertaste, que bueno. Me daba fastidio empezar sin ti. Ven imbécil, quiero que veas a la preciosa perra con la que te casaste** –le dijo el misterioso personaje a Paolo, tomándolo por una de las cadenas que rodeaban y apretaban su cuerpo, para arrastrarlo hacia la parte delantera del auto de la pareja, un Chevrolet Impala.

Fue aquí cuando Paolo se dio cuenta, ya recuperada bien la visión, que no estaban en la carretera, sino en medio de un campo semi boscoso. A su alrededor solo se veían matorrales y arboles, salvo un camino que se abría entre la vegetación. Una vez estuvieron delante del Impala, vio a su hermosa esposa, acostada sobre el capo de ese mismo auto, totalmente desnuda, con sus extremidades dibujando una X. sus muñecas estaban encadenadas a los retrovisores de las puertas, y sus tobillos estaban también encadenados, aunque no logro divisar donde, dado que las cadenas se perdían por debajo del parachoques. A pesar de la situación, una vez más su verga dio un ligero respingo, al ver el cuerpo voluptuoso de su esposa, tensado por las cadenas. La manera en que en esa posición sus curvas quedaban perfectamente dibujadas, la manera en que su abdomen estaba plano, hundiéndose cuando exhalaba, hinchándose cuando respiraba. Sus preciosas mega tetas, de 100 cm de medida, operadas, se alzaban como dos preciosos volcanes firmes. La preciosa cuca de labios carnosos, un poco hinchados, brillante, indicaba cierto grado de excitación, aunque Paolo aun no podía adivinar si de verdad era por esa razón, o si era por el miedo que ella sentía, que se había incluso orinado. La chica estaba con los ojos vendados, sus cabellos castaños aun conservaban el peinado que se había hecho en el salón de belleza más caro de la ciudad. Su boca permanecía abierta, por un gag ring.

-¡¡ Ángela!! ¿¿Por qué haces esto maldito bastardo?? ¿¿Que te he hecho??** –pregunto Paolo, con un fuerte tono de molestia y reproche en su voz. Aun seguía derrochando superioridad al hablar, a pesar de estar plenamente sometido y humillado.

-¿Tu a mi? Nada -contesto el captor, de manera muy relajada y tranquila. – Ahora te preguntare una cosa: ¿qué tanto amas a tu querida Ángela?** –le pregunto, tomándolo por el cabello, haciéndolo mirarle a los…lentes.

- Que te importa hijo de perra . –le contesto Paolo.

-¿ A mí? nada…pero a ella sí que le puede importar saberlo. Mírala bien. Esta respirando agitadamente, mira como mueve su cabeza hacia los lados cada vez que la toco –le dijo esto último, tocando su pie derecho, sobándolo muy lentamente, para luego dejar de hacerlo, ocasionando que Ángela efectivamente moviera la cabeza hacia los lados, como buscando nerviosa a su captor. – ¿Ves a que me refiero? Esta nerviosa. Dile lo mucho que la amas. Dile lo mucho que la adoras. Dile que eres capaz de matar y morir por ella.**

-No te daré el gusto infeliz . – le contesto Paolo.

-No me lo darás a mí, se lo darás a ella. En fin…Si no quieres reconfortarla en semejante situación, es tu problema. Ya que no quieres decirle unas hermosas palabras a tu esposa, Tampoco me pidas clemencia. No es nada personal, no me has hecho nada malo, al menos a mi. Pero debes admitir que ustedes dos no son unas blancas palomitas

-Imbécil…¡¡¡desátame y verás que si te hare algo!!!

-Jajajaja –rio a carcajadas el captor misterioso. – No brother, tú serás el que verá como le hago algo a tu zorra - dijo, sacándose el güebo del pantalón, uno que Paolo no pudo evitar comparar con el suyo mentalmente, y notar que el de este hombre misterioso era más grande.

El captor se dirigió hacia la chica. Con un control remoto, apuntando hacia su automóvil, le subió el volumen a la música. La misma canción seguía reproduciéndose, "Debonaire" al parecer estaba en modo de repetición para esa canción.

-Me encanta esa canción. Tiene un ritmo excelente, saca mi lado salvaje . –dijo, mientras se subía al capo del Impala, colocándose sobre la indefensa Ángela. – y tu, primor, vas a sentirlo -le dijo muy cerca de su oreja, para acto seguido penetrarla de un solo golpe, ocasionando que Ángela pegue un grito de dolor.

-¿ Sabes furcia? Las novias se casan de blanco porque representan pureza. Tu definitivamente no eres pura -le dijo el hombre a Ángela, en tono socarrón, al ver que la chica no era virgen.

Sin ningún tipo de miramientos, el misterioso hombre comenzó un fuerte mete y saca. Se sorprendió muchísimo al ver que Ángela lubricaba más y más, y como los gemidos comenzaron a sustituir los gritos de desesperación de la pobre chica. Estuvo un buen rato dándole por la vagina, hasta que de repente se detuvo, se bajo de encima de ella, y comenzó a meterle 3 dedos de su mano izquierda por el agujero recién follado, fuertemente, mientras que con su pulgar frotaba su clítoris. Paolo veía la escena, atónito, con su miembro totalmente erecto, sobresaliendo un poco del delicado hilo de su esposa, que el tenia puesto. En una de esas, con su mano libre, el hombre misterioso tomo a Paolo por los pelos, el cual estaba muy cerca de ellos, de rodillas. Lo tomo y lo acerco a la vulva de su esposa, ejerciendo bastante fuerza, hasta que le planto la cara en toda la cuca a su esposa. El hombre misterioso le ordeno lamer y chupar, pero Paolo se negó a hacerlo. El misterioso hombre lo paso a sostener con la mano izquierda, se agacho a recoger un tubo grande, no muy ancho, que se encontraba en la zona, y le levanto el vestido a Paolo. Procedió a arrancarle el hilo, y coloco en toda la entrada de su ano la punta del tubo.

Sin mediar palabra alguna, le introdujo la punta unos dos centímetros en su culo. Paolo no pudo evitar soltar un fuerte grito, ahogado por los genitales de su esposa, aunque no del todo.

- Brother, ¿Qué hay de malo en darle placer a tu esposa? Reconfórtala, que está en una mala situación, y necesita buenas atenciones, por muy pequeñas que estas sean. A no ser que quieras sentir más de este tubo dentro de ti, te recomiendo que le des chupitos a tu puta.** –le dijo el captor a Paolo, acercándose un poco a su oreja.

-¡Jamás te daré el gusto de nada desgraciado! –le respondió Paolo, aunque apenas logro entenderse la rabiosa frase dado que la cuca de su esposa no le permitía hablar muy claramente que se diga. El hombre misterioso metió mas el tubo, esta vez unos 15 centímetros, de un solo golpe, en las profundidades anales de su víctima, arrancándole ya no solo gritos, sino también, lágrimas.

- Ok…ya veo que te gusta ser cojido por el culo. Me pregunto si a Ángela también le gustara** -dijo el captor, acariciándose la afeitada barbilla, mientras veía como la pobre chica pasaba a luchar con más energía en contra de las cadenas que la aprisionaban, después de oír esta última frase.

El captor soltó a Paolo, arrojándolo al piso, penetrado por el largo tubo en su culo. Fue hacia su automóvil, y de la guantera saco una cinta adhesiva de plomo (de las grises). "Debonaire" continuaba repitiéndose a alto volumen por el sistema de audio de su carro. El hombre misterioso se dirigió hacia donde estaba tirado Paolo, agitando levemente la cabeza al ritmo de la canción, despegando una buena tira de la cinta adhesiva. Se agacho al lado de Paolo, tomo el hilo reventado de la esposa de este, y lo metió en su boca, para luego tapársela con la cinta, enrollando varias veces su cabeza con ella. Luego lo tomo por el cabello, y lo llevo a rastras hacia la parte frontal de su auto, el Shelby, para encadenar su cuello con una cadena de las gruesas, cuyo otro extremo lo fijo en el rin de la rueda delantera derecha de dicho auto. El tubo no salió en ningún momento del culo de Paolo.

- I don't care for glitzy things or a fancy neighborhoooood, -Cantaba el misterioso hombre al son de la canción, mientras se dirigía hacia el Chevrolet Impala donde Ángela estaba en una posición indefensa. Aun seguía moviendo la cabeza levemente al ritmo de la música. - **Glamour games or plastic fame or the king of Hollywoooood, Dazzling flamboyant things or a top hat on my heaaaad, Modeling for magazines and to be a debonaireeeeeeeeee

Una vez estuvo al lado de Ángela, procedió a desencadenar una de sus manos, la izquierda, la cual Ángela no pudo siquiera hacer el intento de mover el brazo para zafárselo, estaba un poco entumecido, además de que el hombre la sostenía con bastante fuerza. Sin soltar su mano izquierda, se monto en el capo, pasando sobre el cuerpo de Ángela, con mucho cuidado, y se bajo al otro lado, para desencadenar su mano derecha. La hizo sentarse en el capo, y con la cinta adhesiva, envolvió sus muñecas por detrás de la espalda, apretándolas bastante, para luego repetir la operación con sus codos, lo que le imposibilitaba mucho mover sus brazos. Por si fuera poco, entrelazo ambas ataduras enrollándolas entre si, para luego enrollar su cuello con la misma cinta de este ultimo "amarre", de esta manera la chica movería menos sus brazos, de lo contrario, su cuello sufriría movimientos molestos, llegando a cortarle un poco la respiración. La chica al notar esto, se quedo prácticamente inmóvil. Aun seguía ciega, con los ojos vendados. El captor pasó a desencadenar sus pies, para envolver sus tobillos con bastante cinta adhesiva. De un empujón la tiro al piso, quedando ella boca abajo.

El captor la tomo por el cabello con una sola mano, deshaciendo el costoso peinado de bodas, y la puso de pie. Ángela estaba concentrada en no ahorcarse por malos movimientos de sus brazos, además de sentirse bastante ultrajada. Lo que ella no podía entender era su estado de excitación. Si bien era cierto que deseaba que todo esto terminara, muy en su interior, la voluptuosa chica estaba sumamente excitada, y eso era evidente por la humedad de su concha. El captor la coloco inclinada en 90 grados, sobre el capo del Chevrolet, haciendo que esta quedara en una posición en la que el cuerpo de la chica ofrecía su hermoso culo, redondo y carnoso.

- Hora de averiguar si tu chica es una puta anal, como tu** -le grito el captor a Paolo, dado que el volumen de la música no dejaría oír una conversación en tono normal. Tomo su verga nuevamente, la cual continuaba bastante erecta, y la puso en toda la entrada del ano de la chica, quien agitaba su cabeza como diciendo "no por favor, no lo hagas". El hombre misterioso no hizo caso de esta muda suplica, y, separando ambas nalgas con sus manos, con las cuales las apretaba fuertemente, disfrutando del suave tacto de la piel de las nalgas de la chica, procedió a penetrarla. No lo hizo de golpe. Fue introduciendo muy lentamente su verga en el agujero de la chica, disfrutando como cada milímetro de su enorme herramienta sexual era engullido y aprisionado por el anillo anal de esta. No pudo evitar inclinar su cabeza hacia atrás, y emitir un suspiro de satisfacción, cerrando sus ojos aun ocultos por sus lentes negros. La chica, en cambio, permanecía inmóvil, como una estatua. Sus manos estaban con el puño cerrado, apretándolos fuertemente para de esa manera soportar el dolor que le producía la penetración dada por su salvaje invasor. La chica en ese momento estaba perdiendo su virginidad anal, en manos de un hombre quien ella, muy en el fondo, sentía una fuerte atracción por él, por la forma en que la trataba. Su marido, Paolo, nunca atendió su deseo de ser penetrada por el culo, por el hecho que a este le daba asco. Toda la vida tuvo ese fetiche, ser sodomizada. Ahora un hombre desconocido, lo estaba llevando a cabo. A la fuerza, pero si. Por la manera en que la trataba, en que se lo hacía, en como hablaba, ella sentía una fuerte atracción hacia él. No lo quería aceptar, pero le era difícil negárselo. Ella lo veía a el más como un macho de verdad que al mismo Paolo.

El misterioso hombre comenzó a gritar al ritmo de la canción, la cual continuaba siendo la misma, "Debonaire". – Wooooow yeeeaaah –se le podía oír, mientras la penetración que llevaba a cabo en el culo de la chica era cada vez más salvaje, los movimientos más bruscos. Ella ya no emitía gemidos, ni gritos, nada. Estaba privada, sus ojos ocultos estaban blancos y llorosos. Paolo nada podía hacer, indefenso totalmente, y encadenado al Shelby, enculado por un tubo, viendo a ese hombre salvaje gozar de su esposa. Debido a la gran impotencia que sentía al no poder hacer mas nada que observar, comenzó a llorar. Estaba acostumbrado a demostrar siempre superioridad, intimidando a muchos hombres dada su labia y su físico. Ahora estaba humillado, sometido, no valía nada. El hombre misterioso le propinaba tremendas embestidas a Ángela, a la par que le empezaba a dar nalgadas. En un momento dado, este la tomo por el cabello, y la llevo, sin sacar su enorme verga de su ano, al capo de su Shelby, colocándola en la misma posición, inclinada hacia delante con su torso recostado boca abajo sobre dicho capo, quedando el culo de esta al lado del rostro de Paolo, para propinarle unas 10 embestidas mas, sacar su verga del culo de Ángela y acabar en la cara de su esposo, una corrida bastante abundante y espesa, que le cayó por el cabello y su rostro.

- Aaahhhh rayos…tu puta esposa era virgen del culo, no era una puta anal como tu…tenía tiempo que no acababa así -le dijo a Paolo. Luego tomo a Ángela por el pelo nuevamente y la llevo a rastras hacia el maletero del Shelby, el cual abrió para meter a la asustada chica en él, no sin antes sellarle bien la boca con bastante cinta adhesiva. Una vez metió a la chica, la coloco en forma tal que parecía un bebe (posición fetal) y le termino envolviendo gran parte del cuerpo con mas cinta adhesiva (gasto el rollo) y cadenas, para dejarla totalmente inmóvil. Cerró la puerta de la maleta, se dirigió de nuevo hacia donde estaba Paolo, guardando su polla en el pantalón nuevamente, bajando el volumen del reproductor de música, y ubicándose delante de su víctima, se agacho y le dijo – Estas llorando…Debes estar sintiendo un amargo sentimiento de impotencia ¿verdad? Quieres golpearme, pero ¡ups! No puedes porque estas totalmente inmovilizado. Dime putito, ¿Qué se siente?...Jajaja lo sé, estas amordazado, no te preocupes, era una pregunta retorica…Solo espero que tengas en mente todo lo que estas sintiendo ahorita, por siempre. Espero no se te olvide - dicho esto, le propino un tremendo golpe en la nariz, nuevamente, dejándolo knock out.

- Heeee…yy….¿es…en? ¿me o…s? –oía a lo lejos Paolo. – Hey, despi…..oyes? ¿Estás bien? Despierta, ¿estás bien? –comenzó a oír y a entender con mayor claridad, abriendo los ojos. Olía fuertemente a gasolina. Aun llevaba puesto el vestido de novia de su esposa, aunque más rasgado, y ya no tenía el pedazo de tubo metido en su culo.

-¡¡¡Ángela, Ángela!!! ¡¡¡Ángela!!! –fue lo primero que dijo al poder levantarse del asiento del piloto de su Chevrolet Impala. Miro alrededor, había una multitud de personas detrás del cordón policial. Era de día, estaba en la carretera por la cual pasaba con su esposa para ir de luna de miel. Miro a su alrededor, su auto estaba destrozado, sin el techo, sin las puertas, ni los cauchos. El capo estaba subido, el motor estaba destrozado. El llevaba en su cuello una cadena, la cual estaba asegurada al volante. Además de los curiosos, la zona estaba llena de policías. Sin más, comenzó a temblar, se puso pálido y comenzó a sudar frio. Sus ojos se pusieron como platos, entro en shock emocional. Lo metieron en una ambulancia y se lo llevaron.

3 días después

La detective especial Sonia Durani avanza por los pasillos del edificio principal del CEIP (Cuerpo especial de investigaciones policiales), seguida de la detective novata Jimena Villanueva, quien le va diciendo la declaración de Paolo.

- Según la víctima, el criminal no paraba de reproducir y cantar la misma canción durante todo el tiempo en que estuvo cometiendo el delito. –Decía Jimena a su compañera. – No pudo leer la placa del auto del sospechoso, pero lo describió como un Ford Shelby de los años 60 color gris oscuro con dos franjas negras en el centro, desde el capo hasta la maleta. Obviamente nos enfrentamos a un caso de violación y secuestro.

-No…-Interrumpía la detective especial. – Nos enfrentamos a un caso de ajuste de cuentas

-¿Ajuste de cuentas? ¿En qué te basas? –preguntaba Jimena a su compañera.

- En esto -le respondió la detective Durani, extendiéndole la mano con una carpeta, la cual Jimena toma y se lleva una gran sorpresa al ver su contenido.

- No…puede…ser - Exclamaba atónita la detective Villanueva, al ver las fotos de Paolo y Ángela, en un sitio desconocido, con una iluminación pobre, cometiendo graves actos delictivos de violaciones y tráfico de drogas. Se adjuntaba a estas fotos un informe que los acusaba de ser los cabecillas de una peligrosa red de trata de blancas. – ¿De dónde salió esto?** –pregunto la agente Villanueva.

- Estaba en el sitio donde fue encontrada la víctima. Además de todo eso, había un disco con un video donde se ve claramente a los DeRossi llevando a cabo una violación a una mujer de unos 30 años de edad. La próxima vez acude con mayor rapidez a la escena del crimen . –le reprochaba Sonia a su novata compañera.

-¿Entonces qué haremos? –preguntó Jimena.

- DeRossi será encarcelado. Aun así, debemos buscar a su esposa desaparecida y a su captor. Debemos empezar a buscar nombres de las víctimas, es muy probable que el criminal este vinculado a una de ellas. Tenemos mucho trabajo por hacer -Contesto la detective Sonia.

Ambas emprenden camino hacia afuera de la estación policial. En los distintos periódicos se lee la noticia con distintos encabezados "Cae peligroso cabecilla de grupo de trata de blancas", "Violador violado", "Atrapado peligroso secuestrador", entre otros.

Continuara…?

El autor espera que hayan disfrutado de este relato. Siéntanse libres de hacer cualquier sugerencia o si desean que continúe, dejando un comentario en la página, o un mail a la dirección: universo_x16@yahoo.es

Un saludo.