Debonaire 5 (Capitulo Final + Epilogos)

Carlos Fonseca se encuentra con su amante Jimena Villanueva en la casa de esta...Y Debonaire cumplira con su amenaza, aunque su carrera criminal posiblemente llegue a su fin.

ATENCION

-Los hechos aquí descritos o narrados contienen actos de abuso y agresión penada por las leyes de todos los países (hasta donde se). Solo fueron escritos y publicados con el fin de entretener.

-Dichos hechos pertenecen a la ficción, cualquier parecido con la realidad se tratara de pura, mera y llana coincidencia.

-El autor de esta historia

CONDENA

cualquier acto de violencia en contra de cualquier ser humano.

-No seas cabron,

PRACTICA EL SEXO SANO, SEGURO Y CONSENSUADO.

Y si es posible, con amor.

-Este relato es solo para mayores de 21 años, que no sean débiles mentales.

Se recomienda leer las 4 primeras partes de la saga:

Debonaire http://www.todorelatos.com/relato/72973/

Debonaire 2 http://www.todorelatos.com/relato/73136/

Debonaire 3 http://www.todorelatos.com/relato/73230/

Debonaire 4 http://www.todorelatos.com/relato/73357/

Debonaire 5 (Capitulo Final)

El día estaba bastante oscuro dado por la fuerte y espesa nubosidad que se posaba sobre la ciudad. Se podían oír truenos cada cierto tiempo, y sentir fuertes ventarrones de aire frio, amenazando con una tormenta. El director adjunto del cuerpo de detectives especiales del CEIP, y supervisor del grupo 3 de dicha brigada, Carlos Fonseca, se encontraba sentado en el mueble del gran salón principal de una gran casa propiedad de la novata agente especial Jimena Villanueva, quien se encontraba totalmente desnuda, arrodilladla entre las piernas abiertas de su jefe, haciéndole una exquisita felación, mientras este, totalmente vestido, aunque con su verga afuera del pantalón (y metida en la boca de su amante), tomaba un café y veía a través del gran ventanal hacia la parte trasera de la casa, donde se ubicaba una gran piscina.

Ambos se encontraban ajenos a lo que había ocurrido el día anterior, que no era ni más ni menos que la visita de Debonaire a su mejor agente, y la aprehensión del falso Debonaire. Aunque los pensamientos de Fonseca se encontraban en el caso Debonaire, planificando estrategias para capturarlo. Ahora sí que lo había tomado en serio, no solo porque su ex y su adorada hija estuvieran desaparecidas, lo más seguro que en manos del violador, sino por la amenaza que recibió de que el iría a por él. Pensó que su última estrategia, implementada hacia una semana, serviría de mucho para lograr su meta. Jimena, muy al contrario de su jefe, se encontraba embebida de rodillas con las piernas algo separadas, tocándose el coño con la mano izquierda mientras con la derecha acariciaba la verga de Fonseca, ayudando a su boca la cual devoraba hambrienta dicho trozo de carne. Estaba tan caliente que no podía pensar en nada más que en sexo.

Fue por eso que les sorprendió mucho oír un tremendo golpe en la puerta principal de la casa. Al voltear ambos a ver que había ocurrido, vieron a la agente Sonia Durani entrar empuñando su arma de reglamento. Acompañándola, más atrás iban los agentes recién asignados al caso Vicente Escalona y Sarahit Barrios, de igual manera que la agente Durani, empuñando sus armas reglamentarias. Sonia se dirigió directamente hacia la pareja, y los mantuvo apuntados mientras ordenaba a sus dos compañeros revisar la casa con mucha cautela, orden que fue acatada de inmediato. Jimena se quedo muy sorprendida, de rodillas, desnuda, viendo a la agente Durani con las manos arriba. Fonseca, al contrario, veía el movimiento de los tres agentes. Con las manos apoyadas en el mueble.

-¿ Se puede saber que significa todo esto? Agente Durani, Espero que sepa muy bien lo que está haciendo. –Le dijo Fonseca a su subordinada.

- Carlos Fonseca, queda bajo arresto por los cargos de corrupción, tráfico y posesión ilícita de drogas, de personas, de armas, malversación de fondos policiales, sobornos aceptados, autor intelectual de las ultimas violaciones llevadas a cabo por el falso Debonaire en la última semana -Le comenzó a decir la agente Sonia antes de ser interrumpida por Fonseca –Wow, wow, espérate. Me imagino que tienes como probar todo eso, ¿o me equivoco?

-Por supuesto que sí –le contesto Sonia, tomando una carpeta amarilla que levaba metida entre el pantalón, y lanzándosela en las piernas a su jefe. O mejor dicho, ex jefe. Este se dispuso a tomar el sobre, y vio muy sorprendido diversas fotos en las que se le ve junto a la agente Villanueva, Paolo DeRossi y algunos de los compinches de este último, violando mujeres, consumiendo drogas, y pare usted de contar. En una de las fotos se le veía con la agente Villanueva hablando con el falso Debonaire y su prima, Victoria Rodríguez. Junto a todas estas fotos, se encontraban dos órdenes de arresto, una para Fonseca y la otra para Villanueva, firmadas por el juez Manuel Beltrán. Tanto Fonseca como Villanueva veían nerviosos y sorprendidos todas las pruebas.

Repentinamente, se oyó caer al suelo dos cuerpos en el segundo piso de la casa. -¿Quién mas esta aquí? ¡Responde! –Le pregunto la agente Durani a Jimena, apuntándola con el arma. –Nadie, mas nadie lo juro –Respondió muy nerviosa la chica desnuda. En eso, tanto ella como Sonia Durani comenzaron a sentir como los parpados les pesaban cada vez más, comenzando a cabecear. El efecto increíblemente rápido, no les dio tiempo de articular palabra alguna. Jimena cayó al piso, totalmente inconsciente, y Sonia también siguió el mismo camino, cayendo primero sobre sus rodillas para luego tumbarse al piso hacia su costado derecho. Fonseca inmediatamente tomo la pistola de la agente Sonia, con una expresión de molestia en su rostro. El sabía perfectamente porque cayeron los tres agentes y su cómplice, y se valdría de eso para intentar escapar.

Fonseca comenzó a ver hacia todos lados de la casa, desde donde estaba ubicado, con el arma preparada para disparar. -¿Pensaste que sería fácil hacerme caer? –Dijo en voz alta Fonseca – Tengo inyectados unos cuantos químicos que neutralizan la mayoría de las drogas de sueño. –continuo diciendo en voz alta mientras se movía por el amplio salón lentamente, dirigiéndose a la cocina, caminando de espaldas mientras vigilaba las escaleras que dan al segundo piso de la casa, donde se encuentran los dormitorios y los agentes Escalona y Barrios desmayados. - La próxima vez Debonaire, no envíes notitas de amor avisándole a tus victimas que próximamente serán tus blancos, grandísimo imbécil… - Continúo diciendo mientras cruzaba la cocina, vigilando cada rincón como su entrenamiento de policía le dictaba, para dirigirse a la puerta que conectaba dicha estancia con el garaje.

Se asusto un poco al oír el equipo de música de Jimena encenderse, dejando oír las primeras notas de la canción "Debonaire". Aprovecho que posiblemente su perseguidor se encontraba en la sala para abrir el portón del garaje accionando un botón, y salir por este al frente de la casa. Se dirigió observando con mucho cuidado cada una de las ventanas, mientras de espaldas se dirigía a su automóvil, un Nissan 350z color verde oscuro metalizado. Mientras caminaba, sintió en la parte trasera de su muslo izquierdo un fuerte piquete, al bajar la vista, noto que era un pequeño dardo. Lo siguiente que sintió fue su cuerpo convulsionar y una horrible sensación de quemaduras en el, proveniente de su muslo, una fuerte descarga eléctrica que sacudió todo su cuerpo y le hizo perder el conocimiento casi al instante. De atrás del auto del agente Fonseca, salió Debonaire, quien sostenía la pistola taser, parecida a la que utilizo para neutralizar a una de sus víctimas del día anterior, Victoria Rodríguez.

"I don’t care nothing about this, oooohhhhh yeaaaahh!!!" fue lo primero en oír desde la negra oscuridad que solo veía Fonseca al recuperar el conocimiento de golpe. La frase provenía desde el equipo de música, era el coro de la canción "Debonaire". Sentía bastante frio, inmediatamente dedujo que se encontraba totalmente desnudo y descalzo. Entre el ruido de la canción oyó como algo cruzaba el aire y se estrellaba con un cuerpo solido, para luego oír inmediatamente un fuerte gemido ahogado. Lo siguiente que sonó fue un trueno fuertísimo, e incluso sintió como la casa temblaba ligeramente a raíz del estruendo. Intento hablar, pero se encontraba amordazado.

Un par de segundos después sintió que le quitaban la venda que impedía su vista. Vio a su captor, a su perseguidor, a su enemigo, el misterioso Debonaire. Iba vestido con una camisa manga larga gris abotonada. Unos pantalones tipo jean de color negro, y unas botas de cuero negras acompañaban el conjunto, para finalizar con los típicos lentes negros ocultando su mirada. Su barba estaba sin afeitar, aunque su rostro no se encontraba muy poblado de vellos. Su cabello permanecía como en las descripciones dadas por sus víctimas, de color negro, cayendo a los lados de su cabeza, llegando más o menos a la mitad de su cuello. Su boca dibujaba una sonrisa maliciosa.

Vio hacia un lado, por los ventanales que dejaban ver la parte trasera de la casa de la agente Jimena, noto que estaba lloviendo fuertemente. El agua de la piscina se agitaba ante el azote de los fuertes vientos y de las gruesas gotas de agua que en el caían. El día estaba muy oscuro. A un lado del ventanal se encontraban las agentes Durani y Barrios, cuyos cuerpos desnudos se encontraban rodeados por una toalla que impedía apreciar la perfección con la cual la madre naturaleza las había moldeado. A un lado de estas se encontraba el agente Escalona, en una situación igual a la de sus dos compañeras. Los tres agentes se encontraban con las manos esposadas y sujetadas a una anilla a la pared, por encima de sus cabezas. Sus tobillos también se encontraban encadenados. Además de esto, los tres se encontraban despiertos y amordazados, serian un público silencioso…O tal vez los juguetes del captor cuando se canse de Fonseca y de Jimena. Detrás de Debonaire se encontraba Jimena, totalmente desnuda, a 4 patas, con piernas flexionadas al punto que sus talones tocaban sus nalgas, apoyándose solo en las rodillas, ambas piernas envueltas en cinta adhesiva de plomo y cadenas, para que no abandonaran la posición. Sus brazos se encontraban de igual manera flexionados, hasta que las manos tocaban sus hombros e igualmente envueltos con el mismo material. Su boca se encontraba adornada con un gag ball rojo, bastante grande. Su espalda mostraba algunas marcas de latigazos, y noto como sus ojos denotaban temor y dejaban asomar las lágrimas. Sin duda los sonidos que oyó eran los latigazos que se dibujaban en su espalda.

Debonaire veía a Fonseca a la cara, sin abandonar la sonrisa maliciosa. – Brother, soy tan arrecho que me tome la molestia de darte la ventaja de de decirte que iría a por ti. Me lleve la grata sorpresa de ver tu foto en casa de las Vicarte, es obvio que me falto investigar un poco más para enterarme de que tú eras el marido de la puta jueza. Desde hace tiempo te veía en las reuniones de los DeRossi pero no me tome la molestia de estudiarte, me interese mas por los principales cabecillas. Tu esposa y tu hija me pusieron todo fácil al decirme muuuuchas cosas de ti, por supuesto después de torturarlas un rato. Aquí entre nos, tuve que recurrir a ciertos métodos radicales ,ya que las muy putas terminaron siendo un poco masoquistas y gozaron de las primeras torturas suaves jejejeje -Le dijo Debonaire a Fonseca, quien intento hablar, insultarlo, pero solo se oían gemidos apagados gracias a la mordaza.

Fonseca se encontraba de pie, esposado, con los brazos estirados hacia los lados. Unas largas cadenas sujetaban las esposas de las muñecas a unas anillas clavadas en las paredes. Sus piernas se encontraban en una situación parecida, bastante abiertas, con sus tobillos esposados, con unas cadenas sujetando dichas esposas a otras anillas ubicadas en la pared, pero en lugar de estar sujetadas allí, la verdad es que pasaban a través de estas y terminaban en una especie de rueda o polea, ubicada detrás de él. En el piso se encontraba un enorme y grueso consolador apuntando directamente a su culo.

Debonaire se ubico delante de Jimena, y le tomo el rostro por la quijada, apretando bien los labios. Tomo una pinza metálica ubicada en una mesa de centro cercana a ellos, y procedió a meterla por debajo del gagball, para luego de unos segundos de intenso jugueteo, tomar la punta de la lengua de la pobre chica, sacándola por debajo de la bola. Luego soltó su quijada y tomo una aguja de la misma mesa, sin permitirle introducir de nuevo su lengua. –Creo que soy un fetichista de las perforaciones…jejeje ¿tú no? –Le pregunto a Jimena en tono sarcástico, aprovechando que la pobre chica ponía los ojos como platos al ver la inmensa aguja, la cual no podía dejar de mirar. Debonaire paseaba la aguja de un lado a otro, viendo divertido como los horrorizados ojos de Jimena le seguían impacientes. Poso la aguja sobre su lengua, poco más atrás de la punta, noto la reacción de la chica al intentar esta meter la lengua, de manera infructuosa.

De un solo golpe la perforo, dejándola atravesada de manera tal que no pudiera meterla de nuevo en su boca. –Si la metes se podría infectar....déjame que yo te aplique el curetaje –le dijo Debonaire a su víctima, soltando su lengua con la pinza y tomando algodón y alcohol, para luego quitarle la aguja y ver como Jimena se mostraba dócil y dejaba la lengua afuera, para que se le aplicara el curetaje. Así lo hizo Debonaire, para luego atravesarla con un piercing recto con una bolita en cada extremo, y dos cadenillas extremadamente finas, largas y resistentes ajustadas a cada extremo, una en el extremo inferior, por debajo de la lengua, y otra en el superior, por encima.

Una vez terminado el curetaje, Jimena volvió a meter su lengua aunque con algo de dificultad, ya que estaba sensible por el piercing. Las dos cadenillas, al ser bastante largas, salían de su boca y caían en el piso. Debonaire tomo ambas, y se ubico en frente de Fonseca. Tomo los testículos del indefenso hombre y con ambas cadenillas procedió a atarlos hasta que quedaron bien presionados, causando una sensación bastante incómoda y dolorosa al policía corrupto. Luego se dirigió hacia la polea que se encontraba detrás de su víctima. – Ok brother, veamos que sientes cuando te fuerzan a recibir un consolador en el culo -Dijo en voz alta, al tiempo que comenzaba darle vueltas a la rueda, provocando que esta jale de las cadenas de sus tobillos, obligándolo a abrir las piernas cada vez mas y bajar poco a poco, con el consolador apuntando hacia su culo.

El pobre Fonseca se puso de más de nervioso, intento hacer fuerza con sus piernas para que no se abrieran más, pero era inútil, solo conseguía aumentar el dolor. Debonaire veía divertido como el pobre hombre agitaba su cabeza fuertemente a medida que sus piernas se iban "partiendo" hacia los lados, sin poder hacer nada. La gran sala se lleno de los gemidos ahogados del pobre hombre. Jimena, Sonia, Sarahit y Vicente veían asustados la escena. Más que todo los tres últimos, temían por qué clase de aberraciones les haría Debonaire cuando terminara con sus dos juguetes.

Justo cuando el consolador ya estaba presionando la entrada anal de Fonseca, Debonaire detuvo la rueda. Fonseca se mantenía sin caer del todo agarrándose de las cadenas de las manos. Las piernas ya le dolían un montón y no estaba dispuesto a soportar un fuerte dolor de culo, ya que a juzgar el tamaño y el grosor del consolador que amenazaba con introducirse en el, de seguro todo lo que sentía en ese instante serian cosquillas comparados con lo que vendría.

Debonaire se coloco en frente de el, agachándose. No podía evitar sonreír más demarcadamente, se notaba que estaba muy divertido con la situación en que puso a su víctima. No le dijo nada, solo le vio a los ojos, oyendo los mil y un insultos que de seguro Fonseca le decía de manera inútil, ya que sus palabras quedaban ahogadas por la mordaza, oyendo solo berridos ininteligibles . – Ooohhhh... –Le dijo con tono sarcástico -¿Quieres decirme algo? ¿Ah? No te entiendo brother, lo siento…cuando aprendas a hablar con una mordaza en tu hocico me avisas, mientras tanto me encargare de tu puta cómplice** -le dijo, dándole dos palmaditas en la cabeza, las cuales sintió más en el culo, ya que a pesar de haber sido algo suaves, lo empujaron un poco más hacia el consolador.

El captor se dirigió hacia Jimena. La tomo por las caderas y a 4 patas la hizo caminar hacia atrás, cada vez más alejada de Fonseca. Las cadenillas que de su lengua salían hacia los testículos del pobre hombre, se iba tensando cada vez mas y mas, hasta el punto en que Jimena quedo con la lengua bastante afuera y las bolas de Fonseca bien apretadas y jaladas hacia delante. Debonaire luego se situó en la mitad de las cadenillas tensadas, viendo ambos extremos. Con el dedo índice de su mano derecha, azotaba suavemente ambas cadenas como si estuviera tocando guitarra. Notaba la expresión en los rostros de sus víctimas, les molestaba ampliamente. -¿Sabían que estas cadenas están hechas de cobre? –les dijo, mientras se dirigía hacia un maletín del cual saco dos pinzas de las cuales salían unos cables que estaban pegados a una especie de batería. Coloco una pinza en cada cadena, y tomando un pequeño control remoto, activo el aparato, produciéndoles una descarga eléctrica bastante molesta, aunque no muy fuerte. Tanto Jimena como Carlos se estremecieron fuertemente al sentir el corrientazo.

-Jajajaja putos…Quien los manda a descarrilarse…¿pensaron que por ser policías eran inmunes a la justicia o qué? –le dijo Debonaire a sus atormentadas victimas mientras les continuaba aplicando nuevas descargas pausadas. A Fonseca esto lo le hacía nada bien, ya que cada sacudón suponía un intento más de quedar empalado por el culo por el consolador. En cada movimiento brusco que hacía, sentía la presión de la punta del juguete que se encontraba firmemente clavado al piso. Debonaire soltó el juguetito a los pocos minutos, en ningún momento perdía la sonrisa de su rostro. Se puso detrás de la atormentada Jimena, y sacándose la verga del pantalón. Acaricio con la punta de su miembro eréctil toda la vulva de la chica, paseándola de arriba abajo, mojándola con los jugos de la chica. Para sorpresa de esta, sintió como de un solo golpe, la verga de su captor entraba en su ano, hasta el fondo. Esto provoco que a la chica se le cortara la respiración por unos segundos, al sentir como un dolor muy agudo recorría cada parte de su cuerpo.

Debonaire no le prestó atención a ese detalle, por lo que apenas le introdujo su güebo completamente, comenzó un mete y saca muy placentero para él, pero muy doloroso para Jimena. Tomo el cabello de esta, enrollándolo con su mano izquierda, y continúo sus embestidas mirando al techo, gimiendo bastante. Se notaba que le gustaba el culo de Jimena, bastante estrecho por cierto. Tironeaba del cabello fuertemente, para que el tormento de la lengua de Jimena y las bolas de Fonseca se intensificara un poco más, y lo conseguía. Pasaron un par de minutos, cortos para Debonaire, pero larguísimos para Jimena, cuando el captor no pudo contener su orgasmo, llenándole el culo de leche al a pobre chica, quien sintió el cálido liquido en sus entrañas. Debonaire se sorprendió el haber acabado tan rápidamente, sin duda el culo de Jimena era uno de los mejores que había probado en su vida.

Saco la verga del culo de la chica, para, sin soltar el cabello de esta, metérsela en la boca, inundada por las babas. El tener la lengua afuera le había provocado una excesiva salivación a Jimena, a tal punto que debajo de ella se había formado un pequeño charco con las babas que caían por sus labios y lengua. Al metérsela, se aseguro de moverla varias veces adentro de ella, como si la lavara (de hecho, esa era la intención de Debonaire, limpiar su verga de los jugos anales de su presa) al terminar, la saco de su boca y sin contemplación alguna golpeo el rostro de Jimena fuertemente con su misma verga totalmente babeada, dejándole el rostro a la chica bastante mojado no solo de lagrimas, sino de su propia saliva.

Al terminar con ella se ubico delante de Fonseca. Lo veía con un rostro de profundo odio, mientras el pobre hombre estaba haciendo fuertes esfuerzos para no empalarse en el culo, al tiempo que soportaba el dolor de bolas y de piernas, al tenerlas tan estiradas hacia los lados. Sin ningún gesto de piedad, Debonaire coloco sus manos en los hombros de Fonseca, e hizo una fuerte presión hacia abajo, provocando que el consolador entrara brusca y totalmente en el ano de su víctima, al punto de que sus nalgas y bolas tocaron el piso. Se pudo oír como los huesos de sus piernas crujían al terminar de abrirse de semejante manera, así como también se pudo oír claramente el grito ahogado del pobre Carlos Fonseca. Debonaire no pudo evitar que su rostro dibujara un gesto de sorpresa al ver que la verga de su víctima se puso erecta tras semejante castigo. Volteo a ver a Jimena, que aun seguía a 4 patas tras de el, y en su boca se dibujo una sonrisa, de nuevo, maliciosa. – Así que te gusto ser penetrado ¿no? –le dijo a Carlos.

Debonaire subió a la habitación de Jimena. Al cabo de unos minutos regreso con un largo consolador doble punta, de los que se usan para conectar a dos chicas en ambos extremos. – Vaya, vaya, Jimena…Asique te gusta jugar con chicas también -le dijo a la chica mientras le mostraba el juguete. – Menos mal que tienes uno, servirá para mi próximo juego -Le dijo, tirándole el consolador encima, pegándoselo en la cara. Se dirigió hacia Fonseca, quien aun continuaba privado por el dolor de culo. Le soltó las manos y las piernas, colocándolas de la misma manera en que Jimena las tenia, para terminar, después de unos largos minutos de preparación, a 4 patas apoyándose solamente en sus rodillas y codos. Fonseca no ofreció resistencia alguna, estaba totalmente debilitado. Debonaire, al terminar de prepararlo, le saco, de un fuerte tirón, el consolador del culo, y luego le quito las cadenas de las bolas.

Tomando dicha cadena, Debonaire hizo que Jimena caminara hasta ellos, al tiempo que el se dirigía a tomar el consolador doble punta del piso. Les hizo colocarse "culo con culo" y procedió a meterle una punta a Jimena en su ano, y la otra en el de Fonseca. –Bien, estas son las reglas del juego, es bastante sencillo. El primero en tener un orgasmo, no será castigado por el resto de la tarde, el otro lamentara el día en que nació. Así de sencillo. Si el consolador sale de alguno de sus agujeros, ambos serán severamente castigados. Así que ya saben, ¡manos, perdón, culos a la obra! –les dijo a sus víctimas. Ambos, asustados por la amenaza, comenzaron a moverse de la manera en que podían en un vaivén no muy bien acompasado, teniendo el cuidado de que las puntas no se salieran de los agujeros anales.

Debonaire tomo dos cinturones, de los pantalones de sus víctimas. El público que tenia Debonaire en ese momento, los agentes Escalona, Barrios y Durani, veían horrorizados la escena, preguntándose qué les tocara a ellos. El horror aumento cuando veían como Debonaire agitaba los cinturones en el aire, y fuertemente los hacía estrellarse en las nalgas de sus víctimas, las cuales se esmeraban en acabar primero. En sus rostros podía verse el sufrimiento, la humillación. Por sus mentes solo pasaba el arrepentimiento. El arrepentimiento de haber hecho cosas malas en el pasado. Jimena por haberse prestado de cómplice para su amante Fonseca, y no solo eso, sino el habérsele metido por los ojos, haciendo que Fonseca dejara a su ex esposa, la jueza Andrea Vicarte. Hasta de eso se arrepentía. Fonseca, también se arrepentía de muchísimas cosas. Todos los delitos cometidos, el abuso policial, el haber dejado a su ex esposa por una chica fácil…En esos momentos deseo volver en el tiempo y evitar todo eso.

Debonaire se agacho a un lado de Fonseca. Tomo una delgada varita que tenía a su alcance, y comenzó a darle logros golpecitos en el pene a su víctima, más que todo en sus testículos. Esto ayudo a que Fonseca a los pocos minutos eyaculara abundantemente. Carlos Fonseca se sintió muy avergonzado, humillado, al sentir el orgasmo en una situación tan dolorosa y denigrante. –¡¡Tenemos un ganador!! Jajaja bueno, igualito iba a llevarme a Jimena, como a todas las chicas que me he llevado con anterioridad, y a ti, te iba hacer pasar un muy mal rato -le dijo Debonaire, para ponerse de pie, y tomar el rollo de cinta adhesiva con el que aseguro los brazos y las piernas de sus víctimas, y pasar a enrollarle la boca a Jimena, de manera que no pudiera emitir ningún ruido fuerte que alertara a algún vecino. Acto seguido, le desacoplo el consolador, y la cargo en sus brazos, llevándosela afuera de la casa, en plena tormenta. La pobre chica estaba tan asustada, que se orino del miedo, aunque no le cayó ni una gota de pis a Debonaire.

Pasados unos minutos, Debonaire entro a la casa nuevamente, esta vez con las manos vacías. Se situó delante de la agente Sonia Durani. La observo de arriba abajo, su extremadamente hermoso cuerpo aun seguía oculto bajo la manta. –Vaya que eres una hermosura…Como me encantaría tenerte para mi…o que por lo menos fueras una hija de puta y yo tuviera que castigarte como a todos por los que me has investigado…Sin duda eres todo un bombón -le dijo el captor a su víctima, acariciando delicadamente su rostro, como si de algo extremadamente frágil, tanto que al tacto se rompiera, se tratara. Luego de dar un suspiro, Debonaire se dio la vuelta hacia Fonseca. – Hora de sufrir putito -le dijo.

En eso, sorpresivamente, se oyó una voz hablando por un megáfono desde la calle-¡ ATENCION, DEBONAIRE! ¡SABEMOS QUE ESTAS ALLI, SAL CON LAS MANOS EN ALTO, NO INTENTES NADA ESTUPIDO Y NADIE SALDRA HERIDO! ¡NO TIENES ESCAPATORIA ENTREGATE, SE ACABO TU CARRERA CRIMINAL! –Debonaire, sorprendido, se acerco a una de las ventanas del amplio salón. Al echar un fugaz vistazo afuera, pudo ver una gran cantidad de patrullas en frente de la casa, así como a un gran número de efectivos policiales desplegados, en posición y apuntando con sus armas hacia la casa. Entre tantas patrullas, y tantas camionetas de distintos medios de comunicación que cubrían lo que sería la gran noticia del año, pudo reconocer dos camionetas también de las fuerzas de seguridad, aunque estas eran un tanto especiales, ya que pertenecen al BETRI (Brigada Especial Táctica de Respuesta Inmediata), la unidad especial del CEIP encargada de las operaciones especiales de alto riesgo, en otras palabras, el equivalente al famoso equipo SWAT. "Esto se pone bueno…" Pensó Debonaire.

-¿Quién ríe ahora bastardo? –le dijo la agente Sarahit Barrios a su captor, con una sonrisa en su rostro. Debonaire la ve a los ojos, también con una amplia sonrisa. El detalle que se le escapo es que la agente Barrios, segundos antes de caer desmayada por el gas somnífero, logro enviar el mensaje "stoy en pligro en ksa de Jimena, dbonaire sta aki" por SMS al primer número de la agenda de su teléfono, precisamente el de su hermana, la contadora publica Anabella Barrios. Fue cuestión de tiempo para que esta, en su oficina se diera cuenta del mensaje y llamara al cuartel general del CEIP explicando la situación. Lástima que debido a una reunión muy importante de trabajo se haya tardado en darse cuenta del mensaje. – Te volverán mierda si no te entregas por las buenas -le siguió diciendo la agente Barrios a su captor. Este la siguió viendo con una amplia sonrisa. -¿Crees que me pueden atrapar? –le dijo, al momento que se dirigía hacia ella. –Sin duda, habrá un gran espectáculo aquí, y no me refiero a mi INTENTO de captura, sino al que les darás tú y tus amiguitos, al estar desnudos -le dijo mientras les quitaba las mantas a los tres, dejándolos totalmente desnudos. – Eso sin duda me dará unos valiosos segundos, los suficientes como para poderme escapar. Por si fuera poco, también habrá fuegos artificiales -le termino de decir, sacando del bolsillo de su camisa un pequeño control remoto. La chica no entendió a que se refería, aunque dedujo que habría explosivos en algún lugar de la casa. No estaba del todo errada, explosivos habían, pero todos estaban puestos en las ruedas del Nissan 350Z de Fonseca, Debonaire los instalo mientras todos estaban inconscientes. En la mayoría de los casos, el tomaba ese tipo de precauciones.

-¡DEBONAIRE! ¡TIENES 2 MINUTOS PARA SALIR CON LAS MANOS EN ALTO! ¡DE LO CONTRARIO ENTRAREMOS, CON EL USO DE LA FUERZA MORTAL AUTORIZADO! –Insistía la voz por el megáfono. Debonaire sonríe, y le pregunta a la agente Sonia –¡Ja! ¿Pero de dónde sacan a estos tipos? ¿Qué no saben que yo tengo 4 rehenes? Si yo fuera un tipo con una mente "inestable" ya habría liquidado a todos, y me habría suicidado, tras semejante presión…¿O es que no contratan negociadores? No me digan que este tipo que habla por el megáfono es negociador, al decirme que el uso de la fuerza mortal está autorizado, me inducen a pensar en la muerte, y eso es algo que se debe evitar lo más posible en una situación de negociación con un secuestrador, ya que lo pone más nervioso, lo que se traduce en un riesgo potencial. Estos policías no los hacen como antes, definitivamente no - Concluyo Debonaire, ante el rostro de sorpresa de la agente Durani, quien se preguntaba porque el sabia ese tipo de cosas.

Debonaire se acerco cuidadosamente a la misma ventana a la que se había asomado instantes atrás. Allí pudo observar como los dos equipos del BETRI se acercaban empuñando sus armas de fuego. Justo antes de poner un pie en el jardín frontal de la casa, Debonaire, control en mano, presiono el botón, haciendo explotar el automóvil de Fonseca, sin que alguien haya resultado herido. La explosión sin duda alguna distrajo a las fuerzas de seguridad. Debonaire se dirigió hacia los ventanales que daban una vista de la parte trasera de la casa. –Bueno señores, este día sin duda lo recordaran como el día en que CASI atraparon al gran Debonaire jajajajajajaja –les dijo a sus víctimas, abrió la puerta que daba hacia el patio trasero, y corrió hacia el muro del final, saltándolo hacia el otro lado.

Unos 30 segundos después, la puerta principal de la casa fue derribada. Tal como Debonaire lo había predicho, más de uno se quedo algo distraído por la desnudez de los cuerpos de las dos agentes. Y alguno que otro no vio a las chicas, sino al agente Escalona, con ojos lascivos. – ¡¡Se fue por allá!! ¡¡Rápido, que no escape, tiene a Jimena!! –Fue lo que dijo la agente Sonia Durani al ser liberada de sus cadenas y cubierta con una manta.

(Al día siguiente)

Por los pasillos del Cuartel General del CEIP avanza la agente especial Sonia Durani. En su brazo izquierdo lleva una carpeta en la que se puede leer "Caso Debonaire", mientras que en su mano derecha lleva un papel, el cual va leyendo en voz alta para su compañera Sarahit Barrios, y con la cual comenta su contenido

- Según este informe, Debonaire fue visto 10 minutos después por una patrulla huyendo por la autopista que lleva directo a los puertos marítimos. Fue una larga y peligrosa persecución, a la cual se sumaron 8 patrullas más y un helicóptero, el cual pudo unirse gracias a que la tormenta había calmado. Es increíble que se les haya escapado de la vista –Dice la agente Durani.

-Si, debes tener en cuenta que su automóvil estaba modificado, y además paso por la red de túneles que hay en las vías hacia el puerto. Allí perdió al helicóptero, y luego en los puertos perdió a las patrullas. –le contesto la agente Barrios.

-Sí. Según el informe, apenas se le perdió el rastro, se ordeno "peinar" la zona. A dichas requisas se unieron unos 200 efectivos policiales. A los 20 minutos, se vio al sospechoso dirigiéndose con su automóvil por las carreteras de doble vía que se ubican en los bordes del mar. Manejo con gran maestría, logrando evitar caer presa de los distintos choques a los que era sometido por las patrullas, incluso logro sacar de combate a nada más y nada menos que 14 autos policiales, antes de perder el control debido a una maniobra arriesgada por parte del oficial José Ángel Castañeda, que en plena curva hacia la derecha lo empujo al canal contrario, precisamente cuando un camión de carga larga pasaba por allí. Debido al mal tiempo que de nuevo volvía a aflorar, perdió el control luego de esquivar con éxito dicho camión, estrellándose contra las defensas de la carretera, atravesándolas, y yendo a parar al mar -Continuo Sonia.

-Las operaciones de rescate se iniciaron media hora después. Es sorprendente, la marea arrastro al carro más lejos de la costa, porque aun no consiguen el automóvil -Dijo la agente Sarahit.

-Señoritas, hallaron el auto de Debonaire -Interrumpió el agente Vicente Escalona, ante la sorpresa de sus compañeras.

-¿Si? –pregunto la agente Sonia.

-Si, confirmado. Aunque se encontraba vacio…No se ha localizado el cuerpo de Debonaire, y respecto a la agente Villanueva, un testigo vio que Debonaire la saco del maletero del automóvil en el galpón número 79 del puerto, para luego de unos minutos abordar de nuevo su carro y marcharse, él solo. Ya revisamos el galpón, pero esta vacio, y no se detectan túneles secretos, ni nada…Aun así, seguimos buscando, tanto a Jimena en la zona portuaria, como a Debonaire en el mar…¿Lo darás por muerto y cerraras el caso? –pregunto Escalona a Sonia.

-Eso lo deciden los superiores…personalmente hasta que no vea su cuerpo, no me quedare tranquila -Contesto Durani mientras continuaba su camino junto con sus dos compañeros por los pasillos del cuartel general, para entrar a una reunión en las oficinas de los directores adjuntos del organismo policial.

Una semana después, el caso fue cerrado, aun sin encontrar el cuerpo de Debonaire, así como tampoco la más mínima pista de si seguía vivo. Se le dio por muerto.

Todos los criminales encarcelados gracias a Debonaire, incluyendo al ex director adjunto del CEIP, Carlos Fonseca, fueron re enjuiciados. El proceso judicial fue más transparente, y a todos se les dio una pena más acorde con sus delitos. En los días siguientes, pasaron a ser "las señoritas" de varios reos en las distintas penitenciarias a las que fueron enviados.

Los periódicos, al día siguiente de ser declarado cerrado el caso Debonaire, exhibían en sus primeras planas titulares diversos, tales como "El final de Debonaire", "El "héroe maligno" llego a su fin", "Un criminal que quizás se eche en falta", entre otros.

AlFin...

Epilogo 1: "Una alfombra nueva"

Dos meses después de dar el caso Debonaire por concluido, la estudiante universitaria Ana Gil (Véase Debonaire 4) llega a su apartamento, en una zona céntrica de la ciudad. Son la 8 de la noche, y un fuerte torrencial caía sobre la metrópolis. Ana llego totalmente empapada, no solo por el agua, sino por el sudor de su cuerpo. Sus zapatos se encontraban empapados, a tal punto que cada paso que daba, sonaban los chasquidos del agua por dentro. No mas cerrar la puerta del apartamento, se desnudo por completo. Su cuerpo tatuado y anillado brillaba por la humedad. Camino por el pasillo que daba a su cocina, con las luces apagadas, hasta que se tropezó con algo en el piso. No pudo evitar asustarse, por lo que corrió a encender la luz. Se llevo una gran sorpresa al ver a Victoria Rodríguez (Debonaire 4), tirada en el piso, desnuda, esposada de pies y manos, amordazada. Su cuerpo mostraba una gran cantidad de tatuajes, la mayoría pornográficos, y sus senos y clítoris se encontraban anillados. Un par de consoladores rellenaban su coño y su culo. En su frente, se encontraba pegado un papelito.

"Supe que te hace falta una alfombra de piel con lindos dibujitos

ATTE: Debonaire."

Ana dejo escapar una maliciosa sonrisa. Le quito la mordaza a Victoria, quien le dijo en voz tímida y baja –Buenas noches Ama. Soy su alfombra multiusos, mi deber es darle placer a usted, por favor, límpiese los pies en mi. –Ana, sorprendida, se subió sobre el vientre de Victoria, y poso uno de sus pies, los cuales se encontraban impregnados con mezclas de agua, sudor y suciedad de su piso, sobre la boca de una amaestrada Victoria, quien comenzó a limpiarle el pie con la boca chupándolo, lamiéndolo, todo lo que podía. El coño de Ana se hizo agua al imaginarse todo lo que hará con su alfombra nueva

Fin

Epilogo 2: "Renacer"

Tres meses después de dar por cerrado el caso Debonaire, las hermosas hermanas gemelas Juana y Tamara Visconte, de 28 años de edad (Tamara es la más joven por un minuto), rubias de pechos grandes, cintura delgada y caderas prominentes, se dirigen en un hermoso día soleado a la playa, en una camioneta Chevrolet Tahoe "full equipo". Ambas van con una corta falda de tela suave y ligera, debajo de la falda llevan un hilo, y encima, cubriendo muy a duras penas sus senos (mejor dicho, sus pezones, que era lo que apenas lograban cubrir) un sujetador a juego con el hilo que la falda cubría. Iban oyendo música, mientras charlaban y reían divertidas por el día que les esperaba en la playa. La carretera es bastante solitaria, y no es la ideal para quedarse accidentado. Pero, como si de una película de Hollywood se tratase, la camioneta de las chicas se apaga, obligándolas a detenerse.

Tamara, que es la que conduce, intenta encenderla pasando el switch varias veces, sin éxito. Ambas se bajan, abriendo la capota de la camioneta, para ver si pueden dar con la falla, cosa que en realidad era muy difícil que ocurriera, ya que no tenían idea alguna acerca de mecánica. Cuando llevan 5 minutos allí paradas, les pasa por al lado un automóvil disminuyendo la velocidad. Ambas chicas voltearon a ver el auto, contentas de que este se haya detenido un par de metros adelante. "Dazzling flamboyant things or a top hat on my heaaaaad, Modeling for magazines or to be a debonaireeee" Se oía claramente desde el interior del auto, la canción "Debonaire" de la banda Dope. La puerta del conductor se abre, bajándose del auto un hombre alto, delgado, con el cabello negro, liso y largo cayéndole por los lados del rostro hasta casi llegar a su cuello, un par de lentes de sol ocultan sus ojos. Va vistiendo una camisa manga larga verde, y unos pantalones dejan color negro, cuyos ruedos ocultan un par de botas de cuero negras también.

Juana se le acerco al hombre – Hola, gracias por detenerse, necesitamos algo de ayuda - le dijo la chica al misterioso hombre, quien con una voz bastante tranquila, aunque denotaba seguridad, le respondió – Claro, veamos que tiene tu camioneta

Ambos se dirigen hacia la camioneta. Lo que Juana no vio es que dentro del auto, un Shelby Mustang Cobra GT500 del año 2010, color gris oscuro metalizado con dos franjas negras en el centro, fue unas fotos, donde se le ve a ella y a su hermana Tamara comerciando con armas, de manera ilegal, además de otras fotos donde se les ve abusando de mujeres secuestradas por sus padres, líderes de la famosa mafia de la familia Visconte, junto con unos papeles con gran cantidad de información acerca de ellas…Así como tampoco se dio cuenta de que en su bolsillo trasero el misterioso hombre llevaba un par de jeringas con un potente somnífero, el cual al primer descuido de ambas, les inyecto en el cuello, dejándolas dormidas lo suficiente como para prepararse y enseñarles una lección

Fin…?

Pues bien, aquí el final de mi saga "Debonaire". Espero me disculpen la demora en publicar este ultimo capitulo, el cual espero que les haya gustado bastante. Quiero aprovechar para informarles a los lectores que le han sido fieles a la saga que posiblemente publique un relato que he estado preparando a la par de este ultimo capitulo, la cual complementa esta historia (una especie de "Spin - off"), el cual iría en la categoría de "Sadomasoquismo" y llevaría por título "La isla del placer", donde se desvelan algunos misterios. Digo "posiblemente" porque no me gusta prometer nada.. Aviso también que el titulo de dicha historia, de ser publicada, está sujeto a cambios.

De verdad, muchísimas gracias por leerme y por escribirme sus comentarios, tanto los que me han dejado en la página, como en mi bandeja de entrada de la dirección universo_x16@yahoo.es , y que me animaron a continuar escribiendo.

Un saludo, y de nuevo: ¡Gracias!